viernes, 9 de marzo de 2018

FEMINISMO ILUSTRADO. IDEAS PARA COMBATIR EL MACHISMO de María Murnau y Helen Sotillo


Editorial: Montena.
Fecha publicación: noviembre, 2017.
Precio: 19,95 €
Género: Ilustrado
Nº Páginas: 144 
Encuadernación: Tapa dura.
ISBN: 9788490438404
[Disponible en eBook;
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Autoras

No hay información sobre las autoras. Ni en el propio ejemplar ni en la web de la editorial.

Sinopsis

Feminista es una palabra que viene con mucho equipaje. Demasiado. En este libro la explicamos desde el humor y con viñetas. Tratamos de plantarle cara al machismo y de quitarle la máscara al patriarcado. A ver si, ilustrándolo, se entiende de una vez por todas que todos deberíamos ser feministas.

[Información tomada directamente del ejemplar]
 

Ayer,  8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue un día histórico. Ciudades españolas y extranjeras se vieron colapsadas por una marea de mujeres que alzaron su voz para luchar contra todo tipo de discriminación por el simple hecho de ser mujer. No a la brecha salarial. No al techo de cristal. No a la violencia de género. Sin embargo, y a pesar de que muchas se echen las manos a la cabeza, tengo que confesar que no me siento totalmente cómoda con el término feminista porque a veces he percibido que el concepto se ha manipulado. Yo soy mujer y soy feminista pero mi feminismo no tiene nada ver con una supuesta lucha contra el hombre. El hombre es mi compañero, mi igual, como yo pretendo ser su igual. Si tengo que luchar contra algo será contra el sistema y sí, estamos de acuerdo que hoy día está dirigido principalmente por hombres pero eso no quiere decir que tenga que posicionarme en contra de ellos, me posiciono en contra de una línea de pensamiento. No todo el mundo parece comprender esto. No todos los hombres lo entienden pero tampoco no todas las mujeres lo asimilan y lo digo porque, por irracional que parezca, sigo escuchando algún discurso vehemente en los que sutilmente subyace cierta posición 'anti-hombre' que no comparto en absoluto. Feminismo no es equiparable a machismo. Feminismo es igualdad.

Pero este es un blog literario y aquí hablamos de libros. Y casualmente, dando un paseo por la biblioteca me topé el otro día con este volumen ilustrado, Feminismo ilustrado. Ideas para combatir el machismo. Dadas las circunstancias y teniendo en cuenta la huelga convocada para el día de ayer, me pareció una propuesta perfecta para mostrar en el blog. Nunca he leído un libro de estas características y me pareció interesante probar. 

Lo primero que tengo que decir es que esta va a ser la reseña más complicada a la que me he enfrentado hasta ahora. No cabe duda de que estamos ante un tema especialmente sensible, que la mujer -digámoslo con todas las letras- ha estado sometida desde que el mundo es mundo y se ha ejercido sobre nosotras una autoridad que siembra de muertes el camino. No hay más que hablar con las abuelas, con nuestras propias madres o ver un informativo o leer un periódico. Y sí, hemos avanzado, esto es algo incuestionable, pero todavía no hemos conseguido eliminar totalmente los estigmas de nuestra piel. Y quisiera dejar claro que con esta reseña no pretendo herir susceptibilidades pero tampoco voy a camuflar mi opinión. Voy a hablar de mí misma y de mi entorno, de lo que sé y de lo que conozco o, ya puestos, de lo que siento. Sé que me puedo equivocar pero es lo que pienso hoy. No voy a dar una imagen hipócrita por ser más progresista. Y si estoy equivocada, oiré otros argumentos, los valoraré y decidiré al respecto. Vamos allá.

