jueves, 29 de febrero de 2024

MÁXIMO HUERTA: ❝Volver a Alice ha sido como volver a casa❞

Tengo una foto con Máximo Huerta de hace un puñado de años. Debe de ser de cuando publicó su primera o segunda novela. Huerta acudió a Sevilla para una firma. Era en El Corte Inglés de Plaza del Duque de la Victoria, pero no en el edificio principal, sino en el que se alzaba al otro lado de la plaza, donde estos grandes almacenes ubicaron por entonces la sección de libros, música y deporte. Había mucha gente haciendo cola. Yo esperé mi turno para la firma y la consabida foto. Facebook me recuerda con cierta frecuencia la existencia de esa imagen y cada vez que la veo, no puedo más que sonreírme con nostalgia. Máximo se ha conservado bien. En cambio yo tengo cara de pipiola en esa foto. ¿Dónde quedó aquella niña? No sé por qué le tengo tanto cariño a esa foto. Con todas las personas que había para la firma, apenas tuvimos un minuto para el saludo y el comentario de rigor. Pero no sé, le tengo cariño.

Desde aquel año he visto a Máximo Huerta más de una vez. Siempre en presentaciones de sus novelas, porque al autor le gusta venir a Sevilla, de civil, como él mismo asegura en esta entrevista. Sin embargo, hasta el momento, nunca me había sentado a conversar con él en un tú a tú. Pero ese día llegó la semana pasada. Máximo volvía a Sevilla con una novela bajo el brazo. París despertaba tarde es la nueva publicación del dueño de la librería Doña Leo. Huerta vuelve a París, la ciudad que más le inspira. Y vuelve también a un personaje que ya conocimos en Una tienda en París, a Alice Humbert.

Os dejo con la entrevista.


Marisa G.- Máximo, un placer tenerte aquí en Sevilla, de nuevo. Tú acostumbras a venir cada vez que publicas una novela. Sueles visitarnos.

Máximo H.- Sí, porque es una gran capital y una plaza maravillosa.

M.G.- Además, siempre está bien dar un paseíto por aquí.

M.H.-  Yo vengo también de civil, que digo. Vengo mucho por aquí. 

M.G.- Bueno, vamos a hablar de esta novela, de París despertaba tarde, tu última publicación. Vuelves a París, y vuelves con esta novela a retomar a un personaje que el lector ya conocía, a Alice Humbert, a la que vimos en Una tienda en París. Seguro que te lo preguntamos todos, pero ¿por qué retomar aquel personaje de aquella novela, que si no me equivoco, publicaste hace diez años o más?

M.H.-  Más, más. Doce años.

M.G.- Vale. ¿Por qué retomarlo?

M.H.- Porque me encanta la atmósfera. Me gustan esas modelos de pintores, la voz, los sueños que tienen,... Me gustaba la idea de recuperar a un personaje para que protagonizara una historia diferente, para convertir su vida en una gran historia de amor, en medio de los Juegos Olímpicos, y en medio de los talleres de los pintores. Volver a Alice ha sido como volver a casa. Conozco su voz, su forma de ser, y es un personaje que a mí me gusta mucho. Además me encantan los años 20. Me gusta mucho el recorrido que hacen las mujeres en esos años. Escribir esta historia de amor me ha parecido un regalo para ella, para la protagonista.

M.G.- Una época que tú retratas muy bien en esta novela. El lector no tiene por qué leer Una tienda en París para leer esta, ¿no?

M.H.- No, no, no tienen nada que ver. Es que como si Agatha Christie utiliza a Miss Marple para otro asunto, o a Hercules Poirot. 

M.G.- París es una ciudad a la que tú recurres con frecuencia como escenario de tus escritos. ¿Qué tiene París que te inspira literalmente?

M.H.- París inspira a todo el mundo. Es la ciudad más visitada del mundo y literariamente es la ciudad más importante. Lo que ha generado en un montón de escritores desde hace siglos ha sido siempre inspirador, y yo soy uno más de los que se han quedado embobados frente a la ciudad, frente a todo lo que genera, y como yo, pintores, fotógrafos, artistas, músicos. París es una batería de energía y de inspiración. Me parece un lugar de huida precioso, un lugar de escapada literaria para componer una novela, para escribirla y para, durante el tiempo que estás escribiendo una novela, empadronarme ahí.

M.G.- Como hemos comentado, Alice es un personaje que ya venía de una novela anterior. Los que leyeron en su día Una tienda en París, ¿cómo van a ver a Alice ahora?

M.H.- Es una mujer más adulta, y que está al cargo de dos hermanos menores. Alice viene de haber perdido a su familia. Está tocada por la guerra y, además, la acaban de dejar. Tiene el corazón roto. Su amor se ha ido a Estados Unidos y la han dejado. Se siente sola. También es una mujer con arrepentimiento, con soledad y con pena. Tiene que salir de ese atolladero, de la zona gris en la que está, para inundarse del color que tiene la ciudad en ese momento, de la vida, y la alegría de los años locos y de los Juegos Olímpicos. Es una mujer con culpa y mucho dolor.

M.G.- Y en ese resurgir que veremos en la novela, Alice se apoya en otros personaje. Uno de los más importantes será Kiki de Montparnasse. Es un personaje real que me gusta mucho. Tenemos la idea preconcebida de que las modelos los artistas, de los pintores de la época, tenían una vida llena de luces. Sin embargo, también había un lado oscuro.

M.H.- Es que estamos en un tiempo que, aunque lo recordemos con glamour, no es cierto. El mundo de los pintores, de los talleres, de las modelos, es un mundo muy sórdido y muy turbio en los años 20. Se mezcla alcohol, ron, droga, deseos, amores muy tóxicos, hambre, pobreza, frío. Todo lo que rodea a eso que ahora creemos que era glamour, no lo es. La realidad es pobreza, deseos, ilusiones, sexo, y un trato difícil hacia las modelos. Lo que pasa es que en ese momento venían de algo tan dramático como la guerra en la que solo buscaban sobrevivir.


[Si prefieres oír nuestra conversación, dale al play]

M.G.- ¿Y qué papel va a jugar Kiki en la vida de Alice?

M.H.-  Kiki es la mujer más importante de esa década. Es la reina de París, la reina de Montparnasse, y como gran mujer y amiga de todos los pintores y de todas las estrellas, a pesar de la pobreza, es la que tira del carro vital de Alice. O sea, es la amiga que apoya a otra amiga, la amiga que la saca a la calle, la amiga que le dice no estés triste, es la amiga que le devuelve a la vida, y a la normalidad de París.

M.G.- Hay más personajes reales en la novela. Mencionas muchos, entre otros Coco Chanel, Monet, Fitzgerald, Hemingway,...

M.H.- Es que todo el siglo XX está en esa época. Todo el siglo XX estaba en una terraza de París. Pintores, fotógrafos, modelos, artistas, canallas, aristocracia... Nunca ha habido tanta concentración de gente creativa.

M.G.- Y retratar a todas esas personas reales es un riesgo, ¿no? Al fin y al cabo, son personas de carne y hueso que existieron.

M.H.- Sí, pero yo no engaño. Los he puesto al servicio de la historia para que acompañen a la protagonista, para que envuelvan esta historia de amor, y todo lo que hacen son hechos de la época, hechos vividos, tanto Modigliani, Monet, Fitzgerald,... Lo que he hecho es ponerlos al servicio de la historia. No podemos cambiar la historia pero sí jugar con ella. Yo he jugado con la historia de los personajes reales y con la de los de mentira.

M.G.- París, en los años 20, es un personaje más de la historia. Haces una incursión muy profunda.

M.H.- En esta novela hay dos protagonistas. Por un lado, Alice, que tiene que recuperarse de una historia de amor rota. Y por otro, París, que también tiene que recuperarse de una guerra. Son dos dolores distintos pero van a la par. Tanto París como Alice necesitan recuperar otra vez el sentido de vivir y la alegría de vivir.

M.G.- Y para retratar ese París, ¿cómo haces para embeberte de ese espíritu?

