Editorial: Plaza & Janés.
Fecha publicación: noviembre, 2017
Precio: 18,90 €
Precio: 18,90 €
Género: Biografía.
Nª Páginas: 288
Edición: Tapa dura
ISBN: 9788401018886
[Disponible en eBook;
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Autor
Eric Jiménez es el batería de Los Planetas y Lagartija Nick, con quienes grabó junto a Enrique Morente el mítico disco Omega. Durante veinte años consecutivos ha recibido el premio al mejor batería alternativo español. Su historia es la de un hombre que ha estado siempre en la cuerda floja, entre ganar y perder, entre la vida y la muerte, entre la música y la locura.
Sinopsis
Con seis años mi padre me encañonó con una pistola. Ni siquiera recuerdo su nombre.
Con diez ingresé en la Falange porque quería tocar el tambor. Mis mayores influencias musicales han sido la Semana Santa y mi primera hostia, la que me dieron al nacer, quizá la más artística y la menos dolorosa.
Me casé a los dieciséis.
Más tarde empecé a consumir drogas para evadirme.
Debería haber muerto antes de los treinta.
Durante estos cuarenta años he golpeado la batería como la vida me ha golpeado a mí, con todas sus fuerzas.
Pero juro que este no es un libro triste. Os prometo que al leerlo os reiréis y amaréis la música casi tanto como yo.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Vaya por delante que entiendo que este libro no es para todo tipo de lectores, que basta una mirada a la sinopsis para comprender que Cuatro millones de golpes va especialmente dirigido a aquellos a los que les apasione la música actual, que sigan a grupos del tipo 091, Lagartija Nick y por supuesto a Los Planetas porque Eric Jiménez, autor de este libro, es batería hace cuarenta años y ha pasado por un par de grupos musicales tan emblemáticos como los que acabo de mencionar. Así que no me va a sorprender que muchos me digáis que este libro no es para vosotros. Para ser sincera, Cuatro millones de golpes tampoco es un libro que yo hubiera comprado tal día como, un día en el que las librerías están de fiesta porque, además, confieso que yo no he escuchado a 091, ni a Lagartija Nick ni a Los Planetas en mi vida pero por circunstancias de la vida te llega un libro como este, lo lees, y encuentras una vida apasionante que te sorprende mucho más de lo que esperabas y al final terminas por reconocer que el libro te ha gustado porque poco importa si Eric Jiménez es batería o pintor de brocha gorda. Lo que realmente importa es que su vida da para un libro como este porque está llena de luces y sombras y eso es lo que la hace verdaderamente interesante.
Para empezar os diré que, nada más abrir el libro, te topas con una dedicatoria que te roba el corazón y que solo esconde el amor que un padre tiene a una hija:
«A mi hija Gabriela; espero que leas este libro cuando seas mayor y tomes nota de las cosas que nunca deberías hacer. Y, si las haces, que no sea por la falta de amor de tu padre, porque tengo todo el del mundo para darte. Ni cuatro millones de golpes en una batería sonarían tan fuerte como para tapar el sonido de mi corazón cada vez que te miro. Verte nacer fue el mejor espectáculo del mundo y estar contigo es mi mayor alegría. Al público, porque ellos sí que me salvaron la vida».
Y hablando de salvación, no deja de ser chocante que un músico diga «La música no me ha salvado». Eso es lo que también alega Eric Jiménez en las primeras páginas del libro pero aunque nos suene raro, el autor lo explica muy bien a lo largo de esta travesía literaria y tras estas palabras el lector entiende que lo que se abre ante nosotros está muy lejos de ser un puñado de tópicos.
Eric Jiménez, nacido el 25 de junio de 1967 en Granada, se inició en la música siendo un adolescente. Tan solo tenía 14 años cuando comenzó con el grupo KGB en su ciudad natal, aunque antes se apunto a la OJE (Organización Juvenil Española) porque quería tocar el tambor.
Me ha impactado muchísimo toda la narración de su infancia en el seno de una familia desestructurada con un padre que tenía otra familia, la auténtica, viviendo en un barrio humilde de Granada en el que su madre regentaba la pensión Penibética. Resulta desgarrador y doloroso los sentimientos que un padre ausente provocó en Eric desde muy pequeño y tremendamente emotivo el amor desmesurado que el autor de este libro sentía por su madre, una mujer que se las tuvo que apañar para sacar adelante a sus tres hijos en una época en la que muy pocas mujeres hicieron lo que ella sin el respaldo de un hombre, una mujer que parecía que pasaba de su hijo pero que solamente lo estaba dejando vivir y equivocarse por sí mismo.
En Cuatro millones de golpes, Eric se pasea por su faceta familiar sin esquivar los golpes. Narra episodios muy personales de sus hermanos que a veces me han hecho plantearme si no le habrá acarreado algún encontronazo porque este libro tiene su parte dramática, su parte cruda y áspera que afecta a toda la familia y por su puesto al propio autor, como veremos cuando narra las veces en las que estuvo a punto de poner un pie en el otro barrio, las ocasiones en las que tuvo que ser ingresado, sus paranoias, sus depresiones,.. No obstante, también es un libro divertido. Cuenta episodios de su vida que, si bien fueron algo peliagudos en su momento, con la perspectiva del tiempo y después de lo mucho que ha llovido, se han convertido en vivencias que nos hacen reír. No puedo olvidarme de esa ocasión en la que dando un concierto en un pueblo casi los echan a patadas porque el público quería que cantaran sevillanas en vez de su repertorio, o en aquella otra ocasión que sus amigos, esas malas influencias que tuvo de joven, auténticos delincuentes, asaltaron una whiskería.
