Nacionalidad: España
Director: Isaki Lacuesta
Reparto: Nahuel Pérez Biscayart, Noémie Merlant, Quim Gutiérrez, Alba Guilera, Natalia de Molina, C. Tangana, Enric Auquer, Blanca Apilánez, Bruno Todeschini, Sophie Broustal
Género: Drama
Sinopsis: Ramón y Céline son una joven pareja que se encuentra en el local Bataclan de París la noche del 13 de noviembre de 2015. Durante el asalto terrorista, ambos logran, cada uno por su lado, entrar en el camerino de los músicos y refugiarse allí. Al salir ya no son los mismos. Y no saben si podrán volver a serlo... Adaptación cinematográfica basada en el libro “Paz, amor y Death metal”, de Ramón González, superviviente del atentado terrorista en la sala de conciertos Bataclan de París.
Lo que ocurrió el día 13 de noviembre de 2015 conmocionó al mundo. Al igual que lo que ocurrió el 14 de julio de 2016. Y el 17 de agosto de 2017. París, Niza, Barcelona. Y tantos otros atentados terroristas. Una asiste a esos terribles acontecimientos que ocurren en puntos del planeta en los que no transita tu vida, con horror pero también con alivio, pensando que, donde tú vives, eso no ocurrirá nunca. Probablemente eso es lo que alguna vez pensaron las víctimas de Bataclan, las del Paseo de los Ingleses, las de las Ramblas, o las de Atocha. Hasta que te toca. Cuesta ponerse en el pellejo de los que han vivido una experiencia así, por eso me resulta interesante leer testimonios, ver documentales o películas. Por esto también tenía un interés especial en ver este largometraje, Un año, una noche, para acercarme a esa vida del después, a los días del shock postraumático. El resultado no ha sido el esperado.
Como se dice en la sinopsis, esta película cuenta la experiencia de Ramón y Céline, una joven pareja, que aquella fatídica noche acudió a la sala Bataclan para asistir al concierto de Eagles of Death Metal, y todo lo que le sobrevino después. La película está totalmente desestructurada. No sigue una narración lineal, así que voy a haceros un resumen de los sucesos del antes y del después, para que tengáis una idea clara de lo que podéis encontrar en este largometraje.
Antes
Tenemos a una pareja joven y feliz. Ramón, de origen español, es músico pero trabaja en una empresa. Céline es francesa y trabaja en un centro de acogida para inmigrantes, donde van a parar muchos jóvenes árabes. Sus vidas transcurren entre el trabajo, la convivencia en pareja, y las fiestas con los amigos. Como acostumbran a hacer gente de su edad, una noche van a la sala Bataclan, con Carlos y Julie, una pareja amiga. Cuando todo el mundo disfrutaba de la música, bailando, cantando y riendo, suenan disparos. A partir de ahí, tratarán de huir del lugar mientras asisten al horror que se desata a su alrededor. Consiguen ocultarse en los camerinos, mientras tiemblan de miedo, pensando que sus vidas se acaban, mientras resuenan en sus oídos los gritos y los disparos, hasta que la policía consigue liberarlos, y todo se convierte en un baile de mantas térmicas de color dorado y luces azules de las ambulancias que llenan París de una tonalidad bicolor. Y se hace el silencio, solo roto por las sirenas.
Después
Ramón y Céline han conseguido salir indemnes del atentado. Por indemnes me refiero a las heridas físicas. Ellos y sus dos amigos, Carlos y Julie, se han salvado, mientras que noventa personas han perdido la vida en la sala Bataclan, a los que hay que unir las veintiuna personas que fallecieron en la calle, en distintos puntos de la ciudad. Son afortunados, así que, a la mañana siguiente tratan de continuar con sus vidas, pero ya nada será igual.
Un año, una noche nos muestras esos dos periodos de tiempo. Lo que ocurrió aquella noche del 13 de noviembre de 2015 y las secuelas que sufrieron los personajes a lo largo del año siguiente. Esta película es un viaje emocional al interior de los supervivientes de aquellos atentados. ¿Cómo han cambiado sus vidas? ¿Cuáles son los miedos que se han instalado en su interior? ¿Qué recuerdan de aquella noche? ¿Cómo marca lo vivido en sus relaciones de pareja? ¿Cómo se lo tomarán sus familiares? Ese es el grueso de la película.