M.H.- He leído prensa de la época, mucha hemeroteca, muchos libros, mucha biografía de artistas. En esa época casi todos escribieron sus vidas, casi todos. También hay mucho cine porque el cinematógrafo está triunfando. Es la época del éxito del cine. Hay mucha fotografía y mucho retrato de la vida social de esos momentos que escribían, si no los propios protagonistas, sí los amigos de los protagonistas. Entonces, para mí ha sido un disfrute buscar la documentación para esta novela.

M.G.- A través del personaje vas a tocar diferentes temas. Hablas del amor, obviamente, porque esta novela es una novela de amor, aunque sea un amor roto.

M.H.- Sí, y una novela de una gran decisión. ¿Qué hacer, lo que te pide la cabeza o el corazón?

M.G.- Exacto. La familia también está muy presente, al igual que la maternidad y las relaciones de amistad. Las relaciones de amistad entre mujeres siempre me han interesado pero porque creo que tienen más aristas que la que puede existir entre un hombre y una mujer. No sé cómo lo ves tú.

M.H.- A mí me parece muy literaria. Las mujeres de esa época se han quedado solas, no tienen dinero y necesitan sacar las castañas del fuego. Después de la guerra no tienen maridos, no tienen padres,... Así que, la amiga es el principal motor para salir adelante. A mí me parece una amistad muy pura, muy de apoyo, de empuje, de necesidad,...

M.G.- De hombros en los que llorar.

M.H.- Sí, de hombros en los que llorar, o de brazos en los que agarrarte para salir  a pasear. En la novela, me parece muy importante la amistad entre las dos mujeres y entre todas esas mujeres en ese tiempo.

M.G.- Cuando escribes una novela, ¿qué le quieres transmitir al lector? ¿O qué es lo que pretendes que el lector haga con tu novela? ¿Que sea un entretenimiento o que además aprenda...?

M.H.- No. Todo arte tiene que ser entretenimiento, de entrada. La ópera se hacía para que la gente estuviera entretenida y la música clásica era para entretener a los señores en el palacio. La cultura tiene que ser primero entretenimiento y luego debe generarte preguntas, cuestiones, interés o dudas. Pero lo primero que tiene que ser un libro es entretenido. Y yo escribo para que se entretengan. Luego ya que te hagas las preguntas que quieras, que investigues, o que te abra puertas. Pero eso, después. 

M.G.- Seguimos hablando de libros pero ya no de esta novela, en concreto. Sabemos que abriste una librería, noticia que a mí me pareció preciosa. Pero vivimos un momento en el que estamos viendo el cierre de muchas librerías, lamentablemente. Así que, abrir una me parece una decisión valiente.

M.H.- Creo que hay que hablar más de las librerías que abren, porque a lo mejor eso será más contagioso, en lugar de hablar y entristecernos por las que cierran. Lo que hay que hacer es hablar en positivo de los libros, de las librerías. Empezar a hablar en positivo, regalar libros, recomendar libros, ir a clubes de lectura,... Ante la duda, regalarte un libro como quien se compra flores, porque con un libro te regalas historias y viajes a otros lugares. Creo que hay que empezar a hablar en positivo y no siempre con la tristeza. Hay que hacer una mirada en positivo, siempre. 

M.G.- Lo que pasa es que la cultura tampoco es que tenga mucho apoyo institucional. Es complicado.

M.H.- Da igual. La cultura es lo que aguanta al país. Lo que quedará de Sevilla cuando se vayan todos es la cultura. O de Zaragoza. O de Valencia. Lo único que queda siempre es la cultura. 

M.G.- Máximo, la semana pasada estuve hablando con una persona que te conoce bien, que te tiene un cariño especial y que, además, ha contribuido mucho en esta novela. 

M.H.- ¿Sí? ¿Quién?

M.G.- Isabel Arias.

M.H.- ¿Sí? ¿Hablaste con ella?

M.G.- Sí, hablé con ella de su novela.

M.H.- Ella se leyó esta. Se la pasé para que se la leyera. 

M.G.- Me lo contó. Ella habla con mucho cariño de ti, muchísimo.

M.H.- Me quiere mucho, sí.

M.G.- Dice que te debe mucho, que te debe, por ejemplo, que la novela haya sido publicada.

M.H.- Sí, sí,...

M.G.- Se lo dije a ella y te lo comentó a ti, que me parece algo maravilloso que un autor más consagrado le tienda un puente a uno que está empezando.

M.H.- Es que a mí me hubiera gustado que me apoyaran también. Me voy más feliz al otro mundo si puedo, no sé, colaborar para hacerle a alguien la vida más fácil. Me parece que eso es algo que deberíamos hacer todos y no nos debería de sorprender que todos nos ayudáramos más. Pero bueno, como entre los escritores suele haber celos...

M.G.- Es lo que te iba a comentar. Siempre hay mucho pique.

M.H.- Pues yo no tengo. Yo leo mucho. Leo a muchos. Compro libros. Vendo libros y los recomiendo. Incluso recomiendo a gente que escribe bien para que los publiquen.

M.G.- Me parece muy meritorio. Máximo no te quiero robar más tiempo. He traído preguntas para los quince minutos que tenías de tiempo para hablar. Te agradezco mucho que me hayas atendido. 

M.H.- Gracias ti por la charla.

Sinopsis: Las cosas del corazón se reducen a dos simples posibilidades: se ama o no.

Alice Humbert tiene el alma desgarrada. Erno Hessel, el amor de su vida, la ha dejado para irse a Nueva York. Estamos en París, 1924, la ciudad se prepara para albergar los Juegos Olímpicos, fundados bajo el símbolo de la unión y la hermandad. Todo bulle: la culminación de la basílica del Sagrado Corazón, los movimientos artísticos, el anarquismo, su desconsuelo…

Las calles estallan de júbilo y Alice se deja envolver poco a poco; trabaja como modista en su tienda mientras escribe cartas, cuida a sus hermanos y se apoya en la protección de sus amigas, especialmente en la vitalidad de la gran Kiki de Montparnasse, una mujer luminosa.

París triunfa. Alice también, sus diseños cobran fama. Entre fiestas, competencias y atentados conoce a un nuevo hombre que la deslumbra. Todo parece ir de maravilla, pero el pasado regresa con secretos y el presente da un vuelco inesperado. Belleza, pasión y felicidad pueden ser llamas del mismo fuego, la pregunta es: Alice, ¿quieres volver a quemarte?


martes, 27 de febrero de 2024

RAQUEL ORTEGA: ❝El eco del bosque es un thriller con toques de la Irlanda rural❞

No conocía a Raquel Ortega, aunque sí me sonaba su última novela. Creo recordar haber visto El eco del bosque en algún blog. Me llamaba la atención la sinopsis, en la que se habla de Irlanda, y de extraños sucesos. Me gustan este tipo de historias que me prometen intriga, misterio y suspense. Si además tiene fenómenos paranormales como es el caso, mi curiosidad aumenta. Así que, después de tener la novela esperando turno durante bastante tiempo, me lancé a su lectura. Admito que me ha gustado. Partimos de la base de que se trata de la segunda novela que Raquel Ortega publica en Amazon. Pero también hay que tener en cuenta que esta autora ganó el Premio Amazon Storyteller 2022 con No despiertes al diablo. 

Tras la lectura, Raquel y yo hemos tenido un encuentro vía Zoom que transcribo a continuación. Aunque, si te apetece, también tienes el vídeo a tu disposición, más abajo.

Marisa G.- Hola Raquel, un placer saludarte desde Sevilla. Encantada de conocerte, de verte, y de poder conversar en directo contigo sobre tu último libro, El eco del bosque, que yo he estado leyendo estas semanas atrás. Si te parece vamos a conversar un ratito sobre esta novela. 

Raquel O.- Sí, claro. Muchas gracias por invitarme. Es un placer también hablar contigo.

M.G.- En primer lugar, y dado que es la primera vez que te leo y la primera vez que tengo noticias tuyas, me gustaría que nos contaras un poco quién es Raquel Ortega y cuál ha sido su trayectoria literaria hasta ahora.

