lunes, 23 de diciembre de 2024

NEREA PASCUAL: ❝Carlos era una persona que conocías y te llenaba al minuto❞

No conocía a Nerea Pascual. Leer su libro me empujó a buscar información sobre esta joven, nacida en Alicante y de 23 años de edad.  Conocida en redes como @lanenahbrugal, Nerea publica su primer libro, Cuando el cielo se vuelva amarillo, en el que cuenta su relación con Carlos. Dicho así, cualquiera podría pensar que se trata de una novela romántica escrita por y para los jóvenes, pero la cosa no es tan simple. Porque, si bien la historia entre Nerea y Carlos es bonita y romántica, lo cierto es que esta novela cuenta con un desenlace, anunciado, que se aleja total y absolutamente de la felicidad. Y es que Carlos falleció a causa de un sarcoma de Ewing, enfermedad que, a día de hoy, no tiene cura. 

En Cuando el cielo se vuelva amarillo, Nerea cuenta su historia. Nos hablará de cómo conoció a Carlos, cómo inició su relación con él, cómo afrontó la enfermedad de su pareja. Pero también nos permitirá conocer a Carlos, saber de qué manera sobrellevó su enfermedad y, sobre todo, lo mucho que ambos aprendieron juntos.  

Marisa G.- Nerea, un placer conocerte, saludarte y tenerte en Sevilla, con esta novela, que es tu primera novela. No te conocía. A raíz de leer el libro, sí que he mirado tus redes sociales. Imagino que mucha gente joven te conoce pero, los que ya tenemos una edad, igual no. Así que, en primer lugar, y antes de empezar a hablar del libro, me gustaría que me contaras quién es Nerea.

Nerea P.- Esa es siempre la pregunta más difícil de responder. ¿Quién soy? Pues una chica normal y corriente, que estudió maquillaje y caracterización pero que,  cuando acabó, no le acababa de cuajar. Mientras estudiaba, me planteé hacer vídeos en TikTok, mostrando cómo me maquillaba. Me encanta maquillarme pero el hecho de maquillar a otra gente no me gusta tanto. Así que empecé a hacer mis vídeos y a la vez incité un poquito a Carlos que hiciese los suyos, hablando de su experiencia con el cáncer. Pensé que eso podría ayudar a mucha gente por su naturalidad y demás. Al final, creo que los dos fuimos creciendo un poco, a la vez. La gente nos conocía juntos por nuestra relación y, a la vez, por separado. A raíz de su muerte fue un boom. Se hizo súper viral. Yo seguí con las redes y con otros trabajos. Definitivamente, he tirado por redes sociales y ahora soy escritora.

M.G.- Carlos es el origen de este libro, Cuando el cielo se vuelva amarillo. Como digo, es tu primera novela. ¿Qué historia vamos a encontrar?

N.P.- Básicamente es una historia de amor adolescente como cualquier otra, pero con, entre muchas comillas, el problema, aunque para mí no fue un problema, de que mi pareja tenía un cáncer, un sarcoma de Ewing, una enfermedad que, a día de hoy, no tiene cura. En el libro cuento lo que es tener una relación adolescente, a la que se le añade que hay una enfermedad de por medio y sabiendo que, a lo mejor, no hay futuro para esa persona. Eso es lo que cuento en la novela, saber que no hay un futuro juntos pero, a la vez, tú quieres estar con esa persona y punto, y no te importa nada más.

M.G.- Si no me equivoco, la idea de este libro la comentaste con Carlos antes de que falleciera pero, ¿cuál es el propósito de este libro? ¿Se trata de curar tus heridas, pasar el duelo, concienciar a la sociedad o que conozcamos a Carlos y que lo hagamos un poco nuestro?

N.P.- Siendo sincera, creo que es más por mí, a nivel personal, para ayudarme con el duelo y para afrontar cosas. Para que la gente lo conozca ya están sus vídeos. La gente lo conocía muy bien.  Con el libro lo pueden llegar a conocer un poco más pero creo que me van a conocer más a mí. Él era muy transparente. Yo también lo soy, pero sus vídeos eran más de hablar, mientras que los míos son de estar más callada, maquillándome.

M.G.- Es una historia que tiene parte de ficción. La historia que cuentas tiene su eco real porque es la historia de amor que vivisteis pero, por ejemplo, has cambiado los nombres de los protagonistas.

