A principios de abril tuvimos la suerte de contar con la visita de Ray Loriga para presentar su última novela Sábado, Domingo (Alfaguara). El acto tuvo lugar en la Biblioteca Infanta Elena y se inició con las palabras de su directora, Anabel Fernández, quien apuntó que 'de Ray Loriga se ha dicho que es la estrella del rock de las letras y que redefine la ficción del siglo XXI'. A grandes rasgos hizo un resumen del argumento, mencionando que el eje central de la historia era un problema no resuelto que repercute con el paso del tiempo. Añadió además que, Sábado, Domingo 'muestra las zonas escondidas de las sombras que guardamos ocultas en nuestro interior', por eso, su protagonista, Federico, os resulta tan cercano.
Acompañando a Loriga se encontraba el también escritor Salvador Gutiérrez quien inició su discurso haciendo un alegato a favor de las novelas legibles. 'Sábado, Domingo es una novela que se lee del tirón, de una forma ansiosa', apuntó. Hasta el extremo de tener que levantarse de la cama para continuar leyendo pues no podía dejar de pensar en la novela. En palabras de Gutiérrez, el argumento es adictivo pues el lector se enfrenta a una noche de sábado en la que dos amigos, Federico y Chino, viven un suceso brutal que los marcará para siempre. Esa noche de sábado transcurre durante un primer capítulo largo y continuará en un segundo, también largo, que transcurre durante un domingo en el que se recoge la vida de Federico veinticinco años después de aquel sábado narrado en primer lugar. Algo le hace recordar aquel suceso y comienza a recordar. 'A Federico, aunque es el mismo personaje, se le nota que han pasado esos veinticinco años por la forma de expresarse, de entender y mirar el mundo', dijo Gutiérrez.
Destacó el conductor del acto que lo que más le maravillaba de las novelas de Loriga eran sus finales. Recordó la sensación que experimentó tras acabar de leer Rendición, 'con aquellas dos últimas frases. Parecía que toda la novela había sido escrita para llegar a esas dos líneas finales'. Y con respecto a Sábado, Domingo, dijo que le había parecido un final majestuoso, un desenlace que cierra la novela perfectamente pero que deja al lector con una sensación de incertidumbre, preguntándose qué sería de Federico después. 'Creo que Loriga debería dar cursos para aprender a finalizar novelas', señaló. Y sobre ese final, sobre ese capítulo concretamente giró la primera pregunta del acto pues Gutiérrez manifestó tener curiosidad por saber si ese final fue lo que empujó a Loriga a escribir esta novela.
Siendo una novela que escarba en la manera en la que recordamos los sucesos del pasado, la forma en la que nosotros mismos construimos nuestra propia memoria 'sin ser conscientes completamente de lo sucedido realmente', Gutiérrez manifestó que, durante la lectura, se le habían venido a la cabeza dos autores y dos textos. Por un lado pensó en Juan Marsé y Últimas tardes con Teresa a lo que Loriga dijo que podía ser perfectamente pues Chino, con su aire chulesco y su pose sobrada podría recordar a la habilidad de Marsé a la hora dar peso a la frivolidad. Por otro lado, a Raymond Carver y su poema Bebiendo la noche' Al respecto, Loriga comentó que le gustaba mucho Carver y que incluso su narrativa podría recordar a Cheever. Compartió con los presentes una divertida anécdota sobre los finales abruptos en los cuentos de Carver que en realidad, no eran más que un artificio del editor quien decidía cortar los textos del autor justo en un punto álgido para dejar la tensión en el aire y provocar un golpe de efecto. 'Todos los cuentos de Carver tenían su final y seguramente eran magníficos pero su editor decidió eliminarlos y así se formó el Efecto Carver'.