R.O.- Bueno, yo empecé a escribir cuando cumplí once años. Una bibliotecaria que me veía leyendo todos los días me preguntó que por qué no intentaba escribir algo. En ese momento, no pensé que fuera posible crear una historia como esas que leía y me gustaban tanto, pero me animé a ello. Empecé escribiendo relatos cortos y gané algún certamen en el instituto, en mi pueblo, en San Lorenzo. Y luego, más adelante, decidí escribir novelas. Pero empecé en inglés, a través de la plataforma Wattpad. Más que nada para tocar diferentes géneros antes de decidirme por el que más me gustara. Así que escribí un poco de todo. Cuando descubrí el terror, me lancé de cabeza. Fue cuando escribí No despiertes al diablo.

M.G.- ¿Qué te aporta el género de terror que no te aporten otros géneros?

R.O.- Adrenalina. Eso es lo primero. Sufro de pesadillas de  manera recurrente. Al principio, escribir sobre ellas era como una especie de catarsis. Me ayudaba a combatirlas, a sentir menos miedo. Luego descubrí que me apasionaba hacer que las personas que me leían también sufriesen con los mismos miedos que sentía yo. Sé que es un poco cruel, pero eso me hacía escribir terror.

M.G.- A mí me encanta el género de terror pero siento que es muy difícil alcanzar ese efecto terrorífico, incluso con las novelas de los grandes autores del género. Hay que hacer uso de ciertas habilidades y recursos para transmitir el miedo al lector. En tu caso, ¿cómo lo haces? ¿De qué medios te vales?

R.O.- Para causar terror resulta fundamental crear una atmósfera oscura que mantenga la atención constante en cada página, incluso en esas escenas que son un poco de pausa entre los momentos de acción. Tiene que existir esa incógnita, de preguntarse qué hay detrás de lo que estás leyendo. Creo que es fundamental que ese tipo de atmósferas y tensiones existan durante toda la novela. Y me gusta hacerlo de manera cinematográfica. Cuánto más gráfica sea una historia, más fácil resulta transmitir el terror. 

M.G.- He leído en tu página web que El eco del bosque es como una continuación de la anterior. ¿Esto es así?

R.O.- Es una precuela. No despiertes al diablo fue mi primera novela en castellano, con la que me presenté al Premio de Amazon, y que luego gané. En esa novela surgió un personaje que se llevó el corazón de todos mis lectores, más allá de los protagonistas. Y he querido darle su propia historia y contar desde dónde ha partido y hasta dónde ha llegado. Por eso he escrito esta precuela.

M.G.- De todos modos, garantizo que no es necesario leer la anterior. Ambas se pueden leer de manera independiente. Si lees El eco del bosque, te metes en la historia, y no pasa nada por no haber leído la otra.

R.O.- No tienen nada que ver, no. El eco del bosque transcurre en Irlanda, con unos personajes y No despiertes al diablo ocurre en Madrid, con otros.

M.G.- Y más allá de la sinopsis, ¿qué les contarías a los lectores que van a encontrar en esta novela? 

R.O.- Van a encontrar personajes entrañables. Creo que con esta novela he conseguido algo que me costó mucho con la anterior, que incluso los personajes secundarios tengan mucha historia y logres empatizar con ellos. Incluso con los antagonistas. Siempre les vas a querer buscar una razón y vas a querer entenderlos, más allá de lo que hacen o no.

Y luego me ha encantado estudiar las leyendas de Irlanda y meterlas en la novela, como una sorpresita, ¿no? El eco del bosque es un thriller con toques de la Irlanda rural, con sus leyendas, y sus creencias, con sus modos de vida que me han enamorado.

[Clic para ver nuestro encuentro Zoom] 


M.G.- Por resumir un poco la trama de la novela, Joselen y su familia se mudan desde Cork a Ashloch, un pueblo de Irlanda, donde han pasado los veranos. Así que conoce a la gente del pueblo. Y allí empiezan a ocurrir cosas extrañas, hechos paranormales. ¿Cómo nace la historia en tu cabeza? ¿Cuál es la chispa que da pie a esta historia?

R.O.- Nació a partir de una experiencia personal. Estuve viviendo una temporada en Brighton, y allí cuidaba a un niño que se parecía mucho al hermano pequeño de Joselen. Yo llevaba al niño al colegio y hacíamos cosas juntos, que me inspiró para meterlo en la novela. También tuve una pesadilla en la que el niño tenía un amigo invisible que no era tan invisible. Y bueno, unas cosas se entrelazaron con otras, y terminé creando algo.

M.G.- Raquel, este libro está autoeditado. Quería preguntarte si ha sido una elección personal o la única forma de verlo publicado, porque cuesta mucho trabajo encontrar respaldo editorial.

R.O.- Bueno, en muchos casos es una elección personal. En mi caso, fue una recomendación porque yo no tenía ningún tipo de de experiencia a nivel de currículum, para poder llegar al mundo editorial. Este mundo es muy complicado. Puedes tener una novela maravillosa pero también se tienen en cuenta otro tipo de cuestiones. Con No despiertes al diablo, como yo empezaba de cero, no tenía ni idea de cómo publicar el libro. Me dieron varios consejos y lo publiqué a través de Amazon. Y El eco del bosque, como forma parte de la misma serie, no quise intentar otra cosa, y lo he publicado también a través de Amazon.

M.G.- Yo conozco a unos cuantos autores que, después de publicar varias novelas con una editorial, han descubierto el mundo de la autopublicación y están encantados. Esta vía te permite controlar absolutamente todo el proceso que sigue el libro.

R.O.- Sí, eso es verdad. Con Amazon tienes total acceso a todas tus ganancias. Lo gestionas todo y puedes volver a editar tu libro cuantas veces quieras. Eres el que está detrás de tu propio libro y no cuentas con ningún intermediario. Así que ha sido una elección personal. Todo depende de lo que busques y a lo que quieras aspirar. Y es verdad que hay muchos autores muy conocidos que llevan publicando mucho en Amazon y están encantados. Yo tengo varios amigos que no se plantean publicar de otro modo porque están a gusto. Ellos dicen que sólo quieren escribir libros y que la gente los lea. No quieren nada más. Eso es algo totalmente comprensible.

M.G.- Joselen es la protagonista principal. Es una joven de 19 años, creo. La vamos a ver ejerciendo de hermana mayor, y casi de cabeza de familia, porque la vida la ha puesto en una tesitura, en la que la ha obligado a madurar muy deprisa.

R.O.- Eso es. Al principio, me daba un poco de miedo porque es verdad que es un personaje muy joven y a su edad, todos tendemos a hacer estupideces. Pero Joselen se encuentra en una situación muy complicada. Antes de que empiece la novela, ha perdido a su madre. Y su padre está tan perdido en su dolor que no se fija en los demás miembros de su familia. Joselen no tiene más remedio que tomar las riendas de la situación y decir: Yo tengo que cuidar a mis hermanos.

M.G.- Has mencionado al padre de Joselen, a Killian. Es un hombre con un alma muy atormentada. Sufre muchísimo y se da cuenta de sus errores. Cuéntanos un poco más sobre este personaje.

R.O.- Me gustó mucho escribir a Killian. Es un personaje muy distinto a todos los demás. Él intenta poner esa cara dura frente al mundo, pero en sus capítulos lo vamos a ver que está totalmente perdido, que sufre muchísimo, que no supera la pérdida de su mujer. A veces, se da cuenta de que está abandonando a sus hijos pero no es capaz de salir de ese bucle de dolor y decir: Venga, voy a intentar superarlo y apoyar a mis hijos que también tienen que estar sufriendo. Es un personaje que, como tú bien has dicho, está muy atormentado.

M.G.- ¿Y te ha costado perfilar algún personaje?

R.O.- Alguno me ha costado más que otro. Killian y Joselen han salido casi de forma natural. Maeve, la hermana menor, sí es más compleja. Al tener una edad más adolescente, me ha costado más recordar cómo era tener esas rabietas y esa edad del pavo. Según escribía, me daban ganas de decir: Esta niña me tiene harta.

