viernes, 29 de mayo de 2020

LOS CINCO Y YO de Antonio Orejudo

Editorial: Tusquets
X Premio Logroño de Novela
Fecha publicación: abril, 2017
Precio: 18,50 € 
Género: Narrativa
Nº Páginas:  256
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 9788490664049
[Disponible en eBook, bolsillo y Audiolibro
puedes empezar a leer aquí]


Autor

Antonio Orejudo (Madrid, 1963) es doctor en filología hispánica y durante siete años fue profesor de literatura española en universidades norteamericanas. Ejerció de investigador invitado en la de Ámsterdam y hoy es profesor titular en la Universidad de Almería. Ha escrito las novelas Fabulosas narraciones por historias (1996, Tusquets Editores 2007), Ventajas de viajar en tren (2000), Reconstrucción (2005) y Un momento de descanso (2011), que lo han convertido en uno de los escritores más originales y admirados de la literatura española contemporánea: «La esperanza blanca de la narrativa española» (César Casal, La Voz de Galicia), «Si Orejudo no es el mejor novelista que hay ahora mismo en España, sí comprometo mi prestigio en afirmar que es —con mucho— el más interesante» (José María Moraga, Estado Crítico). Con Los Cinco y yoAntonio Orejudo rinde homenaje y al mismo tiempo ajusta cuentas con su generación, la de los nacidos en el boom demográfico de los años sesenta, que no tuvo ningún protagonismo en la transición de la dictadura a la democracia.

Sinopsis

Toni siente que es un escritor que no escribe y un profesor que no enseña. Creció leyendo las aventuras de Los Cinco escritas por Enid Blyton, unos libros que le proporcionaban lo que la España de los años previos e inmediatamente posteriores a la muerte de Franco era incapaz de ofrecerle: diversión sin vigilancia, libertad de movimientos y cerveza de jengibre, es decir, el mundo sin límites que requería la intensidad vital de su transición a la adolescencia. A lo largo de esta novela, aquellos personajes a los que Toni tanto envidió de niño parecen convertirse en seres de carne y hueso como él, que sufre el proceso inverso y termina siendo lo que siempre deseó, uno más de ellos. Los Cinco y yo es una novela arrebatadoramente original que unas veces se disfraza de memorias de infancia y otras de inquietante ficción de denuncia para pasar de la anécdota a la sátira y de esta a una teoría personal de la narración. 

[Información tomada directamente del ejemplar]


Yo he sido una niña Blyton. Creo que esto lo he contado más de una vez, así que disculpadme, pero es que es el recuerdo más bonito que tengo de mi infancia. Si cierro los ojos, puedo verme perfectamente, en la calle, en pleno verano, sentada en el suelo, a la sombra, y con alguna aventura de Los Cinco en las manos. Realmente, la colección pertenecía a mi hermano. Guardaba sus libros celosamente dentro de un armario, y yo aprovechaba cuando salía de casa, para colarme a hurtadillas en su habitación y abrir aquel armario-tesoro. Allí estaban. Los tocaba como el que toca una delicada pieza de Lladró. Elegía uno y salía disparada de allí. No hace mucho estuve releyendo alguno de los libros de Blyton. Debo admitir que ya no me provocan tanto embrujo pero las sensaciones que experimenté cuando los leí por primera vez, siguen estando muy vivas dentro de mí. Imagino que será por eso, por lo que me he decantado a leer Los Cinco y yo de Antonio Orejudo, porque soy un soñadora más de la isla de Kirrin. 

¿Qué decir de esta novela? A priori me había formado una idea en la cabeza. Pensé que Antonio Orejudo me hablaría de tú a tú, de blytoniano a blytoniana sobre sus propias sensaciones. Cómo llegó él a estos libros, qué supuso leerlos, qué pensaba de sus protagonistas. Y sí, en Los Cinco y yo nos cuenta todo eso, pero esa información no es más que el pico de un enorme iceberg. Y es que Los Cinco y yo rompe esquemas, en lo que a literatura se refiere. Es un producto indefinido, difícil de catalogar, que se mueve entre el retrato de una época, un compendio de recuerdos y anécdotas, mezclada con una historia de ficción sumamente original. 

Para empezar, el inicio no puede ser más desconcertante. La novela empieza a explicarnos cómo influyeron las aventuras de Los Cinco en la generación del autor, o por lo menos del narrador. Intuyo que el Toni que nos habla en primera persona es el propio Antonio Orejudo o, como mínimo, un alter ego. Pues bien, esas influencias las enlaza (¡ojo!) con el precio del trigo en la posguerra. Tal y como lo lees. Y una línea después hace referencia a la presentación de un libro titulado After Five. De entrada, te deja totalmente noqueado, así que no os debe extrañar que mi primera anotación rece: "¿Qué coño es esto?" (con perdón). ¿De qué estaba hablando Toni? ¿Qué pretendí Orejudo con un inicio así? Bueno, debo adelantaros que este tipo de conexiones extrañas y de disloques van a estar muy presente en la novela. 

Y para poder hablaros mejor de este libro, me gustaría dividir el texto en dos núcleos, sin que la estructura de la novela cuente con una partición clara. Por un lado, Toni nos hablará de sí mismo. Para ello empieza analizando el boom de natalidad que se produjo en los años 60 (su década). Nacieron tantos niños en aquella época que las instituciones educativas se tuvieron que enfrentar a verdaderos problemas de espacio. Toni fue al colegio Montserrat y trató de convertirse en un buen delantero futbolístico, a la vez que ponía todo su empeño en ganar alguno de los diversos concursos a los que sus padres lo apuntaba. Lo mismo así, evitaba que ellos lo abandonarán, pesadilla recurrente que atemorizaba al narrador cuando era pequeño.

De los nacidos en los años 60, Toni comparte una opinión que he escuchado en otros foros: "En la Transición éramos demasiado jóvenes para andar pensando en ocupar posiciones de poder y la Gran Recesión nos ha pillado demasiado viejos para protagonizar el relevo". Es decir, que esa generación no pudo participar activamente en ningún movimiento político-social porque, o era demasiado joven o demasiado mayor. En este sentido, hablar de una generación concreta es hablar también de su época, de la España de aquellos años, con sus luces y sombras, de unos tiempos en los que emergieron viviendas sociales, de una década en la que lo más cool era vestir unos LevisY fueron unos años en los que aquella generación de los 60 dejó atrás la infancia y entró en el confuso mundo de la adolescencia, a la que se le grabó a fuego que, para obtener una recompensa, primero había que sufrir mucho. Pero entre sufrimiento y sufrimiento, los chicos y las chicas se conocieron y se lanzaron a "pegarse el lote". La descripción de esos primeros acercamientos sexuales me ha parecido emotiva, enternecedora y muy divertida. ¿Quién de los que ya tenéis o habéis cumplido los 50 no se ha dado un muerdo de adolescente?