Loriga declaró que Sábado, Domingo había sido una novela muy distinta a Rendición en cuanto a la escritura. 'Rendición es una novela de ciencia-ficción, de un mundo inventado aunque con conexiones con el nuestro pero parte de un precepto totalmente distinto'. Una de las diferencias radica en el narrador. El de Rendición habla consigo mismo para intentar entender el mundo en el que vive y lo que lo rodea mientras que en esta última novela, el narrador intenta comprender su interior. 'Me gusta trabajar desde directrices muy diferentes. Me ha ayudado mucho cambiar de géneros, de texturas, de puntos de vista y de tonos de voz a lo largo de estos treinta años que llevo escribiendo para no repetir modelo y estirar algo que ya he hecho previamente. Necesito sentir vértigo con cada nueva novela'.
Quizá porque es una novela que empezó hace diez años, dicen que Sábado, Domingo parece una novela más clásica, más cercana a aquellos primeros trabajos del autor. Opiniones que reconfortan a Loriga pues, aunque han pasado muchos años y ha pretendido evolucionar, sigue siendo él mismo. 'Lo fundamental para mí a la hora de seguir escribiendo es mantener de manera constante el entusiasmo', declaró.
Poco a poco algunos de los presentes se aventuraron a hacer algunas preguntas. Hubo quien se interesó por su faceta más cinematográfica y por saber si él escribía sus novelas pensando en llevarlas al cine. Aclaró que en ningún momento esa era su actitud. 'Cuando me meto a escribir una novela, mi cabeza está en la literatura y no en el cine. Bastante difícil es pensar en la estructura que debe sujetar una novela para idear el tipo de película que podría ser'. En cualquier caso, alegó que, siendo escritor de guiones, es lógico que sus novelas se contagien de manera casi intuitiva. 'Esta novela es muy cinematográfica pero si la miro desde el punto de vista de guionista y de producción, creo que se plantea un problema importante y es que necesitaríamos dos actores para un mismo personaje'.
Debido al argumento de la novela, se hicieron alusiones al caso de la Manada y Loriga dijo que era normal pues, el texto puede conducir al lector a recrear ese caso, 'pero no he escrito la novela debido a lo que sucedió. Como digo, esta novela comenzó a formarse hace diez años, lo que ocurre es que ese horror ha sucedido miles de veces a lo largo de la historia y de nuestra historia reciente', aclaró. Igualmente se le preguntó sobre sus títulos, si los tenía pensado con antelación o salían después de terminar las novelas. Explicó que con cada novela era distinto. 'Lo ideal es tener el título incluso antes de escribir la novela', pero en este caso, Sábado, Domingo era un título de trabajo. 'Mi intención era cambiarlo pero la editorial dijo que podría funcionar bien así, y así se quedó'.
En cuanto al tono creíble con el que construye sus personajes dijo: 'Presto mucho atención a lo que sucede a mi alrededor, oigo conversaciones y luego voy anotando algunas cosas mentalmente'.
Y poco más. De allí salimos con muchas ganas de embarcarnos en la lectura de Sábado, Domingo, algo que espero hacer en las próximas semanas.
Editorial: Alfaguara.
Encuadernación: Rústica con solapas.
Nº Páginas: 272
Publicación: febrero, 2019
Publicación: febrero, 2019
Precio: 18,90 €
ISBN: 978-84-9066-656-2
Disponible en e-Book.
Puedes empezar a leer aquí.
Con lo que me gusta a mí Loriga 😉
ResponderEliminarBesitos cielo 💋💋💋
Tienes que leerlo un finde,jeje. De este autor leí un libro hace años y ni recuerdo el título.
ResponderEliminarBesos
Gracias por esta estupenda crónica. Es un autor con el que aún no me he estrenado.
ResponderEliminarBesotes!!!
No leí nada de este autor. A ver qué impresiones nos cuentas cuando la leas. Besos.
ResponderEliminarNo conecto mucho con el autor pero gracias por toda la info.
ResponderEliminarOtro autor del que no he leído nada... qué curioso lo del Efecto Carver y los tijeretazos de su editor, no tenía ni idea y me ha encantado la anécdota :)
ResponderEliminarMil gracias por la entrevista :)
¡Besote!
Yo salí encantado de la presentación dijo cosas muy buenas. Gracias por recordarme algunas de ellas.
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