viernes, 29 de septiembre de 2017

LA VIDA ES SUERO. HISTORIAS DE UNA ENFERMERA SATURADA de Enfermera Saturada.

 
Editorial: Plaza & Janés.
Fecha publicación: septiembre, 2014
 Precio:  9,90 €
Género: Humor.
Nª Páginas:128
Edición: Tapa blanda con solapa
ISBN: 9788401347283
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]

Autora

Enfermera Saturada se define como una enfermera española que busca hacerse un hueco en la sanidad. Empieza los turnos en planta, baja a la UCI, sube a prematuros y termina en urgencias. Esta enfermera se maneja como pocas en las redes sociales, desde donde a diario decenas de miles de personas ven cómo repasa, con humor y descaro, la actualidad de su hospital y la de cualquier hospital de España.

Sinopsis

"Si no tienes claro si una enfermera que pincha en el turno de noche, es una DJ. Si estás convencido de que la persona que inventa el tamaño de las pastillas, no es buena persona. Si crees firmemente que llamarle pijama a la ropa de trabajo no es serio. Si no soportas a las señoras que te dicen en qué vena tienes que pincharlas y alguna vez te has quedado mirando las venas de alguien en el metro, éste es tu libro.

Bienvenido al mundo de Enfermera Saturada. Un mundo donde el delirio se mezcla con el humor, a veces negro y siempre muy fino, y donde el día a día del hospital siempre supera a la ficción.

Os lo juro por Florence Nightingale".

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Últimamente ando envuelta en lecturas muy densas que requieren mucha implicación por parte del lector, así que, para desconectar y despejar un poco la mente, decidí que necesitaba un par de días con lecturas más livianas y, a poder ser, divertidas. Un paseo por la biblioteca me colocó delante de Enfermera Saturada y los dos libros que aún me quedan por leer después de que, tiempo atrás, me divirtiera mucho leyendo El tiempo entre suturas.

Por tanto, vengo hoy a hablaros de La vida es suero. Historias de una enfermera saturada, una nueva entrega que nos coloca en las tripas del sistema sanitario para mostrarnos su lado más divertido. Con un prólogo de la mano de Señorita Puri, una maestra del humor, que saca tajada de las situaciones más cotidianas, La vida es suero rescata el día a día de una enfermera a través de anécdotas, cotilleos y reflexiones que, en mayor o menor medida, nos proporcionará un rato de entretenimiento y diversión. Es un libro al que no hay que pedirle más.

Dividido en tres bloques y con capítulos de muy corta extensión, Enfermera saturada nos habla, entre otras muchas cosas, de lo dificultoso que es entender la letra de los médicos. Y es que ahí le tengo que dar la razón. Yo creo que en la facultad deberían de ponerles deberes con las cartillas Rubio porque no hay manera de comprender nada de lo que escriben. Menos mal que ya todo es informatizado. Pero por otro lado, ¿nunca os habéis fijado la diversidad de uniformes que lucen los profesionales sanitarios? Nuestra enfermera le da un repaso a la indumentaria que tienen que vestir y  lo fantástico que es estrenar uniforme, o tunearlo. Lo malo es cuando vas de sustituta y tienes que pedir uno prestado o te largan otro que, de tantos lavados, más que un uniforme es una negligé por la transparencia del tejido.



Me he divertido mucho cuando cuenta la ilusión que hace cuando por fin te asignan una taquilla, o lo complicado que es ponerte el uniforme -o el pijama como ellos le llaman, que ya les vale- en un vestuario donde no tienes espacio propio. Divertidísimas son las referencias a la señora de la bolsa de empleo a la que venera como si de un ángel de la guarda se tratara. Pero si hay un capítulo con el que me he reído un montón es aquel en el que prácticamente hace un ensayo de todos esos productos supuestamente saludables que se anuncian en la tele. Me refiero al Danacol, Densia, Activia,... y todos los demás que prometen devolverte la juventud. En este capítulo echa mano de un humor muy mordaz, poniendo en tela de juicio los supuestos beneficios que este tipo de producto tiene para la salud y que, mucha gente, por el mero hecho de salir anunciados en televisión, se creen a pies juntillas. 

En alguna ocasión al lector le resultará sumamente fácil ponerse en la piel de esta mujer que, sin haber conseguido plaza fija aún, se pasea por todos los hospitales y centros de salud de España para cubrir bajas y vacaciones. Me he divertido mucho cuando nos cuenta la pesadez que supone aguantar a familiares, amigos y vecinos haciéndote todo tipo de preguntas sobre enfermedades y tratamientos cuando estás fuera de tu horario laboral, o describiendo los distintos tipos de familiares que acompañan a los enfermos o bien clasificando a los mismos pacientes según se muestren más colaboradores o menos cuando están hospitalizados. Confieso que, en algunas situaciones me he visto reflejada como ese momento en el que el paciente lee el prospecto de una medicación y, con tantas contraindicaciones se plantea si no es mejor sufrir la enfermedad que intentar curarse con semejante arma mortífera. 

