viernes, 31 de julio de 2020

EL MENTIROSO de Mikel Santiago

megustaleer - El mentiroso - Mikel Santiago

Editorial: Ediciones B
Fecha publicación: Junio, 2020
Precio: 20,90 €
Género: Thriller
Nº Páginas: 480
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 9788466667449
Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]



Autor

Mikel Santiago nació en Portugalete (Vizcaya) en 1975. Comenzó escribiendo relatos y novelas cortas, y publicando sus propios e-books en internet, con lo que consiguió llegar a la lista de best sellers de iTunes, Amazon y Barnes & Noble. Ha vivido en Irlanda y en Ámsterdam. Actualmente reside en Bilbao.

Ha publicado las novelas La última noche en Tremore Beach (2014), El mal camino (2015), El extraño verano de Tom Harvey (2017) y La isla de las últimas voces (2018) en Ediciones B. Todas ellas han escalado hasta los primeros puestos en las listas de best sellers en España y han sido publicadas en una veintena de países. Sus obras han vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo, conquistando por igual a los lectores y a la crítica literaria. En la actualidad, está considerado como uno de los mejores autores de thriller a nivel internacional.

Sinopsis

Hay novelas imposibles de abandonar una vez leídas las primeras páginas. Historias que reinventan el suspense y hacen dudar al lector cada vez que termina un capítulo. En este thriller absolutamente original y adictivo, Mikel Santiago rompe los límites de la intriga psicológica con un relato que explora las frágiles fronteras entre el recuerdo y la amnesia, la verdad y la mentira.

En la primera escena, el protagonista despierta en una fábrica abandonada junto al cadáver de un hombre desconocido y una piedra con restos de sangre. Cuando huye, decide tratar de reconstruir él mismo los hechos. Sin embargo, tiene un problema: no recuerda apenas nada de lo ocurrido en las últimas cuarenta y ocho horas. Y lo poco que sí sabe es mejor no contárselo a nadie.

Así arranca este thriller que nos traslada a un pueblo costero del País Vasco, entre sinuosas carreteras al borde de acantilados y casas de muros resquebrajados por las noches de tormenta: una pequeña comunidad donde, solo aparentemente, nadie tiene secretos para nadie.

[Información tomada directamente del ejemplar]



Mikel Santiago vuelve a ofrecernos un verano de lectura adictiva. Cuando se anunció nueva novela, tuve claro que la quería leer porque, en líneas generales, me gustan sus libros. Hasta la fecha, puedo decir que los he disfrutado todos, aunque algunos más que otros. Por ejemplo, La isla de las últimas voces no me pareció tan fabulosa como las anteriores. En aquella reseña, resalté ciertas cuestiones que habían supuesto pequeños escollos en la lectura, escenas o situaciones que no me habían parecido convincentes, para llegar a un desenlace con el que no me sentí del todo conforme. Cuestión de gustos. Por entonces, llegué a plantearme si el efecto que me provocaban las novelas de Mikel Santiago se había evaporado, si el autor ya había perdido la capacidad de sorprenderme. Así que, la lectura de El mentiroso se presentaba ante mí como un reto, una manera de comprobar si las historias que este escritor vizcaíno seguían pareciéndome atractivas o, por el contrario, habíamos perdido la magia. Ahora, tras la lectura, tengo que admitir que el resultado ha sido satisfactorio. El mentiroso ha logrado engancharme, ha conseguido que tenga ganas de llegar a casa para sentarme a leer, para pasear por unos escenarios agrestes y hostiles, donde las inclemencias del tiempo golpean con fuerza. Ha sido una lectura con la que he ido descubriendo, poco a poco, que todos los personajes tienen mucho que ocultar. 

Álex es un joven jardinero que reside en Ilumbe, un pueblecito costero del País Vasco, próximo a Bermeo. Una mañana despierta en el hospital, sin saber cómo ha ido a parar allí. Al parecer ha tenido un accidente de tráfico, al salirse en una curva. Cuando abre los ojos, lo primero que ve es a Erin, su novia, con la que lleva saliendo aproximadamente un año. Pero Álex no recuerda nada de su accidente. Por su mente cruzan otras imágenes muy distintas y desconcertantes: una vieja fábrica abandonada, un bulto tirado en el suelo, un hombre que no respira y una piedra manchada de sangre. ¿Son recuerdos reales o su imaginación le está gastando una broma? Su confusión mental conduce a los médicos a lanzar un diagnóstico: amnesia. El golpe que ha recibido en la cabeza, visible por la  herida que muestra en el cráneo, le ha borrado, momentánea y parcialmente, la memoria. Solo tiene que darse tiempo, descansar y recuperarse para que los recuerdos vayan fluyendo de nuevo. Sin embargo, lo que va recordando solo le produce más y más inquietud. A ello se une que, la investigación que la policía lleva a cabo sobre el accidente, arroja conclusiones algo inquietantes, que no lo dejan en muy buena posición. Por ejemplo, la policía descubre que Álex iba circulando en sentido contrario y que el golpe en la cabeza no cuadra con el patrón del accidente. ¿Por qué tuvo Álex ese accidente? ¿De dónde venía y hacia dónde iba? Ni siquiera el propio joven puede responder a estas preguntas, hasta que la luz comienza a abrirse paso entre la oscuridad de sus recuerdos. Será entonces cuando, por sus propios medios, intentará ir atando cabos, desandando sus pasos, y reconstruyendo las últimas cuarenta y ocho horas de su vida, hasta llegar al origen de todo. Pero para ello, y al no tener la certeza de nada, al sentir dudas sobre sus actos, irá lanzando una mentira tras otra, hasta meterse en aguas pantanosas. Ahora bien, no será el único mentiroso de esta historia. 

Por otra parte, en Ilumbe se ha notificado la desaparición de un escritor. Félix Arkarazo, vecino del municipio, cosechó un importante éxito con su primera novela, El baile de las manos negras, un libro que no gustó a muchos en el pueblo porque desvelaba información confidencial. Los métodos de Félix siempre han sido bastante cuestionables y su rol como escritor dejaba mucho que desear. Antes de su desaparición, andaba preparando su segunda novela. ¿Tan escandalosa como la primera? ¿Qué le ha ocurrido a Arkarazo? Bueno, lo sabremos en las primeras páginas, aunque en esta novela no importa tanto el qué, sino el quién y el porqué.

A todo ello, una muerte ocurrida en el pasado volverá a ser centro de atención, dejando en evidencia que, muchos de los sucesos actuales, están relacionados con los ocurridos, tiempo atrás. 





Así pues, la novela plantea varias incógnitas. La más inmediata tendrá que ver con esas cuarenta y ocho horas que Álex no recuerda y con su implicación en un suceso luctuoso. El lector advierte, desde primer momento, que la actitud esquiva del protagonista está relacionada con ciertas circunstancias personales que no pueden salir a la luz. Así que, el misterio está servido desde las primeras páginas. Mikel Santiago teje un entramado donde se entremezclan los viejos amores, la amistad y la lealtad, los negocios turbios, el maltrato, los chantajes, las traiciones, la extorsión y las amenazas, para conducirnos a un desenlace que me ha parecido un cierre acorde con el trazado del relato. 

De entre los personajes, Álex es el que capitanea esta historia. Es un joven sin más familia que su abuelo, Jon Garaikoa. Begoña, su madre, falleció hace unos años y de su padre apenas sabe nada. Así que el joven reside con el anciano en Punta Margúa, un accidente geográfico donde se erige la casa familiar. La vivienda está llena de grietas por todas partes, debido a la inestabilidad de sus cimientos, provocada por los continuos desprendimientos que se producen en los acantilados cercanos. Los dos hombres están solos, salvo por Dana, una ucraniana que se encarga de mantener la casa en orden. 

