Editorial: Lumen
Fecha publicación: septiembre, 2018.
Precio: 17,90 €
Género: Cómic.
Nº Páginas: 192
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788426405517
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]
Fecha publicación: septiembre, 2018.
Precio: 17,90 €
Género: Cómic.
Nº Páginas: 192
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788426405517
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]
Autora
Emma Clit es ingeniera informática y bloguera, y dibuja en sus ratos libres. Se declara feminista y revolucionaria, y se interesa por la política y los problemas cotidianos. En 2017 publicó en su blog la tira "Habérmelo pedido", sobre la carga mental, que fue compartida por más de medio millón de personas y de la que se hicieron eco medios de todo el mundo como The Guardian, The Huffington Post, la BBC, Le Monde, El Diario, El País o El Periódico de Catalunya. Ha publicado dos libros en 2017, reunidos por Lumen en un único volumen con el título La carga mental.
Sinopsis
¿Tu pareja te pide que le indiques qué tareas tiene que hacer?
¿Está la mujer socialmente programada para ser agradable y no rebelarse? ¿Y para soportar la carga mental de las tareas del hogar? ¿Es irremediable que las cosas le resulten más difíciles que al hombre? ¿Se puede educar sin estereotipos?
Emma Clit, la feminista que ha viralizado el concepto "carga mental" con sus viñetas, compartidas por más de medio millón de lectores, se propone desvelar las desigualdades de nuestro día a día y cambiar nuestra mirada sobre el patriarcado, el acoso, la conciliación, la disparidad de oportunidades, la sexualidad femenina o el exceso de trabajo.
Vuelvo al ataque con la novela gráfica para acercarme, otra vez, a una mirada feminista. Como mujer, este movimiento que intenta erradicar todas las desigualdades entre hombres y mujeres, y que llevan imperando siglos, me resulta muy interesante. Reconozco que hay cosas en esta lucha que son de Perogrullo, y que debían de haberse atajado hace décadas, sin embargo, no siempre consigo entenderlo todo. Confieso que en algún momento he llegado a pensar que ciertas situaciones se salen un poco de madre por eso, cuando se habla de este tema, no me asusta decir lo que pienso, precisamente para crear debate, y escuchar otros puntos de vista. Hasta ahora, los únicos libros que me han convencido totalmente son los Chimamanda Ngozi Adichie, Todos deberíamos ser feministas y Querida Ijeawele. Como educar en el feminismo.
Pero de toda esta lucha feminista, hay una cuestión de la que se habla poco y que resulta necesario exteriorizar y verbalizar, la carga mental. Este es un asunto que me afecta diariamente, me preocupa, me agota, me cabrea, me quema bastante. Seguramente habrás escuchado decir a tu madre, hermana, novia, prima, compañera de trabajo,... que tiene que llevarlo todo para delante. Ese "llevarlo todo para delante" es la carga mental, un lastre que nos tiene subyugada desde siempre. Y por eso decidí a leer este libro, precisamente porque se titula así, y he querido asomarme al mundo de la protagonista para comprobar si a ella le pasa lo mismo que a mí. Sin embargo, el libro tan solo dedica un capítulo a este tema.
La carga mental lleva por subtítulo Sí a la vida en común. No a los lugares comunes. Entiendo la primera parte del mensaje pero me pierdo un poco en el segundo enunciado, porque no veo claro la relación que tiene con el contenido de la obra. El libro está compuesto por nueve capítulos, algunos más interesantes que otros, en los que predomina más el texto que la ilustración. Por haceros un breve resumen de su contenido, os puedo contar que se habla de temas habituales en este tipo de volúmenes como por ejemplo, lo ninguneada que está la mujer en el entorno profesional donde predominan los hombres, o cómo los hombres miran a las mujeres, una cuestión en la que influye muchísimo los medios audiovisuales y la publicidad. Pero la autora afirma que la mujer está tan sometida a la mirada del hombre que se siente observada incluso cuando está sola. Bueno, tampoco es cuestión de exagerar. Otro asunto muy común, la maternidad y los genitales de la mujer. Es un clásico hablar de su clítoris, pero aquí se aporta un dato sorprendente sobre la ablación, algo que relacionamos a culturas muy atrasadas y países africanos, sin embargo, en Europa también ha existido. Hará repaso igualmente a la manipulación emocional, a nuestro orden de prioridades (trabajo-hogar), por regla general en orden inverso al de los hombres, y a otras series de cuestiones que te interesarán más o menos.