Y el Toni adolescente se hace mayor y llega a la universidad. Fue un tiempo en el que soñó con convertirse en escritor y publicar una gran obra, pero su inseguridad por el futuro le provocaba mucha angustia. Aún así, en aquellos años forjó buenas amistades. Conoció, entre otras personas, a Rafael Reig (¿a que te suena?), con quien fundó la revista Cinco, una clara alusión blytoniana porque Reig pensaba: "Si hay alguien que constituye una verdadera seña de identidad para nuestra generación es Enid Blyton". Y sigue haciéndose mayor, se casa con Cecilia, se divorcia, llega a convertirse en escritor y descubre que las inversiones financieras le reportan mayores beneficios que la literatura. 

De todo este bloque, me ha gustado muchísimo el relato de su infancia y su adolescencia. Hay páginas, concretamente la 34 y la 35, en la que me he visto absolutamente reflejada. En esas líneas, Toni habla de su madre, aunque, en realidad, está hablando de la mía, porque la describe a la perfección. Porque sé que es imposible pero, casi se podría pensar que mi madre y la suya fueron el resultado de una clonación adelantada en el tiempo. Esa capacidad de sufrimiento de nuestras madres, ese anticiparse a unos acontecimientos trágicos que nunca sucedieron, me han hecho sonreír con nostalgia y recordar a mi madre, que ya no está. Y es que, a ella, si le anunciabas un viaje a un lugar relativamente lejos, era frecuente que te soltara: "Chiquilla, ¿pero cómo te vas a ir allí? ¿Y si te pasa algo?" Ese pasarme algo me ha acompañado toda mi vida. Y no sé si a Toni le habrá dejado alguna secuela pero a mí, hay veces, en las que me planteo con más profundidad de la cuenta, si verdaderamente debo ir a algún lugar o no. ¿Y si me pasa algo? Precioso pasaje, lleno de verdad.

Pero, teniendo en cuenta que esta novela se llama Los Cinco y yo, tenía que hablarnos de los libros de Enid Blyton. Toni nos contará qué supuso para él leer estas aventuras, lo que da pie a un segundo bloque de la novela con información desperdigada sobre la autora y sus obras. Interesantísimo todo lo que nos cuenta del desembarque de Los Cinco en España, gracias a la editorial Juventud, a la que estaré eternamente agradecida. Sorprendente era la capacidad creativa de Enid Blyton, que escribía libros como el que escribe la lista de la compra. Vale, no tenían una gran calidad literaria. Vale, ideológicamente, tenían alguna mácula que hoy sería totalmente inaceptable. Pero, como libros de aventura, no tenían precio. La colección de Los Cinco constaba de 21 títulos. El primero se publicó en 1942 y él último, en 1963. Toni nos cuenta que la autora era capaz de escribir 1'6 libros al mes. También nos contará cuáles eran sus sensaciones al abrir aquellos libros por primera vez, cómo eran los padres de los protagonistas, qué aventuras vivían en determinados libros, cómo se resolvían los enigmas,...

Ahora bien, la originalidad de este libro estriba en tratar a los personajes de Los Cinco como personas de carne y hueso. Es decir, Julián, Dick, Ana, Jorge, Tim, así como los padres de unos y de otro traspasan la frontera del papel y, al igual que Toni no habla de su vida y de cómo aquellos libros influyeron en él, también se nos narrará la vida de los cinco protagonistas de las novelas de Blyton, cómo eran mientras simultanearon su vida con el protagonismo de las novelas, y especialmente, qué fue de cada uno de ellos en la edad adulta. Para eso, Toni se basa en un libro, el que os mencioné al principio, After Five, cuyo autor no es otro más que su amigo Rafael Reig, el que decía que Enid Blyton era la seña de identidad de una generación. Así que, gracias a este libro de Reig, que Toni presentó junto al autor en la Blyton Foundation, vamos a saber muchas más cosas de Julián y sus hermanos, así como de la prima Georgina, mucho más de lo que sabemos por los libros que protagonizaron. No os voy a contar en qué se convirtieron cada uno de los personas-personajes, pero, a grandes rasgos os diré que os vais a encontrar con el ejército, la industria farmacéutica, el tripartito alcohol-drogas-rock'n roll, las clínicas de desintoxicación, los negocios familiares, las inversiones bursátiles y los veranos en Almería. Es decir, una absoluta y divertida locura. ¿Qué significa que aquellos jóvenes que tenían 11 o 12 años en los sesenta, se hayan convertido en lo que vemos en el libro de Reig? Bueno, eso lo podrá interpretar cada lector. 

Sobre este bloque, tengo que admitir que me ha descolocado y divertido a partes iguales. En cierto modo, que me muestre, del modo que lo hace, a Julian, Dick, Ana y Jorge en la edad adulta me ha echado por tierra aquella imagen bucólica que siempre he tenido de ellos, de jóvenes inocentes, de bondadosos, compasivos,... En mi vida me hubiera imaginado un futuro como el que Reig, Toni y Orejudo nos presenta. Sin embargo, hay que reconocer que es un ejercicio novedoso y divertido, que convierte a la novela en una pieza original, un experimento del que el lector no va a salir indemne. 

Eso sí, quiero aclararos que, esto que os cuento así, de manera segmentada, no corresponde con la realidad de la novela. En Los Cinco y yo, todo está mezclado, conectado, urdido, sin que yo haya podido apreciar un camino claramente dibujado. 

Con una grata presencia metaliteraria, Los Cinco y yo es una novela para lectores dispuestos a dejarse llevar. Creo que hay que saber, de antemano, donde te metes pero, como siempre digo, son aquellos libros que exigen una implicación por parte los lectores, los que más agrada transitar. Al menos, en mi caso. Y con Los Cinco y yo, resulta necesario dejarse arrastrar por este delirio que toma un referente lector de nuestra infancia y lo convierte en un bazar de las sorpresas, donde la ficción traspasa la línea de la realidad.  Una obra muy inteligente y bien pensada. 



