Nacionalidad: España
Director: Patxi Amezcua
Reparto: Isak Férriz, Iria del Río, José Manuel Poga, Luis Zahera, Juan Fernández, Patricia Defrán, Antonio Buil, Ismael Fritschi, Isabel Naveira, Ana Villa, Andrea Barrado, Sandra Escacena
Género: Thriller
Sinopsis: Marzo de 2020. En el primer día del estado de emergencia, dos inspectores de policía son llamados a un pequeño pueblo minero de la montaña asturiana en donde ha aparecido una joven que llevaba meses dada por muerta. Mientras el mundo se desmorona y las tragedias personales golpean por doquier, los detectives no tardan en darse cuenta de que el virus podría no ser la única fuerza oscura en acción.
Voy a acabar pronto. Solo hay dos o tres cosas que me han gustado. Por un lado, la ambientación. La sensación de humedad, frío y desasosiego que desprenden algunas imágenes de la película te trasladan a esa Asturias lluviosa. Pero a su vez, también nos deja ver algunos parajes en plena naturaleza o edificios imponentes que aportan ese toque de misterio. Aunque esto está muy desaprovechado. Y a esa sensación de desamparo también contribuye la pandemia, el aislamiento, la soledad de las ciudades, el silencio,...
Añado que no hay ningún tipo de ensañamiento, ni el guion se ceba en el drama de la pandemia, lo cual se agradece mucho porque, ya hemos visto demasiadas escenas dolorosas. No obstante, en esta película habrá personajes infectados, y algún fallecido, pero el virus y la situación de alarma serán un mero telón de fondo.
Por último, y aquí le tengo que dar un puntillo positivo, he de decir que, en esta película, no siempre ganan los buenos. En eso, mira, tiene un toque original.
Qué no me ha gustado de la película
¿Por dónde empiezo? La historia está trilladísima. Secuestros y desapariciones hemos visto en infinidad de películas y, aunque se puede contar lo mismo desde distintos ángulos, este largometraje no brilla precisamente por eso. Los motivos que dan pie a esos hechos luctuosos están muy relacionado con la cultura y el folclore del norte de España. Nada que no hayamos visto ya.
Por otra parte, hay escenas que están metidas con calzador. En un momento dado, nos topamos con un despliegue y un cruce de balas totalmente innecesarios. Qué manera más tonta de llenar el monte de casquillos. Que vale, que lo mismo se pretende dar tensión al asunto pero más bien deja indiferente.
Lo que más me ha fastidiado es el desenlace. Pido perdón por ser tan abrupta pero el final se reduce a una línea de guion que parece escrita en la servilleta de un bar, mientras los autores estaban tomando unas cervezas. Y digo esto porque es lo menos currado que he visto en mi vida. Yo odio los desenlaces largos, esos finales en los que el que tiene que morir tiene más vidas que un gato pero hombre, ni Juan ni Juanillo. Una cosa intermedia. Es que esto es pim, pam y fuera. Aunque, teniendo en cuenta que la película no es muy allá, casi se agradece.
Pregunta
Y ahora lanzo una pregunta. Una vez decretado el estado de alarma, ¿cuándo se impuso la obligatoriedad de usar mascarillas? Lo pregunto sin maldad alguna. He encontrado una Orden que data del 19 de mayo pero no sé si, antes de eso, su uso era discrecional. Es que me ha sorprendido mucho ver en la película a gente moviéndose dentro de un hospital sin usar mascarillas y a trabajadores de residencias de ancianos sin ningún tipo de protección. Es solo pura curiosidad.
Personajes e interpretaciones.
La primera vez que vemos a Samuel García está en su casa limpiando vigorosamente los zapatos. De este personaje vamos a deducir unas cuantas cosas. Por un lado, su madre vive en una residencia de ancianos. Por otra, parece que está separado. Pero lo más intrigante de este personaje es que parece que le persigue una leyenda negra. Algo le ha pasado que le obliga a frenar sus demonios internos y provoca que los compañeros se mofen de él. De su pasado no sabremos absolutamente nada que nos esclarezca tal hecho y a mí eso, me mosquea. Si le pones un pasado a un personaje, al menos, explica qué le ocurrió. Digo yo.