M.G.- Todos hemos pasado por esa edad. Pero, también hay que decir, sin desvelar mucho, que a ella le pasan cosas y debe ser difícil convivir con lo que le ocurre.

R.O.- Claro, es muy complicado. Ella está diagnosticada de depresión y no se sabe muy bien cómo tratarla. Sus rabietas pueden estar fundadas. 

M.G.- Lorcan es el hermano pequeño de Joselen. Este personaje tiene una discapacidad visual. También debe ser complicado describir cómo se desenvuelve una persona que no ve. 

R.O.- Sí. Bueno, con Joselen hice lo mismo porque ella tiene diabetes. Creo que es súper importante escribir novelas e historias donde los personajes no sean perfectos. Y no me refiero a que le falte una pierna, sino que el personaje se encuentre en una situación de terror y solo quiera huir. ¿Y qué pasaría si no viese bien? ¿Qué te pasaría si tuvieses que tener en cuenta si te va a bajar o no el azúcar por correr demasiado? Todas esas cosas al final hacen que la situación sea mucho más complicada de llevar. Y por eso también me ha gustado la idea de plasmarlo y de darles un poco más de visibilidad.

M.G.- La novela tiene toques de fantasía, de sucesos paranormales. No quiero contar mucho pero introduces en la novela unos personajes que forman parte de una organización. No sé si podemos contar algo. Son unos personajes que me ha mantenido mucho tiempo en vilo.

R.O.- Esos personajes son los que unen la historia de los dos libros. Es una organización que trabaja desde las sombras, investigando casos que se escapan de lo mundano. No puedo contar mucho sobre esa parte pero sí, es el vínculo de ambas novelas. 

M.G.- Hablemos ahora de la ambientación. Te tengo que felicitar porque es muy buena. También creo que haces un buen manejo de la tensión narrativa y me he encontrado un montón de capítulos con el típico cliffhanger que te obliga a seguir leyendo. ¿Cómo se consigue conjugar todos estos elementos para enganchar al lector desde el primer momento?

R.O.- Los cliffhanger vienen por Wattpad. En esa plataforma, te aconsejan que los capítulos tengan un tope de palabras. No puedes hacer un capítulo con siete mil palabras porque aburres al lector.  Estos están leyendo en un dispositivo pequeño y siete mil palabras pueden llegar a cansarles. Así que aprendí a escribir capítulos más cortos y a terminarlos con ese regustillo, obligando al lector a seguir leyendo si quiere saber más. En Wattpad publicaba una vez a la semana, y te tenías que asegurar que el lector que ha leído un capítulo, quiera esperar una semana para leer el siguiente.

M.G.- Lo fantástico y lo paranormal, ¿es algo que te interesa especialmente más allá de la literatura? Porque hay un montón de programas de televisión que tratan estos temas y de podcast de radio.

R.O.- Me encanta. Creo que en este mundo hay todavía muchas cosas que no conocemos. Me encanta el terror paranormal en el cine, en la literatura, en los podcasts, la radio,... Además, creo que es muy importante que, si voy a escribir sobre este género, me documente también. 

M.G.- La acción transcurre en Ashloch. Es un lugar ficticio, ¿verdad?

R.O.- Eso es.

M.G.- ¿Y está inspirado en algún lugar real?

R.O.- Sí, creo que se menciona que está cerca de Kilkenny, una ciudad preciosa de Irlanda, en la que se concentra la mayor cantidad de bosques. Porque Irlanda no tiene muchos, pero justo ahí sí hay una gran extensión y muy densa de bosques. Decidí que era un buen sitio poner ahí un pueblo. Y el pueblo se llama Ashloch porque «ash» en inglés significa cenizas y «loch» viene del gaélico, que significa lago. Así que Ashloch es el lago de cenizas.

M.G.- Para construir escenarios hay muchos autores que tiran de Google Maps. No sé si tú has tenido que hacer lo mismo.

R.O.- Sí. Al estar tan cerca, tomé la arquitectura de Kilkenny y la pasé a Ashloch. Sé que es un espacio que está vacío pero cogiendo un poco de Kilkenny, un poco del bosque, al final, puedes creerte que el sitio exista.

M.G.- Has mencionado el mundo celta. Sus leyendas están muy presentes en la novela. Eso te habrá obligado a documentarte de alguna manera, ¿no? Hablas de entes curiosos de la mitología celta.

R.O.- Sí. Ha sido complicado porque se sabe muy poquito de la mitología celta. Lo único que sabemos es a través de escritos romanos y poco más. Así que ha sido muy complicado documentarse en ese sentido. Por otro lado, es también una ventaja porque me permite más libertad a la hora de escribir. Puedes tener una base verídica, pero le puedes dar tu propio giro para hacerla más interesante.

M.G.- En la novela, también hablas de otros temas como el abuso sexual, las drogas, el maltrato. Es como un cóctel muy explosivo y muy actual, porque son temas que, al fin y al cabo, forman parte de nuestro día a día.

R.O.- Escribir sobre un género no tiene por qué eximirte de tratar temas actuales o importantes, como pueden ser los que has mencionado. En todas mis novelas, siempre intento meter alguno que me interese, como los abusos sexuales o el racismo. Son cosas que existen desde hace mucho tiempo. Con tantos personajes, es muy complicado que todos ellos sean perfectos y que no hayan sufrido en algún momento de su vida algún tipo de acoso.

M.G.- Eres muy precisa a la hora de ubicar los hechos en la novela. ¿Por qué empleas no solo la fecha, sino también la hora? 

R.O.- Eso no funciona con todas las historias. En esta, lo he hecho así por primera vez. Al tratarse de un thriller, creo que se exige más precisión a la hora de describir los hechos. Pero más que la hora, también era importante el lugar y a qué personaje tenemos en el punto de vista. En El eco del bosque tenemos a muchos personajes. La acción va rodando desde Joselen, a su hermana menor, a su padre,... Creo que es importante dejar claro con quién estamos en ese momento, y en qué momento del día.

M.G.- La trama se desarrolla en 2007. Un año que nos queda un poco lejos. ¿Qué motivo hay?

R.O.- El primer capítulo es 2007 pero a partir de ahí la acción se sitúa cuatro años más adelante. Como te digo, esta novela es una precuela. No despiertes al diablo transcurre en 2018. Entre esa novela y esta, Joselen tenía que tener un periodo de aprendizaje y crecimiento, que no podía ser tampoco muy extenso. Tenía que encontrar el hueco y por eso El eco del bosque se inicia en 2007.

M.G.-Ah, claro. Es lógico. 

Por ir terminando, en los Agradecimientos, mencionas a dos autores muy conocidos, a Lorena Franco y a Juan Gómez-Jurado. A los dos LOS he leído y con los dos he hablado. Pero, ¿de qué forma han contribuido ellos a tu faceta de escritora y al nacimiento de esta novela?

R.O.- Bueno, a raíz del premio de Amazon 2022, tuve el placer de conocer a Lorena Franco y formar parte del grupo de finalistas con ella. Ella tiene mucha experiencia en Amazon, en la literatura, con los periodistas,... Para mí ha sido un apoyo muy importante cuando me encontraba en un pozo negro y decía: Oye, yo no sé dónde ir ahora. Y entonces ella me venía a rescatar y me decía: Mira, esto es posible, puedes hacerlo así. Me daba los consejos que en ese momento yo necesitaba. Y Juan, se ha convertido en una persona muy cercana. Le tengo muchísimo aprecio y le respeto un montón. Fue él el que me dijo que cogiera la novela y la publicara en Amazon.  Él siempre va a decir que no me ha ayudado en nada, porque es así de modesto, pero gracias a él, estoy donde estoy ahora.

M.G.- Es muy bonito que los autores se ayuden unos a otros, sobre todo, aquellos que ya han tenido mucho éxito, que se acuerden de los que están empezando y le tiendan una mano. Me parece que es algo muy meritorio.

R.O.- Es maravilloso y muy importante porque seguimos siendo personas. Todos hemos empezado de cero. Nadie aparece en la cima de repente. Hay que trabajárselo. Y cuando estás en la cima, es muy bonito ver que te acuerdas todavía de lo que es estar abajo y querer crecer. No perder esa humildad es muy importante.

