Soy fiel a pocos autores pero, sin duda, Toni Hill es uno de ellos. Si rememoro todo lo que lleva publicado hasta ahora, no recuerdo una novela suya que me haya decepcionado, que me haya gustado menos que otras. Para mí es un autor que mantiene una línea fija, que construye tramas sólidas, interesantes, intrigantes, con personajes contundentes, consiguiendo que me pegue a las páginas del libro en cuestión sin importarme nada más. Aunque no me lance inmediatamente a la lectura en cuanto una nueva publicación sale a la luz, siempre termino leyéndole, guardándome en la recámara esa nueva historia, anticipando la agradable sensación de disfrutar con lo que me tiene preparado, y esperando ese momento -tan reconfortante en esta época de sofá y manta- para entregarme a la lectura. Si nada lo impide, es lo que vaticino hacer en las próximas vacaciones navideñas, apagarlo todo, silenciar el móvil, sentarme en el sofá con una taza de café caliente y algún dulce, y lanzarme a la lectura de La hora del lobo.
Como aperitivo, tuve el placer de volver a reencontrarme con el autor catalán que vino a Sevilla hace unas semanas, para promocionar esta nueva novela, segunda parte de la trilogía que inició con El último verdugo. Vuelven a aparecer Lena. Esta vez tendrá que investigar la muerte de Marta y la desaparición de su hijo Daniel, que huye del hogar en pleno Pirineos, tras presenciar el asesinato de su madre. Por supuesto, también el verdugo, ese personaje misterioso. Y, como siempre, supuso un placer conversar con el autor.
Os dejo con nuestra conversación.
Marisa G.- Toni, un placer tenerte en Sevilla, con La hora del lobo, segunda parte de la trilogía. Quería preguntarte, después de tres novelas independientes, ¿qué hace que te decantes por escribir una trilogía? ¿Es un plan preconcebido o quizá es que crees que el personaje tiene potencial?
T.H.- La segunda opción. Hice una trilogía y si buscas en Internet, vas a encontrar unas declaraciones mías en la que decía que jamás, nunca más en mi vida, me iba a meter en otra trilogía. Luego escribí tres novelas independientes que al acabarlas pasé un duelo, porque cuesta despedirse de los personajes, pero, pasado ese duelo, no tenía ningún interés en rescatar a ninguno de ellos. Había contado lo que tenía que contar y punto. En cambio, con esta, me di cuenta al terminar el primer borrador que quedaban cosas que quería contar pero no cabían en una sola novela, porque al lector le puedes dar información hasta cierto punto. Necesitaba prolongar la historia y además con los dos personajes, con Lena y con el verdugo, que me daban pie. Los dos me pedían salir más.
M.G.- Y aquí los tenemos de nuevo. Sé que esta segunda parte se puede leer de manera independiente pero ¿es conveniente, aunque no necesario, leer la primera?
T.H.- Exacto.
M.G.- Porque son casos diferentes.
T.H.- Son casos diferentes, sí, lo que pasa es que la historia de ellos dos, del psicópata y de la criminóloga, parten de la novela anterior. Ellos tienen una historia en común y aunque no leas la novela previa, vas a entenderla igual pero si lees la anterior, la vas a disfrutar más. Esa es la verdad.
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M.G.- Pues en esta novela la investigación se centra en el niño Daniel Folguera, que desaparece tras presenciar la muerte de su madre. Sus abuelos siempre han creído que el niño sigue vivo porque el cuerpo no se encontró y contratarán a Lena para que lleve a cabo la investigación. Esto no será lo único que ocurra porque esta novela es multitrama.
T.H.- Sí, pero ese es el origen, el asesinato de Marta Folguera y la desaparición de su hijo, un niño de ocho años. En este momento, han pasado siete años.
En realidad, no es que los abuelos no crean que el niño haya muerto, lo que ocurre es que los abuelos no saben siquiera que ese niño existía. ¿Por qué? Porque Marta y sus padres estaban distanciados. Ellos quieren saber quién mató a Marta porque no se ha descubierto y siempre te queda la esperanza de que ese niño haya sobrevivido a la noche. Hablamos del Pirineo, de un niño de ocho años, perdido, del cual no se ha sabido más nada. Hay muchas posibilidades de que se cayera en algún lado pero lo que el lector tendrá claro es que el niño escapó de la casa donde mataron a su madre. Eso lo sabe el lector porque lo lee en la novela, pero sus abuelos no lo saben.
M.G.- Esa será una de las tramas pero luego aparecerán otros adolescentes muertos.
T.H.- Claro, en el mismo lugar. Y casualidad, esos adolescentes tienen la misma edad que tendría Daniel si siguiera vivo ahora. Obviamente ambos casos están relacionados.
M.G.- Y esos jóvenes aparecen en una iglesia, con lo que hay como un componente de crimen ritual. Y luego, por otro lado, introduces un elemento paranormal que, si mal no recuerdo, ya percibimos en Los ángeles de hielo. Tenía ese toque, ¿no?
T.H.- Sí, sí, tenía un toquecito gótico. Es verdad que al final, tanto en una como en otra, pero especialmente en esta, no hay nada paranormal. Es decir, todo tiene una explicación racional. Lo que ocurre es que creo que hay lugares que se prestan a ello. En esta novela, por ejemplo, es un pueblecito, bueno, varios pueblecitos que conforman un municipio del Pirineo. Han pasado siete años desde que mataron a Marta y desapareció el niño, cosas que no suelen ocurrir en estos lugares, de tal modo que lo ocurrido se convierte casi en leyenda, en una incógnita que persigue a todo el mundo, especialmente a los niños de aquel momento. Es fácil que ahora, esos niños, que ya son adolescentes pero siguen siendo impresionables, se dejen llevar por esa mitología que gira alrededor de la casa donde mataron a Marta. Es un espacio siniestro al que no quieres acercarte porque allí se ha producido una muerte cruel.
M.G.- Lena Mayoral, la criminóloga a la que le encargan averiguar qué ocurrió con Daniel y quién mató a la madre, se va a alojar en esa casa. De ella se dice en la sinopsis que tenía un pasado turbulento. El lector que ya conocía a Lena de la novela anterior, ¿qué tipo de Lena se va a encontrar en esta, tanto en el plano personal como en el profesional?
T.H.- Lena vive en un momento muy contradictorio en su vida porque es su época de mayor éxito profesional. En la novela anterior consiguió mucha popularidad. Escribe libros de true crime que leían un número de personas, pero ahora es conocida por sí misma, por ser la persona que atrapó al verdugo y eso le da un plus. La editorial prepara un gran lanzamiento, la invitan a programas de televisión, etcétera, etcétera. Ese gran momento profesional es el que ella intenta aprovechar porque Lena, entre comillas, ha sido siempre una persona muy ambiciosa en el buen sentido. Le gusta el éxito y ha trabajado mucho para conseguirlo. Pero ese momento profesional contrasta con un momento personal terrible. Bueno, terrible, a medias porque ahora tiene pareja. Hay alguien a su lado que la apoya y le da calor, un calor del que ella había pasado durante muchos años. Sin embargo, al mismo tiempo, no está bien porque vivió una experiencia horrible a manos del verdugo. Es imposible que esté bien después de lo que vivió. Tendrías que ser de hierro. Y Lena no es de hierro, aunque vaya por el mundo como si lo fuera.
M.G.- ¿Quizá, esa actitud de mujer que se tiene que poner un escudo es la que hace que el lector, al principio, no empatice mucho con ella?
T.H.- Claro. Es que no es alguien con la que empatizar fácilmente, pero la creé así.
Lena es una niña que se crió sola con una abuela mayor. Se quedó sin padres muy pronto y no tiene hermanos. Ella vivió con esa abuela, una señora que ya estaba cansada y, de repente, le cae una nieta. Y la cuida, sí, pero le supone una carga y Lena aprende que es mejor no hacer nada para no molestar, que es mejor quedarse en un rinconcito. Su abuela era una mujer de otra época, muy exigente, y Lena hereda todo eso. Es muy exigente consigo misma, se acostumbró a estar sola, no era una niña popular en el colegio y no posee grandes habilidades sociales. No es una tía espectacular que se camele a la gente. Lena se ha dedicado a estudiar, a trabajar, a crearse una reputación, una carrera. Y ese ha sido su foco durante todo el tiempo.
En cuanto sus relaciones, ha tenido algunas y en la tercera novela conoceremos más sobre esas relaciones. Pero no ha fructificado ninguna porque ella no se implica. En realidad, ella está mejor sola que acompañada. Es un personaje al que hay que darle una oportunidad.
