Año: 1946
Nacionalidad: EE.UU
Director: Ernst Lubitsch
Reparto: Charles Boyer, Jennifer Jones, Peter Lawford, Helen Walker, Reginald Gardiner, C. Aubrey Smith, Reginald Owen, Sara Allgood, Ernest Cossart, Una O'Connor, Florence Bates, Richard Haydn
Género: Comedia
Sinopsis: Unos días antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), a Cluny (Jones), una joven apasionada de la fontanería, la envía su tío a servir como criada en una rica mansión inglesa. La vida como sirvienta es dura, pero sus días los alegra un refugiado checo (Boyer), invitado de los dueños de la mansión, que ha huido del nazismo. Ambos se identifican como "almas desplazadas", pero ella no quiere nada romántico con su agradable nuevo amigo.
Mucho se está hablando de la novela de Margery Sharp en los últimos meses. Bajo el título de Cluny Brown, publicada en 1944, y editada en castellano por Hoja de Lata, son muchas las opiniones que van surgiendo aquí y allá. Todas ellas muy positivas. Y qué maravilla encontrar una adaptación al cine de una obra que está gustando tanto, y encima dirigida por Ernst Lubitsch.
La obra de Sharp fue llevada al cine por el director alemán en 1946, modificando brevemente el título. El pecado de Cluny Brown arranca con dos líneas argumentales que tienen una ligera conexión inicial para luego confluir y convertirse en una sola. Por un lado, tenemos a la joven Cluny Brown, sobrina del señor Arn Porritt, un fontanero que siempre está reprochando a la muchacha no saber el sitio que le corresponde. Por otro lado, tenemos a Adam Belinski, un profesor checo que llega a Londres huyendo del nazismo. Ambos coinciden momentáneamente en casa del señor Hilary Ames, un individuo que anda preparando una fiesta, pero se encuentra con el inconveniente de tener el fregadero atascado. En su auxilio llega la pizpireta Cluny que tiene conocimientos de fontanería por convivir con su tío. Y, a la vez se presenta en la casa Belinski, buscando a una tercera persona. Entre los tres se desarrolla la primera escena cómica de la película, y el profesor queda prendado de la inocencia y a alegría de Cluny.
Por diversos avatares que no voy a desvelar, ambos protagonistas vuelven a coincidir pocos días después. Lo harán en la mansión Friars Carmel, propiedad que una distinguida familia de clase alta británica tiene en la campiña inglesa. Allí llega Cluny en calidad de doncella. Y también lo hará Belinski como invitado y refugiado de la familia. Se reconocen y entre ellos surge una amistad que dará lugar a una serie de situaciones, hasta llegar a un desenlace que, como comedia romántica que es, no podría ser diferente al que es.
Que Ernst Lubitsch y sus películas son alabadas y reconocidas por la crítica no hay que dudarlo. Basta con darse una vuelta por las webs profesionales y leer diversos artículos en prensa. De hecho, este largometraje difícilmente baja de una puntuación inferior a 8. Sin embargo, y aquí vengo yo (otra vez) como nota discordante, no es de mis películas preferidas del director. En realidad, el argumento es bastante sencillo y, salvo un único equívoco, tampoco presenta situaciones muy hilarantes. El pecado de Cluny Brown me gusta mucho más por el envoltorio que recubre una historia en la que chico conoce a chica, se enamoran y viven felices. La crítica social está presente prácticamente en cada fotograma, a través de unos diálogos que ya, como marca de la casa, resultan absolutamente deliciosos.
Para empezar está la archiconocida flema británica y el clasismo, asumidos por unos y por otros. Cluny es una chica de origen humilde que recae en el seno de una familia aristocrática donde el mayordomo (Syrette) y el ama de llaves (la señora Maile) conocen perfectamente cuál es su sitio. Cluny no. Cluny es inocente, pueril, natural, y no siempre encaja en una sociedad doméstica tan encorsetada. Esto provoca situaciones difíciles de entender para los miembros de la casa, pero no solo por el comportamiento de Cluny, sino también por la actitud de Belinski, que se atreve a dirigir la palabra a Syrette para gran asombro de este.
La situación política de Europa y la visión que los británicos tienen de Hitler y del nazismo ocupa buena parte de ese envoltorio del que os hablo. Inglaterra y más concretamente la aristocracia británica vivía ajena a lo que se estaba cocinando en Europa, al menos en lo que se refiere a las generaciones más mayores. Los nazis y Hitler son vistos como algo muy lejano, un asunto pintoresco que no podía alcanzarles. Digno de mención es un diálogo que mantienen dos personajes en relación a Mein Kampf, considerado más como un manual deportivo que otra cosa. «Si ya ha escrito un libro, ¿qué más quiere?», se preguntará uno de los personajes, refiriéndose a Hitler.
Otras cuestiones que se abordan en la película: la imagen que los británicos tienen de los extranjeros, la belleza frente a la inteligencia en la mujer, el amor por la madre patria, el papel que a cada uno nos viene otorgado con el nacimiento,... La película cuenta con un guion del propio Lubitsch con el que va soltando perlitas aquí y allá. Y, como digo, es todo eso lo que más me ha gustado de la película, mucho más que la historia de amor salpicada de humor que nos propone la cinta. Aderezado todo ello con grandes dosis de sarcasmo e ironía, engarzadas en diálogos muy afilados y con doble sentido.
En cuanto a los personajes, Cluny Brown es el epicentro de esta comedia. Huérfana desde siempre, como dije antes, ella no se siente sujeta a convencionalismos y se comporta con absoluta naturalidad. Es cándida, pueril, charlatana, soñadora, alegre y romántica. No le importa en absoluto remangarse las faldas si tiene que arreglar una cañería. Parece que no hay nada que le guste más en esta vida. Interpretada por Jennifer Jones, que fue esposa de O. Selznick, encarna muy bien ese papel de chica tierna y encantadora.