Algunos libros y películas mencionados en Los Cinco y yo:

- El profesor chiflado (Jerry Lewis, 1963)
- El tercer ojo de Lobsang Rampa
- Más que humano de Theodore Sturgeon
- Noches de Sing-Sing de Harry Stephen Keeler
- La muerte y otras sorpresas de Mario Benedetti
- Rocabruno bate a Ditirambo de Gonzalo Suárez
- El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad





[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:








jueves, 28 de mayo de 2020

OCHO AÑOS DE ANDADURA

Ayer se cumplieron ocho años desde que publiqué la primera entrada en este espacio. Era un texto sencillo, a modo de presentación, en el que compartía pequeñas pinceladas de mi personalidad y hablaba de mi pasión por la lectura. Mi amor por los libros fue lo que me impulsó a crear este rincón en el que, además de compartir mis lecturas, pretendía volcar otras tantas pasiones. El cine, el teatro, la música, los viajes,... todo lo que me gust iba a tener su hueco aquí. Y, por esto, con esta mezcla de temáticas, bauticé este blog como Books & Co. Sin embargo, la falta de tiempo me obligó a acotar bastante la temática. Con el tiempo me centré en las lecturas y las películas, con el tiempo comencé a hacer colaboraciones, a entrevistar a escritores, a acudir a eventos literarios y fallos de premios y, con el tiempo, decidí también cambiar el nombre y el aspecto.

Hoy Lecturápolis sigue siendo un lugar sencillo, sin mayor pretensión que compartir mis opiniones, mejores o peores, de los libros que leo y de las peliculas que veo. Detrás de este espacio sigue estando la misma mujer sencilla que se presentó aquel 27 de mayo de 2012, aunque ocho a´ños más vieja.  Nunca pensé que pudiera llegar hasta aquí, pero aquí sigo. Casi una década después sigo empeñándome en dar vida a esta bitácora, día a día. Que me roba más tiempo del que tengo es algo que ya sabréis los que tenéis un blog como forma de vida, pero esta nube virtual me dado muchísimas satisfacciones, por eso no tiro la toalla, deseando siempre dar un paso más. 

Gracias a todos los que me acompañáis en el camino. A novelistas y a editoriales. Y sobre todo a vosotros, los seguidores. 


Os merecéis un regalo, así que estad atentos.   





miércoles, 27 de mayo de 2020

ONWARD (ANIMACIÓN - 2020)


Año: 2020 


Nacionalidad: EE.UU

Director: Dan Scalon

Reparto: --

Género: Animación

Sinopsis: Ambientado en un mundo de fantasía suburbana, dos hermanos elfos adolescentes, Ian y Barley Lightfood, se embarcan en una aventura en la que se proponen descubrir si existe aún algo de magia en el mundo que les permita pasar un último día con su padre, que falleció cuando ellos eran aún muy pequeños como para poder recordarlo.

[Fuente: Filmaffinity]


Hace unos días pasé por el blog de Éowyn, Las crónicas de una cinéfila, donde supe de la existencia de Onward, una película de animación nacida bajo la unión de Disney y Pixar. Mi experiencia con los largometrajes de animación de este matrimonio no puede ser más satisfactoria, así que apunté bien el título y no he tardado mucho en verla. Y qué bien sienta una película de animación cuando se tiene la cabeza totalmente embotada y no te apetece más que dejarte invadir por un mundo mágico. 

La vida ha cambiado muchísimo en los últimos años. Antes el mundo estaba lleno de magia, con montañas, colinas, valles verdes y frondosos, habitados por hadas, elfos, unicornios voladores, centauros, gnomos, trolls, sirenas, cíclopes,.... La magia ayudaba a todo el que lo necesitaba pero no era fácil de controlar, y a veces no todo salía bien. Así que el mundo evolucionó. Dejó a un lado la magia en pos de una vida más modernizada. Se construyeron ciudades arrinconando a la naturaleza. Llegó la electricidad, el gas, los aviones, las fábricas, los móviles,... y la magia se fue extinguiendo poco a poco, hasta que los hermanos Lightfood vuelven a recuperarla.

Onward narra la historia de dos hermanos. Barley e Ian son dos jóvenes elfos que viven con su madre. El padre falleció cuando Ian, el más pequeño, tenía tan solo unos años de vida y por eso apenas lo recuerda. Cuando la nostalgia y la tristeza le invaden el corazón, recurre a una vieja cinta de cassette en la que quedó registrada la voz de su padre. Pero su ausencia es demasiado dolorosa y no encuentra consuelo en ningún sitio. 

Un día conoce casualmente a un hombre que le hablará de él. Ambos se conocieron cuando estudiaban en la universidad y aquel desconocido le dirá que su padre fue una persona buena, valiente y divertida. Estas declaraciones llenarán de alegría a Ian, quien se propondrá convertirse en el hombre admirado que llegó a ser su padre, aunque se encontrará con algunas trabas. Sin embargo, el día que cumple dieciséis años recibirá un regalo muy especial, algo que su padre dejó a sus hijos antes de morir. Ese regalo, lleno de magia, no solo remodelará la personalidad de Ian sino que le permitirá conocer, por fin, a su padre. Así que, los dos hermanos se embarcan en una aventura en solitario, un viaje a un determinado lugar, a lo largo del cual tendrán que enfrentarse a situaciones complicadas y diversos peligros, que tendrán que superar para alcanzar la meta.

La trama de Onward está llena de ternura. La película explora claramente dos cuestiones que marcan el carácter de Ian. Por un lado, el dolor y el vacío que el joven siente por la ausencia de un padre al que solo recuerda gracias a unas fotos y una grabación de voz. Por otro, la relación fraternal, los típicos desencuentros entre hermanos, y el apoyo que supone tener un hermano mayor. Disney siempre construye películas con mensajes moralizantes que a mí me parecen esenciales en los tiempos actuales. No me refiero a esta época de pandemia, sino a nuestro estilo de vida, cuando los adultos olvidamos lo verdaderamente importante y cuando transmitimos a los niños unos valores que no siempre son los más idóneos.

Los personajes son simpatiquísimos. Ian es un joven tímido, introvertido e inseguro, lleno de miedos y dudas. Le cuesta mucho sociabilizar y tener amigos, por lo que pasa totalmente desapercibido entre la gente. Sin embargo, la posibilidad de cumplir su mayor deseo le obligará a sacar la fuerza que reside en su interior y se convertirá en una persona totalmente distinta, ganando en autoestima y seguridad. Para Ian, este viaje es una prueba de superación y madurez. 

A Barley le corresponde el papel de hermano mayor. Obsesionado con los juegos de rol, demuestra su rebeldía luchando contra el sistema, y evitando que las autoridades derriben todo vestigio de los ancestros, por lo que tendrá algún tropiezo con la policía. Rudo, fortote y luchador, Barley tiene una personalidad arrolladora, y no se detendrá ante nada.