En cambio, el verdugo es un señor que, para ser un psicópata, tiene mucho más magnetismo, es mucho más atractivo y, en realidad, es posible que te caiga mejor. Es un tipo muy astuto y con una gran habilidad social, todo lo que Lena no tiene.
M.G.- Este verdugo, que en esta novela estará en la cárcel, parece que se comporta como un corderito aunque imagino que tiene que tener mucha sed de venganza.
T.H.- Pero es parte de su juego. Se comporta lo mejor posible y se muestra como un tipo encantador.
M.G.- Es un encantador de serpiente.
T.H.- Totalmente.
M.G.- Y en la cárcel hay más personajes. Hay por ahí un tal Gusano, ¿qué conexión va a tener con los personajes de la trama?
T.H.- Son compañeros de centro penitenciario. En ese ecosistema de la cárcel hay guardias y presos. Quería contar cómo es ese día a día en la cárcel, y cómo el verdugo va ganando espacio y cómo se va conociendo más a sí mismo. A la espera de juicio, le quedan muchos años por delante en la cárcel pero ese tiempo le sirve como proceso de introspección y de contraste con el resto de presos. ¿Quién soy yo en relación a toda esta fauna que hay aquí metida? ¿Soy mejor, soy peor, soy más triste? Él entra en la cárcel pensando que es especial, que es distinto a todo el mundo pero creo que, poco a poco, se va dando cuenta de quién es realmente y de cuál es su verdadera naturaleza.
M.G.- Toni, ¿cómo haces para construir a los malos de tus novelas?
T.H.- A veces, es más difícil construir a los buenos porque los malos son atractivos en sí mismos y los buenos son como sosos. Igual no me los tomo como malos porque ellos no creen que lo sean.
M.G.- Creo que esta pregunta te la hice la primera vez que hablamos, no lo recuerdo. El hecho de que hayas estudiado psicología, ¿te ayuda a configurarlos?
T.H.- Creo que me sirve para abordarlos desde otra perspectiva que, a lo mejor, otros autores no abordan. Por decirlo de alguna manera, intento tratarlos con el mismo respecto que a las víctimas o a los investigadores. Es decir, voy a intentar explicar lo mejor que pueda cómo es esa persona y luego tú, evidentemente, la vas a seguir odiando. No quiero justificarla de modo alguno pero sí quiero darle la oportunidad de que, como lector, la entiendas y luego la condenes, o la condenes a medias porque crees que la vida lo ha llevado por ese camino.
M.G.- Como si fuese una víctima.
T.H.- A veces vemos que las víctimas y los verdugos se entremezclan.
M.G.- Pues me estoy acordando ahora de ese programa de true crime que hizo Carles Porta, en el que veíamos a algunos asesinos de los que dirías que nunca han hecho el mal. Son personas que, en ocasiones, no han tenido otra manera más que salir por ahí. Algunos episodios retrataban situaciones terribles.
T.H.- Y esos son de verdad porque los míos, me los invento. Es que hay vidas muy desafiadas pero eso tampoco sirve de justificación. Hay personas que son malas y que tienden al mal de manera natural. Lo que pasa es que si encima se dan una serie de circunstancias y se lo ponen en bandeja, pues ya no tienen ninguna duda. Pero yo pienso, al contrario que mucha gente, que el ser humano no es bueno o malo por naturaleza, sino que el ser humano es imperfecto por naturaleza, con lo cual, tendrá normalmente partes buenas y partes malas.
M.G.- Y puede ser malo con una persona y bueno con otra.
T.H.- Claro. Señores que maltratan a su mujer y a sus hijos pero cuidan muy bien de un gatito o cuidan muy bien a su madre anciana, o son súper amables en el trato con los vecinos y te ayudan en todo lo que pueden, pero luego, en casa, se convierten en unos monstruos.
M.G.- Bueno, la traición es el tema alrededor del cual gira la trama. Y hay una cita muy buena al inicio del libro que dice: "Todos somos Judas". Todos los somos. En algún momento de nuestra vida, lo somos.
T.H.- Sí.
M.G.- ¿Quién no ha traicionado a alguien alguna vez?
T.H.- Si Judas es el antagonista, sería difícil decir que todos somos Jesús de Nazaret. No, no podemos decir eso. En cambio, sí podemos decir que todos somos, hemos sido o seremos Judas.
M.G.- Toni, siempre te he visto como un autor muy sólido. Desde la primera novela. A lo largo de todas las novelas que has ido publicando, siempre te he visto muy constante. Es mi percepción como lectora tuya. Y te lo digo como piropo. Pero esa es mi percepción, tú, como autor, ¿has visto que has evolucionado mucho?
T.H.- Sí. Y si ahora leyeras El verano de los juguetes muertos te darías cuenta. Lo que pasa es que yo empecé a publicar a los cuarenta o cuarenta y cinco años. No hay obras mías escritas en mi juventud. A los cuarenta y cinco, o sabes o no sabes. Te aseguro que si ahora leyeras El verano... no te parecería mala, pero sí notarías la diferencia.
M.G.- ¿Sí? ¿En cuanto a la técnica y a la construcción de los personajes?
T.H.- Queda mal decirlo, pero creo que la construcción de los personajes siempre se me ha dado bien. Pero sí, lo que es el entramado narrativo, la complejidad de la historia,... en eso notarías diferencia. Lo que pasa es que intento que parezcan historias sencillas, aunque hay mucho trabajo detrás. Hay mucho más trabajo detrás de La hora del lobo o de El último verdugo que detrás de la de El verano... En aquella novela había lo que yo era capaz de hacer en aquel momento.
M.G.- A mí es que todas me han gustado.
T.H.- La gente tiene sus preferidas. Te digo la verdad, yo intento que cada novela, no que sea mejor que la anterior porque lo de mejor o peor es un criterio extraño, pero sí aportar ese algo de mí que no estuviera antes. Es decir, nunca había trabajado con un psicópata de protagonista y ahora estoy escribiendo una trilogía sobre él. Es mucho más fácil trabajar con un inspector como Héctor Salgado, con el que la gente empatiza de manera natural que hacerlo con un psicópata como es el verdugo.
Por otro lado, y como ejemplo, Tigres de cristal es la novela más compleja en todo. Cuando escribo una novela, la única responsabilidad es conmigo mismo y con el lector pero, en esa novela, tenía la responsabilidad de reflejar la vida en un barrio determinado, con unos personajes muy concretos, con gente que dejó sus casas de por aquí para irse a otro lado. Tenía algo que a mí me imponía y quería hacerlo bien. Tampoco quería dulcificar el asunto ni ponerlos a todos como seres maravillosos. Había que mantener muy bien el equilibrio para no hacer una oda.
M.G.- En cuanto a los escenarios, tus novelas siempre se ubican en algún punto de la geografía catalana. ¿Para qué salir de casa si en casa tengo todo lo que busco? ¿No te planteas salir de esa zona?
T.H.- Sí que me lo planteo. No con la tercera novela porque esa seguirá en ese universo pero de cara a nuevos futuros, sí me lo planteo. De todos modos, no me centro en Barcelona sino que amplío mucho el radio. Claro, para mí es más sencillo porque lo conozco todo mejor pero tampoco es imprescindible. Puedo escribir una novela ambientada en otro lugar. En ese caso, tardaré más en escribirla o me costará más viajes.
M.G.- Los que han leído la novela cuentan que la ambientación es fabulosa porque el valle en el que transcurre la acción resulta ser un lugar como con mucho misterio, entre montañas, con pequeños pueblos, donde la gente, más o menos, se conoce.
T.H.- Sí, sí, se conocen todos porque la densidad de población es mínima.
M.G.- Como dice el refrán: ¿pueblo pequeño, infierno grande?
T.H.- Pobres. Me sabe mal porque, en realidad, no es un infierno para nada (ríe). La gente es muy simpática y todo es mucho más idílico de lo que yo cuento en la novela. Por una vez, la realidad es mucho más bonita que el cuento. Es un sitio precioso, y no pasan estas cosas terribles que yo narro. Está llena de iglesias románicas, con sus campanas y ese silencio sobre el que se hace mucho énfasis en la novela... Son pueblos turísticos. La gente va allí en verano porque se está fresquito y también en la temporada de esquí. Pero llega un momento, en el que no hay nadie, en invierno, cuando todavía no ha nevado. Lo mismo, hay turismo los fines de semana, cuando la gente va a ver las iglesias románicas, pero tampoco es una masa de gente. A las siete de la tarde, es silencio es importante.