Feminismo ilustrado cuenta con un total de once capítulos en los que se abordan temas como el patriarcado, el machismo, la cosificación, la doble jornada, los roles de género,...  y por supuesto el feminismo. Cada capítulo se abre con la definición de un concepto para posteriormente desarrollarlo. Entre las páginas de este libro he encontrado explicaciones, ideas, reflexiones, datos, cifras,... muy interesantes pero también tengo que decir que hay algunas cuestiones que no comparto o con las que no me siento identificada. Soy consciente que tengo (o tenemos) todavía muchos prejuicios y muchos hábitos e ideas interiorizadas que nos ciegan sin que nosotras lo percibamos. De hecho, he alucinado al mirar mi interior, al analizar mis reacciones, mi discurso, mis costumbres y comprobar que... ¡Dios mío soy machista! Bueno, esto es exagerado. Digamos que soy machista en algunas ocasiones porque llevo toda mi vida viendo ciertas cosas y ya me parecen tan naturales que las concibo como normales. Probablemente todo se reduzca a que estoy a mitad de camino pero igualmente me planteo si en ciertos aspectos no estaremos rizando demasiado el rizo. Por eso digo que con algunos puntos tratados en este libro no estoy del todo conforme o bien no me siento identificada.

Pero profundicemos algo más. En el capítulo Patriarcado (dícese del sistema político, económico, religioso y social basado en el privilegio de los hombres sobre las mujeres), una de las primeras cuestiones en las que hace hincapié en la diferencia que existe entre legalidad y realidad. ¡Y cuánta razón! Las leyes a veces no son más que papel mojado que no garantizan absolutamente nada. Por eso de nada sirve que el cuerpo legislativo de este país 'obligue' a la igualdad cuando hay empresas en las que las mujeres cobran menos sueldo que los hombres realizando el mismo trabajo. ¿Qué clase de absurdez es esta? Lo peor del caso es que la idea de que una mujer tiene que cobrar menos que un hombre es un disparate que se oye incluso en las esferas más altas. Atención a la noticia fechada en 2017. Puedes buscarla y leerla al completo aquí.





Lo más indignante es que este mismo eurodiputado lanzó en 2015 el siguiente titular: Un eurodiputado polaco llama "basura humana" a los refugiados' (noticia completa aquí). Y yo me pregunto, ¿qué hacía este señor ocupando un cargo público como eurodiputado hasta marzo de 2018 con todas las barbaridades que ha dicho? Pensad.

En las altas esferas, en los consejos de administración de las empresas, en las cúpulas de las entidades financieras, en los órganos de gobierno, en las instituciones europeas, en los tribunales superiores, etcétera,... la mujer debe estar presente. Y eso es algo que hemos conseguido gracias a la paridad -concepto que curiosamente no se menciona en este libro- pero si os he de ser sincera a mí lo de la paridad tampoco me termina de convencer. Más que nada porque me parece un parche, un caramelo envenenado. Esto es algo que he discutido mucho con mis amigas y no consigo verlo de otra forma. Porque, a ver, si un órgano se compone de diez miembros a elegir entre cincuenta, lo lógico sería que los diez miembros fueran las mentes más brillantes, los más inteligentes, los más eficaces, los que cuenten con mejor formación,... los que tengan más méritos para el cargo, independiente de si son hombres y mujeres. Si son ocho hombres y dos mujeres, pues vale. Si son nueve mujeres y un hombre, pues vale. Si son diez hombres, pues vale y si son diez mujeres pues vale también, ¿no? La paridad, simplemente por tener que restringirse a unas cuotas y porcentajes, deja fuera hombres y mujeres mucho más válidos que los que ostentan el cargo. Yo creo que ya va siendo hora de dejar de conformarnos con la paridad, que sí que ha sido un inicio pero es lo más absurdo que se despacha.

Pero volviendo al libro, admito que su lectura me ha hecho entender que, entre mis propias costumbres o hábitos, hay actitudes machistas que nunca he percibido. Menciona este volumen el empleo de ciertas expresiones que conllevan unas connotaciones un poco despectivas, tales como 'usar armas de mujer' o referirse a una mujer con la expresión 'femme fatale'.- ¿Cuántas veces habré dicho esto? ¡Un montón! Y sí, he de reconocer que referirse a una mujer que consigue su objetivo a través de la seducción es bastante machista, aunque dicho sea de paso, a los hombres -manipulados-, tampoco los deja en muy buen lugar.   

