Autor
Pepo Paz Saz es editor independiente y fotoperiodista. Premio Región de Murcia de Turismo 2006 (modalidad Periodismo y Comunicación), en los últimos 22 años ha publicado regularmente sus crónicas viajeras en el diario El Mundo y en la revista DeViajes, entre otras. Autor del libro de relatos "Las demás muertes", en la actualidad colabora con la editorial Anaya Touring, sello donde ha publicado el exitoso "101 Destinos de España sorprendentes" (6ª ed.) y los libros "101 lugares de Madrid sorprendentes", "Madrid. Acuarelas de viaje" (con ilustraciones de Fernando Blasco), "Viajar en tren por el norte de España", "Un corto viaje a Soria" (3ª ed.) y "Los mejores destinos para observar los cielos en España" además de coordinar el volumen ilustrado "El síndrome Wanderlust. 11 relatos viajeros".
Sinopsis
Los 15 destinos literarios incluidos en Un país de novela son una invitación a viajar por España a través de las páginas de otros tantos libros que forman parte, por derecho propio, de lo más granado de la literatura española y universal de los últimos siglos. Conforman todos ellos una parte sustancial de la cartografía novelada de un país por cuyas ciudades y plazas, parajes naturales y caminos, deambulan los personajes de ficción atrapados para siempre en la memoria de los lectores. Te sugerimos así recorrer aquellos lugares que inspiraron e inspiran las novelas de Miguel de Cervantes, Pío Baroja, García Lorca, Emilio Pardo Bazán, Juan Marsé, Carmen Martín Gaite, Rosa Chacel, Ignacio Martínez de Pisón o Edurne Portela, entre otros. Ser cómplices del viaje y de la lectura.
[Información tomada directamente de la web de la editorial]
En mi ánimo de acercarme(os) a libros diferentes que no sean siempre novela, llegó a mis manos una propuesta interesante que aúna literatura y viaje. El punto de partida de este singular libro es recorrer buena parte de este país, no solo a través de su geografía, sino también de la mano de autores clásicos y contemporáneos de la literatura española. De este modo, el fotoperiodista Pepo Paz Saz nos propone en Un país de novela, quince destinos literarios, un libro ilustrado que, como apunta la editorial, cuenta «con una exquisita selección fotográfica, cada una de sus ciudades o rutas te ayudarán a transportarte a una variedad de destinos literarios repartidos por buena parte de la geografía nacional, desde la Barcelona de los cines de reestreno y las salas de baile del Pijoaparte y Teresa Serrat, a los parajes de las riberas del Tajo y el Tajuña que vagabundeó el joven Cela en su viaje alcarreño, el Madrid a caballo entre dos siglos de doña Emilia Pardo Bazán, la Córdoba secreta de Pío Baroja, Martín Gaite y su Salamanca atemporal, la Pamplona sanferminera de Hemingway y..., más cercanos a nuestros días, el gran Bilbao de la margen izquierda de Edurne Portela, Ignacio Martínez de Pisón y su Zaragoza juvenil o la Vigo detectivesca del inspector Leo Caldas y su tosco ayudante, Rafael Estévez, personajes protagonistas del best seller del género negro creado por Domingo Villar. Quince ciudades y rutas literarias que nos descubren o redescubren un país de novela que te espera, lector, al otro lado de la puerta de casa. Porque leyendo se viaja antes, más y mejor».
¿Cuáles son exactamente esas quince rutas y qué novelas podemos descubrir a través de las mismas?
El viaje empieza en Barcelona, ciudad íntimamente ligada con Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé, novelada publicada en 1966, y con la que el autor obtuvo el Premio Seix Barral. De la ciudad condal se destacarán esos escenarios que son importantes en la novela, como los barrios de Gràcia, Guinardó y Carmel. ¿Cómo no acordarnos del Pijoaparte? ¿O de esas tardes de verano en las que todo estaba por descubrir? Dice el autor que en esta novela hay mucha añoranza de extrarradio y que el Carmel, es decir el Carmelo no es más que otro personaje de la obra.