Nos hablará Eric también de su pasión por la música. De cómo se inició en la percusión y lo mucho que la música de Semana Santa le influyó a la hora de tocar la batería. De hecho es muy apasionante todo lo que cuenta de algunos temas musicales que conformaron el disco Omega, grabado por Lagartija Nick junto a Enrique Morente. Desconocía este acoplamiento musical y todo lo que se narra al respecto me ha llenado de curiosidad hasta el punto de dirigirme inmediatamente a Youtube y comprobar el resultado.
Sobre el mundo musical se aprende bastante con este libro. Algunas cosas me han resultado más interesantes que otras como por ejemplo por qué en un concierto hay zonas en las que se escucha mejor la música que en otras y resulta que eso se debe al propio público. Pero sobre sus conocimientos de la música también tengo que decir que Eric se detiene mucho en tecnicismos que a mí se me han quedado grandes y por eso digo que este libro gustará mucho más a aquellos que entiendan de música, que sepan cómo se toca una batería o algún otro instrumento. A mí esa parte, sinceramente, se me ha hecho más cuesta arriba y menos comprensible.
Pero el mundo de Eric no solo se restringe a su Granada natal, una ciudad que siempre lo ha embrujado y de la que jamás se olvida. Su éxito como batería y su pertenencia a distintos grupos de música bastante sobresalientes lo han llevado a cruzar fronteras, a grabar discos en estudios de ámbito internacional y a participar en numerosos festivales. Todo ello le ha reportado una cantidad ingente de experiencias que él narra con mucha soltura porque, desde un punto de vista narrativo, todo el relato que compone este libro es sumamente natural. Eric hace gala de una sinceridad y una honestidad brutal. Se despoja de todo tipo de artificios y prejuicios para hablar tal y como le sale del corazón. Aborda con humanidad sus miedos y sus pesadumbres, confiesa sentir pavor por no ser querido, algo que advertiremos cuando hable de sus relaciones personales, tanto a nivel familiar como de pareja, porque en el fondo, y tras leer el libro, te das cuenta que Eric no ha dejado de ser un niño, un niño con miedo a la soledad.
En principio teníamos planteado entrevistar al autor pero esa entrevista no llegó a producirse. Me hubiera gustado mucho porque tenía múltiples preguntas que hacerle: ¿por qué este libro ahora? o ¿si se ha arrepentido de algo? Creedme que esta última pregunta cobra mucho sentido cuando leéis todo lo que ha hecho y todo lo que le ha pasado porque dice Eric que «De dolor sé un rato» [pág. 151] y es fácil creer sus palabras a tenor de todo lo que se cuenta entre estas páginas. Cuatro millones de golpes, frase con la que ha titulado el libro, no solo se refiere a los porrazos que ha dado a su batería a lo largo de cuarenta años de música sino a los muchísimos golpes que le ha dado la vida. La verdad es que hay episodios espeluznantes.
Acompañado de unas ocho páginas llenas de fotografías y con dieciséis capítulos más un epílogo y un prólogo, Cuatro millones de golpes te acerca a Eric Jiménez, aunque es más correcto decir que te acerca a Enrique Jiménez, al hombre que vive dentro de ese batería al que durante veinte años seguidos han premiado como el mejor batería alternativo español, y cuya pretensión con este libro, tal y como él mismo reconoce es «hacer un ejercicio que me ha servido para empezar a perdonar o entender a todos aquellos que me han hecho cosas malas de forma directa o indirecta». [pág. 263]
Me despido solo diciendo que leer sobre la vida de este hombre me ha parecido muy curioso, llamativo más bien, y aunque yo lo he disfrutado creo que es un libro que vana disfrutar muchísimo más los fans de Lagartija Nick, de Los Planetas o del propio Eric Jiménez.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Retos:
- Autores de la A a la Z
- 25 Españoles
- 100 libros
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Sin duda leer sobre alguien puede ser curioso aunque a mí personalmente las biografías no me llaman la atención.
ResponderEliminarBesos =)
Pues pienso fe este libro lo que dices al final: es curioso. La verdad es que me gustan las biografías de gente dedicada al arte pero ya me cansa un poco tanta tragedia junta y tanta infancia desoladora.
ResponderEliminarBesos
Yo disfruto mucho con las autobiografías. Una cosa es lo que pasa y tu ves y otra lo que el protagonista interpreta que le pasa UN libro interesante sin duda.
ResponderEliminarBs.
Imagínate que mi grupo preferido de todos los tiempos es 091, que tengo todos sus discos, camisetas y acudido a sus conciertos coincidiendo en uno de ellos con Salvador Gutierrez y el disco de Omega me parece una autentica pasada y obra maestra así que no te puedes hacer una idea lo que lo estoy disfrutando
ResponderEliminarNo puedo con las biografías, lo siento. TEngo la de Elizabeth Taylor desde hace mil y no he podido con ella.
ResponderEliminarBesos.
Es una biografía , si...pero del mejor puto batería que hay en el mundo!
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