N.P.- Cuando digo que es una historia ficcionada es porque no es tal cual sucedió. No quería escribirla tal cual porque entonces sería algo autobiográfico y no quería que fuese así. Las conversaciones y el aprendizaje que viví es tal cuál pasó pero hay parte de ficción que viene de mi imaginación.


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M.G.- Lola y Nico son los personajes principales, aunque habrá otros más. Lola será una de las voces narradoras. ¿En qué se parece Lola y Nerea?

N.P.- Siempre lo digo, Lola es como la versión que yo veo de mí. Todas mis amigas me han dicho que me he portado muy mal conmigo en el libro. Pero es lo que yo veo que transmito a la gente. Siempre tengo la sensación de que voy a caer mal, que la gente cree que me gusta llamar la atención, bla, bla, bla,... Pero luego, mis amigos me dicen que no es para nada así. Sin embargo, es como yo me veo. El personaje de Lola lo he escrito yo y es como yo me siento. No tenía otra forma de transmitirlo. Pero el personaje de Nico me ha resultado súper fácil porque conocía muy bien a Carlos y he conseguido plasmarlo tal cual era él. Eso también me lo ha dicho mucha gente.

M.G.- Nico también va a narrar algunos capítulos de la novela. ¿Por qué optas por darle voz en primera persona también a él?

N.P.- Era bueno porque hay muchas cosas que si las dijese Lola no se entenderían de la misma manera. Por ejemplo, el tema de cómo quiero que sea la vida después de mi muerte quedaba mucho mejor si se narraba desde su perspectiva, para que calase en la gente el mensaje de no voy a estar pero la gente de mi alrededor, mis seres queridos, Lola, tienen que seguir con su vida. Por eso decidí narrar también desde su perspectiva.

M.G.- Lola tiene que enfrentarse a una realidad que no va a tener buen desenlace, eso ya lo sabemos. Otra persona, en estas circunstancias, huiría de esa situación pero ella decide quedarse al lado de Carlos. Me parece una decisión valiente.

N.P.- No creo que sea valiente. Siempre me dicen que soy muy fuerte, muy valiente pero.... Es como si a tu pareja le sale un cáncer, ¿por qué tengas 50 años es válido quedarte al lado de tu marido pero si le pasa a alguien de 20 años, como son jóvenes y llevan saliendo poco tiempo, no es válido? En mi cabeza no entraba otra cosa. Simplemente estaba con alguien que ya había tenido un cáncer previo. Yo sabía que la enfermedad estaba ahí. Se le volvió a reproducir a los pocos meses y en ningún momento pensé en dejarlo. Eso no entraba en mi cabeza, siendo sincera.

M.G.- Sin embargo, en la novela, sí vamos a ver a la madre de Lola intentando persuadir a su hija para que se ahorre ese mal trago.

N.P.- Sí. Yo he tenido más vivencias con el duelo y creo que lo que la madre intenta es protegerla, tratar de evitar que vuelva a pasarlo mal. Eso es instinto de protección. 

M.G.- ¿El Nico que vemos en la novela es un fiel reflejo del Carlos que conociste?

N.P.- Sí. Mucha gente que lo conocía me ha felicitado por cómo lo he plasmado. Creo que lo he hecho muy bien y no lo digo porque lo haya hecho yo.

M.G.- ¿Cómo era Carlos?

N.P.- Pues muy positivo y alegre, siempre con la mente súper abierta, dispuesto a darles todo a todos. Siempre ponía a los demás por delante de sí mismo. Carlos era una persona que conocías y te llenaba al minuto. En el hospital todo el mundo sabía quién era, los niños lo conocían. Dejaba huella. Es una persona amarilla, como digo yo, que vienen, aparecen un momento y se van, pero te dejan con una lección de vida increíble. 

M.G.- ¿Qué aprendiste tú de tu relación con Carlos y de la manera que él tenía de afrontar la vida y su enfermedad?

N.P.- Sobre todo, el carpe diem. Es lo que intento transmitir en la novela, vivir el día a día. El cáncer te hace tener un poco más presente que la muerte está ahí y parece que no somos capaces de asimilar lo afortunados que somos estando sanos. Tenemos un montón de oportunidades ahí fuera y siempre tenemos miedo de todo pero hay que aprovechar el día a día. Creo que es la mayor lección que he aprendido de él. 

