jueves, 18 de febrero de 2021

ZAPATA TENOR: ❝La música nos regala esperanza❞

La música nos rodea. No hace falta darle a ningún play para que empiecen a sonar acordes. Basta con prestar algo de atención para descubrir cómo las melodías se van tejiendo, poco a poco. El latido del corazón, el viento soplando entre las ramas de los árboles, el rugido del mar, nuestros pasos al caminar, o incluso el teclear sobre mi portátil, mientras escribo estas líneas. ¿Qué sería de nosotros sin la música? Dicen que amansa a las fieras, especialmente a esa que dormita en nuestro interior. La música nos hace reír y llorar. Nos emociona, nos une, nos levanta el ánimo. La música nos hace feliz.

Y de música, de buena música, sabe mucho José Manuel Zapata, o lo que es lo mismo, Tenor Zapata, tenor granadino y director de orquesta, que acaba de publicar Música para la vida. From Bach to Radiohead. Con él hablamos hace unos días. Aquí os lo cuento.

© Luis Malibrán

Marisa G.- José Manuel, para los que no te conozcan, háblame un poco de ti. ¿Quién es José Manuel Zapata?

Zapata T.- Pues José Manuel Zapata es un chaval de Granada, lo que pasa es que el chaval tiene ya 47 años, al que siempre le ha gustado mucho la música. Durante su adolescencia, no tenía muy claro qué camino coger, hasta que descubrió el canto. A los 17 o 18 años, se enamoró del canto, y empezó a soñar con convertirse en tenor y con cantar en grandes teatros. Resulta que el sueño se le cumple. Sin embargo, aquello no terminó de llenarle del todo, y pensó en dirigir su vida hacia otro lado, hacia crear espectáculos con la música que le gustaba, y a hablar de la música para que la gente se enamorara de ella. A pesar de todo esto, José Manuel Zapata sigue siendo un chaval de Granada. Ese podría ser el resumen de mi vida.

M.G.- Un buen resumen. De todos modos, en tu canal de YouTube también podemos encontrar un vídeo en el que te presentas de viva voz (puedes verlo aquí), y donde también podemos ver fragmentos de esos espectáculos que comentas.

Z.T.- Es verdad. Ahí hay un poco de todo.

M.G.- Imagino que no te consideras un tenor o un director de orquesta típico, ¿no? Lo que tú haces es muy distinto a lo que estamos habituados.

Z.T.- Yo estoy siempre sacando los pies del tiesto. Me gusta hacer cosas diferentes porque me aburre muchísimo hacer siempre lo mismo. Es una obsesión que tengo. 

M.G.- A mí me ha parecido muy original tu forma de dirigir orquestas. Resulta muy divertido ver a todos los miembros de la orquesta, a los que solemos ver muy serios, tan participativos en tus conciertos.




Z.T.- Ellos son mucho más protagonistas que yo. Se lo pasan fenomenal.

M.G.- Seguro que sí. José Manuel, de la música a los libros, a este Música para la vida. ¿Cómo se produce ese paso?

Z.T.- Ha sido un proceso natural. Llevo casi tres años haciendo secciones de radio con Juan Ramón Lucas, primero, y con Pepa Fernández, ahora. En ellas hablo de la música que a mí me gusta, a la que se llama clásica o culta, algo que me pone los vellos de punta. Y esto mismo es lo que he pretendido hacer en este libro, poner negro sobre blanco, hablar de la música que yo amo, de un modo algo más desarrollado.

M.G.- ¿Pero tenías la idea de hace tiempo o es algo que surge hace poco?

Z.T.- La idea surgió hará un año y medio, aproximadamente. Un amigo, que luego se ha convertido en mi agente literario, me propuso escribir este libro. Al principio no lo tenía del todo claro, pero terminó por convencerme. Empecé a escarbar un poco en mí, me puse delante del ordenador y, poco a poco, fuimos tirando del hilo. Y resulta que sí, que había para un libro.

M.G.- ¿Y de qué nos hablas exactamente en Música para la vida? Sé que no todo en este libro es ópera o música clásica. Hay mucho más.

