Autor
Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1973) es licenciado en Historia y Comunicación. Ha escrito las novelas Bobby Logan (2011) y Far Leys (2014). Sus cuentos han aparecido en diversas antologías y ha coordinado distintas publicaciones que relacionan cine y literatura. Es autor de varios libros sobre el séptimo arte y es director y guionista de documentales.
Sinopsis
Playa, motocicletas, música, cómics y todo un verano por delante en el que el protagonista deberá decidir qué hacer con su vida.
Cervezas calientes, vespinos, tiempo muerto sobre la arena blanca de la playa... Un verano inacabable y pegajoso en algún lugar de la costa malagueña y la sensación de que nada bueno va a salir de la adolescencia marginal de Bruno, quien narra las aventuras propias y las de su grupo de amigos. Y aunque su padre le repite que deje los cómics y las novelas y se matricule en derecho, lo cierto es que ni sus progenitores ni los amigos que éstos frecuentan predican con el ejemplo, y Bruno deberá decidir su futuro sin contar con la familia.
Miguel Ángel Oeste escribió Arena y lo presentó al Premio Tusquets Editores de Novela. No ganó. Sin embargo, su sorpresa fue mayúscula cuando desde la editorial recibe una llamada para anunciarle que su novela iba a ser publicada. «Esto ha sido otra forma de ganar. Diría incluso que es hasta mejor porque así me ahorro la presión del premio», nos comentó el autor en la entrevista que nos concedió (puedes leerla aquí).
Arena narra las aventuras de Bruno, un joven de familia desestructurada, parte de un hogar en el que ocurren cosas que se alejan de lo políticamente correcto, de lo que debe ser una familia al uso. La trama se mueve entre los sucesos que ocurren durante un verano y los recuerdos del protagonista, que va dejando un reguero de migas de pan, de tal modo que el lector conocerá cómo ha sido su vida, su entorno familiar, sus amistades,... Poco a poco iremos conformando el mapa emocional de este joven porque, aunque hay varios temas que circunvalan la novela, están tratados de manera sutil, para centrarse especialmente en las emociones de Bruno.
Del argumento no quiero desvelaros nada más. Arena me parece una novela diferente, con su propio código, que acompaña al lector a lo largo de recuerdos, reflexiones y sensaciones, hasta un desenlace en el que tendremos que sacar nuestras propias conclusiones. Por eso creo que no es libro para aquellos acostumbrados a que se lo den todo hecho. Siempre bajo mi opinión, considero que Arena es más una novela para leer entre líneas, para bucear en sus profundidades, sin que nos limitemos a quedarnos en la superficie de lo que se nos cuenta. Esa sutileza en los temas que se abordan es simplemente un mecanismo pues la literatura que gusta a Oeste es esa que sugiere, no la que se muestra abiertamente.
De Arena me han gustado varias cosas. Como le comenté al autor, para mí, esta novela tiene ese toque generacional que traslada al lector a sus veranos de juventud. Aquellos en los que, todos los días eran iguales y, al mismo tiempo, distintos. Jornadas protagonizadas por el tiempo libre, las cervezas, la música, la playa, el sol, las chicas y, por supuesto, los amigos. Junto a Bruno, encontraremos a su tribu, a Pipo, al Bocina y al Manco. Cada uno con sus chicas. A Bruno no se le conoce pareja oficial. Nos asomamos a ese universo de amistad, en el que cada uno posee un apodo, un alias que, en ocasiones, se impone al nombre propio, y al que permanecemos unidos de por vida, porque el «apodo es una marca, una señal, signifique lo que signifique».
La atmósfera que se respira en la novela es, a mi juicio, uno de los pilares más interesantes de Arena. A veces, el texto se vuelve tan pegajoso y asfixiante como ese calor veraniego que respiran Bruno y sus amigos. El calor se vuelve palpable, el sudor pringoso lo impregna todo, y una sensación incómoda nos acompañará en algunos pasajes de la novela. A su vez, es una novela muy sensorial, donde los olores también están muy presentes.
Bruno es un personaje del que es difícil despegarse. Narrador en primera persona, el joven se abre en canal para dejarnos mirar en su interior. Entre las páginas de esta novela están sus miedos, sus dudas, y sus anhelos. Me ha parecido peculiar que se trate de un joven al que le apasiona escribir, máxime cuando se ha criado junto a padre que considera la lectura como una pérdida de tiempo. ¿Surge la escritura como método de evasión? Bruno vaga errabundo, intenta sacar la cabeza del agua para respirar, pues está inmerso en una espiral de autodestrucción. Si lo consigue o no, eso lo tendréis que averiguar vosotros al enfrentaros a la novela.
Y, en paralelo a Bruno, otro personaje muy interesante, el Pérez. Se trata de un vagabundo al que el joven se acerca y busca en más de una ocasión. No es el típico sin techo amorrado a un brik de vino, sino un hombre que lee periódicos. Como nos dijo Oeste, el Pérez se convierte en lo más parecido a un referente que tendrá Bruno.
Y, aunque hay un hilo conductor, durante toda la lectura he tenido la impresión de que la novela se podía leer sin orden. Los capítulos, algunos de ellos de una brevedad muy significativa, están llenos de recuerdos que invitan a la reflexión. Por otro lado, los recuerdos de Bruno están tan llenos de realidad que, inevitablemente se tiende a pensar en el préstamo que el propio Oeste ha concedido a su personaje.
La acción transcurre en Málaga, en el barrio de Pedregalejo, escenario del que destaca la playa Arena blanca. «Toda Málaga se concentraba en esa playa, desde la mañana a la noche, y allí coincidían gente de distinta clase», nos comentó el autor. Se trataba de un enclave ubicado entre dos espigones, que por sus aguas verdes y su arena blanca, era casi una cala tropical. Desaparecida hoy en día, aquel trozo de arena lució toallas de toda índole en los años 80 y 90. Y es precisamente esta última década, el tempo en el que los hechos se desarrollan. No hay referencias explícitas pero sí implícitas, y es fácil adivinar que Bruno y sus amigos se mueven por aquella Málaga que veía desde el mar la preparación de la Expo'92 y las olimpiadas de Barcelona. En cualquier caso, la importancia de la localización geográfica se diluye frente a la temporal. Lo que ocurre en Arena podía haber ocurrido en cualquier otro lugar, pero en algún sitio había que situar los hechos y, para ello, ¿qué mejor lugar que aquel que el autor conoce como la palma de su mano?
Poco más os desvelo de esta novela. La frase que se incorpora en la sinopsis resume perfectamente el interior de este libro porque, realmente, entre estas páginas asoma la playa, la música, los cómics y un verano entre los amigos, durante el cual Bruno tendrá que enfrentarse a su futuro.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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Es como si leyéndote recordara un trocito de mí, y es que creo que el autor ha pretendido eso con esta novela, llegar a un trocito de cada uno.
ResponderEliminarBesos 💋💋💋
¡Hola!
ResponderEliminarPues no lo conocía, pero he de decir que tiene muy buena pinta, así que puede que acabe dándole una oportunidad.
Un abrazo
No me termina de convencer, al menos en este momento. Ahora mismo busco algo que me sumerja en la historia y me lleve con ella de la mano hasta el final.
ResponderEliminarUn saludo.
Pinta bien esta novela. Al autor no lo conocía. La historia de un verano que supone una frontera en la vida de un joven no es algo novedoso desde luego, pero, como les ecía yo a mis alumnos cuando me despedía en junio de ellos, es en verano cuando se aprende lo que de verdad interesa, ¿no? La música de Los Planetas también me atrae.
ResponderEliminarBesos, Marisa
Me gusta. Me gusta el sitio, el tiempo y cómo no, esos personajes que se abren en canal. La juventud real tan alejada de esa otra que tanto se idealiza en cine y literatura. Me lo llevo.
ResponderEliminarBesos
Hola! No conocía este libro pero lo cierto es que parece una lectura interesante así que no lo descarto. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
¡Hola! Leí la sinopsis de este libro y no me llamó nada la atención pero después de leerte creo que puede ser una lectura para mí. ¡Muchas gracias por tu reseña!
ResponderEliminarNos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
Buenas tardes, Marisa:
ResponderEliminarNi conocía la novela y por lo que cuentas podría gustarme. Con respecto a los premios, en elmundo musical siempre se ha dicho que tener mención es mejor que ganar un premio...¡Enhorabuena al autor por la publicación de su novela!
Una brazo, Marisa y muchas gracias por esta estupenda reseña!!
Había tomado nota cuando le hiciste la entrevista al autor. me encanta todo lo que cuentas, la época, la playa, el verano, esa familia desestructurada... Me atrae mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Hola.
ResponderEliminarNo conocía el libro pero en estos momentos busco otro tipo de lecturas más ligeras, tal vez más adelante.
Un saludo.
Aunque no me atrae mucho, no lo descarto.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Marisa, no conocía la obra ni al autor, me atrae lo que cuentas. Creo que podría gustarme. Y oye, aunque no ganara el premio, el que le haya sido publicada que gran noticia :) Le han demostrado que su obra es de valor. Anotada queda. Un abrazo.
ResponderEliminarNo me importaría leer esta novela que reseñas. Me gustan las historias que tienen ese toque generacional que nos trasladan a nuestra juventud. Besos.
ResponderEliminarNo conocía la novela ni tampoco a su autor. Y me ha gustado lo que cuentas. Otro para la lista.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues no me importaría leerlo, pinta muy bien y creo que me gustaría =)
ResponderEliminarBesotes
No le había prestado atención a esta novela y lo cierto es que me gusta lo que nos cuentas. Voy a darle una vuelta.
ResponderEliminarBesos.
Hoy me traes un descubrimiento, pues no conocía ni al autor ni este título, le echaré un ojo
ResponderEliminarBesos
Novela de iniciación y generacional, me encanta. Y, si además me dice que es de esas que no lo dan todo hecho y que hay que saber leer entre sus líneas, me pones los dientes largos. Me llama mucho la atención, la verdad. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarBesos
A mí me ha parecido un "Kronen" a la malagueña.
ResponderEliminarNo es la primera vez que en las reseñas de esta novela se destaca la sugerencia. Francamente, otras virtudes atesorará, pero precismente ésta, no.
Otra cosa que no he entendido es el lenguaje zafio empleado por el narrador protagonista, quien, como aquí se apunta, es un joven leído. Sería coherente que emplearan ese vocabulario los demás personajes pero no él.