M.G.- Y no habrá nadie por la calle.
T.H.- Nadie, nadie. Cuando acaban el trabajo, y recogen a los niños del colegio, todos metidos en casa. Hace mucho frío, pero frío de verdad.
M.G.- ¡Y no lo de aquí!
Y Toni, ¿ya tienes fecha para la tercera?
T.H.- Pues, más o menos. A mediados del año que viene, para el verano. Por seguir con la tónica de estas dos.
M.G.- ¿Y no hay nada audiovisual a la vista?
T.H.- Pues mira, siempre parece que sí, y luego, nada. Ahora estamos donde parece que sí, pero no te puedo decir nada porque puede ser que no en cualquier momento. Ya sabes cómo funciona esto, ¿no?
M.G.- Sí, proyectos que salen o no salen.
T.H.- Exacto. Hay un interés muy concreto pero no sabemos qué pasará.
M.G.- A ver qué opinas tú. Imagino que a los autores os hace mucha ilusión que vuestras novelas se lleven al cine o a la televisión pero hay que hacer un guión y es muy difícil condensar lo que leemos en una novela en hora y media o en unos cuantos capítulos. No sé hasta qué punto los autores llegáis a pensar que han manipulado la historia, que lo que muestran no es lo que se ha escrito, que la historia no funciona igual...
T.H.- Sobre eso tengo una visión. A ver, nunca han hecho una serie o una película de mis novelas, cuando la hagan, lo mismo cambia esa visión. Mi visión es que yo he hecho lo que quería que hacer y está ahí. Si cedo una novela para otro formato, la estoy cediendo a otro creador al que doy mi beneplácito. A ver, si resulta que a mi verdugo lo transforman en una señora de setenta años, pues no... En el fondo, es un intercambio. Les estás cediendo un material y ellos se comprometen a adaptarlo de la mejor manera posible. No soy cineasta y en una novela hago lo que me da la gana, como si en la tercera novela los hechos ocurren muy lejos de aquí. Pero en el cine, a lo mejor no se pueden ir tan lejos. En el caso de un libro, el coste de producción es bajísimo, sólo las horas que dedica el autor a la escritura. Pero en el cine o en la televisión, los costes de producción son altísimos. Si encima les complicas las cosas.... Creo que hay que ser respetuoso y, si te gusta mucho el resultado, decirlo. Y si no te gusta, pues mejor callarte.
M.G.- Y vender ese producto como lo que es, ¿no? A veces, un lector quiere ver una serie sobre una novela que ha leído y se encuentra algo distinto.
T.H.- Yo me hago responsable de la novela y admito críticas y elogios. Sobre lo otro, eso ya no es responsabilidad mía. A no ser que ellos quieran implicarme en el guion y estaría dispuesto. Pero, normalmente, no es así. Sí te piden asesoramiento en algún momento. De todos modos, me gustaría por la experiencia y no porque sea mi novela. Me gustaría ver cómo funciona este mundo que conocemos desde fuera y no desde dentro. Pero claro, me lo tendrían que pedir. Creo que es lo más sano que puedes hacer porque si te lo tomas como es que es mi obra y quiero ver todos los matices de mi obra transformados en audiovisual, te vas a llevar un disgusto.
M.G.- Pues sí. Bueno, Toni lo dejamos aquí. Espero poder verte con la tercera.
T.H.- Claro que sí.
Sinopsis: La noche en que Daniel desapareció fue como si la oscuridad se lo hubiera tragado. No se halló el menor rastro del niño; solo encontraron el cuerpo de su madre estrangulada en la casa donde vivían, en un pequeño pueblo de los Pirineos. Siete años después, la criminóloga Lena Mayoral es contratada por la familia de la víctima para recabar nuevas pistas de ese caso que sigue envuelto en una densa bruma de misterio.
Huyendo de sus propias pesadillas —aún está recuperándose del ataque del asesino en serie conocido como «el Verdugo»—, Lena acepta instalarse en la misma casa donde desapareció el niño. Sin embargo, sus investigaciones darán un giro cuando en una de las iglesias del valle aparezca el cadáver de un adolescente de quince años, la misma edad que ahora tendría Daniel.
Mientras tanto, encerrado en la cárcel a la espera de juicio, el Verdugo no olvida a la mujer que lo desenmascaró y cuenta los días para volver a enfrentarse con ella. Rodeada de amenazas que parecen multiplicarse y aislada en un lugar donde los fantasmas a veces parecen reales, Lena se verá arrastrada en una cuenta atrás vertiginosa para evitar que las muertes sigan asolando el valle.
Crónica del último día del Certamen Internacional de Novela Histórica ❝Ciudad de Úbeda❞ y ya no os doy más la lata. Pero es que, si te gusta la novela histórica, en estas entradas puedes encontrar mucha información sobre nuevas novelas históricas, y puedes también conocer a un buen puñado de autores que podrían llegar a convertirse en tus escritores de cabecera. En fin que este certamen es extraordinario, no solo por la calidad de las obras sino por la cercanía con los autores y las actividades paralelas que se organizan. Así que paso a contaros cómo transcurrió la última jornada, en el que tuvimos la presencia de los siguientes autores.
DAVID GÓMEZ: ❝CENTAUROS DEL RIF ES UNA NOVELA MUY ÉPICA❞
Nueve y media de la mañana. El día anterior había sido intenso. Tras las presentaciones, cena y copas correspondientes en La Beltraneja, había que estar fresco para acudir a una nueva presentación. Le tocaba turno al autor David Gómez, al que se le ocurrió la genial idea de premiar a los asistentes con un desayuno a base de churros y organizar el sorteo de una camiseta, con el título de su novela, Centauros del Rif (Edhasa). Fue un rato muy divertido, tras el cual comenzó la presentación de la novela.
Sobre Centauros del Rif, su editora comentó que es una novela sobre el compañerismo, la amistad y la honorabilidad, que narra un pasaje de la guerra de Marruecos muy poco conocida. El autor señaló que el capítulo que se recoge en su novela se empezó a conocer en el año 2012, y todo fue por casualidad, porque «un tipo estaba investigando los archivos y encontró que al regimiento Alcántara se le había concedido la Laureada de San Fernando y no se le había entregado», nos explicó. La Cruz Laureada de San Fernando es una condecoración militar, muy difícil de conseguir y que, en este caso, y a pesar de estar concedida, no había sido entregada. Aquella persona empezó a mover hilos y consiguió que, definitivamente, la condecoración fuera entregada en el año 2012, prácticamente un siglo después.
La novela es una historia que narra el sacrificio de unas personas, con fuertes lazos de amistad entre ellos, pero que verdaderamente no se conocen. «Realmente, en la guerra, conoces a una persona en tres días. No es una amistad de años. Pero esos tres días son tan intensos, que se llegan a tener sentimientos de lealtad y camaradería muy fuertes». David comentó que esta historia siempre le había fascinado y que no entendía cómo no se había rodado una película que recogiera estos hechos.
Por situarnos un poco, se explicó que la acción se inicia en 1921, con el desastre de Annual. Las tropas españolas desplegadas en Marruecos lo están pasando mal. El campamento español está rodeado por las tribus rifeñas, comandados por Abdelkrim. Los españoles están perdidos. No saben qué hacer porque además reciben órdenes y contraórdenes. Todo es un caos. Por otro lado, el regimiento Alcántara, cuya zona de actividad era el Protectorado, el norte de la comandancia de Melilla, andaba haciendo las labores de escolta que le habían asignado cuando, de repente, se encuentra con la desbandada de Annual, con cinco mil soldados que huyen.«Fernando Primo Rivera, que es el que manda el regimiento, se da cuenta de la gravedad de la situación y toma cartas en el asunto, actuando como un verdadero líder», aclaró. Añadió David que Primo de Rivera tomó decisiones muy acertadas. «Decide proteger a toda esa desbandada e interponerse entre el enemigo y los compatriotas». Es decir, él opta por el sacrificio y es lo que le dice a sus jinetes.
