martes, 31 de marzo de 2020

ELOY MORENO: 'Con esta novela pretendo mostrar una realidad que mucha gente no conoce'

Eloy Moreno tenía que haber presentado Tierra (Ediciones B) en la Casa del Libro (Velázquez) de Sevilla el pasado 11 de marzo. No pudo ser. Aquella semana, todas las editoriales comenzaron a suspender las presentaciones y los encuentros con los lectores, con el objetivo de evitar aglomeraciones. Es lo que hubiera ocurrido si Moreno presenta su novela, que se hubieran congregados muchísimas personas, y era precisamente lo que se debía evitar, lo que se sigue evitando. Sin embargo, sí se mantuvieron las entrevistas, y al llegar a la cita, me encontré a un Eloy algo apesadumbrado, triste por no poder reunirse con sus lectores, pues es un autor que siempre mantiene un estrecho vínculo con todos aquellos que lo leen. Pero era imposible. 

Sobre la novela, conversamos lo justo. Eloy tiene por costumbre desvelar poco o nada del contenido de sus libros, por aquello de no romper la magia de las historias que escribe. Aún así, algo nos contó. Ahí va la entrevista.

Marisa G.- Eloy, comencé a leer Tierra pensando que, al ser un libro tan voluminoso, me iba a llevar mucho tiempo. Sin embargo, se lee con suma facilidad. Te la bebes. Este es tu sello personal, escribir novelas que vuelen entre las manos de los lectores. 

Eloy M.- Sí, procuro hacerlo así, siempre con capítulos muy cortos, e intento que un capítulo te enganche para continuar con el siguiente. 

M.G.- Tu técnica funciona perfectamente. Dices que es tu novela más extensa, eso salta a la vista, pero también afirmas que es la más original. ¿Por qué?

E.M.- Es muy diferente a las anteriores, en cuanto a temática. No se puede encuadrar bajo ningún género, ni como novela histórica, ni novela negra, ni de terror. Tierra contiene dos historias muy distintas.

M.G.- Aunque llevo muy poco leído, tengo idea de la trama. 

E.M.- No, no tienes idea de nada. Te lo aseguro. (Risas)

M.G.- (Risas) Vale, ya te he leído decir que le das un buen quiebro a los lectores. Que pensamos que los tiros van por un lado y nos llevamos una gran sorpresa al final.

E.M.- Al final y a la mitad. Llegas a un punto en el que todo cambia, te vuelves a hacer una idea, pero la cosa vuelve a cambiar. Así que no tienes ni idea de nada. (Risas)

M.G.- (Risas). Me dejas de lo más intrigada. En cualquier caso, son dos historias.

E.M.- Sí, la primera comienza con dos niños -una niña y un niño-, en una cabaña, situada en mitad de un bosque. La niña es la joven que figura en la cubierta del libro, crecerá y se hará periodista. Esta chica tiene en su poder como unos anillos. Y la otra historia narra lo que ocurre en un reality, en el que ocho personas se aíslan para siempre. Las dos historias se cruzan cuando la periodista tiene que averiguar por qué esas ocho personas han decidido irse. Son personas muy famosos, muy conocidas y, en principio, son felices. Pero, en realidad, cada una de ellas tiene razones para tomar esa decisión, y no son buenas. 

M.G.- Realities hay muchos y muy absurdos todos. El que tu propones en la novela consiste en irse a vivir a Marte, sin posibilidad de volver. ¿Cómo se te ocurre esta idea?

E.M.- Es algo que está al caer. Se rumorea que, en diez años o algo más, se va a poder viajar a Marte. Y pensé, ¿por qué no hacer un reality a nivel planetario? Los participantes son de todo el mundo, la gente que vota lo hace en masa, y la audiencia se mide en millones.

M.G.- Y en esta trama, ¿qué pinta Islandia?

E.M.- Islandia me encanta. He estado allí varias veces. Es la parte más virgen de la tierra. Prácticamente, el ser humano no ha hecho nada allí, y hay mucho contraste con lo que conocemos.

M.G.- ¿Pero tendrá mucho protagonismo?

E.M.- Sí, tendrá mucha importancia como escenario.

M.G.- Hasta el punto de organizar un concurso en redes, con un premio que consistía en un viaje a Islandia.

E.M.- Sí, y ya ha salido el ganador. Bueno, ganadora, porque es una chica. Islandia jugará un papel importante en la trama.

M.G.- Eloy, lo que sí he detectado es que la novela comienza con muchísimo suspense. Hasta tal punto que llegué a pensar que me estaba enfrentando a un thriller pero no, ¿verdad?

E.M.- O sí (risas). 

M.G.- (Risas) Bueno, bueno,... como siempre, mantienes un férreo hermetismo sobre la trama. No nos aclaras mucho.

E.M.- No, no. (Risas). Es verdad que empieza de una forma peculiar. La escena de los dos niños con una llave que les cuelga del cuello, dentro de una cabaña, y de repente se escucha un grito. Es una imagen muy potente, que deja al lector muy intrigado.



M.G.- Totalmente. Pero una curiosidad, ¿qué tienen que ver las dos citas iniciales que, además son tan dispares, con la trama de la novela?

