Editorial: Espasa.
Fecha publicación: octubre, 2019.
Precio: 19,90 €
Género: Novela negra.
Nº Páginas: 400
Encuadernación: Rústica con solapas.
ISBN: 9788467056365
[Disponible en eBook;
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Autor
José Carlos Somoza (La Habana, 1959). Está considerado uno de los renovadores de la literatura de misterio en castellano. Ha publicado, entre otras, las novelas Silencio de Blanca (premio La Sonrisa Vertical 1996). Dafne desvanecida (finalista del Nadal 2000), La caverna de las ideas (premio Gold Dagger 2002 a la mejor novela de suspense en Inglaterra), Clara y la penumbra (premio Fernando Lara 2001, premio Dashiell Hammett 2002), La dama número trece (2003, adaptada al cine con el titulo Musa), La caja de marfil (2004), Zigzag (2006, finalista del John W. Campbell Memorial en EE.UU.), La llave del abismo (2008, premio Ciudad de Torrevieja), El cebo (2010) y Tetrammeron (2012). También es autor de cuentos y teatro radiofónico (Langostas, 1994) y escénico (Miguel Will, 1997, premio Cervantes de Teatro). Su obra ha sido traducida a más de treinta idiomas. Su última novela es El origen del mal (2018)
Sinopsis
Inglaterra, siglo XIX. La enfermera Anne McCarey, agobiada por la vida en Londres y una relación sentimental tormentosa, acepta el trabajo de cuidar a un paciente en una exclusiva clínica para enfermos mentales en Southsea, en la ciudad costera de Portsmouth. Para alguien con su experiencia, el trabajo no puede ser más fácil.
Pero lo que encuentra no es lo que esperaba: el paciente, cuyo nombre nadie conoce -se llama "señor X"- y al que todos en la clínica temen, posee la rara cualidad de analizar los detalles más nimios y descubrir los secretos más recónditos de las personas que le rodean, incluida, para su desconcierto, la propia Anne.
A este dúo se añade un joven y novato doctor llamado Arthur Conan Doyle. Solo Anne y el doctor Doyle estarán preparados para descifrar los acertijos del enigmático señor X. Y más vale que lo hagan cuanto antes: porque parecen ser la clave de los asesinatos que empiezan a sacudir la ciudad de Portsmouth, con sus delirantes teatros, su inframundo de escenarios clandestinos y espectáculos criminales.
Vuelve el mejor Somoza, con su sentido magistral del suspense, en una extraordinaria novela con toques fantásticos y dos protagonistas cuya original relación no podrá olvidar el lector fácilmente.
En 2018 me estrené con la obra del autor cubano José Carlos Somoza. El origen del mal me pareció una novela fabulosa, con una trama que aunaba una buena historia, una pluma exquisita y una estructura trabajada. Por eso, cuando cayó en mis manos Estudio en Negro, no pude más que congratularme, y es que, además, tiene una sinopsis que despertó mi curiosidad al instante. ¿La has leído? No voy a detallar mucho más sobre el argumento, porque la sinopsis es bastante extensa y muy detallada. Estudio en Negro es una novela para dejarse sorprender, para dejarnos arrastrar en la investigación de una serie de asesinatos que van ocurriendo en la localidad costera de Portsmouth, unos crímenes relacionados con una forma de ocio que tendrá gran protagonismo en la obra y sobre la que se profundizará bastante. Como dato curioso para cerrar el resumen de la obra, apuntar que Somoza fabula con el origen del personaje creado por Arthur Conan Doyle, el famosísimo Sherlock Holmes, que utilizaba niños de la calle como ojos y oídos.
