Editorial: Newton Compton Editores
Fecha publicación: enero, 2024
Precio: 12,90 €
Género: novela negra
Nº Páginas: 288
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 9788419620644
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí] Autor
Comenzó su carrera como escritor en 2014 mediante la autopublicación y, desde entonces, no ha dejado de escribir ni un solo día. Sus novelas han alcanzado los primeros puestos en los rankings de ventas y se han convertido en auténticos bestsellers. Ha recibido excelentes críticas en blogs especializados y ya ha conquistado a más de 100.000 lectores en todo el mundo. Vive en Els Muntells (Tarragona), en el Delta del Ebro.
Sinopsis
Un caso enterrado en la memoria. Una cicatriz en forma de «m».
Descubre la noche en que todo cambió para siempre.
Madrid, 2018. El cadáver de una mujer vestida con ropas de muñeca aparece en la exclusiva urbanización de La Moraleja. Su rostro ha quedado irreconocible de un único disparo y sus huellas dactilares no constan en ninguna base de datos. Pero lo que más sorprende a Álvaro de la Torre y a su compañera Elsa Bermejo, inspectores de homicidios, no es su extraño aspecto, sino la cicatriz en forma de «M» que esconde detrás de la oreja: una marca que conecta el crimen con el asesinato de una niña sevillana en 1982. Siempre fiel a sus instintos, el inspector De la Torre se enfrentará a sus propios fantasmas mientras lucha por resolver el caso más perturbador y personal de toda su carrera. Treinta y seis años después, cazador y presa vuelven a encontrarse.
Las piezas del puzle están a punto de encajar.
Un thriller de alto voltaje
[Información tomada de la web de la editorial]
El juego del mal ha sido la primera novela que he leído de la editorial Newton Compton Editores y, sinceramente, ha sido un gran estreno. Tuve conocimiento de esta editorial el pasado mes de octubre, cuando a raíz de acudir al Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda, asistí a la presentación de la novela El último césar de Andrea Fedriani (te lo cuento aquí). Sentí curiosidad y me asomé al catálogo de la editorial, en el que encuentras títulos de todos los géneros: narrativa femenina, romántica, suspense, histórica, thrillers,... En esta última categoría figura el libro del que quiero hablaros hoy.
Firmada por Marcos Nieto Pallarés, El juego del mal es un thriller intenso, de esos que cogen al lector por las solapas y no lo suelta hasta la última página. Literalmente, lo devoré. Os cuento.
El grueso de la novela arranca en el año 2018. En pleno mes de agosto, aparece el cadáver de una mujer en la famosa urbanización de La Moraleja, en Madrid. El cuerpo figura tendido en mitad de la calle, con un disparo que le ha reventado la cabeza.
«la mujer, de brillante cabello rubio ondulado, estaba tumbada bocabajo con un boquete en la coronilla y lo poco que quedaba de rostro aplastado contra el asfalto». [pág. 42]
El pelo ensangrentado, uno de los ojos fuera de su órbita y pedazos de su cuerpo figuran desparramados por la calle, de tal manera que la víctima es totalmente irreconocible porque, además, no llevaba documentación encima. Al margen de lo macabro de este asesinato, se añade que la mujer está vestida como si fuera una muñeca, vistiendo un vestido de color rosa, con caritas de perros estampados, lleno de volantes y tul, muy poco apropiado para lo que parece una mujer de unos treinta años. Pero eso no es lo único significativo en el cadáver. Tras una inspección ocular, descubren algo más. La víctima presenta una marca en forma de M tras la oreja, un detalle que harán saltar todas las alarmas.
Hasta el lugar de los hechos se desplazan Álvaro de la Torre y Elsa Bermejo, los dos inspectores de la Policía Judicial de Madrid. Lo primero que harán será empezar con las pesquisas más inmediatas, es decir, preguntar por el barrio si alguien ha visto o ha oído algo. No parece que el vecindario pueda aportar mucha información. Al ser pleno agosto, la urbanización está medio vacía, con sus residentes disfrutando de las playas, o los que quedan, están recluidos en sus casas con el aire acondicionado a tope. Tan solo, cuando se escuchó el estadillo del disparo, dos vecinos alertaron al 112. Pero nadie ha visto nada.