M.G.- La palabra cáncer sigue dando miedo a la sociedad. Diría incluso que, a veces, como ciudadanos, tratamos de apartarnos un poco de las personas que sufren ciertas enfermedades. Es una palabra tabú y creo que las personas que sufren estas enfermedades están como dentro de una burbuja, se les aísla un poco.

N.P.- Sí. Además, a día de hoy, se sigue hablando del cáncer como igual a muerte. Es algo que aprendí con Carlos. Él tenía una enfermedad que no tiene cura pero, a día de hoy, a no ser que tengas un cáncer muy avanzado, la mayoría de la gente se cura. Hoy hay muchos avances y no tiene que estar ligado obligatoriamente a la muerte. Pero bueno, parece que, de lo que no se habla no existe. Y también es verdad que, cuando hablamos de cáncer, siempre pensamos en personas adultas pero también afecta a niños y a adolescentes. Hay muchas familias afectadas por el cáncer infantil y adolescente. Y esta novela es también un homenaje a toda esa gente, a los que intento dar un poco de voz, contar que están ahí, que son gente normal, aunque tampoco me gusta usar mucho esa palabra. Ellos no quieren ser tratados de otra manera, ni que se les vea con ojitos de pena ni nada de eso. Ellos son chavales normales que quieren ir al instituto y que, de vez en cuando, tienen que ir a hacerse un tratamiento de quimioterapia y punto. No hay que tratarles de otra manera.

M.G.- ¿Qué emociones te recorrieron a lo largo de la escritura de esta novela?

N.P.- Obviamente me removió mucho. Es algo complicado. El cerebro, al final, tiende a endulzar los recuerdos. La novela está escrita basándome en mi diario. Ha sido duro al ver lo que había escrito en esos momentos, en los que no veía ni un rayito de luz. Pero bueno, al final he disfrutado un montón. He descubierto una cosa que me encanta y, sobre todo, una faceta mía que no conocía y que estoy disfrutando mucho.

M.G.- Al poner el punto y final, ¿sientes que esas heridas han cicatrizado un poco más?

N.P.- He puesto el punto y coma, se podría decir.

M.G.- ¿Significa eso que habrá otra novela?

N.P.- No, no, no. Novela, no. Me refiero en cuando a mi proceso de duelo. Para mí, el duelo no se acaba y ya está. Aunque pasen los años, siempre te remueven cosas. Por ejemplo, con mi padre, hay días que cogería el teléfono para hablar con él y me doy cuenta de que no puedo. Poner punto y final a un duelo es complicado. Un punto y coma, sí. Pero con la novela, me siento diferente. Siento que he avanzado mucho.

M.G.- La acción de la novela transcurre o coincide con la llegada de la pandemia. Creo que ocurrió así de verdad y eso lo dificultó todo mucho. Para una persona, como Carlos, que estaba en una situación delicada de salud, la llegada de la pandemia lo complicó todo mucho más.

N.P.- Sí. Nosotros nos conocimos en octubre de 2019. La pandemia llegó en marzo de 2020. Fue entonces cuando le encontraron el tumor en la cabeza. La pandemia fue algo súper fuerte a nivel mundial pero es verdad que el resto de enfermedades, que no eran el Covid, se dejaron en un tercer o cuarto plano. Carlos, como paciente oncológico, se vio afectado. Tenía un tumor en la cabeza del tamaño de una naranja y tardaron en operarlo dos semanas porque no había camillas. Y luego, para ir a quimio, para ir al hospital, era un show. Fue una locura. Pero bueno, dentro de lo que cabe, somos muy afortunados por tener un sistema sanitario público. No nos podemos quejar más. 

M.G.- Nerea, esta novela es muy actual. Eres una escritora muy joven y, por lo tanto, vamos a encontrar mensajes de WhatsApp, referencias a TikTok. Me ha hecho gracia encontrar rutinas de skincare, outfits y estas cuestiones tan actuales pero también hay espacio para otras épocas. Los protagonistas se entretienen viendo series tan antiguas como Aquellos maravillosos 70.

N.P.- Es lo que veíamos por entonces.

M.G.- Hay una mezcla de épocas.

N.P.- Somos una generación de series y de pelis. Lo que no une una canción, puede unir un libro o una serie.

