Editorial: Tusquets
Fecha publicación: marzo,, 2020
Fecha publicación: marzo,, 2020
Precio: 18,00 €
Género: Narrativa
Nº Páginas: 256
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 9788490667972
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[Disponible en eBook;
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Autor
Eduardo Mendicutti (Sanlúcar de Barrameda, 1948) es autor de más de quince obras, todas ellas publicadas con gran éxito de crítica y público, traducidas a numerosos idiomas y merecedoras de premios como el Café Gijón y el Sésamo. En 2017 recibió el Premio Pluma Literaria «por su trayectoria y su compromiso de visibilidad personal y profesional de la diversidad de las personas LGTB». Entre sus novelas se cuentan Siete contra Georgia, Una mala noche la tiene cualquiera, El palomo cojo y Los novios búlgaros, estas dos últimas llevadas al cine por Jaime de Armiñán y Eloy de la Iglesia respectivamente. Asimismo, ha publicado el libro de relatos Fuego de marzo y las novelas Yo no tengo la culpa de haber nacido tan sexy, El beso del cosaco, El ángel descuidado (Premio Andalucía de la Crítica 2002), California, Ganas de hablar y Mae West y yo. Tras Otra vida para vivirla contigo, publicó la descacharrante Furias divinas, y la memorable Malandar.
Sinopsis
Isabel es una anciana que le cuenta a Marta, su joven cuidadora, con reticencia y ataques de mal genio, algunos episodios de su pasado. En sus conversaciones la cuidadora descubre que Isabel ha tenido una vida llena de historias. Que sobrevivió a muchas calamidades en años difíciles, que tuvo que ejercer la prostitución y que conoció a muchos hombres. De todos ellos, Isabel guarda con especial cariño el recuerdo de un hombre, que fue delicado y atento con ella, y al que le devolvió el dinero con una nota: «Para que vuelvas hoy». Al día siguiente Isabel recibió un enorme ramo de flores con un mensaje: «Para Isabel, mi primer amor». Y para Isabel, ese hombre, del que nunca más supo, se convertirá en el amor de su vida.
Eduardo Mendicutti tenía que haber inaugurado la Feria del Libro de Sevilla en su edición 2020, el pasado 7 de mayo. En circunstancias normales, hubiéramos disfrutado de diez días de literatura, llenos de libros fabulosos, encuentros con autores y actividades culturas de todo tipo, que hubieran puesto de manifiesto el lema bajo el que se celebraba la feria este año: "Leer nos sienta bien". Sienta estupendamente, aunque somos muchos los lectores que estamos teniendo problemas de concentración en estos tiempos. En cualquier caso, la elección del autor gaditano para dar el pistoletazo de salida de la feria correspondía, en palabras de la organización, al enorme interés que Mendicutti ha suscitado siempre entre los lectores y la crítica especializada, “a la calidad de sus obras, su original manera de contar y su personal sentido del humor”. No pudo ser. Sin embargo, si cierro los ojos, puedo llegar a imaginarme cómo hubiera sido esa conferencia inaugural. Con la tarde cayendo, después de un día no muy caluroso, llegaría a Plaza Nueva, acompañada del sonido de los vencejos, que se mezclarían con el bullicio del numerable público y que estaría accediendo a la carpa, buque insignia de nuestra feria. Él, Mendicutti, hubiera llegado arropado por personal de su editorial y por miembros de la organización de la feria. Se hubieran producido aplausos, mientras el autor recorrería el pasillo central, que le conduciría a la platea donde un atril le esperaba. ¿Sobre qué hablaría? Cierra los ojos y escucha.
Para cuando despiertes, vengo a hablarte de su último libro, Para que vuelvas hoy, una novela de la que lo primero que tengo que decir es lo siguiente:
Tienes que leerla.
Me ha gustado mucho, muchísimo. He pasado unos días rodeada de recuerdos y nostalgia, acompañando a una anciana protestona, algo egoísta, deslenguada, vivaracha, pero llena de ternura. Nunca olvidaré a esta mujer con nombre de reina que, a lo largo de algo más de doscientas cincuenta páginas, me ha estado contado su vida.
Isabel Peñalber tiene ochenta y dos años. No sale nunca de casa porque ya no tiene cuerpo. Las noches y parte del día las pasa acompañada por Sani, la mujer que se encarga de las labores de la casa, de su alimentación, de atenderla en lo más básico. Pero a las cuatro de la tarde, Sani es sustituida por Marta, una joven veinteañera, voluntaria, con mucho espíritu de ayuda, y paciencia, que la acompaña por las tardes y le da conversación. A ella le contará parte de su vida, a través de unos diálogos divertidos, simpáticos, con abruptos principios, aunque el grueso del relato consistirá en un monólogo interior, en una narración introspectiva que transcurrirá entre sombras, en un duermevela, a lo largo del cual Isabel rememorará toda su vida.