La desbandada de Annual se produce en un paraje inhóspito, en pleno mes de julio. El calor era sofocante y los soldados que huyen están desfallecidos, hambrientos, heridos y muertos de sed.«La situación era tristísima. No había carreteras, sólo caminos del ancho de una carreta, con barrancadas». Los rifeños esperaban en Izumar, apostados en altura y fusilando a todos los soldados que huían. Estaban rodeados, con el calor, el polvo que se levantaba de los caminos, recibiendo disparos de un lado y otro, con el miedo a los rifeños. «Pero el regimiento Alcántara decide interponerse, subiendo las laderas de la montaña, lo que supuso un gran esfuerzo para los caballos y para los propios jinetes», explicó. La caballería llevó a cabo una labor de protección. Fue una huida hacia delante, llegando a campamentos y abandonándolos después, porque la sublevación de los rifeños era cada vez mayor.«Retirada tras retirada, la moral de los españoles va bajando. El regimiento Alcántara es el único que mantiene alta la moral y la honra de aquel ejército», siguió contando. Al final, llegarán al campamento Dar Drius, «el campamento estrella, bien aprovisionado, bien municionado». Aquel campamento estaba ubicado en una zona llana con buen tiro, un lugar perfecto para defenderse pero el general Navarro decide que tienen que abandonar aquel campamento también para desplazarse a Melilla. Eso los obligaba a atravesar un río con su cauce seco, donde los moros los estaban esperando. La tropa que salía de Dar Drius estaba totalmente desmoralizada y Fernando Primo de Rivera sabe que ha llegado su momento, el momento del sacrificio definitivo.«Arenga a los seiscientos soldados que están con él, una tropa que prácticamente no ha dormido, que está cansada, los caballos también lo están y saben que le toca lo más difícil». Para simular esa arenga, David introduce un grito de guerra que sirve para animar a las tropas, aquel lema era ¡Si nos llaman, respondemos!, un grito que al autor se le ocurrió gracias a su hijo.
La historia de Centauros del Rif no la cuenta un jinete sino un periodista, Luis Codrán, desplazado hasta la guerra de Marruecos, para acompañar a los españoles, mientras los pers¡guen los rifeños.«Luis Codrán es un joven, y como tal, es un tanto incauto e inconsciente, por eso se mete en todo este berenjenal». Viendo la situación de las tropas españolas, en Codrán también empezará a nacer un sentimiento de lealtad hacia ellos, madurando al ver lo que se sufría en esta guerra. A través de sus crónicas, en España se sabrá lo que estaba ocurriendo en Marruecos.
Una novela muy épica, que cuenta con un epílogo firmado por un jinete del Alcántara ya, según nos dijo, habían contactado con él personas de este regimiento. «Necesitaba a alguien que me hiciera de filtro y qué mejor persona que un coronel del Alcántara y que además es jinete», comentó. El autor nos dijo que le pasó el manuscrito, al que le hicieron algunas correcciones técnicas. Fue este coronal el que epiloga el libro.
Sinopsis: LA ÚLTIMA CARGA DEL ALCÁNTARA
Toque de carga. Y el regimiento de caballería Cazadores de Alcántara nº 14 responde de inmediato a la llamada.
En plena retirada de Annual, lo que queda del ejército español del general Silvestre es hostigado por las tribus rifeñas de Abd el-Krim. Por el camino, y en cada estación, miles de cuerpos de pudren bajo el ardiente sol del desierto. Monte Arruit es la única salvación posible para los españoles, pero para ello deben cruzar el río Gan, donde los espera el enemigo atrincherado, sediento de sangre y venganza.
Junto al líder del Alcántara, el teniente coronel Fernando Primo de Rivera, cabalga un testigo de excepción: Luis Codrán. Como periodista, su obligación es narrar la crónica de la jornada.
Todos y cada uno de los hombres tiene un deber en la carga de caballería que está por venir. Y nadie, ese 23 de julio de 1921, puede mostrar cobardía.
Aventura de tintes épicos y trágicos, David Gómez rescata en Centauros del Rif, su segunda novela, un episodio olvidado de la guerra de Marruecos. Con exquisita delicadeza narrativa, y una mezcla casi perfecta de ficción y realidad, es ésta una historia de lealtad, valor, amor, muerte y amistad.
Esta es la primera novela sobre la carga del Alcántara, un hito de la historia de la guerra de Marruecos, en el África española de inicios del siglo XX.
EMMA LIRA: ❝LA MISIÓN DE CLEOPATRA SELENE FUE PRESERVAR EL LEGADO DE SU MADRE❞.
La segunda presentación del día nos trajo a Emma Lira que llegó a Úbeda para presentar La luna sobre Roma(Espasa), una novela en la que nos vamos a encontrar con los hijos de Cleopatra, sobre todo con Selene, una muchacha de diez años que vivirá una situación complicada, una joven que no se permitía llorar porque no era una niña, sino una princesa.
La presentación se inició incidiendo sobre el título de la novela. Explicó la autora que la hija de Cleopatra se llamaba Cleopatra Selene, es decir, Cleopatra luna. «Parece ser que Cleopatra eligió los nombres de sus hijos de acuerdo con la dinastía y Marco Antonio, que era el padre de esos niños, eligió como el adjetivo griego que les calificara. Entonces Cleopatra fue Cleopatra Selene, Cleopatra Luna, y Alejandro fue Alejandro Helios, Alejandro Sol», explicó Lira. Cleopatra Selena fue desterrada de Alejandría, al perderse la batalla de Actium, viéndose obligada a marcharse a Roma, patria de su padre muerto. «Roma es la ciudad del enemigo, una ciudad que le es hostil. De ahí ese juego de la luna sobre Roma», aclaró.
Emma Lira comentó que su intención era escribir sobre los hijos olvidados de Cleopatra. Al margen de Cesarión, el hijo que ella tuvo con César, hay otros tres niños más en esta historia. Los mayores son mellizos y tienen diez años; mientras que el pequeño tendrá seis. Será Augusto quien decida llevarse estos niños a Roma para que los cuide su hermana. «Su hermana es la esposa de Marco Antonio, la mujer a la que Marco Antonio ha dejado por Cleopatra, la madre de sus hijas, que pasarán a la historia como madres de emperadores: Antonia la mayor y Antonia, la menor». Esos niños tendrán que vivir en la casa de Octavia, «una mujer por la que se ha librado una guerra», afirmó.
Lira insistió en una idea que ya se había planteado en otras presentaciones del certamen y es que, a juicio de los autores, las mujeres y los niños tienen muchísima importancia, aunque nunca han trascendido a la historia. Estos serán niños que pasan a la historia. «Ahí está Tiberio y también el futuro padre de Claudio». Niños que luego gobernarán Roma. «Son diez niños, de edades entre los seis y los quince años de edad aproximadamente. Todos viven en la misma casa, algunos son hermanastros entre ellos», dijo. Los hijos de Cleopatra llegarán a Roma y se encontrarán con las hijas romanas de su padre y con el hijo romano que su padre tuvo con otra esposa. Hijos de Marco Antonio a los que no conocían; hijos de Livia, la mujer de Augusto; hijos de Octavia, la mujer que dirige la casa y que, «de alguna manera está criando a esas futuras generaciones de Octavio».
El lector encontrará en esta novela una carta que Cleopatra escribe a Octavia, en el que le anuncia que le hace entrega de su mayor tesoro, que son sus hijos, y pidiéndole que los cuide como propios. No se trata de una carta real pero Lira nos explicó que trató de ponerse en la piel de Cleopatra, de una madre.«Trato de ponerme en la mente de estas personas que han sido gobernantes, que han soñado con un Egipto importante y en relación de igualdad con Roma», pero todos esos sueños se quebraron y eso los empuja a elegir sus destinos. Deciden morir antes de ser llevados a Roma para ser exhibidos.«Marco Antonio se suicida y Cleopatra orquesta su suicidio de una manera que sea toda una escenografía espectacular, que esté súper bien vestida, maquillada, sus cosas, sus esclavas al lado, todo organizado». En toda esta puesta en escena, Cleopatra no deja de ser una madre y seguro que pensó qué iba a pasar con sus tres hijos.«Pienso que, como madre, ella alude a quien sabe que va a decidir el futuro de esos niños, que es la mujer de Octavio», aclaró. A pesar de que ambas son rivales, porque Octavia fue abandonada por Marco Antonio en favor de Cleopatra, esta última le escribe desde el corazón de un madre.