Qué me ha gustado de esta película
Es importante señalar que este largometraje no se ceba con lo morboso, es decir, no pretende mostrar lo más crudo de los hechos que ocurrieron. No vas a ver apenas sangre, ni cadáveres en el suelo. De lo sucedido aquella noche se limita a mostrar dos aspectos: el miedo y el caos. Para ello, el reparto se encarga de transmitir el pánico con muy buenas interpretaciones. Mientras que, para el caos, la labor de dirección hace un trabajo extraordinario, con planos cortos, y una cámara en movimiento que no para, tratando de abarcar todo el terror que sentían los implicados.
Más allá de eso, y como digo, lo que la película quiere es mostrar el proceso psicológico por el que pasa la pareja, el shock postraumático, las secuelas de lo vivido. Un año, una noche quiere que nos metamos en la mente de las víctimas, en la de Ramón y Céline, para comprobar por nosotros mismos los pensamientos con los que viven, la distorsión de la realidad, el caos mental, las malas jugadas que gasta la mente. Ramón y Céline viven su duelo cada uno a su manera, y cada uno de ellos recuerda lo que vivió de una manera distinta. Y en esa forma de mostrar lo que cada uno vivió, en ese baile de imágenes y recuerdos, en ese proceso de duelo con sus distintas facetas, la película plantea un juego que puede generarte muchas preguntas. Hay un punto de inflexión hacia la mitad del metraje, que cambia o puede cambiar todo lo que has visto hasta ese momento y lo que verás después hasta que se produce una explosión emocional de uno de los personajes que te permite aclarar tus ideas.
Salvo en contados momentos, la acción se desarrolla a un ritmo sosegado. Para enfatizar los momentos más dolorosos suena el Lamento della Ninfa de Monteverdi, que a mí me ha parecido una melodía preciosa, y que convierte en más desgarradoras aún a esas imágenes que acompaña. Obviamente habrá también algo de rock, el género musical que une a la pareja.
También me ha gustado la dirección. En muchas escenas vamos a ver cristales, espejos, reflejos. Se nos muestran imágenes distorsionadas, partidas o dobles. Y eso me ha parecido una metáfora bella de la realidad que viven los personajes.
Qué es lo que no me ha gustado
Y aquí viene el punto clave de esta película. Principalmente, lo que no me ha gustado es el montaje. Y eso que era candidata a un Goya en esta categoría. La historia es buena pero está contada de una manera caótica, con muchos saltos en el tiempo y cambios bruscos de escena. ¿Se pretende con ello mostrar el caos mental de los personajes, a los que les asaltan flashes de aquella noche, que los aturden, que los desorientan, que los torturan? Si esa es la intención, lo consigue, porque el espectador, al menos, yo, se va a sentir tan perdido como los personajes. Es un montaje original pero también me parece arriesgado porque, narrar de este modo los hechos, incomoda y puede provocar que el espectador decida abandonar.
También me ha parecido excesivamente larga. Estamos hablando de dos horas de proyección. A la hora y media, empecé a desear que se acabara, pero en esa última media hora aún quedan momentos impactantes que ver. En cualquier caso, una reducción de diez o quince minutos hubiera mejorado el resultado global.
Aparte de todo esto, hay unos cuantos personajes que, a mi juicio, no aportan mucho, ni destensan, ni desengrasan, ni nada. Lo más importante son Ramón y Céline y, aunque ellos tienen que relacionarse con otros personajes, en algún momento se da espacio a esos personajes secundarios. Para mí, más espacio de la cuenta.
Personajes, reparto e interpretación
Y digo que en la película aparecerán más personajes pero todo el peso de la trama recae principalmente en Ramón y Céline. Él parece el personaje más frágil. Le cuesta superar lo que vivió, y se siente atormentado por lo que recuerda o incluso por lo que no recuerda. Vive obsesionado con recomponer los sucesos, al mínimo detalle, algo que Céline no comprende. ¿Por qué torturarse así? En cambio, ella ha optado por pasar página desde el minuto uno. La vemos volviendo a su rutina diaria, las labores domésticas en casa y su trabajo con los chicos inmigrantes en el centro. Estoy saliendo con un cyborg, dice Ramón en un momento dado, entre risas. ¿Es que a ella no le ha impactado lo que ha vivido? Bueno, no quiero desvelarte cuáles son sus decisiones después del atentado ni el porqué de las mismas. Solo te diré que son dos personas que viven atemorizadas, que se sobresaltan con cualquier ruido seco que suene a su alrededor, que les cuesta volver a la calle, y que su interior esconde un dolor inmenso.