Z.T.- En el libro he volcado mi vida entera, lo que ha sido mi relación con la música, mi carrera como primer tenor, donde ha habido éxitos y fracasos, hablo de enseñanzas para la vida. De hecho, el equipo de Planeta me propuso encajar el libro como auto-ayuda. Bueno, si a la gente le sirve, a mí me parece fenomenal. En el fondo, lo que pretendo es dar herramientas, apoyada en la música, para que la gente intente vivir una vida mejor, de ahí el título. Para mí la música es para la vida y la vida es para la música. Hay una retroalimentación y no concibo una cosa sin la otra. Y, efectivamente, hay mucho más que ópera y música clásica. Hablo de la buena música, o de como cantar juntos une muchísimo, de cómo gestionar equipos con el humor, a través de mi experiencia con las orquestas,... En definitiva, hablo de mí, pero también de un montón de cosas que he ido aprendiendo.

M.G.- En la sinopsis leo: «La música es el único arte que nos acompaña siempre: desde el primer latido en el vientre materno hasta que nos vamos de este». Esto quiere decir que estamos constantemente rodeados de música sin darnos cuenta.

Z.T.- Sí, y es una pena que no nos demos cuenta. Los seres humanos tenemos muy mala memoria y no somos conscientes de las cosas hasta que las perdemos. Si la música desapareciera de la faz de la tierra durante una semana, ¿qué pasaría? Imagínate si, durante este confinamiento tan duro que hemos vivido, no hubiéramos tenido canciones, o no hubiéramos tenido sintonías, ¿qué hubiera pasado? Ese es el valor de la música, que siempre está sonando. La música siempre está ahí, en tu comunión, en tu boda, o en esas navidades en las que tu abuelo te canta villancicos. Pero no somos conscientes de eso. Si nos faltara la música, entenderíamos su importancia.

M.G.- Has mencionado el confinamiento, donde se demostró ese valor terapéutico de la música, del que hablas en el libro. La música ha tenido un protagonismo muy importante durante los meses que hemos estado encerrados.

Z.T.- La música nos regala esperanza. Es lo que separa a la gente feliz de la que no lo es. En los meses de confinamiento, la gente salía a los balcones a regalar su arte. En esos momentos lo que se creaba era esperanza, algo muy potente. Y pocas cosas más que la música, pueden crear algo así.

M.G.- Hablas en el libro que la música te ayudó a vencer incluso el acoso escolar. Cuéntame cómo fue esto.

Z.T.- De niño era el típico gordito con gafas, el diferente. Me di cuenta que, cuando cogía la guitarra y cantaba, todas las pequeñas bestias se callaban y se ponían a escucharme. Descubrí que aquello era un filón, porque así no se reían de mí. Una guitarra, un violín, un chelo o un saxofón te convierten en una especie de superhéroe. Animo a los niños que se sienten distintos, a que hagan música, a que canten, porque la música se convierte en el escudo del Capitán América.

M.G.- Abrimos el libro y lo primero que encontramos es un código QR. Hay una lista de Spotify. Teniendo en cuenta que eres tenor, podemos pensar que en esa lista habrá mucha lírica, pero también hay otro tipo de música. ¿Qué hay exactamente?

Z.T.- Hay música buena. Es lo que intento explicar en el libro. No hay música clásica ni culta, solo hay música buena o mala. En esa lista hay de todo. Aparece Mercedes Sosa, Chavela Vargas, José Luis Perales o Joan Manuel Serrat. Aparece la música que ha marcado mi vida y que considero que es buena música. Como no había una forma tecnológica para que el libro sonara, se nos ocurrió poner ese código QR, para que la gente fuera escuchando la música de la que se habla en el libro, esa música que voy describiendo.

M.G.- Roberto Leal te escribe el prólogo. A él ya lo convenciste de que no hay música clásica, tal y como la entendemos hoy. ¿Cómo ha sido esa colaboración?

Z.T.- Roberto es más majo que las pesetas. Lo conocí cuando conducía el programa Escala Sur, de Canal Sur Televisión. Me hizo una entrevista y vimos que teníamos muchos puntos en común. Tenemos una conexión de pensamiento muy fuerte, y estamos intentando hacer un formato juntos, basado en la buena música.

M.G.- ¿Qué le dirías a la gente que piensa que la lírica es un rollo, que esa música no va con ellos?