Como veis el humor está muy presente en este libro, en todos los que ella escribe. Se trata de un humor fino, irónico, con bastantes tintes negros que culminará en una sonrisa. A pesar de ello, tengo que confesar que este volumen me ha parecido algo menos divertido que el anterior que leí. También es verdad que es el primero que publicó y lo mismo por eso, algunos chascarrillos están muy forzados y me han resultado menos espontáneos, además de que, en algún momento, he percibido cierta repetición. No obstante, es una lectura amena para alternar con lecturas más complejas porque además, el estilo es muy fresco y muy chispeante. 

Como os desvelé en su día, tras el seudónimo de Enfermera Saturada no se esconde una mujer sino un hombre, concretamente Héctor Castiñeria, un enfermero gallego que ha ido recogiendo todas sus vivencias en el sector sanitario de la pública. Decidió volcarlas en un blog primero y luego autopublicar en Amazon. Aquello le abrió las puertas de la editorial Plaza & Janés con la que ha publicado hasta la fecha tres volúmenes. Por lo que he visto en la web de la editorial, el próximo saldrá en el mes de noviembre y llevará por título Suero de una noche de verano. Ya tenemos más risas a la vista. 

Así pues, y como ya he comentado, para un rato de distracción y alguna sonrisa os recomiendo este libro. Su intención es meramente entretener y acercarnos al mundo sanitario desde una óptica simpática y divertida. No hay más. 




[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]


Retos:

- Autores de la A a la Z
- 25 Españoles
- 100 libros



Puedes adquirirlo aquí:

jueves, 28 de septiembre de 2017

ENTREVISTA a JOSÉ MARÍA RUIZ (Si no lo soñé).

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El cantante español José María Ruiz nace en el 19 de junio de 2003 en Puebla del Río (Sevilla). Su voz muy especial ha conquistado el corazón de miles de seguidores. Da su paso al estrellato tras quedar ganador en la segunda edición del conocido programa televisivo, La Voz Kids.

A los tres años comenzó a interpretar sus primeros temas y pronto saltó al mundo de la televisión en el programa presentado por Juan y Medio Menuda noche. Durante esta etapa, anhelaba poder llegar a un público más extenso. Así pues se presentó a los castings de la segunda edición de La Voz Kids y enamoró al que fue su coach, Manuel Carrasco, superando gala tras gala hasta arrasar en la gran final. Fueron sus giros de voz lo que dio personalidad a todas las canciones que interpretó.



En 2015, debuta con su disco Y Ahora. Un título que recoge la canción homónima de Manuel Carrasco y que le sirve como sencillo de su presentación al mundo de la música. El 30 de septiembre de 2016, lanzará su segundo álbum, de canciones inéditas, bajo el nombre de No Te Pido Más.

Sinopsis

«Nunca sabes lo que va a pasar, eso está claro. Si alguien me hubiera dicho que podría ganarme la vida haciendo lo que más me gusta, creo que me habría entrado la risa nerviosa. Y sin embargo, aunque parezca un sueño, se ha cumplido. Y todavía ahora muchas veces cuando me veo en la tele no me reconozco, yo no soy ese José María delante de los focos. Yo soy yo... un chaval normal, con sus amigos, su familia, sus miedos y sus comidas de cabeza... así que no voy a contarte nada que no sepas, pero sería genial compartir este sueño contigo. ¿Te vienes?»
José María Ruiz

Nervioso, sentimental y con una voz que quita la respiración. Así es como la mayoría de sus fans conoce a José María Ruiz, pero detrás de esa imagen tímida y sensible, José María Ruiz esconde todo un mundo. En este diario repleto de fotografías inéditas y notas manuscritas por el autor, el cantante nos abre la puerta a sus pensamientos más íntimos, a sus secretos y a las experiencias más locas e increíbles que ha vivido desde que ganó La Voz Kids.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Todos hemos tenido quince años, una edad en la que la vida se reducía a los estudios, los amigos y, por regla general, a la música. ¿Quién no ha tenido un cantante favorito cuando era adolescente? ¿Quién no ha sentido un cosquilleo en el estómago cuando salía nuestro grupo predilecto en la tele o en la radio? ¿Quién no daba saltos de alegría cuando alguien nos regalaba el último disco? O ya, lo más de lo más, ¿quién no ha vivido los nervios previos a ese concierto que llevábamos meses esperando? La vida sigue su curso. Los de una generación avanza y dejan atrás vivencias pero vendrán otros, los que nos vienen pisando los talones para sustituirnos en esas mismas emociones que nosotros ya sentimos en la juventud. Por eso, cuando hoy veo a los jóvenes exaltados e ilusionados porque su grupo o cantante preferido visitan su ciudad y no se lo piensan dos veces a la hora de pasarse horas haciendo colas para entrar los primeros en el recinto, no puedo más que sonreírme y sorprenderme. Intento ponerme en su piel para comprobar que yo también atesoré aquella entrada de concierto, yo también soñé con ese encuentro con mi ídolo, yo también pegué numerosas fotografías en mi carpeta o colgué pósters en las paredes de mi habitación.

