Isabel San Sebastián (Chile, 1959) es periodista todoterreno. Ha trabajado en prensa (ABC, El Mundo), radio (Cadena SER, Onda Cero, RNE, Cope, ABC Punto Radio) y television (TVE, Antena 3, Telecinco, Telemadrid y 13TV), actividades a las que roba tiempo para dedicarse a su pasión: escribir. Autora de diversos ensayos, ha publicado en La Esfera de los Libros La visigoda (2007, Premio Ciudad de Cartagena), Astur (2008) e Imperator (2010). Sus dos últimas novelas, Un reino lejano (2012) y La mujer del diplomático (2014), se han publicado en Plaza & Janés. Todas ellas han gozado de gran éxito y superan los 300.000 ejemplares vendidos.
La dignidad de un hombre se mide
por cómo hace frente a la muerte.
Un valiosos Greco del que no se tenía noticias sale a subasta en Nueva York. Carolina Valdés, sofisticada marchante de arte, recibe en su hotel la visita de Phillip, un rudo taxista de Brooklyn, quien la embarca en una peligrosa aventura destinada a demostrar que el cuadro, robado por los nazis a su familia, le pertenece. Arranca así una investigación trepidante que llevará a la extraña pareja desde la Budapest del Holocausto, donde el diplomático español Ángel Sanz Briz salvó a millares de judíos, hasta el Madrid de la Segunda Guerra Mundial, repleto de alemanes, con el salón de té Embassy convertido en epicentro del espionaje internacional.
Juntos hará frente a terribles secretos del pasado, mientras va creciendo entre ellos una intimidad capaz de vencer sus ancestrales prejuicios.
Acción, intriga, romance e historia en la novela más vibrante de Isabel San Sebastián.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Sé que el retraso comienza a ser mayúsculo pero no hay más días en el calendario. Aún me quedan unas cuantas entrevistas que publicar de aquellos días en los que se celebró la Feria del Libro de Sevilla este año. Prácticamente en los albores, recibimos la visita de Isabel San Sebastián que venía a presentarnos su última novela, Lo último que verán tus ojos, editada por Plaza & Janés. Su anterior publicación, La mujer del diplomático, me gustó muchísimo y conversar con la autora sobre el mundo de la diplomacia fue una experiencia.
Isabel San Sebastián cambia de rumbo con esta novela y saca a relucir la figura de Ángel Sanz Briz, al que yo ya conocía por el libro de Arcadi Espada, En nombre de Franco. Confieso que tengo pasión por Briz, después de haber leído lo que hizo y de haber seguido investigando sobre su persona. Me parece que una proeza como la suya merece un reconocimiento que no ha alcanzado las cotas que debería.
Aunque en las fechas en las que San Sebastián visitó Sevilla, aún no me había podido leer esta última novela, no dudé un momento en aprovechar la ocasión para sentarme con ella y que me descubriera más detalles de este thriller histórico del que espero poder hablaros muy pronto. Esto es lo que Isabel San Sebastián nos contó.
Marisa G.- Lo último que verán tus ojos se publica en otoño de 2016. ¿Por qué hemos tardado tanto en tener a Isabel San Sebastián por Sevilla?
Isabel S.S.- Ah, pues eso preguntadle a la editorial (risas). He hecho mucha promoción por muchas ciudades pero una llega hasta donde llega. De todos modos, desde que organizamos la ruta de promoción ya pensamos en que vendría a la Feria del Libro de Sevilla, por eso, hasta ahora no he aparecido por aquí.
M.G.- Hemos oído hablar mucho de tu libro todo este tiempo y te esperábamos como agua de mayo.
I.S.S.- Yo siempre vengo feliz a Sevilla. Más vale tarde que nunca.
M.G.- Eso es verdad. Bueno, Isabel, en primer lugar me gustaría saber cómo se te ocurre esta novela.
I.S.S.- Pues se me ocurre a través de Ángel Sanz Briz. Él fue el elemento inspirador de esta novela. Briz era un diplomático al que yo no conocía, a pesar de ser hija de diplomático. Es más, cuando mi padre era cónsul de España en Milán, Sanz Briz era embajador en la Santa Sede. Mi padre y él se conocieron por entonces pero yo no supe de su historia hasta hace poco y fue por puro azar, por una exposición que hubo en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Entonces supe de la vida de este hombre y de la de otros diplomáticos españoles, que como él salvaron a muchos judíos durante la II Guerra Mundial. Me pareció que merecía mucho la pena construir una historia a partir de este personaje.