La relación entre ambos irá evolucionando. Ian no puede soportar a Barley porque siente que invade su espacio y lo ridiculiza en público, pero la intención del hermano mayor es apoyar y ayudar a su hermano, aunque para ello emplee técnicas algo burdas. Por otra parte, surgirán mil y una complicaciones originadas por malentendidos y distintas forma de pensar y actuar. Ahora bien, en el desenlace Ian conseguirá ver a su hermano de un modo distinto y la escena final llegará a emocionar al espectador.

Entre los personajes más secundarios, destaco a Laurel, la madre de los jóvenes, cuya estética recuerda mucho a algunos personajes de Del revés. Tras el fallecimiento de su esposo, ella ha conseguido reconducir y rehacer su vida. Mantiene una relación con un centauro-policía que tiene su pequeña parcela de protagonismo y que nos regalará una escena final muy divertida. Laurel es una leona, en el sentido figurado, una madre que está dispuesta a hacer todo lo que esté en su mano para proteger a sus cachorros, aunque ello implique poner en riesgo su vida. 

Y otro secundario más que me ha encantado es Corey, una mantícora -figura mitológica, una mezcla entre león, dragón y escorpión-, que regenta una taberna, la cual ha perdido su esencia original. Lo que tenía que ser un lugar tenebroso y un personaje terrorífico se ha convertido en un establecimiento de ocio y diversión. No obstante, los hermanos le harán ver en lo que se ha convertido y ella recuperará su esencia natural. 

El humor es una de las bazas más importante de la película. Los personajes se tienen que enfrentar a situaciones complicadas, que a la vez arrancará alguna sonrisa al espectador. La parte cómica recae en personajes concretos, como Barley que sorprenderá al espectador con sus ocurrencias, Corey que se dejará llevar por su auténtica naturaleza, y una banda de hadas moteras que protagonizarán escenas muy simpáticas. 

Aunque, a veces, el ritmo decae un poco, la película va ganando en acción a medida que avanza el metraje. La calidad técnica es absolutamente brutal. Cada vez que veo una película de Pixar me pregunto cómo habrán hecho esto o aquello, y cuántas horas habrán invertido en conseguir tal o cual movimiento. Hay secuencias en los que los paisajes parecen una fotografía. Desconozco si lo serán o no, pero parecen verdaderamente reales. 

En definitiva, Onward, con un título que encaja en la nueva disposición de Ian, es una película de aventuras que contiene grandes reflexiones. La familia, el amor por los orígenes, el dolor por la pérdida y la muerte son temas que se dejan entrever en esta cinta y que, además, pretende enseñar a los más pequeños a seguir adelante, a luchar, a pensar que no estamos solos porque, probablemente tengas a tu lado a alguien que te quiere y te apoya. Me ha parecido una manera original y simpática de transmitir estas enseñanzas. Y, si bien no es de lo mejor que he visto de Pixar y Disney, creo que es una película estupenda para ver en familia con los más pequeños. 





Tráiler:



martes, 26 de mayo de 2020

ANDRÉS PASCUAL: 'He querido profundizar en las zonas oscuras del ser humano'

Poco a poco, nuestro país echa a andar de nuevo. Con este planning de fases que nos ha preparado el gobierno, todos los sectores comienzan a despertar de su letargo, pero está claro que aún nos queda un largo trecho para recuperar lo que teníamos. La  "nueva" normalidad nos está obligando a reinventarnos, y en el terreno literario, toca gestionar los eventos culturales de forma distinta. Las presentaciones de libros se realizan de manera virtual, y los autores ya no viajan para hacer promoción, sino que atienden a los medios vía telefónica. Visto desde un punto de vista positivo, este nuevo proceder supone un importante ahorro económico para las editoriales, y para los autores, un menor desgaste, al no tener que desplazarse de un lugar a otro en un breve margen de tiempo. En la otra cara de la moneda está la imposibilidad de interactuar con los novelistas cara a cara y la frialdad que aporta la tecnología. En cualquier caso, hay que agradecer que, tanto editoriales como autores, se esfuercen por mantener el contacto con el lector, porque la necesidad es reciproca. Ellos necesitan seguir manteniéndonos cerca, y nosotros necesitamos seguir conociendo los entresijos de sus historias. 

Así que, rompiendo con el parón al que nos hemos visto todos obligados, retomo las entrevistas de este espacio. Lo hago con Andrés Pascual, el escritor y conferenciante riojano con el que ya pude conversar en persona cuando publicó El viaje de tu vida. Estos días atrás, se ha publicado El beso del ángel (Editorial Espasa), una novela que narra una serie de asesinatos que se cometen en Logroño. El primero de ellos coincide con un evento en una bodega, pues el mundo de la viticultura está muy presente en el texto. La protagonista será Camino, una periodista que no está en su mejor momento profesional. Por motivos personales se verá envuelta en la investigación de estos crímenes, y de su mano recorreremos la senda de una trama llena de suspense, con la que he disfrutado de principio a fin. A la espera de que, en unos días os cuente mis impresiones, de momento, os dejo con la entrevista. 

[Fuente: Facebook autor] 
Marisa G.- Andrés, esta pregunta es ineludible. No sé si ahora estás residiendo en España o no, pero me gustaría saber cómo estás viviendo estos momentos de pandemia.

Andrés P.- Sí, sí, estoy en España. Me había mudado a Madrid a principios de año, pero cuando todo empezó a complicarse, y antes de que se limitara la movilidad, opté por venirme a La Rioja, sobre todo por estar cerca de los mayores. Son momentos en los que se puede aplicar lo que diría la protagonista de El beso del ángel, no importa lo que hayan hecho de nosotros sino lo que vamos a hacer cada uno con lo que ha quedado de nosotros. No podemos permitir que ningún virus nos haga hincar la rodilla. No te voy a decir que vamos a salir reforzados, pero sí es nuestra responsabilidad, como lo ha sido desde el principio de los tiempos con nuestros ancestros, seguir caminando con las circunstancias que sean.

M.G.- Hay que amoldarse.

A.P.- Sí, y con una actitud de normalidad. El mundo es tremendamente incierto, cambiante y caótico, y eso será así siempre. Así que habrá que apechugar con ello y seguir hacia delante. Algo así le ocurre a Camino, la protagonista, que saca su rebeldía y su identidad cuando parece que lo ha perdido todo. Creo que lo que estamos viviendo nos puede servir de inspiración. 

M.G.- Viendo que esta pandemia está afectando absolutamente a todos los sectores, tú que estás metido en el mundo de libro, en el mundo editorial, ¿cómo crees que va a repercutir? ¿Volveremos a tener ferias del libro multitudinarias?