Y hablando de expresiones, el capítulo Machismo (dícese del discurso y actitudes basados en que los hombres son superiores a las mujeres), menciona otras tantas. Por ejemplo, 'se te va a pasar el arroz' o 'los niños no lloran', frases que hoy día todavía oímos tanto a hombres como a mujeres. La primera es de traca aunque creo que se puede ver desde dos ángulos distintos. Por un lado, incide en la, al parecer, única misión de la mujer en la vida: traer niños al mundo. Y por ahí sí que no paso. Yo de este tema sé un montón porque no soy madre ni ya lo seré y he tenido que oír comentarios de este tipo muchs veces. Pero lo mismo es que quiero ver las cosas desde un lado más amable y me cuestiono si no será también que hace referencia a las limitaciones biológicas y naturales de la mujer a la hora de concebir con respecto al hombre. Porque todos sabemos que un hombre tiene una edad de concepción mucho más longeva que la mujer y esto es pura biología, no hay discusión posible. Es decir, no es que te estén empujando a tener hijos porque tu papel en la vida es ese sino que, oye, que sepas que si quieres tener hijos, -si quieres, ¿eh?-, ten en cuenta tu edad fértil. ¿Soy benévola?... Me diréis que sí. Y con respecto a la segunda expresión,... ni entro a valorarla.



Y abordando el capítulo sobre el Feminismo propiamente dicho, queda este definido del siguiente modo: movimiento político y social que persigue la igualdad entre hombres y mujeres. Este es un capítulo que me ha gustado bastante porque hace un recorrido por la historia del feminismo desvelando datos y curiosidades. Pero me he quedado un poco perpleja a la hora de leer los nombres de algunas mujeres y sus hitos. Y aquí, pido la colaboración del público. Cito textualmente lo mencionado en la página 42 del libro: 'Otra contemporánea fue Mary Wollstonecraft, la creadora del monstruo de "Frankenstein", quien, en su vindicación de los derechos de la mujer en 1792, dijo claramente por primera vez que las mujeres no eran diferentes a los hombres por naturaleza, sino por educación'. Efectivamente Mary Wollstonecraft fue una mujer que luchó por los derechos de la mujer y por eso escribió un libro titulado Vindicación de los derechos de la mujer pero el clásico Frankenstein no fue de su autoría, sino de su hija Mary Shelley, nacida del matrimonio de Mary Wollstonecraft y William Goldwin, y casada con el poeta Percy Bysshe Shelley. Esto es de primero de Wikipedia. Releí el párrafo varias veces sin dar crédito porque uno se puede equivocar y no recordar quién escribió 'El origen de las tortugas en las islas Galápagos' pero ¿Frankenstein?, ¿en serio? Conste que he intentado contactar con las autoras por redes sociales por preguntar qué tipo de lapsus es este pero no he encontrado sus cuentas en Twitter (en caso de que la tengan) y por Facebook solo he encontrado el perfil de una de ellas pero no admitía mensajes privados. No era plan de ponerlo en su muro. En fin.

En cualquier caso, Feminismo ilustrado me ha parecido un libro que explica conceptos e ideas con muchísima claridad. La editorial lo considera un libro juvenil para mayores de 12 años. De todos modos, se agradece mucho la nitidez, especialmente en unos tiempos en los que cada vez surgen más nomenclaturas. Sobre esta cuestión trata el capítulo Identidades donde se explica qué es el cisgénero, el transgénero, el pansexual, el asexual, más allá de los más conocidos homosexual o bisexual. Y uno de los conceptos que más me ha llamado la atención ha sido el intersexual, término que surge para sustituir a la denominación 'hermafrodita por ser ofensiva'. Ahí me quedé pillada. Pregunté en mi entorno por qué la nomenclatura hermafrodita es ofensiva y nadie supo responderme, así que me fui a san Google que todo lo sabe. La explicación la tenéis aquí. Sinceramente yo me alegro de haber leído un libro como este porque hay muchas cosas que se me escapan y esta era una de ellas. 