A partir de este punto, Álvaro y Elsa se adentrarán en una investigación policial, con el objetivo de esclarecer los hechos, averiguar la identidad de la mujer muerta, y encontrar a su asesino. Desde primer momento, los dos investigadores descubrirán que este caso está íntimamente conectado con otro hecho que ocurrió en Sevilla, en el año 1982. El descubrimiento de esta conexión pone a Álvaro en el punto de mira, y es que el inspector tendrá un mayor protagonismo que aquel que le otorga la circunstancia de ser el encargado del caso. Álvaro tiene un pasado. A los 7 años de edad vivió una experiencia personal terrible que ahora, más de treinta años después, vuelve a él de nuevo. Lleva toda su vida soportando sobre sus hombros lo que le ocurrió a él y a su familia, tratando de dejar atrás ese pasado, y manteniendo en secreto la realidad que vivió. Sin embargo, ya sabemos que el pasado siempre vuelve.
La investigación irá revelando datos curiosos sobre la víctima, surgirán nuevas pistas, otros hechos que parecen estar interconectados, algún testigo ocular al que le ha costado dar la cara,... y así, para que, uniendo todas las piezas, el círculo se vaya estrechando cada vez más alrededor del criminal. Poco a poco cada pieza del puzle irá encajando en su sitio. El lector descubrirá lo que se esconde tras el crimen de La Moraleja, y llegará a un desenlace satisfactorio, en el que todo quede justificado. No hay lugar a los flecos sueltos.
Qué me ha gustado de la novela
De los elementos más importantes que conforman una novela -trama y personajes- no tengo quejas. El juego del mal me enganchó desde la primera página hasta la última, de tal modo que no paraba de leer. En este enganche tiene mucho que ver los hechos que ocurren en el año 1982, pues, teniendo en cuenta que los sucesos tienen lugar en Sevilla, y más concretamente en el barrio de Triana, y más aún en una calle que conozco muy bien, mi atención no se separaba de las páginas del libro.
La trama está bien articulada sin que, al final, quede ni un solo flecho suelto. No solo tenemos un crimen puntual, sino que el entramado criminal que nos propone Marcos Nieto se ramifica abarcando una amplia extensión geográfica y temporal. Es decir, el crimen de La Moraleja es la punta de un iceberg que guardaba bajo las aguas una red mucho más extensa. Y eso consigue que la historia cobre más profundidad, que no se limite únicamente a la investigación de un único hecho, sino que se rescatará del pasado otros sucesos que ahora quedan debidamente explicados.
Los personajes, de los que os hablo más abajo, también están bien perfilados. Y a ello se une que, ocasionalmente, el autor va introduciendo curiosidades que enriquecen la historia. Por ejemplo, me ha resultado muy interesante todo lo que cuenta sobre los edificios malditos de Madrid. Son pequeñas pildoritas que nos permiten conocer algunas anécdotas de la ciudad, como la historia que encierra el inmueble situado en el número 3 de la calle Antonio Grilo, en el barrio de Malasaña, un lugar donde han tenido lugar varios sucesos trágicos.
