viernes, 29 de octubre de 2021

LIBROS PARA HALLOWEEN

Este fin de semana veremos a mucha gente disfrazada por las calles. Si el tiempo lo permite, claro, porque parece que se aproxima bastante agua en los próximos días. En tal caso, ¿hay algo mejor que quedarse en casa leyendo? Para mí es uno de los mayores placeres, pero seguramente este fin de semana no me acercaré a un libro. Salgo de viaje y el blog quedará inactivo hasta el martes. No obstante, no quería dejar pasar la oportunidad de comentaros esos libros con los que he pasado verdadero miedo. 

El primero de ellos está leído y reseñado en el blog. Me refiero a Entre los muros de Crickley Hall de James Herbert. Lo editó Plaza y Janés en 2012 y de diciembre de ese mismo año data mi reseña (podéis leerla aquí aquí). La trama no es que sea de terror propiamente pero sí aporta muchísimo suspense y la  narración es tan visual, que todavía perdura en mi memoria algunas de las escenas. Releyendo la reseña vuelvo a recordar ahora que mencioné la adaptación televisiva. Creo que nunca la llegué a ver y la verdad es que ahora me han entrado muchísimas ganas de hacerlo. Si no has leído esta novela y te gusta el género, te animo a que viajes a Crickley Hall. Norah de En el rincón de la cantina (puedes leer su reseña aquí) y yo lo hicimos en su día, y las dos lo pasamos terroríficamente bien.

Sinopsis: Una tragedia familiar se entrelaza con lo que podría haber ocurrido en la casa de Crickley Hall hace muchos años.

Para dejar atrás la devastadora desgracia que han sufrido, Gabe, Eve y sus dos hijas dejan Londres y se instalan en Crickley Hall, una casona encaramada en un barranco, a merced del viento y la lluvia

Durante la primera noche todos oyen crujidos y pisadas que provienen de la buhardilla vacía, y ven misteriosas figuras que se recortan contra la escasa luz que se filtra por las ventanas. Pero Gabe cree que todo se debe a la fragilidad emocional en que está sumida su familia. Sobre todo Eve, incapaz de superar el sentimiento de culpa por haber perdido de vista a su hijo Cam en el parque. Fueron apenas cinco minutos, pero desde entonces nadie ha vuelto a saber nada de él.

Y parece que Crickley Hall también está marcada por la tragedia, por un suceso terrible que se remonta a los años de la Segunda Guerra Mundial. La casa albergaba a un grupo de refugiados huérfanos y durante una terrible noche de tormenta, esos críos perecieron ahogados. 


Pero si hay un libro que con el que he pasado auténtico pavor ha sido con El traje del muerto de Joe Hill, digno hijo de su padre Stephen King. Hill no tiene nada que envidiarle ni a su padre ni a su madre, porque él solito se las compone para contar historias tan terroríficas como las que nos tenía acostumbrado King tiempo atrás. Y digo tiempo atrás porque  las últimas publicaciones del de Maine no me han parecido tan impactantes como aquellas primeras o será que ahora estoy más curtida. 




Editado por Suma de Letras, recuerdo aquella lectura de la que jamás hablé en este blog. La trama es absolutamente asfixiante. Te sientes dentro de un círculo del que no puedes huir por mucho que te lo propongas. Así que, este título también es muy recomendable si no lo has leído todavía. Si haces una búsqueda por Internet, encontrarás unas cuantas reseñas que inciden en la atmósfera opresiva. 

Sinopsis: Judas Coyne es un coleccionista de lo macabro: un libro de cocina para caníbales, la soga usada por un verdugo, una película snuff. Veterano dios del rock duro, su gusto por todo lo fuera de lo normal es tan ampliamente conocido por sus legiones de fans como los excesos de su juventud. Pero nada de lo que posee es tan insólito ni espantoso como su último descubrimiento, un objeto a la venta en internet, algo tan terriblemente extraño que Jude no puede evitar echar mano de su cartera.

Vendo el fantasma de mi padre al mejor postor... Por mil dólares, Jude se convertirá en el orgulloso propietario del traje de un muerto, del que se cuenta que está hechizado por un espíritu inquieto. No tiene miedo. Ha pasado toda su vida tratando con fantasmas -el de un padre malvado, los de las amantes a las que cruelmente abandonó, los de los músicos a quienes traicionó-. ¿Qué puede suponer uno más? Pero lo que le entregará en mano un mensajero en una caja negra con forma de corazón no es un fantasma imaginario, metafórico, ni un agradable tema de conversación. Es algo real.

Y de repente el anterior dueño del traje está por todas partes: tras la puerta del dormitorio, sentado en su Mustang de época, de pie al otro lado de la ventana, contemplándole fijamente desde la pantalla gigante de su televisor, acechando con una reluciente navaja que cuelga de una cadena de una huesuda mano...«Tarde o temprano, los muertos te alcanzan»… Una apasionante novela sobre la tenue frontera entre lo real y lo sobrenatural, repleta de momentos tan espeluznantes que te hielan la sangre o tan escalofriantes como una llamada telefónica de un viejo amigo fallecido… Una historia turbia e inquietante, protagonizada por personajes con los que es fácil identificarse, con una trama inteligentemente construida, sobrecogedora, absorbente e impactante, sembrada de giros inesperados y sustos aterradores que harán palidecer al lector… 

Estas son mis dos aportaciones a las lecturas de Halloween. ¿Cuál es la novela que más miedo te ha dado a ti? Déjame tu recomendación porque me encanta el género y siempre ando buscando nuevas propuestas. 

Pasad buen fin de semana. Nos vemos el martes.

jueves, 28 de octubre de 2021

Presentación GLORIA BENDITA de Juan Madrid

El pasado sábado tuvo lugar la presentación de la novela Gloria bendita de Juan Madrid, en el marco de la Feria del Libro de Sevilla. Acompañando al autor, estaban Antonio Rodríguez Almodóvar (Cuentos al calor de la lumbre, Memorias del miedo y el pan, Alianza Editorial) y la editora de Alianza, Valeria Ciompi, que hablaron sobre esta nueva publicación, protagonizada por Juan Delforo, trasunto del propio Juan Madrid, y al que ya conocimos en una novela previa.




