Editorial: Pulpture Ediciones.
Fecha publicación: enero, 2018.
Precio: 6,00 €
Género: Misterio.
Nº Páginas: 110
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788494761560
Autor
José Luis Ordóñez es licenciado en Filología y máster en Guion. Ha escrito y dirigido cortometrajes premiados y finalistas en festivales como De vuelta a casa, Tarot o Maternidad. Es el autor de la obra de teatro Perversidad en la 237, una co-producción CICUS-TNT (Premio Nacional de Teatro 2008) y entre sus libros se encuentran La fantástica historia del vigilante y el prisionero, De humanos y otros monstruos y Junior y la carta fantasma. Colabora como crítico cinematográfico en Canal Sur Radio y en las revistas Solo Novela Negra, Scifiworld y Aldaba. Escribe en el blog Senderos de Ficción.
Sinopsis
Un nuevo asesino en serie surca las calles nevadas de Londres. Le apodan el Caníbal Invisible por su afición a matar y devorar a sus víctimas con frecuencia semanal y sin dejar rastro. La policía se encuentra sin pistas.
Por ese motivo John Dickinson, el inspector de Scotland Yard, busca una nueva manera de comprender cómo piensa su asesino, y decide hacer una visita nocturna a Nicholas Grey, novelista de éxito especializado en el terror y el misterio, autor de creaciones tan populares como el Vampiro de Dos Cabezas, la Mujer Lobo o la Bruja del Futuro.
Dickinson tiene la certeza de que Grey puede ayudarle a meterse en la cabeza del Caníbal Invisible y así anticipar su próximo movimiento. ¿Podrán los monstruos del escritor solucionar el caso?
Los libros pueden llegar a tus manos de mil maneras distintas. Los compras, te los envían, te los regalan, te los ceden, te los encuentras, te los prestan,... El medio es lo de menos, lo importante es que la historia que contiene ese cúmulo de hojas entintadas con cubierta sea lo suficientemente interesante como llamar tu atención. Los monstruos del escritor llegó a mis manos tras una reunión de amigos. Llegué a casa y lo coloqué en esa torre de volúmenes que esperan ser atendidos. A la mañana siguiente me desperté, pasé junto a mi escritorio y ahí seguía, incólume. Lo cogí, leí la sinopsis, luego las primeras páginas y ya no pude parar.
Estamos ante lo que se llama un bolsilibro, un término que hasta la fecha era desconocido para mí pero que, tras investigar un poco, resulta que todo lo que el concepto esconde ya me era familiar. En cualquier caso, de esto os hablaré hacia el final porque ahora es mejor centrarse en esta novela corta llena de misterio y suspense.
Los hechos ocurren en el nevado Londres victoriano. Sin que se especifique una fecha exacta, veremos al inspector de Scotland Yard, John Dickinson, acudir a la casa de un famoso novelista, Nicholas Grey. Debido a que se han estado produciendo una serie de asesinatos en la que las víctimas aparecen mutiladas y con mordeduras en el cuello, la policía cree estar ante un depredador, un caníbal al que nadie ve ni del que nadie sabe nada, de ahí que lo hayan apodado el Caníbal Invisible. No hay pistas que seguir y por ende, el inspector acude al reputado escritor, experto en crear novelas de crímenes y en construir psicológicamente a los criminales, para solicitarle ayuda, localizar algún hilo del que tirar y dar con el paradero del asesino. El encuentro transcurre a lo largo de una noche, en la que estos dos personajes se verán envueltos en extrañas circunstancias.
Lo interesante de esta pequeña obra no es ya el argumento del que parte sino que, además, cuenta con una estructura de anillos concéntricos en la que una historia contiene otra. Además entran en juego los universos paralelos y los mundos paranormales, lo que hace la lectura mucho más amena y entretenida. Así pues, tenemos muertes, asesinatos, una atmósfera nebulosa, un viaje al continente africano, un extraño libro encontrado en una vieja biblioteca, un lugar maldito, la presencia de algo maligno, y una sombra de la que es difícil desprenderse. La historia está llena de intrigas y enigmas, en un ambiente en el que las llamas de las velas proyectan sombras siniestras sobre las paredes, generando un entorno lúgubre y amenazador.
Cabría pensar que la resolución llega demasiado pronto o que se puede intuir el desarrollo de los hechos pero afortunadamente nuestras impresiones -al menos, las mías-, fueron erróneas o se quedaron cortas pues, aunque pude atisbar ligeramente qué sorpresa nos deparaba el final, lo cierto es que el desenlace de Los monstruos del escritor es mucho más intrincado de lo que pensaba. Ordóñez nos tiene preparado unos cuantos giros meditados que harán las delicias del lector.