Qué no me terminó de convencer
Pues, mirad qué paradoja. Digo que me enganché a esta novela desde la primera página porque es absolutamente verdad, trasladándome en el tiempo a la Triana de 1982, pero fueron también en esas cuatro o cinco páginas iniciales, donde me topé con alguna cosilla que me descolocó. A ver, yo no vivía en Triana en el año 1982, pero sí vivía en Sevilla -como he hecho toda mi vida-. Pues bien, en esas páginas vamos a conocer a una familia muy humilde. Un matrimonio con sus hijos y unos amigos que cenan, mientras se disputa un partido de fútbol del Mundial 82. Ellos conversan, protestan por el partido, hacen comentarios y, en algún momento, me parece que sus conversaciones están algo recargadas, poniendo mucho énfasis a palabras o expresiones que, bajo mi punto de vista, me han resultado algo forzadas o exageradas. Que aquí tenemos un dejo muy determinado es una realidad que no se puede negar pero, a veces, a la hora de trasladar nuestra manera de expresarnos, se puede caer en la exageración o el empleo de términos no habituales, o que no se usan en un contexto correcto. Imagino que esto sucederá también en otras partes de España. Por ejemplo, la palabra «zagal» se usa en Andalucía pero es muy raro que se emplee en Sevilla, y menos en la capital. Eso sí, al igual que se emplea alguna palaba no habitual en estas latitudes, el autor sí pone en boca de los personajes términos muy comunes aquí como la palabra «jardazo» o la expresión «al retortero». Así que, ya veis que son sólo pequeñísimas puntualizaciones muy subjetivas que, para un lector fuera de Sevilla, no apreciará.
Personajes
Marcos Nieto Pallarés construye en esta novela un buen tándem protagonista. Álvaro es un buen hombre pero vive atormentado. Lo que le ocurrió siendo niño le ha generado un gran sentimiento de culpabilidad del que no ha sido capaz de desprenderse. Para mitigar ese dolor interno se vuelca totalmente en su trabajo, sin apenas vida personal. Más allá de sus compañeros de trabajo, tan solo hay dos personas que son realmente importantes en su vida: su madre y su hermana mayor, Azucena. Por ellas, Álvaro es capaz de todo, hasta de mantener la entereza para no preocuparlas, pero no siempre es fácil mantenerse en pie.
«...cargaba con demasiados dramas personales como para llevar una vida feliz». [pág. 75]
Por su parte, Elsa es la otra gran protagonista, que comparte con Álvaro algunos puntos de su personalidad. Al igual que le ocurre a su compañero, no tiene amistades, y está totalmente volcada en su trabajo. Y lo hace porque parece que ese sea su único punto de anclaje. Enfadada con el mundo, se limita a hacer un trabajo que, muchas veces le repulsa, y que encima nadie valora. Pone su mejor sonrisa para tratar con los que le rodean, con sus jefes, a los que considera unos ineptos. También piensa lo mismo de su pareja. Esteban es un lastre en su vida, una piedra en su zapato, que aumenta el agotamiento mental de la joven. Sarcástica, sin pelos en la lengua, desafiante, directa, el lector percibirá que Elsa es una mujer hasta desagradable pero hay que entender su situación. A mí me ha encantado este personaje, aunque en algún momento he sospechado de Elsa. No siempre me ha parecido trigo limpio, pero tampoco estoy segura si eso ha sido una impresión errónea por mi parte.
Álvaro y Elsa son tan para cual y, más allá de ciertos roces, se llevan bien. Llevan siete años trabajando juntos y con el paso del tiempo han conseguido forjar una intensa relación de complicidad, llena de bromas y camaradería. Insisto en que ambos personajes me gustan, uno porque está encerrado en sí mismo y poco a poco, irá abriéndose a otros horizontes. Me ha producido mucha ternura comprobar cómo Álvaro se da un respiro y deja de flagelarse tanto. Ese cambio vendrá propiciado por el desarrollo de los hechos y por la aparición en su vida de otro personaje del que mejor no digo nada. Y en cuanto a Elsa, es un personaje con tanto carácter que da gusto verla desenvolverse y ser tan natural.
Otros personajes rodearán a estos dos protagonistas pero ya los descubriréis vosotros.
No quiero cerrar este apartado sin mencionar al asesino. Obviamente desconoceremos su identidad y sus motivaciones hasta el final de la novela pero el autor, a través del narrador, nos permite conocer la psique del mismo. Estamos ante un personaje bien dibujado, respondiendo al perfil de individuo desequilibrado, que tiene una percepción distorsionada de sí mismo. Marcos Pallarés retrata a una persona con una supuesta carga moral, alguien, que cree estar en este mundo con una misión clara, hacer justicia, y castigar a una sociedad que se deja manipular.
