lunes, 11 de marzo de 2019

POR QUÉ LLORAN LAS CIUDADES de Elisa Levi

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Editorial: Temas de hoy.
Fecha publicación: septiembre, 2017.
Precio: 16,90 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 160 
Encuadernación: Rústica sin solapas con sobrecubierta.
ISBN: 978-84-9998-712-5 
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]

Autora

Elisa nació en Madrid en junio del 94 y ese mes fue muy frío para ser verano. Ha peleado con su cuerpo, ha tomado prozac, ha bebido y ha fumado. Ha escrito poesía y teatro. Ha abandonado un curso becado y ha cambiado su apellido para tomar las riendas de su identidad. Le gustaría haber sido amante de Isabel I, pero nació en la época que no era y a cambio ha escrito sobre su generación.

Sinopsis

Denis se ha suicidado y ahora Ada está sola. Sola entre sus hermanas y su madre y su padre y los chistes sin gracia de su entorno, sola en la habitación que comparte con su pareja y frente al lexatín que nunca falta en la cartera. Sola en Japón, donde ha tenido que viajar como única albacea de quien fuera su mejor amigo. 

Nostalgia, tristeza y melancolía afloran por las calles de Tokio mientras acompañamos a Ada en su deambular por preguntas que seguramente tampoco sabríamos responder:

¿Donde encajan los ausentes?
¿Cuál es la promesa de aquellos que se quitan la vida?
¿Quién ha sabido sostenerle la mirada a la felicidad?

Hay quien elige palabras rimbombantes para hablar de la primera novela de una joven autora. Elisa Levi es joven y este es su debut narrativo, pero más que una revelación o una bengala intermitente, lo que ha escrito es una oda al desencanto. Algo esencial. 

[Información tomada directamente del ejemplar]


Así suena Por qué lloran las ciudades:

[Lectura de las páginas 23, 24 y 25 de la novela;
Música: 'Hallowed Days' - Biblioteca de audio Youtube]

El día que me senté frente a Elisa Levi no había leído todavía su novela (puedes leer la entrevista aquí). Conocía a grandes rasgos el argumento así como sus personajes pero, la interacción durante aquel encuentro me colocó delante de una joven que despertó intensamente mi curiosidad. Una actitud serena, una mente nítida, una mirada intensa y ni una sola sonrisa. No había motivos para ello. En aquella conversación no tratamos ni un solo tema divertido. Salí de aquel encuentro preguntándome por qué una chica de su edad había querido ahondar en cuestiones que todos tratamos de evitar: la tristeza, la soledad, la muerte, el suicidio,... Con estos ingredientes os podéis imaginar que estamos ante una novela, una nouvelle más bien, que no es fácil de digerir. Pero antes de profundizar en mis impresiones, os cuento un poco más del argumento.

Ada es una joven que reside en Copenhague con su pareja Nadine y su perrita Clara. El mismo día que recibe un paquete de su amigo Denis, un joven que es más un hermano que un amigo, que reside en Japón y a quien conoce desde que era un niño, ese mismo día, Ada también recibe una llamada de un número desconocido. Al otro lado de la línea, una voz le comunica que Denis ha muerto. Hundida sentirá un deseo irrefrenable de acudir junto al amigo-hermano, de estar a su lado para comprobar por sí misma si realmente se ha ido. Cogerá un avión a Tokio y a su llegada conocerá lo que había sido la vida de su mejor amigo en Japón, tendrá acceso a su habitación, a sus papeles, a sus amigos y a sus compañeros de trabajo. Descubrirá en ese viaje que Denis la ha nombrado heredera universal de su vida y dejará por escrito cómo desea ser enterrado.

Por qué lloran las ciudades es la historia del inicio de un duelo, de cómo la muerte de un ser tan querido afectará a Ada, una joven que está cruzando de la adolescencia tardía a una madurez incipiente, una época algo gris que siempre se ha tendido a idealizar pues son años en los que surgen un sinfín de preguntas que solo puedes responder al final del camino que se abre ante tus ojos. También es la historia de Denis, lo que le empuja a cometer un acto que la sociedad condena al ostracismo y del que todo el mundo evita hablar, como si la muerte, natural, por enfermedad o por decisión propia, no fuera parte de la vida. 

