Nacionalidad: España
Director: Guillermo Ríos Bordón
Reparto: Ariadna Gil, Álex García, Silvia Alonso, Mari Carmen Sánchez, Isa Montalbán, Javier Martos
Género: Drama
Sinopsis: Laura, una psicóloga del servicio de atención a las mujeres que sufren violencia de género, hace unas semanas que es acosada por el marido de una de sus pacientes. En esta situación, debe tratar una pareja que nunca ha puesto los pies en un centro de este tipo: Eva y Pablo. Por una serie de malentendidos él ha recibido una denuncia, pero afirma con contundencia no ser ningún maltratador.
Solo una vez gira alrededor de la violencia machista. Laura (Ariadna Gil) es una psicóloga que trabaja en el Centro de Atención Social, un lugar en cuyo archivo descansan una cantidad ingente de expedientes, lo que denota el volumen de trabajo que tienen. Al centro acuden muchas mujeres que necesitan asesoramiento y apoyo para salir de la espiral de violencia en la que están envueltas, pero también acudirán hombres, maltratadores que, imagino por mandato judicial, deben asistir a terapia, con el objetivo de reconducir su actitud y aprender a controlar la ira. En esas circunstancias está Pablo (Álex García), un joven escritor que, durante una discusión con su pareja, protagoniza un episodio de violencia en el que Eva (Silvia Alonso), su mujer, termina con un brazo roto. Pablo iniciará una terapia que lo obliga a asistir a diversas sesiones, en las que tendrá que conversar con Laura. Él asegura que lo que ocurrió fue un accidente, que no es un maltratador, ni un hombre violento. Laura tratará de esclarecer la realidad que se esconde tras sus palabras.
Por otro lado, y como otra línea argumental, la psicóloga se verá acosada por el marido de una de sus pacientes. Su integridad y la de su hija corren peligro.
Estas serán las dos grandes líneas sobre las que pivota la película, dos hilos que terminarán confluyendo.
Qué me ha gustado de esta película
Indiscutiblemente, la temática de la película es importante. El maltrato (físico, verbal, psicológico, o del tipo que sea) es una lacra social que manda al cementerio a un buen puñado de mujeres cada año. Según la información que arroja Google, en lo que va de 2024 han muerto 9 mujeres por violencia de género. El año 2023 fueron 56.
Por supuesto, no voy a entrar en el típico debate de la violencia de la mujer contra el hombre. Haberla hayla, aunque es innegable que a menor escala. Pero esa es una polémica que prefiero dejar al margen, ya que no es el tema de esta película. Solo una vez se centra en el maltrato del hombre contra la mujer, en las crisis conyugales o de pareja, en la violencia que el hombre ejerce sobre la mujer, en las secuelas psicológicas, en los callejones sin salida en los que a veces la mujer se encuentra.
El tratamiento de esta cuestión es directo y eso me ha gustado. El guion no se anda por las ramas, sino que pone al espectador justo en el centro del asunto desde el minuto cero. No hay preámbulos. No hay necesidad de mostrar el episodio violento en cuestión y que da pie a la terapia, ya que los detalles los iremos conociendo a través de las conversaciones que Laura mantiene con Pablo y con Eva. Al principio, oiremos la versión de las dos partes, que coinciden en la accidentalidad del episodio y en la sobredimensión que se le ha dado al asunto. No obstante, y a medida que avancemos en el metraje, iremos descubriendo que los hechos tienen otro cariz.
La película viene a dejarnos claro que la violencia machista afecta a todo tipo de mujeres. No hay un perfil específico. Tenemos una idea errónea y preconcebida sobre el tipo de mujer que se deja «dar de hostias» como dice Eva. Tendemos a pensar que son mujeres sin estudios, sin trabajo, débiles de carácter, dependientes económicamente, inmigrantes,... Sin embargo, las estadísticas arrojan otros datos. Laura llega a decir: «Por este despacho han pasado juezas y empresarias de éxito». Y es que nadie está libre de vivir una situación así. Ninguna mujer, por poderosa que pueda parecer, está libre de sufrir violencia machista. Así que esta película sirve para romper con un patrón que no se corresponde con la realidad.
