jueves, 30 de noviembre de 2017

ENTREVISTA a MANU SÁNCHEZ (Surnormal profundo).

Autor

Manu Sánchez (Dos Hermanas, 1985). Payaso, juntaletras, actor, empresario e icono sexual. En cada una de sus múltiples facetas es firme defensor de su tierra, Andalucia, y así lo demuestra en la mayoría de sus intervenciones. Vinculado desde muy joven al mundo de la televisión, Sánchez ha sido durante años uno de los rostros más conocidos de Canal Sur, gracias a sus 10 años al frente del late night de la cadena andaluza. Su paso por TVE, Antena 3, La Sexta y Telecinco le permitieron darse a conocer a nivel nacional. Compagina su trabajo en televisión con el de director y guionista en 16 Escalones, articulista en Cadena Ser y actor de teatro. En los últimos años se ha podido ver a Manu Sánchez sobre las tablas de numerosos teatros con sus comedias teatrales: El Rey Solo, El Último Santo y El Buen Dictador.

Amante del carnaval, bético hasta la médula y manchonero de nacimiento. Muy activo en redes sociales, a Manu Sánchez le gusta decir lo que piensa, ser crítico y molestar a los «malos». Bastante comprometido con la situación social y política internacional, comparte a menudo con sus seguidores sus apreciación sobre los «asuntos de Estado», sin pelos en la lengua, con el humor que le caracteriza y sin cansarse de resaltar su patología, de la que se siente infinitamente orgulloso: ser surnomal profundo.

Sinopsis


Como yo te hablo,
como yo te hablo,
convéncete, escolta nen,
nadie te hablará,
ningú et parlarà,
nadie porque yo... Te hablo en un idioma sobrehumano,
yo, te cambio «to» las eses por las zetas,
yo, me como los finales y las letras,
yo, no cambio un «qué teh´quiero» por «t´estimo molt»,
no pruebo el espetec habiendo salchichón,
te digo «quillo», «pisha», «polla», «miarma »,
yo, te hablo pero tú no entiendes nada,
yo, que llevo ya 3.000 años hablando,
yo, lo mío es como lo tuyo sin malaje,
yo, me quedo.... 

Etc, etc... Y es que la sinopsis es mucho mejor escucharla que leerla. 



 
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

************************************


Manuel Sánchez Vázquez nace en Dos Hermanas (Sevilla) el 5 de septiembre de 1985. Veinte años después ya era una cara conocida. Inició su trayectoria como humorista en la televisión autonómica andaluza, Canal Sur, con el programa Hagamos el humor, de la mano de la familia Summers. Desde entonces no ha parado, como presentador de otros programas de humor, presentador en las retransmisiones de los Carnavales de Cádiz, colaborador en otras cadenas, teatro, radio,... Solo le queda probar con el cine, el cante -ah, esto también lo ha hecho-, o la papiroflexia. Hombre que se reinventa así mismo y se amolda a los tiempos, Manu Sánchez llega ahora con un libro, Surnormal Profundo, en el que dice desnudarse por completo y exponer, como siempre hace en sus intervenciones radiofónicas en Cadena SER, lo que opina sobre lo divino y lo humano, analizando la actualidad sin pelos en la lengua y a la que le pone su toque personal con el humor.

Hace unos días pudimos sentarnos a charlar con él. Reflexiones y anécdotas estuvieron aderezadas con mucha risa, sonrisa y carcajada. Esto es lo que nos contó. 

 
Marisa G.- Lo mismo sirves para un roto que para un descosido. Haces de todo Manu.

Manu S.- (Risas) Bueno todo se parece mucho. Soy contador de historias. Me gusta echarle un vistazo a lo que tengo a mi alrededor y contarlo tal y como yo lo entiendo. Eso a veces cristaliza en forma de teatro, o de intervención en la radio, en la tele y esta vez ha cristalizado en forma de libro.

M.G.- ¿Y por qué recopilar estas intervenciones en la radio?