Y otro capítulo interesante es Roles de género o lo que es lo mismo, el papel que desempeñamos en función del género asignado al nacer. Este capítulo es fabuloso y le he sacado mucho partido. Probablemente es con el que menos me he identificado porque en mi caso concreto hay un vuelco total de papeles pero sí entiendo todo lo que en él se expone. Y digo que no me identifico con esta cuestión porque en mi casa yo soy la que compra herramientas, yo soy la que arregla los enchufes y la que taladra las paredes para colgar cuadros y cortinas. Y sí, mi marido es el experto en la cocina. Yo soy como la señora que muestro aquí. Esta foto corresponde a un catálogo de Lidl de esta misma semana. Cuando vi la fotografía solo pude decir '¡olé! Pero también me pregunto una cosa. Si tienes pareja masculina y tienes que colgar una lámpara, ¿le dices a tu pareja que vas a colgar la lámpara tú? Lo mismo, el cambio de chip tiene que ser mucho más amplio, ¿no? Y no me digáis es que son más fuertes, bla, bla, bla,... ¿No dicen que querer es poder?






En Micromachismo -muestra de violencia sutil que puede pasar desapercibida- he aprendido lo más grande. Por ejemplo, lo que es el manspreading: forma en la que los hombres se sientan en los transportes públicos. Incluso se menciona una campaña llevada a cabo en Nueva York. Y buscando información, también encontré un artículo en el que se menciona que una campaña similar se ha llevado a cabo en el metro de Madrid. Leela aquí. Esto de sentarse 'espatarrao' (con las piernas abiertas) es, según el libro,  machismo porque 'Decir que esto es una falta de educación sería lo mismo que decir que los hombres son maleducados en general, y no es así. Actúan así porque se les ha dicho que el mundo es suyo y, de alguna manera, aplican esa creencia en cualquier lugar donde se encuentren, así que "conquistan" el metro con sus patas abiertas'. Y yo me pregunto, y el que hace esto, ¿solo lo hace cuando está sentado junto a mujeres? ¿Nunca lo hace cuando está sentado junto a hombres? Os muestro la ilustración que acompaña el texto y sacadme de mi error, por favor.






Ya veis que hay cuestiones con las que tengo mis serias dudas. Por ejemplo, se mencionan explícitamente los típicos piropos de los albañiles, algo que, a estas alturas, creo que ya se ha convertido en un estereotipo porque, por supuesto, se dan casos pero no solo entre el colectivo de los albañiles. Y a mí, sinceramente, el tema de los piropos es lo que menos me preocupa porque no os voy a mentir, a mí no me hace falta que un hombre, sin conocerme de nada, me piropee para sentirme bien pero si se produce el caso no voy a negar que, con ingenio y respeto, un piropo a veces me ha provocado una sonrisa. Otra cosa es la ordinariez y lo sórdido. ¡Ojo! que antes dije que reconozco en mí actitudes machistas pero tampoco voy ahora a negar mis evidencias. Yo me he reído con algún piropo (educado) de un desconocido y tampoco creo que eso sea tan alarmante.

Luego también se habla del papel de la mujer en la televisión, las azafatas de los concursos, de los eventos deportivos,... y sí efectivamente, todas son guapísimas y delgadas, ahí no cabe discusión posible pero, si hay algo que no soporto, es la costumbre de hablar empleando constantemente los sustantivos en masculino y en femenino. Esto sí que me toca la moral y más cuando se sacan de la manga una palabra que no existe.. Jamás me he sentido discriminada cuando alguien dice 'los ciudadanos' Es más es que tener que decir 'los ciudadanos y las ciudadanas' me parece hasta ridículo. ¿Es que nadie estudió lo que es la economía del lenguaje en su época estudiantil? Porque a mí esto me lo enseñaron en clase de lengua cuando estaba en octavo de E.G.B. y todavía no se me ha olvidado. Dejo un pantallazo de la web de la Real Academia de la Lengua.