E.M.- La de Dostoyevski habla de que el ser humano se termina acostumbrando a todo y eso es lo que ocurre en la novela, que hay personajes que se van a acostumbrar incluso a situaciones muy duras. La de Orwell está sacada de 1984, y esa novela no es más que un Gran Hermano. Todo está relacionado.

M.G.- En esta novela hablas de redes sociales, de los realities, también de la mentira. ¿Es un libro para concienciar?

E.M.-  No exactamente para concienciar. Con esta novela pretendo mostrar una realidad que mucha gente no conoce. Tengo amigos que trabajan en televisión y me cuentan que todo está guionizado, que todo es mentira. Con las redes sociales pasa igual, nada más que encuentras posados, y la gente no es tan feliz como parece. No pretendo hacer ninguna crítica sino, simplemente mostrar la realidad.

M.G.- Pero tú utilizas mucho las redes sociales.

E.M.- Sí, es cierto pero procuro hacer un buen uso de ellas. Las utilizo mucho cuando anuncio alguna firma o presentación. También hay muchos lectores que contacta conmigo por redes para hablarme de mis novelas, o preguntarme algo. Evidentemente hay otros usos, para vender productos o para hacer publicidad engañosa. Cada uno lo usa con un fin, pero no todos son buenos.

TIERRA | ELOY MORENO | Comprar libro 9788466664745M.G.- Y volviendo a Islandia, ¿la novela nos permite reflexionar sobre el medio ambiente?

E.M.- Pues sí, no tienes más que fijarte en la portada. Detrás de la chica no debería aparecer agua, sino una gran masa de hielo. Eso tiene que dar mucho qué pensar. Islandia es el único sitio del mundo en el que el hombre no ha metido todavía las garras, pero ya se está notando su presencia. Islandia es el primer país que hizo un funeral de Estado por un glacial. 

M.G.- ¿En serio? 

E.M.- Sí. Es que para ellos es muy importante porque viven de la naturaleza y se está deshaciendo todo.

M.G.- Verdad. Si es que nos lo cargamos todo. Bueno, en la faja figura la siguiente pregunta: ¿Puede una novela cambiar tu forma de ver el mundo? ¿Hasta qué punto puede Tierra hacernos cambiar?

E.M.- Tierra te va a mostrar cosas que no te imaginas. Vas a ver cosas en la novela en las que no habías pensado nunca. Conforme vas avanzando en la lectura, te vas dando cuenta de que no son fantasías sino que es la pura realidad.

M.G.- En cuanto a los personajes, la chica de la cubierta se llama Nel, es periodista, como hemos dicho antes, e hija de un magnate de la televisión, responsable último del reality que se propone en la novela. ¿Qué me puedes contar de ella?

E.M.- Nel es una periodista que intenta ser íntegra, de los pocos que quedan. Trabaja en un periódico muy independiente. Ella es todo lo opuesto a su padre, son la cara y la cruz. Con su padre no se habla desde hace años y es casi la persona a la que más odia. Lo que pasa que, al final, hay un intento de acercamiento. El padre, antes de morir, quiere que la familia se vuelva a unir y que su hija se reconcilie con su otro hijo. Este hombre, tiene todo el dinero del mundo, pero no ha conseguido que sus hijos se hablen.

M.G.- Eloy, tú a veces has escrito para los niños, otras para los jóvenes. ¿Este libro está enfocado únicamente para los adultos?

E.M.- A ver, nunca escribo para un público concreto. Escribo lo que se me apetece en cada momento. Es verdad que Invisible toca un tema más juvenil, como es el bullying, pero los padres casi deberían leer ese libro antes que los hijos. En este caso, Tierra se lo han leído niños de diez años y no han tenido ningún problema para entenderlo. A partir de una edad en la que puedas entender una trama, mis libros pueden leerlos quien quiera. No tienen ninguna temática que no pueda leer un niño.

M.G.- Conozco a muchos amigos que son lectores tuyos y mucha gente que colocan frases de tus libros en redes. ¿Qué tienen tus novelas que enamoran tanto?

E.M.- Mis libros hablan de cosas cotidianas, que nos pasan a todos, pero que no se hablan en nuestro día a día. Reflejo también muchos sentimientos que podemos sentir todos en algún momento pero, por un motivo u otro, no los manifestamos. 

M.G.- Tú tienes que ser una persona muy sensible, ¿verdad, Eloy?

E.M.- Sí, lloro muchísimo escribiendo. 

M.G.- Es algo que se nota en tu manera de abordar los temas, de exponerlos, y de construir a los personajes. Siempre me has parecido una persona especialmente sensible.

E.M.- Invisible no lo has leído, ¿no?

M.G.- No. 

E.M.- Pues con ese sí que vas a llorar. Igual que lloré yo.

M.G.- Me lo apunto. Pero otra cosa, ¿hay mucha diferencia entre el Eloy Moreno de aquella primera novela, cuando ibas de librería en librería, haciendo promoción, al Eloy Moreno de hoy?

E.M.- Creo que no, pero claro mi opinión es subjetiva. A nivel literario, es cierto que ahora tengo mucha distribución y vendo más libros ahora que antes, pero sigo igual, con las redes sociales, con las presentaciones, con las firmas. Y a nivel personal, bueno, antes trabajaba de informático y lo dejé porque me resultaba incompatible con la escritura, pero sigo teniendo los mismos amigos que hace diez años.

