Autor
Daniel Fopiani Román (Cádiz, 1990). Sargento de Infantería de Marina y escritor. Ha estado desplegado como jefe de los Equipos Operativos de Seguridad (E.O.S) en el norte de Europa, el golfo Pérsico, el mar Rojo, Turquía, Egipto e Irak. Fue ganador del Premio Valencia Nova de Narrativa en 2017 con su novela La Carcoma, además de contar con múltiples premios literarios en su haber, entre los que destacan el primer Premio en el X Certamen Poeta García Gutiérrez y el primer Premio en el IV Certamen internacional Ana María Navales. Escribe activamente para la revista Zenda, ha trabajado como columnista en varios periódicos de la provincia de Cádiz y ha sido director de la revista cultural RSC durante más de cinco años. Su anterior novela publicada es La melodía de la oscuridad, que resultó finalista a la mejor novela de Cartagena Negra 2020.
Sinopsis
Desde Tombuctú, Doudou y su mujer huyen de la guerra en dirección a Melilla en busca de una vida mejor. Tras múltiples abusos por parte de la policía marroquí y de las mafias que sacan provecho de su desesperación, consiguen subir a una patera. Ella está embarazada y temen morir en el mar, ahogados.
En el pequeño camposanto de la Isla de Alborán, aparece una cabeza mutilada de origen africano, rodeada de gaviotas decapitadas con cabezas de muñecas de porcelana en su lugar. Un islote habitado solo por un reducido destacamento de la Armada española, con el objetivo de preservar el territorio nacional ante la posible llegada de migrantes, vivos o muertos, y de velar por el ecosistema protegido de la zona en colaboración con un biólogo de la Junta de Andalucía.
La sargento Julia Cervantes, Infante de Marina experimentada, es enviada con el contingente que se desplaza a Alborán tras el macabro descubrimiento. En su vida solo quedan su hijo Mario y su madre. Después de varios años, sigue sin poder superar la muerte de su marido.
Durante una terrible tormenta, quedan totalmente incomunicados con el exterior y desde la megafonía del faro comienzan a escuchar una extraña nana: “Diez soldaditos se fueron a cenar; uno se asfixió y quedaron nueve”. Cuando empiezan a sucederse los asesinatos, el terror se desata en la isla. Julia debe hallar al culpable si quiere volver sana y salva junto a su hijo pero, ¿hay alguien más en la isla o el asesino se encuentra entre sus camaradas?
[Información tomada directamente del ejemplar]
Sigo a Daniel Fopiani desde que, en 2017, se alzó con el Premio Valencia Nova de Narrativa gracias a La Carcoma. Aquella novela, cuya reseña puedes leer aquí, nos trasladó a un pueblo de Cádiz, donde un escritor en horas bajas buscaba inspiración. Un escenario aparentemente tranquilo encerraba secretos y misterios a los que el novelista tuvo que enfrentarse. Un par de años después el gaditano llegó con La melodía de la oscuridad bajo el brazo. De aquella novela, que volvió a trasladarnos a la Tacita de Plata, destaqué la construcción de sus personajes, inmersos en una historia en la que la mitología jugaba un papel importante. No obstante, Fopiani crece. Con la seguridad que le han otorgado sus dos obras previas, afianza el paso y gana en confianza. Algo que se percibe en su última publicación.
El corazón de los ahogados vuelve a sumergirnos en un thriller donde no falta la sangre, el olor a muerte y el desconcierto que provocan unos truculentos hechos. La novela arranca con una puesta en escena dantesca. Por pura casualidad, alguien encuentra la cabeza de un migrante africano, rodeada por nueve gaviotas decapitadas. En el lugar que debían figurar las cabezas de las aves, alguien ha colocado nueve cabezas de muñecas negras. ¿Quién ha cometido este crimen? ¿Por qué esta disposición? ¿Dónde se ha producido este hallazgo? Ahora te lo cuento.