M.S.- La idea empieza precisamente por la radio. Llevo dos años colaborando en la radio con estas reflexiones a las que le he dado la vuelta. Desde siempre he ofrecido a los espectadores humor con un poquito de hacer pensar, meter el dedito en la llaga, incomodar un poco al poder y en la radio me atreví a darle la vuelta. En estos artículos de opinión intento hacer pensar pero utilizando un poco de humor como arma. Fue algo arriesgado porque podía ocurrir que la gente no comprara la nueva receta, que prefirieran el arroz con pollo pero no el pollo con arroz. Al final, todo ha ido bien. 

En cuanto al libro, todo surgió  porque la editorial nos propuso recopilar todas estas reflexiones de la radio y lo acepté pero con matices. No me importaba repetir lo que ya había dicho en la radio pero aportando reflexiones nuevas sobre cuestiones que, en algunas ocasiones, me han censurado en algunos medios,... En este libro, un 40% son reflexiones que ya son conocidas pero luego hay un 60% que son nuevas. Ha sido una nueva excusa para poder desnudarme.

M.G.- Mira, en vez de leer tus reflexiones, las emitidas en radio, directamente me he ido a escucharlas. Me apetecía ponerle tu voz. ¿A la editorial no se le ocurrió añadir un CD con esas grabaciones?

M.S.- Pues estamos a tiempo. En esas reflexiones hay muchos juegos de palabra porque me gusta retorcer el lenguaje y buscar conceptos nuevos, como ocurre con el término «surnormalidad» que aparece en el título. Es verdad que hay algunos juegos que están escritos para ser escuchados y tienen más sentido cuando se escuchan pero también te digo que, después de tanto tiempo en la radio, hay muchos lectores que me dicen que al leer el libro parece que me están escuchando. Así que, de alguna manera, mi voz está ahí pero oye, ¡que nos apuntamos tu propuesta! Quizá esto lo que requiera es un audiolibro.

M.G.- ¿Y por qué Risto Mejide para hacerte el prólogo? ¿Por qué él y no otro?

M.S.- Risto es muy amigo mío y me gusta mucho cómo escribe. Lo admiro mucho y además es un tipo brillante. Risto me quiere bien y la gente que me quiere bien es crítica conmigo. De hecho, el prólogo empieza diciendo algo así como «Me la pela casi todo lo que escribe Manu», una forma poco habitual de empezar un prólogo pero que a mí me encanta y que además te anima a seguir leyendo. 






Por otra parte, me gustaba la idea que fuera un catalán, especialmente, en estos momentos en los que parece que cuando uno reivindica y quiere su tierra es contra otra tierra, algo que me parece una barbaridad, porque querer algo y a alguien como arma arrojadiza no es amor, eso es otra cosa. El amor es generosidad. Yo amo Cataluña, me encanta Barcelona, una de mis ciudades favoritas, sin duda. 

Este libro va un poco de molestar, de tocar los huevecillos, de meter el dedito en la llaga. Creo que hay que ser bueno con los buenos y malos con los malos y Risto eso lo hace bien. Es un tío justo que da caña a los que se lo merecen.

M.G.- Tú también das mucha caña en este libro.

M.S.- Sí, sí. Creo que más de uno se va a molestar con este libro y si no es así, prometo seguir intentándolo en el próximo. El humor molesta gracias a Dios. Si el humor no molestara yo me dedicaría a otra cosa. A la gente que la entretenga su puñetera madre. El humor está para hacer reír y pasarlo bien pero también para molestar. 

Cuando escribo una reflexión sobre el Daesh, quiero que si El niño la Tomasa lo lee, que se moleste. Otro ejemplo, si hago un reflexión sobre Aznar, sobre una guerra inventada, donde además perdí a gente muy cercana,  y luego sale el informe Chilcot en el que se recoge que allí no había armas ninguna, y Blair sale a dar explicaciones y a asumir su vergüenza y su culpa en Reino Unido y sin embargo, aquí Aznar sale en un programa de la tele pública donde le hacen un mamazo en directo, pues tú me dirás. Si Aznar lee lo que yo digo de él quiero que se moleste. Es más, en este libro digo que ojalá se sienta tan ofendido como para que me lleve a los tribunales porque me encantaría explicar en sede judicial si creo que Aznar es un mierda o no lo creo. 