En fin, voy a parar ya aunque el libro ahonda en otras muchas cuestiones como los regalos masculinos y femeninos para los niños, el inscribir en el registro a un bebé delimitando desde su nacimiento su condición sexual, el uso de maquillaje, la tasa rosa -esto último sí es muy interesante-... etcétera, etcétera. Yo sé que tengo mucho que aprender todavía pero no puedo evitar pensar que ocasionalmente emitimos afirmaciones muy categóricas y que exceden la cuestión. Por supuesto, hay machismo. Por supuesto, la mujer sigue estando en un situación de discriminación. Por supuesto, hay que luchar contra eso pero con cabeza y siendo coherente.

Y llegando al final, me niego a creer que sea un libro cuyo único público objetivo sean las mujeres, o las chicas, o las jóvenes. Me encantaría pensar que muchos hombres han leído este libro de motu propio, o que simplemente se han interesado en echarles un ojo. ¡Ojalá! El trabajo de campo y fundamental es educacional y de concienciación pero todo requiere su tiempo y su lucha. Ya empezaron las sufragistas, luego vinieron las islandesas cuando convocaron aquella huelga en octubre de 1975 y tantas, tantas mujeres. En nombre de todas ellas y por las que ya no están hay que seguir el sendero que las que fueron abrieron para las que somos.



Espero no haber molestado a nadie. Solo he expuesto mi opinión y me encantaría conocer la vuestra, la del hombre y la de la mujer. Soy de mentalidad abierta y por tanto dispuesta al diálogo y a la recapacitación. Si en algo pensáis que estoy equivocada, hablemos. Intuyo que el debate será largo. Mientras tanto, os invito a descubrir este libro.










[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:


11 comentarios:

  1. Interesante libro de un tema que está totalmente de actualidad. El mundo de la igualdad de género lo conozco bien ya que estuve realizando estudios que la potenciaban. Uno de los puntos fuertes era el del lenguaje coeducativo del que acabé hasta los pelos ya que de toda la vida el masculino es también neutro y es muy incómodo estar todo el tiempo que si el niño y la niña, que si los ciudadanos y las ciudadanas. También es verdad que de pequeña tuve una anécdota con un niño que puede poner en evidencia el machismo del lenguaje: yo estaba en una atracción de estas que había al lado de las tiendas y decía "sólo niños". Y un niño que estaba ahí me dice: "mira, sólo niños y tú eres una niña y no puedes subir". Y yo le expliqué lo del masculino y el neutro... En estos casos lo mejor es poner "sólo menores" y ya está.

    Lo que es cierto que el lenguaje es lo de menos y de nada vale que precisamente entre mujeres que fomenten esta igualdad, luego rían las gracias a los hombres que tienen a su alrededor mientras que machaquen a las mujeres. Y sé de lo qué hablo.

    Muy buena reseña, sin duda da lugar a un interesante debate. Besos!!

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  2. Marisa me ha encantado esta entrada, entiendo que son temas difíciles y que enseguida se pueden sacar de contextos. Comparto ese feminismo sin la pretendida lucha contra el hombre porque sí también lo considero como mi igual, creo que hombres y mujeres somos iguales aunque diferentes y también reivindico mi diferencia porque me gusta ser mujer. Hace un tiempo leí un libro sobre Islandia y lo reivindicaba como el mejor país del mundo para ser mujer, y allí las mujeres han enseñado al mundo cómo se dirige un país, cómo se supera una crisis y cómo se vive desde un mundo dirigido por mujeres que no luchan contra los hombres sino que cooperan y colaboran y que enseñan que las mujeres hacemos las cosas de otras maneras, eliminando esas políticas que empobrecen a la mayoría en beneficio de minorías.
    Gracias por compartirlo.
    Saludos

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  3. Una lectura muy apropiada para estos días. Besos.

