Nacionalidad: Alemania
Director: Ralf Kukula, Matthias Bruhn
Género: Animación
Reparto: --
Sinopsis: Basada en el libro para niños de Hanna Schott, esta película de animación cuenta la historia de Fritzi, estudiante de cuarto grado, en la ciudad de Leipzig, en Alemania del Este, durante el verano de 1989. Se supone que cuidará del perro de su mejor amiga, Sophie, durante el verano, pero descubre que Sophie y su familia han huido a Occidente a través de Hungría. Así que Fritzi hace todo lo posible para reunirse con su amiga. Con sentido de la pedagogía, esta película presenta a las nuevas generaciones los complejos acontecimientos políticos e históricos que condujeron a la reunificación alemana.
Tres apuntes antes de empezar a hablaros de Fritzi. Un cuento revolucionario. Primero, tuve conocimiento de este largometraje de animación a través del blog de Miguel Pina, Cine y críticas marcianas que, si no lo conocéis, ya estáis tardando. Segundo, la animación de Fritzi no tiene nada que ver con la que realizan esos famosos estudios de animación. Esta es mucho más clásica y convencional, quizá amparada en el contexto temporal de la cinta. Tercero, a pesar de la leyenda que figura al pie del cartel «Recomendada a partir de 8 años» y que estuviera nominada a Mejor Película Infantil en los premios de cine alemán, no me queda muy claro que sea una película para niños. la animación es el género infantil por excelencia, pero no estoy segura de que los niños sean capaces de entender qué ocurre realmente en este largometraje. Quizás esté infravalorando a los pequeños. Pero os cuento.
La película se inicia con la siguiente información:
«Tras la Segunda Guerra Mundial, Europa quedó separada por dos ideologías políticas. Alemania se dividió en dos Estados: Alemania Oriental y Alemania Occidental. Construyeron una frontera para impedir que los habitantes de Alemania Oriental huyeran de su país. Conocida como el "Muro", la frontera se extendía por toda la nación».
La primera imagen ya nos da una idea de la clase de vida que tenían los habitantes de la RDA. Un coche, circulando a gran velocidad en paralelo a una alambrada que cruza un prado, es abatido a tiros tras rebasar una colina. A partir de ahí, el espectador se traslada a Leipzig. Estamos en el año 1989, y dos amigas, Sophie y Fritzie juegan felices en una casa sobre el árbol. Es la última noche que las niñas pasarán juntas antes del inicio del próximo curso escolar. Sophie, junto a su madre Kati, han decidido pasar las vacaciones de verano en Hungría. La niña no quiere separarse de su amiga, y mucho menos dejar atrás a su perro Sputnik, al que deja al cuidado de Fritzi. Tras la separación, el tiempo irá pasando. Fritzie se aburre y está deseando que su amiga regrese. Sin embargo, llega el primer día de curso y ni Sophie ni su madre reaparecen. ¿Dónde están? Con una gran preocupación, Fritzi acude a clase el primer día. En el colegio, la Jury Gagarin Schule, los alumnos son tratados con férrea disciplina. Durante la ceremonia de la bandera asisten hieráticos a un discurso político con el que tratan de hacer entender a los jóvenes la suerte que tienen de formar parte de un Estado socialista. El mitin político se traslada también a las aulas, donde una rígida Srta. Liesegang mantiene a raya, a cada uno de sus pupilos bajo. La ausencia de Sophie crea gran revuelo entre los compañeros de clase. Unos hablan de hippies y otros de desertores. La pequeña Fritzie no sabe cómo encajar esos comentarios y tratará de averiguar dónde está su amiga. Después de indagar un poco, sabrá que su amiga se ha marchado a la otra parte de Alemania, para vivir con su abuela. Su intención es ver de nuevo a Sophie y devolverle el perro. Para ello diseñará un plan, aprovechando una excursión del colegio. La joven contará con la ayuda de su amigo Bela, un joven que le enseña otro lado de una moneda que la niña no conocía. Con él, asistirá por primera vez a reuniones clandestinas celebradas en la Iglesia de San Nicolás, donde se habla de libertad, de cambiar el país, de manifestaciones, de paz y no violencia. «Hay gente que está luchando por un país mejor», le dirá Bela a la joven. Para la niña, todo ese entramado político se le hace una bola de difícil digestión, pero comienza a entender la realidad en la que ha estado viviendo.