Y atesorar es lo que harán seguramente muchas chicas adolescentes estos días cuando tengan entre sus manos el libro que el cantante José María Ruiz acaba de publicar, Si no lo soñé. José María Ruiz fue el ganador de la Voz Kids en su edición de 2015. Lleva dos discos en el mercado, Y ahora y No te pido más, y anda preparando el tercero. Hace unos días pudimos hablar con él. Esto es lo que nos contó.


Marisa G.-  José María, dos discos en el mercado, estás trabajando en el tercero y ahora, para deleite de tus seguidoras, has publicado un libro. ¿Quién te propone la idea del libro? ¿Fue cosa tuya?




José Mª R.- Fue idea tanto de la compañía como mía. Yo veía que había artistas como Gemeliers que, además de los discos, sacaban algún libro. Los artistas siempre quieren contarle su vida a los seguidores y por eso, para que sepan algo más de mí, he querido hacer este libro, para que sepan cosas que todavía no saben.

M.G.- El libro se titula Si no lo soñé. ¿Realmente nunca soñaste con que esto te pudiera pasar?

J.M.R.- Soñarlo sí pero que pudiera ocurrir, no. Yo me presenté a La Voz Kids como un juego pero poco a poco las cosas empezaron a irme mejor, fui escalando puestos hasta que gané. Hasta el día de hoy que me va todo perfecto.

M.G.- En el libro hablas en primera persona de ti, de tu vida, de tu familia,... ¿qué más cosas cuentas?

J.M.R.- Pues cuento lo mucho que me ha cambiado la vida, de cómo llevo la fama, aunque sigo siendo el mismo, hablo también de mis amigos, o los deportes que practico y por supuesto, también desvelo algunos secretillos, cosas que seguro que les va a gustar a las seguidoras.

M.G.- Tú cantas desde pequeñito. 

J.M.R.- Sí, antes de hablar ya sabía cantar.

M.G.- De hecho a los nueve años actuaste en el programa Menuda noche de Canal Sur. ¿Esto te viene de familia? Quiero decir, ¿en tu familia hay alguien más que cante?

J.M.R.- Por parte de mi madre no canta casi nadie pero por parte de mi parte sí. De todos modos, el único que despunta soy yo. (Risas).

M.G.- Eres entonces el que ha abierto camino. Y una cosa, ¿tienes formación musical? Porque he leído en el libro que, a raíz de que te cambia la voz, sí comienzas a ir a clases.

J.M.R.- La voz me ha cambiado muchísimo. Después del programa, cuando cumplí los doce años, empezó a cambiarme, así que, para dominar mejor la voz y para adaptarme al cambio, decidí ir a clases de canto. Necesito educar la voz y la verdad es que lo estoy llevando muy bien. Ahora me gusta mucho más mi voz. 

M.G.- ¿Y quién te animó a presentarte a La Voz Kids? He leído que tu padre sí quería pero a tu madre no le hacía mucha gracia.

J.M.R.- A mi madre no porque era pequeño y no quería que entrara en este mundo tan complicado, viajando tanto pero una tarde, aprovechando que ella no estaba, mi padre y yo llamamos al programa. Tuve que mandar unos videos, asistí al primer casting en Sevilla, lo superé, luego vino el casting en Madrid que también superé. Y al final, Tania Llasera vino a darme la sorpresa y a decirme que había entrado en las audiciones a ciegas. A mi madre no le quedó más remedio que aguantarse.

M.G.- Bueno, imagino que ahora sí estará muy contenta.

J.M.R.- Sí, ahora sí. 

miércoles, 27 de septiembre de 2017

NO OS COMÁIS LAS MARGARITAS (COMEDIA - 1960).


Año: 1960.

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Charles Walter.