Me gusta Álex. Me parece un joven de su tiempo. La lectura nos demostrará que, a pesar de ciertos trapicheos, es un tío normal, legal y con buen corazón. Y me gusta la relación que tiene con su abuelo Jon, un viejo lobo de mar, al que la vejez ya le está pasando factura. Aunque el anciano se resiste, contra la cabalgadura del Alzheimer poco se puede hacer. Jon comienza a tener lagunas mentales y eso lo convierte en alguien vulnerable, una situación terrible para un hombre que nunca necesitó ayuda de nadie. Ahora, al igual que su nieto, tendrá que dar su brazo a torcer y aceptar que, en esta vida, no siempre podemos ser titanes. 

El abuelo Jon me ha parecido un personaje entrañable, que le sirve a Mikel Santiago para reflexionar sobre la pérdida de la memoria y, a la larga, sobre la pérdida de la propia identidad. Jon es un personaje que lanza sentencias como dagas y que remueve las entrañas del lector. Pero si hablamos de emociones, hay que destacar el cariño que destilan los recuerdos que Álex tiene sobre su madre. Esos pasajes son los que más me han aproximado al protagonista. 

Pero en esta novela circulan muchos más personajes. Al margen de la familia de Álex (pasada y presente), también conoceremos a sus amigos; a su novia Erin y a los padres de esta; a Denis, íntimo amigo de Erin; a algunas amigas de Begoña. La palma se la llevan ciertos tipos siniestros de los que mejor no os cuento nada. Pero Ilumbe es un pueblo pequeño y ocurre, lo que ocurre en todos los pueblos pequeños, que todo el mundo se conoce, que todo el mundo sabe cosas de su vecino. De este modo, los personajes se mueven como dentro de una burbuja, un caparazón bajo el cual se han producido hechos inconfesables que irán saliendo a la luz.

Escrita en primera persona, la novela arranca con un capítulo inicial que sitúa al lector en mitad de una escena cargada de suspense. Se trata de una introducción que sirve de presentación de la escena del crimen. A partir de ahí, la novela se estructura en siete bloques titulados, a lo largo de los cuales se distribuyen capítulos cortos. No diría que la narración te deja sin aliento en cada página, pero es justo reconocer que hay capítulos en los que la tensión se dispara, y el nivel de suspense irá in crescendo, a medida que nos acercamos al desenlace. 

La ambientación es otro plus más. Es cierto que el autor recurre siempre a las tormentas, a los cielos grises, a los vientos, a las lluvias torrenciales y a los truenos ensordecedores, pero todo esto se ha convertido en su seña de identidad. Y creo que, en esta novela precisamente, es donde más sentido tiene una climatología adversa. Son esos momentos de tempestades los que incrementan el suspense de la novela, consiguiendo que el lector no solo luche con las incógnitas que se le plantean, sino también con los elementos de la naturaleza. Mikel Santiago sabe crear ambiente, algo que demuestra en cada novela. 

En cuanto a los escenarios, que la historia transcurra en España ha sido para mí un punto muy positivo. A Mikel le gusta hacer viajar al lector, llevarlo a otros parajes, lejos de nuestras fronteras. Sin embargo, a mí me ha parecido todo un acierto que la historia se desarrolle en nuestro país, más concretamente en el País Vasco, con acantilados que ceden ante el envite del mar, con pequeños pueblos llenos de encanto, bosques tenebrosos y galernas que arrasan con todo a su paso.  Aunque él mismo reconoce que se ha inventado lugares (Ilumbe no existe en la realidad), y que, por exigencias de la trama, ha movido de lugar algunos escenarios, también hay lugares muy reconocibles, tanto que casi se podría hacer una ruta literaria.

Por cierto, en la web del autor (www.mikelsantiago.info) encuentras tres relatos cortos, bajo los títulos Carreteras solitarias I, II y III, en versión audio, que conviene escuchar para adentrarte en el universo Santiago. Y ya, por último, os comento que el propio autor nos desveló en la entrevista (puedes leerla aquí), que es posible que Ilumbe vuelva a ser escenario de sus próximas novelas. Para ello tendremos que esperar un poco. ¿Al verano del 2021, quizás? No sabemos. De momento, cierro esta reseña animándote a leer El mentiroso. Una vez que empieces, no podrás dejarla. 



[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí: 

jueves, 30 de julio de 2020

JOSÉ DE LA ROSA: 'Generalmente, los autores de novela romántica somos grandes desconocidos'

Sabéis que no suelo ser lectora de novela romántica. Aunque, en alguna ocasión me he asomado al género, no es habitual que figure entre mis lecturas. Sin embargo, a veces es bueno hacer concesiones porque te puedes llevar sorpresas muy agradables. Eso es lo que me ha ocurrido con No soy Lizzy Bennet, la última novela de José de la Rosa. Admito que no conocía a este autor sevillano que ya lleva andado un largo trecho. Quince son las novelas que lleva publicadas, entre auto-publicación y publicación convencional, con respaldo de editorial. Además, ha ganado un par de premios literarios. El último, el Premio Vergara, con este título sobre el que hemos conversado hace unos días. 

No soy Lizzy Bennet es una historia bonita, muy bonita, en la que el amor es el epicentro, pero en la que también encontramos otros asuntos tratados con profundidad. Cuenta con personajes sólidos, llenos de claroscuros. No es una novela almibarada, no peca de exceso de dulzor, ni de protagonistas planos, que terminan rebozados en una felicidad inverosímil. Pero no quiero adelantar más detalles sobre la novela. Porque, antes de daros a conocer mis impresiones, quisiera presentaros al autor, a través de esta entrevista. 


Marisa G.- José, te advierto que no soy lectora de romántica pero tu novela me ha gustado mucho.

José R.- Me alegro mucho, de verdad.

M.G.- ¿Y cómo que no te conocía? Si llevas quince novelas publicadas.

J.R.- Generalmente, los autores de novela romántica somos grandes desconocidos. Es una literatura que está muy prejuiciada. Es habitual pensar que son novelas fáciles, muy repetitivas, que muestran a una mujer sumisa, y que siempre acaban con final feliz, pero no siempre es así. La novela romántica se adapta a todos los tiempos porque lo que habla es del amor. 

Para que te hagas una idea, en España, las dos autoras que más venden en estos momentos, escriben novela romántica. Son Megan Maxwell y Elisabeth Benavent. Además, la novela romántica es el segundo género de ficción más vendido. Pero como te digo, los autores de romántica son muy desconocidos. En Sevilla, a mí no me conoce nadie. 

M.G.- ¿Y todas esas novelas están publicadas por editorial o hay auto-edición?

J.R.- Algo más de la mitad están publicadas con editorial. Trabajo con Random House, con Harper Collins y con Urano. Con esta última, gané el Premio Titania, un premio de novela romántica que ellos promocionan. Pero, como vivo de escribir, el 40% de mi producción lo auto-publico. Es en la auto-publicación donde obtengo mayores ingresos. Con las editoriales, recibes adelantos y la liquidación, que se realiza una vez al año pero, de este modo, es complicado vivir. Con la auto-edición, al menos en novela romántica, a día de hoy se puede vivir. 

M.G.- Formas parte de la Romance Writers of América. ¿De qué manera participas en esta asociación?