Pero ¿por qué un hombre pega, agrede, humilla a una mujer? ¿El maltratador nace o se hace? Otro punto que explora la película es la herencia, aunque pasa muy de puntillas sobre el asunto. Los estudios desvelan que el niño que ha sido testigo de violencia machista entre sus padres tiene un porcentaje elevado de convertirse en un maltratador de adulto. Lo dejo ahí, para no desvelaros demasiado. No obstante, lleve o no lleve la violencia en el ADN, ¿hay algo que justifique la violencia? Como dije antes, a medida que vayamos avanzando en el metraje, iremos descubriendo la realidad que se esconde en la pareja. Pero Solo una vez incide especialmente en las supuestas motivaciones de un maltratador. Pero tampoco entro en este tema para no haceros spoiler.
Como veis la película no solo se limita a contar una historia de maltrato sino que también pone sobre la mesa otra serie de cuestiones colaterales. Solo una vez es también un vehículo de crítica al sistema. Saca a la luz los defectos y las carencias que, desde las instituciones gubernamentales, no se terminan de solventar. El protocolo de actuación es lento, demasiado. Hasta el punto en el que, cuando se actúa, ya es demasiado tarde. Es lo que refleja esta película y no solo en el caso de Pablo, que inicia su terapia dos meses después del episodio violento, sino que la propia Laura experimentará en su piel la vulnerabilidad de una mujer que se siente amenazada por un hombre, a pesar de las denuncias.
Por otro lado, tendría que decir que los diálogos me han parecido muy buenos. Parece que las conversaciones fluyen en armonía. A simple vista no es más que dos personas conversando. Sin embargo, las preguntas de Laura van directas a donde más duele. Pablo tiene que lidiar con los derechazos de Laura, lo que lo pondrá en una situación bastante incómoda y la tensión tenderá a ir aumentando paulatinamente, incrementada por lo reducto del espacio, pues casi toda la acción se desarrolla en la consulta de Laura, y eso provoca una cierta sensación de asfixia.
Pero si hay algo que me ha encantado de esta película es el final. A quince minutos del desenlace, la cosa se pone realmente seria. No cuesta esperar ese momento porque el largometraje tiene una duración de ochenta minutos y, como la información importante se va desvelando poco a poco, la curiosidad del espectador se mantiene a buen nivel, hasta llegar a ese cuarto de hora en el que todo se precipita, hasta esa última secuencia, en la que un plano corto sobre el rostro de Laura abre la caja de Pandora y al espectador, que entiende la maniobra de Laura sin habérsela esperado, le empiezan a llover preguntas. ¿Es ético lo que Laura hace? Ahí lo dejo.
Personajes e interpretación
* Laura es la profesional, la encargada de gestionar los episodios de violencia machista. Conoce bien el tema, los patrones que se repiten, las emociones que invaden al maltratador y a la víctima. Es una experta en la materia y sabe conducir perfectamente la situación. Personalmente, es madre divorciada pero mantiene una cordialísima relación con su ex marido. Su hija es una adolescente que tiene que vivir a caballo entre la casa de su madre y de su padre, y entre ambas se producen los típicos roces materno-filiales. Nada grave. De su personaje me ha interesado mucho la dualidad que vive. Por un lado, mediando entre Pablo y Eva. Por otro, sintiéndose ella misma como víctima de la violencia machista. Pero lo más brillante de su personaje es esa secuencia final de la que os he hablado antes.
La interpretación de Ariadna Gil es correcta a lo largo de toda la película, pero especialmente superlativa en la mirada que acompaña la decisión final que toma. Ahí lo dejo.
* Pablo es un hombre joven con una vida acomodada, y con aspecto de encantador. Vive de lo que le gusta, de inventar historias y escribir novelas. Tiene una mujer hermosa y bella, independiente económicamente, que además lo apoya y respeta su trabajo. Nadie mejor que Eva, editora, podrá comprender las neuras y las necesidades de un escritor. Pablo se cree víctima de un mal entendido. Una reacción fuera de lugar lo ha colocado en el diván de una psicóloga, por la que se siente atacado desde el mismo instante en el que entra por la puerta. Pero Pablo conoce la verdad. Seguramente le da miedo reconocerla. A lo largo de las sesiones irá hablando de sí mismo, de sus anteriores relaciones, de Eva, de su trabajo,... Al final, descubriremos al verdadero Pablo, cuando salga a la luz sus rincones más oscuros.
Álex García es el encargado de interpretar a Pablo. Al igual que su compañera de reparto, su interpretación es correcta.