En definitiva, en este libro hay momentos de cal y de arena. Momentos para alabar y subir a todos los altares a José María Pérez Orozco, con las hablas andaluzas, a Chiquito con su humor, a Rosa de España con su forma de hablar que tanto han querido corregirle como a tantos han querido corregirnos, al sabio Tarifa, a gente que admiro de verdad y que aparecen como los mayores exponentes de esa «surnormalidad» que a mí me parece perfecta. Aquí, con un buen chiste damos una bofetada sin mano de manera extraordinaria. Por eso una de las frases del libro que más me gustan no es ni mía sino de una asociación feminista en Chiclana, Asocum, a la que le hicieron una pintada en la sede hace treinta años. Le pusieron algo así como ustedes las feministas nada más que queréis mandar y follar y la presidenta, en vez de borrarla, pintó debajo «Po sí, cabrones». Fue la respuesta perfecta, le dio de su propia medicina, quedó por encima y cuando alguien hace eso es indestructible. Esa es la fórmula.

M.G.- Y de todos los temas que hablas en el libro, ¿cuál es el que más te ha crispado? A mí me ha tocado mucho la moral las palabras de Antonio Burgos con la muerte de Bimba Bosé y aquel reportaje de la Sexta sobre nuestra Semana Santa.

M.S.- A mí me gusta escribir desde lo que pienso y no desde lo que siento. Las tripas no son buenas compañeras de escritura. Es mucho mejor escribir con la cabeza, lo que pasa es que algunas veces la cabeza está de acuerdo con las tripas y así no hay arrepentimiento posible. 

Lo de Antonio Burgos fue curioso. Intenté responderle aplicando la fórmula del propio Antonio Burgos. Es la única vez que me han llamado de la SER para decirme que me había pasado y que era muy desagradable lo que había escrito, aunque en ningún momento me dijeron que no se fuera a emitir. Me dio igual. Yo quería hacer un Antonio Burgos para Antonio Burgos, para que él se vea desde el otro lado.

Y eso fue lo mismo que hice con el programa de la Sexta y Anna Simón. Metieron la pata hasta el fondo, -estoy seguro de que se arrepienten-, pero dijeron que aquello era para reírse y siendo humor no se puede enfadar nadie. Así que, con el mismo argumento les respondí. Le hice a Anna Simón un Anna Simón y claro, aquello dejó de tener gracia. La respuesta fue que en el humor no todo vale, que si el humor puede ser muy hiriente,... Claro, claro,... Cuando a Antonio Burgos le molesta que le hables como a Antonio Burgos, y a Anna Simón le molesta que le hables como a Anna Simón, a mí no me provoca ningún problema pero ellos se lo deberían mirar.

M.G.- Bueno, esa es la ley del embudo. 

M.S.- Pues coge el embudo y ponlo al revés y mira a ver si lo que vas a decir te molestaría a ti o no. 

M.G.- Manu, Andalucía es una de las palabras que más se menciona en el libro. Tú llevas a gala ser andaluz, presumes de acento, de cultura, de historia,... ¿Qué problema tiene España con nuestra forma de hablar?

M.S.- Pues creo que lo he descubierto. El problema es que somos pobres. Por ezo la zeta mía paraze que ez de zembrar alcohol y la ele de Buenafuente, al que admiro mucho, pues es de la cultura catalana, de la empresa del textil. Del textil con el algodón que zembré yo y mi abuelo. Los árabes pobres son esos inmigrantes que tenemos que devolver y ponerle alambre de espino y a los árabes con dinero se les abre las tiendas por la noche en Marbella y lo dejamos en la zona vip. Ese es el problema, que el seseo es de pobres. Si solucionamos lo de ser pobre...