J.R.- Es una asociación que invita a inscribirse, a los escritores de novela romántica, para lo que hay que pagar una cuota, que no es poca cosa. Para ser miembro de la asociación, tienes que demostrar que tienes un número de ejemplares vendidos, que tienes una cantidad determinada en royalties anuales,... Pero es una asociación muy interesante porque es muy activa. Organizan muchos talleres, actividades, cursos. Lo que ocurre es que actualmente, está hecha unos zorros. En diciembre de 2019, se dio un caso de racismo. Una serie de autoras plantearon que la novela romántica tenía un único perfil de protagonistas, y que tenía que ser siempre de raza blanca. Claro, eso fue todo un escándalo. Tuvo que dimitir toda la Junta directiva. Pero bueno, aparte de eso, siempre organizan cosas interesantes, en todas partes del mundo, incluso en España. 

M.G.- Sí que hay mucho prejuicio con respecto a este género. Pero hay que reconocer que, generalmente, la mayoría de autores que escriben romántica son chicas. 

J.R.- Efectivamente. Aproximadamente, el 80% de escritores de novela romántica son mujeres, de igual modo que, aproximadamente el 90% de los lectores, son mujeres. Es un género eminentemente femenino. Aunque seguro que hay muchos hombres que no reconocen que son lectores de novela romántica.

M.G.- Eso seguro. Con No soy Lizzy Bennet ganas el Premio Vergara. Háblame un poco de este premio.

J.R.- Vergara es una editorial que, actualmente, pertenece al grupo Penguin Random House. Es una editorial muy importante en novela romántica. Dentro de mi estrategia como autor para obtener más visibilidad está el participar en premios. Tuve la suerte de ganar la décima edición con Lizzy. El perfil de novela que generalmente publica Vergara es un poco más tradicional que la mía, pero parece que a ellos les apetecía un cambio de aire. Porque esta novela es un poco diferente, dentro del canon de novela romántica.

M.G.- Yo creo que por eso me ha gustado tanto, porque es diferente y se aparta un poco de lo que se conoce tradicionalmente como novela romántica. No es la típica historia de chica conoce a chico, se enamoran y son felices para siempre.  

J.R.- En todas mis novelas, intento tratar un tema en concreto y retratar el momento vital en el que estoy. En esta novela, quería tratar el tema de la rendición. La protagonista se da cuenta que tiene que dejar de correr, de marcarse objetivos. Entiende que es necesario pararse y disfrutar de las cosas que tiene a diario. Es necesario mentalizarse y disfrutar de lo que la vida te ha dado, de lo que tienes hoy.

M.G.- Es que siempre estamos pensando en el día de mañana, en vez de en el día de hoy.

J.R.- Exacto. Además, me apetecía también hacer un homenaje a Jane Austen, inspiradora de uno de los subgéneros de la novela romántica, como es la regencia. Sus libros fueron la antesala de lo que después ha sido la novela romántica, unas historias que plantean un conflicto amoroso con un final positivo, que no feliz. Porque son novelas que tienen un final que genera una sensación agradable y de bienestar al lector. Los protagonistas no tienen por qué casarse, ni quedarse juntos, basta con que los conflictos se resuelvan de manera positiva para el lector. 

M.G.- ¿Pero tú piensas primero el tema y luego dibujas los personajes y la trama? ¿Cómo se construye la novela en tu cabeza?


J.R.- Con cada novela es distinto. La mayoría de las veces, la idea parte de un tema. En Gigoló, el amor tiene un precio, que ganó el Premio Titania, hablé sobre la necesidad de ser uno mismo. Pero Un lugar donde olvidarte nació a raíz de una conversación. Me invitaron a una boda a la que asistí por puro compromiso, y encima me sentaron en la mesa más extraña, donde coincidí con gente muy dispar, un matrimonio de ochenta años, un joven de veinte,... Todos estábamos descolgados porque no nos conocíamos. Se me sentó al lado una mujer encantadora, psiquiatra de profesión, pero ya jubilada. Claro, empiezas a soltar temas, hasta que encontramos uno muy interesante. Ella empezó a hablarme de su profesión. Me contó cosas fascinantes. Nos llevamos toda la noche hablando y escribí esa novela en dos semanas. 

M.G.- Y Lizzy también se puede considerar una roadtrip porque los personajes emprenden un viaje, y van pasando por distintas localidades. No sé por qué me imaginé que la historia transcurría en Londres y alrededores, pero no.

J.R.- La novela se desarrolla en un país imaginario. Podría ser Estados Unidos pero la geografía está totalmente inventada. Cuando empecé a plantearme la novela, lo que quise trazar fue un viaje de la cabeza al corazón, de lo racional al sentimiento, y por eso es un viaje de norte a sur. El viaje funciona como metáfora. Lizzy emprende su viaje a través de una autopista, como ese camino que todos seguimos en la vida. Sin embargo, llega un momento en que ella toma una desviación hacia un sendero de arena amarilla, como el camino de las baldosas amarillas. A partir de ahí, entra en el mundo de las ilusiones, donde las cosas que ocurren no son verdaderamente reales. Además, se hará acompañar por cuatro personajes, como Dorothy,... Es decir, hay un viaje interior. Lizzy trazará un
 recorrido interno. Cuando llega a su destino, se habrá transformado en otra persona, capaz de enfrentarse a lo que le depara la vida. Pero el lector puede leer este libro como le apetezca. Habrá quienes solo quieran ver una novela romántica entretenida. 


M.G.- Es decir que San Cayetano, que es el pueblo al que se dirige Lizzy y sus cuatro acompañantes, no existe.

J.R.- Pues no, no existe. Y si le puse nombre de santo fue para santificarlo de alguna manera. (Risas)


M.G.- Pues te ha quedado bonito, la verdad. Parece un sitio muy agradable.


J.R.- Bueno, todo es como una especie de alegoría al Mago de Oz.


M.G.- En esta novela hay amor, pero también hay un asesinato del que se va dando información muy poco a poco, y eso genera mucho suspense en el lector.

J.R.- Yo empecé escribiendo thrillers, en los que no había ni un solo beso, ni una sola relación amorosa. Era un género que me gustaba mucho, y mi primera novela la publiqué con Suma de Letras. Si aterricé en la novela romántica fue por pura casualidad. Empecé a trabajar en una editorial, y había que buscar una línea con la que se hiciera caja. Nosotros publicábamos guías, obras de teatro,... Pero investigando y analizando los informes de ventas, nos dimos cuenta que lo que daba dinero de verdad era el género romántico. Al final terminé cayendo yo mismo en ese género. Pero como el thriller me gusta, en todas mis novelas románticas siempre presento un misterio que hay que resolver.

M.G.- Es un novela coral pero los personajes que ostentan más protagonismo son Lizzy y John. ¿Cómo te han salido estos protagonistas?

J.R.- Lizzy es una mujer que ha intentado llevar hacia delante su vida, incluso en contra de los deseos de su familia. Nunca ha conseguido romper las expectativas que se tienen de ella. Su padre siempre ha querido que se dedicara a la banca y al derecho. A Lizzy le tienen que pasar cosas muy tremendas para romper definitivamente con su familia y hacer lo que quiere.

Y John es el contrapunto adecuado. Es un hombre que ha ido un paso más lejos. Después de una vida ejerciendo la profesión que quería su padre, ahora recorre el mundo con su furgoneta Rosemary. John lo ha dejado todo atrás y en lo único que piensa es en vivir todo aquello que la vida le depare. En ese punto vital, el amor puede llegar a revolucionar la vida de cualquiera. El amor no es algo que surge cuando le das a botón. El amor llega a tu vida, te cae encima, como al que le cae un cubo de agua, y generalmente, en el momento más inoportuno.