M.G.- Llama la atención que dejaras un trabajo, como funcionario, además. 

E.M.- Es un riesgo, sí.

M.G.- Bueno, los funcionarios podemos pedir excedencia.

E.M.- A mí ya se me acabó la excedencia. Yo ya estoy fuera del sistema.

M.G.- Pues entonces, sí. Te has arriesgado un montón pero te va bien. No tienes de qué preocuparte. 

Eloy, para cerrar, ya que estás contando muy poco de la novela, ¿qué le dirías a los lectores sobre Tierra? ¿Por qué tienen que leer este libro?

E.M.- Porque van a leer algo muy distinto a lo que han leído hasta ahora, tanto por la historia, como por la temática, en todo,... Se van a encontrar algo que no van a saber clasificar. Y eso es bonito.

M.G.- Me parece bien. Lo dejamos aquí, Eloy. Muchas gracias y ojalá puedes regresar pronto para hacer un encuentro con tus lectores.

E.M.- Me encantaría.

Sinopsis:

Querido lector,


Tienes en tus manos una novela que plantea preguntas difíciles de responder; una novela que habla sobre esas verdades que, a pesar de buscar, preferiríamos no encontrar. No puedo explicarte de qué trata este libro porque eso rompería su magia, pero te aseguro que, cuando acabes de leerlo, verás el mundo de forma distinta.






lunes, 30 de marzo de 2020

SÁBADO, DOMINGO de Ray Loriga

megustaleer - Sábado, domingo - Ray Loriga

Editorial: Alfaguara
Fecha publicación: febrero, 2019
Precio: 18,90 €
Género: Novela 
Nº Páginas: 224 
Encuadernación: Tapa blanda con solapas 
ISBN: 9788423356959 
[Disponible en eBook y Audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]


Autor

Ray Loriga (Madrid, 1967), novelista, guionista y director de cine, es autor de las novelas Lo peor de todo (1992), Héroes (1993), Caídos del cielo (1995), Tokio ya no nos quiere (1999), Trífero (2000 y 2014), El hombre que inventó Manhattan (2004), Ya sólo habla de amor (2008), El bebedor de lágrimas (2011), Za Za, emperador de Ibiza (2014), Rendición (2017; Premio Alfaguara de novela) y Sábado, domingo (2019); de Sombrero y Mississippi (2010), y de los libros de relatos Días extraños (1994), Días aún más extraños (2007) y Los oficiales y El destino de Cordelia (2009).

Su obra literaria, traducida a quince idiomas, es una de las mejor valoradas por la crítica nacional e internacional. Como guionista de cine ha colaborado, entre otros, con Pedro Almodóvar y Carlos Saura. Ha dirigido las películas La pistola de mi hermano, adaptación de su novela Caídos del cielo, y Teresa, el cuerpo de Cristo. Ha colaborado en publicaciones como Ajoblanco, El Europeo, El País y El Canto de la Tripulación.

Sinopsis

«Todo el mundo tiene un recuerdo oscuro, una medusa tenebrosa que, en perfecta simetría, mancha el futuro de su existencia.»

Sábado, domingo narra una historia y la vuelve a contar años después. En la primera, un adolescente relata un suceso escabroso del verano anterior. Junto con su amigo Chino, salen un sábado y ligan con una camarera. La noche parece ir bien, hasta que todo se tuerce y acaba en desastre: es un funesto sábado que nuestro narrador se niega a recordar. Pero después de cada sábado, viene un domingo.

Veinticinco años después, ese adolescente, que ahora es un hombre con muchas malas decisiones a cuestas, acompaña a su hija a la fiesta de Halloween en el Colegio Internacional de las afueras de Madrid. Allí comparte charla con una mujer desconocida que se oculta tras la máscara de un disfraz. La conversación, intrascendente en apariencia, pronto lo conduce a aquella noche. No hay más remedio que aceptar que finalmente es domingo, el día que nos obliga a enfrentarnos a nuestro pasado.

Sábado, domingo es una novela sobre la culpa, sobre las deudas que se asumen como propias en la vida y sobre la huida que se impone cuando aceptar la realidad parece no ser posible.


[Información tomada directamente del ejemplar]


Ray Loriga ha pasado por este blog en formato entrevista, reseña literaria y reseña cinematográfica. Lo conocí cuando publicó Rendición, novela con la que se alzó con el Premio Alfaguara en 2017. Conversando con él (puedes leer la entrevista aquí), descubrí algunos aspectos de su vida que me resultaron muy interesantes, como su faceta de cineasta, de ahí que me lanzara a ver la película Teresa, el cuerpo de Cristo. Muy recomendable. Y ahora regresa a este espacio con su última novela. Sábado, domingo (Alfaguara) vio la luz hace algo más de un año. Loriga visitó Sevilla para presentarla, acudí a aquel acto, pero no ha sido hasta estos últimos días cuando me he sentado a leerla. De breve extensión, algo más de doscientas páginas pero con una grafía grande y anchos márgenes, os garantizo que se lee de una sentada, en un único día de confinamiento. 