La gran protagonista será Cleopatra Selene, que llegará a Roma con diez años.«A partir de ahí, crecerá, evolucionará y madurará». El traslado a Roma será algo difícil para ella. A pesar de su corta edad, Selene entiende lo que ocurre a su alrededor aunque nadie se lo explique claramente.«Entiendo que esta niña, a esa edad, se mira en su madre y siente que, de alguna manera, ella tiene que estar a la altura de esas expectativas y de lo que su madre ha mostrado ser y ha sido durante todo su reinado». Cleopatra llamará a Selene para despedirse de sus hijos. La llama a ella y no a los otros dos hermanos varones, «probablemente su madre busque su igual, a la niña, porque es más madura que los niños, y a ella le pedirá que cuide de sus hermanos», explicó Lira. La misión de Selene será cuidar a los suyos, evitar que el legado de su madre se olvide, del que ella es la representante. «Ella vive para vengar la memoria de sus padres y para estar siempre a la altura de las circunstancias, con lo cual no puede permitirse llorar en público, no puede mostrarse humillada», aunque pasará de ser una princesa a desfilar por la calles de Roma, encadenada. Con cadenas de oro, eso sí. Veremos a los hijos de Cleopatra atados porque a la propia Cleopatra ya no podían humillarla así, tras su muerte.«No me quiero imaginar esos tres niños pequeños, con esa multitud gritándoles, abucheándoles, con ese desfile de objetos que ellos saben que están sacados de su palacio,-los cofres, los tesoros, las sillas de madera-, todo el botín que han robado en Egipto», afirmó. Los tres niños desfilarán maniatados no sólo ante los romanos sino también ante sus propios hermanastros, los otros hijos de Marco Antonio, que son, de alguna manera, los vencedores.
¿Y cómo reciben los otros hijos de Marco Antonio a los hijos de su padre y Cleopatra? «Pues imagínate a esos niños que llevan oyendo esa propaganda contra Egipto, contra Cleopatra. Y a esas hijas de Octavia, que saben que Marco Antonio engañó y abandonó a su madre por Cleopatra». Inevitablemente, entre esos niños debía existir algún resquemor.
Octavio es uno de los grandes protagonistas masculinos de la novela.«Me daba muchísimo miedo meterme con la figura de Octavio porque lo que yo quería era contar la historia de Cleopatra Selene y pretendía que Octavio fura solo un figurante», confesó Lira. Sin embargo, la autora tuvo que virar el rumbo porque entendió que, para contar a Selene, se hacía necesario contar a Octavio, «el hombre que decide el futuro de la muchacha, que se la lleva a Roma y que verá en ella un reflejo absoluto de su madre». Octavio ha vencido a Cleopatra pero tiene a su lado a su hija, una niña que trata de seguir la senda de su madre. «He tratado de mostrar la figura de Octavio de la misma forma que lo ve Selene, como un enemigo, como un monstruo, pero, poco a poco, lo humaniza, aunque tratará de impedir que ese cambio de perspectiva la distraiga de su objetivo, de la venganza», aclaró. No obstante, Selene se irá dando cuenta de que no todo se reduce a ser bueno o malo, sino que hay decisiones que se deben de tomar en determinados momentos.«He intentado que el lector vaya viendo a ese Octavio que, si al principio lo considerará como el malo, luego comenzará a humanizarse y eso permite que el lector sienta cierta empatía por él».
Sinopsis: No pudo evitar preguntarse por qué el asesino de sus padres la quería viva. Y si eso no era una razón suficiente para desear estar muerta.
Cuando la mañana del 10 de agosto del año 30 a.C. la reina egipcia Cleopatra es encontrada muerta por la guarnición romana encargada de custodiarla para llevarla a Roma para el desfile triunfal de Octavio, la cólera de los romanos recae sobre sus dos hijos mellizos, Cleopatra Selene (Luna) y Alejandro Helios (Sol), de apenas diez años. Son acusados de haber ayudado a su madre a darse muerte, escatimando así el golpe de efecto que hubiese tenido la presencia de la orgullosa egipcia encadenada por las calles de Roma. Los mellizos, juntos con su hermano menor, Ptolomeo Filadelfo, son apresados y llevados a la península itálica. Son los hijos de la reina vencida y del triunviro Marco Antonio, que se ha suicidado también ante la victoria de Octavio.
Los niños llegan horrorizados a Roma en compañía de su tutor y son obligados a desfilar encadenados ante el carro de Octavio, el futuro emperador Augusto, pero su corta edad despierta la compasión del pueblo romano. En la creencia de que quizá puedan serle útiles en el futuro, Octavio accede a perdonarles la vida y ponerlos bajo la tutela de Octavia, su hermana y la legítima esposa de Marco Antonio, la mujer a la que abandonó para unirse a Cleopatra.
Comienza así esta ambiciosa novela histórica, en la que el lector asistirá a la manipulación de una niña por parte de Roma, y a su increíble peripecia para sobrevivir en un mundo de intrigas.
MARTIN LLADE: ❝QUERÍA QUE EL MISTERIO RAZUMOVSKI FUERA UNA NOVELA DE AVENTURAS Y DE MÚSICA❞.
La mañana continuó con la presencia de Martín Llade. Periodista y escritor, Llade es nacido en San Sebastián y es locutor, al que muchos conocemos por su trayectoria en radio, aunque también es la voz del Concierto de Año Nuevo desde 2018. Desde siempre ha enfocado su carrera al periodismo cultural. Premio Ondas y conductor de programas radiofónicos como Sinfonía de la mañana y Notas a pie de página, que comparte con Espido Freire, también es autor de libros de relatos. Sin embargo, El misterio Razumovski(Ediciones B) es la primera novela histórica que publica, apostando por la figura de Beethoven, al que hace detective, y centra en la época del Congreso de Viena de 1814.
Martín Llade nos explicó que la novela nace a raíz de una broma. Una editorial le dijo que estaban interesados especialmente en novela policíaca y se planteó trasladar su historia a ese género, convirtiendo a Beethoven en detective. De este modo nació El misterio Razumovski. Razumovski fue un conde ruso, embajador de su país en Viena y voz cantante del Congreso de Viena de 1814. A este conde le ocurrió algo durante la celebración del congreso y aquello fue el detonante para arrancar esta novela. Para el desarrollo de los hechos, Llade convierte a Beethoven en detective, mientras que su secretario, Anton Schindler, sería como una especie de Watson. Sobre Schindler, Llade comentó que es considerado «el biógrafo más mentiroso de los biógrafos de Beethoven». Beethoven y Schindler se conocieron en septiembre de 1814, cuando Schindler es detenido al ser confundido por un manifestante revolucionario. Beethoven, por mediación de un amigo en común, intercede por él, y a partir de ahí inician una amistad.
Se comentó que esta novela exige cierto esfuerzo por parte del lector, ya que cuenta con numerosos personajes y diversos hilos narrativos que requieren de concentración y continuidad en la lectura. El autor vuelca en esta novela su conocimiento musical y posa la mirada en un pasaje de la Historia de Europa tan importante como el Congreso de Viena, germen de la Europa post napoleónica, con aquellas reuniones de las potencias europeas que habían conseguido derribar a Napoleón y que comenzaban a repartirse Europa.
La novela recoge en cuatro meses toda la existencia de Beethoven. «La trama es ficticia pero las cosas que se hablan de su vida son todas reales y han sucedido o sucedieron después de este año», aclaró Llade. Al margen de esa esfera vital del compositor, la novela recoge la música de la época en los ochenta capítulos sobre los que se sustenta este libro.«Ochenta capítulos. Ochenta personajes. Ochenta melodías, a las que se accede a través de un código QR», explicó. Al principio de cada capítulo encontraremos el título de una pieza musical y su correspondiente código QR. «Creo que el formato con QR va a terminar por imponerse porque convierte la lectura de un libro en una experiencia multimedia», vaticinó el autor.
De los ochenta personajes, solo cinco son ficticios. Pero centrándonos en Beethoven, y como ya se ha comentado, Llade opta por convertirlo en detective, una persona que usa los procesos de investigación para relajarse de la tensión que le produce la creación musical. Esa investigación se centrará en el asesinato de una anciana que tenía una relación estrecha con la familia Razumovski. La sordera de Beethoven será un gran aliado en esta investigación porque el resto de sus sentidos se agudizarán. Incluso llegará a distinguir la nacionalidad de una persona por su forma de andar, algo que forma parte de la ficción de la novela. No sólo eso, también veremos a un Beethoven capaz de leer los labios, «aunque no tengo constancia de que lo hiciera». El físico del compositor también jugará a favor del personaje. «Beethoven tuvo una relación muy intensa con muchísimas mujeres, incluida la famosa amada inmortal, cuya identidad nunca se ha podido dilucidar exactamente», dijo Llade. Otra de las mujeres que se relacionan con el compositor es la condesa Josephine Brunsvik, con la que él quería casarse, pero al no ser aristócrata, la familia de ella trató de evitar ese casamiento a toda costa.