Reparto: Doris Day, David Niven, Janis Paige, Spring Byington, Richard Haydn, Patsy Kelly, Jack Weston, John Harding, Margaret Lindsay, Carmen Phillips, Mary Patton, Charles Herbert, Stanley Livingston, Flip Mark.

Género: Comedia.

Sinopsis: Un crítico teatral y su familia (mujer, cuatro hijos y perro) se ven obligados a abandonar Nueva York, al vencer su contrato de alquiler, y buscar una casa en las afueras lejos del bullicio de la gran ciudad. El problema es que el cambio de ambiente afecta a las relaciones familiares.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Ayer hablaba de temas muy importantes pero muy tristes, así que he decidido dar un cambio de rumbo a este rincón para lo que queda de semana. Y para sacudirnos la seriedad qué mejor que una comedia que nos arranque la sonrisa. En temas cinematográficos hay muchas comedias donde elegir: más actuales unas, más antiguas otras, en blanco y negro, en color,... Dado que algunas escenas me andaban rondando los últimos días, he decidido hablaros hoy de No os comáis las margaritas con Doris Day y David Niven.

Yo guardaba muy buenos recuerdos de esta película vista por última vez hace muchísimos años. No obstante, confieso que este último visionado me ha dejado algo más fría. No es que conociera el argumento y por eso los momentos más cómicos hayan dejado de hacerme gracia -de hecho tan solo tenía una idea vaga de la trama- sino que en ocasiones lo que nos parecía divertido hace quince años ahora no lo es tanto. En cualquier caso, esta película no deja de ser una fórmula de puro entretenimiento. No hará que te rompas a carcajadas pero para pasar el ratillo no está mal.

No os comáis las margaritas tiene un argumento mucho más profundo -sí, aunque sea comedia-, que el que plantea la web Filmaffinity. Al margen de esa mudanza que se menciona en la sinopsis y que efectivamente provocará grietas en la relación conyugal, la película plantea otras cuestiones de interés. Os cuento.

Basada en la novela de Jean Kerr, de cuyos libros ya se han hecho varias adaptaciones, No os comáis las margaritas tiene como protagonista a los Mackay, una familia numerosa residente en Nueva York. Al matrimonio formado por Larry (David Niven)  y Kate (Doris Day) hay que añadirle cuatro hijos pequeños, un perro, una suegra, un padrino y un taxista que se une al clan como el que no quiere la cosa. Larry es un profesor de Historia del Teatro en Columbia  que, después de muchos años de docencia, abandona las aulas para empezar a trabajar en un periódico como crítico teatral. Su debut será con la obra de un buen amigo, Alfred North, a la que le hace la peor crítica inimaginable llevándose por delante también a la actriz principal, Deborah Vaughn. Y, aunque inicialmente su moral y sus principios le reporten algún disgusto, lo cierto es que, a la larga, Larry se volverá muy célebre y todo el mundo querrá invitarlo a sus fiestas y será el centro de atención de las mujeres. 

Por su parte, Kate es la típica ama de casa, madre entregada al cargo del cuidado de cuatro niños que no dejan de hacer travesuras y fiel esposa, siempre pendiente de su marido, apoyándolo en su trabajo, acompañándolo a todos los actos sociales y quedándose en un discreto segundo plano.  Kate se siente orgullosa de su marido pero lo que inicialmente será ilusionante terminará por convertirse en un nubarrón negro en el horizonte. 

¿Qué nos quiere decir la película? Pues que el éxito cambia a las personas. Los Mackay siempre han sido una familia discreta con una vida tranquila pero la fama de Larry lo aparta de su mujer y sus hijos, intentando siempre esquivar las tentaciones que se le cruzan por el camino. Además su humildad decae estrepitosamente cuando el reconocimiento en el sector le deslumbra. Larry es humano y es normal que caiga en los engaños de una vida suntuosa donde todo el mundo te regala lisonjas pero no hay que perder el norte, ni olvidarse de qué lugar ocupa cada uno y, lo más importante, no abandonar a los que realmente te quieren y te aprecian. Lo demás son espejismos.

Por otro lado se nota el pequeño tirón de orejas que la película quiere dar a los críticos teatrales. El discurso de unos de los alumnos de Larry cuestionando la integridad de los críticos no pasará desapercibido porque, hay que tener claro que los críticos no son espectadores comunes, sino que suelen ser individuos con intereses personales y muchísimos prejuicios. Es decir, una profesión de riesgo cuando llueven puñaladas. 