Estamos ante una novela cargada de reflexión en la que Ada se cuestiona todo lo que la rodea, intentando siempre aferrarse a algo con tal de que un vendaval no se la lleve por delante. Cada página está cargada de emoción y sentimiento que ella va volcando sobre una libreta, textos a los que coloca un título, en los que se perciben notas líricas. 

Ada es un personaje único pero también común. Adicta al lexatín como única manera de esquivar los embestidas de la vida, es reflejo de un tipo de individuo actual que se siente arrastrado por la ansiedad. A pesar de que, a priori parece una joven valiente, reacia a todo tipo de convicción social, con unos principios muy sólidos, yo también he percibido a una mujer más frágil de lo que su apariencia refleja. La necesidad de tomar un ansiolítico para afrontar alguna situación sencilla, el deseo ineludible de sentir la presencia de una pastilla en el fondo del bolsillo de su chaqueta,... no es más que un sinónimo de inseguridad, de un terror que la invade porque se siente pequeña en un mundo que nos devora a grandes bocados, y por eso padece un tic obsesivo que no deja de repetir una y otra vez. Es así como yo la he percibido bajo ese disfraz de mujer independiente y decidida, una mujer a la que no le hace falta su familia. 

A Denis lo iremos conociendo poco a poco, a través de los recuerdos de Ada o a través de lo que de él dirán otros personajes. No será hasta el final, cuando él nos hable directamente, cuando nos topemos de frente con una carta, la típica carta de un suicida que aclara sus motivaciones y exime de responsabilidad a los que quiere. Denis se quita la vida por la razón más antigua de la historia, por aquella que nos mueve a todos, por la que nos hace más feliz pero también los más desdichados. En esas pocas páginas lo cuenta todo, todo lo que, en realidad es, el cuerpo de la novela y que, a su vez, genera todo el cúmulo de reflexiones que Ada vuelca en esas páginas.

Pero decía al principio que Por qué lloran las ciudades aborda temas muy serios. Os podéis imaginar que el suicidio es uno de los principales. ¿Por qué los medios de comunicación eluden todo tipo de noticias que tengan que ver con el suicidio? Dicen que para no incitar a la población, a aquellos individuos que ya tengan un cierta inclinación al suicidio. Bueno, me parece un buen argumento pero tampoco lo veo muy sólido. Siendo así, igualmente habría que dejar de hablar de la violencia de género, ¿no? Para no incitar a los violentas y violentas a golpear a los demás. El suicidio siempre ha sido un tema tabú, como otros muchos. La muerte es un tema tabú, independientemente de cómo se produzca esta. A nadie le gusta hablar de ciertos temas pero en realidad son partes de la vida y habría que tratarla con naturalidad. Quizá es esto lo que propone Elisa Levi a la hora de escribir una novela en la que el suicidio es el eje central.

La homosexualidad es otra cuestión que asoma en esta novela. Tanto Denis como Ada son homosexuales, bueno ella es más bien bisexual,  y esto ha generado algún que otro roce en la familia de la protagonista, especialmente en su madre, que cambia radicalmente de actitud con respecto a Denis a partir del momento en el que ella conoce la identidad sexual de este. Por suerte es una cuestión que ya no levanta tantas ampollas, al menos en los que formamos parte de generaciones más recientes porque otra cosa distinta es lo que piensan nuestros abuelos. En cualquier caso, si hay algo que debe ser tratado con absoluta naturalidad es la sexualidad de cada uno y por tanto, no habría ni que hablar de ello. Pero, asociado a la homosexualidad encontramos el sexo. Ada tiene problemas para sentir placer. Creo que, la vida la ha mancillado tanto, algo que entenderéis en el siente párrafo, que le cuesta relacionar sexo como gozo. Es una cuestión que pertenece al yo más interno del personaje.