Partamos de la estructura. La novela cuenta con dos capítulos más una coda. El primero de ellos, Sábado, ubica la acción en el verano madrileño de 1988. El narrador, del que tardaremos en saber su nombre, cuenta con retrospectiva los sucesos ocurridos durante un fin de semana del año previo, concretamente durante un sábado. Por entonces, no era más que un joven de diecisiete años que solía ir de andanzas con Chino, un tipo algo pendenciero, de su misma edad, al que no le faltaban las mujeres. Juntos acudirán a la fiesta de Gini, la prima del narrador, pero también conocerán a Fernanda, una joven camarera sudamericana que trabaja en un VIPS. Los tres deciden terminar la noche en casa de Chino. Lo que allí ocurra, no te lo voy a contar, entre otras cosas porque ni siquiera el lector o el narrador lo sabe. Ambos, lector y narrador, descubriremos la verdad al final de la novela.

El capítulo segundo se titula Domingo. Han transcurrido veinticinco años desde el capítulo anterior. Estamos en el Madrid de 2013. El narrador está divorciado y es padre de una joven, que estudia en el Colegio Internacional. Junto a ella acude a una fiesta de Halloween y allí se reencontrará con parte de su pasado. 

Por último, la coda, que traslada al lector a México, en el año 2014, un fragmento que, según nos contó Loriga en la presentación de la novela, lo tenía pensado antes de ponerse a escribir la historia. 

Esta es la trama de Sábado, domingo. Lo que Ray Loriga pretende es escarbar en el sentimiento de culpa y duda. Durante veinticinco años, el narrador no ha dejado de darle vueltas a lo que ocurrió en casa de Chino aquella noche de sábado. No tiene claro qué sucedió realmente pero le pesa haber participado en lo que fuera. Ese primer capítulo comienza con bastante intriga. Sabemos que algo ocurrió, algo que el narrador ha querido borrar de su mente pero que, tras ver de lejos a una persona, vuelve a recordar los sucesos de aquella noche. Es un primer capítulo que termina con un giro brutal de los acontecimientos pero también con un gran desconocimiento, que no me resulta del todo convincente. Me cuesta mucho trabajo asumir que el narrador actúe como lo hace. Uno se puede esconder pero, de algún modo, alguien termina por encontrarte. No quiero dar más detalles para no romper la historia.

En el segundo capítulo se narrará un reencuentro del que el narrador no puede huir. A pesar de que ha intentado esquivar su pasado, este llamará a su puerta con dos buenos golpes. En esta parte de la historia entra en escena el juego de las casualidades, gente que se conoce en un determinado momento, en un determinado lugar y que, haciendo alusión a ese refrán que dice que el mundo es un pañuelo, viene a demostrar que, a la postre, todo el mundo se conoce de un modo u otro.

En cuanto a la resolución, me esperaba algo mucho más impactante, un desarrollo de los hechos más dramático, con más consecuencias, tanto en el pasado como en el presente.  

Con respecto a los personajes, creo que están bien definidos y es fácil imaginarlos. Del narrador, sabremos que es hijo único (bueno, esto lo dejo ahí), de familia de clase media, aunque antes eran muy humildes pero prosperaron, buen estudiante y epiléptico (dato importante). Veinticinco años después, su vida ha dado muchos bandazos personales y sentimentales, pero tiene entre manos un proyecto que puede hacerlo resurgir.  El narrador adolescente y el narrador adulto no han cambiado tanto. Sigue estando tan perdido como lo estaba de joven y eso se percibirá en el tipo de vida que ha llevado y en el actual punto de su existencia.

Chino es el otro gran protagonista, un chulo, un tipo de pocas palabras que prefiere invertir el tiempo en la acción en vez de en el diálogo. Es un tío que cae bien a las mujeres, a las que se las camela con facilidad, con labia. Es de lo único que habla, de sus conquistas amorosas y sus escarceos sexuales, porque para lo demás, es mucho más hermético. Mal estudiante, con un expediente académico nefasto, expulsado de varios centros y a punto de ser enviado a un correccional, a Chino todo le da igual, mientras vaya rompiendo corazones.

La relación entre Chino y el narrador se basa en la habilidad que tiene el primero para conquistar a las mujeres. El narrador sabe que, estando con Chino, conocerá a jóvenes con las que intentar un acercamiento aunque él, de quien está realmente enamorado es de su prima Gini. Pero entiende que con ella no tiene ninguna posibilidad, y mira que lo intenta, así que, se arrima a Chino por si cae algo. En cualquier caso, es una relación basada en el interés. A Chino le conviene tener un perrito faldero y al narrador, aunque no lo soporta, le interesa estar con él para recoger las migajas de su amigo. 

En cuanto a los personajes femeninos, Gini y la camarera son las dos que ostentan el protagonismo. No tan bien definidas como los masculinos, también resulta fácil imaginarlas.

Sábado, domingo es una novela muy accesible, mucho más que Rendición, en la que el lector tenía que poner de su parte para entender el mundo que Loriga había construido. En esta, no. En esta, la trama transita con calma y en un ambiente muy al alcance del lector, el que, por otra parte, parece que actúa como confesor del narrador. Como comenté antes, es una novela que se lee en un suspiro. Comienzas a leer los primeros párrafos y enseguida entras en materia. Es algo que se agradece. No obstante, lo que pensé que sería una línea recta se torna en un camino con curvas pues, el narrador, se desvía de la línea principal con relativa frecuencia. Él mismo lo reconoce y tiene que reconducir su discurso. Es algo que me ha divertido porque sentía como si estuviera conversando conmigo cara a cara, aunque creo que, esa desviación del tema central puede incomodar a otros lectores, haciendo que su interés fluctúe.