En cuanto a la relación conyugal, la película tiene tintes rosados que muestran un matrimonio idílico. La vida es maravillosa aunque los niños te pongan de los nervios y tu marido solo piense en sí mismo. Me divierte encontrar escenas que hoy en día provocarían el rasgado de vestiduras de muchos colectivos. Complicado sería que la sociedad viera con buenos ojos que unos padres mantienen a su hijo encerrado en una jaula y bajo llave porque es la única manera de controlarlo. Tampoco se vería con buenos ojos algunasneas de diálogo en las que el marido reprocha a la mujer que no esté en casa cuando él llega o que la culpe de todo lo que sale mal en el hogar. ¡Ojo, y encima la suegra se pone de parte del yerno! Esto sí que me hace reír a carcajadas. Obviamente, las cosas en 1960 eran muy distintas y como tal hay que entenderlas. 

martes, 26 de septiembre de 2017

ENTREVISTA a SERGIO DEL MOLINO (La mirada de los peces).


Autor


Sergio del Molino (Madrid, 1979) es escritor y periodista. Premio Ojo Crítico y Tigre Juan, entre otros, por La hora violeta, es autor también de las novelas Lo que a nadie le importa (2014) y No habrá más enemigo (2012). Su ensayo La España vacía (2016), ganó el premio de los Libreros de Madrid al Mejor Ensayo, Premio Cálamo al Libro del Año y uno de los diez mejores libros de 2016 en España según Babelia. Su última novela es La mirada de los peces (2017). Mantiene varias colaboraciones en diversos medios de comunicación, como El País, Onda Cero, Mercurio o Eñe

megustaleer - La mirada de los peces - Sergio del MolinoSinopsis

Tras el éxito de La España vacía, Sergio del Molino regresa con una novela que mira al pasado desde la lucidez resignada del presente, interpelando a todo un país y a toda una generación.

En 2016, Sergio del Molino no se sorprendió cuando el que había sido su profesor de filosofía del instituto, el activista Antonio Aramayona, le dijo que iba a suicidarse. La mirada de los peces empieza como un libro sobre este carismático maestro, defensor a ultranza de la educación pública, el laicismo y el derecho a una muerte digna, para convertirse enseguida en un diálogo con el pasado y la memoria del propio autor, que recuerda una adolescencia cargada de rabia, ruido y violencia en el barrio pobre de Zaragoza del que siempre planeó fugarse. En este diálogo «entre el pasado y el presente escrito desde una primera persona en la que muchos lectores podrán poner la suya propia», Sergio del Molino explora la culpa por abandonar a quienes nos enseñaron a mirar el mundo, las primeras traiciones y decepciones y los límites siempre grises entre la rebeldía y la complicidad con lo abyecto, volviendo siempre a la figura de un profesor «coherente hasta lo inverosímil» que accionó los resortes de unos jóvenes que buscaban su propia naturaleza.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Llevo varios días dando la tabarra en Facebook con este libro pero es que, cuando algo me gusta, soy muy machacona y siento la imperiosa necesidad de comunicarlo para evitar que otros se pierdan lo que para mí es una joya. La mirada de los peces ha sido una estupenda lectura para encarar el mes de septiembre, después de un agosto escueto. Ha sido una novela emocionante, vibrante, de la que apenas he podido separarme durante un fin de semana, que me encogió el corazón, me arrancó una sonrisa acuosa y me sumió en una profunda reflexión.

La mirada de los peces nos acerca a la adolescencia de su autor, Sergio del Molino, a sus amigos de entonces, a su barrio de San José en Zaragoza y al profesor Antonio Aramayona, del que fue alumno. Sobre Antonio escribí ayer lo siguiente en mi muro: 

«Antonio Aramayona decidió poner fin a su vida el 5 de julio de 2016. Profesor de Filosofía en un instituto de Zaragoza y escritor, tomaba 31 pastillas al día, tenía una pierna amputada, había sufrido dos ictus y dos infartos. Su decisión no fue un acto impulsivo. A lo largo de más de cinco años convivió con ese pensamiento día a día y llegó a comentarlo con sus familiares y amigos. Unos no lo entendieron nunca. Otros lo apoyaron desde el primer momento y le ayudaron a poner todo en orden antes de decir adiós. Para Antonio Aramayona, un hombre comprometido socialmente, miembro de la asociación Muerte Digna, defensor de una educación pública y laica, lo que le llevó a hacer escrache a la consejera de Educación durante 25 meses, la decisión que le rondaba la cabeza era el último acto de amor que podía tener consigo mismo. Quería irse ahora, en plenas facultades. Tenía 68 años.»

No conocía a Antonio Aramayona. Nunca supe de él ni me enteré de su historia hasta que Sergio del Molino me lo ha descubierto por eso ansiaba encontrarme con el autor, para transmitirle todo lo que su libro me había hecho sentir, lágrimas incluidas, y para preguntarle más, más, más, sobre Antonio cuyo nombre y cuya historia no olvidaré en la vida. Esto es lo que Sergio del Molino nos contó.