En definitiva, que hay asuntos bastante trillados ya, pero en este libro también se puede encontrar puntos que me han parecido muy novedosos. Por ejemplo, en el primer capítulo se habla de la luz de gas o el gaslighting, una forma de manipulación que hace creer a una persona que es violenta, únicamente porque reacciona mal frente a una agresión. Y expone unos casos prácticos que son muy esclarecedores. Es decir, los papeles se invierten. En vez de etiquetar como agresivo al que agrede, se etiqueta como tal a la persona que se defiende. No puede ser más curioso.
Otra cuestión interesante, la fragmentación. ¿Por qué en un anuncio, en vez de mostrar el rostro completo de una mujer, se muestran sus labios o sus piernas? Estamos tan acostumbrados a ciertas cosas que todo lo vemos normal.
Ahora bien, el capítulo que realmente me llamaba la atención es el de la carga mental y sí, a la protagonista le pasa como a mí, que estoy haciendo una cosa y recordando las veinte restantes que tengo que hacer después. Y leyendo ese capítulo me acordé de un vídeo que vi una vez. ¿Qué ocurre cuando tu pareja (hombre) dice que se va a acostar? ¿Y qué ocurre cuando lo dices tú? He intentado localizar ese vídeo pero no lo encuentro. Más o menos trataba de hacernos entender que, cuando un hombre decide irse a la cama, se va y punto. Sin embargo, una mujer suele anunciar que se va a dormir pero antes, saca la comida del congelador para el día siguiente, prepara la ropa que los hijos se tienen que poner por la mañana, saca al perro a hacer sus necesidades, mete los cacharros de la cena en la lavavajillas, hace una breve lista de los productos que tiene que comprar al salir del trabajo,... Es decir, que desde que anuncia que se a acostar hasta que realmente lo hace, pueden pasar perfectamente entre 40 y 50 minutos. O por no hablar de que cualquier tarea que pongamos en marcha, y que hipotéticamente nos va a llevar unos pocos minutos, se convierte en quince tareas más y dos horas de aquí para allá. Y esto es una realidad como un templo, ya sea en el caso de una ama de casa (no puede haber TRABAJO, en mayúsculas, más ingrato) o una mujer que, además de trabajar dentro de su casa, lo hace también fuera. Ojo a la ilustración siguiente.
Este capítulo concretamente es maravilloso. Ahonda no solo en los hechos sino también en los motivos. ¿Por qué nos pasa esto? Bueno, la respuesta nos la ofrece la autora en el libro. Y estoy convencida de que, todas os vais a sentir identificada con lo que se cuenta en este capítulo. Y es que cada vez tengo más claro que la mujer, en realidad, es la empresaria de su familia, una autónoma, de la que dependen muchas personas y muchas cosas en su círculo familiar y que, a priori, podemos gestionar. Mantener ese equilibrio, que todo marche como la seda, que todo el mundo esté contento y feliz,... ¡¡es agotador!! Eso sí, si nos quejamos, obtenemos dos respuestas. Versión a) Si necesitabas ayuda, solo tenías que haberlo dicho. Versión b) Tranquila, que te estás poniendo histérica. ¡¡Para tirarse de los pelos!!
En fin, Emma Clit para ejemplarizar muchas de sus teorías y afimarciones, se apoya en sus propias experiencias o en las de sus amigas. Igualmente hace referencias a estudios y leyes francesas. Es la editorial la encargada de incorporar los datos de contraste sobre España.
En cuando a las ilustraciones, son bastantes sencillas. Los personajes dialogan entre ellos para ratificar las explicaciones de la autora.
Poco más os puedo adelantar del libro. Si te gusta el género y estás interesado en estos temas, es una forma de aproximarse a la materia. Ya os digo que yo estaba especialmente interesada en la carga mental y sobre este asunto solo versa un capítulo.
Os dejo por aquí un vídeo, publicado por El País, que os muestra algo más, así como una entrevista a la autora.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí:
En definitiva, que hay asuntos bastante trillados ya, pero en este libro también se puede encontrar puntos que me han parecido muy novedosos. Por ejemplo, en el primer capítulo se habla de la luz de gas o el gaslighting, una forma de manipulación que hace creer a una persona que es violenta, únicamente porque reacciona mal frente a una agresión. Y expone unos casos prácticos que son muy esclarecedores. Es decir, los papeles se invierten. En vez de etiquetar como agresivo al que agrede, se etiqueta como tal a la persona que se defiende. No puede ser más curioso.