Pero si he señalar lo que más me ha gustado de esta novela diría que son las voces. En concreto la voz del narrador. Debe de ser complicadísimo dar voz a un adolescente cuando no lo eres y, sin embargo, en ese primer capítulo he sentido cómo un joven de diecisiete años me contaba su vida, con su forma de ver el mundo, con sus prioridades y sus preocupaciones. Esa voz es realmente auténtica. Y luego, de adulto, la voz cambia pero mantiene el influjo de todo lo que a su dueño le aconteció de joven. 

Por otra parte, hay un breve retrato de los barrios más humildes que me ha parecido muy real, esos ambientes en los que se hacinan las familias más pobres, donde es frecuente encontrar bandas callejeras, peleas, drogas y muertes. 

En definitiva, Sábado, domingo es una lectura que, si bien me ha parecido floja en la resolución y con algunas cuestiones que no me han llegado a convencer del todo, me ha gustado leer. Sin apenas diálogo, y con un par de capítulos largos, reitero que se lee con mucha rapidez y que a mí, con su intriga, me ha ayudado a olvidar lo que estamos viviendo, al menos por todo un día. 

Cierro la reseña con una frase que me golpeó de lleno en estos tiempos:

"Vives como si nada hasta que algo se te clava, y después se trata de sacarse esa espina, más que de seguir viviendo" [pág. 12]






 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]


Puedes adquirirlo aquí:


viernes, 27 de marzo de 2020

ALGO VA MAL de Fermín Bocos


Editorial: Destino

Fecha publicación: febrero, 2020
Precio: 18,90 €
Género: Thriller 
Nº Páginas: 336 
Encuadernación: Rústica con solapas 
ISBN: 9788423356959 
[Disponible en eBook]



Autor

Fermín Bocos nació en Santander y tiene tres hijos. Es escritor y periodista. Ha dirigido y presentado diversos informativos y programas de actualidad tanto en emisoras de radio como en televisión. Ha sido profesor asociado de la Universidad Carlos III de Madrid y es columnista político de la agencia Europa Press. Ha publicado las novelas El libro de Michael (1998), El resplandor de la gloria (1999), La venganza de Byron (2005) y El informe San Marcos (2009). En el ámbito del ensayo, es el autor de Tecnología bélica y censura en la Guerra del Golfo y Ellas (en coautoría con otros escritores) y el libro de viajes Viaje a las puertas del Infierno (2015)

Sinopsis

«Algo va mal. Aquí hay algo que no cuadra», dijo el comisario encargado del caso señalando uno de los dos cuerpos que aparecían en la foto con el rostro desfigurado por el impacto de una bala.

El cadáver de Cosme Damián, magnate de los medios de comunicación y director del influyente El Diario, aparece en su habitación de hotel en Ámsterdam la víspera de una de las elitistas reuniones internacionales del Club Bilderberg a la que iba a asistir. 



La intriga se desarrolla en escenarios que transportan al lector a las reuniones privadas del Club Bilderberg en los días previos a la guerra de Iraq; al París del mundo secreto del tráfico de obras de arte; a Berlín cuando todavía operaba la Stasi, la temible policía política de la RDA, la Alemania comunista; o a Gibraltar, puerto de negocios turbios y refugio de espías.


Un thriller trepidante en el que el autor vuelca con inteligencia y solidez narrativa su experiencia como periodista y construye un retrato acerado de la relación no siempre limpia entre la prensa y el poder, con la corrupción como telón de fondo en la España de nuestros días.



[Información tomada directamente del ejemplar]



Si rascamos sobre la superficie de la sociedad en la que vivimos, si profundizamos en la economía y en la política, comparando datos, leyendo aquí y allá, cuestionando lo que nos dice la prensa, siguiendo la pista a tal personaje, mostrando nuestro lado más crítico,... es posible que descubramos una telaraña enorme y preocupante. A veces pienso que vivimos en un mundo decorado con un bonito papel pintado que, al arrancarlo, deja a la luz paredes que muestran viejas pinturas y restos de otros papeles. Siempre hay algo debajo de lo que vemos. Algo va mal, la nueva novela de Fermín Bocos, se encamina hacia esa dirección, muestra un gran entramado que pone de manifiesto una realidad que se nos antoja lejana, desconocida, pero que nos afecta a todos por igual. ¿Sabes bien en qué mundo vives?



En Ámsterdam tiene lugar una nueva reunión del Club Bilderberg. A la misma asisten empresarios, políticos, financieros, industriales,... pero entre los asistentes figura también un español, Cosme Damián, dueño del periódico El Diario, un rotativo sensacionalista, encargado de sacar los trapos sucios de toda figura insigne del país, así que no es de extrañar que tenga muchos enemigos. La invitación supone para él, la cúspide de su trayectoria, y entrar en las filas de los hombres más poderosos. Sin embargo, su participación en esta reunión le saldrá cara. Alguien entra en su habitación de hotel, mientras practica sexo, lo asesinan a sangre fría, a él y a su acompañante. De la investigación, aparte de las autoridades holandesas, se hará cargo en España el comisario Aquilino Malvar y su mano derecha, el inspector Gabriel Montañés. Ambos tendrán que ir colocando las piezas de un puzle mucho más grande de lo que pensaban y que ponen en el punto de mira los tejemanejes de un constructor, el pasado de un político o las actividades ilegales de un financiero gibraltareño. El asesinato de Cosme Damián no será el único. Pero, ¿quién es el asesino? No destrozo la trama si os doy su identidad, pues este dato lo sabremos muy pronto. Se trata de Walter de Roux, al que apodan el Marsellés, un asesino a sueldo. 