Como trasfondo, un breve análisis sobre la profesión de novelista. Nicholas Grey representa ese tipo de escritor de éxito que prefiere ganarse el favor de la crítica antes que deleitar a los lectores. A estos últimos ya los tiene metidos en el bolsillo, como ocurre con la esposa del inspector, una mujer enferma que se evade de su realidad con la lectura de las novelas del autor. Y a su vez, se hace una breve reflexión sobre la influencia que las obras ejercen en sus creadores. ¿Un escritor de novelas criminales, llenas de asesinos cruentos y sanguinarios, podría llegar a convertirse en uno de ellos a la larga? Quién sabe hasta dónde puede llegar el influjo de la literatura. Para ello qué mejor que no estancarse en un género sino evolucionar como defiende el propio Grey.
Y centrémonos en Nicholas Grey ahora, personaje principal junto a John Dickinson, aunque habrá otros tantos de carácter más secundario. Nicholas Grey es un hombre con fama de excéntrico pero con una mente brillante. Parece ser un individuo maniático que no concibe otra manera de iniciar una nueva novela más que esperando a que suenen las campanas del reloj dando paso a la madrugada. Como compañero de una noche en la que la realidad se mezcla con el sueño o la ficción, tendremos al inspector Dickinson, un hombre observador que se ve envuelto en un juego extraño que le hará temer por su vida. Pero dado que la novela es muy breve -tan solo ciento cuatro páginas-, no hay una excesiva profundidad en la definición de los personajes pues prima el argumento sobre estos. Aún así, no puedo dejar de mencionar a Sally Flynn, una joven aventurera con un papel menor pero muy interesante. Sally, tal y como ocurre en otra de sus novelas Los Desertores de Oxford Street con Emily, no es una mujer de su época y eso es lo que la hace realmente atractiva a los ojos del lector.
Adoro este tipo de novelas, las que transcurren en ese Londres que comienza a mutar gracias a los avances tecnológicos, en la que mentes brillantes de distintos ámbitos se reúnen en clubs selectos, sociedades en las que las mujeres no tienen cabida a pesar de que, entre el jardín de amas de casa, resaltan damas aventureras que no piensan ni en matrimonios ni en criar hijos. Así es esta novela, que cuenta además con una trama estructurada y bien definida en tres partes, en la que su autor maneja muy bien los tiempos, algo que demuestra igualmente en Los Desertores..., sin referirme al tiempo cronológico sino a las secuencias, a ese impass que se produce entre un acontecimiento y otro con el objeto de dar margen a los hechos descritos. Ordóñez es un escritor pulcro y meticuloso, amante de los detalles, que acostumbra a presentarnos una trama pensada y repensada. Todo ello va siempre en beneficio del lector, que transita por la lectura con la seguridad de no encontrar baches en su camino, en dirección a un desenlace lleno de sorpresas.
Cuenta este libro con una nota de autor interesante, unas palabras dirigidas al lector para aclararle el origen de esta historia que no es otro que un spin-off, convirtiendo a un personaje muy secundario -Nicholas Grey-, de una novela anterior, Crimen en Winter House (2017, Pulpture Ediciones), en protagonista de esta otra. No cabe duda que esta pequeña sección cumple con su misión, darle un empujón al lector para lanzarlo al precipicio de la lectura. Frases como 'gustará a los amantes de las historias de misterio, con entresijos paranormales, donde la sorpresa aguardan a la vuelta de cada esquina' o 'un viaje plagado de crímenes, misterios y, claro, monstruos' consiguen despertar la curiosidad del lector inexorablemente, alentando sus ganas de adentrarse en una lectura que tan solo le llevará un par de horas de ahí que sea conveniente seguir el consejo que nos ofrece Ordóñez: 'busquen un par de horas de su tiempo para disfrutar en soledad de esta historia, a ser posible en horario nocturno, silencien su móvil y tengan cerca una bebida que los acompañe en estas páginas...'
Y dicho lo cual, habría que retomar la cuestión que abría esta reseña. ¿Qué es un bolsilibro? Al principio pensé que lo del bolsilibro era otra forma de denominar a los libros de bolsillo pero no es así. Si buscas en Internet, averiguas que los bolsilibros, o novelas populares, son esas publicaciones de un género muy concreto, vilipendiados por la crítica como me cuenta Ordóñez, novelas del oeste, románticas, de terror,... que se vendían en los kioskos a precios casi ridículos y con un ritmo de publicación semanal. El equivalente a este tipo de libros en el mercado anglosajón se denomina dime novels, o lo que es lo mismo, 'novelas de a diez céntimos'. Aquí en España también se llamaban 'novelas de a duro'. Todo este submundo literario se aglutina para el concepto pulp, término cuya traducción al castellano sería 'pulpa', refiriéndose a los desechos de la industria maderera con la que se hacía un tipo de papel de menor calidad, usado para imprimir este tipo de libros y así abaratar costes. Imagino que de ahí vendrá el nombre la editorial bajo la que se publica esta novela de la que os he hablado hoy, Pulpture Ediciones.