M.G.- Como última pregunta, Raquel, ¿en qué proyecto andas ahora? No sé si tienes algo entre manos.

R.O.- Sí, tengo varios. Ahora mismo acabo de terminar una novela. A ver por dónde marcha. Y mientras tanto, también tengo entre manos la traducción de No despiertes al diablo, que espero que salga a finales de año. A ver cómo va. Y tengo las manos libres para ponerme a trabajar en la siguiente novela. 

M.G.- Pues nada, manos a la obra. Por mi parte, te puedo decir que he disfrutado bastante de la lectura. Creo que articulas una historia en la que la tensión y el suspense se mantienen de manera constante. Y nada, te agradezco muchísimo que me hayas atendido, y espero que tengas muchísima, muchísima suerte.

R.O.- Muchísimas gracias. De verdad, me alegro un montón que hayas disfrutado de la novela.

M.G.- Te mando un saludo.

R.O.- Adiós.


Sinopsis: Joselen Brooks no tiene la vida más sencilla. Tras el fallecimiento de su madre a causa del cáncer, se ve obligada a abandonar sus estudios universitarios para cuidar de sus hermanos y atender las tareas del hogar. Como si eso no fuese suficiente, ahora su padre policía decide trasladar a la familia a su pueblo natal en Irlanda y convertir la casa de verano en su nuevo hogar. Mientras ella se reencuentra con viejos amigos y trata de reconducir su vida a pesar de los extraños sucesos que empiezan a perseguirla, un cuerpo sin vida pone la comisaría de la Garda patas arriba.

Cuando realidad y ficción convergen en el pequeño pueblo irlandés, la carrera a contrarreloj da comienzo. ¿El objetivo? Sobrevivir.

Pronto, los cadáveres empezarán a acumularse en las calles de Ashloch.



lunes, 26 de febrero de 2024

LA SECA de Txani Rodríguez

 

Editorial: Seix Barral
Fecha publicación: enero, 2024
Precio:19,00 €
Género: narrativa
Nº Páginas: 272
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-322-4280-9
[Disponible en ePub;
puedes empezar a leer aquí]


Autora

Txani Rodríguez nació en Llodio, en 1977. Es periodista, guionista y escritora. Ha publicado las novelas Lo que será de nosotros (2008), Agosto (2013) y Si quieres, puedes quedarte aquí (2016). Ha publicado el libro de relatos El corazón de los aviones (2006) y varios cómics, entre los que destaca La carrera del sol (2008), traducido a varios idiomas. Forma parte del equipo del programa de Radio Euskadi Pompas de papel, y colabora en varios medios, entre ellos, el suplemento cultural Territorios del diario El Correo. Es profesora de escritura creativa en la Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès y en la Asociación Literaria ALEA.

Sinopsis

Nuria regresa al pueblo en el que ha pasado los veranos desde su infancia, un  rincón dedicado a la extracción del corcho en un espacio natural protegido del sur de España. Durante su estancia, asistirá al conflicto entre dos formas de en tender el futuro, representadas por la población local, que busca nuevas formas de ganar se la vida ante el avance de la seca, una enfermedad que acaba con los alcornoques, y los veraneantes procedentes de la ciudad, que quieren preservar el entorno.

Después de convertirse en una de las sorpresas literarias de 2020 con Los últimos románticos, ganadora del Premio Euskadi de Literatura, Txani Rodríguez regresa con una novela de tensión creciente protagonizada por una joven inconformista, presa del mal augurio, marcada por la relación con su madre y un antiguo amor de verano, en un medio rural en crisis debido al cambio climático.

[Información tomada directamente del ejemplar]


Te han hecho alguna vez la siguiente pregunta: ¿Tú tienes pueblo? A mí, sí. Lo de tener pueblo no alude a la acción de poseer sino a la de ser. Es decir, con esa pregunta lo que quieren saber es si eres nacido o criado en un entorno rural. Lo he contado miles de veces aquí y en redes sociales. Yo no nací en un pueblo, ni tampoco me crié en uno, pero sí pasé los veranos de mi infancia rodeada de olivos, nadando en las aguas turbias de una alberca, andando el campo, casi de sol a sol. La distracción de mis primos, mis hermanos mayores y la mía misma consistía en investigar lo que se ponía a nuestro alcance. Aquel insecto aquí, aquella flor allá. Experimentábamos, y no siempre desde la inocencia, porque todo niño también tiene un lado cruel. Pero creo que aquella necesidad de conocer los efectos de nuestros actos en plena naturaleza desarrolló en mí esa curiosidad que me caracteriza y ese amor por la tierra, de tal modo que acostumbro a quedarme embobada en mis pensamientos, cuando mis ojos se adentran en una gran arboleda. Hay personas que llevan la tierra en las venas, aunque la mayor parte de su vida sólo hayan pisado asfalto. Bien, os largo todo este rollo para empezar a hablaros de una novela que consiguió transportarme a aquella infancia de casas encaladas y jornadas al aire libre. Pero no penséis que La seca de Txani Rodríguez es una novela eminentemente de corte nostálgico, que ahonda en las emociones rescatadas del pasado, sin más intención que conectarnos con nuestros orígenes. En realidad, La seca tiene algo de eso pero hay mucho más donde escarbar. Os cuento.

Nuria y Matilde, hija y madre, cruzan España de norte a sur para pasar el verano en el pueblo. Se dirigen a una localidad de Andalucía. Su intención es descansar allí durante un mes, pues Matilde está convaleciente tras una operación. Atrás queda Llodio, el lugar de residencia de Nuria, y su cuadrilla, un grupo de amigos con los que las cosas no han salido demasiado bien. Algo le ocurrió a Nuria con esas amistades, algo que ni siquiera ella entiende, y que ha dado pie a fisuras en las relaciones. Así que Nuria llega al pueblo arrastrando un lastre que se añadirá a otros más. Porque regresar al pueblo implica para Nuria reencontrarse con otras personas, algo que para ella no resulta demasiado grato. ¿Por qué? Ya lo irás viendo. Allí vive Montero, un hombre con el que ella mantuvo/mantiene una cierta vinculación. Y en el mismo pueblo también vive Alba, la mujer de Montero, con quien ella jugaba en los veranos de su infancia, y compartía meriendas de tortas fritas y pasteles de manzanas. Ya las cosas no son como eran antes. El tiempo y la vida se han encargado de empujar a cada uno por su camino y aquellas relaciones que parecían solidas han terminado licuadas.

En el tiempo que Nuria y Matilde pasen en el pueblo irán ocurriendo cosas, a través de las cuales iremos conociendo mejor el abismo interior de los personajes, al tiempo que Txani Rodríguez explora en los universos rurales, en los que no faltan nunca chismes, envidias, recelos y también leyendas, como la que en este caso tiene que ver con unos niños.


«Dos niños que habían terminado de cenar se levantaron para ir a jugar a la plaza. Entonces, el camarero y los ocupantes locales se las otras mesas se acercaron a los padre, que parecían estupefactos, y, tras rodearlos, comenzaron a hablarles con seriedad, como si fueran a dar comienzo a unas delicadas negociaciones diplomáticas. La pareja intercambiaba miradas de incredulidad, se encogía de hombros, negaba con la cabeza. Al poco pidieron a los niños que regresaran a sus asientos, y las personas que los habían abordado se marcharon». [pág. 90 -91]


Qué me ha gustado de esta novela

Es agradable e interesante leer a un autor por primera vez. Esa primera toma de contacto condiciona. Y mucho. Aunque yo no soy de tirar la toalla a la primera de cambio. Si un autor no me gusta en mi primer acercamiento, acostumbro a darle otra oportunidad. No es el caso de Txani Rodríguez. Me ha gustado mucho leer La seca. No sé, de entrada, me he visto mecida por un montón de emociones y evocaciones. Un arroyo de recuerdos ha cruzado mi mente. Ver a Matilde y a Nuria en el viaje de ida al pueblo ha sido como verme a mí misma, montada de niña en el coche de mi padre, con las maletas y las ilusiones por estrenar. Ya se lo comenté a Txani aquella tarde que conversé con ella (puedes leer la entrevista aquí), que en un momento del relato se dice que ir al pueblo no es viajar. Uno no viaja al pueblo cuando está de vacaciones. Uno, simplemente, regresa al pueblo en vacaciones, al lugar al que perteneces realmente. Parecerá una tontería, pero la importancia está en los matices.