El personaje está interpretado por Isak Férriz. Casi nada que añadir. Me parece que le da su personaje ese aire de tipo duro, bruto como él solo, que prefiere abrir las puertas de una patada, cuando le bastaría con girar la manilla porque la puerta no está cerrada con llave. No sé, sus tristezas no me las creo.
En cuanto a Marta Castro, de la joven sabremos que no pasa tampoco por su mejor momento personal. Lo de estar constantemente cabreada con el mundo resulta cansino, como también lo es verla desahogarse a través de algún exabrupto. Tanto ella como su compañero representan a ese tipo de polis que no descansan y pueden llevarse días sin dormir. Si el crimen no descansa, nosotros tampoco, pero esa actitud es puro estereotipo.
A esta subinspectora da vida Iría del Río. Es la primera vez que la veo actuando (o eso creo) y digo lo mismo que dije de Férriz, que ni bien, ni mal. Más bien, indiferencia.
En este apartado me quedaría con los secundarios. Infiesto cuenta con la colaboración de Luis Zahera, de nuevo en un papel de bestia parda, que es lo mejor de la película. Lástima que solo tiene un par de apariciones. Y también resaltaría a José Manuel Poga. A este actor lo he visto en varias películas y también en algunas representaciones de teatro local. De hecho, he compartido escenario con él, solo unos instantes, y sin que yo lo pretendiera, pero esta es otra historia que ya os contaré otro día. En cualquier caso, es un actor que me gusta. En esta ocasión interpreta a un chiflado y oye, que te lo crees perfectamente.
En definitiva, Infiesto es una película que únicamente sirve para pasar el rato si estás muy desesperado. No te prometo que no te duermas. Tampoco te prometo que la mente no se vaya a otra parte y empiece a lucubrar sobre esos artículos que tienes que añadir a la lista de la compra. Cuenta con algunos detalles que te ayudan a atar cabos pero pasan tan desapercibidos que, para descubrirlos, o ves la película dos veces (cosa que no te recomiendo) o le das al reward.
Mediocre, tirando a mala. Otra cosa no te puedo contar.
La tenéis en Netflix.
Tráiler:
Je, je, lo de las pelis-siestas me ha llegado al corazón :). Me la apunto para la tarde del domingo. La producción propia de Netflix es directamente de servilleta. Respecto al tema de las mascarillas parece que nos pilló muy preparados je, je.
ResponderEliminarBesos, Marisa.
No me había llamado la atención y visto lo visto, la dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues visto lo visto, no es cuestión de perder el tiempo... aunque Luis zahera es una tentación grande. Claro que si solo sale un par de veces tampoco merece la pena tragarse toda la peli solo para eso. Que no siempre ganen los buenos es un punto favorable, no obstante.
ResponderEliminarUn beso.
Ni me sonaba. Por el tráiler parece intrigante, pero viendo lo poco que te gustó la dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso ;)
¡Hola! Lo de peli-siestas ha hecho que nos decidamos por no verla. Para un rato que tenemos para ver una película, preferimos invertirlo en una que merezca la pena. Gracias por contarnos.
ResponderEliminarBesos
Tengo una lista interminable de pelis por ver. Así que la voy a dejar pasar.
ResponderEliminarBesos.
Oye, ¿y esta frase?:"una línea de guion que parece escrita en la servilleta de un bar, mientras los autores estaban tomando unas cervezas".
ResponderEliminarQue sepas que te la robo desde ya. Igual que la sección peli-siestas.
La película se presiente que va a ser malísima pero tú has estado sembrada en la reseña.
De las mascarillas, eran obligatorias desde el principio y por la cuenta que les traía a los trabajadores del hospital y para enfermos. Ya no sé para los demás, te pueden decir aquello de que no había.
Vaya idea mal aprovechada. Se puede repetir argumento o idea pero siempre puedes darle un toque original que no sea necesariamente que el asesino se vaya de rositas, que lo veo venir.
Me la ahorro.
Besos
Sírvase a su antojo. Es que lo del final, es de traca. La ley del mínimo esfuerzo. Esto es un querer y no poder. Te la ahorras y eso ganas. Besos
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