M.G.- Y luego tenemos al resto de personajes: Eve, Ana y Giacomo. No son meros secundarios, sino que tienen su parcela de protagonismo y su propia historia de amor.

J.R.- Pues sí. Al principio me planteé contar la historia de manera completa, empleando un narrador omnisciente. Pero estos personajes secundarios eran tan potentes.... Eve es esclava de su belleza. Todo el mundo la ha valorado siempre por su aspecto físico, porque es espectacular y despampanante.  Se ha enamorado de un hombre que no ha visto nunca, y que solo la puede valorar por su interior. Por su parte, Ana ha hecho siempre lo que su padre ha querido. Ahora que ha fallecido, es hora de retomar las riendas de su vida e ir en busca de su destino. En cuanto a Giacomo, él es la representación del amor platónico. Es un hombre que lleva 50 años enamorado de una mujer, a la que solo ve una vez al año. 

Estos personajes me han servido para proyectar el amor de Lizzy, pero salieron tan potentes, que llegaron a eclipsar a Lizzy en muchos momentos. Por eso, me decanté por un segundo narrador, con el que Lizzy habla de forma apelativa con Darcy, el hombre que causa su desgracia.

M.G.- A mí estos amores, todos, me han gustado muchísimo. Cada uno de los personajes tiene una historia preciosa. Pero que ahora hablas del segundo narrador, en la novela hay alternancia de capítulos y se puede leer como dos novelas distintas, ¿verdad?

J.R.- Sí. Se puede leer como novelas independientes. Mi editora me sugirió unas mejoras que me vinieron muy bien. Uno de los consejos que me dio fue ordenar de forma cronológica, las intervenciones de Lizzy y Darcy. Cuando yo presenté la novela al premio, todo eso estaba desordenado. Ese desorden provocaba más misterio en el lector, pero también más desconcierto y confusión. Creo que reordenar esa parte fue una decisión muy acertada porque la novela ha ganado en coherencia.

M.G.- Para ir terminando José. En tu cuenta de Pinterest has colgado fotos de actrices y modelos que encajan muy bien con la descripción de los personajes. Es una manera de poder ponerles cara. 

J.R.- Eso lo llevo haciendo hace mucho tiempo. Recuerdo que en mis primeras novelas, me liaba con las descripciones físicas de los personajes. Si la protagonista era rubia con los ojos azules en la página veinte, le cambiaba el color de los ojos diez más páginas más adelante. Y cuarenta páginas más, se convertía en morena. Me liaba mucho porque, además, escribo más de una novela a la vez. Llega un momento en el que tengo tal cacao de personajes en la cabeza, que voy mezclando los personajes de una historia con la de otra. Para evitar que me siguiera pasando eso, me busqué una imagen por cada personaje, una foto de una actriz, de un modelo... que se pareciera al personaje que yo tenía en mi cabeza. Y voy colocando esas fotos en mi tablón de trabajo de tal modo que, cada vez que tengo que hablar de algún rasgo físico, miro la foto. 

Además, cuando estoy en pleno proceso de escritura, no puedo leer ficción, porque se me suele pegar el tono. Así que sustituyo la lectura  por la música. Me encanta escuchar música. Y cuando estoy escribiendo, suelo escuchar esas canciones que me ayudan a contextualizar la historia. Luego compongo una lista de Spotify. Son herramientas de trabajo que luego pongo a disposición de los lectores. 

M.G.- Es material adicional que gusta mucho. Y hablando de lecturas, ¿qué sueles leer?

J.R.- Leo absolutamente de todo. Soy un devorador de libros. Ahora mismo estoy leyendo Ellos de Francine Du Plessix Gray, una novela maravillosa. No tengo ningún límite en cuanto a género. Incluso leo ensayo. Me considero lector antes que escritor.

M.G.- De acuerdo, José. Pero tú sigue escribiendo porque, a mí me ha gustado esta novela y creo que ha sido un estreno bastante agradable. Te seguiré bien la pista.

J.R.- Muchas gracias, Marisa. 

Sinopsis: Llamarse Lizzy apellidándose Bennet fue una casualidad, pero esta anécdota ha marcado su vida desde niña, desde el momento en que decidió guiar su conducta por el código moral de la protagonista de Orgullo y prejuicio, la otra Lizzy Bennet: honor, libertad, coherencia.

Pero algo tuvo que salir muy mal, porque con treinta años recién cumplidos, esos tres principios se han volatilizado: la prensa la considera un monstruo, la policía la persigue, y ella no cree en nada que no sea atravesar el país y llegar a San Cayetano, la capital del sur, donde debe llevar a cabo su última misión antes de acabar entre rejas.

En medio de esta huida, un accidente de tráfico la hace coincidir con John, un tipo que le desagrada al instante, y a quien solo quiere quitarse de encima. Aunque esa tarea no será fácil. John está decidido a recuperar lo que es suyo, y para conseguirlo la perseguirá, si hace falta, hasta el final del mundo.

Así, Lizzy se embarca en una travesía por carretera a lo largo de un país mágico, con la policía pisándoles los talones y unos extraños compañeros de viaje: Eve, enamorada de un hombre al que no conoce; Giacomo, que como cada año desde hace cincuenta y tres va en busca de su amada para pasar juntos una sola noche a la luz de la luna; y Ana, que ha decidido retomar su vida donde la dejó casi cuatro décadas atrás. Y por supuesto John, pues lo que empieza siendo una cuestión de orgullo, derriba todos sus prejuicios hasta hacerla comprender qué es de verdad el amor.

Moteles de carretera, comunas nudistas, grupos de terapia, serrerías perdidas en el bosque y un destino incierto los aunará a todos bajo la magia de una canción, justo cuando sus vidas deben enfrentarse a su destino.


miércoles, 29 de julio de 2020

OFRENDA A LA TORMENTA (THRILLER - 2020)

Ofrenda a la tormenta", el final de la trilogía del Baztán en ...
Año: 2020

Nacionalidad: España

Director: Fernando González Molina

Reparto: Marta Etura, Susi Sánchez, Elvira Mínguez, Leonardo Sbaraglia, Benn Northover, Paco Tous, Carlos Librado, Pedro Casablanc, Álvaro Cervantes, Ana Wagener, Imanol Arias, Marta Larralde, Alfredo Villa, Eduardo Rosa, Iñigo de la Iglesia

Género: Thriller

Sinopsis: Ha pasado ya un tiempo desde que la inspectora Amaia Salazar se enfrentó a su madre. Pero a pesar de que tanto la Guardia Civil como el juez Markina dan por cerrado el caso, Amaia siente que no está libre de peligro. La muerte súbita de una niña en Elizondo resulta sospechosa y los análisis forenses llevan a Amaia a investigar otras muertes de origen similar que conducirán a la inspectora a la resolución final de los sucesos que han asolado el valle de Baztán. Tercera entrega de la 'Trilogía del Baztán', basada en las novelas de Dolores Redondo.

[Fuente: Filmaffinity]



Esperábamos este estreno en Netflix como agua de mayo. Sabíamos que el cierre de la Trilogía del Baztán no iba a tardar mucho. Legado en los huesos, estrenada en cines a finales de 2019 y accesible en Netflix la pasada primavera, y esta última entrega, se rodaron de manera simultánea. Así que, desde esta semana, tenemos Ofrenda a la tormenta disponible en la plataforma. Por fin, podemos saber qué más le va a pasar a la familia Salazar, qué nueva investigación espera a la inspectora Amaia, y quién está detrás de todos los crímenes que se han cometido en el valle del Baztán.