Txani describe muy bien las sensaciones que se perciben en los pueblos, el olor de los guisos o los sonidos de las jornadas veraniegas, como esa sensación etérea que se respira en las sobremesas, como si el tiempo se detuviera, y los ruidos se atenuaran, dando paso a un silencio amortiguado. No sé muy bien cómo describir esa sensación que se acentúa por el calor en el campo andaluz.


«En la calle, la vida parecía ralentizarse: algún perro descansaba a la sombra de un árbol en el paseo, las terrazas de los bares se quedaban medio vacías, en una esquina se deshacían los restos de un helado; la laboriosidad de los pájaros carpinteros contra los pinos resultaba audible, las chicharras intensificaban su canto, las ráfagas de viento agitaban las hojas de los árboles y, sin embargo, se diría que todos aquellos sonidos quedaban envueltos en un silencio espeso». [pág. 84]


En La seca, el mundo rural es otro protagonista más. Con esta novela, quiere Txani Rodríguez rendir homenaje a un oficio, y a través del mismo, a los suyos. Por eso, nada más abrir las páginas del libro, leemos: A mi familia paterna, los «corchas». ¿Qué es eso de los corchas? La acción de la novela se desarrolla en un pueblo cercano a Jimena de la Frontera. Es un espacio ficticio pero que, por la ubicación, podría ser cualquier municipio que rodea el Parque Natural de los Alcornocales. Un pueblo en el que la saca, es decir, la extracción del corcho, ha dado de comer a muchas familias durante generaciones. A la familia paterna de la autora, también. De ahí, el apodo que reciben, de ahí lo de los corchas, porque han sido y son corcheros, gente de campo que se encarga de ir de aquí allá, extrayendo el corcho a los alcornoques. Es muy interesante todo lo que cuenta la autora sobre este oficio, cómo se lleva a cabo, los riesgos laborales que acarrea, qué peculiaridades tiene, qué futuro le espera a la profesión. Máxime cuando la enfermedad amenaza a los árboles. La seca como llaman a ese mal, no puede tener un nombre más preciso porque seca todo lo que se encuentra a su paso. ¿Pero cómo es esa enfermedad?


«Nuria había oído hablar de la enfermedad de los alcornocales: la seca, como la llamaban. Estaba en boca de todo el mundo desde hacía años. Algunos la atribuyen a la sequía; otros, a la contaminación atmosférica, o a los incendios o a las plagas o a las inundaciones o a la gestión inadecuada del suelo; hay quien habla de cambio climático, y hay quien solo nombra la seca entre dientes, como si fuera un mal fario. No terminan de precisar el origen último de la enfermedad de esos árboles recios, pero saben que la causa —que tiene mucho de consecuencia es un hongo». [pág. 103]


Alcornoques, corcho, enfermedades, corcheros,... Lo mismo, lector, que llevas pisando asfalto toda tu vida, esta temática te resulte lejana, pero Txani Rodríguez consigue atraparnos, no solo a través de datos interesantes que afectan a la industria, sino por el cariño con el que se adentra en este oficio. 

Por otra parte, La seca nos invita a la reflexión. ¿Qué estamos haciendo con el planeta? En un entorno pequeño como es el pueblo de la novela, también vamos a ver las consecuencias de la sequía, la degradación del campo, el cambio climático. Nuria encuentra en el río que vadea el pueblo ese refugio donde se siente más en paz consigo misma, pero es un espacio que también está en peligro, y la veremos luchar para mantener ese entorno natural. Igualmente descubrirá las alteraciones que está sufriendo la agricultura, con esos campos sembrados ahora de cultivos que generarán más ingresos, pero que también producirán más estragos en la naturaleza.

Al margen de estos asuntos, en La seca también se ahonda en las distintas percepciones que se pueden tener de un entorno rural. ¿Qué significa el pueblo para los que viven en él día tras día, o qué significa para los que van a ellos a pasar una temporada? O escarba en las relaciones personales y en la amistad. 

Como veis, esta novela no es solo un viaje nostálgico. La seca tiene mucho más enjundia que un mero retroceso al pasado.

Personajes

Txani Rodríguez construye personajes con muchas aristas y filos que cortan. Me centraré en aquellos que, a mi juicio, soportan bajo sus hombros el peso de la novela.

Nuria es una mujer que no está bien. No llega al pueblo en su mejor momento. Lo que le ocurrió en Llodio la ha marcado, pero además es que se debate entre la obligación impuesta socialmente de cuidar a su madre y el deseo propio de hacerlo como hija. A Nuria la vamos a ver constantemente preocupada por el bienestar de Matilde. Le agobia mucho vivir el momento que le ha tocado, con el Covid, los contagios, y las muertes. ¿Y si su madre se contagia? O peor, ¿y si es ella la que contagia a su madre? ¿Cómo se puede uno perdonar eso? Adopta esa actitud tremendista que la empuja a temer siempre lo peor. Vivir bajo ese yugo la asfixia, no solo a ella, sino también al lector, que la percibirá como una mujer hermética, malhumorada, impertinente, desagradable. Ni ella misma se soporta. A Nuria le molesta todo. Los que hacen porque hacen. Los que no hacen porque no hacen. Los que dicen porque dicen. Y los que no dicen porque no dicen. Da igual. Es que si no tiene motivos para quejarse, los va a buscar. Y eso provoca en el lector un desgaste, unas ganas de trazar una línea entre ella y nosotros, de mantener las distancias (no vaya a ser que nos contagie, pero no el Covid, sino su malestar constante). Está tan amargada que hasta ella misma se sorprende de sus pensamientos. En el siguiente pasaje se refiere a Alba, la mujer de Montero:


«Durante el invierno, Nuria entraba en las redes sociales para espiar las páginas de los contactos en común con el deseo de verla en alguna fotografía y descubrirla más gorda, más fea, más vieja. Después se arrepentía de sus malos deseos». [pág. 46]

 

Nuria es el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Pero quiero decirte algo. Dale tiempo y espacio. Es que está perdida y saturada. Necesita reordenarse por dentro. El pueblo la transforma y, al final, saldrá la verdadera Nuria y esa no te la puedes perder, porque el lector terminará por entenderla, y por reconciliarse con ella. Al menos, es lo que me ha ocurrido a mí que, de no soportarla he pasado a cogerle cariño, entendiendo que únicamente tomaba malas decisiones y que obraba de manera equivocada. 

A Matilde también la transformará el pueblo. Desde que se cayó, se partió la los huesos de una pierna y la tuvieron que operar, parece que se ha cansado de vivir. Al mudarse a casa de Nuria durante la convalecencia, solo tenía ganas de estar en cama. Se volvió irritante, no agradecía nada de lo que la hija hacía por ella, protestaba por todo, rozando ese egoísmo propio de la vejez.


«De un tiempo a esta parte no se entretenía con nada: no hacía punto, no cocinaba, no leía». [pág. 76]


Pero en el pueblo, tendrá la oportunidad de relacionarse con otras personas, más allá de su hija. Hará nuevas amistades y se alejará un tanto del control de Nuria. Ojito a la reacción de la hija. Matilde es un personaje que me ha gustado mucho. Verla sentirse viva otra vez me ha parecido algo de una belleza excepcional. 