La cuestión es que recuerdo perfectamente ir al kiosko de mi barrio, a finales de los años 70 y principio de los 80 y ver en una esquina de la cristalera, novelas del oeste de pequeño formato, con cubiertas muy coloridas. ¿No habéis escuchado alguna vez a alguna persona mayor decir ¡Voy a por la novela!? Son recuerdos que me han venido a la mente ahora, al buscar información sobre los bolsilibros. Me parece maravilloso que de algún modo se siga manteniendo este género, aunque solo sea a nivel coleccionista, y si le echáis un vistazo al catálogo de Pulpture Ediciones encontraréis publicaciones muy curiosas a precios muy asequibles. Dan ganas de comprarse algunos ejemplares porque a veces apetecen lecturas cortitas.
En resumen, Los monstruos del escritor es una novela corta a la que no le falta ni un solo elemento para hacer de ella una lectura más que satisfactoria.
El rollo caníbal me atrae y me hace echar a correr a partes iguales..
ResponderEliminarPero tiene buenísima pinta en general. Ayyy, no sé.
Me lo apunto.
Besos.
Pues no conocía el término de bolsilibro, pero cuando lo has explicado me ha venido a la mente esos libros del oeste que toda la semana iba mi padre a buscar al kiosco. Uff, qué recuerdos...
ResponderEliminarCurioso este libro. Me ha llamado la atención. Lo tendré en cuenta.
Besotes!!!
No tenía ni idea de la existencia de este libro, pero me lo llevo anotado porque creo que me va a encantar :)
ResponderEliminarHola! Lo veo demasiado corto para mi gusto y no tengo claro si llegaría a disfrutarlo por eso mismo, así que en principio lo voy a dejar pasar.
ResponderEliminarBesos!
No le niego que sea curioso y tenga ciertos toques que llaman la atención, pero no me veo con él, la verdad, creo que lo dejaré pasar
ResponderEliminarBesos
Cuando he leído el título he pensado: "mmm, interesante...¿debe ser del género metaliteratura?" Cuando he leído la sinopsis, me he dicho: "uy, voy a seguir con la reseña..." y cuando estaba leyendo la reseña me he dicho de nuevo: "Claro... si es el autor de la novela que sortea y me llamó tanto la atención"... Conclusión: es un autor que tengo que leer sí o sí.
ResponderEliminarEn serio... toda esa mezcla de ingredientes que a un lector le podría parecer un caos a mí me atrae muchísimo...
PD: Interesante esa aportación sobre los conceptos "bolsilibro" y "Pulp"... yo también recuerdo esos minilibros semanales en los kioscos, sobre todo los del Oeste...
Feliz fin de semana!!
Pues la verdad es que pinta bien y siendo tan cortito tampoco hay mucho que pensar.
ResponderEliminarAhora con lo que alucino es con la forma en que te trabajas las reseñas. Yo también hubiera dicho que un bolsilibro es un libro de bolsillo. Lo que una aprende...
Besos
Nunca había oído eso del bolsilibro y resulta un concepto interesante. Mi padre era un consumidor nato de este tipo de libros de bolsillo, sobre todo, pequeñas novelas del oeste y más de una vez las he leído. Eran muy entretenidas. NO sé que pensaría hoy en día si leyera alguna. Sería un buen experimento.
ResponderEliminarBs.
Pinta muy bien y además es ligerito, así que no descarto leerlo. Besos y gracias por la recomendación.
ResponderEliminarEsther, este libro está muy bien y José Luis escribe de lujo.
ResponderEliminarMargari, lo del bolsilibro me hizo recordar también momentos de mi infancia. Es curioso, ¿eh?
Tamara, el libro es fabuloso y se lee en un momento.
Mi tarde..., yo creo que su escasa longitud es un plus.
Carla, perfecto. A por otra cosa.
Ana, qué buen comentario el tuyo!! Tienes que leer sus libros!!
Mª Ángeles, es que soy muy curiosa. No hay nada que más me guste que buscar información por Internet.
Ángela, pues me has dado una idea estupenda. Voy a rebuscar por casa de mis suegros a ver si encuentro alguna.
Vero, gracias a ti.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Besos