Z.T.- Pues que no tengan prejuicios. Seguramente se habrán encontrado con algún alimento que, al principio, les haya costado probarlo, y después han descubierto que les encanta. Yo les diría que vayan a conciertos de lírica, que abran el corazón, que no hace falta entender, sino simplemente dejarse inundar por algo maravilloso. Que no se lo pierdan, que se den la oportunidad porque su vida va a ser mucho más completa.

M.G.- Yo te confieso que a mí la ópera me cuesta. Sin embargo, un día acudí a un cine para ver una proyección en directo, y salí de allí maravillada. ¿Tú qué piensas de esta forma de acercar la ópera al público? ¿Surte el mismo efecto?

Z.T.- Yo lo veo fenomenal. Además, hoy en día se hacen unas proyecciones de alta definición que son maravillosas, y con un sonido espectacular. Todo lo que sea teneros cerca de nosotros, bendito sea.

M.G.- Oye, José Manuel, ¿y tú te acuerdas de aquel primer momento de tu vida en el que te enamoraste de la música?

Z.T.- Me acuerdo perfectamente. Una amiga me llevó a escuchar a un coro en Granada. Cuando yo escuché aquel Aleluya de Händel, me quedé impresionado. En ese momento, me dije que aquello era para mí, que yo quería formar parte de eso. Fue amor a primera escucha.

M.G.- ¿Y quiénes son esos cantantes o esas personas de tu entorno más personal que te han influenciado musicalmente?

Z.T.- En el libro explico que, al principio, es muy importante que alguien te coja de la mano y te presente a Chopin, a Rossini,... He tenido personas así en mi vida, como esa amiga que me lleva a escuchar ese coro que te digo, y luego también tengo un amigo, un gran trompista, que me ayudó a amar la música sinfónica. Me lo explicó de tal manera que yo no veía la hora de ponerme a escuchar a Mahler. Y puede sonar muy cursi, pero es que me lo contaba de tal modo... Tenemos un gran qué y tenemos que buscar un gran cómo para todo.

M.G.- Sabemos que has cantando en los mejores escenarios del mundo. Y es normal que la gente hable principalmente de lo bueno pero, en tu caso, también hablas de tus fracasos. Eso me ha gustado mucho. Me ha parecido un ejercicio de honestidad muy importante.

Z.T.- A mí siempre me ha ayudado mucho hablar de las cosas que no me han salido bien. He tropezado un montón de veces, pero siempre he sacado mucho partido de mis fracasos. Tenía que hablar de eso también. No me avergüenza hablar de esos momentos de mi vida pero en esta sociedad, hablar de tropiezos es algo que está prohibido. Yo prefiero contar mis malas experiencias, por si le sirven a alguien. No me duele en prenda.




M.G.- En un libro sobre música y escrito por un tenor, no podían faltar las letras de canciones.

Z.T.- Sí, he incluido canciones que son muy especiales para mí, que tienen unas letras espectaculares, como por ejemplo, la canción Las simples cosas o Te quiero, o algunas arias de óperas. Son canciones que muestran diferentes e importantes sentimientos humanos. Me gusta poner las letras porque, saber lo que dicen esas canciones, mola un montón.

M.G.- Y ¿qué opinión te merece la música de hoy en día, como reguetón, o esa que hace Maluma, por ejemplo, o Bad Bunny?

Z.T.- Me parece una auténtica mierda.

M.G.- (Risas)

Z.T.- Y lo puedes poner así, que no hay problema. Me parece una mierda. Es que siempre es lo mismo, siempre la misma letra, siempre el mismo ritmo. Si estuvieras todo el día comiendo hamburguesas, te morirías del asco. Pues eso, yo me muero de asco con esa música. Estoy de reguetón hasta el pirri. 

M.G.- Pero fíjate que con las canciones de Maluna siempre salta la polémica del machismo, asunto del que tú también hablas en el libro, pero dentro del mundo de la lírica.

Z.T.- Hay machismo en todo el universo. Cada vez hay más instrumentistas que son chicas. Sin embargo, hay muy pocas directoras de orquesta, y eso no puede ser. No tiene ningún sentido, y ya está bien. Esto hay que cambiarlo porque hay que evolucionar.

M.G.- Tienes toda la razón. 

Para ir terminando. Si no te hubieras dedicado a la música, ¿qué hubieras hecho en tu vida? ¿Qué serías o te hubiera gustado ser?