Fue Valeria Ciompi la que inició el acto de presentación, comentando que la novela vio realmente la luz durante el confinamiento, lo que ha provocado que el contacto con los lectores haya sido prácticamente virtual. Sobre Gloria bendita, la editora comentó que «esta novela reafirma algunas de las señas de identidad más importantes de Juan Madrid y de su literatura». Sus novelas conectan siempre con la realidad del país, y con el momento actual que vivimos, incluso se adentra en las zonas más oscuras de la sociedad«con unos diálogos, a través de los cuales sus personajes cobran vida». Y, en relación a los personajes, apuntó que las mujeres tienen mucha importancia en este libro. Son mujeres luchadoras y fuertes, a las que vemos junto a personajes honestos y otros no tanto, habitantes de las cloacas del Estado.

A lo largo de la presentación, se catalogó Gloria bendita como un cuento de princesas pero al revés, «un anti-cuento», matizó Antonio Rodríguez Almodóvar, porque no es una historia feliz. La trama narra la historia de María, una joven exdeportista y exalcohólica que malvive en Madrid con trabajos muy precarios. Por circunstancias que se desvelarán a lo largo de la lectura, María llama la atención del rey emérito. Inmediatamente «todos los mecanismos de los poderes ocultos se ponen en marcha para propiciar un encuentro entre el rey y la joven». Y mientras este hilo argumental avanza, en paralelo veremos a Juan Delforo enredado en la investigación de un libro. 

Precisamente, sobre ese libro que investiga Delforo se habla en las primeras páginas de Gloria bendita, escenas que Antonio Rodríguez Almodóvar leyó a los asistentes:




Recalcó Rodríguez Almodóvar la maestría de Juan Madrid para desarrollar la intriga. Esa parte de la trama que gira alrededor de la existencia de un libro «va creando vínculos de muy distinta naturaleza con la pesquisa», y esta termina siendo una simple excusa. Juan Madrid, «como buen escritor de novela negra, sabe que para que el mensaje llegue al lector tiene que estar camuflado por la intriga».

Por otra parte, se comentó que no es la primera vez que el autor aborda en sus novelas aspectos de la política actual. En esta ocasión, Almodóvar señaló que el autor ha optado por contar todo lo que piensa sobre la actualidad, rompiendo con el canon de la literatura, que aconseja discreción en las opiniones personales. En Gloria bendita, Juan Madrid pone en boca de sus personajes su opinión sobre la situación de este país, ligada perfectamente a la trama ficticia que desarrolla la obra«Creo que Juan ha hecho una aportación tan inteligente al intento de comprensión de lo que nos está pasando hoy, que todo el libro se lee como una fórmula aproximativa de la complicidad que todos tenemos». Con esta novela, Madrid invita al lector a reflexionar sobre su papel en la situación política del país, y apela constantemente «a la conciencia y a la ética del lector».

Acto seguido tomó la palabra el propio autor, después de agradecer la presencia de Antonio Rodríguez, confesó que Gloria bendita es un libro de cabreo. Juan Madrid, que reside actualmente en Salobreña (Granada), afirmó que ningún periódico ha querido publicar una reseña de su libro. Ni siquiera sus vecinos se han pronunciado. «Cosa rara», se lamenta el autor y creador de Juan Delforo. Pero sus palabras no se centraron únicamente en lo político. Estando en un evento que gira alrededor del libro, era inevitable hablar también de literatura.




En cualquier caso, y aunque la situación política de España está muy presente en esta historia, Ciompi afirmó que «esta novela se puede leer sin ninguna conexión con la realidad». Y siendo así, manifestó Juan Madrid que hoy en día existe la pretensión de hacer un tipo concreto de novela y, apartándose de esa línea, no todas las editoriales se atreven a publicar cualquier libro, y sobre cualquier temática. «Hay órdenes que paralizan», aseguró el autor.

Añadió Rodríguez Almodóvar que estamos ante una novela muy cervantina porque permite creer de nuevo en la existencia de la justicia. Escrita tras el ictus que Juan Madrid sufrió en octubre de 2016, el mismo autor nos cuenta en las páginas finales de la novela, en Como si fuera un epílogo, cuál ha sido su propósito con este libro:

 

«Mi intención ha sido demostrar que se puede escribir una novela que trate sobre una cuestión fundamental: que los conflictos que conforman un relato pueden ser el asombro de un escritor horrorizado ante la situación política y social de su país, un país en el que, entre otras cosas, la familia real parece estar implicada en negocios sucios y cobros de comisiones, como poco. Un país en el que la élite cada vez es más rica y donde la desigualdad social es cada vez más profunda. Un país donde la extrema derecha, agazapada desde la Transición, está adquiriendo una fuerza inquietante. De esta estupefacción nace Gloria bendita». [pág. 321]


Sinopsis: María, una exdeportista que malvive con trabajos ocasionales, ha llamado la atención del Emérito. Una maquinaria oculta se pone en marcha para satisfacer los deseos reales bajo la batuta del comisario Romero, personaje complejo al servicio de los poderosos, que maneja, junto con su fiel e indescriptible esposa, los hilos en la sombra y urde negocios muchas veces ilícitos pero siempre lucrativos. Mientras tanto, Juan Delforo se documenta para un nuevo libro, una investigación sobre el espantajo del "peligro" comunista en el siglo XX, y se acerca a personajes cuyas "actividades encubiertas" propiciaron acciones que la historia oficial registra de manera muy diferente. Ningún hecho parece estar a salvo de la intervención de estructuras paralelas del Estado o del poder. Cualquier poder. 

¿Retrato imaginario de un país podrido o confirmación novelada de nuestras peores sospechas?

Con personajes de carne y hueso, diálogos afilados y un impecable manejo de los tiempos y de la acción, Juan Madrid trata en Gloria bendita de realidades conocidas o intuidas, pero también de la ficción como "única gran verdad", la única capaz de "contar el mundo"... a pesar de todo. 


miércoles, 27 de octubre de 2021

MUDANZA MORTAL (TERROR - 2021)

 Año: 2021

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Peter Winther

Reparto: Ashley Greene, Shawn Ashmore, Sharif Atkins, Britt Baron, Diana Hopper, Jamie Kaler, Travis Coles, Susan Walters, Ross McCall, Jason Liles, Alexander Bedria, Soraya Kelley, Sandra Prosper,

Género: Terror

Sinopsis: Una joven pareja acepta un trato y se muda a una casa de ensueño para salvar su matrimonio. Pronto, eventos inquietantes revelan el turbulento pasado del lugar.