M.G.- ¿Y tú ves a lectores de 40, 50, 60 años leyendo esta novela o está escrita con la intención de dirigirla a un público de tu edad, un público lector muy joven?

N.P.- Obviamente es una novela juvenil pero algo que recalco mucho es que trata de algo que nos va a pasar a todos. No solo me refiero a la pérdida de una pareja, sino a la pérdida en sí.  La novela ofrece muchas perspectivas y creo que eso es lo interesante de este libro. Por eso creo que es un libro que puede leer todo el mundo. 

M.G.- Y hay otros personajes. Por ejemplo, está Valeria que también va a tener bastante protagonismo. Ella es la amiga de Lola. No sé si Valeria está inspirada en alguien real. 

N.P.- Tanto Sofía como Valeria son la mezcla de todas mis amigas. Valeria también sufre una enfermedad, aplasia medular, y este personaje está basado en mi amiga Victoria que tuvo esa enfermedad. Ella es una mezcla de todas mis amigas. Si elegía a una sola, las otras se iban a enfadar. Así que hice una mezcla de todas ellas. Valeria también tiene un papel fundamental porque, siendo adolescente o adulto, tener a un amigo o a un familiar es algo súper esencial y más cuando vives algo como esto. 

M.G.- El color amarillo que figura en el título tiene cierto significado. Cuéntanos por qué ese título.

N.P.- Quería que la palabra amarillo estuviera en el título porque era el color favorito de Carlos y me recuerda mucho a él. Aparte, el amarillo es el color de los lazos en el cáncer infantil y adolescente. De alguna manera, el color amarillo tenía que salir. Y luego, por los atardeceres. Yo soy muy romántica y creo que quedaba bien.

M.G.- ¿Qué crees que pensaría Carlos de esta novela?

N.P.- Lo primero que me diría es que lo he conseguido. Era algo que ya había hablado con él. Se reiría seguramente, sobre todo, de sus partes. Y supongo y espero que estaría muy orgulloso de mí. 

M.G.- Seguramente. He leído que eres vicepresidenta de la Asociación Charlie. Imagino que será una asociación que se funda a raíz del fallecimiento de Carlos. ¿Esta asociación qué trabajo tiene? ¿Qué hay detrás de esta asociación?

N.P.- Sí, yo soy la vicepresidenta y la madre de Carlos es la presidenta. Básicamente lo que intentamos es seguir con su legado. Él tenía muchos proyectos en mente, tanto dentro como fuera del hospital. Pensamos que, aunque haya fallecido, no tiene por qué quedarse cosas en el tintero. Lo que hacemos es organizar actividades de ocio y tiempo libre para los chavales que están en el hospital. Dentro del hospital hay otra asociación - Aspanion-, que ya se encarga de las cuestiones psicológicas. Nosotros nos centramos más en el ocio. Ahora estamos recaudando fondos para irnos al Camino de Santiago el año que viene. Por desgracia, hay muchos adolescentes en planta este año y ya nos queda poco para recaudar lo que nos hace falta. Pero lo que hacemos es básicamente eso, ocio, excursiones, diversión para salir un poco de la burbuja del hospital.

M.G.- Un bonito proyecto. Nerea, muchas gracias por atenderme. Suerte con esta novela y con la asociación que tenga un respaldo económico y podáis ayudar a muchas personas. 

N.P.- Muchas gracias.

Sinopsis: ¿Qué harías si tu relación tuviese fecha de caducidad? Basada en la historia real de Charlie y Nerea, esta novela es un canto a la vida y al amor.

Lola, una adolescente en su último año de instituto, está llena de inquietudes sobre su futuro y no sabe qué hacer con su vida. Aunque tiene muchas ganas de conquistar el mundo, también está repleta de inseguridades, que la mantienen atada a su zona de confort.

Nico, por su parte, vive cada día como si fuera el último, disfrutando intensamente del presente porque su futuro es incierto.

Sin esperarlo, los caminos de Nico y Lola se cruzan e, inmediatamente, se convierten el uno para el otro en «la persona perfecta en el momento perfecto». Nadie dijo que sería una relación fácil, pero juntos aprenderán a vivir un carpe diem real.

Cuando el cielo se vuelva amarillo es una auténtica lección de vida que te hará comprender el verdadero significado del amor, algo muy simple en esencia, pero que el ser humano tiende a complicar innecesariamente.

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