A.P.- Confío en que el virus se erradique y podamos recuperar todo aquello que nos hacía disfrutar. En la novela se dice que el mejor vino es el compartido. Porque está muy bien tomarse un gran Rioja, pero el vino que mejor sienta es aquel que te tomas con tu familia o con tus amigos. A eso hay que volver, no porque sea lo normal, sino porque es lo que nos llena de gozo. Tenemos que volver, y ahora lo podemos hacer quitándonos de encima unas cuantas necesidades. Solemos pensar que necesitamos ciertas cosas para seguir adelante y no es así. La mayor parte de las necesidades son falsas creencias. Esta pandemia tiene que hacernos ver lo que realmente es importante, que debemos irnos a la cama sin cuentas pendientes. Lo que necesitamos es paz interior.

M.G.- El beso del ángel es tu nueva novela. Es un thriller lleno de suspense e intriga que a mí me ha enganchado. Necesito preguntarte cómo surge esta novela, con un desenlace tan asombroso e inesperado. 

A.P.-  Pues quería mostrar, en primer lugar, la cara más sofisticada, moderna e innovadora del mundo del vino como escenario. En A merced de un dios salvaje exploraba la cara más tradicional y rural de la viticultura. Y en segundo lugar, quería profundizar en esas zonas oscuras del ser humano que normalmente tenemos sin explorar.

En una ciudad como Logroño, que no deja de ser una ciudad pequeña en la que todo el mundo se conoce, hay una serie de imposiciones sociales que nos hacen mostrar siempre nuestra mejor cara. Necesitamos exteriorizar constantemente que todo va bien y no es así. Todos tenemos un lado oscuro en el que habitan nuestros instintos más primarios, nuestras ideas más destructivas. Si no nos enfrentamos a todo eso y lo tratamos con naturalidad para ordenarlo de forma saludable, termina por enquistarse. He querido explorar esa zona oscura para ver lo que ocurre cuando se enquista hasta el punto en el que estalla sin remedio. Quería hacerlo en una ciudad como Logroño porque es muy amable, tan llena de luz, en la que se tiene la sensación de que todo está al alcance de la mano y todo el mundo vive maravillosamente bien. En ese escenario coloco a un asesino en serie. Me parece que todos tenemos cierta fascinación por este tipo de criminales que protagonizan las novelas y creo que es así por tres motivos. Primero porque nos gusta pasar miedo de forma controlada, luego porque necesitamos entender por qué alguien es capaz de hacer cosas tan terribles, como desollar a una persona hasta que no le quede ni un centímetro cuadrado de piel. Y en tercer lugar, nos estremece pensar que este tipo de actos pueden ser llevados a cabo por gente normal. Eso nos hace pensar que un criminal puede ser cualquier persona de nuestro entorno.

M.G.- Pero has escrito una novela con muchas pinceladas históricas. Hablas mucho de Logroño, de su historia. La ciudad es casi un personaje más.

A.P.- Sí, lo es. Como todas las ciudades, Logroño tiene su propia historia que ha determinado el carácter de sus habitantes. Estamos a punto de celebrar el quinto centenario del asedio a la ciudad por las tropas francesas del cual salimos extrañamente victoriosos, a pesar de la inferioridad numérica. Aquello marcó nuestro carácter luchador y, al mismo tiempo, hospitalario. Nos encanta recibir visitantes. En pocos sitios he visto que llegue un forastero a un bar y que el grupo de lugareños que esté al lado le pague el vino. 

En cualquier caso, aunque me gusta explorar la historia del lugar, no lo hago para llenar de datos un capítulo sino para hacer crecer a la trama y a los personajes. Cada libro es un universo en sí mismo y todo lo que pones en él, desde la primera palabra o letra hasta la última, tiene que tener un porqué.

M.G.- Es muy interesante todo lo que se recoge del asedio y, por supuesto, de la vida actual de la ciudad. Me preguntaba si hay mucho del Logroño de Andrés Pascual en la novela.

A.P.- Claro que sí. Todos los escritores tiramos de lo que somos y de lo que tenemos a nuestro alrededor. Aunque, como digo en los agradecimientos, que nadie se dé por aludido ni por desollado.


M.G.- Ahora que se está imponiendo las vacaciones en territorio nacional, a través de tu novela me han entrado muchas ganas de hacer enoturismo.

A.P.- Sería estupendo que viniera mucha gente a Logroño, de igual modo que vino muchas personas a la Rioja Alta, con A merced de un dios salvaje. Hay muchas rutas turísticas por esta zona. Logroño es no solo es el vino sino también la gastronomía. Es una ciudad muy sensitiva. En Logroño, el vino no se bebe, aquí el vino se vive. Y con la comida pasa lo mismo. No forma parte únicamente de las celebraciones sino de nuestro día a día, con lo cual, estos sabores y estos olores tenían que estar también en la novela.

M.G.- La novela está protagonizada por Camino una periodista que se ve obligada a regresar a su ciudad por motivos personales, y a sumergirse en la investigación de unos crímenes. Es un thriller en el que la policía queda más en segundo plano.

A.P.- Así es. Ese era uno de mis objetivos. Quería escribir un thriller de estilo policíaco, en el cual, el protagonista no fuera un policía. Eso me iba a permitir ahondar en diversos temas desde la intensidad del entorno familiar, y no desde la frialdad de una comisaría. En El beso del ángel pasan cosas tremendas, hay asesinatos brutales, pero es una novela de familias y de cuentas pendientes. Ahí es donde radica el verdadero thriller y el que más miedo da de todos. Que Camino sea una persona de a pie, que no porte pistola, me permitía explorar lo que quería desde un punto de vista más cotidiano. Además que, de este modo, el lector se puede sentir más identificado con el protagonista de la novela. 

M.G.-  Camino es un personaje que evoluciona. La veremos inicialmente muy perdida y desorientada, salvo cuando llegamos al desenlace en el que, no solo se esclarece la resolución de los crímenes, sino que también se aclaran todas sus dudas existenciales.

A.P.- Efectivamente, lo has explicado tan bien que no tengo más que añadir (Risas)

M.G.- (Risas) Y hablas de familias porque realmente están muy presentes en el texto. El lector va a conocer al padre, a la madre y al hermano de Camino. Me gusta mucho la relación que ella mantiene con su hermano, basada en la absoluta sinceridad.

A.P.- Cuando quieres de verdad te entregas en cuerpo y alma, sin pensar en lo que a va a pensar el otro. El amor también se demuestra poniendo encima de la mesa las verdades, y no desde la saña, sino de forma natural. Lucas, el hermano, siempre ha sido muy sincero con Camino a la que recrimina cada vez que él cree que su hermana ha hecho algo equivocado. Pero claro, te tienes que querer mucho para no interpretarlo de forma errónea.