La trama, que traslada al lector a la Inglaterra del siglo XIX, avanza de forma lineal, sembrando todo tipo de dudas en el lector, a medida que lo va enredando cada vez más en una historia que sufre un giro colosal en los últimos capítulos. Y así llegaremos a un desenlace donde todo queda atado, descubriéndose la identidad de lo/s asesino/s y la motivación que los mueve. No obstante, os adelanto que, estamos ante una trilogía, tal y como nos comentó el autor en la entrevista que puedes leer aquí, así que, el señor X, cuya identidad quedará pendiente en el aire, volverá a aparecer en próximas entregas.
¿Y cuáles son los puntos fuertes de la novela? En realidad, acabaríamos antes si nos centramos en los aspectos menos atractivos de la obra -en el caso de que lo hubiera-, ya que en Estudio en Negro todo brilla. Para empezar, la trama es sumamente interesante y aúna varios factores que sin duda amenizarán la lectura. Hay misterio, suspense, algo de humor, asesinatos y crímenes por resolver, personajes enigmáticos, extrañas y poderosas organizaciones, retrato social de la época,... Estos son algunos de los elementos que vas a encontrar en este libro, muchos de ellos propios de la novela negra, tal y como la editorial cataloga la obra. Sin duda, el lector se ve envuelto en una historia en la que siempre flota una sombra de sospecha, amasada gracias a una fantástica ambientación. El lector acompañará a una de las protagonistas principales, Anne McCarey, hasta Clarendon House, la residencia para caballeros con problemas mentales, situada en Portsmouth. Allí, conoceremos a los trabajadores - el doctor Ponsoby; el señor Weedon, el contable; Mary Braddock, la jefa de enfermeras; Susie Trench; la señora Gillespie, la cocinera;...- y también a algunos residentes, de entre los cuales destacará con luz propia el señor X. A la joven le asignan el cuidado de este paciente, un individuo extraño y maniático que provocará mucha incertidumbre en Anne y mucha curiosidad en el lector. Siempre encerrado en una habitación en la que casi nunca entra la luz del sol, Anne tendrá que moverse en la penumbra, lo que generará mucha inquietud en la joven, sensación que traspasará la frontera del papel y llegará a los lectores. ¿Realmente hay una persona sentada en ese sillón que siempre da la espalda a la puerta de entrada? ¿Ese hombre es de este mundo? ¿De dónde procede su extraño poder?
Prácticamente todos los sucesos tendrán lugar en la habitación del señor X y ocasionalmente los hechos se producirán fuera de Clarendon House. No obstante, la misma fabulosa ambientación podemos encontrar en los exteriores, en los lugares en los que se comenten los asesinatos o en diversos tipos de establecimientos a los que Anne acudirá, para tratar de hacer averiguaciones.
Prácticamente todos los sucesos tendrán lugar en la habitación del señor X y ocasionalmente los hechos se producirán fuera de Clarendon House. No obstante, la misma fabulosa ambientación podemos encontrar en los exteriores, en los lugares en los que se comenten los asesinatos o en diversos tipos de establecimientos a los que Anne acudirá, para tratar de hacer averiguaciones.
Los personajes también están muy logrados, incluidos los secundarios, a veces definidos por un pequeño rasgo, titubeos o el empleo de alguna muletilla al hablar. Pero de todos ellos, habría que destacar, en primer lugar, a Anne McCarey. En el arranque de la novela, la joven acaba de perder a su madre. Se siente sola, a pesar de que tiene un hermano del que sabremos bien poco y un novio que deja bastante que desear. La muchacha es bondadosa y de buen corazón, cualidades muy apropiadas para trabajar con enfermos y personas desvalidas. En este punto de su vida, quiere cambiar de aires y por eso acepta el empleo en Clarendon House, con la desaprobación de su novio, un marinero de rudas formas y bastante interesado. Obstinada y celosa en su trabajo, la asignación de un paciente tan complicado como el señor X no va a suponer para ella ningún problema. Es más, diría que el enigmático caballero encuentra en la joven, la horma de su zapato, alguien que le pone los puntos sobre las íes y que no está dispuesta a acatar las ridículas normas que su paciente intenta imponer.
Entre ambos personajes se establecerá un tira y afloja, una relación de fuerza que despertará la sonrisa del lector, una unión que se irá fortaleciendo con el paso de los capítulos hasta rayar en... Bueno, lo dejo ahí. Pero lo que no cabe duda es que Anne McCarey es una mujer de principios, una cualidad muy necesaria frente al maniático señor X, raro por fuera y raro por dentro, con un ojo azul y otro rojo, que toca un violín imaginario y que visita un Palacio de Cristal que solo existe en su cabeza. Tan extraño es, -"un brujo", pensarán en Clarendon House-, que ha vivido desde niño en residencias privadas, visitando un total de treinta y cuatro, a lo largo de todo el país, todas costeadas por una familia adinerada que lo ha querido mantener alejado. Pero sus excentricidades son tan incomprensibles que ha llegado a tener ciento treinta y cuatro enfermeras. Algunas hasta se han vuelto locas. Pero, ¿quién es este hombre? Bueno, Somoza juega mucho al suspense con este personaje, dosificando la información que ofrece al lector. En este sentido, debo reconocer que el autor lo hace realmente bien pues, más que ofrecernos datos personales, -quién es, de dónde procede, edad,...-, lo que nos muestra del señor X son sus extraordinarias cualidades. El señor X adivina el pasado e incluso el futuro de las personas que lo rodean. Tiene una 'perspicacia sobrenatural' que confunde a todo el que se acerca a él. ¿Cómo es posible que maneje tanta información de la joven Anne si no la conocía de antes y tampoco sale de su habitación? Otro dato que dejo ahí.
Pero si hablamos de personajes, sería imperdonable dejar atrás al doctor Doyle. Sí, a un joven Arthur Conan Doyle, oftalmólogo del señor X, que se convierte en otro ayudante del misterioso residente, a la hora de resolver los crímenes que se producen en Portsmouth. La presencia de Doyle no es un simple cameo, sino que el doctor alcanza un protagonismo importante, sin cuya presencia, la trama no tendría sentido. Y es la presencia de este personaje el que permite fabular sobre el origen de Sherlock Holmes, un personaje de ficción que Doyle está construyendo en el presente de la novela, y al que el mismo señor X servirá de inspiración.
Y a veces, es posible encontrar otro tipo de personajes en las novelas que no son de carne y hueso. Pues bien, en Estudio en Negro, el teatro bien podría ser uno de ellos. Antes os comentaba que los asesinatos están en cierto modo vinculados con una forma de ocio, es decir, con la representación de obras teatrales. En esta novela, el lector va a aprender mucho sobre el teatro del siglo XIX, más concretamente sobre un tipo de teatro clandestino, por la clase de obra que se representaba, al que Anne llama "escandaloso". Son obras que narran alguna historia escabrosa, en la que se muestran cuerpos desnudos -de adultos y niños-, al que acudían algunos espectadores atraídos por el morbo y la picardía. Pero, por otra parte, también hay lugar para el teatro mental, una forma de representación que 'produce tanto placer, que obliga a las personas que lo contemplan a realizar ciertas cosas'. Un detalle de vital importancia en la trama. Y es que, en esta novela, podemos encontrar numerosísimas referencias a obras de teatro que, hasta donde yo llego, son pura invención del autor, de las que se incluyen programas de mano, reseñas y artículos de opinión, como si hubieran sido publicadas en el periódico local, El Ojo de Portsmouth. Lo que me ha parecido de una genialidad maravillosa.
Y hablar del teatro, me lleva a comentaros la estética de la novela, sumamente cuidada, con la inclusión de recortes de prensa, programas de teatro, fragmentos de cartas, ilustraciones y detalles que denotan una esmerada edición, muy bella y que añade un plus al libro.
Estructurada en tres partes y con capítulos de extensión media, donde abunda el diálogo, la novela cuenta con unas secciones narradas en tercera persona y escritas en cursiva, para distinguirlas del corpus principal de la obra. De estos bloques, prefiero no comentaros nada para no destripar parte de la sorpresa que la novela encierra. Quizá, e inicialmente, esos bloques te podrán desorientar un tanto pero, no te apures porque, poco a poco, irás encajando las piezas. Eso sí, la voz narrativa principal será la de Anne McCarey. Ella será la encargada de contarnos en primera persona todo lo que le ocurrió trabajando en Clarendon House, y será frecuente que se dirija al lector como si fuéramos su auditorio. Es una voz cargada de humor, ironía y sarcasmo que, en el cuerpo de la joven, despertará nuestra sonrisa.
Y aquí lo dejo. Como dije al principio, Estudio en Negro es una novela para descubrir desde la primera a la última página. Todo lo que te cuente de más puede estropearte la sorpresa de una trama y unos personajes que van a hacerte disfrutar de una gran lectura.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Entre ambos personajes se establecerá un tira y afloja, una relación de fuerza que despertará la sonrisa del lector, una unión que se irá fortaleciendo con el paso de los capítulos hasta rayar en... Bueno, lo dejo ahí. Pero lo que no cabe duda es que Anne McCarey es una mujer de principios, una cualidad muy necesaria frente al maniático señor X, raro por fuera y raro por dentro, con un ojo azul y otro rojo, que toca un violín imaginario y que visita un Palacio de Cristal que solo existe en su cabeza. Tan extraño es, -"un brujo", pensarán en Clarendon House-, que ha vivido desde niño en residencias privadas, visitando un total de treinta y cuatro, a lo largo de todo el país, todas costeadas por una familia adinerada que lo ha querido mantener alejado. Pero sus excentricidades son tan incomprensibles que ha llegado a tener ciento treinta y cuatro enfermeras. Algunas hasta se han vuelto locas. Pero, ¿quién es este hombre? Bueno, Somoza juega mucho al suspense con este personaje, dosificando la información que ofrece al lector. En este sentido, debo reconocer que el autor lo hace realmente bien pues, más que ofrecernos datos personales, -quién es, de dónde procede, edad,...-, lo que nos muestra del señor X son sus extraordinarias cualidades. El señor X adivina el pasado e incluso el futuro de las personas que lo rodean. Tiene una 'perspicacia sobrenatural' que confunde a todo el que se acerca a él. ¿Cómo es posible que maneje tanta información de la joven Anne si no la conocía de antes y tampoco sale de su habitación? Otro dato que dejo ahí.
Pero si hablamos de personajes, sería imperdonable dejar atrás al doctor Doyle. Sí, a un joven Arthur Conan Doyle, oftalmólogo del señor X, que se convierte en otro ayudante del misterioso residente, a la hora de resolver los crímenes que se producen en Portsmouth. La presencia de Doyle no es un simple cameo, sino que el doctor alcanza un protagonismo importante, sin cuya presencia, la trama no tendría sentido. Y es la presencia de este personaje el que permite fabular sobre el origen de Sherlock Holmes, un personaje de ficción que Doyle está construyendo en el presente de la novela, y al que el mismo señor X servirá de inspiración.
Y a veces, es posible encontrar otro tipo de personajes en las novelas que no son de carne y hueso. Pues bien, en Estudio en Negro, el teatro bien podría ser uno de ellos. Antes os comentaba que los asesinatos están en cierto modo vinculados con una forma de ocio, es decir, con la representación de obras teatrales. En esta novela, el lector va a aprender mucho sobre el teatro del siglo XIX, más concretamente sobre un tipo de teatro clandestino, por la clase de obra que se representaba, al que Anne llama "escandaloso". Son obras que narran alguna historia escabrosa, en la que se muestran cuerpos desnudos -de adultos y niños-, al que acudían algunos espectadores atraídos por el morbo y la picardía. Pero, por otra parte, también hay lugar para el teatro mental, una forma de representación que 'produce tanto placer, que obliga a las personas que lo contemplan a realizar ciertas cosas'. Un detalle de vital importancia en la trama. Y es que, en esta novela, podemos encontrar numerosísimas referencias a obras de teatro que, hasta donde yo llego, son pura invención del autor, de las que se incluyen programas de mano, reseñas y artículos de opinión, como si hubieran sido publicadas en el periódico local, El Ojo de Portsmouth. Lo que me ha parecido de una genialidad maravillosa.
Y hablar del teatro, me lleva a comentaros la estética de la novela, sumamente cuidada, con la inclusión de recortes de prensa, programas de teatro, fragmentos de cartas, ilustraciones y detalles que denotan una esmerada edición, muy bella y que añade un plus al libro.
Estructurada en tres partes y con capítulos de extensión media, donde abunda el diálogo, la novela cuenta con unas secciones narradas en tercera persona y escritas en cursiva, para distinguirlas del corpus principal de la obra. De estos bloques, prefiero no comentaros nada para no destripar parte de la sorpresa que la novela encierra. Quizá, e inicialmente, esos bloques te podrán desorientar un tanto pero, no te apures porque, poco a poco, irás encajando las piezas. Eso sí, la voz narrativa principal será la de Anne McCarey. Ella será la encargada de contarnos en primera persona todo lo que le ocurrió trabajando en Clarendon House, y será frecuente que se dirija al lector como si fuéramos su auditorio. Es una voz cargada de humor, ironía y sarcasmo que, en el cuerpo de la joven, despertará nuestra sonrisa.
Y aquí lo dejo. Como dije al principio, Estudio en Negro es una novela para descubrir desde la primera a la última página. Todo lo que te cuente de más puede estropearte la sorpresa de una trama y unos personajes que van a hacerte disfrutar de una gran lectura.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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No me importaría leerlo, pero este no lo anoto. Ahora no me apetece novela negra, thriller... Me apetece más histórica, intimista, poesía... Lo dejo pasar de momento.
ResponderEliminarBesos.
Parece que tiene todo lo que me gusta del autor, misterio, el ambiente, historia... pero no tengo ganas de empezar una trilogía aunque quede todo atado no me gusta esperar. Leí Clara, el de la dama número 13 que me encantó y la caja de marfil también bien pero con Zig zag me mató y lo dejé a medias y luego ya no volví.
ResponderEliminarYa veré.
Besos
Pues creo que solo por la ambientación que nos detalla creo que merece la pena, lo que menos me gusta es que sea trilogía.
ResponderEliminarSaludos
Lo tengo en casa y con muchas ganas de leerlo, como no iba para reseña lo he ido postergando pero no voy a aguantar más 😅😅😅
ResponderEliminarMuy buena reseña.
Besitos 💋💋💋
Pues me da igual que sea trilogía, este es de los míos sí o sí. Ya lo tenía anotado solo de verlo por ahí pero después de leerte cualquiera no se lanza a por él. Es que me encantan todos los elementos que maneja la historia.
ResponderEliminar¡Besote!
Pues lo tengo en la estantería, siempre estoy pendiente de las nuevas publicaciones de este autor que me gusta mucho mucho.
ResponderEliminarBesos
Me encanta el género y la ambientación de este título y lo que cuentas me ha terminado de convencer.
ResponderEliminarBesitos
Creo que lo disfrutaría mucho así que tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me apetece esta novela. Además, no he leído nada del autor aún.
ResponderEliminarBesos.
Ahora mismo estoy acabando una novela de detectives, así que, por el momento, la dejo pasar. Un beso.
ResponderEliminarNo he leído nada del autor pero esta no me llama especialmente; si por casualidad cayera en mis manos le daría una oportunidad pero no iré a buscarla.
ResponderEliminarUn beso
Me la pensaré, a ver si me cuadra
ResponderEliminarBesos
Uno de mis escritores favoritos, cae fijo.
ResponderEliminarBesotes