Algo va mal es un thriller pero, si sabemos quién comete los crímenes, ¿qué gracia tiene la novela? Bueno, en esta historia no es tan importante el quién, el qué, el cómo, o el cuándo, como el porqué. ¿Por qué hay que quitar de en medio a Cosme Damián? ¿Por qué se cometen más asesinatos? ¿Por qué los poderosos siempre salen indemnes? Aunque otras preguntas también serán importantes como ¿Al servicio de quién opera el Marsellés? ¿Qué intereses tienen los personajes de esta novela? Esta frase, dicha por boca de un personaje, político de profesión, y que ya se recoge como cita en las primeras páginas, define por sí misma lo que vamos a encontrar en esta trama. 

"No me preocupa la sangre, me preocupa la tinta. La prensa, los medios y el escándalo político." [pág. 245]

Porque, como decía Fermín Bocos en la entrevista que pude hacerle, y que puedes leer aquí, a (algunos) políticos no les preocupa lo que hacen, sino que la población sepa lo que hacen. Un pensamiento que encaja en cualquier época, y más en los momentos que vivimos.

Algo va mal es un thriller porque hay asesinatos, víctimas e investigación pero es un thriller con claros componentes políticos, sociales y económicos, que transcurre entre los años 2002 y 2003, con la guerra de Irak y las armas de destrucción masiva como telón de fondo. Es cierto que me ha parecido una trama sin grandes giros argumentales que te roban el aliento, pero creo que el propósito de esta novela es incidir en una realidad que a los ciudadanos de a pie no está vetada, mostrar un red oculta que manipula a su antojo, tras la cual hay gente muy poderosa, que se esconde bien tras parapetos. ¿Me refiero con ello al Club Bilderberg? No especialmente. El poder traspasa las fronteras de este club que, en la novela queda descrito como un foro discreto, al que pertenecen los personajes más poderosos del mundo, "un lobby [...] formado por grandes banqueros, financieros, políticos en activos y otros que lo fueron en sus respectivos países, empresarios de los medios de comunicación y algún personaje de actualidad convertido en autoridad en una determinada materia de interés para los miembros del club", pero alrededor del cual gira mucha leyenda propiciada por la imaginación de los periodistas. No se profundiza mucho más en la naturaleza de este club, tampoco hay razón para ello.

Sin embargo, Bocos sí se afana en mostrar la relación entre política y periodismo, y es ahí donde, como lectora, he encontrado mucho más interés. ¿Cuántas películas habéis visto en la que ambos sectores están intrínsecamente relacionados? No es de extrañar ver el periodismo al servicio de un partido político, del gobierno o de la oposición. Para mí, ha sido uno de los temas más interesantes que se abordan. Sacar a la luz una noticia o dejarla en el cajón en función del protagonista en cuestión es algo que no decide siempre el periodista. ¿Nunca te paras a pensar quien mueve los hilos realmente? ¿Si hay personajes a la sombra que son los que ostentan verdaderamente el poder? ¿Si lo que lees en las noticias es realmente así o simplemente estamos manipulados? ¿No te asusta todo esto? A mí, sí. Las respuestas son claras.

Y más allá del periodismo o la política, otras cuestiones interesantes como la corrupción, el blanqueo de dinero, la mafia rusa, el tráfico de obras de arte y la Stasi. Debo admitir que, de la Stasi, me hubiera gustado saber algo más. ¿Qué tiene que ver aquella policía política en esta trama? Obviamente no os lo voy a decir. Simplemente os comentaré que hay un personaje cuyo pasado estuvo vinculado a aquella organización y un periodista intenta sacar la noticia a la luz. Ahí lo dejo. 

¿Y qué pasa con el desenlace? Bueno pues, sinceramente no es lo que me esperaba. Los últimos párrafos no cierran todo lo que había dejado abierto y, más allá de una relación amorosa que no barruntaba, no me ha aclarado mucho más. ¿Es que acaso hay intención de continuar con la historia? Pues la verdad es que no lo sé. No se me ocurrió preguntarle al autor, -no había terminado de leer la novela cuando me senté a conversar con él-, ni tampoco he leído nada al respecto. En cualquier caso, y por si pensáis que la lectura me ha defraudado, debo decir que no. Todo lo que acontece a lo largo de las algo más de trescientas páginas huele tanto a realidad y engancha por sorprendente, que a mí me ha parecido una lectura aceptable. Que me hubiera gustado saber más de la Stasi, que hubiera preferido otro final, pues sí, no lo voy a negar pero Algo va mal cuenta con un entramado interesante que puede sorprender al lector. 