M.G.- La presencia femenina es muy potente en la novela. Para empezar se la dedicas a tus ocho cuñadas, ahí es nada, empleas versos de Loreto Sesma, y las grandes protagonistas de esta novela, Camino y Fabiola, son mujeres. ¿Esto es algo intencionado?

A.P.- Será que tenéis mucha fuerza porque ha salido sin querer, así que el mérito no es mío sino de la mujer en sí misma.

M.G. Hemos hablado algo de Camino. ¿Y de Fabiola, qué nos puedes contar? A mí me ha parecido el villano de esta historia.

A.P.- Sí, cierto pero, como los villanos de verdad, está llena de vulnerabilidades. El sacar pecho, ya sea como un héroe o un villano, responde a la necesidad de ocultar tus miedos. Fabiola es una persona que está llena de miedos. Por eso se esconde en esa actitud de prepotencia y arrogancia. Pero como el lector verá, saldrá también a la luz algunos desordenes de índole psicológicos, no tanto de origen congénito sino más motivados por la forma en la que ella ha afrontado su vida.

M.G.- Hay un personaje masculino que a mí me encanta. Me refiero a Bugatti.

A.P.- Pues al hilo de lo que comentabas antes con respecto a la presencia femenina, te diré que Bugatti, inicialmente, iba a ser una mujer. Al principio iba a ser una cocinera, pero la cambié  porque me parecía más entrañable construir un personaje al que Camino considerara un tío, aunque realmente no lo es. 

M.G.- Es un personaje muy atractivo y muy rico, interiormente. En ese sentido, me gustaría preguntarte si has puesto mucho de ti en este personaje. Sé que eres una persona que mira mucho su interior.

A.P.- Sí, es así. Aunque yo no tenga setenta años y mis brazos sean como un tercera parte de los bíceps de Bugatti, sí que me ha servido para dar salida a algunos pensamientos que yo mismo le diría a Camino. Bugatti es como ese sabio que lo dice todo con sus silencios.

M.G.- ¿Y en cuántas materias te has tenido que documentar para escribir la novela? Hay mucho de viticultura, introduces por ahí la receta de un plato muy peculiar, y otra serie de cuestiones que mejor no desvelar. Ha tenido que ser un trabajo muy intenso.

A.P.- Toda novela te exige una labor de documentación enorme. Lo bonito es cuando lo haces, no por documentarte en sí, sino por el placer de conocer y aprender, lo que te ayuda mucho a la hora de hacer crecer la trama y a los personajes.

M.G.- En Agradecimientos he visto que has tenido que hablar con mucha gente para abarcar todos estos temas y otros más que figuran en la novela.

A.P.- Vivir es un deporte de equipo y escribir, como vida que es, también. Me gusta remarcar mucho la página de Agradecimientos porque, sin toda esa gente, no habría novela.

M.G.- Y en este libro, tocas un tema que siempre está de actualidad, pero especialmente en estos tiempos en los que la información tiene un peso enorme. Me refiero a la ética profesional en el periodismo. Camino se cuestiona mucho si está ejerciendo su labor con honestidad.

A.P.- Es que todo depende no ya de lo que cuentas, sino de cómo lo cuentas. En estos momentos de confusión es muy importante la profesionalidad y la responsabilidad de los periodistas para contar las cosas sin tendencias preconcebidas. El periodista debe mostrar la realidad y es la sociedad la que tiene que sacar sus propios juicios. Muchas veces no juzgamos sino prejuzgamos. Este tema me ha servido para mostrar que toda historia tiene una doble cara. No todo es blanco o negro. Vivimos en una gama inagotable de grises.

M.G.- El desenlace me pareció brutal. Y claro, con un final así, tan inesperado, me pregunto si ya lo tenías pensado antes de empezar a escribir la novela.

A.P.- Sabía cómo iba a acabar pero no tenía todos los detalles ultimados. Pero no te cuento más nada sobre ese desenlace para no destrozar la sorpresa que le espera a los lectores al final.

M.G.- Un final que, sin duda, creo que va a coger a todos muy desprevenidos. A mí me ha gustado mucho.

A.P.- No sabes cuánto me alegro.

M.G.- Andrés, lo dejamos aquí. Muchas gracias por atenderme y espero poder verte muy pronto.

A.P.- Esperemos que así sea. Gracias.

Sinopsis: Camino, hija de un afamado chef, lo tenía todo: riqueza, belleza, inteligencia y el convencimiento de que estaba destinada a brillar. Mientras forjaba una carrera de periodista en el extranjero se vio obligada a volver a su ciudad natal, donde nada era como recordaba. Su madre pasaba los días cuidando a su padre, en estado vegetal tras un ataque sufrido después de que su otro hijo, Lucas, arruinara a la familia.

Mientras Camino se viene abajo, incapaz de encontrar su sitio, su hermano reaparece para pedirle un favor que hace aflorar un secreto enterrado hace mucho tiempo. Todo se complica cuando una jovencísima celebrity local es brutalmente asesinada en el evento de inauguración de una bodega y la investigación apunta a Lucas como autor de la carnicería. Si ese dramático hecho es el tren al que Camino ha de subirse para relanzar su carrera, está más que dispuesta a no dejarlo pasar… aunque le conduzca al mismísimo infierno.







lunes, 25 de mayo de 2020

EL CALLEJÓN DE LOS SILENCIOS de Paula Izquierdo

Editorial: Algaida
X Premio Logroño de Novela
Fecha publicación: abril, 2017
Precio: 20,00 € 
Género: Narrativa
Nº Páginas:  272
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978849067612
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]

Autora

Paula Izquierdo es doctoranda en Psicología, pero lleva más de veinte años dedicada a la escritura como novelista, ensayista y traductora.

Ha publicado cinco novelas: La vida sin secreto, El hueco de tu cuerpo, La falta (finalista del VI Premio Fernando Quiñones), El nombre no importa y El diario oculto de la princesa de Éboli, además es autora del libro de relatos Anónimas y ha participado en varias antologías de renombre. En su faceta de traductora encontramos títulos como Bubu de Montparnasse, de Charles-Louis Philippe; Jérôme Lindon, mi editor, de Jean Echenoz o Los apaches de París, Memorias de Caque d'Or, de Amélie Élie. También ha publicado los ensayos Picasso y las mujeres y Sexoadictas o amantes.