Antes de comenzar a hablar de esta película, hago propósito de enmienda para no desvelar nada crucial, para no hacer spoiler, pero es complicado cuando se trata de la tercera parte de una trilogía en la que, prácticamente todo está vinculado con las anteriores. Así que, si no has visto El guardián invisible y Legado en los huesos, ¡cuidado!


Valentín Esparza es detenido por el asesinato de su hija, un bebé de cuatro meses. En el velatorio, intenta robar el cuerpo de la niña y huir con él. Tras una persecución, consiguen reducirlo y recuperar a la pequeña para darle sepultura. "Tengo que acabar con esto", grita Valentín una y otra vez. Más tarde, en el interrogatorio, pronuncia un nombre, Inguma, "uno de los demonios más antiguos de la mitología. Mata a la gente mientras duerme y provoca la muerte súbita de los bebés, robándoles el aliento". A partir de aquí, la investigadora Amaia Salazar (Marta Etura) tiene que volver a enfrentarse al asesinato de bebés, a las leyendas de una tierra rica en mitos, a las creencias antiguas que hablaban de brujas y demonios, a los que se les hacía ofrendas. La inspectora tratará de desmadejar una trama que, en esta tercera entrega, arrastra los enredos de las anteriores. 

Como ya mencioné en Legado en los huesos, es  necesario que el espectador mantenga fresca en su memoria el argumento de las películas previas, para comprender lo que ocurre en Ofrenda a la tormenta. Especialmente porque el guion no está pulido. Me pasó con la película anterior. He notado que hay cosas que no se explican con la suficiente profundidad, lo que sería muy importante para darle mejor empaque a la trama. Ofrenda... es ese pozo en el que convergen todos los hilos argumentales, desarrollados con anterioridad. Debería fluir todo de manera ágil pero, hay momentos en los que he sentido una pequeña confusión. Pensé que era cosa mía, pero he mirado opiniones de otros espectadores, y son muchos los que apuntan a un guion mal estructurado. En esta película, Salazar, no solo tiene que investigar nuevas muertes, sino que estas guardan conexión con las producidas en el pasado. Esas conexiones, así como las alusiones a hechos y personajes pasados deberían estar nítidamente explicadas. Y no siempre es así. Y es que, en esta película tienen continuidad varios hilos que proceden de las entregas anteriores. Por ejemplo, la segunda parte de esta trilogía terminó con la desaparición de una persona importante en la vida de Amaia. En este cierre, se sigue investigando dicha desaparición, y tratarán de localizar a esa persona. 

Por otra parte, un personaje detenido y encarcelado en la película previa, tendrá parte de protagonismo en esta. Lo mismo ocurre con Elena Ochoa, la amiga de Rosario, madre de Amaia, a la que la inspectora acudirá nuevamente en busca de información sobre las actividades del peculiar grupo del que formaban parte tiempo atrás, y para conocer el lugar donde realizaban sus cultos y rituales. 

Para continuar con las investigaciones, la inspectora cuenta con su equipo de siempre. Jonan, Montes y Goñi serán sus ojos y sus manos. A ellos se les une el juez Markina (Leonardo Sbaraglia), cuyo protagonismo en Legado... fue exiguo. Sin embargo, en esta última parte tendrá el protagonismo que le corresponde. Lamentablemente, me sigue resultando extraño un juez navarro con acento argentino. 

En cuanto a los más secundarios, la tía Engrasi tiene menos papel en esta ocasión. Ahora que me había reconciliado con ella, la mujer no tiene tanto protagonismo como en las anteriores. 

Pero claro, estamos ante uno caso, aunque vinculado a los anteriores, y deben aparecer nuevos personajes. Por ejemplo, Yolanda (Marta Larralde), una mujer que también perdió a sus hijos en extrañas circunstancias y trata de vengarse. Ella me va a dar pie a explicar lo que no me ha gustado de esta parte. Y es que, para desarrollar su parte en la trama, hay que hacerla poco menos que experta en Goma-2. A ver, siempre digo lo mismo, que experta puede ser, pero es como una pieza de puzle que nos empeñamos en encajar en un hueco que no le corresponde. Esa cualidad de este personaje, que se justifica de pasada, no me convence.

De nuevo, sigue sin convencerme la relación de pareja entre James y Amaia. En las reseñas previas decía que sus diálogos me parecían muy artificiales. Es una sensación mía, pero que se agranda cuando escucho a Etura hablar en inglés. No es que pronuncie mal. Simplemente tengo la sensación de que no está cómoda. Además, en esta ocasión James tiene un drama personal que lo obligará a viajar a Estados Unidos. En realidad, no es más que un truco del almendruco para dar pie a otro suceso que va a ocurrir en la vida de Amaia. Pero a mí me parece, que lo que ocurre, podría suceder igualmente sin enviar a James a su tierra. 

Aunque dramas personales que aderezan la parte policíaca hay unos cuantos. El juez Markina arrastra lastre desde la infancia. E incluso, la propia Flora esclarece un episodio de su pasado. 

Eso sí, adoro a Jonan. Tiene una relación preciosa con su jefa. Entre ellos, se percibe el respeto que hay que tener a la jerarquía, pero también existe mucha complicidad. Para mí, una de las escenas más bonitas y más creíbles es la que Amaia protagoniza junto a Jonan, en un momento durísimo para la inspectora, una secuencia en la que he visto realmente a la Etura que me gusta. 

Pero permitidme que siga desgranando aspectos que no me han gustado. Decidme si es tan fácil que una persona ajena, se mueva por las instalaciones de un mortuorio como Pedro por su casa. No me gustan las cosas que ocurren con excesiva facilidad. Pierden mucha credibilidad y me hacen sentir estúpida.

Debo señalar también el misterio que gira alrededor de un amigo de Amaia. Algo ocurre con este personaje, algo que, a priori, podía tener relación con la investigación, pero queda ahí colgado como un fleco suelto muy visible.

También he tenido problemas de sonido. Había veces que no comprendía lo que decían los personajes, que pronunciaban sus frases con una vocalización poco definida. He tenido que avanzar y retroceder en más de una ocasión, para conseguir oír lo que decían. 

Vale, sé que estoy mencionando muchas cosas negativas pero Ofrenda a la tormenta sigue teniendo una magnífica ambientación. Vuelve a llover muchísimo. La niebla vuelve a cubrir el valle. El silencio y la soledad vuelve a apoderarse de las calles de Elizondo. Toda esta puesta en escena, como la fotografía, son para mí los puntos fuertes de una trilogía cinematográfica que, estoy convencida no hace justicia a la literaria. 

Aún así, la película me ha gustado. Me ha parecido entretenida, como ya me parecieron las anteriores, aunque esperaba mucho más de esta trilogía. Quizá es un poco larga, y tal vez, en esta he advertido algo más de confusión en su guion. Pero también es cierto que la historia se ha ido volviendo más compleja con cada entrega. En cualquier caso, cuenta con un desenlace que yo no vi venir, un final que cierra en semi círculo y es que, una llamada de teléfono pone en evidencia que hay algo más. 

Poco más os puedo decir sin destripar el argumento. Sé que hay algunos espectadores que esperaban más de estas películas. Sobre todo si han leído las novelas, pero no están mal. Aunque hay cosas que chirrían o merecían mayor atención y pulido, resultan entretenidas y amenas. Siempre es agradable viajar al norte de España, para adentrarnos en un valle lleno de misterios, en una familia con mucho pasado y un entorno maravilloso para la vista. Si tienes la oportunidad, no dejes de verlas. Pero hazlo sin expectativas. Creo que es la mejor manera de disfrutarlas. 