El lector encontrará entre las páginas de la novela cierta dosis de humor que hila bien a través de un personaje de nacionalidad española. Pedro Gómez Labrador fue embajador español de Fernando VII, «al que no dejaban entrar en ninguna parte».Martín Llade comentó que España, durante la celebración del Congreso de Viena, fue llevada la irrelevancia. «Aunque asistió al congreso, no consiguió nada», añadió. El papel de España en ese momento es triste y aunque el autor lo caricaturiza un tanto, «realmente es lo que pasó» y a partir de ahí entramos en declive de tal modo que la presencia de España en la esfera internacional no ha mejorado mucho a día de hoy. «Hay muchas cosas en esta novela que nos remiten a la actualidad. De hecho, cuando empecé a escribir la novela, se produjo la invasión de Ucrania y un montón de lugares que yo no conocía, pero que había citado en la novela, de repente, eran mencionados también todos los días en el telediario».
Con respecto a sus referencias, Llade comentó que, en cuanto a la trama, ha querido seguir el estilo de Alejandro Dumas. «Quería que esta novela fuera de aventuras y música». También ha querido rendir homenaje a Agatha Christie o a J.K.Rowling. «Me encanta cómo ella te coge doce tramas y las resuelve en cadena».
Estructurada en cuatro partes, como los cuatro movimientos de la Novena Sinfonía de Beethoven, estamos ante una novela que desmitifica la imagen que nos ha llegado de algún personaje, a la que no le falta su duelo y, en definitiva, una novela propia del siglo XIX, escrita desde 2024.
Sinopsis: Viena, 1814. Mientras en la ciudad se celebra un congreso para decidir el destino de Europa tras la derrota de Napoleón, el joven Anton Schindler conoce a Beethoven, el mayor compositor de todos los tiempos. El músico es ya un hombre sordo, colérico, apasionado y radical, pero lo que Schindler ignora es que también es un genial detective aficionado. Así que, cuando la anciana criada del conde Razumovski es asesinada, ambos se embarcarán en una investigación que los llevará de las refinadas salas de conciertos a los burdeles, y de los violentos duelos de madrugada a las elegantes cacerías de nobles, en busca de una verdad que está cubierta por una tupida maraña de secretos. Entretanto, Beethoven se prepara para escribir la que será su obra más importante: la Novena sinfonía, la composición que revolucionará para siempre el mundo de la música.
DAVID YAGUE: ❝EGILO FUE UNA REINA DOBLEMENTE PERDEDORA❞
El periodista David Yagüe pisó suelo ubetense para presentar su novela titulada La última reina goda (La esfera de los libros), en la que se narra la vida de la reina Egilo, esposa del rey Roderico, que perderá su posición de poder y terminará como rehén del ejército musulmán, tras la entrada de este en la península.
Han pasado diez años desde su primera y anterior novela histórica, Los últimos días del imperio celeste. En este tiempo el autor asegura que ha estado escribiendo y tiene actualmente un manuscrito del que piensa que no verá nunca luz. En ese manuscrito aparece de manera fugaz la figura de Egilo. Son sólo dos páginas pero «cuando me tuve que documentar para que esas dos páginas tuvieran consistencia, entendí que había equivocado el foco y que la novela tenía que ser sobre ella, sobre su historia». Ya no bastaba con un cameo sino que Egilo requería un papel protagonista en toda regla.
En cuanto a la época, Yagüe aclaró que le gusta buscar épocas de la Historia que le permitan una lectura actual.«El año 711 tiene varias lecturas que pueden resultar muy cercanas a una persona que viva hoy en el mundo, a pesar de ser muy lejano». Por un lado, está el debate de la multiculturalidad, del choque cultural, de la dificultad de la convivencia entre personas de distintas culturas y Yagüe cree que eso se vivió entonces y también se vive hoy, por lo tanto es fácil establecer una conexión.«Pero es que además me llama la atención que el 711, para la gente que vivía en la península Ibérica, supuso un cambio muy veloz». Hoy también estamos acostumbrados a cambios muy rápidos a través de los grandes avances tecnológicos pero es que en tan sólo un año, en el 711, también se produjeron cambios muy veloces. «La estructura de poder del reino visigodo de Toledo se derrumba y comienza a nacer una nueva administración, con un credo distinto, con unas políticas fiscales distintas. Para la gente que lo vivió debió ser un cambio terrible y muy veloz», afirmó. Por todo ello, el autor cree que se pueden establecer conexiones emocionales muy potentes entre el lector actual y la historia acaecida en el 711.
También se habló del hecho de vivir en cualquier época y no saber si tu paso por el mundo va a pasar a la historia. «La situación de Egilo fue más sangrante porque fue doblemente perdedora». Quedó viuda del rey Rodrigo, que caerá en la batalla de la Janda o de Guadalete, y a eso se añade que ella terminará por ser casada con el hijo de Muza, el conquistador de la península ibérica, primer gobernador de Al-Andalus. Es decir, que Egilo será «la última señora del reino visigodo de Toledo y es la primera señora, podríamos llamarla así, de Al-Ándalus y en esta elección también acabará perdiendo», dijo sin añadir nada más para evitar hacer spoilers. Por un motivo o por otro, las crónicas cristianas y las crónicas islámicas la dejarán en muy mal lugar. La imagen que se da de ella es la de «una mujer ambiciosa, que trata de manipular a su esposo, totalmente indomable». Pero también hay historiadores que, no es que desmientan esa imagen, pero si la ponen en tela de juicio, invitándonos a preguntarnos si realmente la reina era así. Y esas preguntas son las que el autor pretende generar con la lectura de esa novela, pero sin tratar de cambiar la historia que conocemos, sino únicamente tratando de interpretarla. A pesar de lo expuesto, el autor considera que Egilo, en algún momento, no cae tan simpática como cabría esperar de una heroína de novela histórica clásica. En realidad, Egilo tuvo que adaptarse a su nueva realidad, «y eso hace que el personaje tenga que tomar decisiones complejas». Yagüe asegura que a los personajes que, por tradición, nos pueden resultar menos simpáticos, debemos entender por qué hacen lo que hacen y, a su vez, deberíamos preguntarnos si, en su misma situación, no hubiéramos hecho lo mismo.
La novela cuenta con una estructura peculiar.«El arranque de la novela es una especie de capítulo, contado como una cuenta atrás, donde yo cuento varios momentos de la vida de Egilo, anterior a lo que va a ser el centro de la novela», explicó. Al ponerse el contador en cero, se inicia el grueso de la trama, es decir, su experiencia desde la caída del reinado de Toledo en adelante. Por otra parte, cada bloque de la novela se centra en un rol que asumirá Egilo en cada momento.«Habrá roles que tenga más constatación histórica y otros que son fruto de mi fabulación».
Hablo también de otro personaje ficticio, Baddo, una dama de compañía con la que trata de acercarse al lector. «No es una gran reina, es una mujer más o menos normal, que ve las cosas con una cierta normalidad y que además tiene una capacidad de adaptación mayor que Egilo, porque ella no se juega tanto, obviamente».Será un personaje con la que lector podrá empatizar, que irá evolucionando y, gracias a ella, nos esperan muchas sorpresas.
Novela en la que el lector también encontrará mucha acción, como un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, combates, guiños, homenajes, como el que haceal Ivanhoe de Walter Scot, letras de canciones modernas que arrancan algún capítulo, citas de novelas contemporáneas,... «Y también hay guiños a autores de novelas históricas que han marcado, y han influido en mi manera de mirar la novela histórica, como Rosemary Sutcliff, autora de Águila de la novela legión», aclaró.
Sinopsis: Un mundo se derrumba. Otro, nace.
Entre ambos existió una mujer
que estuvo a punto de cambiar la Historia.
Año 711, las huestes musulmanas han tomado Hispania por la fuerza de la espada y avanzan imparables. El reino visigodo de Toledo se desmorona y los nuevos amos toman su botín. Entre los cientos de cautivos se encuentra Egilo, la altiva y orgullosa viuda de Rodrigo. Una mujer destinada a adentrarse en la anónima niebla del pasado que, sin embargo, se convertirá en pieza clave de un momento histórico convulso.
La última reina goda es una novela de pequeños y grandes personajes que asistieron al amanecer de un nuevo mundo, donde el peligro y las amenazas eran constantes. Porque, a veces, quienes apenas salen mencionados en las crónicas del pasado fueron los que estuvieron a punto de reescribir la historia en un tiempo en el que el destino no estaba marcado.