Marisa G.- Sergio, pecaré de ignorante seguro pero yo jamás había oído hablar de Antonio Aramayona. No cabe duda de que su figura tiene un peso muy importante en este libro pero ¿qué es realmente La mirada de los peces? ¿Es un homenaje a Antonio? Porque yo lo concibo como un libro sobre ti, sobre tu vida, tu barrio de San José, tus amigos, y por supuesto sobre Antonio.

Sergio M.- Es algo mucho más complejo, es una mirada narrativa por lo que no puede tener un sentido unívoco. Tiene que ser el lector a partir de la narración, quien decida qué es este libro. Por lo tanto no tiene intención de ser un homenaje, ni un ajuste de cuentas, sino todo lo contrario. Es intentar ajustar mi mirada a la de Antonio, mostrar lo que percibía de él y lo que yo creo que era, ni con ánimo de homenaje ni con ánimo de agravio. 

M.G.- ¿Pero se puede entender tu libro como una novela?

S.M.- Sí, ¿por qué no?

M.G.- Es que me da la sensación de que va más allá. Tengo la impresión de que este libro lo escribes más para ti que para los lectores.

S.M.- No, en absoluto. Si fuera así esta novela sería muy crítica. Yo únicamente sé escribir para los lectores porque creo que la literatura solo tiene sentido en la dimensión comunicativa. Otra cosa es que los lectores conecten o no, que se sientan cómplices o no, pero sí que tiene un ánimo de conversar con el lector.




M.G.- Yo he conectado muchísimo con la historia aunque tenga esa sensación. Te diré que tu novela me ha abstraído totalmente de mi realidad. Es más, te diría que tu libro ha sido como un libro-guía, un libro-brújula, una de esas narraciones que te conducen a otros rincones, al blog de Antonio, al último post en su Facebook, pero ¿qué crees tú que Antonio pensaría del libro que has escrito?

S.M.- No creo que le sorprendiera en absoluto porque lo teníamos muy hablado. Él llegó a leer solamente algún fragmento porque no le dio tiempo a más. De todos modos él sabía perfectamente lo que pensaba, conocía muy bien mi obra, conocía mis intenciones literarias, así que no creo que le hubiera sorprendido. Estaba encantado porque él consideraba un honor aparecer en un libro mío. No hubiera habido el menor problema ni siquiera en las partes en las que no estuviéramos de acuerdo. No teníamos que estar de acuerdo para querernos.

M.G.- Aparte de Antonio, también hablas de tu juventud en ese barrio de San José. He disfrutado con tu retrato de esos años, con el de los jóvenes de entonces. ¿No te parecían más arriesgados, más maduros, con más principios que los de ahora?

S.M.- ¿Tú crees?

M.G.- Pues sí.

S.M.- Pues yo pienso totalmente lo contrario. Creo que éramos unos cafres.

M.G.- Pero eso no quiere decir nada. Se puede ser un cafre y tener más los pies en la tierra.

S.M.- Los chavales son mucho mejores ahora. Estoy convencido porque creo en el avance civilizatorio. Soy muy de la secta de Steven Pinker, que habla de un optimismo positivista. Él cree, y lo argumenta en sus libros con datos, que hay un avance civilizatorio y se advierte en la reducción de la violencia en el mundo. Cada vez vivimos en un mundo menos violento y él lo demuestra con datos de homicidios, de guerras,... Creo de verdad que la generación actual es más empática, le preocupan más cosas que a nosotros nos daba igual y sobre todo tienen mucho más en cuenta al otro. Yo no comulgo con esa visión apocalíptica del adolescente encerrado en su habitación, egoísta con todo el mundo,... Definitivamente creo que son mejores que nosotros.

M.G.- Me alegra saber que pienses así porque yo lo veo todo mucho más oscuro. Yo recuerdo que, en mi época, sabíamos lo que queríamos, teníamos las ideas más claras.

S.M.- Pero eso no es necesariamente bueno. La duda es un signo de civilización e inteligencia. En este libro hay unos adolescentes que están relativamente politizados y no son representativos de toda la adolescencia. Y están politizados no porque hayan tenido una conciencia y hayan leído mucho sino por contagio ambiental, lo cual es una politización muy burra. Podrán tener unos valores pero los tienen porque los han abocado a ello y no han meditado por su cuenta. Esto además les lleva a ser muy poco empáticos, a ser condescendientes con la violencia. Sin embargo, ahora tenemos un discurso mucho más severo con la violencia. No la romantizamos como hacíamos nosotros.