Y ahora toca hablar de los personajes. Me quedo con dos, uno de cada bando. Por un lado, Walter de Roux me parece un tipo peculiar e interesante. Huérfano de padre desde muy pequeño, desarrolló cierta crueldad infantil, y tras pasar por la legión, terminó convirtiéndose en asesino a sueldo. El desarrollo de los hechos nos permite conocerlo mejor y sabréis por qué digo que es un tipo peculiar.

El otro personaje es Gabriel Montañés, un policía de carne y hueso, que se tiene que enfrentar a una dura labor de investigación, compleja e intrincada, esquivando las dificultades que le pone la burocracia. Me ha gustado este personaje porque me ha parecido muy real, un hombre con preocupaciones comunes, con quejas comunes, con relaciones comunes. Es fácil que te caiga bien. Además, es ese policía a través del cual se muestra esa perenne rivalidad entre Guardia Civil y Policía Nacional. No llega a unos límites muy exacerbados sino que, cuando hace falta, se echan un cable el uno al otro. 



Algo va mal es una novela algo coral en la que figuran otros personajes como Francis Hamiltón, exsecretario de Estado norteamericano; Julián Santaeugenia, un constructor; Telmo Salcedo, un político muy poderoso e intocable; Mordekai, un financiero gibraltareño; y los periodistas Mikel Azuera que investiga la relación de un hombre poderoso español con la Stasi, y Felipe Mazarrasa, que se centra en los negocios sucios de Santaeugenia. De todo un poco. 

En cuanto a los escenarios hay varios: Ámsterdam, Berlín, Nueva York, Gibraltar,... y otros más. No cobran gran protagonismo, por lo que tampoco hay mucho que decir. Eso sí, me quedo con la bonita visión que Bocos nos ofrece de mi ciudad. 

"...Sevilla, la gran capital andaluza, que ha crecido dejándose llevar, como casi todas las ciudades españolas, por la especulación urbanística, pero en su caso sin perder el extraordinario encanto que la convierte en única." [pág. 174]

La estructura de Algo va mal es alternante. Es decir, los capítulos, de corta extensión, van saltando de una cuestión a otra, de un personaje a otro, de tal manera que al lector le resulta fácil ir siguiendo el desarrollo de los hechos de forma paralela. El fraseo corto, la brevedad de los capítulos, la continuidad de una acción tras otra, imprimen mucho ritmo a la lectura, aunque, como dije antes, no hay grandes giros ni un suspense explosivo. Eso sí, el humor y la ironía fina están muy presentes en el texto. 

En definitiva, de esta novela me quedo con ese retrato de la actualidad de la que tanto desconocemos. Lo que ocurre en esta historia podría ocurrir perfectamente pues basta con abrir los periódicos para encontrarte a un Julián Santaeuegenia o un Telmo Salcedo, y eso es lo que la convierte en una lectura interesante.







 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]


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miércoles, 25 de marzo de 2020

LOS DOS PAPAS (DRAMA - 2019)

Resultado de imagen de FILMAFFINITY LOS DOS PAPAS
Año: 2019

Nacionalidad: Reino Unido

Director: Fernando Meirelles

Reparto: Jonathan Pryce, Anthony Hopkins, Juan Minujín, Cristina Banegas, Sidney Cole, Luis Gnecco, Federico Torre, María Ucedo, Thomas D Williams, Pablo Trimarchi.

Género: Drama

Sinopsis: Explora la relación que mantuvieron el Papa Benedicto XVI y su sucesor, el Papa Francisco, dos de los líderes más poderosos de la Iglesia Católica, que abordan sus propios pasados y las demandas del mundo moderno para que la institución avance.

[Fuente: Filmaffinity]


Nunca me gustó Joseph Ratzinger. Hablo del hombre, no del Papa. No entro a evaluar su gestión de la Iglesia como Sumo Pontífice, ni sus años de papado, aunque alguna que otra declaración suya podría dar lugar a un jugoso debate. No. De Ratzinger no me gustó lo que veía en su mirada, lo que me transmitían sus ojos, su expresión, sus gestos. ¿No os ha pasado alguna vez que, sin conocer verdaderamente a alguien, con tan solo verlo un minuto, sentís que no os transmite buenas vibraciones? Pues eso es lo que me pasó a mí la primera vez que vi a Joseph Ratzinger, como Benedicto XVI, en el balcón de San Pedro. Con el Papa Francisco las sensaciones son totalmente opuestas.

Los dos papas, como bien dice la sinopsis, muestra la relación entre Benedicto XVI y el actual Papa, cómo el primero decidió renunciar a su cargo en favor del segundo. La película comienza y termina, construyendo un círculo, con la misma escena, una situación simpática, en la que el Papa trata de sacar, telefónicamente, un pasaje de avión para viajar desde Roma a Lampedusa. No lo hace a través de su secretario personal, sino que es él mismo el que realiza la gestión, lo que provoca una coyuntura bastante cómica. Esta secuencia inicial ya nos hace entender qué tipo de persona es Jorge Bergoglio, y detalles de este tipo los iremos viendo a lo largo de todo el metraje.

Pero, antes de ser elegido Papa en 2013, la película retrocede al año 2005 para contarnos cómo era la vida de Bergoglio en Buenos Aires. Veremos a un hombre de Dios muy unido al pueblo, preocupado por los problemas de su gente, cercano y amable. Ese mismo año fallece Juan Pablo II, se celebra un cónclave para elegir nuevo Papa y la Curia elige a Ratzinger. Es entonces cuando Bergoglio regresa a Argentina, mascando la idea de retirarse como cardenal arzobispo de Buenos Aires. 