Nacida en La Algaida, una colonia agrícola de Sanlúcar de Barrameda, junto a la playa de la Jara, Isabel vivió la trágica muerte de su padre al iniciarse la guerra, encerrado en el Castillo de Santiago antes de ser ejecutado. Quedaron las mujeres solas. La madre, que no podía oír noticias de la guerra, la hermana Lola, con la que tuvo algún encontronazo, la hermana Mila, que murió siendo muy joven, y la Peineta, el hermano de la madre, al que trataron de apedrear por ser homosexual. Marchó a Madrid para servir en una casa de "señores finolis", de donde se despidió después de tres meses para hacerse puta, con lo que ganaría el triple de lo que le pagaba doña Carmela. Y allí, en aquella ciudad, recorrió sus calles en busca de clientes, deseó ser madre y lo consiguió, tuvo perro al que puso de nombre Felipe, trabajó en el guardarropa del Chevrolet, sufrió con la muerte de Jacinta, y conoció a muchos hombres.
Fernando. Así se llamaba aquel hombre que un día se presentó con quinientas pesetas en el bolsillo, y el miedo metido en el cuerpo. Con él pasó una única noche, a él le dejó una hermosa nota, de él recibió un precioso ramo de flores, enorme y frondoso, donde destacaban las mimosas, tan bellas como las que florecían en el árbol junto a su casa de niña. Fernando marcó la vida de aquella mujer para siempre. Isabel marcó la vida de aquel hombre para siempre, aunque ella pensara que no.
"Fíjate, yo llevo toda la vida acordándome de él, y él seguro que no ha vuelto a acordarse de mí". [pág. 21]
Pero sí se acordó. Lo haría muchos años después, sin que Isabel supiera nada. Aunque terminará sabiéndolo...
En Para que vuelvas hoy hay historias duras. Los episodios de la guerra y la posguerra siempre vienen marcados por la tragedia. Escalofriante la historia de la Peineta que, en su lecho de muerte, decide poner sus cosas en orden. Y es que la vida de Isabel no fue fácil, aunque ella supo echarle arrojo cuando fue necesario. Entre revés y revés, también tuvo sus dichas. Encontró en su camino a un hombre bueno que la sacó de la calle y la puso al frente del guardarropas del Chevrolet. Y un día apareció Moisés, una de los grandes regalos de su vida. Ahora, en la vejez, no le gusta quedarse sola.
"Te quedas sola un sábado por la tarde y tienes la sensación de que llevas sola toda la vida" [pág. 149]
Como digo, me ha encantado leer esta novela. Ha sido como sentarse con un abuelo para escuchar sus batallitas, esas a las que no prestamos mucha atención, pero que contienen toda una vida llena de penurias y valores. Pero, en esta novela, no solo brilla el personaje y el relato de su existencia, sino que hay otras cuestiones que aportan un valor extra a la narración. Por un lado, me ha fascinado la manera en la que está narrada la historia. Mendicutti recrea a la perfección ese monólogo interior, ese mundo interno en el que todos nos sumergimos alguna vez, especialmente los ancianos que, llegados a una edad, viven más en su pasado que en su presente, con un runrún constante, como si su vida fuera una película que se proyecta en el interior de su cabeza. El mecanismo de la mente de un anciano, el ejercicio de la memoria que salta de aquí y allá es algo peculiar. Y mientras ellos están en su mundo, algo se activa en su mente, un recuerdo parece sacarlos de sus ensoñaciones. También a Isabel le pasa así y serán los momentos en los que un recuerdo, una palabra o un hecho inicie una conversación con Marta, pequeñas piezas dialogadas llenas de ocurrencias divertidas, anécdotas y confesiones que terminarán por escandalizar a la joven.
Por otra parte, Para que vuelvas hoy parte de una idea que me ha parecido original y sorprendente. Tal y como se cuenta en la Nota de Autor, el origen de esta novela tiene que ver con Marcos Ana, seudónimo de Fernando Macarro Castillo, el poeta español, nacido en un pequeño pueblo de Salamanca que, durante el franquismo, estuvo encarcelado durante 23 años. Acusado de delitos de los que siempre se declaró inocente, Fernando entró en prisión en 1939, a la edad de 19 años y, tras decretarse la amnistía, lo liberaron en 1961, cuando ya contaba con 42 años. ¿Qué hizo entonces? ¿Qué mundo se encontró? Escribió. En 2007 publica Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida (Editorial Umbriel), donde relata cómo fueron los años en prisión, la libertad recuperada y el exilio. Y es, entre estas páginas, donde Marcos Ana, donde Fernando, se acuerda de una mujer, la que le ayudó a perder el virgo a los 42 años, tras salir de la cárcel, a la que quería pagarle las quinientas pesetas correspondientes por el servicio, a la que le regaló un ramo de flores y dedicó las más tiernas palabras. ¿Quién era aquella mujer? ¿Qué se sabe de ella?