La familia es otro de los temas sobre los que pivota la novela. Desde el primer capítulo, el lector conocerá que Ada no mantiene buenas relaciones con ningún miembro de su familia. Por rebeldía, renegará de lo que se espera de ella, especialmente en lo que a su madre se refiere, evitando a toda costa convertirse en la hija modélica que esperaba su progenitora, una mujer con muchos prejuicios. Le ocurrirá igual con su hermana mayor y su hermana menor. No hay ningún tipo de vinculación fraternal. Esa distancia que vemos entre Ada y su familia no es tan extraña en los días que corren. Los jóvenes están cada vez más acostumbrados a apartarse de sus familias y a buscarse la vida por sí mismo. Ya sea por estudios, razones profesionales o simplemente afán de alcanzar pronto la independencia, suelen salir pronto del cascarón por lo que las relaciones paterno-filiales se enfrían un tanto. Son jóvenes que ponen en evidencia el conocido dicho que argumenta aquello de las familias vienen impuestas y los amigos los eliges. Ada tiene amigos a quienes considera su propia familia, a los que quiere más que a sus hermanas. Pero en el caso de Ada, ocurre que no solamente las relaciones están más diluidas sino que el lector percibe que hay bastante resentimiento. ¿A qué puede ser debido? Quizá la respuesta la encontremos hacia el final cuando, de manera muy sutil, se deja caer una bomba que explota ante nuestros ojos. Abusos. Tuve que releer dos veces la misma línea para entender que efectivamente me hablaba de ello y creí que, a partir de entonces, Ada iba a profundizar más en esta terrible cuestión pero la deja ahí, suspendida en el aire, como si tal cosa, y generando en el lector todo tipo de preguntas y entendiendo ahora más esa actitud de la protagonista, esa pesadumbre, esa nostalgia... Quizá hacía falta conocer ese punto de su historia para sentirla más cercana, para comprender ese aislamiento que ella misma se ha auto-impuesto.

Escrito en primera persona y con un fraseo muy corto, la novela se divide en cuatro bloques que corresponden a diferentes escenarios -Madrid, Tokio, Copenhague- sin que ninguna de estas ciudades cobren especialmente protagonismo. Tan solo el famoso cruce de Shibuya en Tokio es el punto geográfico que más presencia tiene en la novela.

Imagen relacionada
[Imagen tomada de Internet]

Cada uno de esos bloques contienen capítulos cortos en los que se va intercalando la narración con pequeña piezas a modo de poemas que recogen las reflexiones de Ada. Esos capítulos parecen secuencias cinematográficas porque esta novela tiene mucha vinculación con el cine. Para empezar, la voz de la narradora me ha parecido en todo momento esa típica voz en off tan propia de las películas. Además, Ada se imagina en todo momento que está dentro de un largometraje, que su ir y venir por el mundo, su interactuación con otros personajes está siendo grabada por una cámara que ella coloca hábilmente en algún lugar de una escena que se convierte en un plano. 

Por qué lloran las ciudades no me parece que sea una novela a la que enfrentarse con ligereza, bajo cualquier circunstancia. He tenido una sensación de pesadumbre y tristeza rondándome la cabeza a lo largo de toda la lectura porque es una novela en la que anida el dolor y ciertos pasajes son algo angustiosos. Resulta curioso como todo el mundo en esta historia mira con pena a los demás y cierra los ojos para evitar que lo que veas te duela. No obstante, y a pesar de ser una historia muy dolorosa también es una novela luminosa porque en ella reside el amor auténtico y verdadero. Por un lado, el amor de Ada hacia Denis, tan leal que, a pesar de que ella lo pasará muy mal y se sentirá muy sola, respeta la decisión de su amigo, la respeta y hasta la entiende solo porque todo lo que él hacía estaba bien hecho. Y por otra parte, el amor que Denis siente, y sobre lo que mejor no os cuento nada. 

En definitiva, la primera novela de Elisa Levi es un canto al amor, a la amistad y a la vida misma, solo que en este caso, la autora nos centra principalmente en la cruz de la moneda. Aunque nos cueste trabajo conectar con el suicidio y con los suicidas, lo que Levi retrata en esta novela no es más que una parte del ser humano, tan presente como cualquier otra. Quizá no sea una novela para todo tipo lector. Y como dije antes no es una novela para coger sin pensar demasiado. Creo que en este caso se hace necesario saber de antemano a qué te vas a enfrentar pero merece mucho la pena asomarse a estas páginas para conocer a Ada y a Denis.







