viernes, 13 de abril de 2018

LA DAMA DUENDE de Pedro Calderón de la Barca

Editorial: Cátedra.
Fecha publicación:  2011.
Precio: 12,25
Género: Teatro.
Nº Páginas: 320
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN:
978-84-376-2855-4



Autor

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Sinopsis


"La dama duende" es una de las obras donde mejor se encarnan todos los rasgos de la comedia de capa y espada, caracterizada por el ambiente urbano, el protagonismo de hidalgos, los enredos amorosos, la función de los celos, los desafíos, los conflictos de rivalidad entre hombres y las damas discretas. Obra cómica, por encima de todo, pretende entretener y divertir al público. El personaje de Doña Ángela marca el curso de la acción, es ella la que vive un conflicto que debe ser resuelto a lo largo de la acción dramática: la ruptura del orden que debe conducir a la restauración del orden

[Información tomada directamente del ejemplar]
 


Leer teatro no es fácil y más si se trata de teatro del Siglo de Oro. La estructura propia del género y especialmente los usos lingüísticos suponen un ligero escollo para los lectores de estos tiempos pero esto no es óbice para que, de vez en cuando, nos acerquemos a obras que nos sorprenderán por su ingenio y agudeza, al margen de hacernos pasar un rato divertido.

La dama duende, que se divide en tres actos y a su vez en escenas, narra parte de la vida de doña Ángela de Toledo, una mujer viuda cuyo marido la dejó envuelta en mil deudas. Con intención de salir de sus apuros, se refugia en casa de sus dos hermanos, don Juan y don Luis, donde se mantiene oculta y escondida a los ojos del mundo, pero doña Ángela esquiva la vigilancia de sus hermanos con astucia. Todo se complica cuando a la casa familiar llega don Manuel, amigo de don Juan, y su criado Cosme. Doña Ángela se enamora de don Manuel pero, oculta como está, no puede presentarse ante él y dejarse cortejar, así que tendrá que ingeniárselas para acercarse a él. Lo más divertido será la manera de proceder de doña Ángela y los enredos y malentendidos que su estrategia provoca. Ella será la dama duende, un travieso fantasma que a todos llevará de cabeza.

El argumento es sencillo pero no exento de ingenio. La dama duende es una comedia de capa y espada pues suele ser común que los personajes se enfrente en duelos a espada y resuelvan así sus diferencias pero también el humor está muy presente en el desarrollo de los hechos y en los diálogos. En obras de este tipo tampoco pueden faltar los lances amorosos ni los celos, unido a temas como el honor, la dignidad y la salvaguarda de la mujer. La manera en la que doña Ángela contacta con don Manuel no os la voy a explicar porque sería quitarle toda la gracia a la obra pero el recurso en sí es bastante simple y aún así funciona muy bien. Pero a un argumento lleno de enredos y líos hay que añadir unos diálogos brillantes que nos sacarán alguna que otra carcajada.

Seis son los personajes que encontramos en la obra. Don Manuel es un caballero, amigo de don Juan de Toledo, en cuya casa se hospeda. Es un hombre que no cree en artificios del demonio por lo que anda intentando averiguar quién se esconde detrás de todos los extraños sucesos que ocurren en su habitación. Tiene un acuciado sentido del deber y la justicia, por lo que no le importará batirse en duelo a espada por cualquier mujer que acuda en su ayuda.

Don Luis y don Juan son los dos hermanos de doña Ángela. Ninguno de los dos tiene esposa pero algún lío amoroso afectará a don Luis. Ambos velan por la integridad y el honor de su hermana.

Doña Ángela es la dama duende. Como dije antes, sabe esquivar la vigilancia de sus hermanos para salir a la calle junto a su criada Isabel.

Doña Beatriz es la prima de los hermanos y confidente de doña Ángela.

Pero si hay un personaje que me ha gustado por encima de todos ese ha sido Cosme el criado de don Manuel. Me ha hecho muchísima gracia sus miedos cuando cree que la habitación de su señor está embrujada y todos los sucesos extraños no son más que obra del demonio.

Todos estos personajes interactúan entre sí pero el teatro se caracteriza también por establecer conexiones con el público cuando, en los diálogos se insertan reflexiones que van dirigidas más a los lectores o a los espectadores, en el caso de las representaciones teatrales. No olvidemos que estas obras fueron escritas con la intención de mostrarlas al público, más que leerlas. Pero no será el único recurso que encontremos. Es habitual también que los textos incorporen las típicas anotaciones qué nos van indicando que personaje entra y sale de escena. En el caso de la lectura, y a diferencia de las representaciones teatrales o cinematográficas, aquí el lector tiene que poner de su parte para imaginarse la composición de cada escena.

Y sí, como decía al principio resulta algo complejo entender los diálogos pero si lo lees despacio, y analizando cada frase dentro de su contexto correspondiente terminas por adaptarte. Curiosamente a mí me ha costado mucho menos entender a los personajes femeninos que a los masculinos. No sé muy bien a qué se debe esto pero es así.

En definitiva, ¿por qué no acercarnos al teatro alguna vez? Es un género tan bueno como otro cualquiera y en nuestra literatura tenemos buenísimas obras que suponen una lectura muy gratificante. Yo me he divertido mucho leyendo La dama duende, una obra que nunca había leído y ni siquiera la había visto en teatro, así que ha resultado un descubrimiento muy agradable.

Os dejo un vídeo de Youtube donde podéis ver una antigua representación completa de la obra gracias a aquellos programas de teatro que se emitían en Tve. Deberían volver a programar un espacio así.









[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:

5 comentarios:

  1. Uy, con esto me pides demasiado. Teatro me sacas de Shakespeare, T. Williams y la Casa de muñecas de Ibsen y adiós muy buenas. No niego que tienen cosas interesantes pero este género me supera.
    Besos

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  2. Pues a mi sí me gusta el teatro, en especial el de Lorca. Así que este no me importaría leerlo para nada, gracias por la recomendación. Un beso

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  3. Poquito teatro leo yo. En el cole, sí, desde ahí, poco, muy poco,
    Besos.

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  4. En mi caso lo de leer teatro lo tengo un poco en el olvido. Me parece muy buena sugerencia y me alegro de que nos traigas recomendación, ¿lo malo? Tu sabes, la de libros que a una le llaman y quiere leer.
    Besos

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  5. Uy, Marisa. Calderón fue uno de los autores que tienen la bendita "culpa" de que me gusten los clásicos. La reelería, desde luego. Besos.

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