Eduardo Mendicutti supo que se llamaba Isabel Peñalber, con b y no con v, pero poco más, así que optó por construirle una vida, por hacerla nacer en tierras gaditanas, por enviarla a Madrid para servir en casa de doña Carmela primero, y para convertirla en prostituta después. Esa pequeña anécdota que Marcos Ana nos cuenta en su libro, Mendicutti la convierte en novela de ficción, centrando la narración en aquella mujer que se topó con un hombre cargado de timidez, que no sabía cómo actuar, ni qué hacer, ni cómo hacerlo y que, rendido, se echó a llorar, mientras ella lo acunaba y lo mimaba.
Y así pasa también con el lector, al que Isabel atrae hacia ella, lo sienta en su regazo y lo acuna, mientras le va contando retazos de una vida. Porque Para que vuelvas hoy es una novela que arropa, que engulle, en la que da gusto perderse. Es imposible no enamorarse de Isabel, un personaje maravilloso. A pesar de su edad, tiene un discurso claro y nítido. Algo caprichosa, protestona a ratos, un pelín egoísta en algún momento -como todo hombre en la vejez-, a Isabel no le falta sentido del humor, ni tiene pelos en la lengua, porque ella es una mujer "desvergonzada pero con mucho salero", como le dice Marta, a la que no deja de sonrojar una y otra vez con sus ocurrencias.
"...aquella preciosidad que yo era entonces, con aquella cara de niña pero con aquel cuerpo ya de mujer hecha y derecha, con aquellos ojos, con aquellos dientes un poquito apiñados pero no me importaba enseñar cuando me reía con toda la boca, aquella dentadura que a todos los clientes les parecía sexy, ya ves tú, que a muchos me parece que les daba un poco de miedo cuando me pagaban el extra por un francés." [pág. 25]
Mendicutti recrea muy bien el habla de esta octogenaria del sur, que usa esos términos coloquiales, modismos simpáticos que ya apenas se emplean, más que en determinados reductos. Palabras como espernancá o penqueo arrancan una sonrisa al lector, al que no le hará falta hacer ninguna búsqueda en el diccionario porque el mismo contexto le ayuda con el significado. Y esto por no hablar de su manera de referirse al sexo, al coito, a los genitales,... Es para adorarla.
Y acabo como empecé, animándoos a leer Para que vuelvas hoy, un novela en la que la homosexualidad tiene su parte de protagonismo, porque ha sido una lectura dichosa y placentera, de esas en las que al lector le gusta sumergirse, tierna y entrañable, para seguir conociendo la vida de una mujer que nos robará el corazón.
"Las sombras a veces calman, y dejan dormir. Son sombras que anestesian. Son pocas, una bendición. Siempre llegan sin esperarlas" [pág. 161]
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí:
Muy contundente la reseña. Se nota que es de esos libros que se ganan un lugar especial. Sin duda alguna el personaje se lleva todo el mérito o casi todo y se come la novela. Me gusta ese tono como de abuela al contar las historias. No me gusta tanto el tema prostitución, porque según lo enfoquen me suele hacer torcer el gesto. A pesar de eso toma nota. Cualquiera te dice que no, jeje.
ResponderEliminarBesos
¡Hola! No es un libro que me llama especialmente la atención, así que en esta ocasión lo voy a dejar pasar.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Conozco bien Sanlúcar de Barrameda y he paseado por la Algaida cogiendo espárragos silvestres. Aparte de eso, aunque no he leído el libro, tengo mis referencias de Marcos Ana, un hombre al que admiro... No he leído nada de Eduardo Mendicutti, aunque su nombre no me es desconocido y este libro tiene una pinta buenísima.
ResponderEliminarUn beso.
Ay la Feria del Libro !!! A como estamos en otoño para poder disfrutarla.
ResponderEliminarEn cuanto al libro que traes no he leído todavía a este autor y no me importaría leer este u otro de sus libros después de lo que cuentas. Besos
He leído poco a Mendicuti y hace tiempo que no repito con él, y no se la razón porque lo que he leído me ha gustado 🤔
ResponderEliminarTomo nota.