Trabaja como coordinadora de ACE (Asociación Colegial de Escritores) y colabora con distintos medios escritos, entre ellos ABC, Revista de Occidente y la revista Texturas, de la que forma parte del consejo editorial. Ha impartido clases de escritura creativa de forma presencial y en la actualidad en yoquieroserescritor.blogspot.com


Sinopsis

Mirna es una mujer fiel a sí misma, cuya honestidad le ha llevado a poner fin a su relación sentimental con Miguel y renunciar a un trabajo que no le satisface. Decidida a iniciar una nueva vida -que no comienza con buen pie- se matriculará en los estudios de doctorado en Psicología Social, embarcándose en un trabajo sobre el silenciado papel de las mujeres de los intelectuales españoles en la primera mitad del siglo XX.

Pero su vida también le deparará sorpresas inesperadas. Sin pretenderlo en absoluto, pronto Mirna se encontrará en el centro de un peculiar triángulo amoroso. E irá descubriendo que tiene más en común de lo que ella pensaba con aquellas mujeres de otra época, que renunciaron a su propia existencia en beneficio de los hombres con los que compartían sus vidas.

[Información tomada directamente del ejemplar]


En 2016, el Premio Logroño de Novela, convocado por el Ayuntamiento de Logroño, la Fundación Caja Rioja y la editorial Anaya, a través de su sello editorial Algaida, recayó sobre la novela El callejón de los silencios de Paula Izquierdo. El jurado, presidido por Alfredo Conde y compuesto por Ángel Basanta, Benjamín Prado, Eugenia Rico y Manuel Rico, otorgaba, por primera vez, este premio a una mujer.  Aquí os dejo un reportaje publicado en la web Larioja.com, en el que se habla del fallo y la novela ganadora.



Siempre me gustó la cubierta de este libro, desde el mismo momento en que la vi. Me parece sugerente y atractiva, y aprovechado que estoy rescatando lecturas atrasadas de mis estanterías, estos días me he lanzado a su lectura. 

El callejón de los silencios narra la historia de Mirna, una joven madrileña, atractiva y resuelta, que comparte piso con Miguel, el que fue su pareja durante algún tiempo. De aquella relación solo queda una profunda amistad, basada en la gran complicidad que tienen y en la total confianza que uno deposita en el otro. Miguel se ha convertido en ese gran amigo al que contarle todo, en quien buscar apoyo y consejo. Y lo que para los demás podría ser un convivencia llena de tensiones e incomodidades, Mirna y Miguel han sabido transformarlo en un remanso de tranquilidad y sosiego.


"Mirna se dio cuenta de que, a veces, hay una etapa en que el amor se acaba y se transforma en otra cosa, quizá pueda llamársele cariño, amistad, costumbre o necesidad." [pág. 15]

Mirna trabaja como profesora en un instituto, pero, con el beneplácito de Miguel, lleva un tiempo madurando la idea de dejar la docencia, para volver de nuevo a las aulas universitarias como alumna. Su intención es cursar el doctorado en Psicología Social. Gracias a una herencia inesperada, puede permitirse el lujo de abandonar su trabajo y centrarse en el doctorado. Y será en el ámbito universitario donde conozca a Esteban, un compañero de pupitre, y a Ernesto, su profesor. Entre los tres se teje una maraña de relaciones, compleja, que viene aderezada por un episodio de violencia brutal que Mirna sufre al acudir a una fiesta, un hecho que la dejará muy marcada y que condicionará sus relaciones con los hombres.

A grandes rasgos este podría ser el argumento de esta novela en la que veremos a Mirna navegar entre dos relaciones. Ella será el vértice de un triángulo que no termina de ajustar sus lados. Las relaciones de la joven con su compañero y su profesor serán muy diferentes y le provocarán emociones muy distintas. Por ello, Mirna se sumergirá en un mar de situaciones incómodas por un lado, mientras que, por el otro, tendrá que enfrentarse a un amor que le deparará no gratas sorpresas.

Del argumento me han gustado varios aspectos. Las relaciones de Mirna con Esteban y Ernesto son muy cotidianas, por decirlo de algún modo. Quiero decir que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos podido vivir amores pasionales y, también, hemos podido sufrir el revés de un amor no correspondido. Son cuestiones que están a la orden del día y, en ese sentido, la novela tiene muchos visos de realidad. Pero, como dije antes, se añade que a Mirna le tocará vivir un episodio duro, descrito con el nivel de detalles justo para que al lector le duela la situación. En principio creí que tal circunstancia iba a tener otro tipo de repercusión distinta a aquella que vemos en la novela. Pensé que iba a ser el detonante de una subtrama que se encaminaría en una dirección que yo me había imaginado. Sin embargo, la vivencia de una experiencia tan desagradable incide en el comportamiento posterior de Mirna con Esteban, Ernesto y Miguel. Es decir, ese episodio va a ayudar a construir el estado emocional del personaje.

A todo ello añado otra cuestión interesante. Tanto Mirna como Esteban tendrán que desarrollar una trabajo de fin de trimestre. Él ha optado por hacer un análisis sobre la violencia en el ser humano. Pretende "investigar el motivo que conduce a los hombres y algunas mujeres a ser violentas de forma gratuita, sin razón aparente, ni por un deseo de venganza, ni por celos o dinero; en definitiva, sin ningún fin en sí mismo, salvo el placer de ejecutar sus oscuros deseos". Por su parte, Mirna quiere "investigar y profundizar en la conducta de las mujeres de los primeros cincuenta años del siglo XX que cedían sin dificultad el primer plano a los hombres de los que se enamoraban, de los que eran amantes, con los que terminaban por casarse, o bien, simplemente convivían." Pues bien, sobre ambas temáticas se ofrece bastante información en la novela, y toda ella muy interesante. Esteban tendrá que bucear en los grandes crímenes de la historia, analizando el modus operandi y las motivaciones de los criminales, compartiendo la información con Mirna a la que, cada vez le provoca más repelús los detalles de los asesinatos que Esteban tiene que estudiar. Y Mirna le seguirá la pista documental a mujeres como María Zambrano, Clara Campoamor, Victoria Kent, María Teresa León,... incorporando al texto poemas y declaraciones de estas damas. Toda esta parte me ha parecido de sumo interés porque me ha permitido aprender algo de todas estas mujeres que, a pesar de ser objeto de admiración, tuvieron que vivir a la sombra de los hombres o exiliarse por sus ideas. Especialmente curioso me ha resultado la historia de Alma Mahler, esposa del compositor Gustav Mahler, quien accedió al matrimonio con la condición de que ella dejara de componer música.

