miércoles, 29 de noviembre de 2017

LA CENA DE LOS IDIOTAS (Comedia - 1998).


Año: 1998

Nacionalidad: Francesa.

Dirección: Francis Veber.

Reparto: Thierry Lhermitte, Jacques Villeret, Francis Huster, Daniel Prévost, Alexandra Vandernoot, Catherine Frot.

Género: Comedia.

Sinopsis: Pierre Brochant y sus amigos organizan todos los miércoles una cena que es una especie de apuesta: el que invite al idiota más extraordinario será el ganador. Una noche, Brochant está pletórico: ha encontrado una auténtica joya, un idiota integral. Se trata de François Pignon, un chupatintas del Ministerio de Finanzas con una gran pasión por las construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant ignora es que Pignon es un auténtico gafe, un maestro en el arte de provocar catástrofes.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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El otro día leyendo una reseña en el blog de Dorothy me acordé de esta película, La cena de los idiotas. La compañera nos comentaba sus impresiones sobre una obra de teatro interpretada por Gonzalo de Castro llamada Idiota y enseguida establecí la conexión. Aunque no suelo asomarme mucho al cine francés, tengo que reconocer que tienen comedias buenísimas y este largometraje es buen ejemplo de ello. La habré visto unas cuantas veces y siempre me lo paso bien, aunque ya sepa lo que va a ocurrir. 

El argumento de la película es sencillo. Un grupo de amigos de buena posición social, triunfadores en sus vidas y trabajos, acostumbran a organizar una cena los miércoles. Cada uno de ellos debe acudir a la reunión acompañado de un conocido que debe cumplir un requisito fundamental, ser un completo idiota. El objetivo de la velada es burlarse de todos esos pobres infelices que creen haber sido invitados por ser considerados tipos interesantes o por pensar que son estimados por sus anfitriones, pobres ilusos. En definitiva la cena se convierte en una merienda en la que los tiburones se comen a los pequeños pececillos. Ganará el que lleve el pez más jugoso.




El editor Pierre Brochan necesita un idiota para la próxima cena. Con la intermediación de un amigo conocerá a Francois Pignon, un inspector de Hacienda que tiene un curioso hobby, construir maquetas de las mejores obras de la ingeniería civil realizadas con cerillas. Brochan está entusiasmado con su idiota pero un repentino ataque de lumbalgia lo deja encerrado en su domicilio con el inspector de Hacienda. A partir de ahí, cada paso que dé Pignon será una metedura de pata, por más que quiera ayudar lo único que consigue es empeorarlo todo, cada vez más y más, hasta llegar a una situación en la que Brochan está a punto de explotar. Las consecuencias para el editor serán terribles pero el espectador no dejará de reír con las ocurrencias y los patinazos del idiota de Pignon.

La cena de los idiotas tiene dos ingredientes principales,  sabrosos y bien condimentados. El guion es uno de ellos. Cuesta trabajo creer que a sus creadores se les ocurra tantas locuras y tantos disparates sin respiro. No hemos terminado de dar una pirueta cuando ya empezamos a dar un salto mortal y de este modo la película se convierte en una comedia de enredo digna de admiración. El humor debe ser inteligente. No basta con simples chistes manidos que no hacen reír ni a las madres de los guionistas. Tiene que ser ingenioso, brillante, inesperado, ocurrente,... y este es precisamente el humor que nos ofrece La cena de los idiotas, que además cuenta con moraleja final porque estamos ante el típico caso de cazador cazado.

Pero ningún guion de este tipo sería efectivo si no estuviera interpretado por actores a la altura. Por suerte, esta película cuenta con un reparto que enriquece mucho más la historia y convierte La cena de los idiotas en una película que te hará reír cada vez que la veas. El divertido personaje de Pignon está interpretado por el no menos hilarante actor Jacques Villeret. Es el centro de todo el argumento, con su cara de inocente, su ingenuidad, su bondad. Pignon es torpe, manirroto, olvidadizo, despistado, pero en el fondo tiene buena intención y eso es precisamente lo que produce compasión por parte del espectador. 

No se queda atrás Thierry Lhermitte como Brochant. Lhermitte conforma una pareja fabulosa con Villeret, es el tándem perfecto, es ese cazador que se ve cazado, como comenté antes, que mira atónito a su alrededor incapaz de comprender que la vida le esté administrando su propia medicina. Sus lamentos y su cara de incredulidad nos arrancarán una carcajada..

Tampoco lo harán el resto de personajes de entre los que destaco a Lucien Cheval, otro inspector de Hacienda que recibe una «bofetada» en la cara contrarrestada por una alegría -las inspecciones fiscales le producen una gran felicidad-. Todos, en algún momento, nos harán reír salvo Christine, la esposa de Brochan que no entiende la crueldad de su marido y su afán de burlarse de lo demás. Ella es la que aporta las gotas justas de seriedad que necesita la película para compensar su comicidad.

Algo que me ha llamado la atención es la duración de la película. Por regla general, los largometrajes suelen rondar la hora y media de metraje, no obstante, La cena de los idiotas es algo más breve. Con el humor hay que tener cuidado porque si te pasas llega a cansar. Imaginaos junto a un chistoso que no para de hacer gracietas durante dos horas. Al final te entran ganas de mandarlo a freír espárragos. Por suerte, no ocurre así en esta película en la que, por qué no decirlo, todo queda un poco suspendido, en plan coitus interruptus, sin que sepamos si al final los malentendidos y las meteduras de patas terminarán por arreglarse. La verdad es que da un poco igual. Lo único que importa es el buen rato que hemos echado. 

No quiero terminar sin advertiros que no debemos confundir esta versión, francesa y de 1998, con el remake americano que se estrenó en 2004 y que lleva el mismo título. Esta último no la he visto y tampoco me apetece hacerlo porque muy posiblemente haya destrozos irreparables. Es más, si no me equivoco creo que la versión teatral es anterior a las cinematográficas. Ya me gustaría a mí ver esta historia sobre las tablas. 

En definitiva, La cena de los idiotas es un largometraje fantástico, muy divertido, con un guion fabuloso y unas interpretaciones extraordinarias que te recomiendo no te pierdas. 


Tráiler:

 



[Imágenes e ilustraciones tomadas de Google]

10 comentarios:

  1. Pues no la he visto. Voy a tener que ponerle remedio.
    Besotes!!!

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  2. La vi hace tantísimo tiempo...Pero sí recuerdo haberlo pasado muy bien viéndola. Con el cine francés voy como las margaritas, a veces sí y a veces nada, ni los entiendo.
    Mi comedia francesa favorita es Las hermanas enfadadas.
    Besos

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  3. Me has recordado esta película, que es la típica que siempre he querido ver y que nunca, por unas razones u otras, veo. Así que a ver si con el recordatorio por fin me pongo a ello, que además me ha encantado todo lo que cuentas.

    ¡Besote!

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  4. La peli no la he visto, pero hace unos años vi la representación teatral y me reí un montón.
    Besos

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  5. La vi hace muchos años (cuando todavía el cine francés me era algo indiferente, al contrario de ahora, que me encanta). Apenas recuerdo ya los detalles.

    Un beso ;)

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  6. Pues no te lo creerás pero yo no la he visto. Me la llevo.
    Besos

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  7. Vi una versión teatral interpretada por un grupo de aficionados, y fue una representación interesante. Buscaré la película para verla. Besos.

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  8. La vi en el teatro y me gustó muchísimo
    Besos

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