Estructura y estilo
Me he guardado un as en la manga. Y es que la acción no se inicia realmente en el año 2018, como dije antes. El juego del mal cuenta con un capítulo introductorio, un preludio que nos traslada al año 1982, a ese otro caso que tiene conexión con la investigación criminal que se desarrolla en el presente. Los sucesos que tienen lugar durante el Mundial del 82 se irán desvelando de manera alterna, formando parte de una estructura que consta de cuarenta y tres capítulos, más un epílogo final.
El autor también opta por jugar con las voces narrativas. Los hechos del pasado serán narrados por un narrador omnisciente, que permite al lector observar con perspectiva, a la vez que nos acerca al criminal. Sin embargo, el presente vendrá relatado por los dos personajes protagonistas. Siguiendo igualmente una estructura alterna, Álvaro y Elisa irán contándonos cómo se van desarrollando los hechos, al mismo tiempo que nos van dejando ver más de sí mismos.
El juego del mal se lee a buena velocidad. La novela no cuenta con un ritmo frenético, pero el suspense se mantiene en una tónica constante, invitando al lector a avanzar en la lectura, espoleado por los abundantes diálogos.
Justo en lo descriptivo, la novela cuenta con interesantes reflexiones que vienen a manifestar el calado de la naturaleza humana.
En definitiva, El juego del mal ha sido un buen estreno de editorial y de autor. Al margen del pequeño matiz que apunté antes, he disfrutado mucho de este thriller, que me ha tenido en vilo un buen puñado de horas. Una novela en la que se nos habla de las relaciones familiares, del peso de la culpa, del perdón, de la educación de los hijos, de los instintos primarios y de los legados mal concebidos, con un título que no es baladí. ¿A qué juego hace referencia? Descúbrelo por ti mismo. Así pues, si buscas una lectura que te entretenga (mucho) y te aparte de la realidad por unas cuantas tardes, no puedo más que recomendarte que leas El juego el mal. Espero poder volver a reencontrarme con Álvaro y Elsa en otra aventura policial.
Dejo aquí el enlace a la entrevista con el autor, por si te apetece conocer más sobre esta novela. Y de paso, cierro la reseña con una frase que me ha parecido bastante certera.
«La crueldad es la fuerza de los cobardes. Un hombre que antepone el alcohol a su familia no merece mi perdón. Las cosas hay que verlas como son, por horribles que sean». [pág. 82]
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí (tapa dura) y aquí (Kindle)
Me ha gustado mucho la reseña y la frase que nos compartes, tomo nota.
ResponderEliminarBesitos.
Tenía otras dos novelas del autor apuntadas en mi lista de pendientes. Curiosamente ambas están ambientadas fuera de España, y digo curiosamente por lo castiza que resulta ésta ambientada en Triana y en la Moraleja.
ResponderEliminarPuede que ésta las pase por delante. Eso sí, la dejo para esos momentos en que necesito un thriller entretenido que no me haga pensar mucho.
Un beso.
De esta editorial ya llevo leído varios libros. Se agradece que tienen unos precios muy asequibles. Esta novela, por lo que cuentas, tiene muy buena pinta, pese a ese pequeño pero que señalas. Tomo nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Bueno, como tú dices, al ser de Málaga y no de Sevilla, igual esos "peros" yo no los noto. Y me gusta que atrape tanto.
ResponderEliminarMe lo llevo apuntado.
Hola otra vez. Me gusta este tipo de thriller en el que todo encaja a la perfección y no me dejan lagunas y mucho menos hilos sueltos para seguir con una secuela. Lo de que al querer que los personajes parezcan de un determinado lugar y para eso abusar de expresiones y tópicos es algo que suele pasar más de la cuenta. Hace poco leí uno ambientado en Asturias que hacía lo mismo, y además colocaba las expresiones cuando no venían a cuento, ni me molesté en reseñarlo.
ResponderEliminarVolviendo al juego del mal, sí que parece que tiene muchos elementos que suenan a conocido, en los personajes investigadores, pero por lo menos encajan. Me lo apunto cuando me apetezca una historia de estas.
Besos