 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:



17 comentarios:

  1. Ay Marisa ! No sé... me gusta lo que cuentas y sé que en otro momento podría acercarme a esta lectura, pero ahora mismo no lo veo nada claro.
    Besos.

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  2. He ido leyendo como en una montaña rusa, tan pronto veía cosas que sí como cosas que no. Me gusta lo reflexivo, lo honesto que es para mostrar las cosas como son porque parece que está mal visto no ser feliz y no estar encantado de la vida todo el día. Me pesa que creo que todo está invadido por la tristeza y eso ahora no me va muy bien. Más a favor, las ciudades, todas me llaman la atención y en contra que creo que se juntan demasiadas penas.
    Así me he quedado, con la margarita.
    Pero lo que sí tengo muy seguro es que me sigue gustando mucho que nos leas.
    Besos

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  3. Creo que llevo demasiado navegando por la blogosfera esta tarde, ya no distingo amigo de enemigo, o lo que es lo mismo, me lo estoy anotando todo, no encuentro pegas a nada, jajajajaja.

    Muy buena reseña.
    Besitos cielo.

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  4. El tema del suicidio es algo duro para mí, así que no sé si me animaría con esta historia. Sé que lo voy a pasar mal.
    ¡Un beso!

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  5. Creo que en estos momentos este libro no es para mi. Necesito lecturas más ligeras que me alivien el día a día tan complejo.

    Bs.

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  6. No estoy ahora mismo para este tipo de lecturas, pero me la anoto para más adelante, que estoy segura de que voy a disfrutarla y a sentirla.
    Besotes!!!

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  7. NO tiene mala pinta, pero con todo lo que tengo pendiente... Ya veremos
    Besos

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  8. No me importaría leerlo Marisa, tiene muy buena pinta y tu reseña me ha gustado mucho.
    Anotada queda, Besos.

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  9. Mira que me gustan las historias duras y tristes, pero ahora mismo no creo poder leer esta novela.
    Besos

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  10. Me llama bastante, no lo conocía y creo que podría gustarme... me suelen atraer este tipo de libros, así que lo anoto.

    Besotes

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  11. Es verdad que toca temas muy duros, pero yo creo que es absolutamente necesario hablar de ellos. El suicidio es un gran problema social que es verdad que no interesa, y que se aborde en una historia es bastante raro.

    Así que tomo nota de este título, me atrae muchísimo a pesar de que sé que necesita su momento y saber a lo que te vas a enfrentar.

    Besitos

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  12. Si tuviera más tiempo no me importaría leerla, ahora ando bastante liada, pero bueno, ahí queda anotada.
    Un beso

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  13. Me resulta atractivo lo que nos cuentas de esta novela. La leería, aunque me da la sensación de que es de las que hay que buscarles el momento adecuado para hacerlo. Tomo nota. Besos.

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  14. A pesar de ser una lectura dura, creo que podría ser interesante. Me parece muy acertado ubicar a los personajes en Tokio, donde a pesar de la masificación, es un claro ejemplo de individulismo, soledad, y cómo no, suicidios. Gracias por el descubrimiento de esta autora.

    Un beso ;)

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  15. He leído el libro muy intrigada por la historia, las ubicaciones y feliz de leer a una autora joven. La estructura de la historia es interesante, la intensidad del texto transmite los sentimientos que busca y te encoge acompañando a la protagonista. Sin embargo, hay aspectos que chirrían demasiado, cuestiones que se tratan de manera excesiva y se hacen muy artificiales, parece que los personajes llegan a situaciones de los que la autora no sabe sacar, a pesar de la precisión de su pluma expresando sentimientos. La descripción de las localizaciones y de la sociedad alrededor se queda en algo muy adolescente para mi gusto.

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    1. Gracias Elía por tu comentario. Me gusta mucho cuando analizáis la obra bajo vuestro punto de vista y completáis la reseña publicada. Cualquier opinión, hecha desde el respeto como es la tuya, es bienvenida. Gracias.

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