M.G.- Difícil solución.

M.S.- Pues ahí está la cosa. Tenemos que dejar de ser pobres y entonces respetarán nuestra cultura, nuestro lenguaje, nuestro folclore, nuestra forma de ver el mundo,... Lo respetarán todo.

Yo en este libro hablo tanto de Andalucía como Woody Allen habla de Manhattan. Él habla de su tierra y yo de la mía. Estoy seguro que se puede aspirar a lo universal hablando cada uno de lo suyo, yo de Andalucía, Quiñones hablando de Cádiz, García Márquez de su Macondo, Juan Rulfo de su Comala y Woody Allen de su Manhattan.

M.G.- Pero digo yo. ¿Tú no crees que cuando nos atacan nos pasamos con tantas explicaciones y tantas justificaciones?

M.S.- Claro de ahí lo de «surnormal». Si es que no tenemos que justificarnos. «Mire usted, yo no soy ni más ni menos que nadie pero lo que no soy es un error, así que no tengo que corregir nada».  A mí me sorprende mucho que en cada feria tengamos que volver a explicarle al mundo entero que el resto del año trabajamos. ¡Hombre es que si no fuera así no sería la semana de feria, sería el año de feria! Y otra cosa te digo, cuidado que parece una tragedia que se vayan a llevar el Congreso de la Feria del Móvil de Barcelona. La Feria de Sevilla produce más dinero en Sevilla que la Feria del Móvil en Barcelona. Tratemos también con el suficiente respeto y la suficiente seriedad lo que supone la Feria. Que sea algo lúdico no significa que no sea cuando más trabaja los taxistas, los hoteleros, los hosteleros, los de seguridad, los grupos de música,... Cuidado porque creo que tenemos que ser muy conscientes de que para nosotros es muy rentable también la fiesta. Pero que tengamos que estar explicando todo el año que el resto del tiempo trabajamos,...

M.G.- Pero no solo el resto del año, sino la misma semana de Feria. Vamos que yo voy a cenar a la Feria y al día siguiente trabajo. O me voy a comer a la Feria después de haber estado trabajando.

M.S.- Claro. Y encima, en Feria de Sevilla se traslada la capital de España porque los tratos, los acuerdos,... se cierran en Sevilla. Es el único momento del año donde todos los directores generales, los grandes dirigentes de las empresas vienen a Andalucía. Aprovechemos eso. Que luego también tenemos que ser números uno en trasplantes, en investigación, en aeronáutica,... por supuesto, eso  hay que seguir peleándolo pero no reneguemos tampoco de lo otro, ni nos estemos siempre justificando. 


M.G.- Cierto. Y cambiando el tercio Manu. Tu madre es un gran referente para ti. La mencionas siempre muchísimo.

M.S.- Mi madre es la súper heroína.

M.G.- Pues yo me he acordado mucho de ella leyendo este libro. Por ejemplo, con esa reflexión que titulas Los muertos del ISIS, no con la columna de opinión en sí sino con la reflexión posterior en la que más o menos vienes a decir que aquí estás por si quieren verte como un objetivo. He pensado que si tu madre lee eso, a la pobre mujer le da un chungo.




M.S.- (Risas) Mi madre me dice mucho: «Hijo, ¿tú no puedes escribir de otra cosa?». Mi madre no es solo mi referente. Ella es el referente total de esta «surnormalidad». El matriarcado andaluz es evidente y tiene que convertirse también en una evidencia en la sociedad. La mujer es la que de verdad se encarga de la educación, la que nos marca los límites. La sociedad debe ser matriarcal y Andalucía es de la madre, y sé que esto va contra el Vaticano porque la Virgen María está ahí pero el jefe de todo esto no es ni uno, sino tres, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, bueno pues ni así. Y es verdad que mi madre al principio lo sufría mucho pero ya ha descubierto que a mí cuando me dicen «Eso no lo hagas» o «Eso no se toca» es cuando más ganas me entran de hacerlo y más ganas me entran de tocarlo.