Besukis 💋💋💋
No conocía al autor pero desde luego la reseña me ha dejado con los dientes muy largos. Me la llevo anotada. Espero disfrutarlo tanto como tú.
ResponderEliminarUn beso!
La portada con esas mimosas me ha recordado a casa de mi suegra que en estas fechas siempre las tiene por todos lados jeje Una lectura interesante pero no es lo que leería ahora mismo.
ResponderEliminar¡Hola Marisa!
ResponderEliminarBuah, que pedazo de reseña te ha quedado, me ha encantado!
Pues no conocía al autor ni me sonaba el libro, pero desde que has empezado a hablar de esta anciana señora que nos cuenta su vida, he sabido que me iba a gustar, así que me lo apunto de cabeza sin dudarlo.
¡muchos besos!
Cómo se nota que la has disfrutado al máximo! Nada, nada, que tengo que estrenarme con este autor e intentaré que sea con esta novela.
ResponderEliminarBesotes!!
Great blog! New follower♡
ResponderEliminarQue curioso saber que parte de la historia de Marcos Ana, que para mi es un gran referente. Besos
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarNo suelo leer este género, pero tiene una pinta increíble por lo que cuentas, lo tendré en consideración para cuando baje mi lista de pendientes. Gracias por la reseña. Un beso enorme ❤
No he leído nada de este autor y tu reseña no me deja indiferente, probaré pronto y creo que me estrenaré con este título.
ResponderEliminarbesitos
Ahora mismo no es su momento, quién sabe, quizá más adelante
ResponderEliminarBesos
¡Hola Marisa!
ResponderEliminarCreo que nunca leí un libro similar a este, pero se va super apuntado.
No tuve este tipo de relación con mis abuelos por diversos problemas familiares, pero sin dudas me encantará experimentar ese sentimiento de tener una conversación con un abuelito que se interese por mi.
¡Un abrazo y un beso!
No he leído nada del autor a pesar de que algún libro suyo hay por casa así que antes tendré que ponerme con ese.
ResponderEliminarBesos.
Es imposible no apuntarlo tras leer tu entusiasta reseña. Además, me suelen gustar las novelas que hablan de los recuerdos de un personaje metido ya en la ancianidad. Creo que me gustaría mucho esta protaogista
ResponderEliminarBesos
Qué reseña más apasionante. Casi he estado contigo en la caseta, esperando el discurso de Mendicutti. No me cabe duda de que la historia tiene que ser apasionante, e Isabel también. Y es que yo recuerdo muchísimo las historias de mi abuela; ella también podría haber sido protagonista de una novela. Gracias por la recomendación, tocaya. Abrazos.
ResponderEliminarPues me lo llevo apuntado!!
ResponderEliminarNo lo tenía en mente, pero tras leerte creo que podría ser una lectura interesante =)
Besotes
¡Hola Marisa! Gracias por esta reseña.
ResponderEliminarEn esta ocasión lo voy a dejar pasar, no creo que este libro sea especialmente para mi.
Besos :)
¡Hola Marisa! Has conseguido que yo también adore a esta anciana sin conocerla, sin ni siquiera haberla escuchado a través del autor. Tiene tan buena pinta esta novela... Vamos, que me has convencido
ResponderEliminarBesos
¡Hola, Marisa!
ResponderEliminarSin duda el "Tienes que leerla" va conmigo, imposible quedarme indiferente ante lo que escribes...
Apuntada de una ¡qué historia tan tierna!
No he leído nada de Mendicutti y creo que sería genial estrenarme con "Para que vuelvas hoy", aunque me vendría bien tu opinión al respecto ;)
Un gran abrazo.
Vale, ya me has ganado, ahora tengo que llamar a mi librero de cabecera para pedírsela. Entrará en mis gastos de junio ya, que estar sin trabajar tiene estas cosas. Hace muchísimo que no leo a Mendicutti, creo que es una muy buena novela para retomarlo. Besote
ResponderEliminarHe sentido nostalgia al "escucharte" hablar de la Feria del Libro de este año, por estos días tendría que estar yo en un stand, disfrutando del contacto directo con los lectores.
ResponderEliminarRespecto al libro, me encantó lo que contaste. No conocía al autor, pero esta novela me parece muy tierna e interesante. Me la llevo apuntada.
Un beso ;)
Bueno bueno, no me queda otra que anotar esta obra en mi lista. A Mendicutti lo tengo muy pendiente, pero nunca me he lanzado a leerlo, creo que esta historia podría gustarme y me has convencido bastante jeje. Una pena lo que comentas de la feria del Libro :( En fin, es lo que ha tocado este año... Un abrazo.
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