La ruta continúa hacia el oeste. A unos seiscientos kilómetros nos espera Bilbao y su ría. En esta ciudad que tantos cambios ha visto en los últimos siglos nos espera Amaia y el resto de personajes de Mejor la ausencia de Edurne Portela. Esta novela narra una historia familiar, la de os Gorostiaga, «en un convulso siglo XX, marcado por la crisis económica, el desmantelamiento industrial vizcaíno, la profunda herida de la droga entre la generación del baby boom y la ferocidad de la violencia política en un pueblo cualquiera de la margen izquierda de la bahía del Abra».
Bajemos al sur. Allí nos esperan dos destinos interesantes: Córdoba y Granada. En la ciudad que vio nacer a Maimónides se ubica la acción de La feria de los discretos de Pía Baroja. Confieso que no conocía este título, y sobre la misma se dice en este libro: «La feria de los discretos es una bajada a los infiernos barojianos, esos donde, con el uso de una prosa limpia y certera, se caracterizan los males que, en opinión del escritor, acuciaban a la sociedad española de principios del siglo pasado».
En cuanto a Granada, ¿cómo pensar en esta ciudad sin acordarse de Federico García Lorca? Pepo Paz recoge aquí Impresiones y paisajes del autor de Fuente Vaqueros, muestra de la escasa obra en prosa del autor, en la que «Lorca se zambulle en una visión romántica y orientalista de la capital granadina muy en boga ya entonces».
En Guadalajara vamos a visitar La Alcarria. Imagino que a todos os viene a la mente el nombre de Camilo José Cela y su obra Viaje a la Alcarria. Describe Paz Saz cómo son los pueblos de esta parte de España, con «plazas concurridas, fortalezas que se aúpan al cielo como una plegaria y conventos expoliados con las entrañas al aire». Fruto de los paseos de Cela por estos lugares, entre el 6 y el 15 de junio de 1946, dos años más tarde vio la luz Viaje a la Alcarria.
Siguiendo esta propuesta zigzagueante, ascendemos a León para leer allí El año del francés de Juan Pedro Aparicio, que centra su acción en el centro histórico de la capital leonesa. Siempre me ha fascinado que un libro me lleve a otro libro, en un recorrido que, en ocasiones, no termina nunca. Vuelvo a implorar el mea culpa porque nada sé de este título que no propone el autor de este viaje. De la novela de Juan Pedro Aparicio, Pepo Paz señala: «Esta compleja narración trata de la ficción y sus artimañas, de la alquimia de la memoria, del pulso de los creadores contra su propia vanidad, y pone en solfa los cimientos sobre los que -casi siempre- se erige el discurso oficial». Sigue el autor de estas rutas añadiendo más pinceladas sobre la trama de esta novela, retrato de una sociedad piramidal con un gobernador civil a la cabeza. De entre los diversos personajes, destaco a Valenty, una hija díscola que estudió en Londres, «la soñadora, la desinhibida. La enamora del francés», que da título a la obra.
Visitemos ahora la capital de España. En Madrid nos podrían esperar tantas y tantas novelas. Sin embargo, Paz ha elegido para esta ruta la que en 1889 publicó Emilia Pardo Bazán, Insolación. La gallega lleva apareciendo por estas latitudes unas cuantas semanas. Y hoy lo hace de manera indirecta, con una novela en la que la autora «trata de dejar patente el despertar del deseo en una mujer sometida a la castidad impuesta por las normas sociales en la vida pública y de corporeiza ese descontento de la escritora ante el cinismo castrador del mundo que la rodeaba». ¡Qué mujer! No había quién la hiciera callar ni ocultar sus pensamientos. Por supuesto, una obra como Insolación despertó toda una polémica.
Ya estamos prácticamente en el ecuador de nuestro viaje. Hay ciudades españolas que siempre estarán vinculadas a la literatura a través de títulos muy concretos. No importa que en tales escenarios se desarrolle la trama de quince, cincuenta, cien novelas más. Si pensamos en la Oviedo literaria, nuestra mente reaccionará inmediatamente haciéndonos recordar a Leopoldo Alas Clarín y su Anita Ozores. Pero, en esta ocasión Paz Saz quiere alejarse del siglo XIX, para traernos a una autora mucho más contemporánea. Pone sus ojos en Ana Lena Rivera y en Lo que callan los muertos. Se centrará en el casco antiguo de la ciudad y en el precioso monte Naranco. Pero, ¿acaso iba a obviar hacer referencia a La Regenta? Imposible. En este capítulo, el autor también tiene palabras para la obra de Clarín, alegando que la novela «está transitada por una multitud de personajes que pintan un retrato social decimonónico con precisión naturalista». Por su parte, Ana Lena Rivera presenta «a ojos del lector un bosquejo de la plácida vida de la clase media alta en la Vetusta del siglo XXI, una "ciudad pequeña y tranquila" donde "todo el mundo conoce la vida de todo el mundo" y en la que las apariencias importan mucho todavía».