[Fuente: Filmaffinity]


Aprovechando que se acerca Halloween (si lleváis un tiempo por aquí, ya conoceréis mi opinión al respecto) vengo con una película de miedo. ¿De qué película os podía hablar? Me metí en Netflix y miré lo que la plataforma ofrecía en el género de terror. No había gran cosa. Descarté aquellas que tenían una puntuación bajísima y otras de las que ya había leído opiniones muy negativas. Lo que quedaba era muy mediocre pero, entre lo malo, elegí lo mejor. Hoy vengo a hablaros de Aftermath, cuya traducción al castellano es «secuelas». No obstante, esta película ha sido rebautizada como Mudanza mortal en España. ¡Ea!, ya os podéis imaginar de lo que va. 

Mudanza mortal se inicia con una llamada a emergencias. Con la imagen borrosa y oscura, escucharemos la voz de una mujer que pide auxilio. Se oyen jadeos, ruidos, golpes, gritos, un te quiero y luego, ¡pam! un par de disparos. Cuando la imagen se aclara, vemos dos cadáveres. Esta será la escena introductoria, previa a los créditos.

A partir de ahí, conoceremos a Kevin, miembro de un equipo de limpieza que se encarga, precisamente, de limpiar las casas en las que ha ocurrido alguna sangrienta tragedia. Está casado con Natalie, una joven diseñadora de moda, que trata de montar su propio negocio. La relación entre ambos no va bien porque la pareja está en crisis. Kevin ha pasado por un hecho familiar trágico que lo alejó de todo y de todos. La relación con Natalie se enfrió tanto que ella tuvo un desliz amoroso, del que Kevin se enteró. Para enderezar la situación, el matrimonio acude a terapia de pareja, y la terapeuta les aconseja mudarse de casa y empezar una nueva vida. A Kevin se le ocurre una idea. ¿Y si compran esa casa espectacular que él ha limpiado recientemente, y donde se ha cometido un crimen? Seguro que los herederos de los difuntos están deseando quitársela de en medio. Y efectivamente, compran la casa y la pareja, junto con su perro, se mudan. 

La casa es espectacular. Es muy moderna y está diseñada por la antigua propietaria, la muerta. Además, cuenta con todos los avances tecnológicos. Pero la casa también tiene un armario, en cuyo interior, una de las paredes luce unos misteriosos arañazos. ¡Bah! ¡Minucias! La pareja traslada todos su enseres al nuevo hogar y, nada más instalarse, empiezan a ocurrir cosas raras. El primero que se da cuenta de que algo no va bien es el perro. El pobre será el primero que caiga. La cosa se va poniendo cada vez más calentita y la tensión entre la pareja aumenta. Saltan chispas. ¿Qué pasa en la casa? Pues, si quieres averiguarlo, entra en Netflix. 

¿Qué es lo que no me ha gustado de la película?

Pues que cuenta con todos los clichés habidos y por haber. Es decir, puertas que se abren solas, termostato de temperatura con vida propia, sombras que cruzan paredes, ruidos, golpes, carreras, equipos de música que se encienden solos y objetos que cambian de lugar. El pack completo, vaya. Pero bueno, los que vemos películas de terror estamos más que acostumbrados a esto. Lo interesante es que tiene otros elementos positivos, que os detallo a continuación. A medida que avanzaba la trama, me decía: «Oye, pues no está tal mal. Tiene muchos tópicos pero también aporta cosas algo más originales». Y sí, es así. Hasta el desenlace. Madre mía, madre mía, madre mía. ¿Pero qué han intentado vendernos?

Por otra parte, hay un personaje que pierde la vida y a nadie le importa. Es el personaje más triste de la historia del cine. 

Por último, hay una cosa curiosísima que ocurre en el cine americano. ¿No os  habéis fijado que en las películas americanas, las luces de las casas están constantemente encendidas? La luz les debe salir baratísima. Es que llegan de la calle, entran y todas las lámparas, focos, bombillas,... están prendidas. Esto es así, salvo en las películas de terror, en las que la lógica brilla por su ausencia. Permitidme un pequeño spoiler. Voy a simular un breve diálogo entre Kevin y Natalie.

(Escena nocturna. Kevin entra en el dormitorio, donde ya está acostada Natalie, y se acuesta)

Natalie: (En la cama, se gira hacia su marido) ¿Pero tú no estabas en el baño?

Kevin: ¿Yo? ¿Pero qué dices? Si vengo de abajo, de sacar al perro, de hacer sus cositas.

Natalie: Killo, Kevin, no me digas eso que yo he sentido cómo alguien entraba en el baño.

Kevin: ¡Anda ya! ¡Tú flipas!

Natalie: Que sí, tío, que sí. Ve a ver.

(Kevin sale de la cama y se dirige al baño. Con precaución asoma la cabeza por la puerta. Parece que todo está tranquilo, se confía, y se adentra aún más. ¿Enciende la luz? No, hombre, no.  ¿Para qué? Es mucho mejor entrar en el baño con la luz apagada para no ver nada y que el que esté dentro te dé un buen trancazo. El muchacho se lleva un minuto dentro del baño con la luz apagada, mientras la acojonada Natalie, sentada en el filo de la cama, mira hacia el oscuro vano de la puerta, con los ojos desencajados. Sale. No había nadie en el baño)

Jesús, qué paciencia hay que tener con este tipo de escenas. Atentan contra la inteligencia del espectador. Pero, en fin, sigamos.

¿Qué es lo que me ha gustado de la película?

Mudanza mortal es la típica película-sierra, es decir, de esos largometrajes cuyo interés sube y baja como si estuviéramos en una noria.

Pero lo primero que gustó de esta película es que está basada en hechos reales y eso mola. Si quieres saber la historia en la que se inspira puedes leer un artículo aquí, aunque no te lo aconsejo si tienes intención de ver la película. Juraría que lo que les sucedió a Jerry y Janice, cuando se mudaron a su nueva casa en San Diego, lo he visto en otra película, en una de esas que emite Antena 3 en la sobremesa de los sábados y los domingos, tan soporíferas que resultan idóneas para la siesta. He tratado de averiguar cómo se llama esa otra película, pero no he sido capaz de dar con ella.