JOSÉ SOTO CHICA: ❝LA VENGANZA ES UN TEMA QUE ME APASIONADA DESDE QUE LA EXPERIMENTÉ EN LA GUERRA DE BOSNIA❞
El penúltimo encuentro nos trajo a José Soto Chica, doctor en Historia Antigua por la Universidad de Granada, gran ensayista y galardonado en varias ocasiones, que vino a presentar Hasta que pueda matarte (Desperta Ferro Ediciones). Al contrario de sus otras novelas, en esta ha optado por dar un salto de mil años y nos lleva de la mano al Mediterráneo del siglo XVI. Al respeto, Soto Chica comentó que siempre le apasionó «el siglo de los imperios de Edad Moderna», un siglo en el que se lleva a cabo una disputa por la hegemonía mundial. Pero existe una razón aún más personal que explica la elección del contexto temporal de esta novela. «Yo nací y vivo en Santa Fe, una ciudad que fue fundada para acercar y rendir Granada, la Granada de los nazaríes, y fue también una fundación militar destinada precisamente a controlar a la población morisca que se había rendido, pero que había que integrar», explicó el autor. En este sentido, la guerra de las Alpujarras parece ser uno de los puntos fuertes de la novela, una guerra que, a juicio del autor, está poco estudiada y que, en las ocasiones en las que ha sido narrada, se hace habitualmente desde una perspectiva sentimental y cultural, y «no como lo que fue sin duda una de las guerras fundamentales para entender la España del siglo XVI». Especialista en la historia que se recoge entre los siglos IV y IX, el autor confesó que le apetecía salir de su área habitual. «A mí me apasiona investigar, me apasiona aprender y lanzarme a una época que me gustaba pero de la que no soy especialista». Para él, adentrarse en el siglo XVI era un desafío, un reto. En resumen, lo que ha empujado al autor a escribir sobre este siglo ha sido «mi propio origen, las ganas de cambiar de época para tener un poquito más de libertad narrativa y, sobre todo, la necesidad de descubrir, de investigar, de aprender».
Hasta que pueda matarte, en palabras del editor, tiene un aire a las viejas novelas de aventuras, como aquellas que en su día firmaron autores como Dumas o Conrad. Asegura José Soto que esta novela rinde homenaje a aquellas denominadas de capa y espada, novelas de aventuras.«Es una novela que está pensada para que uno no pueda dejar de leer en el sentido clásico del término», aclaró. Los guiños a estos autores son intencionados pero su intención era también sumergir al lector en una época apasionante y «habitualmente desenfocada», que aparta la mirada del foco del Mediterráneo.
La trama gira alrededor del deseo de venganza que nace entre dos hombres. Por un lado, José de Monteagudo, un soldado de los tercios. Por otro, Mehmet al-Rumi, un oficial turco. Hombres que son reflejo de sus respectivos imperios. «La venganza es un tema que me apasiona desde que la experimenté en la guerra de Bosnia», afirmó el autor que hizo mención a su participación en conflictos bélicos. Nos explicó que hay muchas personas experimentan en su vida la necesidad de reparar un mal, de clamar venganza. Se sabe que la venganza es una de las fuerzas fundamentales de nuestra existencia, junto con el amor y el deseo de justicia. «Quería explorar el sentimiento de venganza, casi como fuerza dramática, en el sentido de que, a menudo, te puede empujar en una dirección que tú no quieres ir, pero ese deseo se vuelve más fuerte que tú», comentó. Por este motivo, la novela lleva como título Hasta que pueda matarte porque, hasta que eso no ocurra, el protagonista no podrá descansar.
Sobre los personajes, Mehmet al-Rumi es una persona con doble faz. Por un lado, es malo, malísimo pero, a su vez, es bueno para los suyos. «Mehmet tenía un papel fundamental en mi esquema de la novela pero no tanto como al final ha resultado ser». Sobre la maldad del ser humano nos contó una anécdota que vivió durante la guerra de Bosnia, donde conoció a un padre de familia que cuidaba muy bien de los suyos, un hombre normal, al que le gustaba el fútbol y jugaba con su hijo, pero que, a la vez, era un francotirador y probablemente mataría a mujeres y niños. «Tener estas experiencias te obliga a replantear qué es el mal y quién lo practica». Soto Chica asegura que no todos los que ejercen el mal son psicópatas o personas enfermas, sino gente como todos nosotros que, en ocasiones, no dejan de ser más juguetes de las circunstancias que les toca vivir. Esta idea está en Mehmet, un personaje potente, poliédrico pero también muy creíble «porque está construido a partir de experiencias vitales mías», aseguró.
Se comentó que Mehmet y Monteagudo son dos personajes que sufren, tanto psíquica como físicamente, y su sufrimiento resulta muy real para el lector, una sensación que el autor ha conseguido por medio de sus experiencias en la guerra, a través del dolor que él mismo ha experimentado. «La guerra es una cosa muy desagradable y, a menudo, nos la cuentan como si uno saliera de una batalla con la corbata bien anudada al cuello y sin mancharse mucho», bromeó. Pero una guerra es sufrimiento, enfermedad, calor, piojos, sangre y, por supuesto, dolor. «Podía contar cosas que, a lo mejor, otras personas no pueden, lo que se siente cuando un ojo se sale de su órbita y hay que limpiarlo, o cuando la metralla te alcanza en el cuerpo». Dijo Soto Chica que le apetecía compartir este tipo de cosas «porque el dolor nos dignifica», un dolor que, inevitablemente, nos tocará a todos, de una manera o de otra.
Junto a los dos grandes protagonistas, girarán un curioso grupo de secundarios, como María, la bailaora, que fue la única mujer que combatió en Lepanto, o López de Figueroa cuya propia vida es de novela, o don Juan de Austria, sobre el que el autor dijo que para él fue un desafío meterse en su piel, en la piel de un joven de 22 años, al que nombran capitán general de una de las guerras más despiadadas. Comentó que la guerra de las Alpujarras fue una de las guerras más duras y más crueles que se han librado en suelo español y durante esta contienda, don Juan de Austria tuvo que probarse a sí mismo. Aunque bastardo, fue un hombre al que se le exigió que demostrara ser hijo del emperador.«Y ese don Juan inseguro que, poco a poco va cobrando confianza en sí mismo, y que va demostrando a todo el mundo que está allí, no sólo porque es hijo o hermano de quien es, sino por sí mismo, irá evolucionando hasta llegar a Lepanto», aseguró. En cuanto al resto de secundarios, comentó Soto Chica que para él resultaron fundamentales«porque me permitían explorar un montón de ángulos». Con respecto a María, la bailaora, dijo que de ella se sabe muy poco, que peleó en Lepanto con valor,«hasta el punto de que le dieron plaza en el mejor tercio de la época, que era el de López de Figueroa». Pero este personaje también le permite al autor explorar la vida de tabernas en la Granada del siglo XVI.
El autor ha tratado de meter al lector de pleno en la batalla de Lepanto. Para ello describe el enfrentamiento entre la galera de don Juan de Austria y la Sultana, «dos monstruos del mar, dos galeras que se embisten, que se cañonean y que luego al asalto de una a otra, perdiéndose y ganándose una y otra vez la cubierta de cada una de ellas. Fue algo realmente increíble y épico». Lepanto es el desenlace de la guerra de las Alpujarras, «un desenlace que fue celebrado en todo el mundo cristiano como la gran victoria». Para que nos hiciéramos una idea, explicó que encuatro horas de combate hubo veintiséis veces más muertos que en la playa de Omaha en 1944 y es que, como apuntó José Soto «toda batalla es un descenso a los infiernos, donde encontramos lo mejor y lo peor del ser humano».
Pero no estamos únicamente ante una novela de aventuras, el amor también asomará entre las páginas de esta novela.«La historia de amor de María, la bailaora, es una gran historia de amor, pero también lo será la de una noble turca y la de Mehmet, un simple oficial jenízaro que no puede aspirar a una dama de tan alta alcurnia».
Guerra, aventuras, amor y viajes en la última novela de José Soto Chica.
Sinopsis: Año del Señor de 1569,año 977 de la hégira. Las Alpujarras, reino de Granada. José de Monteagudo, alférez del Tercio de Granada. Mehmet al-Rumi, jenízaro al mando de una orta turca. Dos hombres con una cuenta pendiente, dispuestos a hacer lo que sea para saldarla. Lo que sea. Hasta que pueda matarte es una novela histórica que gira alrededor del deseo de venganza como imparable fuerza motora, con dos hombres enfrentados a muerte como enfrentadas a muerte estuvieron sus patrias, la Monarquía Hispánica y el Imperio otomano, pugnando por la hegemonía en un Mediterráneo surcado por galeras y tinto de tanta sangre vertida.