Pero si antes decía que hay ciudades que siempre estarán vinculadas a una obra literaria, lo digo también por Pamplona, por Ernest Heminghway, y por Fiesta. ¿Qué no se habrá dicho ya de este título? El autor de estos destinos nos explica la vinculación que el autor norteamericano tuvo con España. ¿Cuántas veces visitó esta piel de toro? Cuenta Pepo que la fiesta pamplonesa «quedaría registrada en una de sus crónicas semanales para la publicación canadiense que le permitía sobrevivir en el alambicado mundo cultural de París. Lo tituló "Pamplona in July" y en el artículo describe Iruña como "una ciudad de paredes blancas, bañada por el sol, en lo alto de las colinas de Navarra". Fue el primer servicio que el joven Hemingway le haría, sin saberlo, a la capital navarra y a las Fiestas de San Fermín, celebraciones a las que se hizo asiduo visitante durante los siguientes cinco años».
¿Y qué no se habrá dicho también de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes? A pesar de que son numerosísimos los estudios sobre la obra de este ilustre escritor, apunta el fotoperiodista que todavía hay preguntas sin responder. Una de ellas: «¿en qué lugar de La Mancha ubicó Miguel de Cervantes Saavedra la hacienda del hidalgo con el que da comienzo la narración de sus andanzas y desventuras caballerescas?» El autor señala dos posibles localizaciones. Por un lado, Esquivias, «donde el viajero y lector del siglo XXI encontrará la llamada Casa de Cervantes, casona solariega reconvertida en museo». La otra posibilidad nos lleva hasta Argamasilla de Alba, en Ciudad Real donde «se sitúa la cueva del Alcalde Medrano, el cuchitril en el que -al parecer- Cervantes dio con sus huesos por piropear a destiempo a la sobrina de un hidalgo local que era la viva estampa del desdichado Alonso Quijano». Invitado por el autor conoceremos la gestación de la obra cumbre de la literatura española, nos conducirá a los venteros y molinos, hasta llegar al regazo de Dulcinea, ese con el que tanto soñó nuestro amigo Quijote.
El recorrido continúa por dos hermosas ciudades. A orillas del Tormes se levanta majestuosa Salamanca, y con esta ciudad Paz vincula Entre visillos de Carmen Martín Gaite. De la autora solo he llegado a leer Nubosidad variable que, para ser honesta, debo admitir que no me hizo mucho tilín. Sin embargo, me atrae muchísimo asomarme a la Salamanca de Entre visillos. En esta ciudad de la eterna estudiantía, y donde nació la autora, ubica Martin Gaite la trama de su obra. Entre las páginas de esta novela, el lector se va a encontrar con «la plaza Mayor, la catedral, el casino, las altas tapias de los conventos, la vieja estación de tren, los puentes que salvan el cauce del Tormes y el rio». Esta ciudad de novela, lo es por derecho propio, y entre sus calles también hemos visto a un joven pícaro cruzando el puente romano en El lazarillo de Tormes.
Por la letra S empieza también otra hermosa ciudad. Segovia será el escenario de Laberintos de Jesús Fernández Santos. ¿La has leído? Yo no. Ni siquiera me sonaba. Mucho se habla de la ciudad en este país de novela, de la plaza Mayor, de aquella otra llamada del Azoguejo, o de la calle Real, lugares del centro histórico en los que los personajes de Laberintos dialogan sobre la crisis de pareja o sobre el papel de la mujer en la sociedad.