M.G.-  (Risas) Eres tremendo. Y una pregunta, ¿en ningún momento te has arrepentido de hacer alguna columna? Es que en el libro dices «Con esto de las columnas no gano para disgustos».

M.S.- Es verdad pero también gano muchas más satisfacciones. Creo que si hacemos un repaso de nuestra vida solemos arrepentirnos más de lo que no hemos hecho que de lo que hemos hecho. Habrá gente que diga que se arrepiente de no haber aprendido a tocar el piano, o de no haber viajado más, o de no haber estudiado tal, o de no haberse escapado con aquel novio que tenía que a su madre no le gustaba,.... Yo no me quiero ver de viejo arrepentido por no haber dicho tal o cual cosa. Si me arrepiento que sea por no haber hecho algo que no me haya dado tiempo, no por miedo o por las consecuencias. De hecho, todas estas crónicas que figuran en el libro son las más fuertes, son puro fango, y van en este libro porque en este libro van mis principios y no tengo otros.

M.G.-. ¿Y cómo gestionas esas reacciones adversas o esas consecuencias? 

M.S.- El humor a veces molesta y tiene que molestar, como te he dicho antes. Si molesta al que yo quería molestar, el humor es buen arma. Si escribo una columna contra una actitud de Podemos y se me enfadan los de Podemos, pues era lo que esperaba. Ese día me dicen que se me nota que soy de Susana Díaz. Si otro día le toca a Susana Díaz, ese día me dicen que se me nota que soy de Podemos. Otro día le toca a Aznar y entonces me dicen que se me nota que soy de Pedro Sánchez,... Si toco a Pedro Sánchez, me dicen que soy muy facha porque me gusta la Semana Santa y soy del PP. Cuando enfado justo al que yo quería enfadar para mí es un buen acuse de recibo, un gol por la escuadra y una muesca en el revólver. Así que, si enfado es para mí una satisfacción. Señal de un trabajo bien hecho.

M.G.-  De hecho no descartas que este libro enfade porque además eres reincidente.

M.S.- Es que tiene que ser así. Por si fuera perecedera la radio, aquí queda para la posteridad lo que pienso y que quede constancia de ello por escrito.

En estos tiempos estamos viendo caricaturistas en la cárcel, cómicos en juicios,... Estamos asistiendo a un momento en el que decir la verdad es un acto de rebeldía. El límite que yo le pongo a mi humor es la verdad. Si alguien de los que se molesta me dice que yo lo que digo es mentira y lo demuestra, les pido disculpas pero si no es mentira, el problema no lo tengo yo. 

M.G.- Te retractarías si fuera mentira...


M.S.- Si es mentira yo me retractaré, pero si no es mentirá el retratado será él. O yo me retracto o él se retrata. Una de dos.

M.G.- (Risas).  

En el libro hay muchísimo humor. Hay una frase maravillosa que dice «Si la homofobia te desvela es que en el fondo te cabe tela». Te juro que ahí me partí de risa. No soy capaz de comprender la intolerancia.

M.S.- Mira esa sospecha la tenemos todos. Cuando alguien se pone tan nervioso porque alguien sea gay o lesbiana, siempre me planteo que esa persona tapa algo. Yo puedo casi llegar a entender que alguien esté en contra de un derecho porque le venga mal, aunque eso se llama egoísmo. Pero que alguien esté en contra de que se casen los gays... Si tú no eres gay...

M.G.- Que más te da, ¿no?