Dejo aquí el enlace a las reseñas de El guardián invisible y Legado en los huesos





Tráiler:   



martes, 28 de julio de 2020

EDURNE CADELO: 'Me costaría mucho escribir un final que no fuera feliz'

Ayer hablaba de las novelas feelgood, de lo bien que sientan en esta época del año, tan divertidas y simpáticas. Generalmente, narran historias llenas de humor, convirtiendo nuestro momento de lectura, en un estupendo rato de entretenimiento. Pues bien, no podemos olvidarnos del chicklit, un género bajo el que se incluyen novelas con una dosis alta de romance, protagonizadas principalmente por chicas jóvenes, contemporáneas, muy de su tiempo, y que, por regla general, cuentan con un final feliz. Si hace unos años, era un género eminentemente femenino, hoy en día cada vez son más los lectores masculinos que se acercan a este tipo de lectura, buscando un momento de evasión.

Cuando pensamos en chicklit, se nos viene a la mente nombres de escritoras ya consagradas. Pero a esa lista, cada vez se van uniendo más nombres. Es el caso de Edurne Cadelo, una joven santanderina que ya lleva cinco novelas publicadas. Comenzó como lo hacen otros tantos escritores, dando a conocer sus historias a través de la auto-publicación. La frescura de sus historias llamó la atención de Espasa, con la que recientemente ha publicado Nora y su vértigo constante

Hablamos con la autora para daros a conocer a este nuevo rostro del chicklit.


[Fuente: Dossier Prensa]
Marisa G.- Edurne, llevas cuatro novelas auto-publicadas. Me gustaría saber cómo llegaste a las manos de Espasa.

Edurne C.- Como bien dices, he auto-publicado cuatro novelas previas. En febrero de 2018, publiqué la bilogía de Lía: Lía, aquí y ahora y Lía, ahora y siempre. Fue un regalo que me hice por mi cuarenta cumpleaños. La historia gustó tanto y llegó a tantas lectoras, que me animé a seguir escribiendo. Así que, en noviembre de 2018 publiqué Oli busca el mar y en junio de 2019, El camino de Gala. Fue entonces cuando recibí la llamada de Espasa. Me hizo mucha ilusión que una editorial se fijara en mí. Quedé con la editora en Madrid y charlamos sobre la siguiente historia que ya tenía en mente, esta de Nora. Decidí trabajar con ellos. Para mí, ha sido un paso muy importante. Es muy distinto hacerlo todo una misma que tener la maquinaria de una editorial trabajando para ti.

M.G.- Publicas tu primera novela con una editorial y te pilla el coronavirus. ¿Cómo te ha afectado?

E.C.- Me cogió muy a contra pie. El libro tenía que salir el 17 de marzo pero el sábado anterior se paralizaron todas las publicaciones. Y ahí se quedó Nora, a las puertas de salir a la calle. Han sido unos meses durillos, especialmente las primeras semanas, pero por fin ya está en mano de los lectores.

M.G.- ¿Y esta novela sigue la misma línea de las anteriores?

E.C.- Sí, sí, es chicklit. Tiene un poco de todo, como humor y drama, aunque el hilo principal es una historia de amor. La protagonista es Nora, pero también hay personajes secundarios con mucha fuerza. Creo que es una novela muy completa.

M.G.- Para los que no sepan de qué va tu novela, ¿qué nos dirías del argumento?

E.C.- Pues que Nora es una mujer viuda de 41 años. Perdió a su marido hace dos años, en un accidente. Tiene una hija, Lara, de 14 años. Nora ha estado viviendo en la burbuja que crearon para ella, siempre a la sombra de su marido y de su familia, pero cuando su marido fallece, ella cae en un profundo letargo, sobreviviendo más que viviendo. Pero poco a poco, y animada por su mejor amiga Úrsula, entiende que tiene que mirar hacia delante y que debe intentar buscar su propio camino otra vez. Al mismo tiempo, su hija decide irse a  estudiar a Londres, y Nora se muda con ella. Allí tratará de encontrar la felicidad. 

M.G.- La palabra "vértigo" en el título ya nos da una pista sobre el tipo de persona que es Nora.

E.C.- Es un personaje con el que, probablemente, muchas lectoras se pueden sentir identificadas o también puede ocurrir que vean en Nora un reflejo de alguien a quien conozcan. Nora es tímida e introvertida. Es una mujer metódica y organizada, pero está llena de miedos y dudas.

M.G.- ¿Y qué relación mantiene con su hija? Ya sabemos que las relaciones entre padres y adolescentes no son siempre fáciles. 

E.C.- Para su edad, Lara es una niña muy madura. Ella es la primera interesada en que su madre comience a salir más, en que abra su círculo de amistades. Se podría decir que Lara ve las cosas mucho más claras que su madre.

M.G.- Entiendo que ese viaje a Londres es también un viaje que le sirve a Nora para reencontrarse a sí misma, para mirarse de frente.

E.C.- Exacto. Para Nora, el viaje a Londres es una oportunidad para volver a recuperar la libertad que no ha tenido en años. En Londres partirá de cero, comenzará  una nueva vida, y tendrá la ocasión de volver a escribir, volver a trabajar y así, podrá relacionarse con gente nueva. 

M.G.- Generalmente los autores vuelcan parte de sí mismos en sus personajes. No sé si Nora tiene algo de ti.

E.C.- Mis primeras protagonistas sí tenían muchas cosas de mí. En ellas volqué muchos de mis sentimientos y mi forma de pensar. Sin embargo, con Nora he empleado mucho la imaginación, aunque sus miedos y sus dudas son fácilmente reconocibles en cualquier mujer.



M.G.- ¿Y qué me cuentas de los personajes masculinos? 

E.C.- Alan es un hombre de treinta y cinco años. Él se define como un alma libre, que solo quiere divertirse y ser feliz. Ha sido modelo, aunque ya no hace pasarela sino publicidad. Estudió Bellas Artes y ha comenzado a dar clases en una escuela de Arte. El destino hará que se cruce con Nora. Son dos personas completamente distintas. En su forma de pensar y de ver la vida, no tienen nada que ver. Sin embargo, descubrirán que tienen más en común de lo que parece. 


M.G.- Has mencionado a Úrsula, la mejor amiga de Nora, la que la apoya siempre. ¿Úrsula es esa amiga que todas quisiéramos tener?

E.C.- Sí. Hay lectoras que me piden una Úrsula con el libro. Bueno, también las hay que me piden un Alan (risas). Úrsula es un personaje que aporta mucha riqueza a la historia. Es muy decidida, muy entregada y tiene una boca sin filtro. Ella me ha permitido decir todo lo que no he podido decir a través de Nora. Es incombustible, una amiga de verdad, para lo bueno y para lo malo, y muy distinta a Nora. 

M.G.- Este tipo de novelas suelen tener un final feliz. 

E.C.- Siempre soy de finales felices. Me costaría mucho escribir un final que no fuera feliz. Y como lectora de este género, no concibo una novela que no acabe en felicidad. 

M.G.- Te  he escuchado hablar de lo que tú defines como amor del bueno. ¿Qué es exactamente?

E.C.- Esa expresión viene de un diálogo que tuvieron los protagonistas de la bilogía de Lía. El amor del bueno es ese que a ratos es suave, y a ratos salvaje. Me gusta mostrar un amor que no sea siempre rosa, ni edulcorado, sino que tenga pasión, entrega,...

M.G.- Es decir, que la novela tiene escenas tórridas, escenas subiditas de tono, ¿no?