Vamos llegando al final de nuestro recorrido. La siguiente parada es Valladolid y Pepo Paz nos habla de Memorias de Leticia Valle de Rosa Chacel. ¡Qué ganas de leer algo de esta autora! Veamos qué nos cuenta el autor sobre este título y nos dice que esta novela «se publicó cuando la autora contaba ya con la nada despreciable edad de cuarenta y siete años en el Bueno Aires que la había acogido tan bien en aquel periplo de maletas exiguas y habitaciones provisionales que, tras la Guerra Civil, la había llevado de Madrid a Barcelona y Valencia; a Grecia, Francia y, finalmente, Brasil». ¿Y de qué trata Memorias de Leticia Valle? Aunque se habla de ciertos paralelismos entre la vida de la autora y el personaje de la obra, no es una autobiografía. No obstante, la ciudad ofrecía para ambas «una visión un tanto melancólica (...), tamizada por el transcurrir del tiempo y la distancia». Anoto este título, cuya acción discurre en el centro histórico de Valladolid, con esos edificios impresionantes, de piedra labrada en casi imposibles requiebros.
La penúltima parada nos lleva a Vigo. Allí nos espera Leo Caldas, ese personaje creado por Domingo Villar y que ya es protagonista de toda una serie. ¡Qué hermosos son los atardeceres en Vigo y qué terribles los asesinatos que allí se cometen! De toda la obra de Villar, protagonizada por Leo Caldas, Pepo Paz se fija en Ojos de agua, la primera obra en la que conocimos a este peculiar y solitario inspector, que incluso ha sido llevado al cine en la piel de Carmelo Gómez. Estoy segura de que muchos habéis leído esa novela negra, que se mueve por el casco Vello y la ría de Vigo. Dice Paz que «La novela de Domingo Villar está repleta de espacios cargados de metáforas que sirven para introducir la historia de un inspector que desdeña el feísmo urbanístico (en alusión directa a la torre de veinte plantas de Toralla donde aparece el cadáver» de esta novela, porque no puede haber trama negra, si no hay un muerto. El autor nos habla de los inicios de Domingo Villar como escritor de narrativa. También retratará a Leo Caldas como «un inspector de policía en las antípodas del arquetípico y ochentero detective Mike Hammer».
Zaragoza. Fin de trayecto. ¿Qué novela transcurre en esta ciudad? Hay unas cuantas, pero el autor elige Carreteras secundarias de Ignacio Martínez de Pisón. Conozco la obra porque fue llevada al cine en 1997, dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, y protagonizada por Antonio Resines, Fernando Ramallo, Maribel Verdú, Antonio de la Torre o Jorge Sanz. Sobre la novela, Paz dice que es una «road movie de inspiración quijotesca que el autor situó a mediados de la década de los años setenta -coincidiendo con los estertores finales de la vida del dictador-, en la que se cuentan las andanzas de un adolescente y su padre y su lucha diaria por una subsistencia sin sobresaltos». Me pareció una trama con toques dramáticos y románticos, pero también puntos de humor que amenizaban la historia.
¿Cómo se estructura cada ruta?
Esto es un libro de viaje, y por tanto hay mucha información que viene genial para los viajeros. No obstante, es diferente a cualquier guía que acostumbremos a leer antes de emprender camino pues el nexo entre ciudad y novela ofrecen un enfoque original. La ciudad no la veremos con los mismos ojos, una vez que se ha establecido la conexión con la obra literaria. Y tampoco leeremos la novela con los mismos ojos, una vez que hayamos leído lo que Pepo Paz nos cuenta. En este sentido, la experiencia para el lector y el viajero será global y redonda.
Siguiendo un patrón, en cada capítulo se habla brevemente de la historia de la ciudad, de los sitios más pintorescos o de aquellos que tienen especial significado por figurar como escenarios de la novela. Pero Pepo Paz no se pone límites. A veces se cuela el nombre de otra obra distinta, o se hace eco de las palabras de otros autores que en alguna ocasión se han pronunciado sobre la ciudad o el libro en cuestión. De su mano vamos haciendo un recorrido turístico, geográfico y literario, a la vez que va desgranando aspectos interesantes de cada una de las novelas.
Para finalizar el capítulo, incluye también una breve biografía del autor de la obra.