Otra cosa que me gustó es que, en esta ocasión, los nuevos inquilinos saben que en la casa se ha cometido un crimen. En otros largometrajes, tal información se les oculta por parte del vendedor. Con posterioridad, los nuevos propietarios, junto con el espectador, se enteran de la verdadera historia de la casa, a la vez. Es decir, se recurre a un burdo engaño para dar pie a una trama de terror. En esta, no.

Y si digo que la película es del tipo sierra es porque tiene un par de buenos jumpscares que suben las pulsaciones. Hay alguna escena en la que el espectador seguro que se medio tapa los ojos con la mano, en el típico quiero-pero-no-quiero-mirar. Admito que en algún momento pensé que la tensión de la película estaba muy lograda, desplegando lo mejor del terror psicológico, que es el que realmente me gusta. No quiero ver. Quiero imaginar. Pero llegó el desenlace fatídico. El final de la película tiene bastante que ver con la historia real en la que se inspira. Pero se ve que a los guionistas y al director les pareció poca cosa y pensaron en echar más leña al fuego. El resultado es un desastre que no cuela, lo mires por donde lo mires. Se da una levísima explicación que no se la cree nadie y punto y final.   A mí me parece una tomadura de pelo

Personajes e interpretaciones

No comment.



En definitiva, Mudanza mortal es de esas películas de terror que muy pronto emitirá Antena 3 en la sobremesa. Si bien, la trama sube y baja, aumentando o disminuyendo nuestro interés, manteniendo un equilibrio, precario pero digno, lo cierto es que con el desenlace la pifian bien. Si queréis verla, dejadla para después del almuerzo. Qué buena siesta os vais a dar.




Tráiler [en inglés con subtítulos]:   



        


martes, 26 de octubre de 2021

SARA BARQUINERO: ❝La situación social transforma la vivencia colectiva en sufrimiento y desorientación individual❞

Hace unos días, la zaragozana Sara Barquinero (1994) visitó Sevilla, para promocionar su última novela Estaré sola y sin fiesta (Lumen). Considerada como una revelación literaria, Barquinero ha recibido diversos premios, entre los que destacan: el Premio Virginia Woolf de relato en lengua inglesa en 2017 o el Premio Voces Nuevas de poesía de la Editorial Torremozas en 2019.  Estaré sola y sin fiesta nace a raíz de que Sara encontrara un diario en plena calle. La autora de ese puñado de páginas, datados en 1990, se hace llamar Yna y relata su desesperación amorosa, su tormentosa relación por un hombre llamado Alejandro, que no la corresponde. Partiendo de este hallazgo, y tras un intento infructuoso de localizar a Yna y saber qué ocurrió con ella, Barquinero relata el periplo ficticio de una joven en busca de la autora del diario y de su amor Alejandro.

Os dejo con nuestra conversación.

[Fuente: Web editorial]

Marisa G.- Sara, veintisiete años y un montón de premios. Dicen que eres la promesa de la literatura española. ¿Cómo se vive este momento?

Sara B.- Por una parte, estoy más contenta que nunca en mi vida pero, por otra parte, estoy abrumada, como si me diera vergüenza. Estoy en esa dualidad. Supongo que todavía no me lo acabo de creer.

M.G.- Esta novela parte de un hecho real, el hallazgo de un diario. ¿Cómo fue ese momento?

S.B.- Más o menos, tal y como se cuenta en la novela, aunque está abreviado. Iba por la calle con una de mis mejores amigas, encontramos unos contenedores, miramos lo que había y encontramos el diario. A partir de entonces empecé a pensar en esta historia.

M.G.- ¿En qué año fue eso?

S.B.- En 2017, 2018. Durante ese curso.

M.G.-  Yo me sé la historia porque la he leído pero, ¿cómo le resumirías al lector lo que contiene ese diario?

S.B.- Son las cartas de amor no enviadas de una mujer llamada Yna a un hombre que se llama Alejandro. Él no le devolvía las llamadas, aunque ella le insistía mucho en que quería estar con él.

M.G.- El presente de la novela es 2018, aunque el diario está datado en 1990. ¿Es así?

S.B.- Sí, así es.

M.G.- De todos modos, salvo el hallazgo del diario, todo lo que se cuenta en la novela es ficticio, ¿no? Es decir, no narras nada de tu realidad, excepto lo del diario.

S.B.- Exactamente. Al principio, intenté investigar un poco sobre quién había escrito ese diario pero no conseguí ninguna información, así que, abordé otra vía.

M.G.- ¿Pero anduviste el mismo camino que hace la protagonista de esta novela, para seguir la pista de Yna?

S.B.- Sí, sí. Fui al barrio en el que supongo que vivió Yna. El diario estaba tirado en un contenedor de Torrero (barrio de Zaragoza), pero a saber si habían vivido realmente allí o por qué aquel diario había acabado allí. Fui preguntando a la gente y nadie sabía nada. Si alguien te daba algo más de información, nunca tenía la certeza de que fuera verdad lo que me estaban contando. Así que abandoné la investigación.

Hay una escena en la novela, en la que la protagonista contacta con alguien a través de Facebook, con la que pensaba que podía ser la hija de Yna. Eso sí es verdad. 

M.G.- ¿Y la respuesta que da esa supuesta hija a la protagonista de la novela es la que realmente esa persona te dio a ti?

S.B.- Es muy parecida. En la novela introduzco algunos detalles más pero básicamente me dijo que dejara en paz a su familia.

M.G.- ¿Tú te has parado a pensar qué diría Yna, que hoy tendría unos sesenta años, si llega tu novela a sus manos? ¿Has pensado qué podría decir?

S.B.- No lo sé. Quiero pensar que no le sentaría mal. No la expongo a ella como persona, solo expongo su texto. Creo que la he intentado tratar con respeto. Además, la obra va más allá de su diario. De todas formas, siempre he pensado que Yna estaba muerta.

M.G.- ¿Por qué?

S.B.- Porque encontramos todas sus cosas en un contenedor. Así que, o está muerta o en una residencia de ancianos. No creo que esté para leer.

M.G.- De todas formas, sería muy fácil reconocer que se trata de ella porque, en la novela, se incluyen fotografías reales de ese diario. El lector puede ver la grafía de Yna, con esa forma de expresarse que no es gramaticalmente correcta.




S.B.- Sí. Creo que, en todo caso, podría salir alguna de sus hijas, pero no la propia Yna.

M.G.- Hemos dicho que el diario está fechado en 1990. Te has tenido que asomar a esa década. ¿Cómo ha sido esa inmersión?

S.B.- Recurrí a un libro de Eduardo Maura (Los 90. Euforia y miedo en la modernidad democrática española), en el que hace una radiografía política de los 90. Leí muchísimos periódicos y hablé mucho con mi familia. Digamos que gasté tres meses en investigar sobre los 90.

M.G.- Una vida muy distinta a la que tenemos ahora.

S.B.- Pero me resulta familiar porque es la vida que he visto muchas veces reflejada en ficción o en las narraciones de mis padres. No ha sido como desplazarse más atrás en el tiempo.

M.G.- La protagonista de la novela no tiene nombre. ¿Por qué?

S.B.- Para respetar la memoria de la mujer original. No sé si ha sido algo acertado o no. Me parecía que mantener a la protagonista de una forma más desdibujada le daba más peso a Yna.

M.G.- ¿Y qué me puedes decir de la protagonista? ¿No está un poco desorientada? ¿No anda un poco perdida?

S.B.- Sí. Muchas personas me han preguntado si se trata de algo que me ha pasado a mí y la verdad es que no. Por suerte o por desgracia, a nivel laboral y vital, siempre he tenido las cosas claras. Pero con este personaje quería expresar algo que yo veo a mi alrededor todo el tiempo, en gente de mi edad. Son gente muy válida, que van como vacas sin cencerro, pero no es su culpa, sino de las condiciones materiales y sociales que les ha tocado, y que no les permite hacer planes a largo plazo porque no tienen un sueldo estable, un lugar estable, una vida estable.

M.G.- Si la gente de tu edad estáis en esta tesitura, que os sentís un poco desubicados porque no tenéis estabilidad laboral, ¿qué podéis esperar de la vida?

S.B.- Creo que esa pregunta es inadecuada. No creo que hayan nacido una serie de personas desorientadas y confundidas, sino que la situación social transforma la vivencia colectiva en sufrimiento y desorientación individual.

M.G.- La protagonista de tu novela, la que encuentra el diario, hace un periplo por España. Siguiendo la pista del amor de Yna, pasa por diferentes ciudades.  Y en cada una de esas ciudades, va a mantener una relación sexual. Creo que esta chica intenta aferrarse a algo pero, a la vez, intenta huir de su vida, ¿no?

S.B.- Si introduje tantos encuentros sexuales, quizá demasiado condensados en el tiempo, era porque me apetecía reflejar cómo se puede llegar a vivir el amor hoy, en comparación a cómo lo vivía Yna en los 90. Lo que busca la protagonista es la posibilidad de amar, lo que pasa es que ninguno de sus encuentros la lleva a alguna parte. ¿Qué puedes esperar de un tío que has conocido por Tinder en Bilbao? Probablemente no sea el amor de tu vida.

M.G.-  El amor que vive Yna es una relación de dependencia, muy tóxica. La protagonista de tu novela sabe que ese amor es muy perjudicial pero, al mismo tiempo, creo que le gustaría vivir y experimentar un amor tan tórrido como el que vive Yna.

S.B.- Total. Es lo que me pasó a mí leyendo el diario. Yo no quiero repetir los errores de esas mujeres que piensan que un hombre es lo único que puede salvarte. No quiero eso. Sin embargo, por la forma en la que se me ha educado, quiero un amor completo, absoluto, que me exija todo y me dé todo. ¿Cómo solucionar esa tensión? Lo que intenté apuntar en la obra es que ni la idea de volver al pasado, como le pasa a Yna, es la adecuada, porque esa visión nostálgica del pasado como algo mejor no es real. Pero tampoco debemos caer en la idea de que cualquier cuerpo o circunstancia vale. Intenté mostrar una vía intermedia o mostrar las cosas malas de ambas situaciones.

M.G.- Aparte de esa obsesión por Alejandro, ¿qué perfil psicológico tiene el personaje?

S.B.- Sería decir mucho porque Yna fue una persona real. Cuando me puse a trabajar sobre el diario pensé que, probablemente, era de Argentina o Uruguay, basándome en cómo escribe castellano. El diario fue comprado en Amsterdam porque tiene una etiqueta. Imagino que fue una persona migrante y que, en algún momento, recaló en España. Aunque tenía dos hijas, se sentía sola. Me imagino que quizá fue una de las primeras inmigrantes latinoamericanas que llegó a España, en circunstancias que no podemos saber. Si es complicado hoy día, que ya se han hecho algunos avances en extranjería, imagínate cómo sería en los 90.  Creo que eso podría explicar su desasosiego.

M.G.- A raíz del hallazgo del diario, la protagonista reflexiona sobre la soledad, la muerte, la espera, el amor. ¿A qué conclusiones llegará?

S.B.- Intenté dejarlo un poco abierto. Me gustan las novelas que te plantean preguntas sin darte la respuesta completa. No quería que mi protagonista llegara a una conclusión sólida pero, tal y como acaba la novela, creo que se da cuenta que su añoranza del pasado es un error, pero que también ha conseguido alguna herramienta para enfrentar el presente.

M.G.- Hemos hablado de la obsesión, que gira alrededor de todos los personajes. Yna está obsesionada por que Alejandro vuelva. La protagonista está obsesionada por localizar a Yna o a Alejandro y, a la vez, la propia protagonista tiene una pareja, Carlos, que no la deja ni a sol ni a sombra.

S.B.- Sí. Construí el personaje de Carlos de este modo porque creo que, hoy en día, muchos hombres heterosexuales son así. O bien hay una situación de desapego o son unos señores que te quieren tener de esposa y madre de sus hijos en su casa. Esto es algo que he visto mil veces. Pero también, el personaje de Carlos me ha servido para restar culpa a Alejandro, porque parece muy malo. Alejandro se acuesta con Yna y pasa de ella. Sin embargo, la protagonista hace lo mismo y no la vemos como un diablo con cuernos. 

M.G.- Sé que has estudiado filosofía. ¿Te han servido tus estudios a la hora de hacer reflexionar al personaje?

S.B.- Cuando empecé a escribir este texto, tenía una asignatura que se llamaba Dios y el problema del mal, en la que tratábamos sobre cómo se justificaba el mal en la Historia. Estuvimos leyendo muchos textos que me ayudaron para hablar sobre dónde queda el sufrimiento de la historia que no se cuenta en ninguna parte.

M.G.- Cartas manuscritas, diarios,... Todos estos elementos que utilizábamos hace muchos años daba cierto aire romántico a nuestra existencia, pero todo eso se ha evaporado. ¿Hemos salido perdiendo en ese sentido?

S.B.- No. La cuestión es que siempre se romantiza lo que ha pasado. Estoy segura de que, dentro de diez años, nos parecerá romántico el Whatsapp. Creo que no es más que la actitud natural hacia el pasado.

M.G.- ¿Y qué me puedes decir del desenlace de la novela? Sin desvelar mucho, hay que decir que el lector llega a ese final, ve a la protagonista sentada a una mesa, y...

S.B.- No quería dar una respuesta cerrada a la historia porque afecta a personas reales. No quería tener una gran conversación catártica. Y luego, imagínate que tienes una amiga que lo ha estado pasando muy mal por un chico y te habla mucho de él. Cuando conoces al tío, ¿qué te parece? Generalmente, es decepcionante. Te habías imaginado a un señor increíble y luego es un señor con su panzita.

M.G.- Que no merece tanto la pena, ¿no?

S.B.- Exactamente.

M.G.- Oye, la editorial anuncia dos nuevas novelas. ¿Qué nos puedes adelantar de ellas, si es que se puede decir algo?

S.B.- Estoy trabajando en una novela sobre la depresión, el suicidio, y los videojuegos. Una cosa alegrísima. Y tengo otra novela que tengo que retocar, sobre el terremoto de Lisboa y la profecía de que se va a volver a repetir.

M.G.- Bueno, crucemos los dedos. Pero me llama la atención que toques la idea del suicidio. Es un tema del que he estado últimamente hablando con gente muy joven.

S.B.- Para bien o para mal, es un tema de moda. Creo que es la causa de muerte más común en varones de más o menos mi edad. Incluso, aunque no lleguen a cometer suicidio, el tema de la ideación suicida en la gente de mi generación está a la orden del día. Es algo que no se puede ignorar. Es cierto que la literatura en castellano, y en general, está un poco alejada de la temática de la muerte en la última década, quizá por las condiciones sociales y económicas, pero ahora parece que vuelve a reaparecer.

M.G.- Por último. Sara, la literatura no es lo único en tu vida. Cuéntame qué es sibaruaq.

S.B.- (Ríe). Es el seudónimo que tenía cuando hacía cosas más macarras en la adolescencia. Hacía pintura, performances, fanzines,... Cuando empecé a escribir, lo que hacía era escribir diez folios, hacer tres fotos, pintar un cuadro, graparlo todo y venderlo a dos euros. De esa época, me queda todavía lo que era mi seudónimo. 

M.G.- ¿Y todo eso lo abandonaste?

S.B.- Sí, pero me gustaría volver. De hecho, me gustaría volver con otro diario que encontré en la calle.

M.G.- ¡Pero bueno! (Risas)

S.B.- Es que rebusco mucho. (Ríe). Me encontré el diario de un hombre con Alzheimer, donde iba anotando lo que desayuna, lo que comía,... para acordarse después. Pensé que eso no merecía tanto un novela sino algo más performativo, mezclando diferentes técnicas,... Quizá, cuando acabe con las novelas, puede que vuelva por ahí.

M.G.- Sara, gracias por atenderme.

S.B.- A ti.

Sinopsis: ¿Quién es Yna? ¿Por qué su diario íntimo, crónica de su enamoramiento de Alejandro en 1990, ha aparecido en un contenedor de Zaragoza? La protagonista de Estaré sola y sin fiesta no puede evitar hacerse estas preguntas cuando encuentra el viejo cuaderno manuscrito de Yna. Hay algo en la prosa sencilla de esa desconocida que la empuja a querer saber más. Su historia tiene una fuerza contagiosa que, a pesar de la distancia, la obliga a pensar en sí misma, hasta el punto de dejar toda su vida en pausa para dar comienzo a una investigación que la llevará a Bilbao, Barcelona, Salou, Peñíscola y, finalmente, de vuelta a Zaragoza. ¿Es cierto que nadie fue al cumpleaños de Yna el 11 de mayo de 1990? ¿Tiene sentido que el amor de su vida nunca la llamara? ¿A qué respondía esa gran obsesión romántica? ¿Y dónde estarán ahora sus protagonistas? ¿Seguirán vivos?

Con ecos de Roberto Bolaño y Julio Cortázar, la jovencísima filósofa y escritora Sara Barquinero construye una asombrosa historia de deseo y de intriga que recorre España, y que es la primera piedra de un ambicioso proyecto narrativo: un regreso a la novela filosófica sin renunciar al pulso vertiginoso.



lunes, 25 de octubre de 2021

LOS JUEGOS FLORALES de Santiago Isla

Editorial: Espasa
Fecha publicación: septiembre, 2021
Precio: 19,90 €
Género: Narrativa
Nº Páginas: 304
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 9788467062472
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]

Autor

Santiago Isla (Madrid, 1994) es músico, escritor y también tiene un trabajo de verdad. Desde 2017 firma el blog Sonajero. En 2020 publica Buenas noches, su primera novela. Debido a la inconsciencia de la juventud decide publicar una segunda.

Sinopsis

Una tragicomedia rabiosamente actual. Una novela generacional.