Otra cuestión interesante, la fragmentación. ¿Por qué en un anuncio, en vez de mostrar el rostro completo de una mujer, se muestran sus labios o sus piernas? Estamos tan acostumbrados a ciertas cosas que todo lo vemos normal.
Ahora bien, el capítulo que realmente me llamaba la atención es el de la carga mental y sí, a la protagonista le pasa como a mí, que estoy haciendo una cosa y recordando las veinte restantes que tengo que hacer después. Y leyendo ese capítulo me acordé de un vídeo que vi una vez. ¿Qué ocurre cuando tu pareja (hombre) dice que se va a acostar? ¿Y qué ocurre cuando lo dices tú? He intentado localizar ese vídeo pero no lo encuentro. Más o menos trataba de hacernos entender que, cuando un hombre decide irse a la cama, se va y punto. Sin embargo, una mujer suele anunciar que se va a dormir pero antes, saca la comida del congelador para el día siguiente, prepara la ropa que los hijos se tienen que poner por la mañana, saca al perro a hacer sus necesidades, mete los cacharros de la cena en la lavavajillas, hace una breve lista de los productos que tiene que comprar al salir del trabajo,... Es decir, que desde que anuncia que se a acostar hasta que realmente lo hace, pueden pasar perfectamente entre 40 y 50 minutos. O por no hablar de que cualquier tarea que pongamos en marcha, y que hipotéticamente nos va a llevar unos pocos minutos, se convierte en quince tareas más y dos horas de aquí para allá. Y esto es una realidad como un templo, ya sea en el caso de una ama de casa (no puede haber TRABAJO, en mayúsculas, más ingrato) o una mujer que, además de trabajar dentro de su casa, lo hace también fuera. Ojo a la ilustración siguiente.
Este capítulo concretamente es maravilloso. Ahonda no solo en los hechos sino también en los motivos. ¿Por qué nos pasa esto? Bueno, la respuesta nos la ofrece la autora en el libro. Y estoy convencida de que, todas os vais a sentir identificada con lo que se cuenta en este capítulo. Y es que cada vez tengo más claro que la mujer, en realidad, es la empresaria de su familia, una autónoma, de la que dependen muchas personas y muchas cosas en su círculo familiar y que, a priori, podemos gestionar. Mantener ese equilibrio, que todo marche como la seda, que todo el mundo esté contento y feliz,... ¡¡es agotador!! Eso sí, si nos quejamos, obtenemos dos respuestas. Versión a) Si necesitabas ayuda, solo tenías que haberlo dicho. Versión b) Tranquila, que te estás poniendo histérica. ¡¡Para tirarse de los pelos!!
En fin, Emma Clit para ejemplarizar muchas de sus teorías y afimarciones, se apoya en sus propias experiencias o en las de sus amigas. Igualmente hace referencias a estudios y leyes francesas. Es la editorial la encargada de incorporar los datos de contraste sobre España.
En cuando a las ilustraciones, son bastantes sencillas. Los personajes dialogan entre ellos para ratificar las explicaciones de la autora.
Poco más os puedo adelantar del libro. Si te gusta el género y estás interesado en estos temas, es una forma de aproximarse a la materia. Ya os digo que yo estaba especialmente interesada en la carga mental y sobre este asunto solo versa un capítulo.
Os dejo por aquí un vídeo, publicado por El País, que os muestra algo más, así como una entrevista a la autora.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí:
Uy, esta me interesa mucho, sobre todo para que la lea El Ingeniero porque justo hace un par de semanas le comentaba lo que era "la carga mental". Que es cierto que en casa repartimos tareas porque trabajamos los dos, pero la carga mental (compra comestibles, lavadoras, ect.) siempre es mía y no acaba de entender por qué. Besos.
ResponderEliminarNo soy yo muy de cómic, más bien nada, aunque quizá es que lo he probado poco.
ResponderEliminarBesos.
Ya sabes que no es mi tema cuando se trata de leer ficción. Es de esas cosas que con la realidad ya tiene uno más que de sobra como para no poder aparcarlo mientras lee. Lo de la carga mental sí que está menos manido y se aparta un poco de los millones de libros del mismo tema.
ResponderEliminarBesos
Como me acueste yo primero, -y suele ser porque me encuentro mal,sino, soy la última en irme a la cama- él se deja hasta la tele encendida, le entra el sueño y ni se da cuenta que no la ha apagado...en una ocasión se dejó la nevera abierta toda la noche 🤬
ResponderEliminarNecesito el libro 😅😅😅
Besitos 💋💋💋
No me importaría regalarlo, me ha parecido curiosos
ResponderEliminarBesos