Fotografías
El libro cuenta con unas fotografías impresionantes. Planos aéreos o de detalle nos permiten contemplar Barcelona desde el Monte Carmelo; admirar los edificios más modernos de Bilbao; visitar los patios y las calles cordobesas, llenas de macetas coloridas; entrar en la casa de Lorca en Fuente Vaqueros; o dejarnos embriagar por los campos de lavanda de Brihuega, mientras paladeamos la miel de la Alcarria.
En definitiva, Un país de novela. 15 destinos literarios de España es una obra singular, una curiosidad de esas que te descubren parajes que te gustaría visitar o novelas que te gustaría leer. O simplemente es un vehículo para el recuerdo. Ha sido muy gratificante leer este libro, saltando de aquí a allá, en función de mis gustos e intereses. Por lo tanto, creo que es una obra interesante que puede gustar a aquellos que disfruten de los viajes y de la lectura. O como dice la sinopsis, para «ser cómplices del viaje y de la lectura».
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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¡Hola Marisa!
ResponderEliminarQue maravilla de libro, me ha encantado esa forma de aunar literatura y ciudades españolas :D
Además me encantan los destinos que se mencionan, veo que hay por supuesto las ciudades más conocidas pero también otros lugares que fuera de España no son tan conocidos pero que tienen muchísimo encanto.
Me dejas con muchas ganas de viajar, y también me llevo apuntados algunos de estos títulos jaja
¡muuuchos besos!
Hola! No conocía el libro y aunque parece una lectura interesante no creo que sea para mí, pero gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
A medida que leía tu reseña, se me ponían los dientes largos. Un libro muy interesante, con ese maridaje apetecible de ciudades y literatura. Se nota que has disfrutado mucho con su lectura. Besos
ResponderEliminarHay gente que tiene ideas muy chulas. Como esta. Me parece un libro genial para tenerlo y recuperarlo cuando surja viaje. Precisamente leyendo a Villar me entraban muchísimas ganas de ir a Vigo y descubrir los lugares de la novela. Qué bien que alguien haya juntado varias ideas al respecto.
ResponderEliminarBesos
No tenía ni idea de un libro tan interesante. Visitar zonas de España de la mano de novelistas oriundos del lugar y/o novelas ambientadas en él, me resulta de lo más atractivo. No soy muy de libros de viajes, pero si están adobados con literatura, la cosa cambia.
ResponderEliminarEl año del francés de Juan Pedro Aparicio lo leí hace muchos años (¡¡1988!!). Fue una época en que leí muchos autores leoneses. La provincia ha dado muchos y si a ellos unimos los que sin ser de allí se sienten de allí, como José María Merino, la lista aumenta mucho. Y eso por hablar solo de los que ya peinan muchas canas y solo novelistas. También hay muchos poetas y una nueva generación de escritores leoneses mucho más joven que aquellos.
Un beso.
Me parece fantástico y además de que hay muchas ganas de viajar, España es el país por donde más me gusta hacerlo.
ResponderEliminarBesos 💋💋💋
Hola!! Me parece un libro estupendo para conocer nuestro país y nuestra cultura. ¡Gracias por el descubrimiento! Besos!!
ResponderEliminarEsa combinación de ciudades y literatura es muy apetecible, aunque no es un género que suela leer. No sé si me animaré.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me atrae el libro aunque al tiempo me da un pelín de miedo porque no es la primera vez que la unión libro-viaje me ha decepcionado. Por lo que leo en tu reseña es de lo más apetecible y creo que las Navidades es momento óptimo para regalarlo o regalármelo. Antes de comprarlo tengo que hojearlo debidamente en una librería, Si me convence lo compraré con muchísimo gusto.
ResponderEliminarGracias; Marisa, por traer este libro tan original a tu página
Un beso
¡Qué buena pinta! A ver si llego a tiempo de pedírselo a los Reyes Magos, porque este año he sido buenísima, y me lo merezco, jijiji. Gracias por la sugerencia. Abrazos.
ResponderEliminarTiene una pinta buenísima.
ResponderEliminarUn beso. Feliz semana.
Oh, Marisa, es un libro que me encantaría leer.
ResponderEliminarFeliz Navidad. ;)
Me parece un libro muy curioso pero no sé si es para mi, gracias por la reseña. Besos
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarLa mezcla de viajes y literatura siempre es un placer, más cuando se han leído y visitado las ciudades. No sé si me animaré pero tampoco lo descarto.
Un saludo.