En Madrid, la joven generación del desencanto sigue sobreviviendo en sus trabajos precarios sin mayor horizonte que el día siguiente, agarrada a sus aficiones con una obsesión no exenta de la melancolía que impregna los finales de época: la música, las fiestas, las marcas, el coleccionismo de chicos y chicas, la gastronomía y mucho de ese amor ideal que Ginsberg consideraba el peso del mundo. Este es el paisaje en el que vive Ignacio Benavides, quien, para complicarlo aún más, ha elegido como tabla de salvación la literatura, eso de lo que ya sabemos que es muy difícil vivir… A no ser que tengas contactos en las productoras de contenidos: y eso es lo que le acaba de suceder. Con la ilusión de ver sus sueños cumplidos y de redimirse de su propio spleen, Ignacio empieza a frecuentar a los conseguidores del pijerío cultural madrileño que viven de las rentas y a las musas de cartón piedra que los acompañan.

Santiago Isla sigue siendo un flâneur en esta novela «sobre las promesas, las decepciones, la frustración», con ese narrador connotado, irónico y autocrítico que, sin embargo, conserva la esperanza «de un último tren hacia el futuro». El joven autor marca distancia con un estilo tremendamente personal y confirma los dones con los que se calificó su primera novela: frescura, luminosidad, altura, elegancia, inteligencia y entusiasmo.

[Información tomada directamente de la web de la editorial]



El pasado mes de septiembre, publiqué una entrevista con Santiago Isla, bajo el titular «Me apetecía escribir sobre la intolerancia a la frustración» (puedes leerla aquí). Fue una frase que el autor mencionó en cada entrevista que concedió, con motivo de la publicación de su segunda novela, Los juegos florales, de la que vengo a hablaros hoy. Parece que las declaraciones del autor no gustaron mucho en según qué círculos. Twitter se incendió. Se oyeron voces contra Isla. Muchos se preguntaron cómo era posible que el hijo de Pablo Isla, presidente de Inditex, podía hablar de frustración. Confieso que hay cosas que no comprendo en el ser humano y ciertas polémicas intensifican esa sensación de incomprensión. Sobre el origen familiar de Santiago Isla no hice ni una sola mención durante aquella entrevista. No venía al caso. Me había citado con él para hablar del libro y de su protagonista, un joven que efectivamente, muestra muy poca tolerancia a la frustración. Y como soy poco amiga de polémicas, y menos aún de las que surgen en Twitter, coso donde la gente parece saber más que nadie y donde realmente se aprecia mucha inquina injustificada, rencillas vacuas y envidias ulcerosas, dejo toda esta movida al margen y me centro en lo que me tengo que centrar, la novela, Los juegos florales de Santiago Isla. Vamos al lío.

Ignacio Benavides es el protagonista de esta novela. Con veintisiete años de edad, es un tipo que vive en lucha consigo mismo. «Hay cabezas así, inclinadas a la duda: no una duda racional, ni filosófica, más bien un desánimo, una atracción negra, fatal, un estado de melancolía hueca, esquivada solo en arrebatos impulsivos; después del impulso, un largo manto de tristeza». De carácter huidizo y esquivo, su mayor deseo es llegar a ser escritor aunque, en palabras de su padre, es una profesión en la que se pasa mucha hambre. Pero Ignacio tiene una gran vocación literaria,  de la cual llega a decir:

«La escritura es realmente un proceso de reescritura, y sin el sudor y los codos se queda en pedo lírico, fantasía, edificio endeble que se hunde solo con mirarlo». [....]

Parece que la literatura se le resiste. Empezó escribiendo cuentos, por aquello de que las distancias cortas son más fáciles de manejar, pero no fue hasta que sufrió una decepción amorosa cuando escribe su primera novela. Darse cuenta empieza así:

«Hay una posibilidad entre mil de que un hombre sea feliz y, si esa posibilidad es válida, viene del desconocimiento. Darse cuenta es saber que, ajenos a chispazos de fortuna, la vida está sustentada en la rabia, el dolor y la mentira. Todo lo que hay de bueno en nosotros se estrella continuamente en los demás. Si nos cambian, es para encontrar una desgracia nueva, no para incorporarse a la alegría. Darse cuenta es, en definitiva, reconocer que no estamos cojos; simplemente, nacimos con una pierna». [pág. 41]


La novela pasó sin pena ni gloria. La editorial que se hizo cargo de la publicación, quebró al poco tiempo y apenas tuvo distribución. Así que, el tan ansiado éxito de Benavides no llegó a materializarse, pero su sueño sigue intacto, un sueño que ha seguido alimentando, rodeado de los libros que vende en la librería donde trabaja.

Un día, durante la presentación de una novela, Ignacio conoce a Julio Gasset. Por carambolas de la vida, Gasset confiesa a nuestro protagonista ser un gran admirador de su narrativa. Quiere convertirse en su mecenas y colocar a esta promesa de la literatura donde le corresponde. Gasset le habla de grandes proyectos, de contactos importantes, de un mundo de luz y color, totalmente ajeno a Benavides, hasta este momento. ¿Qué pretende Gasset? Ni más ni menos que adaptar Darse cuenta a la gran pantalla. Así que comenzará a mover hilos, a hablar con productores, directores, actores, actrices,... Ignacio está que no se lo cree. ¿Qué pasará? Bueno, como siempre, dejo que seáis vosotros los que descubráis lo que ocurrirá.

¿Qué me ha gustado de esta novela? ¿Qué no me ha gustado?

Hay tres cuestiones que me han gustado de Los juegos florales. En primer lugar, os he hablado de Ignacio Benavides. Aparentemente, él será el protagonista absoluto de esta novela, con sus dichas y sus desdichas. No obstante, llega un momento en el que el foco de atención se desvía. Benavides quedará más en segundo plano y cederá el protagonismo a Julio Gasset. Una parte de la novela se centrará en el hipotético mecenas del futuro escritor, descubriendo a un personaje que tiene más de un secreto que ocultar. Me atrevería a decir que me ha resultado más interesante la trama que gira alrededor de Gasset, que la que se centra en Benavides.