M.G.- No sé... Lo mismo he idealizado mucho mi época. En cualquier caso, y siguiendo con el libro, nos haces ver que como Antonio había y hay pocos profesores. ¿Qué cualidades tenía como persona y como profesor para hacerlo tan singular?


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S.M.- Fundamentalmente lo que tenía era algo muy generacional y que sus alumnos entendíamos a medias. Poseía una obsesión anti-autoritaria muy acusada. Lo que nos enseñaba siempre era a cuestionar la autoridad y a rebelarnos contra ella si la considerábamos injusta. Nos ponía ejercicios que nos desconcertaban. Por ejemplo, llegaba un día y decía que tenía que suspender a tres alumnos de la clase pero que él no lo iba a decidir, que lo decidiéramos nosotros. Hacía cosas de este tipo constantemente. O por ejemplo si un día dos alumnos llegaban tarde, decía que solo podía entrar uno y el otro se tendría que quedar fuera y le pondrían falta pero nos obligaba a que fuéramos nosotros quienes decidierámos quién entraba y quién se quedaba fuera. Siempre igual. Ir contra la autoridad establecida era su obsesión, por ser una persona educada en el franquismo, de una familia muy autoritaria, muy religiosa... Nosotros no lo entendíamos porque no habíamos vivido con una autoridad tan asfixiante como la suya. No teníamos esa necesidad tan poderosa de estar rebelándonos constantemente contra lo que nos decía la autoridad. Todo eso es lo que lo hacía singular, la forma de ponernos delante de los dilemas, de obligarnos a tomar partido siempre y eso no estaba en los planes educativos. Además era muy divertido. Se saltaba a la torera toda la programación.

Luego, el tiempo le ha dado la razón porque ha habido un montón de alumnos suyos que se han sentido profundamente marcados y que han desarrollado importantes vocaciones. Hay escritores, bailarines, filósofos,... Un montón de gente que pasó por las aulas de Antonio lo recuerdan profundamente, en cambio no recuerdan otras cosas. Todos recordamos ese educar con la emoción que él tenía.

lunes, 25 de septiembre de 2017

CAMPANAS DE DUELO de Fernando de Artacho.


  Editorial: Algaida.
Fecha publicación: noviembre, 2016
 Precio:  20,00 €
Género: Ficción histórica.
Nª Páginas: 456
Edición: Tapa dura
ISBN: 978-84-9067-699-8
[Disponible en eBook;
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Autor

Fernando de Artacho nació en Sevilla. Es doctor en Historia y licenciado en Derecho por la Universidad Hispalense, abogado de su Ilustre Colegio, y cursó estudios de doctorado en Historia en la citada institución. También ha realizado estudios de Ciencias Políticas y  Sociales en España y Portugal. Es Diplomado en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 

Asiduo colaborador en revistas especializadas y medios de comunicación escritos, ha publicado más de una treintena de libros, entre los que destacan Manuscrito sevillano, Los Caballeros Veinticuatro del Puerto de Santa María, Padrón de Nobles e Hijosdalgos de la ciudad de Sevilla en el siglo XVIII, Estudio de las Reglas de la Primitiva Archicofradía de la Coronación de Espinas de 1567 o La Nobleza sevillana a través del Privilegio de Oratorios; posteriormente ha publicado un ensayo titulado Los otros Alba

Es presidente de la Academia Andaluza de la Historia, de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, de la Real Academia Belgo-Española de la Historia y de la Real Academia de la Mar, entre otras varias academias instituciones españolas y extranjeras.

Desde hace algunos años alterna la labor investigadora con la divulgación histórica, en novelas como Hija de la Iglesia (2004), Las dos verdades (2005), El enigma de la Santa Espina (Finalista del Premio Novela Ateneo de Sevilla), La gubia del alumbrado (I Premio Ateneo de Sevilla de Novela Histórica), El trono y el altar, Narraciones y Leyendas y el almirante Mediohombre. 

Sinopsis

En la noche del 15 de mayo de 1570, coincidiendo con la visita a Sevilla del rey Felipe II, las campanas de la iglesia de la O, en Triana, comienzan a doblar misteriosamente a muerto, con el toque específico que proclama el fallecimiento del rey. 

Por mandato del Cardenal se encarga una nueva cerradura cuya llave deberá colgársela el párroco al cuello y no quitársela ni para dormir. Pero en las noches siguientes se repite el mismo toque fúnebre, incluso a pesar del retén de vigilancia apostado en la iglesia. La clave de tan singular suceso parece residir en Antón González, campanero de la parroquia, a quien la malicia y las mentiras habrían conducido a la hoguera de la Inquisición casi setenta años antes. 

Don Lope de Céspedes y el caballero Rodrigo de Alvarado se harán cargo de revisar el proceso inquisitorial contra el desventurado campanero. Y a partir de ese momento, como si se hubieran abierto las puertas del infierno, una serie de extraños sucesos sacudirá la ciudad.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Sin ser lectora fervorosa de novela histórica, siempre me siento atraída por los nuevos trabajos que Fernando de Artacho va publicando, especialmente si cuenta con una mezcla de otros géneros. En esta ocasión, el autor nos trae una nueva propuesta que viene envestida por una cubierta en la que se anuncia un apasionante thriller histórico y una sinopsis que nos habla de un misterioso repicar de campanas en una iglesia sevillana, concretamente la parroquia de la O, en Triana, un templo que se sitúa a escasos metros de mi casa y por cuya puerta paso muy a menudo.

La cosa no podía pintar mejor, así que me dispuse a preparar la mesa, con sus viandas y su buen vino, para devorar esta novela que, continuando con el símil culinario, proponía un sugerente menú teniendo como primer plato el misterioso toque fúnebre de las campanas de mi vecina iglesia, coincidiendo con la visita a Sevilla del rey Felipe II en el mes de mayo de 1570. Los toques a muerte se repetirán en las noches siguientes, siempre de la misma forma pero sin un origen conocido, pues el campanero asegura que no son obra suya. Entonces, ¿quién hace sonar las campañas? ¿Qué anuncian?

Con estos mimbres, desde el comienzo de la novela es inevitable que los lectores se sientan atraídos y quedemos enganchados a la historia desde su primera página. Sin duda, la trama me ha parecido inquietante y original, así como el contexto histórico que abarca el reinado de Felipe II, con la Inquisición desplegando sus redes por toda la sociedad de la época. Y es que pronto el Santo Oficio cobrará gran protagonismo en la novela. 

Sería justo destacar el amplio trabajo de documentación que ha realizado Fernando de Artacho. Es algo a lo que nos tiene acostumbrados y en esta ocasión no iba a ser menos. No se trata solo de la profundidad y la rigurosidad con la que nos demuestra los procedimientos del Santo Oficio, sino también el reflejo y los detalles de la época en la que se enclava la trama. Y centrándonos en la Inquisición, no cabe duda de que fue una época convulsa. Se respiraba el miedo a ser denunciado falsamente, ya fuera por envidia, celos o cualquier otra artimaña que acabara con el denunciado ante un tribunal de la Inquisición. Había que demostrar la inocencia enclaustrado en lúgubre sótano, soportando el hambre, la sed e inimaginables torturas. Todo esto ocurría en el Castillo de San Jorge, sede del temido tribunal en Sevilla- muy cerca de la parroquia de la O y por ende, muy cerca de mi casa. Los autos de fe tenían lugar en la plaza de San Francisco y aunque al pensar en ellos y en el Santo Oficio nos imaginamos que todo era fruto de tremendas injusticias, la novela nos demuestra que eran procesos de lo más garantistas en su época y un modelo de ejercer el Derecho, algo con lo que yo no contaba y que me ha hecho  pensar cómo serían el resto de juicios a los que te podías ver enfrentado. 

Pero si podía ser relativamente fácil verse envuelto en serios problemas por una falsa denuncia, más difícil era sin duda que un veredicto erróneo pudiera ser revocado y corregido, devolviendo su integridad y el buen nombre al condenado, hubiera fallecido ya o no. Sin destripar nada de la novela, a través de sus páginas nos podremos hacer una buena idea de ello.

De igual modo, Fernando de Artacho dibuja un certero reflejo de la sociedad de la época, retratando costumbres, los distintos gremios existentes, los protocolos y la facilidad con la que se podían adquirir nuevos apellidos que dieran lustre al linaje y poder así escalar en la sociedad sevillana, –aplicando al pie de la letra el “Dadme doblones y os daré blasones”-. Es este un punto más a favor de la novela pues el lector se siente habitante del siglo XVI, paseando por las calles sevillanas. Entre todas esas costumbres retratadas, el autor rescata una que me resulta peculiar y que aún llega a nuestros días. Se trata de la procesión de Impedidos y Enfermos de la citada parroquia de la O, una procesión que pretende llevar la Comunión a aquellas personas que, por incapacidad o enfermedad, no pueden acudir a la iglesia. Así, cada año, en uno de los domingos del mes de mayo, se cuela a través de las ventanas de mi casa, bien temprano, el tintinear de una campanita que anuncia la llegada de la procesión y sus discurrir bajo mis balcones.