M.S.- Eso. Gana un derecho otra persona que a ti no te afecta. Otra cosa sería que, cada vez que se case un gay hubiera que divorciar a la fuerza a un matrimonio heterosexual y felizEn ese caso puedo llegar a entenderlo. Pero gente que por las tardes está apuntada a una asociación para luchar contra eso, cuando hay tantas cosas bonitas por las que luchar, como la pobreza en la infancia, los derechos de los animales, la limpieza de los océanos marinos,... Ese activismo sí vale pero ser activista contra la felicidad de otra persona que puede ganar un derecho, pues mire usted, usted tiene un problema y yo sospecho que al que la homofobia le desvela en el fondo le cabe tela, casi seguro. Y con un churrazo terapéutico se le quita todo y ya verás qué carita de felicidad.

M.G.-  (Risas) Comparto tu opinión. Esto es algo que no entiendo tampoco.

Y otro pasaje fantástico es lo que te ocurrió en Malta con ese masajista hindú. [Cuenta una anécdota, digamos tensa y comprometedora, ocurrida en un salón de masajes en Malta]

M.S.- Lo de pasaje fantástico lo dirás tú (Risas).

M.G.- (Risas). Es que te juro que yo intentaba imaginaros y me partía de la risa.

M.S.- Sí, sí, imagínanos, anda... Mira si este libro iba de desnudarse, en Malta me desnudé porque me lo pidieron. Allí descubrí que hay veces que hay que hablar. No te puedes callar ante lo que no te gusta porque si no te acaban dando por culo. Lo único que puedo decir es que si los que leen esto van por Malta y conocen al masajista hindú, por favor, denle muchos recuerdos de mi parte.      

M.G.-  Ese pasaje es buenísimo. Lo que me reí.

M.S.- Quizá ese pasaje es lo que da sentido al «profundo» del título. Fue de lo más profundo que yo he vivido en mi vida.

M.G.- Sí, tan profundo como casi dos falanges.

M.S.- (Risas) Eso, eso,... 

M.G.- (Risas) Bueno, risas aparte. Te tengo que preguntar por Chiquito, que nos ha dejado recientemente.

M.S.- Pues mira quería hacerle un homenaje en vida pero se nos ha escapado antes de tiempo. Ya no aguantaba más sin Pepita y se nos ha ido. Así que el homenaje se ha convertido en póstumo. Era una forma de darle cariñito a un grande.

M.G.- Que además te dio un gran consejo, como cuentas en el libro.

M.S.- Me lo dio, sí. Chiquito era un gran humorista y un buen flamenco. Era una buena síntesis de nuestra tierra por lo sencillo, por su supervivencia. Era un cantaor que se ganaba la vida con el cante, en la fila de atrás, viajando por todo el mundo, enseñando el flamenco por ahí, tan cercano al humor que nos podía recordar al Beni de Cádiz, a Chano Lobato, a Nano de Jerez,... Algunos lo trataron como un friki exótico pero lo brillante de Chiquito era que era brillante queriendo. Era un grande, un humorista, un cómico, un maestro que probablemente por su formación nunca escribió una obra de teatro, un gran monólogo, un soliloquio, sino que, como dijo una vez un crítico, Chiquito contaba los chistes más malos mejor que nadie. Él tiraba de lo que tenía alrededor.

Después de fallecer le he escrito otra reflexión. Su entierro fue maravilloso, y digo maravilloso porque el cura empezó diciendo: «Reconozcámonos todos pecadores». No se daba cuenta el homenaje tan bonito que le estaba haciendo a Chiquito. Y acabó con un «Hasta luego, Lucas».

M.G.- Oh, qué bonito... Qué pena que se fuera. Bueno Manu dos preguntas más y te dejo descansar. Si no hubieras sido, como se dice en la solapa, «payaso, juntaletras, actor, empresario e icono sexual», ¿qué hubieras sido? ¿Quizá jugador de baloncesto? ¿Ingeniero?

M.S.- Supongo que hubiera estado condenado de por vida a ser solo icono sexual.