En segundo término, la novela incluye una caricatura del propio autor, que a mí me ha parecido especialmente divertida. Entre las páginas de esta novela figura un Santiago Isla, un autor que está en vías de publicar su segunda novela. En un diálogo con Benavides, habla de ese proyecto que tiene entre manos, una obra en la que abordará temas como «las promesas, las decepciones, la frustración», es decir, los mismos elementos que vamos a encontrar en Los juegos florales. Y esto enlaza con la tercera cuestión que me ha gustado de esta obra, la metaliteratura, ya sabéis ese juego de ver una novela dentro de otra, con menciones a otros escritores, a un proceso creativo que termina siendo la misma novela que tenemos entre manos, lo que se une a diversas reflexiones interesantes:


«Todos los creadores, sea cual sea su campo, sienten una nostalgia tremenda de su primera obra. ¿Sabes por qué? Porque la están escribiendo cuando nadie mira, para sí mismos. El único criterio que prima es el suyo. Y eso provoca que, muchas veces, la falta de mimbres se supla con la originalidad: una originalidad inconsciente. Hay muchas joyas que han nacido así, y luego sus autores se pasan la vida intentando volver a recuperar ese chispazo, con grandes apoyos, producciones, sin darse cuenta precisamente de que ese es su lastre». [pág. 58-59]


En cuanto a lo que no me ha gustado, destacaría únicamente que hay ciertos capítulos con poco contenido, que no aportan mucho, ni a la trama ni al desarrollo de los personajes, bajo mi punto de vista. Esto provocó que entrara en una zona valle, como yo suelo llamar a esos pasajes en los que mi interés decae un poco. No obstante, ya sabéis lo subjetivo que es todo esto. 

Personajes

Los juegos florales tiene tintes de novela coral. Como dije anteriormente, el foco de atención se desvía desde un personaje a otro, con lo que el protagonismo muta. 

En el caso de Ignacio Benavides, me ha parecido un pobre diablo, del que a veces he sentido lástima. Aunque la verdadera trama de esta novela se inicia cuando él ya ha publicado Darse cuenta, la narración hace una retrospectiva y nos permite conocer al Benavides de hace unos años, de esos tiempos en los que él estudiaba Periodismo por puro aburrimiento, una época en la que mantuvo una relación amorosa con una compañera de universidad -Carlota Ron-, con la que perdió la virginidad. Fueron años en los que el personaje ya demostraba inquietudes literarias, escribiendo cuentos que Carlota destrozaba con críticas feroces. 

Benavides es un pusilánime y lo será desde sus años adolescentes.  Su relación con Carlota descubre a un joven inseguro, al que le falta madurez, torpe en las distancias cortas -las femeninas, no las literarias-. Y no parece que haya ganado en sazón con el paso del tiempo. Pero tampoco hay que ajusticiarlo porque es un tipo normal y corriente, muy mundano y muy simple. ¿Quién no sueña con cumplir sus mayores anhelos? ¿Quién no se crece un poco cuando encontramos a alguien que nos elogia? Lo que pasa es que va a terminar pecando de vanidad, pero él no tiene la culpa. Será como esas brasas que, a poco que reciban un poco de aire, se convierten en llamas:

«Cuando le preguntaban por autores, especialmente los noveles, tendía a hablar mal de ellos, a reducirlos, porque de repente se imaginaba parte de un círculo al que ellos no podían acceder». [pág. 72]

Irá de tropezón en tropezón. Amores frustrados, rechazos, decepciones, sueños rotos. El lector puede llegar a sentir lástima por un hombre que lucha por encontrar su espacio en un mundo al que no pertenece. 

Me ha gustado la atalaya en la que el autor coloca al lector. Isla nos coloca en ese punto privilegiado, desde el que podemos observar el ir y venir de Benavides, ese lugar desde el que podremos anticipar la hecatombe que se aproxima.

Pero son otros tantos los personajes que pululan por estas páginas. A la propia Carlota Ron la conoceremos con cierta profundidad. Inteligente, cultivada y devoradora de libros, y de todo lo que se le ponga por delante. Carlota «saltaba de Rubens a Tarantino, de Drake a Miró, de Steve Jobs a Marco Aurelio, sin pestañear, como si hubiera cogido la cultura occidental, la hubiera hecho papilla y después la hubiera digerido velozmente en el metro de la universidad» y «diseccionaba la cultura como una taxidermista». Ella será un personaje importante en la vida de Benavides en el plano real, pero también en el literario.

Julio Gasset es un personaje que lo tiene todo, que transita por la vida como si paseara sobre una nube, flotando, ajeno a toda miseria y preocupación. Os comenté antes que la trama que gira a su alrededor me parece atractiva y es que este personaje tiene más de un doblez que no os quiero desvelar. 

Y habrá otros tantos personajes como Remedios, la jefa de Benavides, con un instinto maternal muy acentuado; o Aurelio y su esposa Ramira, que no pasan por un buen momento y se verán obligados a tomar medidas un tanto desesperadas; o Claudia Lanza, la actriz elegida para el papel protagonista de la película, que mantiene una relación con Gasset. Son todos personajes bien definidos, no solo desde el punto de vista físico sino emocional. Son personajes con bagaje

Estructura y estilo

Escrito en tercera persona, la novela está estructurada en tres partes (más un epílogo) a lo largo de las cuales se distribuyen treinta y tres capítulos de corta extensión. Observo algún toque poético, con el empleo de alguna metáfora interesante. El texto también destila algo de humor negro. A nosotros nos parecerá divertido lo que a Benavides le ocurre en ciertos momentos, pero el pobre Ignacio es un desgraciado, de ahí que se califique esta novela como una tragicomedia.

Poco más os puedo contar de esta novela. A Los juegos florales se la ha tildado de novela generacional. Realmente, no he tenido esta percepción. No todas las novelas que escribe un autor joven tiene que ser un reflejo de su generación. En los tiempos que corren, la frustración puede alcanzar a cualquier individuo, tenga la edad que tenga. Simplemente pienso que es la historia de un hombre que tiene un sueño, un deseo que roza con la yema de los dedos, que alienta sus esperanzas para luego... Ahí lo dejo.

Los juegos florales se deja leer. ¿Qué quiero decir con esto? Bueno, es una novela que entretiene, escrita con esmero,  sin llegar a dejar un profundo poso. Al menos, no en mi caso. ¿Y eso es malo? Pues no. Tampoco creo que la obra naciera con ínfulas de convertirse en una obra de cabecera, aunque hay que reconocer que -lo digo más arriba- tiene varios elementos que me han resultado interesantes. Hago especial hincapié en la construcción del trasunto del autor, ese personaje de nombre Santiago Isla con el que me he reído porque no cae muy bien que digamos. Sin embargo, me parece que no hay mayor muestra de inteligencia que la capacidad de reírse de uno mismo.

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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