¿Y en qué sentido toda esta información repercute en la lectura? Bueno, el tema elegido por Esteban es tan peculiar y enigmático que, inevitablemente tanto el personaje como el lector se sentirán perturbados, en cierto modo, por toda la información a la que tiene acceso. Y en cuanto a Mirna, el desenlace de la novela nos permite llegar a la conclusión que no estamos tan alejadas de aquellas féminas objeto de su estudio.

Como dice el jurado en el vídeo que os dejado arriba, la novela se lee con mucha facilidad y placidez. Me ha parecido una lectura muy fluida, en la que la autora nos va conduciendo por donde desea, de manera ágil y dinámica. Quizá, en la parte central, he echado en falta algo de más movimiento, pero esta novela es más un trayecto emocional que una novela de acción, con mucho acercamiento al pensamiento de Mirna, Esteban y Ernesto, para poder conocerlos en profundidad. A mí me ha encantado adentrarme en el interior de todos ellos, y con los tres he podido empatizar. Esteban resulta un poco pesado, en algún momento, pero su propósito no deja de ser comprensible. 

Aun así, admito que ciertos sucesos extraños que acontecen en el piso de Mirna quedan un poco en el aire. O por lo menos, yo no he sabido descifrar qué se esconde detrás de esos hechos.  Pero el suspense está ahí, más concretamente en los últimos capítulos, cuando el narrador nos adelanta una circunstancia que despertará la curiosidad del lector. 

En cuanto a los personajes, veremos a una Mirna muy independiente, que necesita su espacio. Siendo hija única y de familia de posibles, ella decidió desde muy joven ganarse la vida por sí misma y no depender del sustento de los padres. No es una mujer solitaria aunque, tras lo que le va a tocar vivir, se vuelve más desconfiada, se encierra en su caparazón y se aísla un poco de sus amigas, que tienen un vida hecha o en proyecto, con pareja e hijos. En algún momento, veremos a Mirna dudar sobre el camino elegido, y plantearse si no sería más feliz con una pareja estable, con la que compartir el día a día, y con la que formar una familia. Son pensamientos que la atosigan cuando descubre que alguna amiga está embarazada o cuando ve que Miguel, su Miguel, está volando de nuevo y trenzando relaciones con otras mujeres.


"Así pues, los hombres, salvo Miguel, le producían no sólo un gran malestar psicológico, sino también físico, cuyo síntoma era una especie de eczema que le brotaba por todo el cuerpo, sobre todo en las manos". [pág. 63]

Miguel "era un superdotado en tecnología informática, de ahí que ocupara un buen puesto de trabajo en una multinacional americana de desarrollo de software", admirado por su inteligencia y apreciado por sus jefes y compañeros de trabajo. A nivel personal es muy diferente a Mirna. Si a ella le gusta improvisar, ir a su aire y tener su espacio, a él le encanta programar su vida con antelación y tener siempre una mano a la que agarrarse. 

Esteban es un joven muy seguro de sí mismo. Mirna lo ve como un chico interesante, con carisma pero no especialmente guapo, ni tampoco tan atractivo como para sentirse atraído por él. El comportamiento de Esteba, unido a la temática de su estudio, lo convierten en un personaje asfixiante, que elevará los niveles de ansiedad de Mirna. Sin embargo, el lector también terminará por empatizar con él porque, lo que le ocurre, es lo más normal del mundo. 

Por último, Ernesto es un hombre veinte años mayor que Mirna.  De su situación personal iremos conociendo pequeñas piezas, a medida que la narración vaya exigiendo desvelar algunos detalles de su vida. En algún momento, tanto Mirna como el lector intuirán que oculta algo. Pero, en realidad, me ha parecido el personaje más flojo. Lo que hay que reprocharle me ha resultado un asunto de poco interés para una trama como esta. Además, al personaje le sucederá algo que da pie al fin de su protagonismo de una manera abrupta, que se describe de forma acelerada.

Y aprovecho ahora que estoy hablando de los personajes para decir que he tenido algunos lapsus con Esteban y Ernesto. Sus nombres son parecidos y, en alguna ocasión, me he tenido que parar para ubicar a cada uno de ellos. Creo que, salvo algún motivo que desconozco, hubiera estado mejor emplear nombres que se pudieran diferenciar mejor.

El callejón de los silencios está narrada en tercera persona, pero la narración no se centra únicamente en el personaje de Mirna. A veces la voz narrativa desplaza su mirada al resto de personajes, dejándo a cada uno de ellos su propio espacio, para que se desahoguen, para que se explayen y poder así compartir con los lectores lo que piensan. Es una técnica que siempre me ha gustado porque me permite acercarme a uno y a otro, y conocerlos algo más en profundidad. 

Los capítulos, un total de treinta y cuatro, son de corta extensión y todos ellos están encabezados por un título que, según nota de la autora, llevan el nombre de algunos de los trastornos que se estudiaban en los años ochenta en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, "salvo la adicción al sexo, que fue reconocida como tal por la Organización Mundial de la Salud en el año 1986". Lo que me induce a comentaros que la psicología es una temática que está sumamente presente en la novela, no en balde, la autora es doctoranda en Psicología, o lo era cuando publicó la novela. 

Sin que se especifique exactamente, sabemos que la acción transcurre a finales de los años ochenta, porque vamos a poder asistir a la noche de fin de año que supone el cambio de década. Son tiempos fácilmente identificables, una época que evoca en el lector cierta nostalgia, rememorando aquellos años en los que todavía se podía fumar en el interior de los bares. Esa atmósfera cargada de humo ayuda mucho a la recreación de diversos encuentros que se producen en el interior de los establecimientos.

En definitiva, me ha gustado El callejón de los silencios. No será una lectura que perdure en mi memoria para siempre, pero he disfrutado conociendo a Mirna y al resto de los personajes, sumergiéndome en esta historia de amor y desamor, de dolor y traición, de amistad y lealtad. 

Cierro la reseña con la frase que aparece en la cubierta. En estos tiempos de pandemia, en los que están falleciendo tantas personas, conviene grabársela a fuego.

"Hay veces que conviene decir las cosas cuando las piensas o hacerlas cuando se tiene oportunidad, por si la parca te atrapa visitándote de forma inesperada".


Algunos libros y películas mencionados en El callejón de los silencios:

Criminales o locos. Dos peritajes psiquiátricos del doctor Lafora de Rafael Álvarez y Rafael Huertas. 
- Los afeites y los clásicos españoles de Isabel Fernández de Amado Blanco.
- Picasso y las mujeres de Paula Izquiedo.
- El desprecio agradecido de Lope de Vega. 
- Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954) 
- Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992)




[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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