Pero la relación entre ambas no va a ser fácil. Antes comentaba que La seca profundiza en las relaciones personales y la amistad, a través de la cuadrilla de amigos de Nuria, pero la relación materno-filial tendrá mucho peso en esta novela. A poco que tú y tus padres tengáis una edad similar que la que tienen los personajes de esta novela, lo vas a entender todo perfectamente. En La seca se va a establecer ese tira y afloja que inevitablemente y, en circunstancias normales, se produce entre las madres y las hijas, cuando una está en ese límite en el que todavía es autónoma pero no, y la otra ya empieza a desempeñar el papel de madre de su propia madre. En la relación entre Nuria y Matilde he visto la misma relación que yo tenía con mi madre, cuando ella no quería que yo la ayudara porque decía valerse por sí misma pero, a la vez, ya no llegaba a todo. En esta novela vamos a ver algo así. La madre quiere seguir ejerciendo como tal, mientras la hija se mete en un terreno que, a lo mejor, todavía no le corresponde. A mí me ha parecido brillante cómo Txani Rodríguez dibuja ese momento en la vida de madre e hija. Me he visto muy reflejada.

Y habrá otros tantos personajes, como el propio Montero y su mujer; Ezequiel, el padre de Montero, del que dicen que está loco pero a mí me parece el más cuerdo de todos; y, por supuesto, Milo y su padre Xavier, que llegan al pueblo de visita y, a priori, parece que solo van a ser meros espectadores pero nada más lejos de la realidad. 

Estructura

Escrita en tercera persona, La seca cuenta con una estructura circular. Un primer capítulo introductorio, donde veremos a Nuria siendo una niña pequeña, conectará en cierto modo con el final, cerrando la historia con un desenlace que implica más un reencuentro con uno mismo, que un regreso físico al hogar.

Compuesta por capítulos de corta extensión, en los que se observa un equilibrio entre narración y diálogos, la autora nos ofrece una prosa evocadora con la que se hace hincapié en los sentidos.


Poco más os puedo y os debo contar. Ha sido una lectura agradable, llena de recuerdos que reconfortan. Y qué bonito me ha parecido esa invitación a la reconciliación que Txani nos propone en el final.


[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí (Tapa blanda) y aquí (Kindle)


domingo, 25 de febrero de 2024

ENERO... ¡DE UN VISTAZO! (#01/2024)

[Nota previa: esta entrada tenía que haber salido publicada hace semanas. ¡Se me olvidó!, pero ahí va]

Pshh... ¡Ey! ¿Te has enterado que enero ya voló hace semanas? No doy crédito. Pero así son las cosas. Los días vuelan sin que te enteres y van pasando los meses de manera inexorable. Por tanto, y en lo que respecta a este espacio, toca hacer resumen. Y lo hago con alegría porque, ¡oh, la, lá! Este mes no me quejo. No me quejo en cuanto a lecturas y no me quejo en cuanto a la cantidad de libros leído. Lo que me venía ocurriendo este año atrás es que me daba como pereza sentarme a leer. Era una cosa rarísima que yo jamás he sentido. Siempre lo he achacado al desgaste de los estudios pero la cosa empezaba a mosquearme. No era capaz de volverme a sentir atrapada por la lectura. Pero, y cruzo los dedos, parece que la desgana se va transformando en lo que era antes, en un deseo constante de enfrentarme a un libro. Probablemente, el milagro se haya producido porque este mes me he topado con lecturas que me han gustado mucho. Pero os voy contando en este resumen.


[Para conocer la sinopsis de los libros expuestos 
sólo tienes que clicar en cada título o en los enlaces a las reseñas]



Los regalados y/o comprados

Lo conté hace unas semanas. Aproveché la llegada de sus Majestades los Reyes Magos para anotar en mi lista de regalos unos cuantos títulos: Los pacientes del doctor García (novela gráfica) de Claudio Stassi (basada en la novela homónima de Almudena Grandes; Planeta Cómic), True Crime (el crimen real) de Julio Muñoz Gijón (El Paseo Editorial), y El último verdugo de Toni Hill (Grijalbo). De momento, sólo me he leído la novela gráfica. Ya irán cayendo los demás.
 





A mi señor esposo, los Reyes Magos le trajeron Cómo sigue llorando Sevilla..., un libro recopilatorio de los artículos de Paco Correal (Sevilla Press), un periodista nacido en Ciudad Real, pero que lleva 46 años ejerciendo la profesión en Sevilla. En casa nos gustan los libros que versen sobre nuestra Semana Santa, así que los Reyes acertaron con este libro.





Y no queda ahí la cosa. Veréis. En Sevilla, hay una librería preciosa que se ubica en lo que fue un antiguo teatro. Es enorme y muy bonita. En el mes de diciembre, empezaron a correr rumores de su inminente cierre. Hemos comprados muchos libros en ese templo literario y no queríamos dejar pasar la oportunidad de hacer una última compra por si acaso los rumores se confirmaban. Así que, con el 2024 recién estrenado, nos acercamos por allí y se vinieron a casa estos dos títulos: Púa de Lorenzo Silva (Destino). Esta ha sido la última novela del autor.





Y también me traje La vida que nos separa de Chufo Lloréns (Grijalbo). Me gusta muchísimo este autor. Sus novelas siempre me cautivan y, aunque largas, consiguen que te sumerjas en su lectura sin darte cuenta. No he leído ninguno de los dos todavía pero todo llegara. Por cierto, la librería parecía que se iba a salvar, pero lamentablemente echará el cierre. Ya lo han anunciado por redes sociales.




Al margen de todos estos, Murakami volvió a visitar mi casa. Creo haberlo comentado ya. A mi marido le gusta muchísimo este autor y, poco a poco, se va haciendo (y leyendo) toda su colección. Cuando me giro un momento, me viene con un nuevo título e inmediatamente se pone a leerlo. Junto a John Verdon, es su autor favorito. En esta ocasión, se compró After dark (Tusquets), que ya lo ha devorado. Todavía no me he atrevido con este autor. A pesar de las buenísimas opiniones que cosechan sus libros, no me resulta tentador.







Los recibidos

La editorial Algaida publica lo último de Francisco Núñez Roldán. De este autor madrileño, pero afincado en Sevilla, leí hace mucho tiempo un par de novelas, Jaque al peón y Pura raza. Ambas me gustaron muchísimo. Ahora, Núñez Roldán firma Lo que la luz no sabe, que tiene una pinta buenísima. Echadle un ojo a la sinopsis. Tengo la impresión de que esta novela es de las que se devoran.





Otro libro más publicado por Algaida lleva por título Operación Lena de Macarena Zambrana. Fíjate en la cubierta. ¿Lo ves? ¿Ves la esvástica? Pues ya te puedes hacer una idea sobre su trama. Y es que esta novela se centra en la figura de Lena Wiesel, una mujer «que conoció los campos de exterminio y que daría nombre a una operación de inteligencia que pudo decidir la guerra mundial». La novela la estoy leyendo en estos momentos porque mañana mismo me sentaré con la autora. Y creo que coincidiré con ella en otro acto. Ya os contaré.



..............................................................................................................De la misma editorial, un libro muy distinto al anterior es Letras de médicos. Médicos escritores y escritores médicos de Francisco Gallardo e Ismael Yebra. Este es un libro divulgativo en el que tienen cabida nombres tan señalados con Antón Chéjov, Pío Baroja, Arthur Conan Doyle o Gregorio Marañón. El punto de partida y el enfoque de este libro me parecen interesante, a la vez que original. Ya os contaré algo más sobre este volumen. En breve, tengo programado un encuentro con el autor, algo que me apetece muchísimo porque hablar con Paco Gallardo es sinónimos de pasar un buen rato. Estoy segura de que me contará cosas interesantes sobre este libro.


................................................................................................................Editorial Taurus saca a la luz un ensayo que, para los amantes del cine, va a resultar muy atractivo. Me refiero a Ficción Fatal. Ensayo sobre Vértigo de Manuel Arias Maldonado. En este volumen, el autor hace una aproximación al cine de Alfred Hitchcock y a una de sus películas más míticas. Por destacar algún aporte que incorpora la sinopsis, se dice que este ensayo «subraya la profunda ambigüedad de sus protagonistas». ¿Qué os parece? A mí, todos los libros que hablen de cine me llaman la atención. Especialmente porque me descubren curiosidades que, como un simple espectador, se me pasan por alto. Intentaré meterme de lleno en este ensayo lo antes posible para contaros más detalles. Estoy convencida de que, después de leerlo, veré la película desde otro ángulo. 