Fritzie. Un cuento revolucionario es el relato de un acontecimiento histórico. La película, basada en el libro infantil Fritzi war dabei: eine wendewundergeschichtela de Hanna Schott, centra la atención en los sucesos que se vivieron en la Alemania Democrática de la segunda mitad de 1989. A través de la pequeña Fritzi, y su sana y nada peligrosa intención, el espectador acompaña a la joven por un periplo, un sendero vital en el que tendrá que esquivar muchos peligros, algunos materializados en hombres con sombrero y gabardina, súbditos de la Stasi, esos «miembros del Ministerio de Seguridad del Estado. Son como la policía, pero no protegen a la gente», le dirá su madre a Fritzi. Los actos de la niña, que llegará a rebelarse contra las injusticias, pondrá en peligro a su propia familia, pero también supondrá una lección que la joven da a su familia y a sus compañeros de clase, todos ellos ajenos a la verdad que campa a sus anchas por las calles. «El país entero es una prisión», dice Fritzie. O estás conmigo, o estás contra mí. O te unes al régimen o eres un traidor. Por eso la pequeña decide posicionarse junto a todos esos alemanes que luchan por un país mejor. La fecha clave, que no se menciona en la cinta es el 9 de octubre de ese mismo año. Las manifestaciones pacíficas cada vez serán más numerosas, haciendo frente a un régimen que, tras el cambio de líder, termina por claudicar. Se abren las fronteras.
En varios momentos del metraje se habla de OCCIDENTE. Lo pongo en mayúsculas porque, para los personajes parece un oasis, una tierra maravillosa donde los individuos disfrutan de su libertad y tienen acceso a cientos de oportunidades. Occidente no es más que esa otra parte de Alemania, la República Federal Alemana, a la que mucha gente quería mudarse para salir de la opresión del gobierno de la RDA y del terror que imponía la Stasi. ¿Pero cómo huir a esa parte de Alemania si había una frontera protegida militarmente día y noche, que impedía el paso a Occidente? Según los noticiarios -veremos las imágenes reales emitidas por televisión en esas fechas-, los ciudadanos de la RDA consiguen llegar a la Alemania Federal a través de Hungría, pero es un viaje lleno de peligros. No hay duda a la hora de cargar el arma y disparar, si intentas cruzar la frontera. Las lindes no son para proteger, sino para evitar que salgas.
Interesante es la relación entre padres e hijos. Frente a la rebeldía de la niña, que al entender lo que está ocurriendo en su país trata de aportar su grano de arena, los padres viven en un estado de sumisión y resignación. Es mucho mejor no señalarse, pasar desapercibido, que nadie se fije en nosotros, para no tener problemas, pero la hija no está dispuesta a seguir callada y se enfrentará al sistema, empezando en el ámbito escolar. Aún así, los padres irán asomando a la luz poco a poco, comprendiendo que, para cambiar las cosas hay que luchar, pacíficamente, pero hacer algo, moverse. Ese es el mensaje de aquellos años, el mensaje de esta película. Solo si se lucha, sin violencia, obtendrás la libertad.
Decía antes que la animación es mucho más convencional que lo que se suele hacer últimamente. Aun así, no le faltan detalles. Es interesante fijarse en los espacios que rodean a los personajes, en los objetos domésticos, en los edificios. Resalta también la severidad con la que son retratados los militares y los miembros del gobierno, con rasgos muy marcados y miradas amenazantes, frente a la amabilidad en los rostros de los ciudadanos. También es importante señalar la paleta cromática. Muy pocas secuencias lucen con un amplio colorido, vivido y brillante. En la mayoría, se emplean colores suaves y desvaídos, que frecuentemente se ven desplazados por tonos grises, marrones y negros, para imprimir ese aire de represión y falta de libertad que se quiere transmitir.