Un salto en el tiempo nos conduce a 2012 justo cuando un escándalo salpica al Vaticano, conocido como el Vatileaks. Una mano mano cercana al Papa, robó unos documentos confidenciales y acabó con el mayordomo del pontífice entre rejas. Pero no se profundiza en esta cuestión, no es el núcleo de la película. Por aquellas fechas, Bergoglio sigue con la idea de dejar su cargo y convertirse en cura de pueblo. Para ello viaja a Roma, con la idea de que Benedicto XVI le conceda el retiro. Y es ahí, realmente donde empieza lo más interesante de esta película. ¿De qué hablaron el alemán y el argentino durante los días que estuvieron juntos? ¿Qué se dijeron el uno al otro? Por supuesto, esto no te lo voy a desvelar.

Si tuviera que destacar lo que más me ha gustado de esta película, lo resumiría del siguiente modo:

a) La película analiza la personalidad de ambos religiosos. Hace un retrato nítido de cada uno de ellos. Dos personalidades muy distintas, sobresaliendo, o al menos así lo veo yo, el carácter y la naturaleza de Bergoglio. Un hombre que siempre se señaló como firme defensor de la reforma de la Iglesia, un hombre que mira con una sonrisa socarrona la infraestructura del Vaticano, con tanto lujo, grandes villas, helicópteros y medios excesivos al servicio del Papado. Veremos a un Bergoglio que prefiere ropajes sencillos, zapatos viejos y cruces de plata. 

b) La película muestra también la postura de ambos como hombres de Dios. La opinión de Ratzinger y Bergoglio respecto a algunas cuestiones del mundo moderno como la homosexualidad, el celibato, los divorcios, el narcisismo de la Iglesia, y los abusos que se han producido en el seno de la misma, serán temas de sus conversaciones. 

Para mí, este es el plato fuerte de la película. Esas conversaciones en las que Ratzinger reprocha y Bergoglio justifica, uno clamando con indignación y el otro replicando con calma, es casi de lo mejor de esta cinta. Se establece un pulso dialéctico entre ambos que no tiene precio, una conversación que culmina con una declaración del argentino que me pareció absolutamente honesta: "Ya no quiero ser vendedor de un producto que ya no puedo defender honestamente". El guion cuenta con perlas tan maravillosas como esta, que prefiero no reproducir aquí.

c) La película hace un viaje al pasado de cada uno. Antes de ser elegido Papa, ¿cómo fue la vida de ambos? ¿Qué actos impuros cometieron antes de ser designados como el representante supremo de Dios sobre la Tierra? Todos tenemos pasado, incluido Benedicto XVI y Francisco. Haciendo uso de diversos flashbacks, conoceremos a un Jorge Bergoglio joven y laico, que un día recibe la llamada de Dios, que ingresa en el seminario y que, con el tiempo, se verá envuelto en un asunto turbio, en una época en la que Argentina, bajo el yugo de una dictadura, sufrió por sus hijos. 

Esta es la parte más impactante de la película. Ese retrato personal, esos tropiezos de un hombre de fe, al que veremos cargando aún el peso de la culpa. 

d) Y por último, esta película nos deja ver por qué Ratzinger decidió renunciar al cargo.  Al margen de su deterioro físico, conoceremos otro motivo más. Si esto es cierto o pura especulación lo dejo a vuestro criterio. 

Jonathan Pryce como el Papa Francisco y Anthony Hopkins como Benedicto XVI hacen un trabajo soberbio. Al margen del parecido razonable, que en el caso de Hopkins intuyo que ha debido de haber una labor de caracterización más profunda, ambos encajan perfectamente en los perfiles. Buena parte de la película se sustenta en escenas en las que uno está frente al otro y todo, y la complicidad entre ambos es brutal. No ves a dos actores, ves a un Papa y a un cardenal. Me parece que ambos se apoyan y se complementan en sus interpretaciones.

De esta película llama también la atención los escenarios. Los exteriores de la Ciudad del Vaticano son fáciles de rodar pero ¿qué pasa con esas escenas que transcurren dentro de la Capilla Sixtina? Los que la habéis visitado, sabéis que es un espacio con importantes medidas de seguridad y restricciones muy duras. En su interior, no se puede hacer ni una sola fotografía. Entonces, ¿permitieron el rodaje? Rotundamente no. Para la película se construyó una Capilla Sixtina y en este artículo podéis leer cómo lo hicieron.

Con una banda sonora peculiar, que incluye algún tema de ABBA, -curioso, ¡eh?-, con el empleo de imágenes reales que muestras el funeral de Juan Pablo II, la llegada de los cardenales al cónclave o algunas otras en las que vemos a los verdaderos protagonistas de esta historia, debo admitir que me ha gustado mucho Los dos papas. Me parece una película valiente. No todo el mundo se atreve con la Iglesia pero el brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, 2002) construye una bonita historia, íntima, personal, que muestra más al hombre que al religioso. La he disfrutado un montón. Y os la recomiendo con los ojos cerrados.





Tráiler: