miércoles, 31 de julio de 2019

DOLOR Y GLORIA (DRAMA - 2019)

Año: 2019

Nacionalidad: España.

Director: Pedro Almodóvar.

Reparto: Antonio Banderas, Asier Etxeandia, Penélope Cruz, Leonardo Sbaraglia, Julieta Serrano, Nora Navas, Asier Flores, César Vicente, Raúl Arévalo, Neus Alborch, Cecilia Roth, Pedro Casablanc, Susi Sánchez, Eva Martín, Julián López, Rosalía, Francisca Horcajo.

Género: Drama.

Sinopsis: Narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, y otros recordados, como su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad, así como el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única terapia para olvidar lo inolvidable, el temprano descubrimiento del cine, y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando. Dolor y Gloria habla de la creación, de la dificultad de separarla de la propia vida y de las pasiones que le dan sentido y esperanza. En la recuperación de su pasado, Salvador encuentra la necesidad urgente de volver a escribir. 


[Fuente: Filmaffinity]


Siempre he pensado que no soy fan del cine almodovariano, pero haciendo un repaso a su filmografía, algún que otro título no me ha disgustado excesivamente. Creo que mis reticencias tienen que ver con su tendencia al drama intenso (sus comedias la digiero menos) o con la elección del reparto. Hay nombres que se repiten en sus películas, actores y actrices con los que no comulgo mucho, así que la suma de ambos factores, no generan en mí la imperiosa necesidad de acudir al cine cada vez que estrena trabajo. No obstante, creo que con Dolor y Gloria, un título que me suena a tema bélico -la vida es una batalla en sí misma-, voy a reconciliarme un poco con él, con su trabajo y con sus personajes. ¿Quizá se debe a que hay mucho de sí mismo en esta historia? Puede ser que, al tocar lo más personal, haya conectado con él o que he visto a un Antonio Banderas, más Almodóvar que el propio Almodóvar.

Para resumir la trama, la película que aporta Filmaffinity es bastante completa. Como bien dice, Salvador es un director de cine en horas bajas. Tuvo mucho éxito con sus películas anteriores pero ahora parece estancado. No es que haya perdido la chispa, es que está maltrecho, herido por fuera y por dentro. Ha llegado a ese punto en el que todos hacemos balance, o deberíamos hacerlo. Creyendo estar acabado, repasa su vida. Los hechos del presente lo arrastran al pasado, a aquellos días de verano junto al río, mientras su madre lavaba la ropa con las vecinas, a su paso por el seminario, a su traslado a Madrid, a los amores, al cine, a la noche madrileña,... Se le acumulan los recuerdos, al tiempo que se reencuentra en el presente con Alberto, el actor que interpretó el papel protagonista en la película Sabor, un largometraje reeditado y que ahora quieren volver a proyectar al considerarla un clásico. Salvador y Alberto no acabaron bien pero con el reestreno de la película, liman asperezas.

El pasado llamará también a la puerta de Salvador a través de un antiguo amor que surge casi de la nada para recordarle que se puede amar intensamente y que las drogas lo destrozan todo. Pero Salvador no solo está herido en el alma. También su cuerpo se resiente. Tiene mil dolencias, terribles dolores que lo incapacitan para hacer lo que más ama, escribir y rodar. La medicación ya no es suficiente y acudirá a la heroína. ¿No quedamos en que las drogas son malas compañeras? Pero será precisamente ese pasado, y el recuerdo de un día en el pueblo, el que le de la fuerza suficiente para reencontrarse a sí mismo.

Dolor y Gloria tiene un claro componente nostálgico que Antonio Banderas sabe explotar en el papel de Salvador Mallo. El malagueño nunca estuvo entre mis actores predilectos pero su papel de hombre atormentado me ha atrapado. No me extraña su premio en Cannes. A lo largo de toda la cinta muestra esa pesadez del alma, esa desgana por la vida que afecta a los que ya se creen vencidos, a los que piensan que ya nada será igual, que ya vivieron su momento de gloria y que ahora solo queda el dolor. ¿Y el amor, qué? Será Mallo el que soporte el peso total de la cinta, apoyado a ratos por el papel de Jacinta, la que fue su madre (Penélope Cruz -la madre joven- y Julieta Serrano -la madre vieja-), con la que mantuvo aquella relación tan especial, en la que existían silencios que jamás fueron pronunciados.

Si Banderas me ha convencido -como dijo más arriba me ha parecido más Almodóvar que el propio cineasta-, con Cruz no termino de hacer las paces. No digo que su interpretación sea mala pero ha recordado a otros papeles ya vistos, a otras mujeres de pueblo o de barrio humilde a las que dio cuerpo, acento y copla. He sentido como si la estuviera viendo en otra cinta. Los actores y actrices deben ser camaleónicos, tener la capacidad de camuflarse y a mí Cruz me ha parecido la misma de otras veces.

Asier Etxeandia como Alberto es una buena réplica para Banderas. Su interpretación es creíble en el papel de actor del que ya nadie se acuerda y necesita renacer.  Entre ambos se generan los mejores momentos de tensión que le dan un punto álgido a la historia. 

Y luego está Sbaraglia que hará el papel de Federico, aquel amor de Salvador durante la movida madrileña. Aquel niño que se hundía, consumido por las drogas, mientras el otro era encumbrado a la gloria. Lástima que la escena conjunta de ambos sea tan breve. La química, la magia que surge en ese cruce de miradas, en esos silencios, en esas palabras que no pronuncio con los labios pero te las digo con los ojos, es tan potente que dejé de respirar. Por un momento me hubiera gustado un giro, una nueva oportunidad para Salvador, que la necesitaba a gritos.

La película cuenta con algunos cameos. Debes ser muy rápido si quieres cazar a Agustín Almodóvar. Me ha encantado volver a ver a Cecilia Roth, a pesar de haber perdido frescura y naturalidad en el rostro tras algún retoque. Raúl Arévalo, está poco explotado. 

Narrada con muchos saltos en el tiempo -creo que quiere contar mucho en poco tiempo-, siento que el guion no profundiza demasiado en la vida de Mallo. Pasa de puntillas por los tres pilares de su vida, la relación con su madre, el descubrimiento de su identidad sexual, el amor de adulto que lo dejó marcado,... todo ello acompañado de su carrera cinematográfica de la que apenas se dan tres pinceladas. Por otra parte, me ha gustado la dirección, la estética psicodélica de algún pasaje, los decorados que tan bien encajan con el personaje y la caracterización de Salvador. Muy acertado el trabajo de peluquería y vestuario. 

Dolor y Gloria me ha gustado. Sí, debo confesarlo. Como en su día me gustó La mala educación o La ley del deseo. Visto lo cual, parece que sus personajes dramáticos masculinos me resultan más convincentes que los femeninos -Julieta no fue totalmente de mi agrado-. No diré que es la obra maestra del manchego, como algunos afirman, pero, hasta donde yo he visto, sí creo que es la mejor interpretación de Antonio Banderas y eso consigue que la película suba unos cuantos enteros. Así que, si eres fan de Almodóvar, esta película te gustará, y si no, creo que bien merece una oportunidad porque la cinta respira emoción, nostalgia y sinceridad, más allá de lo que sea ficción o no.


Tráiler:





















martes, 30 de julio de 2019

MIREN JAURNE: 'Nunca hay que tirar la toalla porque no sabes cómo será el próximo capítulo de tu vida'

Miren Jaurne, más conocida como Mimi XXL en redes sociales, publica La Venus que rompió el espejo, a través de la editorial Zenith. Se trata de un libro testimonial en el que la joven, cuenta su experiencia, sus problemas de juventud a causa de su físico, su inseguridad, sus miedos, los episodios de bullying que sufrió,... todo un rosario de situaciones que la hundieron en un pozo y del que ha sabido salir más fortalecida. Con esta Venus, Miren quiere ayudar a otras personas que han pasado o están pasando por las mismas situaciones que vivió ella. Ese es el propósito fundamental del libro. Así nos lo contó en la entrevista que pudimos hacerle hace unas cuantas semanas. 

Fuente: Instagram Miren Jaurne
Marisa G.- ¿Quién es Miren hoy y qué la diferencia de la Miren de hace unos años?

Miren J.- Miren era una chica que creció siendo diferente por su aspecto físico, que pasó por ciertas situaciones complicadas, que un día se abrió un canal de Youtube y empezó a lanzar el mensaje que le hubiera gustado escuchar cuando era más joven. De ahí, nace el crecimiento en redes sociales, nace el libro y a día de hoy soy la persona que me hubiera gustado ser y en la que nunca pensé que podría convertirme.

M.G.- ¿Pero esa transformación se la debes de alguna manera a ese canal de Youtube?

M.J.- No, en su totalidad, aunque es verdad que a raíz del canal he ido superando otros complejos. Cuando abrí el canal, mi salud mental ya estaba muy restablecida. De todos modos, a fuerza de verme en los vídeos, de pasarme horas editando, he ido asimilando ciertos aspectos de mi imagen que antes no apreciaba o no me terminaban de gustar. 

M.G.- Al verte desde fuera te reconcilias contigo misma, ¿es eso?

M.J.- Sí, efectivamente.

M.G.- Entiendo. Miren, ¿y la idea del libro cómo surge? No sé si es una idea que tú tienes y la lanzas a una editorial o al revés.

M.J.- Fue justo al revés. Gracias a la presencia en redes, la editorial contactó conmigo. Ellos vieron el vídeo que tengo en mi canal sobre mi historia de bullying y me escribieron para proponerme hacer algo. Andaban buscando lanzar libros que cubrieran esa temática. 

M.G.- ¿Y cómo te lo tomaste?

M.J.- Si no llega a ser porque el mail que recibí venía de @planeta, ni me lo hubiera creído. Me puse a llorar de alegría. A pesar de que fue algo fortuito, he escrito toda mi vida. Tengo formación en redacción de guiones de cine y televisión, y era el sueño de mi vida. Así que encontrarme esta oportunidad en la puerta de mi casa, ya te puedes imaginar.

M.G.- ¿Cuánto tiempo has tardado en escribir el libro?

M.J.- Un año aproximadamente.

M.G.- Pues 'La Venus que rompió el espejo' se inicia con el prólogo de Penny JayG, otra youtuber. Me gusta algo que ella dice, que este libro está escrito por ti, ni por un señor o una señora que no te conoce. Y es mucha gente opina que libros como el tuyo no están escritos por el autor. 

M.J.- Eso será en algunos casos pero no en el mío. Este libro lo he escrito yo, tiene mi forma de hablar, mis expresiones, mi deje. Muchos seguidores de las redes que lo han leído, me han comentado que han sentido como si estuvieran en una habitación hablando conmigo. Siendo mi historia, tenía que contarla yo y con mis propias palabras. 

M.G.- En el libro narras tu episodio de bullying y hablas de lo mal que se portó una profesora contigo. 

M.J.- Pues sí. Aquella profesora dio el pistoletazo de salida y dio a pie a que otros compañeros empezaran a meterse conmigo, porque ella hacía comentarios bastante feos delante de todos los niños. El resto de profesores y la dirección del colegio hicieron oídos sordos a lo que estaba pasando, cuando resulta que ellos lo sabían, porque muchas situaciones ocurrieron delante de sus narices.

M.G.- ¿Nadie te apoyó?

M.J.- No. Me dieron una paliza bastante fuerte a la salida del colegio. Lo único que hicieron fue convocar una reunión a la que acudí con mi madre y también estuvieron presentes la niña que me pegó y su madre. Pero no hubo castigo, ni le abrieron expediente. Nada de nada. 

M.G.- Aprovechas para hacer una reflexión importante sobre el sistema educativo y el papel que juegan los profesores en este tipo de situaciones.

M.J.- Es que los profesores deben involucrarse más, proteger a los niños. Si estudias magisterio, sabes que vas a trabajar con niños pequeños, tienes que tener dotes y, como mínimo, los niños te tienen que gustar. Otra cosa no tiene sentido. 

M.G.- Hay otro episodio que pone los vellos del punta. Me refiero a la autolesión, o al 'cutting', si usamos la expresión en inglés. Me cuesta mucho comprender cómo una persona puede lesionarse como vía de escape. ¿Por qué ocurre este tipo de cosas?

M.J.- Una vez que llegó Internet a mi vida, lo pude investigar. Existen ciertos factores psicológicos para liberar endorfinas y demás. Pero en mi caso, cuando tenía el cutter delante, era como si el cuerpo me estuviera pidiendo un dolor físico para no escuchar el dolor mental. El caos en mi cabeza era tal que en el momento en el que empezó a brotar sangre de mi brazo entraba como en pausa.

M.G.- Todos estos episodios, ¿hasta qué edad se produjeron, Miren?

M.J.- La autolesión, entre los 14 o 15 hasta los 17 o 18 años. 

M.G.- De todos modos, muchos de los problemas no tenían que ver con el aspecto físico. En el libro cuentas que hacías dieta, que bajabas de peso pero te seguías sintiendo igual de mal.  

M.J.- Creo que lo que estaba pidiendo a gritos era acudir a un psicólogo. No lo hice nunca y no lo he hecho todavía. Fui encontrando diferentes formas de hacerme daño porque, si conseguía causarme un dolor mayor al que sentía por dentro, parece que todo era más tolerable. Y luego, de la  autolesión pasé a las drogas, a los trastornos alimenticios,... Fui saltando de un pozo a otro con dos únicos caminos, o me ahogaba o conseguía salvarme. En mi caso, caí tan al fondo que ya no podía bajar más. Y entonces cogí el impulso que necesitaba.

M.G.- ¿La intención del libro es contar tu experiencia para ayudar a otras personas que estén pasando por lo que te ocurrió a ti?

M.J.- Sí, espero que mi mensaje le llegue a alguien que esté pasando por lo que yo pasé y se esté planteando ahora tirar la toalla. Cuando eres un niño, y te hacen bullying, no ves más allá del colegio y piensas que tu vida va a ser siempre así. Son momentos en los que uno puede pensar que no hay nada por lo que merezca la pena seguir adelante. Es en esa gente en la que estaba pensando cuando escribí este libro. Si yo hubiera tirado la toalla con veinte años, me hubiera perdido todos los capítulos felices que ha tenido mi vida después.

M.G.- Ahora se habla mucho de una actitud positiva. ¿Cómo definirías tú el body-positive?

M.J.- Es un concepto muy abstracto pero es muy fácil de definir. Es el derecho y la obligación que tenemos todos de querernos y respetarnos, independientemente de nuestro físico. Y no hablo solo de los gordos sino también de, por ejemplo, una chica que tenga mucho pecho y que siempre ha estado escuchando comentarios, un chico pelirrojo con quien siempre se han metido, una persona muy bajita a la que siempre le han puesto un mote,... Seas como seas físicamente, te tienes que querer y tienes que seguir con tu vida y ser feliz. Eso es el body-positive.

M.G.- O personas con algún tipo de discapacidad física o intelectual.

M.J.- También.

M.G.- Y, en distintos capítulos, hablas de personas que se han portado muy mal contigo, a las que pones nombre y apellido. ¿Reales?

M.J.- No todos, algunos los he cambiado. 

M.G.- Y los reales, ¿cómo crees que se tomarán tu libro?

M.J.- Me da igual, sinceramente. De los niños que me pegaron la paliza en el colegio, no he vuelto a saber nada más desde aquel año porque cambié de centro. El resto, es que me da totalmente igual. 

M.G.- Pues otra cuestión espinosa es la familia. Sé que has tenido roces con algunos miembros, más concretamente con tu padre. ¿Cómo se sobrelleva eso? Porque, la familia es la que tienes, no hay más. 

M.J.- Los amigos se eligen y la familia te la imponen. Y con un hermano te puedes enfadar y bueno, luego haces las paces. Pero tu padre es tu padre. Lo que me vino bien fue poner tierra de por medio para depurar relaciones. Me di cuenta que viviendo con mis padres no arreglaba nada. En aquel caso, el roce no hacía el cariño sino todo lo contrario. Lo que hice fue irme de casa, poner distancia, encontrarme a mí misma, ganar en seguridad y en amor propio, y a partir de ahí, establecer unas reglas en nuestra relación. Se puede decir que hemos crecido juntos y nos hemos educado mutuamente. Mi padre es de otra generación, de otra mentalidad y, tras el libro, él me ha dicho que pensaba que me estaba empujando. Y claro que me empujaba, pero hacia abajo y no hacia arriba. 

M.G.- ¿Lo ha leído entero?

M.J.- No, pero sabe de lo que hablo. Estaba muy equivocado porque creía que con su actitud me alentaba y era justo lo contrario. 

M.G.- Pero también pides perdón a algunas personas en el libro. Gente a la que tú has hecho daño y se merecen una disculpa.

M.J.- Sí, en concreto a un ex novio. No me porté bien con él durante el tiempo que tuvimos una relación pero era porque yo no me quería. He entendido que si tú no te quieres, no te va a querer nadie. En aquella época yo no me considera digna de que me quisiera alguien y pensaba que aquel chico estaba conmigo solo para echar el rato. Infravaloré sus sentimientos y maltraté la relación o no le di la importancia que tenía. Traté la relación del mismo modo que me trataba a mí misma.

M.G.- Y también tuviste roces con personas que creías amigas pero luego te volvieron la espalda.


M.J.- Efectivamente. Hubo un poco de todo, amigas que se avergonzaban de que fuera a sitios con ellas. Así que hice lo mismo que con la familia, depurar amistades. O aportas o aparta.


M.G.- Y ahora, con la fortaleza que sientes, ¿cómo te enfrentas hoy a algún comentario despectivo?


M.J.- Hubo una época en la que sí oía insultos por la calle pero ya hace mucho tiempo que no me dicen nada. Otra cosa son las redes sociales. Por ahí sí me llegan muchos comentarios porque ya sabes que la gente se esconde en el anonimato. Afortunadamente, con el callo que yo tengo en este tema, me resbala bastante. Es complicado que algo me afecte. Tiene que ser un mal día para que un insulto me importe.


M.G.- ¿Y tú crees que vamos evolucionando, aceptando a la gente tal y como es? ¿O seguimos siendo crueles?


M.J.- Con todas las noticias que vemos hoy en día, con chavales que se están quitando la vida por temas de acoso, parece que no hemos cambiado nada pero hay que ser justos. Hace veinte años, cuando a mí me pasó todo esto, era todo muy distinto. Ahora hay mucha más variedad. Tienes el movimiento body-positive, hay chicas con curvas en revistas y pasarelas, el movimiento LGTBI y el feminismo están muy presentes. Sí, hemos cambiado algo, sí se está haciendo algo y hay impacto. Que sea suficiente o no, eso es ya otra cuestión. 


M.G.- ¿Te ha costado más escribir algún pasaje que otro?


M.J.- Pues me ha costado escribir algo que yo pensaba que tenía muy superado. Tuve una época de ansiedad social durante la veintena. El mero hecho de tener que salir a la calle me provocaba ataques de pánico. Me quedaba en mi casa a oscuras, llorando porque no lo soportaba. Eso me ha costado mucho contarlo, sin embargo, lo más alejado en el tiempo, el bullying, los desórdenes alimenticios,... todo eso lo he contado con mucha más facilidad.


M.G.- Imagino que te habrás guardado cosas para ti, ¿no?

M.J.- Hablando mal y pronto, he ido a calzón quitado. Es la única vez que voy a escribir sobre mi vida. Si la cuento, lo cuento todo. No tiene sentido guardarme cosas.

M.G.- Sé que has escrito con anterioridad aunque esta es la primera vez que publicas. ¿Veremos algo más tuyo?

M.J.- Lo que tengo guardado es ficción. De momento vamos a esperar a ver qué pasa con la Venus, vamos a darle su tiempo, y luego intentaré volver con ficción que es realmente lo que me gusta.

M.G.- ¿Y el título de dónde sale?

M.J.- Uno de mis cuadros favoritos es la 'Venus del espejo' de Velázquez. Me gusta la historia de ese cuadro. Está en la National Gallery y a principios del siglo XX, con el movimiento sufragista, una de las mujeres entró en el museo y acuchilló el cuadro, porque representaba los cánones de la belleza femenina. Pensando en el body-positive, en el feminismo, en los cánones de belleza, se me ocurrió que mi Venus, en vez de mirarse al espejo, lo iba a romper.

M.G.- Por último, ¿eres feliz ahora?

M.J.- Soy muy feliz y por eso el mensaje del libro. Lo he pensado mucho estos días que hemos estado de promo. Si me hubiera tirado por la ventana cuando tenía diecisiete años, me hubiera perdido esta felicidad. Por eso, no hay que tirar la toalla porque no sabes cómo será el próximo capítulo de tu vida.

M.G.- Es un bonito mensaje. Miren, gracias por compartir este tiempo con nosotros. Te deseo mucha suerte.

M.J.- Muchas gracias a ti. 







Ficha libro

Editorial: Zenith.
Encuadernación: Rústica con solapas.
Nº Páginas: 192
Publicación: Junio, 2019
Precio: 15,00 €
ISBN: 978-84-08-20946-1
Disponible en e-Book
Ficha completa aquí.








lunes, 29 de julio de 2019

LA FUENTE DE LOS SIETE VALLES de Félix G. Modroño.

Resultado de imagen de la fuente de los siete valles

Editorial: Erein.
Fecha publicación: abril, 2019.
Precio: 20,00 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 296 
Encuadernación: Rústica.
ISBN: 978-84-9109-446-3
[Puedes empezar a leer aquí]




Autor

Félix G. Modroño es un escritor vizcaíno, afincado a orillas del Cantábrico. 

Tras licenciarse en Derecho en Salamanca, trabajó durante más de dos décadas en el sector financiero, que abandonaría para dedicarse en exclusiva a la literatura.

En 2007 publica La sangre de los crucificados, protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del siglo XVII, que también sería el protagonista de sus siguientes obras: Muerte dulce (2009) y Sombras de agua (2016).

Con La ciudad de los ojos grises (2012) cosechó un gran éxito de ventas y el reconocimiento definitivo de los lectores. En 2014 obtuvo el XLVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla, uno de los más prestigiosos en lengua castellana, con Secretos del Arenal.

La fuente de los siete valles, publicada en 2019, es su sexta novela. 

Sinopsis

Pablo Santos regresa a su Logroño natal tras casi dos décadas al servicio del Archivo Secreto del Vaticano, con la misión de recuperar los libros desaparecidos del monasterio de San Millán de la Cogolla. Pronto descubrirá que uno de los ejemplares perdidos de la vieja botica benedictina guarda un importante secreto alquímico. Su búsqueda le llevará a enfrentarse no solo a su pasado, encarnado en Lucía Garay -su amor de juventud-, sino también a un inquietante futuro.

Con esta novela el autor vuelve a recrear con singular maestría la vida cotidiana de las ciudades decimonónicas, confirmando que es uno de los escritores más brillantes a la hora de construir tramas emocionales enmarcadas en cuidadas ambientaciones históricas.

La fuente de los siente valles, además de una bella historia narrada con la prosa elegante y evocadora de Modroño, es un homenaje a los libros, al mundo del vino y -muy especialmente- al monasterio de San Millán de la Cogolla, cuna del castellano y del euskera.

[Información tomada directamente del ejemplar]


De entre todas las novelas de Félix G. Modroño tengo predilección por un par. Sabemos que el autor vizcaíno, afincado en Sevilla durante bastantes años, se dio a conocer en el terreno literario de la mano de Fernando de Zúñiga, un investigador del Siglo de Oro que, hasta la fecha, ha protagonizado tres aventuras, siendo La sangre de los crucificados, mi preferida. Vendrían después un par de novelas más, alejadas de los avatares de aquel doctor perspicaz e intuitivo. Con Secretos del Arenal, el autor consiguió el Premio de Novela Ateneo de Sevilla en 2014, pero confieso que me gustó más La ciudad de los ojos grises, una novela con una ambientación fabulosa y una trama llena de suspense. Las sensaciones que me provocó aquella lectura siguen muy vívidas en mi memoria, algo que estoy segura que le ocurrió a la mayoría de los que la leyeron. No obstante, aquella novela entra a partir de ahora, en competencia directa con la última publicación del autor, La fuente de los siete valles, cuya lectura he disfrutado tanto que no voy a esperar al final de esta reseña para recomendarla. Baste este primer párrafo introductorio para adelantaros que me ha encantado. No solo me parece que tiene una trama interesante y algo oscura, sino que, además está muy bien escrita, con una documentación precisa y unos personajes muy conseguidos. 

Pablo Santos es un joven logroñés de treinta y siete años que regresa a su ciudad natal con una misión concreta. De familia humilde, consiguió estudiar en el Seminario Conciliar gracias a un benefactor anónimo, lo que le permitió viajar a Roma para ordenarse allí como sacerdote. Desde entonces, y movido por la pasión que siente por los libros, ha estado al cargo del Archivo Secreto del Vaticano, donde se dedicaba a recuperar libros prohibidos. Sin embargo, el obispo de la diócesis de Calahorra y la Calzada lo ha reclamado para localizar y recuperar los libros de la desaparecida biblioteca de San Millán de la Cogolla, un monasterio en muy mal estado después de la desamortización y con una biblioteca vacía tras el paso de las tropas napoleónicas, de la que se arrebataron entre siete y ocho mil ejemplares. La investigación le llevará a conocer la existencia de un libro muy valioso, un grimorio en cuya cubierta se aprecia una estrella de cinco puntas y que parece contener la fórmula para alcanzar la eterna juventud. Así que, Pablo intentará recuperar todos los libros desperdigados y que en su día pertenecieron a San Millán, mientras pone especial interés en conseguir ese estudio alquímico sobre el legendario elixir.

El regreso de Pablo a Logroño supondrá también reencontrarse con su pasado. Volverá a retomar la amistad con viejos amigos y aparecerá de nuevo aquel amor de juventud que tanto desasosiego le provocó siendo un chaval y que parece que todavía hoy le sigue produciendo. Y es que Lucia Garay sigue siendo tan hermosa como él la recordaba. Pero la muchacha ya no es una joven soltera sino una mujer casada con un burgués bastante mayor que ella y con el que no ha tenido todavía hijos. Si a Pablo se le revolucionan las mariposas en el estómago tras verla, a Lucía le ocurrirá más de lo mismo. Ambos retomarán el contacto en breves encuentros, que aprovecharán para ponerse al día y conversar sobre lo que vivieron en el pasado, si bien Lucía se verá, de repente, inmersa en un trágico suceso. 

Con estos mimbres, La fuente de los siete valles se compromete a hacer disfrutar al lector y conmigo sin duda lo ha conseguido. La aventura que vive Pablo, que yo he decidido denominar un thriller alquímico, cuenta con los elementos sustanciales para conseguir que la lectura sea amena, entretenida y un tanto adictiva. Son muchos los enigmas que se deben resolver. En primer lugar, habrá diversos robos perpetrados con diferentes intenciones. A eso hay que añadir que Pablo averiguará quién es aquel benefactor anónimo que tanto bien hizo por su formación y cuáles fueron sus motivaciones. Por supuesto, el reencuentro de Pablo con Lucía desarrolla un hilo romántico nada empalagoso que aporta sensualidad al texto.  Y por último, todo lo relativo al grimorio generará mucho suspense. ¿Quién escribió ese libro? ¿Qué información contiene? ¿Es posible alcanzar la eterna juventud?

En cuanto a los personajes, considero que todos ellos están bien perfilados. Si a Lucía la vemos como a una joven dulce y hermosa, que conoce los secretos de su corazón pero también el lugar que le toca y corresponde, de  Pablo conoceremos sus emociones más íntimas dado que la novela está escrita en primera persona y con su propia voz. El autor dibuja a un joven ataviado con una sotana que, si bien no le produce ningún tipo de urticaria, tampoco parece ser sinónimo de una fe inamovible. Es un hombre que ha visto su destino marcado y guiado por la pobreza de su familia que tuvo que recurrir al seminario para poder dar estudios a su hijo. En ese sentido, Pablo siente que la sotana le viene impuesta por unas circunstancias ajenas a él mismo, un obstáculo más en su relación con Lucía, una unión complicada de culminar por las añadidas diferencias sociales entre los jóvenes. Pablo es un personaje que, inevitablemente, enamora. A pesar de su obsesión por conseguir el grimorio, no lo mueve un interés pecuniario sino más bien una atracción científica. Es un personaje con buen fondo, al que no se le conoce ninguna mala virtud y en ese sentido, el lector se sentirá cómodo acompañándolo en sus vicisitudes. 

Y siguiendo con los diferentes actores de esta historia, incluso lo más secundarios están muy conseguidos. La posadera a la que no se le escapa un chisme, el amigo de la infancia que conoce quién es realmente la persona que se esconde tras la sotana, el obispo que confía en su mano derecha y otros tantos que aportan su grano de arena a una trama por la que también transitan personajes históricos con mayor o menor relevancia en la historia. Hablo de Leandro Lejárraga y su hija María, cuya vida y obra ha tenido tanta repercusión en los últimos tiempos, o el general Espartero del que conoceremos su trayectoria militar y parte de su ámbito personal, o un joven Marcelino Menéndez Pelayo que consiguió la cátedra de Historia de la Literatura en la Universidad Central, tras el fallecimiento de Amador de los Ríos, o a Pascual de Gayangos, miembro de la Real Academia de la Historia. 





Pero esta novela no cuenta solamente con una trama que atrapa al lector y unos personajes interesantes. La ambientación consigue trasladarnos a la época y al lugar con suma facilidad. Para ello el autor ha tenido que hacer una importante labor de documentación que, más allá del interés de algunos novelistas por volcar en la obra una cantidad ingente de datos, Modroño ha sido dosificar perfectamente. En lo que se refiere a la ficción, la llegada de Pablo a Logroño obliga a hacer un resumen de su pasado, lo que el autor consigue dando breves pinceladas y ciñéndose a lo justamente necesario, con el propósito de saber lo sucinto de la vida del personaje, así como sus motivaciones. Y en cuanto al contexto histórico, político y social, el vuelco de datos empasta muy bien con el grueso de la trama, pues hay una suave transición entre los datos documentales y la narración de la historia, de tal manera que el lector queda envuelto por los acontecimientos de la época y el clima político que se respira a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Aspectos como la disputa entre Calahorra y Logroño  por convertirse en capital del episcopado, el nacimiento de las logias masónicas o la faz política de la Iglesia que tanto podía repercutir en las relaciones con el gobierno de España,... son asuntos que se abordan con leve profundidad, la necesaria para crear esa ambientación de la que hablaba antes, datos que, en mi caso concreto, me han parecido datos sumamente instructivos. 

Pero teniendo en cuenta que la novela transcurre en Logroño, no se podía obviar el mundo del vino. Si interesante son las cuestiones de índole política-social, no lo serán menos aquellas relacionadas con el mundo de la viticultura, en especial para personas como yo a la que siempre le ha parecido fascinante esta industria. El autor ha aprovechado el enclave y el contexto temporal para narrar de forma somera el cultivo de los vinos de la Rioja, el nacimiento de algunas de las más célebres bodegas o el peligro que supuso la aparición de la filoxera, una plaga que echó a perder muchísimas hectáreas de cultivo en tierras francesas. Así pues, la ciudad queda reflejada por su industria pero también desde un punto de vista civil y arquitectónico, pues no será extraño que Modroño nos haga pasear por los rincones más singulares de Logroño.  

Estructuralmente, La fuente de los siete valles se compone de treinta y ocho capítulos de corta extensión en los que abundan los diálogos. La narración, mayormente lineal a excepción de algún que otro salto en el tiempo, cuenta con una calidez envolvente que arrulla al lector desde las primeras páginas. No sé si os ocurre a veces como a mí, pero hay novelas a las que es muy fácil cogerle el pulso con los primeros párrafos. La lectura de esas líneas iniciales ya facilitan el tono que tendrá el texto venidero, lo que genera, en ocasiones, una sensación muy agradable, como anticipando el disfrute que nos va a proporcionar la lectura. Y así ha sido, a lo largo de las casi trescientas páginas con las que cuenta el volumen, si bien es cierto que,  quedando pocos capítulos, y de manera intencionada o no, se prevé el desenlace, poco me ha importado porque la novela finaliza justo de la manera que yo deseaba, dejándome un dulce regusto como cierre.

Concluyendo, La fuente de los siete valles me ha parecido una novela con una buena y bonita urdimbre, una historia que contiene su parte de novela histórica, de thriller, de novela negra y en la que también asoma un amor decimonónico que nos seducirá totalmente. Todo ello, da como resultado una mezcla interesante que otorga redondez al texto. Añado en estas conclusiones la presencia de algún guiño simpático a alguna novela anterior del autor y que tanto nos gusta encontrar a los lectores. Así que, como ya decía al inicio de esta reseña, me ha gustado muchísimo -mucho más de lo que esperaba- leer La fuente de los siete valles. He sentido que el autor se ha tomado su tiempo para hacer de esta novela una obra pulida y pensada, lo cual siempre va a repercutir positivamente en las sensaciones de los lectores.

No os la perdáis. 






 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:


viernes, 26 de julio de 2019

SI ESTO ES UNA MUJER de Lorenzo Silva y Noemí Trujillo.

Editorial: Destino.
Fecha publicación: septiembre, 2017.
Precio: 19,00 € 
Género: Novela negra. 
Nº Páginas: 320 
Encuadernación: Rústica con solapas. 
ISBN: 9788426403995 
[Disponible en eBook y audiolibro; 
puedes empezar a leer aquí


Autores

Lorenzo Silva (Madrid, 1966) es el creador de la popular serie policíaca de los investigadores Bevilacqua y Chamorro, que le ha valido premios como el Nadal y el Planeta y del que la última entrega es Lejos del corazón. También es autor de numerosas novelas (como La flaqueza del bolchevique,  Carta blanca o Recordarán tu nombre, entre muchas otras),  relatos, ensayos y libros de reportajes y viajes.

Noemí Trujillo (Barcelona, 1976) ha publicado once poemarios y varios libros de literatura infantil y juvenil. Es editora del sello Playa de Ákaba y autora de las novelas Suzanne y El amor tan temido.

Silvia y Trujillo han escrito a cuatro manos las novelas juveniles Suad y El palacio de Petko y, tras adentrarse juntos en el género policíaco con Nada sucio, empiezan esta andadura con una nueva investigadora, la inspectora de policia Manuela Mauri. 

Sinopsis

La inspectora de homicidios Manuela Mauri lleva siete meses de baja cuando recibe la visita de la oficial Guadalupe Larbi para pedirle que se reincorpore al trabajo: sólo ella, le dice, tiene la autoridad y el empuje necesarios para sacar adelante una complicada investigación en la que la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid no consigue avanzar.

Tres meses atrás aparecieron restos humanos en los vertederos de Pinto y Valdemingómez. Pese a haber dedicado ingentes recursos, no se ha encontrado el cadáver completo y no hay una sola pista de la autoría del crimen. Y lo que es peor: tres meses después sigue sin identificarse a la víctima. Manuela se enfrentará de esta manera al mayor desafío de su carrera como inspectora de homicidios: la Operación Vertedero. 

La búsqueda de la verdad pondrá de nuevo a Manuela en el punto de mira de sus compañeros y superiores, que han perdido la confianza en ella por los hechos acaecidos en torno al suicidio del inspector jefe Alonso, por los que Manuela quedó injustamente salpicada.

Una novela que señala los puntos oscuros de nuestra sociedad, cuestionando nuestra ceguera ante el sistema en el que vivimos. Ante todo lo que la ciudad desecha que, nos guste o no, la define.

[Información tomada directamente del ejemplar]

Así empieza Si esto es una mujer:

[Lectura de las páginas 13 a 15;
música: 'Tragic Story' de Myuu - Biblioteca Audio Youtube]

Bevilacqua y Chamorro son dos nombres que ya están vinculados con la literatura negra para siempre. Como también lo están Carvalho, Montalbano, Falcó,... y otros tantos que ha parido y sigue pariendo el género. Los lectores estamos acostumbrados a nuevos alumbramientos, al nacimiento de nuevos detectives que vienen con la intención de hacerse un hueco entre nuestras lecturas, con el propósito de adentrarse en investigaciones complejas que nos brinden unas cuantas tardes de entretenimiento y disfrute. En estas circunstancias nace Manuela Mauri, una inspectora de policía que ya lució palmito literario en un relato previo  (Carabanchel Blues) que Lorenzo Silva escribió con anterioridad para formar parte de una antología (Madrid Negro, Siruela) en 2016, pero que bien merecía una novela y aquí la tenemos. Si será la única que esta mujer protagonice, eso dependerá de los lectores. En mi caso, me gustaría aventurarme y auguro que volveremos a ver a Mauri dentro de unos años. 

Si esto es una mujer, clara alusión a la desgarradora novela de Primo Levi, es una novela negra escrita a cuatro manos, aunque a Noemí Trujillo le gusta decir que está 'escrita con dos sensibilidades' y es que en este caso, y como ya ha ocurrido otras veces, Silva comparte autoría con Trujillo, poetisa y escritora de juvenil, encargada de aportar sensibilidad y emoción a la trama. 

Con una inspectora de policía como protagonista solo podemos estar ante una novela negra que, en este caso, arranca con una violación y un asesinato. El pistoletazo de salida lo da un capítulo introductorio que inicialmente queda suspendido en el aire hasta que, cercanos al desenlace, cobra todo su significado. Manuela Mauri será la encargada de resolver el caso aunque no está en su mejor momento. Un desgraciado incidente en el pasado, del que iremos teniendo  noticias paulatinamente, la condenó a una baja larga y la despojó de la confianza de sus superiores y compañeros. Divorciada de un policía, mantiene una relación sentimental con Alberto, médico de profesión, y es madre de dos hijos. Cree tener mal carácter y ser constantemente malinterpretada por todo el mundo, pero tiene la habilidad de advertir aquello que otros no ven aunque lo tengan delante de sus narices. Recluida en su casa durante siete meses, es reclamada por su compañera Guadalupe, la oficial que se tomará la libertad de acudir a su casa para casi rogarle que vuelva al servicio activo. ¿Por qué? Pues porque hace tres meses se encontró restos de un cadáver en dos vertederos madrileños distintos sin que se haya averiguado su identidad ni se haya esclarecido el caso, aunque sí se sabe que es una prostituta negra. Están en un callejón sin salida y solo Manuela, con su perspicacia y su profesionalidad puede sacar la investigación del atolladero. Así que el caso se centra en averiguar quién es la chica y quién la mató. Para ello, Manuela Mauri cuenta con un equipo que coordina con recelos.

Si esto es una mujer no es simplemente un caso policíaco más. La investigación pone sobre la mesa cuestiones de índole social que permiten al lector reflexionar. Nos hablará de la trata de blanca, de la invisibilidad de la mujer en muchos ámbitos y más cuando se trata de una prostituta de color, cuya muerte no parece importarle a nadie, ni a la prensa, ni al gobierno ni a la opinión pública. Así que si el caso se archiva porque no se encuentra al culpable, se etiquetará como el asesinato de una puta más y punto. ¿A quién le importa? Si seguramente no tiene familia aquí y llegó a nuestro país de manera ilegal. Además ejerce la prostitución porque quiere y ella solita se lo ha buscado. Pero Manuela Mauri no está dispuesta a dejar las cosas como están, máxime cuando es una adicta al trabajo'El veneno de la investigación podía ser tan potente como el propio crimen'. Pero también sale a relucir la maldad del ser humano. ¿Hasta dónde podemos llegar? ¿En qué tipo de monstruos nos podemos llegar a convertir? ¿Conocemos realmente a nuestras parejas, a nuestros hijos, a nuestros vecinos?

Si tenemos que hablar del personaje, sobre Mauri habría que decir que es muy humana. En los últimos tiempos, viene siendo habitual en el género, encontrarnos con investigadores de los que no solamente vamos a conocer su faceta profesional sino también su lado más personal, su esfera doméstica, con los avatares, responsabilidades y preocupaciones del día a día, que se unen a los quebraderos de cabeza profesionales. Mauri mantiene una relación sentimental con Alberto, algo que su hijo David no acepta. Por otro lado, tiene problemas con su hermana Candela, con la que mantiene un tira y afloja por cuestiones de herencia. Y en esa tormenta laboral y personal,  la inspectora contará con el apoyo de su pareja, un hombre comprensivo que conoce la presión a la que ella está sometida. No obstante, la aparición de un poema dará lugar a posibles fisuras.

Y no solamente me gusta esa humanidad que destila el personaje, si no también la cantidad de preguntas que se formula y que, nuevamente hacen reflexionar al lector. Desde cuestionarse el sistema judicial hasta asuntos más banales, Mauri repasa nuestra sociedad poniendo en evidencia la naturaleza humana.  





Entre los personajes que acompañan a Manuela, tenemos a Guadalupe, una joven de treinta y un años, sagaz, curiosa, intuitiva, que lleva ejerciendo dieciséis años en el Grupo de Homicidios. Estarán también el resto de sus compañeros de equipo, a los que iremos conociendo en su justa profundidad y poco a poco. Y en el ámbito externo, Martina es una buena amiga de Manuela, una inspectora de la Policía Nacional retirada a los cuarenta y cinco años por problemas de ansiedad, derivados de una conciliación familiar que solo existe en la teoría y no en la práctica. Y luego, no podría faltar el periodista mordaz, en busca de la noticia estrella. Roberto Martín es un freelance que investiga por su cuenta y que intercambiará información con Mauri. 

En otro orden, y dado que Mauri es inspectora de la Policía Nacional, la novela nos permite asomarnos a otro Cuerpo de Seguridad distinto a la Guardia Civil, al que tan acostumbrado nos tiene Silva. Si esto es una mujer nos tiene guardada una sorpresa, un guiño curioso y simpático que va a gustar muchísimo a los lectores de la saga más famosa de Silva. Y en cuestión de guiños, los habrá también de carácter literario -no hay más que leer el título,-. 

En cuanto a la construcción de la novela, los primeros capítulos -de corta longitud, por regla general- contienen mucha información, la necesaria como para ir asentando las bases y que el lector conozca los pormenores de los personajes que van a participar en la trama. La narración es totalmente lineal. En el mismo punto en el que acaba un capítulo comienza el siguiente, si obviamos el capítulo introductorio del que os hablaba antes. Si esto es una mujer, me ha parecido una novela con una estructura sencilla, sin revueltas, ni recovecos. Me gusta el objeto de la trama, la investigación de la muerte de una prostituta de la Colonia Marconi (Madrid) que me llevó a investigar sobre ese núcleo de prostitución. Abordar la trama de blanca, la invisibilidad de la mujer en todos los espacios, y especialmente en un mundo tan sórdido como la prostitución me parece de justicia social y en ese sentido, la literatura hace una gran labor. He de decir, antes de que se me pase, que la novela se sustenta en un caso real, en el asesinato de Edith Napoleón, y de algún modo, sirve de homenaje aquella joven que vio su vida truncada solamente porque buscaba futuro.

Si bien es cierto que no es la primera vez en los últimos años que leo una novela protagonizada por una mujer -policía, investigadora, detective,...- que tiene algún problema y vive recluida y apartada de su profesión, el personaje de Manuela Mauri me ha parecido interesante y con el que es fácil conectar. Así que, y concluyendo, Si esto es una mujer es una novela amena y de ágil lectura, que cumple su función de entretenimiento. Por lo tanto, recomendable.

Seguro que vemos a Manuela en el futuro. 








 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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jueves, 25 de julio de 2019

JAVIER CID: 'Tras romper una relación de pareja, uno tiene que aprender a andar de nuevo'

Javier Cid es periodista, hijo, amigo, vecino, compañero y seguro que muchas cosas más que a mí se me escapan. Sé también que un día fue bloguero, cuando administraba la bitácora Blogback Mountain, como sección del periódico El Mundo. Era allí donde comenzó a contar sus andanzas a través de un personaje de ficción al que llamó Martín Lobo y fue a través de aquel espacio donde se desnudó. Entiéndase, figuradamente. Las entradas de aquel blog, que llevaba por subtítulo Diario de un gay, acumuló tantísimos comentarios -hubo de todo- y visitas que supuso la apertura de un nuevo proyecto. En 2010 nació su primer libro El diario de Martín Lobo, así que se convirtió también en escritor. Y aunque han pasado nueve años desde entonces, Javier Cid sigue siendo periodista, hijo, amigo, vecino, compañero y seguro que muchas cosas más, alguna incluso vinculada con su ámbito privado, esfera en la que no pienso meter un pie.  ¡Ay! Dejé atrás lo de escritor. Pues sí, sigue siendo escritor. Su última publicación, Llamarás un domingo por la tarde así lo corrobora. De este nuevo trabajo y de todo lo que contiene la trama, hablamos unos minutos con el periodista, hijo, amigo, vecino y compañero. Ahí lo lleváis.

Marisa G.- Javier, ¿echas de menos la escritura de aquel blog en 'El Mundo'?

Javier C.- Sí, un poco. En aquella época había pocos blogs y menos de esta temática y menos aún, en un medio como era 'El Mundo'. Fue una aventura porque sorprendió a todo el mundo, a mis jefes, a mis compañeros de trabajo,... Nadie sabía muy bien qué decirme, cómo valorar aquello por temor a parecer que me estaban censurando. Pero el blog me dio muchas alegrías y a fue a partir de entonces, cuando pude publicar 'El diario de Martín Lobo'. 

Escribir un libro es una actividad muy solitaria. He estado un año encerrado en casa, sin hablar con nadie, sin saber si lo que estaba haciendo iba a funcionar o no. Con el blog fue distinto, estás constantemente interactuando con los lectores. Fue un blog bastante literario porque aunque tratara de mi vida, le metía mucha literatura. Es mi manera de escribir. Dos días a la semana volcaba un texto que tenía muchos comentarios, donde la gente me decía lo que le parecía y otros me insultaban pero bueno, a mí siempre me ha ido la marcha.

M.G.- La novela arranca con un desamor, con una ruptura sentimental. ¿Cómo es esa bajada a los infiernos?

J.C.- Después de cinco años de vida en pareja, con el que has montado un hogar, lo amueblas, te compras una cama 'king size' y un sofá enorme, resulta que llega un día en el que todo se acaba. Y vuelves del trabajo y te encuentras solo. Entro en esa casa y siento que las paredes se me caen encima. Me acuesto en esa cama y sigo durmiendo en mi lado durante muchos años aunque el otro estaba vacío, algo muy freudiano, y me siento en un sofá que me queda grande. Tras romper una relación de pareja, uno tiene que aprender a andar de nuevo. Es que si montas tu vida con una persona y todo lo que haces es con ella, las vacaciones, la lista de la compra, la película que vas a ver el domingo, el restaurante al que vas a ir a cenar el sábado,... y luego rompes, hay que aprender a vivir desde cero. Y no es tan malo. Es un momento para buscar el equilibrio, para aprovechar estos tiempos en los que estas solo, para conocerte, para estar contigo mismo, para viajar solo, para conocer a gente nueva. Pero en mi caso, es algo duro porque soy muy intenso. Cuando he tenido pareja lo he vivido al mil por cien y cuando lo he dejado he sufrido como el que más, aunque cuando he estado soltero, también me he divertido como el que más. Todo lo hago como muy a lo loco.

De esa bajada a los infiernos arranca una historia de búsqueda personal, de encontrarse a uno mismo, de superar la crisis de los 40, de ver como todos tus amigos empiezan a tener hijos y tú te quedas de lado, como si ellos pasaran a la siguiente pantalla de la partida y tú te quedaras atascado. Y en el caso de vosotras, las mujeres, casi que peor porque a todo ese drama se le suma la presión del reloj biológico... Por suerte, ahora estoy en pareja. Así que estoy encantado.

M.G.- Una pareja a la que le dedicas el libro, por cierto.

J.C.- Sí, además lo conocí justo cuando estaba terminando la historia. Fíjate cómo son las cosas. Estoy escribiendo una novela sobre el desamor y sobre la búsqueda incansable de la felicidad, de compañía y de cariño, y aparece él. Ahora estoy en el otro lado.

M.G.- Ahora tienes que escribir la historia desde el otro ángulo.

J.C.- Sí, pero las tragedias venden mucho más. Mi vida en pareja es mucho más plácida, mucho más cómoda, más tranquila y pasan muchas menos cosas. Cuando estoy en pareja, no me meto en líos ni viajo a lugares raros a hacer el burro. Así que, menos carne de cara a la ficción. Cuando he estado soltero es cuando me ha pasado de todo.

M.G.- El libro tiene su dosis de humor aunque cuentas temas bastante serios como el bullying al que estuviste sometido de pequeño. 

J.C.- Claro, es que si no le meto humor, qué voy a hacer. ¿Quedarme veinticinco años metido en el bucle obsesivo, lleno de rencor, pensando una y otra vez lo que me hicieron? Tengo 40 años y no voy a estar veinticinco años después con esa sed de venganza. 

En su momento escribí un post en Facebook que se hizo viral. Resulta que me agregaron a un chat del colegio porque se cumplían veinticinco años y querían organizar una cena. Lo que me pasó era algo que ya tenía superado y tenía pensado ir a la cena si la organizaban pero fueron pasando los días y de repente, empecé a pensar en todo lo que me habían hecho y escribí aquel post. Me desahogué. Con todo lo que me habían hecho pasar, ¿cómo tenían ahora la poca vergüenza de escribirme para vernos? En esos momentos pensaba mucho en mi madre, porque los niños olvidan las cosas, superan los dramas mejor que los adultos. Mi madre lo pasó muy mal. Se lo conté y respondió que qué hijos de puta. Esa frase se me quedó grabada y por eso escribí ese post. Luego se convirtió en viral, se me fue un poco de las manos. Hubo un momento en el que me llamaron de varios medios de comunicación, tuve miles de solicitudes de amistad, mensajes de madres que estaban pasando por lo mismo que había pasado la mía, con hijos que eran víctimas de bullying. Aquello me superó porque me sentí culpable al haber soltado aquel globo sonda. Los niños te llaman maricón, como te llaman gordo o como le llaman jirafa a una chica alta. ¿Hasta qué punto hay maldad? No sé. Por suerte, ni dije nombres de nadie, ni de la ciudad, ni del colegio. Hablé de una situación general que sufrí durante muchos años. Esos chicos de entonces tienen hoy mi edad, y lo mismo tienen hijos que pueden ser víctimas de bullying. Si ese mensaje les has llegado y hay uno de ellos que se arrepiente y reconoce que se pasó conmigo, con eso me doy por satisfecho.

En realidad, introduje el tema en el libro porque me daba juego pero no he querido recrearme ni profundizar demasiado. Lo que pasa es que, últimamente voy a la tele, y me presentan como el homosexual maltratado y yo no soy eso. Soy muchas más cosas.  Que tuve una infancia complicada, pues sí, como la de muchos niños más pero soy más que un homosexual maltratado.

M.G.- Pues, al hilo de lo que cuentas, quería preguntarte en qué mundo seguimos viviendo, si seguimos siendo tan ignorantes y tan intolerantes. Porque yo pienso que hay mucha teoría y muy poca práctica. Creo que seguimos definiendo a las personas por su orientación sexual en vez de por otras cualidades. Es más común y también más mezquino referirnos a alguien como el homosexual en vez de como el periodista que ha escrito un libro, ¿no te parece? 

J.C.- Sí, es verdad. Y quiero entender que se hace así porque se entiende como algo exótico. No me lo quiero tomar como algo negativo, como una etiqueta que te encasilla. Hace diez años de aquel blog en el periódico, que fue una salida del armario a lo bestia, con millones de lecturas. Si ahora me llaman homosexual, me da igual. Es algo que tengo muy superado. También es cierto que vivo en Madrid, donde hay una apertura que no la hay en otros lugares. No es lo mismo una ciudad grande como un pueblo. No es lo mismo este país que esos ocho países donde la homosexualidad está penada con la muerte, o esos otros treinta, donde está penada con la cárcel. Por eso me hace mucha gracia la gente que se queja por la celebración del Orgullo Gay. Mira, es que a ti no tratan de insultarte llamándote heterosexual, ni te van a matar o a meter en la cárcel por ser homosexual en algunos países. En cualquier caso, si me llaman gay, pues bueno pero si me dicen maricón... Todo depende de con qué tono uses la palabra. 

M.G.- En plan despectivo.

J.C.- Claro. Y en función de cómo se utilice, por supuesto que ofende. Todavía hay muchas cosas que hay que trabajar. Y encima estamos viviendo una situación política con partidos de extrema-derecha que están haciendo declaraciones bastante peligrosas. Sé que lo dicen porque se deben a su público y necesitan titulares. No se van a llegar el Orgullo a la Casa de Campo pero... Es que están a favor de la terapias reparativas, cuando eso es un delito penado. Y además hay partidos demócratas que les están dando la llave para estar en instituciones, en ayuntamientos, en comunidades autónomas, me parece totalmente peligroso. Ya hace mucho tiempo de la ley de vagos y maleantes para que ahora vengan políticos, que cobran sueldos públicos, a decirte estas cosas.

M.G.- Javier, tenemos muy poco tiempo pero no quiero dejar te preguntarte por el premio que te han dado.

J.C.- Sí, el Alan Turing, un premio que se le da a ciertas personas por su labor al favorecer los derechos LGTBI y a mí me lo han dado en la categoría de comunicación por cosas como estas, por el blog, por mis post en Facebook, por mi carta sobre el bullying. Es la tercera edición que se celebra, en Arona (Tenerife) y estoy muy contento. Es un premio que se lo han dado a Zapatero, a Nacho Duato, a la Fundación Harvey Milk. Este año vino Caitlyn Jenner, la madrastra transexual de las Kardashian, que se ha convertido en un referente. Estoy muy contento.

M.G.- Lo imagino. Bueno Javier, espero que tengas mucha suerte con el libro. A mí me apetece mucho leerlo y prometo ponerme con él este verano. Un placer conocerte y gracias por tu sinceridad.

J.C.- Muchas gracias a ti. Espero que tu guste. 

Llamarás un domingo por la tarde promete ser una lectura en la que todos nos podemos ver reflejados. Las rupturas sentimentales provocan emociones comunes y me apetece comprobar por qué fases atraviesa el protagonista de este libro, en el que Javier ha puesto toda su piel.




Ficha novela

Editorial: Plaza & Janés.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Nº Páginas: 328
Publicación: Junio, 2019
Precio: 17,90 €
ISBN: 9788401019975
Disponible en e-Book
Puedes empezar a leer aquí.
Ficha completa aquí.