Z.T.- Pues me hubiera gustado ser piloto del ejército pero no daba la talla, así que lo descarté yo mismo. Es que no hubiera cabido dentro del caza. (Risas) 

M.G.- Bueno, con la música te ha ido genial. Has actuado en los escenarios más importantes del mundo.

Z.T.- Sí, me siento un afortunado y un privilegiado. 

M.G.- Penúltima pregunta. En los agradecimientos, has hecho algo fascinante que me ha enamorado. Has conectado a todas esas personas a las que le das las gracias con una melodía. ¿Cómo has hecho para establecer esas conexiones?

Z.T.- Me daba mucha pena no poder presentaros a todas esas personas que menciono, que son tan importantes para mí y han cambiado mi vida. Se me ocurrió describirlas, presentarlas, a través de la música, mostrar cómo me suenan a mí. ¿A qué mi ex mujer, mi pareja, mi amigo,...? Es lo que he tratado de explicar en los agradecimientos, y creo que no ha quedado mal. Ellos dicen que se sienten reconocidos. Así que, guay.

M.G.- Es muy bonito, sí.

Para finalizar, ¿piensas seguir escribiendo?

Z.T.- Ojalá, porque me ha gustado mucho. Ya tengo alguna idea por ahí, siempre relacionada con la música, y con mucho humor, como este libro. Pero a ver si este sale bien y podemos hacer un segundo.

M.G.- Bueno, este te ha quedado muy bien. Es muy interesante asomarse a tu vida, ver toda tu trayectoria y aprender con todo lo que nos cuentas sobre la música. José Manuel, muchas gracias por atenderme. Y suerte.

Z.T.- Muchas gracias a ti. 


Sinopsis: Mira el segundero de tu reloj. Repite siguiendo su avance: «Pan. Pan. Pan…». Acelera hasta meter tres golpes en cada segundo. ¿Lo tienes? Estás emulando un allegro vivace. Es el ritmo al que late el corazón de un feto de ocho semanas de gestación. Y el ritmo al que suena una parte del Réquiem de Verdi. En este libro, Zapata hermana música y vida hasta hacer de ellas una misma realidad.

LA MÚSICA ES EL ÚNICO ARTE QUE NOS ACOMPAÑA SIEMPRE: DESDE EL PRIMER LATIDO EN VIENTRE MATERNO HASTA QUE NOS VAMOS DE ESTE MUNDO.



10 comentarios:

  1. Querida Marisa:
    Esta publicación tuya de hoy me la llevo con especial cariño. Creo que conoces mi amor por la música, en mi familia es una parte importante de nuestro día a día. Entre eso y que adoro a Bach y a Radiohead, ya me has conquistado. Estoy segura que será un texto muy enriquecedor.
    Un abrazo y muchas gracias por la entrevista!!

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  2. Me ha encantado la entrevista y el libro me parece super interesante. Besos y gracias por presentárnoslo.

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  3. Me ha encantado. Muchas gracias por compartir <3

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  4. Me encanta!!! A mí es que este hombre me cae fenomenal. A ver si un día puedo verlo en vivo y en directo. Una entrevista fantástica. Y no sabía que tenía libro! A por él que voy.
    Besotes!!!

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  5. No conocía el libro, así que muchas gracias por la reseña.
    Un abrazo.

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  6. ¡Hooooola Marisa!

    Que entrevista tan interesante, me ha gustado ^^
    Tendré en cuenta el libro porque me encanta cuando se mezcla literatura + música, que maravilla.

    ¡besos!

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  7. Hola.
    Gracias por esta entrevista, creo que todos tenemos momentos de nuestra vida asociados a alguna canción o pieza musical.
    Un saludo.

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  8. La música es un gran catalizador de emociones y es cierto que nos acompaña a lo largo de la vida. Puede influirnos mucho anímicamente, así que puede estar bien traído ese título de música para la vida.
    Comparto bastante la opinión del autor sobre el reguetón.
    Besos

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  9. Pues no conocía a este tenor. Gracias por la entrevista.
    Besos.

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  10. ¡Hola!
    No lo conocía de nada, pero me has dejado con ganas de más, sobre todo después de ver el vídeo que has puesto.
    La entrevista ha estado muy bien, y se le ve muy majo y honesto, porque el momento de "es una mierda" *o*
    ¡Un saludo!

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