Ayer tarde arrancó la Feria del Libro de Sevilla y lo hizo a lo grande con la intervención de la escritora Elvira Lindo, encargada de pronunciar la conferencia inaugural que llevaba por título Literatura, arma y refugio. Acompañada por su marido, el también novelista Antonio Muñoz Molina, llegó a la carpa central de la feria cuando esta estaba ya abarrotada de un público que esperaba desde hacía una hora la aparición de la novelista.
Fue Esperanza Alcaide, Presidenta de la Asociación Feria del Libro de Sevilla, la encargada de arrancar el acto inaugural dando la bienvenida a los asistentes a una plaza que hacemos nuestra cada primavera, la Plaza Nueva de Sevilla -epicentro de la feria-, una bienvenida que incluía a libreros, autores y lectores para celebrar todos juntos la fiesta de la cultura, la fiesta de la lectura. Tras los agradecimientos pertinentes a las instituciones y a Joâo Queirós, cónsul de Portugal, pues el país vecino es el invitado en esta edición, cedió la palabra a Elvira Lindo.
El discurso de la autora, plagado de anécdotas, se inició con una confesión. 'Me hice escritora para que me escucharan porque, siendo la pequeña de la familia, a mis padres no le quedaba tiempo ni ganas tampoco. Me hice escritora no de golpe, sino poquito a poco'. Alegó que su oficio consistía en saber contar lo que veía y escuchaba.
Resultaron muy curiosas las conexiones que hizo entre literatura y folclore popular, con multitud de referencias a Lorca, Falla y los hermanos Machado, incidiendo en el especial énfasis que los autores sevillanos ponían en la fuerza educativa del folclore popular.
Letras y melodía siempre han estado muy vinculadas y manifestó que la literatura que no pasa la prueba de ser leída en voz alta es menos valiosa. Tanto es así que ella acostumbra a leer sus textos en voz alta una vez escritos para comprobar si tienen musicalidad, si las palabras suenan. Por eso, señaló que su primera experiencia con la literatura fue la de escuchar a su madre cantando boleros, a sus tías contando cuentos, o la tata María, 'tan joven, tan sola, tan desamparada, acompañándome en la merienda mientras en la radio sonaba una canción que parecía rescatada de otro tiempo'.
Recitó versos de Lorca, cantó a media voz Los cuatro muleros de Pepe Marchena e incluso se atrevió con la letra de Las mil calorías de Martirio, todo ello para reivindicar la canción popular, su alegría y su pena, así como la idea de devolver al pueblo lo que del pueblo se escucha y por eso, aunque cada escritor vuelca su creatividad en el sentido que tiene más despierto, ella lo hace en el del oído, 'de tal manera que voy robando frases por la calle' porque es en la calle donde uno encuentra metáforas, una expresividad sin límites y, como ocurre en Sevilla, una gracia verbal sin igual. De la calle extrae historias que luego tendrá que vestir de fantasía.
De su discurso se pudo extraer auténticas perlas. Quizá una de las que más me impactó fue cuando aseguró que 'Animar a la lectura no es darle a un niño un libro y abandonarlo a su suerte'. Sinceramente nunca me había planteado un paso más después de poner la literatura al alcance de los niños pero Linda recalcó que 'tenemos el deber insoslayable de darle a nuestros niños el dominio de la lengua', porque, haciendo alusión al título de su conferencia, 'las palabras son armas para defenderse en la vida. Hablar bien, abre puertas, abre puertas laborales, pero también abre las puertas del corazón'.
La conferencia, escuchada con atención por los asistentes y con una duración que casi roza los cuarenta y cinco minutos, terminó con lo mejor de su discurso. Sus palabras no dejaban de lado a los niños, a todos esos pequeños que ella ha ido conociendo al visitar escuelas para presentar a Manolito Gafotas. Entre niños escuchó las ocurrencias más divertidas y son a ellos a quienes nos debemos. Y pensando en los niños terminó su exposición, con unas palabras en las que figura la esencia, el germen de esta conferencia con la que se daba pistoletazo de salida a una feria que promete llenar Sevilla de buena literatura. Esperemos que el público responda. Transcribo literalmente sus palabras.