E.C.- Sí. Hay escenas en las que narro de forma explícita, los encuentros sexuales entre Alan y Nora. Los encuentros están contados al detalle. Me gusta escribir así, sin que resulte repetitivo. No es una novela erótica propiamente pero sí hay mucho sexo. Y como lectora, también me gusta leer este tipo de escenas en los libros.  

M.G.- Hay sexo, amor y familia. ¿Qué más temas se tocan en esta novela?

E.C.- Por ejemplo, la conciliación. Nora dejó de trabajar para cuidar de su hija cuando nació. Y por otra parte, también se habla mucho de la amistad, de esa familia que tú sí puedes elegir. Los amigos son muy importantes. 

M.G.- Las etiquetas siempre sobran pero cuando se habla de chicklit es inevitable relacionar el género con el sexo femenino. ¿Tienes lectores masculinos?

E.C.- Sí que tengo pero, sin duda, la mayoría de mis lectores son chicas. Por eso, en las entrevistas hablo siempre de mis lectoras. Pero me encanta que me lean los chicos. Muchas lectoras me han contado que le piden a sus parejas, que lean partes de la historia. O también que hay muchos chicos que le preguntan a sus chicas qué están leyendo, porque las ven con una sonrisita en la boca. 

M.G.- ¿Y algún chico te ha hecho algún comentario, después de leer esta novela?

E.C.- Bueno, la ha leído mi marido durante el confinamiento y le ha gustado. A él también lo he pillado alguna vez con la sonrisita picarona. Pero los chicos se suelen quejar de mis personajes masculinos. Dicen que les pongo el listón muy alto, y que sus parejas se llevan una decepción cuando entran en comparaciones.

M.G.- Bueno, eso pasa también en las películas románticas. Te ponen a unos protagonistas muy estupendos y luego, miras a tu pareja que está sentado a tu lado, y es inevitable comparar. (Risas).

E.C.- Claro. Pero, dentro de lo que cabe, intento que mis personajes sean lo más realistas posible, pero también tengo que darles algún tipo de aliciente. 

M.G.- Y has comentado que acostumbras a leer este género. ¿Cuáles son tus referentes?

E.C.- Para mí, la número uno es Beta Coqueta. Creo que es la reina del chicklit en estos momentos. Pero también me gusta mucho Marian Keyes o Andrea Longarela, que alterna la publicación tradicional con la auto-publicación.

M.G.- Creo que la novela cuenta con una lista de Spotify, ¿verdad? 

E.C.- Sí, sí, una lista en la que hay todo tipo de canciones. La música me sirve para salir de los bloqueos o para arrancar algún capítulo. Creo que todas las canciones encajan muy bien en esos momentos concretos de la narración.

M.G.- Y para finalizar, ¿qué le dirías a tus lectores potenciales?

E.C.- Que le den una oportunidad a Nora, porque es una lectura amena y perfecta para esta época.

M.G.- Estupendo, Edurne. Pues te deseo mucha suerte y que sigas escribiendo con mucho éxito.

E.C.- Gracias a ti. 


Sinopsis: Eleonora, Nora para los amigos, tiene 41 años, una hija de casi 15, Lara, y siente que su vida ya ha dado de sí todo lo que podía dar. Se casó con Fernando, su novio de la universidad, pues un embarazo inesperado hizo que abandonara su trabajo de periodista y se resignara a cuidar de su niña y a vivir a la sombra de su exitoso marido y sus pudientes suegros. Esta trayectoria se quebró bruscamente el día en el que Fernando murió en un accidente.


Dos años después, Lara está a punto de marcharse a hacer un curso en Inglaterra. Espoleada por su mejor amiga, la incombustible Úrsula, Nora decide mudarse a Londres para estar cerca de su hija, reemprender su carrera de periodista freelance y escribir una novela. Instalada en un precioso apartamento en Notting Hill,  su casero es un modelo reconvertido en pintor con el que saltan chispas desde el primer encuentro.

Durante esos meses sola, Nora recuperará su independencia, sus ganas de hacer cosas, hará amigos y, por supuesto, se embarcará en una historia que, a pesar de sus esfuerzos por mantenerla domesticada, pondrá su mundo del revés.


lunes, 27 de julio de 2020

COSTA AZUL de Mamen Sánchez


Editorial: Espasa
Fecha publicación: Junio, 2020
Precio: 19,90 €
Género: Narrativa
Nº Páginas: 296
Encuadernación: Tapa  blanda con solapas
ISBN: 9788467058819
Disponible en eBook y Audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]


Autora

Mamen Sánchez es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense y ha realizado cursos de pos-grado en Historia y Literatura en la Sorbona, Londres y Oxford. Es directora adjunta de la revista ¡Hola! y directora de ¡Hola! México. Está casada y tiene cinco hijos. 

Ha publicado tres libros infantiles y las novelas Gafas de sol para días de lluvia, Agua del limonero, Juego de Damas, La felicidad es un té contigo, uno de los mayores éxitos editoriales del 2013 (editada en Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania entre otros muchos países), Se prohíbe mantener afectos desmedidos a la puerta de la pensión, La flor y nata y La hora de las mujeres sin reloj.

Sinopsis

Bélgica, julio de 956: según se rumorea en todo el país, desde las peluquerías a los despachos oficiales, el joven rey Balduino, tímido y soltero, mantiene un romance con su madrastra Llian de Rethy. Esta situación hace que la monarquía se tambalee y se vuelve crítica cuando los dos "sospechosos" realizan un viaje a la Costa Azul.

El primer ministro tendrá que enviar a Niza a Pierre Pierlot, su mejor agente supersecreto. En principio, nada debería salir mal y, sin embargo, la misión se convierte en un puro disparate cuando en el plan para espiar a la real pareja se cruza una aristocrática mujer, lamentablemente tan hermosa como intrigante.

Una novela sobre situaciones inesperadas que provocan encuentros inevitables... porque muchas veces, la improvisación no es sólo el único recurso, sino también el mejor.

[Información tomada directamente del ejemplar]




Me contaba Mamen Sánchez hace unos días, que su editora dice que este año necesitamos ración doble de verano. No puedo estar más de acuerdo. En este estío descafeinado en ocio y turismo, porque en calor vamos bien servidos, en el que nos hemos visto obligados a cancelar viajes, restringir nuestra movilidad, cambiar planes playeros por otros urbanitas, caminar por la calle luciendo mascarillas y reducir a mínimos el contacto físico, hay que buscar refugio en todo lo que nos resulte refrescante. Y creo que, la palabra refrescante, es la que mejor define  la nueva novela de Mamen Sánchez. La autora madrileña nos tiene acostumbrados a historias divertidas, entretenidas, disparatadas, en las que los personajes, que también tienen su corazoncito, tendrán que enfrentarse a multitud de situaciones alocadas, que despertarán una sonrisa en el lector. Así es Costa Azul, un chapuzón en una piscina de aguas cristalinas, que nos ayudará a olvidar por un rato, los estragos del calor, el bochorno y la apatía que nos ha inundado en estos tiempos de coronavirus.

La  novela parte de una premisa real. Tal y como se menciona en la sinopsis, en el verano de 1956, la sociedad belga sufrió una convulsión cuando por las calles del país corrió el rumor de que el joven rey Balduino de Bélgica tenía un affair con su madrastra, Llian de Rethy, la segunda esposa de su padre, el rey Leopoldo III. Por entonces, él tenía veinticinco años, mientras que ella estaba a punto de cumplir los cuarenta. Algunas informaciones hicieron saltar las alarmas, y el gobierno trató de evitar que la noticia se extendiera y llegara a los medios de comunicación. Ahí quedó la cosa. El rumor se acalló con los años, especialmente cuando el rey Balduino conoce y contrae matrimonio con la española Fabiola de Mora y Aragón. 

La princesa Lilian y su hijastro, el rey Balduino de Bélgica.
[El rey Balduino y su madrastra. Fuente: Diario de Sevilla]

No obstante, la noticia ocupó los medios de comunicación cuando, en 2019, se desvelan los diarios personales de Achille van Acker, el que fue Primer Ministro en Bélgica, desde 1946 a 1958. Es esta la noticia de la que Mamen Sánchez parte para construir Costa Azul, una novela que mezcla personajes de ficción con personajes reales, y que conseguirá adentrar al lector en una lectura amable y divertida.

Costa Azul se inicia con Achille despachando los últimos asuntos antes de marchar de vacaciones con su esposa Anna. Sin embargo, un cotilleo altera un tanto los planes iniciales. Según Anna, en las peluquerías de todo el país se rumorea que el rey Balduino y su madrastra están a punto de emprender un viaje juntos a la Costa Azul, sin la compañía del rey Leopoldo. Pretenden alejarse de Bélgica y tomarse unas vacaciones para dar rienda suelta a su pasión. Allí se alojarán en una villa de ensueño, villa Ephrussi de Rothschild. Para indagar la veracidad de los rumores y ponerles freno en caso de ser cierto, lo que supondría un auténtico escándalo para la corona belga, Achille envía al agente secreto Pierre Pierlot a Niza. Allí tendrá que pasar desapercibido, y fingir una nueva identidad. Tendrá que hacerse pasar por un empresario millonario en viaje de negocios, alojarse en el famoso Hotel Negresco, vigilar en todo momento a la pareja y comunicar los avances de la investigación a Achille. No obstante, durante las labores de vigilancia, Pierre conoce a Gúdula, una aristócrata belga, en circunstancias un tanto misteriosas. El encuentro da un giro a la investigación, con lo que el asunto real queda en un segundo plano. A partir de este punto, el argumento se convierte en una comedia de enredo, una historia llena de aventuras y malentendidos, con mensajes encriptados, nombres claves y fiestas de disfraces que darán lugar a más de una situación divertida.

Costa Azul consigue que pases un rato la mar de entretenido. Como digo, es una novela fresca, en la que es inevitable rememorar algunas películas de corte clásico como Atrapa a un ladrón. En algún momento, los personajes me han recordado a Mr. Bean, a Peter Sellers, o algún otro actor cómico, y es que el humor es una constante en toda la novela. No es una novela para desternillarse, pero sí te coloca una sonrisa en los labios a largo de toda la lectura.

Por otra parte, la narración está salpicada de hechos reales. Referencias a la boda real entre Grace Kelly y Rainiero de Mónaco o al viaje de la reina Isabel Gabriela de Baviera a Varsovia, para acudir a un concierto de Chopin, le dan un toque de verosimilitud muy interesante al texto. Eso, por no hablar de la ambientación. Todo lo relativo al estilo de vida en la Costa Azul, la atmósfera que se respiraba en esos años, la forma de vestir, las fiestas, el glamur, está muy bien recreado. Incluso las villas, como Ephrussi de Rothschild, son reales y puedes buscar información en Internet.


[Fuente: Canal Youtube AboutTravel]


En cuanto a los personajes, Costa Azul es una novela muy coral.  Los personajes principales serán Pierre Pierlot y Gúdula, ambos ficticios.

Pierre Pierlot es un anodino funcionario del Estado, que fue miebro de la Resistencia, y ahora trabaja para el Servicio de Inteligencia belga. Se describe como un joven de frente ancha, que se peina con la raya a un lado y luce un discreto tupé. Tiene "unos labios gruesos, carnosos, que se ensanchaban hasta el infinito cuando los abría en una de sus irresistibles sonrisas". Su vida se reduce al trabajo y a su madre. Aunque hubo o hay alguna mujer en su vida, las del pasado se mencionan poco. Actualmente no tiene pareja estable, ni está casado.

Gúdula es una aristócrata hermosa, enigmática y con mucho carisma. Ella será la que introduzca al lector en una trama de tráfico de arte, que supone un segundo hilo narrativo en la novela. 

Agatha, madre de Pierre, es una adorable mujer que vive en un pueblecito apacible. Tiene dos gatos, Fred y Ginger, y guarda un curioso secreto en relación con la identidad del padre de Pierre. Tiene un vecino, Philippe Depée, un antiguo agente secreto del que el gobierno se ha olvidado, un veterano de la Resistencia, que mantiene una radio clandestina en su cobertizo. Ambos darán pie a una serie de malentendidos muy divertidos. 

Entre los personajes reales que tienen bastante protagonismo, figuran en primer lugar el Primer Ministro Achille van Acker. Es un hombre de 58 años, de rostro redondeado, doble papaga, orejas pequeñas, dientes alineados, "un frondoso bigote, hoyuelos en los mofletes, el pelo negro entreverado de canas y la frente ancha y despejada". Es una descripción que encaja perfectamente con cualquier imagen que podamos encontrar en la red. Es un ávido lector de novelas de espía y ama el cine bélico. Quizá por eso, es un tanto paranoico y cree ser el centro de diversas conspiraciones, sospechando que su despacho está lleno de micrófonos. 

El Primer Ministro tiene a Robert De Foy como mano derecha. Este es el jefe de los Servicios Secretos belga, del que depende directamente Pierre. Su esposa Marguerita y Anna son muy amigas y sus conversaciones también darán lugar a enredos y situaciones hilarantes. 

El rey Balduino retratado como un muchacho "demasiado pusilánime y tímido como para tomar las riendas" del país. "No era más que una marioneta, flacucha y miope". Aunque él era el portador de la Corona, quienes realmente manejaban el país era su padre y su madrastra.

Lilian de Rethy. Sabremos poco. Solo en las primeras páginas se menciona que es la mujer más odiada de Bélgica, de la que se decía que había manejado a su antojo a Leopoldo III, con el que se había casado en secreto por lo que obligó al Parlamento a formalizar la unión de la pareja, cuando ella ya estaba embarazada. 

Escrita en tercera persona, y dedicada a los héroes del 2020, un gesto que me parece maravilloso, Costa Azul posee un estilo muy desenfadado y directo. Cuenta con treinta y un capítulos, más un epílogo y una Nota de Autor, donde Mamen Sánchez nos aclara qué es real y qué no, en esta disparatada historia. Dado la temática y el género, es una novela de lectura muy ágil y dinámica, que te dura un suspiro, dejándote una sensación de buen rollo increíble, pues esta obra, como todas las que escribe Mamen Sánchez, se encuadran en lo que llamamos novelas feel-good, con final feliz. Así que, en este sentido, es una novela ideal para leer durante las vacaciones, ya sea en la playa, en el campo o en la ciudad. 

Poco más os puedo contar. Lo único que me queda por deciros es que, si buscáis una novela divertida y fresquita con la que pasar un buen rato, Costa Azul no puede ser más idónea.



Algunos libros y películas mencionadas en Costa Azul:

Rommel, el Zorro del Desierto (Henry Hathaway, 1951)
- Tener y no tener (Howard Hawks, 1944)
- El quinteto de la muerte (Alexander Mackendrick,1955)
- Escuela de sirenas (George Sidney, 1944)
- El mago de Oz (Víctor Fleming, 1939)
- Doctor Zhivago de Boris Pasternak (Editorial Cátedra,2005)




[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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