* Eva será el personaje que más me gusta. Ella representa a ese tipo de mujer que, hasta ahora, ha estado ciega. Ama a Pablo y es incapaz de ver en él las señales que la han conducido a esta situación. No se considera una mujer maltratada, no es como todas esas esposas o novias de la que hablan las estadísticas. Normaliza el comportamiento de Pablo, lo justifica, lo entiende. Incluso es capaz de dejarlo todo por él, de sacrificarse y de acatar los deseos de su marido, con tal de que la relación vaya bien. Pero Laura, con las preguntas pertinentes, conseguirá que Eva rebusque en su interior y abra los ojos.
Será Silvia Alonso la que dé vida a Eva. La incredulidad se instala en su rostro y perfectamente podemos ver a una mujer que, por primera vez en su vida, entiende que su marido es un maltratador y que ella es víctima de violencia de género. La actriz transita perfectamente por ese sendero que la lleva desde el escepticismo hasta la más absoluta convicción. Su miedo llega a ser palpable. Me ha gustado muchísimo el trabajo de la actriz.
Basada en la obra teatral homónima de Marta Buchaca, Solo una vez no puede tener mejor título. ¿Acaso lo que ocurre solo una vez debe ser obviado? La expresión «solo una vez» es una débil argumentación. Esas tres palabras suelen venir aparejadas con otras de significado similar: «No volverá a ocurrir»; «Fue solo un instante de arrebato». Pero el refranero español, que siempre es generoso en su sabiduría, dice que el que nace lechón, muere cochino. Es decir, que el que la hace una vez, puede volver a hacerlo. Así que, lo de solo una vez no es más que un clavo ardiendo al que agarrarse. Por regla general, terminas por quemarte.
Solo una vez es el primer largometraje de Guillermo Ríos y, como dije antes, me ha gustado más de lo que esperaba. Quizá por ponerle alguna pega, el personaje de la hija de Laura, si bien es importante en un hilo de la trama, me ha resultado algo irritante.
Poco más os puedo decir de esta película. Sin ser un largometraje inolvidable creo que puede ser una opción interesante para una tarde de aburrimiento.
Tráiler:
Al final las pelis, libros, etc, y nuestras opiniones vienen determinadas por las expectativas que tengamos sobre ellas. Bueno, como en la propia vida. Me alegro que te haya sorprendido la película para bien y la anoto porque en su día quise verla en cines y al final no pudo ser. Me gusta bastante Ariadna como actriz y me apena que poco a poco se vaya diluyendo su carrera. El tema de la violencia machista que se expande a la vicaria sería para implementar presupuestos y recurso urgentes por parte de los poderes públicos. No valen tiritas.
ResponderEliminarBesos, Marisa.
Tampoco yo cuento a Ariadna Gil entre mis actrices favoritas, pero ha trabajado en películas bastante buenas y creo que bien dirigida puede hacer buenos papeles. No conocía esta película, pero tomo nota porque el tema me interesa y por lo que cuentas está bien planteado.
ResponderEliminarUn beso.
Pues me dejas con muchas ganas de verla.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola, Marisa!
ResponderEliminarUna peli interesante que no conocía y que me apunto. Lamentablemente el tema tratado sigue siendo una realidad escalofriante :(
Abrazos y feliz fin de semana ;)
¡Hola!
ResponderEliminarme llama mucho la atención, no sabía de su existencia, seguro la veré. A mí sí me gusta Ariadna Gil, así que un aliciente mas.
Yo diría respecto al título y a la violencia machista "ni una sola vez"
Besos
Hola, Maria. Mis pelis favoritas de esta temática, sin duda son Te doy mis ojos, y El príncipe de las mareas, aunque en esta última hay más temas. La verdad es que ahora mismo suelo evitarlas, la politización actual que hay del tema me satura, y encima no ayudan nada a resolver un problema que parece que empeora a pasos agigantados. Lo que me gusta de esta peli es que ha resuelto una buena historia en poco menos de hora y media, es que también es pesado que todas duren entre dos o tres horas últimamente cuando la mayoría no lo necesitan. De momento la dejo pasar, pero ya veremos más adelante.
ResponderEliminarBesos
¡Hola! Es una temática que nos cuesta, ya que nos suele angustiar por la crudeza de la situación, pero de vez en cuando les damos una oportunidad. La tendremos en cuenta.
ResponderEliminarBesos