Hasta aquí, El corazón de los ahogados podría ser otro thriller más. Sin embargo, más allá de los asesinatos y la posterior resolución de los mismos, tengo que destacar dos aspectos novedosos en esta novela. Por un lado, el escenario. Por otro, el colectivo al que pertenecen sus personajes. Dejadme profundizar.
La isla de Alborán
Hasta la fecha, sobre Alborán sabía bien poco. Conocía la existencia de este pequeño islote situado entre la península ibérica y el norte de África, pero pensé que era un trozo de tierra más, abandonado a su suerte en mitad del mar. Jamás hubiera imaginado que ese recóndito lugar albergara vida. Humana, me refiero. Y es que, según se desprende de la novela, en Alborán suele haber un pequeño destacamento militar que convive junto a personal civil. Los militares tienen como misión defender la roca. Los civiles son los encargados de estudiar la flora y la fauna de la isla. Pues bien, es en el pequeño cementerio de Alborán, donde solo descansan los restos de tres personas, donde se encuentran los restos que os he comentado antes. Uno de los militares allí destinados encuentra la cabeza del migrante y las nueve gaviotas que la rodean, formando un círculo. El destacamento asentado en la isla, compuesto por nueve militares en el momento del asesinato, queda detenido. Uno de ellos ha debido ser el responsable de este crimen aunque todos niegan su intervención. Así que, son evacuados de la isla y puestos a disposición judicial hasta que las investigaciones señalen al verdadero culpable. Para reemplazarlos, otros nueve militares son destinados al islote. Entre ellos, la sargento Julia Cervantes. Pero los crímenes no han hecho más que empezar. Poco a poco irán cayendo uno tras otro. ¿Quién es el artífice de esta matanza? ¿Hay alguien más escondido en la isla?
¿Qué me ha gustado de El corazón de los ahogados?
Lo digo siempre. Me encantan las novelas que me hacen aprender. En esta ocasión, el libro me ha permitido conocer mucho más sobre la isla. Por cada referencia que encontraba en la novela me lanzaba a buscar más información en Internet. Y tal y como se describe en el libro,
«...la isla mide menos de un kilómetro y tiene doscientos metros de anchura. Alborán es poco más que una roca situada en la inmensidad del mar a medio camino entre Almería y el norte de África. Los únicos habitantes del islote son los nueve miembros destacados de la Armada y los biólogos que se turna para estudiar la fauna y la flora. No hay nadie más en menos de cincuenta y cinco kilómetros a la redonda. Solo agua». [pág. 41]
Pero no queda ahí la cosa. Si al asesino hay que imputarle la muerte de un ser humano, no menos delictivo es matar a nueve gaviotas. A través de El corazón de los ahogados he aprendido que Alborán es un paraje natural y, «por lo visto, la ONU la declaró también zona de especial importancia para el Mediterráneo». Por eso, matar a una gaviota es atentar contra el medio ambiente. No digamos ya, decapitar a nueve de estas aves.
Por otro lado, comentaba antes que me ha resultado novedoso encontrarme con personajes que pertenecen al ejército. Cuando nos enfrentamos a thrillers, novelas policíacas, o novelas negras, suele ser habitual toparnos con algún protagonista que forme parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ya sea policía, ertzaintza, o guardia civil. Sin embargo, creo que rara vez he leído una novela en la que su principal personaje es un militar. Más concretamente un sargento de Infantería de Marina, como es el propio Daniel Fopiani. El corazón de los ahogados nos permite zambullirnos de lleno en lo que es la vida en el ejército. Después de tantos años de profesión, está claro que el autor domina la materia y, sin apabullarnos con miles de datos que no aportan nada, nos va explicando cómo es el día a día de un militar, las relaciones que se tejen entre los distintos escalones jerárquicos, las misiones a las que son destinados, los protocolos que deben seguir en cada actuación, las armas que emplean,.... Toda la novela es un homenaje al ejército, pero también un tirón de orejas a la cúpula del mismo. En esta novela se habla del antes, del durante y sobre todo, del después en la vida de un soldado. ¿Qué futuro les espera a ciertos militares una vez que han prestado servicio y se han jugado la vida por su país? La respuesta a esta y a otras muchas preguntas las encontramos en el libro.