En cuanto a Belinski es un hombre más curtido en todo tipo de lides. Acostumbrado a citar a Shakespeare en cada brindis, sabe perfectamente lo que ocurre al otro lado del canal, y la amenaza que supone la inminente guerra. Por eso es un hombre práctico que opta por vivir con optimismo hasta que las cosas se pongan peor. La crítica ensalza muchísimo la interpretación de Charles Boyer, pero a mí este actor no me seduce nada. Me quedo con su compañera de reparto.
Eso sí, entre ambos personajes hay mucha complicidad. Ambos se sienten como dos náufragos en una isla desierta, esperando que llegue ese barco que los salve. Y no cabe duda de que existe química entre Jones y Boyer. Pero si hay que hablar de personajes, no nos podemos olvidar de los memorables secundarios de esta película. El mayordomo y la ama de llaves, a los que mencioné antes, protagonizan algunas escenas fabulosas, cuando, a través de unos diálogos muy educados y con mucha pomposidad, critican y opinan sobre lo que ocurre en la casa. Por otro lado, aparece un boticario y su adorable madre. A él le tomarán el pelo más de una vez. Y ella no hace más que carraspear sin pronunciar palabra, desconcertando a todos. Nunca un personaje con tan poco protagonismo y cero línea de texto me pareció tan divertido. Eso solo lo sabe hacer Una O'Connor.
A todo esto, ¿cuál es el pecado de Cluny Brown? Entiendo que ser ella misma. No dejarse encorsetar, ser natural, hablar y decir todo lo que piensa sin tener en cuenta a quién tiene enfrente o a quién puede ofender. Su pecado es mostrarse alegre y sonriente, a pesar de ser una chica humilde que no tiene donde caerse muerta. Su pecado es enamorarse de quien no debe, para rectificar después.
El pecado de Cluny Brown es divertida. Aunque, para mi gusto, es una comedia justita, porque tampoco tiene muchas escenas que te arranquen una gran carcajada. En comedias románticas, en cine en blanco y negro, e incluso entre las películas de este mismo director, tengo otras que me gustan más, que me resultan mucho más ocurrentes y amenas, pero esta no es más que mi opinión. Ya os digo que la película cuenta con puntuaciones altísimas. Dicho lo cual, ¿recomiendo su visionado? Por supuestísimo que sí.
Además, puedes verla completa en YouTube. Eso sí, en inglés.
Tráiler [en inglés]: Puedes adquirirla aquí:
¡Qué casualidad, Marisa! Justo estoy terminando ahora de leer el libro. Una historia muy ocurrente y crítica también bajo el tono de humor que la recorre. Buscaré también la película. Me ha gustado leer tus impresiones. Besos.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarPues cada vez me interesan más este tipo de películas, así que me la llevo apuntada.
Un abrazo
Vi la película hace muchos años (unos treinta) y me quedó grabado el carraspeo de la madre del boticario, hasta el punto de que cuando mi marido o mi hijo carraspeaban mucho siempre les decía que parecían la madre de Cluny Brown. Como la película la habíamos visto todos, ya sabían que no era la madre de la joven, sino la madre que aparecía en la película. Se me había olvidado ya el nombre de la chica (y el comentario lo dejé hace ya mucho también) hasta que han empezado a salir en los blogs la reseña del libro y me ha venido de nuevo a la cabeza.
ResponderEliminarUn beso.
Jejeje Rosa es que la señora del carraspeo es buenísima. Mira que hace poco, pues mejor lo hace. Besos
EliminarEmpecé a leer sobre esta peli a raíz de las reseñas de la novela. Adoro al director, así que caerá en algún momento porque tiene muchos puntos a favor consciente de que no va a llegar al nivel de sus top.
ResponderEliminarBesos
Llevo tiempo queriendo leer el libro y está entre mis prioridades, pero de momento no lo tengo siquiera 🙄 La película me encanta.
ResponderEliminarBesos 💋💋💋
Pues no recuerdo yo haberla visto. Y aunque no sea de las mejores del director, parece que merece la pena. La buscaré.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola Marisa!
ResponderEliminarJamás vi esta película, bueno, debería adjudicarlo a mi edad jajaja.
Tampoco sabía que tenía un libro así que me voy muy sorprendida de este post y con una nueva lectura.
Tiene una pinta tremenda así que espero poder leerlo próximamente.
Gracias por esta reseña.
¡Un abrazo y un beso!
No me sonaba ni la película ni el libro, pero igual le echo un vistazo.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Marisa.
ResponderEliminarRecuerdo esta película con cariño pues la vi cuando era un niño junto a mis padres. Creo, tras tu pormenorizado análisis, que es momento de volver a verla y recordar esos diálogos tan bien escritos en su libreto.
Besos y buen fin de semana.
Buenas tardes otra vez:
ResponderEliminarYo leí y reseñé la novela cuando salió. También vi la película. Aunque la adaptación es una delicia, en mi opinión, se aleja del carácter del libro. Jenifer Jones está estupenda, pero no es la Cluny de la novela. Es lo que ocurría con las adaptaciones de la época, se adaptaban a los gustos del público cinematográfico. Pese a todo, recomiendo peli y, especialmente, el libro.
Un gusto leerte siempre, querida Marisa!!
Pues leí la novela hace poco y va mucho más allá de "una comedia justita", así que la peli no le hace justicia, por lo que nos cuentas. Veo que Undine, en el comentario de arriba, nos aclara por dónde iban los gustos cinéfilos de la época :-))) Sin duda, me quedo con el libro. Besos.
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