El renombrado novelista e historiador José Soto Chica hace danzar a sus dos protagonistas como derviches alrededor de una espada, dos hombres que se encuentran durante la infausta rebelión de los moriscos para perseguirse sin tregua. En medio, el tesoro de un rey y una mujer, María la Bailaora, que busca la manera de escapar de un destino que ella nunca decide. Una trepidante historia de odios y traiciones, que nos lleva desde una cueva en la escarpada sierra granadina al asedio de Galera, donde don Juan de Austria se batirá el cobre para demostrar que no es solo el hermano bastardo del rey Felipe II, para dirimirse en aguas de Lepanto, una –¿última?– oportunidad para que los dos enemigos se citen de nuevo con la de los ojos negros. Hasta que pueda matarte.
VÍCTOR FERNÁNDEZ CORREA: ❝ME EMOCIONA EL FEEDBACK QUE RECIBO DE LOS LECTORES❞
Cerraba la última presentación del Certamen Internacional de Novela Histórica el autor Víctor Fernández Correa, que acudió a la presentación de su novela, Hambre de gloria(Edhasa), ataviado de soldado de los tercios. Hambre de sangre viene a contarnos la historia de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, tercer Duque de Alba, más concretamente de sus años finales en el exilio. El germen de esta novela surge cuando la editora de Edhasa le propuso al autor indagar un poco más en la vida del Duque de Alba pero, ¿sobre qué época de su vida? Nos aclaró que descartó el avispero de Flandes, como también dejó de lado sus primeros años y Fuenterrabía, hasta que llegó al exilio del duque. «Para él, el verse fuera del entorno de Felipe II fue lo peor y, sobre todo, teniendo en cuenta que el rey no le perdonaba ciertas afrentas», explicó Fernández Correa.
La problemática surge con el trono de Portugal. Al morir el rey Enrique sin tener sucesión, Felipe II, por sangre, considera que está legitimado para ocupar el trono. No será el único candidato. Don Luis, el hermano del rey Enrique tuvo un hijo bastardo que también postula por el trono de Portugal. Las negociaciones se alargarán en el tiempo. Mientras la situación se aclara, Felipe II crea un ejército que será liderado en tierra por el Duque de Alba. Aunque el rey, por los desencuentros que habían tenido, no quería poner al frente del ejército al Duque de Alba, al final terminará por ser convencido. «A regañadientes, el día 22 de febrero firma una carta en la que se le comunica al Duque de Alba que debe irse directamente a Badajoz, sin pasar por Madrid, sin saludar a la Corte y, sobre todo, sin presentar los respetos a Felipe II». Es decir, se le encarga que inmediatamente se ponga al frente del ejército y entre en Portugal.
Pero Hambre de gloria cuenta con dos tramas más. Por un lado, el lector conocerá a Ebou, un esclavo senegalés sobre el que Víctor comentó que la leyenda negra española puede ser extensible a otros países. «Portugal contaba con varias casas de captura y envío de esclavos, repartidas por toda la costa de África». Una de esas casas de captura se ubicaba en la isla de Gorea y en esta isla será capturado Ebou que, además de ser capturado, tendrá que presenciar cómo los esclavistas se deshacen de parte de su familia. Contó Fernández Correa que, a lo largo de la travesía, y conforme se iba acercando el destino final, a Lisboa, los esclavos eran engordados y preparados para mejorar su aspecto y así, sacar un mayor rédito en su venta.«Ebou acaba despojado de toda dignidad, pero se le presenta una oportunidad ideal para recuperar, entre comillas, una libertad con la que lleva soñando mucho tiempo, pero sabe que nunca va a poder disfrutar», continuó explicando. ¿Cuál fue esa oportunidad? Pues que el rey don Antonio de Crato, que se proclamó a sí mismo como tal, formó un ejército, pidiendo a todos los esclavos que si se unieran a él y, si conseguían vencer, les prometía la libertad. «Ebou va contando su experiencia, en el trayecto desde la isla de Gorea hasta Lisboa. Contará también cómo acaba luchando y tomando, en este caso, la pica, en nombre de Antonio de Crato, en la batalla de Alcántara».
Por otro lado, tenemos a otro personaje importante, Íñigo ,un guerrero que terminará por torcerse.«Es uno de esos personajes que me exigió más protagonismo y que arrastra tras de sí un bagaje, como por ejemplo, el haber sido un superviviente de la batalla de Lepanto, donde además luchó, codo con codo, con Miguel de Cervantes». Apresado junto al escritor y enviado a Argel, Íñigo consiguió a huir y prometió a Cervantes reunir el dinero suficiente para pagar su rescate. Íñigo Álvarez, con motivo de ese dinero que ha prometido para rescatar a Miguel de Cervantes, se presta a seguir al duque de Alba hasta Lisboa, pero terminará viviendo una encrucijada.
La novela cuenta con un prólogo emotivo. «Tenía claro que esta novela tenía que ser una novela circular, de tal forma que la novela empieza y termina igual». En este prólogo el lector se encontrará al Duque de Alba, en su lecho de muerte, pidiendo al rey que le permita volver a España para morir en paz, junto a los suyos. Pero el rey no se lo permitió.«Vosotros imaginaos a ese hombre con 76 años, del siglo XVI, con todo lo que llevaba ese hombre a cuestas, que venía guerreando desde los 17 años en el asedio de Fuerterrabía, ya estaba más que bregado y sobre todo era una persona que quería morir en paz y que quería morir sobre todo con el reconocimiento del rey, pero junto a los suyos». A pesar de estar en sus último días, veremos a un hombre con mucho ímpetu, pidiendo que el rey vaya a verlo para decirle lo que quiere decirle, o tratando de ir él, por sus propios medios, mientras que su hijo trata de impedir que se levante del lecho. «El prólogo se convertirá en algo distinto cuando llegues al final de la novela y leas el epílogo».
A la hora de documentarse recurre a las cartas que se intercambiaron Duque y Felipe II, Segundo, «y te das cuenta de que el Duque de Alba fue simplemente un instrumento que utilizó Felipe II para conseguir lo que pretendía, que era el trono». Si no lo conseguía por medio de las negociaciones, o por las armas y por las bravas, iba a ser suyo.
Ahondando en el anecdotario, Víctor Fernández Correa nos comentó que la inspiración siempre le llega cuando sale en bicicleta.«Yo, cuando salgo con la bicicleta, siempre llevo una libreta y si se me ocurre algo, me paro, pongo el pie en el suelo y lo apunto». Además, aseguró que le emociona el feedback que recibe de los lectores, el cariño con el que sus novelas son aceptadas por el público lector. Cree que sus novelas no tienen valor, aunque invierten muchas horas de escritura, sacrificando horas de familia, pero luego, recibe la recompensa de los lectores y siente la satisfacción del trabajo bien hecho.
Sinopsis: Fernando Álvarez de Toledo sabe que no le queda demasiado tiempo de vida. Desterrado en el castillo de Uceda por orden del rey Felipe II, a quien tanto y tan bien ha servido, como antaño a su padre el emperador Carlos, ha quedado en el olvido de su majestad. Pero no de la corte y, así, cuando se inicia la campaña de Portugal por la que el rey reclama el trono, será él el nombrado por todos para comandar los ejércitos del rey.
Aun cansado, doliente y con muchos años a sus espaldas, el tercer duque de Alba acepta la encomienda. Se jura que Felipe II ascenderá al trono de Portugal, y más pronto que tarde. Nadie sabe más que él acerca de la guerra, pues la batalla es su mundo. A su lado tendrá a su hijo bastardo Hernando, aquel que más se le parece; a su maestre de campo Sancho Dávila y al capitán general del Mar Océano, don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, entre otros. Una vez más volverá a demostrar que es el mayor genio militar que nadie recuerde. De ello depende su honor. Y con ello saciará, al fin, su hambre de gloria.
Soldados de leyenda, glorias de las letras españolas, esclavos africanos dispuestos a empuñar una pica con la promesa de libertad y mujeres que ocultan su condición y claman venganza son algunos de los personajes de esta nueva novela de Víctor Fernández Correas. Un homenaje a un personaje, el duque de Alba, tan denostado por algunos como amado por otros. Una trama llena de pasión, vida y misterios del alma humana que nos llegará al corazón.
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Pongo a fin a estas crónicas con las que he tratado de acercaros un poco a lo que se vivió este año en el Certamen Internacional de Novela Histórica «Ciudad de Úbeda». Espero que, aquellos que os apasione la novela histórica, hayáis encontrado futuras lecturas.