Pero la inmensa mayoría de los libros llegaron para las entrevistas. Y, como siempre, algunas tuvieron lugar y otra pues quedaron en el limbo. El año 2024 lo arranqué conversando con Marcos Nieto Pallarés. El juego del mal (Newton Compton Editores) lo devoré en tarde y media. Además, su trama cuenta con el aliciente de que una parte transcurre en mi barrio, con lo que me tuvo pegada a sus páginas en todo momento. La entrevista ya la tenéis publicada.





La misma editorial publica otro libro muy atractivo y que muchos de vosotros ya habéis leído. Me refiero a El superviviente de Auschwitz de Josef Lewkowicz y Michael Calvin. Me consta que a muchos de los que pasáis por aquí os gusta la temática de la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto y los campos de concentración. Por paradójico que parezca, y tratándose de lo que se trata, a mí me encanta leer sobre ese contexto histórico. Espero poder leerlo pronto porque sé que muchos lo habéis disfrutado.

Seix Barrall publica dos títulos más. Por un lado, La seca de Txani Rodríguez. Era la primera vez que me sentaba a hablar con esta autora de Llodio (Álava), aunque sí la sigo por redes sociales. Su anterior novela, Los últimos románticos, se va a empezar a adaptar al cine. De hecho, este mismo mes ha empezado el rodaje. La seca es una novela que me ha gustado mucho y de la que os daré cuenta mañana mismo. La entrevista ya la tenéis publicada.





Por otra parte, la misma editorial publica Tres enigmas para la Organización de Eduardo Mendoza. He leído pocas novelas de este autor catalán pero las que he leído me han gustado mucho. Mendoza llegó a Sevilla hace unos días para tener un encuentro con los medios al que no me pude acercar por incompatibilidad horaria. Me dio muuucha rabia. 






Y de la mano de Ediciones B llega a nuestras manos la nueva y esperada novela de Mikel Santiago. El hijo olvidado vuelve a cumplir las premisas sobre las que el autor basa sus libros, una trama llena de suspense, mucha acción y mucha adicción. Lo leí en unos cuantos días y era un no parar de leer. Me gustan estos libros que, aunque no vayan a dejar un poso eterno, sí consiguen que te entren unas ganas irrefrenables de sentarte a leer. En ese sentido, las novelas de este autor me funcionan. 




Y damos la bienvenida a un nuevo sello editorial del grupo Planeta. N de Novela inaugura su catálogo con dos títulos y dos autores. Lara A. Serodio ya tiene cierta andadura en esto de la escritura. De hecho, La piel infiel es su novela número cuarta. Me gusta mucho la temática de este libro. Todo lo que gira en torno a las infidelidades, el porqué alguien es infiel, lo que busca,... creo que todo eso está muy ligado a lo más profundo del ser humano.





Lara tiene como compañero en este estreno a Cristian Schleu que debuta en el terreno literario con Muerte en tres texturas. Estamos ante un gastro-thriller, es decir, una trama que aúna la alta cocina con el crimen. Hay que reconocer que el autor le ha dado una vuelta de tuerca a la escena criminal, con una disposición de la víctima que os va a sorprender. Hacedme caso. La entrevista con los autores ya está publicada en el blog.




También tuve la oportunidad de sentarme a hablar con Elisenda Hernández Janés, ganadora del XLII Premio de Novela Felipe Trigo por Canción de despedida, editada por Fundación José Manuel Lara. El libro se publicó realmente el pasado abril 2023. De hecho, ya se ha anunciado el nombre de la ganadora de la edición XLIII. Sin embargo, Elisenda acudió a Sevilla para asistir a un club de lectura y aprovechamos para conversar sobre esta novela tan introspectiva que me ha gustado mucho.





Y la autora argentina Florencia Etcheves publica La cocinera de Frida (Planeta). Esta preciosa novela permite al lector acercarse a la figura de Frida Kahlo, pero no directamente, sino a través de su verdadera protagonista, una joven tehuana de nombre Nayeli. Etcheves tuvo la amabilidad de responder a algunas preguntas vía mail y la entrevista ya la tenéis publicada en el blog.





También, de la misma editorial, llega Máximo Huertas con París despertaba tarde. El autor estuvo en Sevilla hace unos días y pude conversar con él. Os daré cuentas de nuestra charla. Hace mucho tiempo que no leo a ese autor que también se ha atrevido a abrir una librería.





Desde que descubrí a Miguel Ángel Oeste con ArenaVengo de ese miedo, con la que me dejó tan impactada, esperaba ansiosa su nueva novela. Perro negro (Tusquets) se centra en la figura de Nick Drake, un músico y cantante que, como otros tantos, se han vuelto en leyenda, al morir demasiado joven. Esta novela gira sobre la figura de este «héroe folk», sobre la que el autor ya nos habló en Fay Leys. Miguel Ángel Oeste
 acudió a Sevilla pero, por problemas de agenda, no pudimos conversar.





Por su parte, la editorial Espasa vuelve a publicar a Juan Pedro Cosano. El abogado y escritor de Jerez de la Frontera firma ahora El abogado de rojos. Esta es la sexta novela del autor que siempre nos ha contado historias bellas y entretenidas, a través de las que se puede aprender mucho.




Pero la misma editorial pone a nuestro alcance la primera novela de Fermina Cañaveras, El barracón de las mujeres. Hacía mucho tiempo que una novela no me hacía llorar y os garantizo que esta me ha arrancado unas cuantas lágrimas. El lector viaja a la época más negra de la historia de la Humanidad, y se adentra en Ravensbrück, uno de los muchos campos de concentración levantados por los nazis, donde veremos el trato vejatorio, la humillación y la crueldad a la que fueron sometidas las mujeres, en la figura de Isadora Ramírez García, que existió realmente.




Por último, Espasa también publica El mal hijo, la primera novela del dramaturgo y guionista Salvador S. Molina. Inspirada en un hecho real que ocurrió en su familia, el joven autor nos presenta una novela en la que Rubén, un niño de 11 años, tendrá que madurar con rapidez. Con Molina me pude sentar hace unas semanas y me contó muchas cosas sobre este libro. Ya tenéis la entrevista publicada en el blog. 





Los ganados

Cero.

Las lecturas y el cine

¿Qué he leído en enero? Como decía antes, estoy contenta porque ese mes he leído más de lo que lo he hecho los últimos meses. Se me han despertado las ganas de volver a leer y eso me produce mucha felicidad. Además, he tenido algunas lecturas que me han gustado mucho. Estas fueron:

- La sociedad de la nieve de Pablo Vierci.
- Mirafiori de Manuel Jabois.
- El juego del mal de Marcos Nieto.
La seca de Txani Rodríguez. La reseña sale mañana.
El barracón de las mujeres de Fermina Cañaveras.

En cuanto a las entrevistas, publiqué la que hice a Florencia Etcheves vía mail. También os di a conocer mi charla con Marcos Nieto Pallarés y con Txani Rodríguez.  Ambos autores visitaron Sevilla con sus novelas. Al igual que lo hizo Fermina Cañaveras, que me dejó muy impactada con todo lo que me contó sobre Ravensbrück.

¿Y cuáles fueron las películas que pasaron por el blog? Como es habitual, vi mucho cine español. Entre todas ellas, reseñé El cuco, que tuvo sus cositas pero me entretuvo. Y también, La desconocida, que me provocó las mismas sensaciones que la anterior.


Por último, enero también trajo un clásico en cuestión de retos, el de Autores de la A a la Z. Este año vuelven a repetir muchos participantes que ya se inscribieron el año pasado y otros se animan por primera vez. Los premios irán llegando en las próximas semanas. Parece que es un reto que gusta, así que, vamos por una nueva edición. Si tú quieres apuntarte, clica aquí y participa. Y también he retomado la costumbre de apuntarme a los retos de otros compañeros.

¿Y cómo se está presentando febrero?

De momento, vamos bien.

Os dejo el vídeo que muestra todos los libros de los que os he hablado en este post. Suscríbete al canal y echa un vistazo a su contenido.




¡¡Nos leemos!!