M.G.- (Risas)

M.S.- Esa risita es muy dolorosa y muy humillante también pero no pasa nada, no pasa nada (risas). No, en serio. Creo que probablemente esto hubiera roto de alguna manera, antes o después. A mí siempre me ha gustado escribir, contar cosas. Por aquellos primeros tiempos se empezaron a poner de moda los monólogos. Por ahí rompí yo y ahora a veces toca teatro, otras radio, otras libro,... Pero sí que es verdad que mi otra gran pasión era el baloncesto. Lo mismo hubiera acabo formándome como entrenador con las pizarras de por medio. ¿Ves?, al final todo es lo mismo. (Risas)

M.G.- Pues mira, a lo mejor hubieras acabado de entrenador del equipo de baloncesto del Betis.

M.S.- Yo estoy esperando una oferta en firme encima de la mesa. A ver si Raúl Pérez lea esto y se ponga en contacto conmigo.

M.G.- Que te llame ya.

M.S.- Sí, sí, mis puertas están abiertas.

M.G.- (Risas) Bueno Manu, la última.  ¿El panorama de la comedia televisiva cómo está? ¿Hay mucho cómico con gracia o hay mucho malaje que se cree gracioso?

M.S.- El enemigo de un cómico nunca es otro cómico. El enemigo de los cómicos es la tristeza y el malaje. Todo el que se atreve a hacer comedia tiene absolutamente todos mis respetos. Además, los galones en esto de la comedia los da el público. A mí a veces me preguntan si hago humor inteligente, y siempre respondo que yo qué sé. El que es inteligente es el público y si se ríe con tus cosas es que funcionan y si no se ríen pues es que no funcionan y punto.

El panorama del humor está cobarde. Parece que hay mucho humor en la tele porque hay muchas plataformas pero por ejemplo Buenafuente tendría que estar en prime time en una cadena generalista y no escondido en Movistar, con todos mis respetos a Movistar. Es más, es que la comedia debería estar en prime time siempre y no lo está. Quizá hay un honroso oasis con El Intermedio pero lo demás está muy escondido. Y es que la comedia es incómoda o bien gusta otro tipo de comedia, la del tartazo, es humor blanco que a mí no me gusta. Porque, si me preguntas qué se me antoja para comer nunca te diré pescadito en blanco, o arroz en blanco. Si me preguntas cómo me gusta pasar la noche nunca te diré que me gusta pasarlas en blanco. El humor blanco para el que lo quiera. A mí me gusta pasar las noches pringándome, me gusta el arroz con muchos avíos y me gusta el pescado muy bien frito, pero se está queriendo huir de la verdad porque decir la verdad, como te dije antes, se está convirtiendo en rebeldía y eso no gusta. 

M.G.- Te entiendo. Bueno, Manu, un placer estar aquí contigo hablando de este libro que dice más verdades que un santo. Muchas gracias.

M.S.- Muchas gracias a ti.

Y hasta aquí la entrevista a Manu Sánchez, hijo de su madre, andaluz 100%, audaz comediante, comunicador voraz, emprendedor arriesgado, analista crítico, defensor de la verdad y sobre todo, una jartá de divertido, expresión andaluza donde las haya. ¡Noniná! 



[Algunas ilustraciones e imágenes tomadas de Google]


5 comentarios:

  1. Me ha encantado la entrevista, que arte el Manu jajaja. Besos

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  2. Vaya pedazo de entrevista te has marcado, jajaja. Ya es lo único que le faltaba por hacer, escribir un libro. No tenía ni idea, la verdad. Polifacético es un rato. Me he cruzado alguna vez con él por Sevilla pero, por timidez, no me he parado a saludarlo. Siempre me ha parecido un tío muy simpático, "hartible" en ocasiones (y puede que de ahí su encanto), pero muy salao.

    Un beso ;)

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  3. Buena entrevista, Marisa. Me encanta esa sinopsis. Me he partido de la risa.
    Besos

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  4. Vi en Face esa foto. No conocía de nada yo a este tipo, sinceramente. El título es gracioso, Surnormal, muy bueno, y la entrevista muy graciosa.
    Besos.

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  5. Yo también tuve la misma curiosidad cuando estuve con él, por qué Risto.

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