En cuanto a la interpretación, tanto Nahuel Pérez Biscayart, en el papel de Ramón, como Noémie Merlant, en el de Céline, están extraordinarios. Particularmente, me ha gustado mucho el trabajo de Nahuel. Quizá sea porque su personaje exterioriza más el huracán de emociones que brota en su interior, resulta muy fácil conectar con él. La expresión de su rostro desencajado, la mirada atónita en la que se palpa el terror, la forma de evadirse de sus miedos, es muy real.
Y luego tenemos a Quim Gutiérrez, a C. Tangana, a Enric Auquer, y a Natalia de Molina, cuyos personajes me han parecido totalmente de relleno. He leído que el personaje de Natalia quiere aportar un toque de humor al drama que vive Ramón y Céline, que esa era su función, pero esa escena concreta, en la que todo son risas, me ha parecido absurda e irritante.
En definitiva, Un año, una noche es una película que parte de una buena base. Su propósito es hacernos sentir la vulnerabilidad del ser humano, la fragilidad de la mente, cómo las personas perciben y recuerdan un mismo hecho traumático de distinto modo. También nos habla del duelo, del miedo a seguir viviendo, del no poder respirar... Todo ello a través de un montaje caótico que, a mí concretamente, me ha generado mucha incomodidad e incertidumbre. Es verdad que, en el desenlace entenderás el porqué de lo que has visto. Pero estamos hablando de dos horas de metraje, y puede ser que algún espectador no tenga suficiente paciencia como para esperar al final. No obstante, asomarse al mapa emocional de los personajes, verlos tan inestables, sabiendo que sus vidas ya no volverán a ser las mismas, merece mucho la pena.
Se puede alquilar en plataforma.
Tráiler:
Viendo esta película, me han asaltado infinidad de preguntas: Por qué, cómo, dónde,... Hace casi una década de aquellos atentados y hoy recuerdo vagamente muchos de los detalles que pudimos saber gracias a los informativos. Buscando más información, he encontrado un documental que desconocía y que me parece interesante compartir por aquí. Se trata de una pieza en la que se mezcla imagen real con animación. En el mismo, un periodista de Le Monde, testigo directo del horror que se vivió a las afueras de Bataclan, mientras los asistentes al concierto trataban de huir por dónde podían, narra cómo vivió aquella noche, de qué manera ayudó a los heridos y cómo, él mismo, casi pierde la vida. Es realmente bueno y está muy bien hecho. Puedes verlo aquí, si te interesa.
Me guardo el enlace para ver el documental. Con la peli tengo mis dudas, sobre todo por su estructura. Últimamente me gustan las cosas más sencillitas y tantos saltos me lían mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
No conocía la película, pero me ha parecido muy interesante el tema psicológico que trata (y muy necesario). Hasta le perdono que salga C Tangana XD
ResponderEliminarBesos.
Buenos días, Marisa.
ResponderEliminarMenudo tema para la novela y su adaptación. Sin duda merece que se les eche un vistazo, al menos al libro. Me los llevo apuntados, aunque por tu crítica al film, creo que éste me lo evitaré.
Un abrazo y gracias por tu interesante entrada!!
No he visto la película, pero la tengo apuntada. También he apuntado el libro que no sabía que existiera y me he enterado gracias a ti. No sé por qué se ha puesto de moda hacer películas que sobrepasan las dos horas o, al menos, las alcanzan. En una época en que a la gente le cuesta leer los limitados caracteres de un tuit, el cine se hace cada vez más largo. Y pocas veces es de agradecer.
ResponderEliminarUn beso.
Lacuesta es un director muy importante y quizás uno de los grandes desconocidos para el gran público. Su cine, poético en muchas ocasiones, esta vez nos lleva desde un prisma muy original al centro de horror y a las secuelas que este deja en las personas. A mi la peli se me hizo larga aunque uno ya está acostumbrado a este mal tan generalizado en el cine actual. Buen análisis, Marisa.
ResponderEliminarBesos.
Mientras comencé a leer tu reseña me dije que merecía la pena ver la película, por lo que supuso este atentado, aunque tus impresiones finales me hacen dudar. Como bien dices, dos horas de metraje es mucho tiempo para un espectador que no tenga paciencia para esperar al desenlace. Besos.
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