Julia
Con veintiún años de experiencia en operativos de seguridad, Julia necesita echar mano de la química para encarar cada día. A raíz del fallecimiento de su marido, su vida ha cambiado radicalmente. Ella se parapetó en su trabajo pero la presión, la angustia, la soledad y la tristeza le pasa factura en muchas ocasiones. No quiero contaros muchos detalles de la vida de este personaje para no desvelar su parte más personal e íntima. No obstante, sí quisiera señalar que me ha resultado muy interesante que la protagonista principal sea una mujer. Más aún, una mujer en un mundo en el que, aún hoy, sigue siendo de hombres. Julia es un personaje que nos permite conocer de cerca cómo es la vida de una mujer dentro de un cuerpo militar. Ella se hace valer, impone respeto, y le para los pies a todo aquel que intentar traspasar los límites. Pero también tendrá que lidiar con las chanzas de algún espabilado que, por el hecho de ser hombre, se cree superior. A través de Julia, el lector comprende la mano izquierda que debe manejar una mujer en su situación, y también que es tan válida para cualquier tarea que se le imponga, por dura que sea, como lo son sus compañeros masculinos.
Pero Julia no será la única que ostente el protagonismo en la novela. De otros personajes, como de sus compañeros militares, iremos sabiendo más detalles. ¿Por qué eligieron el ejército como profesión? ¿Cómo eran sus vidas antes de vestir uniforme? Aunque en menor medida, el lector tiene acceso al mundo interior del resto de los miembros del destacamento. ¿Alguno de ellos es el asesino? No pienso soltar palabra.
Dos hilos narrativos
Hasta el momento solo os he hablado de Alborán y los militares, pero tengo que advertiros que, si bien ese es el hilo principal, hay un segundo hilo narrativo de apoyo. En un momento dado, la acción se traslada a Tombuctú. Allí vive, o mejor dicho, malvive, Doudou y su mujer Nayah. Ella está embarazada, una circunstancia que haría inmensamente feliz a la pareja si no fuera porque viven una situación muy complicada. Doudou y su mujer, como todo el que reside en esas latitudes, sueñan con una vida mejor. El afán de él es ganar lo suficiente como pagar dos pasajes que los lleve rumbo a España. Así que, en diversos capítulos de esta novela, iremos conociendo cómo es la vida de esta pareja, cómo se desarrolla el viaje en balsa hasta España, y qué conexión tendrá posteriormente con lo acontecido a Julia en Alborán.
Esta parte de la novela sirve de denuncia contra esas mafias que comercian con la vida de otras personas. En pequeñas pinceladas comprenderemos cómo se estructuran, qué artimañas manejan para sacar más rédito a sus tejemanejes, de qué forma tratan a los inmigrantes, y qué probabilidades de éxito tienen esta aventuras.
Tengo que decir que, de toda la novela, esta es la parte más cruda y, por raro que parezca, el hilo narrativo que menos interés me ha despertado. No lo digo porque no me interesen las penalidades que sufren aquellos que tratan de huir de la guerra y la miseria para llegar a otro punto del planeta donde empezar de cero. Sin duda, la inmigración y los motivos que la originan deben interesarnos a todos, pero no deja de ser una cuestión de la que se ha hablado mucho, de la que se tiene información. Sin embargo, despertaba mucho más mi curiosidad todo lo que ocurría en Alborán, los recovecos de la isla, los sucesos que se iban produciendo, las reacciones de los personajes, el desarrollo de los hechos. En cualquier caso, el hilo narrativo centrado en Doudou y Nayah no es una línea independiente. Al final, confluirá con la que protagoniza Julia. Pero no os doy más detalles.