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  4. Veo que el libro da para reflexionar. Yo estoy convencida que este tema se nos esta yendo de las manos y últimamente roza el absurdo con prohibiciones de obras de arte,etc.
    En muchísimas ocasiones llego a la conclusión de que no soy feminista y entonces ¿qué soy? Pues una mujer del mundo que me ha tocado vivir y que aspira a que el de su hija sea mejor, más justo pero no a costa de todo. Mi aportación ha sido y es educar a mis mellizos (chico y chica) en esa igualdad de géneros para que asuman eso como lo normal.
    Besos

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  5. Pues yo estoy como tú, que ni calvo ni siete pelucas. Algunas cosas tienen que cambiar y otras es sacar las cosas de madre. No creo que vaya a leer el libro y la verdad, entre algunas feministas a veces hay mucha hipocresía.
    Que falta mucho por hacer, pues sí pero para mí lo más importante es que nos dejen ser libres, y la que quiera dedicarse a ser ama de casa pues que lo sea y se merece el mismo respeto que la que no. Cada uno se apañe como pueda en su casa. No hay que imponer nada a los demás.
    Besos

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  6. El error de Frankenstein me parece brutal (y que haya pasado los filtros, también). Sobre lo demás, es que este tema no me gusta mucho valorarlo, soy más de debatirlo en persona por las posibles malas interpretaciones. El movimiento crece, y dentro de él hay distintas sensibilidades, y no me idetifico con algunas (especialmente con las que desembocan en radicalismos o meten en el saco cosas que nada tienen que ver con el feminismo en sentido propio. Por supuesto, sí me identifico con el término literal. Un besote.

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  7. MUy interesante la entrada y creo que daría mucho juego para debatir. El machismo existe aún por parte de hombres y mujeres. También creo que en algunos momentos se excede la idea del feminismo. Las expresiones que usamos lo hacemos sin ser conscientes de la carga que llevan, creo yo. Como otras con connotaciones racistas. Las hemos asumido de tanto escucharlas y creo que no pensamos en su significado real.

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  8. Qué reflexiones tan interesantes Marisa! Al final todos los -ismos....
    Estoy segura de que el libro me sorprendería y me gustaría
    Besos

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  9. Respecto al señor este, por llamarlo de algún modo, que ha soltado esa frase con la que le pegaba en toda la calva, no voy a mentarme más porque me enciendo.
    Tu propuesta es muy interesante.
    Besos.

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  10. Holaaaa! No me importaría leerlo, es un tema que me interesa muchísimo 💜
    Mil gracias por la reseña.
    Besitos.

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  11. Leira, muy interesante la anécdota que comentas. Verdaderamente estamos ante un tema de amplio debate.

    Conxita, lo de Islandia es un caso a ampliar. Yo aluciné cuando leí parte de información sobre lo que ocurrió allí. Me parece que sería muy interesante ver un documental o una película.

    Erianod, para estos días y los demás también. A esto hay que darle continuidad.

    Inés, sin duda, la educación empieza en casa. Y también comparto tu duda, ¿qué soy? A veces yo tampoco lo tengo claro.

    Norah, yo creo que hay gente que se sube a un carro que no le corresponde. De eso es de lo que estoy cansada.

    Ro, lo que decía antes, para amplio debate.

    Albanta, esta entrada me ha ayudado a entender que somos muchas las que pensamos igual, en los mismos términos y con los mismos matices.

    Laky, encontré otro libro similar a este. Si los lees ya nos dices.

    Esther, el señor, por llamarlo de algún modo, tiene guasa.

    If, pues ya me dirás.

    Besos a todos y gracias por comentar.

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