Insisto en que no me queda muy claro si es un largometraje apropiado para los niños. Hay algunos diálogos que describen actos crueles y terribles. Los pequeños van a disfrutar únicamente por la animación, la relación entre Fritzi y el perro Sputnik, y las aventuras que los protagonistas vivirán pero, ¿entenderán el contexto histórico? No estoy muy segura.
Poco más os puedo contar. Fritzi es una película con dos lecturas. Como cine infantil va a funcionar para los más pequeños, que disfrutarán de las aventuras de sus personajes. Como cine adulto servirá para recordar los hechos que dieron pie a la reunificación de Alemania. En cualquier caso, una apuesta interesante.
La tenéis en Filmin.
Tráiler:
Hola! No conocía el libro ni la peli pero parece entretenida así que no la descarto. Gracias por la crítica.
ResponderEliminarUn saludo!
Yo también leí la reseña de la película en el blog de Miguel, blog que sigo desde hace años y que considero un referente imprescindible en lo que a cine se refiere.
ResponderEliminarle decía a él que la animación nunca ha sido algo muy apreciado por mí. Ni siquiera de niña me gustaba demasiado, pero desde luego, esta película trata una época y un tema que me atraen poderosamente.
Lo de la animación más clásica de lo que es habitual últimamente y esos tonos apagados, puede ser una aliciente añadido. me imagino aquellos países en aquella época como en blanco y negro o, más bien, en todas las tonalidades del gris.
Gracias por recordarme la película.
Un beso.
Hola.
ResponderEliminarOtra más que no sabía del libro ni la película y, después de leer tu opinión tampoco tengo claro que sea idónea para un público infantil puesto que el tema que trata me parece complejo para que lo puedan entender; quizá sea más para un público adolescente y adulto.
Un saludo.
Una historia muy interesante quizá la descubra algún día, ahora mismo estoy romantizada del todo jeje =)
ResponderEliminarNo creo que los niños vayan a entender mucho este contexto histórico. Y creo que ni los jóvenes, porque visto lo que dan de historia en bachillerato... Pero bueno, que si empiezo a hablar de la educación me enfado y ahora no quiero. La peli no la conocía y me ha llamado muchísimo la atención. Y llevo tiempo sin acercarme al cine de animación...
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola, Marisa!
ResponderEliminarMuchas gracias por la mención a Cine y críticas marcianas. La verdad es que has realizado un análisis exhaustivo del filme animado y me ha dado mucho gusto leerte. Me han encantado las referencias técnicas a las paletas de colores utilizadas. Por otro lado, creo que la película se decanta más por el público adulto y por el mensaje social. Quizás el añadido del perro y esas amistades juveniles sean las que pudieran enganchar a peques en un franja diría yo de 10 a 14 años.
Besos y gracias de nuevo.
Hola. La verdad es que veo muy poca animación fuera de lo típico de estudios japoneses y Disney aunque en España también se hacen cosas muy interesantes y también las veo aunque no soy tan fiel. Creo que nunca he visto una europea y sí, pinta una estética un poco "pasada" aunque quizás fue la intención, por la época de la historia. De acuerdo contigo, no toda la animación es para niños, y aunque se puedan quedar con la parte que les gusta de las aventuras de los personajes y los animales, lo demás también lo ven. Yo por mi parte le daré una oportunidad porque me parece muy interesante.
ResponderEliminarBesos
Sí, ahora que lo dices se antoja un tanto confusa para los niños, sobre todo en lo que al contexto histórico se refiere. No sé si me acabaría gustando, aunque lo cierto es que últimamente estoy viendo alguna que otra peli de animación. La tendré en cuenta.
ResponderEliminarFeliz finde ;)