La narrativa de Fopiani
Estructurada en cuarenta capítulos de media extensión, más un prólogo en el que se describe el hallazgo del macabro asesinato, y un epílogo que pone un bonito final a la historia, la narrativa de este autor ha mejorado con el tiempo. No le asusta alejarse de un narrador para dar voz a otro, incluso aunque sea la voz de un muerto. Tampoco le amedrenta cambiar el punto de vista y ofrecer una panorámica de la situación a vista de pájaro (nunca mejor dicho). Fopiani, en algún capítulo se hace un guiño a sí mismo y a su vida personal. Pero lo más destacable son los toques poéticos que imprime a su narración en algún pasaje, la viveza con la que describe algunas situaciones y entornos, haciéndote sentir que estás en el mismo lugar que los personajes. Hay un capítulo precioso, lleno de magia, en el que Doudou sueña con esa vida mejor que tanto anhela. Me ha parecido un pasaje de una belleza inconmensurable, que bien puede reflejar el deseo de todo inmigrante, en el que el autor ha depositado una importante carga de ternura.
A ello hay que unir el apropiado uso de la tensión. El suspense va creciendo, a raíz de que comienzan a sucederse hechos cada vez más extraños y desconcertantes en la isla. Poco a poco, la sensación de aislamiento irá en aumento y eso generará más asfixia. Los militares se sentirán abandonados a su suerte, en manos de un criminal, cuyos golpes no verán venir.
Lo decía al principio. Fopiani crece y lo hace con una narrativa cada vez más madura, empleando todos los recursos literarios que tiene a su alcance sin que le tiemble el pulso.
Con referencias literarias conocidas universalmente, Daniel Fopiani construye una novela en la que hay mucha implicación personal. Aunque la voz principal sea femenina, creo intuir que los pensamientos de este personaje están en consonancia con los del propio autor. Así, El corazón de los ahogados hace un retrato interesante de la vida militar, al tiempo que, articula una trama muy vinculada al ejército que nos mantendrá en vilo a lo largo de toda la lectura. Disfrutada y recomendada.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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Muy buena reseña. Porque ya he leído el libro, que si no, me lanzaba a su lectura. Y la disfruté mucho. Me duró muy poquito.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola! No conocía el libro pero lo cierto es que me gusta mucho la ambientación y el argumento así que me lo anoto. Muchas gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Tienes mucha razón. Fopiani crece con cada novela y esta es la mejor. Yo también le sigo desde La Carcoma y doy fe de cómo ha madurado su obra. También lo comentaba en mi reseña.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la novela, cuya reseña has bordado. Poco más se puede decir. Esa poesía que la embellece, esas disgresiones que se permite el autor, esos narradores alternativos... Tiene detalles verdaderamente preciosos.
Un beso.
No me animé al principio con esta novela porque la anterior del autor, aun gustándome, no me entusiasmó y cuando tenemos tanto pendiente hay que ser muy selectivo, pero reseña tras reseña me habéis convencido.
ResponderEliminarBesos.
Hola. Creo que me pasaría como a ti, me llamaría más la atención lo que sucede en la isla. Yo tampoco sabía nada hasta que empecé a ver reseñas de esta novela. A pesar de todas sus virtudes es una historia que no me atrae, demasiado cruda para mis preferencias.
ResponderEliminarBesos
De Daniel Fopiani sólo leí La Carcoma, novela que me gustó mucho. Leí otra reseña de El corazón de los ahogados y, junto con lo que comentas en la tuya, no me termina de convencer. Me atrae más La melodía de la oscuridad. Besos.
ResponderEliminarDe Daniel Fopiani sólo leí La Carcoma, novela que me gustó mucho. Leí otra reseña de El corazón de los ahogados y, junto con lo que comentas en la tuya, no me termina de convencer. Me atrae más La melodía de la oscuridad. Besos.
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