'La literatura se riega, como se riegan las plantas. El dominio del lenguaje es el arma, la base, y lo que imaginamos a través de las palabras, el refugio. Si le damos a cada niño y a cada niña esta arma vital para que no se sienta desprotegido o excluido de un mundo en el que cada vez abundan más los privilegios, habremos hecho correctamente nuestro trabajo. Cuando el niño crezca elegirá sus aficiones, sus consuelos. Buena parte de la vida transcurre a la intemperie y es vital tener refugios, refugios sólidos en los que protegerse. Esa criatura podrá llegar a ser aficionada a la lectura o no, eso ya no depende de nosotros, pero si lo hemos atendido como merece, tendremos la tranquilidad de haber hecho bien nuestro trabajo. Profesores, maestros, libreros, padres, madres, clase política,... no hagamos de menos aquello que más necesitará un niño de adulto, poder decir con palabras claras lo que piensa, gozar de un espíritu crítico, saber expresar lo que siente y demandar aquello que necesita'.
Creo que no pudo haber mejor colofón a sus palabras. Tras los aplausos, la firma de su obra y la conversación con los lectores.
Confieso que me gustó el discurso de Elvira Lindo tanto como impresionó. Conectar literatura con cánticos populares, hacer hincapié en la importancia del legado que dejamos a los niños y salpicar todas sus opiniones con referencias a Lorca, Falla y los hermanos Machado consiguió que su disertación fuera muy entretenida. Disfruté mucho del acto, así que, para lo que no pudisteis asistir, aquí os dejo el vídeo que la Feria del Libro de Sevilla ha colgado en su canal de Youtube.
¡Nos vemos por la feria!
[Canal Youtube Feria del Libro de Sevilla]
Gracias por la crónica.
ResponderEliminarBesos.
Un empiezo de lujo!!! Magnífico el discurso de Elvira Lindo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Una crónica muy interesante, Marisa. No me extraña que quedases impresionada por su charla, porque los fragmentos que plasmas asi lo indican. Besos.
ResponderEliminarHola Marisa, me ha encantado tu crónica sobre la apertura de la Feria del libro de Sevilla. Una vez más te agradezco la visita que me hiciste y nada, que sepas, que ahora yo también te visito, ja ja.
ResponderEliminarMe he hecho seguidora tuya, y por aquí me verás en más de una ocasión.
Besitos :D
Gracias Margarita. Un placer conocerte. Besos
EliminarAdoro a Elvira 😍 y a tí, pedazo crónica!
EliminarBesitos 💋💋💋
Gracias tocaya por esta crónica. Qué lujo participar de tu mano de esa inauguración. Me gusta mucho escuchar a esta escritora; es cercana, natural y siempre tiene cosas interesantes que decir. Gracias otra vez por traernos ese momento. Abrazos.
ResponderEliminarMuy buena la entrevista, me ha gustado escucharla.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Besos
Yo hace ya bastantes años que me quedó claro que no basta con poner la literatura al alcance de los niños. Un comienzo de Feria de lujo, sin duda. Un besote!
ResponderEliminarBuen discurso y buenas conclusiones, gracias por contarlo aquí. Leer, amar la lectura, hablar bien... esas cosas que se van perdiendo y que son tan necesarias en un mundo cada vez más impersonal. Besos.
ResponderEliminar¡Me alegro de que disfrutaras!
ResponderEliminarYo no pude ir pero menos mal que está en las redes y en video. Besos
ResponderEliminarBuena crónica y espero que estés disfrutando de lo lindo de esta Feria. Sin querer me ha salido una frase graciosa y que va muy bien con el post.
ResponderEliminarBesos