De todos modos, tampoco quería hacer una novela al uso sobre la vida de Ángel Sainz Briz, a pesar de que es una historia preciosa, pero no daba tanto de sí como para escribir una novela. Pero luego salió la noticia de la aparición del botín de Gurlitt en Suiza, los expolios nazis, y todo eso me dio ciertas ideas con las que entretejer una novela mezclando realidad histórica, realidad contemporáneo, y ficción.
M.G.- No deja de ser paradójico que Ángel Sanz Briz salvara de una muerte segura a muchísimos judíos y por otro lado España acogiera a los nazis.
I.S.S.- Bueno España no, el gobierno. Las naciones nunca deben identificarse con sus gobernantes porque todas serían infumables. Las naciones deben estar por encima de sus gobernantes.
M.G.- En cualquier caso, yo sí conocía la figura de este diplomático a través del libro que publicó en su día Arcadi Espada. De ahí pasé a la película, El ángel de Budapest, que me gustó mucho. Luego creo que hicieron hasta una serie. No estoy segura.
I.S.S.- Efectivamente se hizo una película que pasó con muy poca gloria. Y es una película que no está mal, que se hizo con muy pocos medios, como se hace todo en España. Ojalá Spielberg hubiera cogido esta historia y hubiera hecho algo así como La lista de Schindler. Habría sido la bomba.
M.G.- Pues a raíz del libro de Arcadi y de la película, empecé a indagar más sobre la figura de Sanz Briz. Busqué mucha más información y me sorprendió llegar a algún artículo de opinión, o algún comentario que leí por ahí, en el que se criticaba lo que había hecho este hombre porque alegaban que le movieron intereses personales. No recuerdo dónde lo leí pero sí me acuerdo perfectamente que me quedé un poco perpleja.
I.S.S.- ¿Perdón? Me parece absolutamente infame. Ángel Sanz Briz no tenía ningún tipo de interés personal en lo que hizo. Él llegó a Budapest y muy pronto se quedó sin embajador. A Miguel Ángel Muguiro lo expulsaron precisamente por denunciar las leyes raciales que estaba aprobando el gobierno húngaro y lo que estaban haciendo con los judíos. Fue entonces cuando Briz, con 34 años, queda al cargo. Era el comienzo de su carrera diplomática y decidió ayudar a todos los judíos que pudiera a través de visados.
A Briz le dieron permiso para dar 300 visados a judíos de origen sefardí, acogiéndose a una ley que se había aprobado en tiempos de Primo de Rivera y él multiplicó esos 300 visados hasta más de 3000 por el procedimiento de poner 1A, 1B, 1C,... Emitió visados a familias completas y no solo a personas individuales y además de eso abrió 9 pisos en los que dio refugio a centenares de judíos no sefardíes, también metió a gente en los locales de la Legación española, en los sótanos y en las buhardillas de las embajadas,... Todo esto lo hizo únicamente por humanidad. Y ya al final de la guerra, cuando los rusos estaban muy cerca y a punto de entrar, se marchó a Viena para volver a España porque de otro modo, los rusos lo hubieran matado por ser representante de un gobierno fascista, aunque España no participara en la guerra. Y al marcharse, dejó allí a Perlasca, a quien Arcadi critica mucho, que fue quien mantuvo esos pisos abiertos hasta que terminó la guerra formalmente.
En el año 66, el gobierno de Israel otorgó a Briz el reconocimiento de Justo entre las Naciones precisamente por lo que había hecho, de lo cual no presumió nunca ni se vanaglorió nunca. Simplemente, y una vez que abandonó Budapest, escribió una carta a Perlasca diciéndole que si alguien le pedía cuentas por haber metido a gente en la embajada que dijera que el único responsable era él mismo y que lo había hecho por iniciativa propia y sin permiso de Madrid. Él se hizo responsable pero para asumir la culpa nunca para ponerse medallas.
Y sobre ese reconocimiento que le dio el gobierno de Israel, te diré que Franco le prohibió aceptarlo e ir a recogerlo y se murió sin haberlo podido recoger. Briz jamás obtuvo el mejor beneficio, ni siquiera alardeó en vida y por eso se ha tardado tanto en reconocer su labor. No sé quién se habrá descolgado con semejante infamia pero es falso totalmente.
M.G.- Efectivamente, poca gente lo conoce pero sí conocemos a Oskar Schindler.
I.S.S.- Eso es mérito de la cinematografía y de Spielberg. De todos modos España es especialista en denostar a sus héroes, en apedrearlos, en minimizarlos y en agigantar a nuestros villanos. No sé si será por la envidia, por incultura o por cicatería pero desde luego somos un país especialista en esto. A mí me parece que los héroes merecen ser reconocidos.
El mundo está lleno de buenas personas. Hay mucha más buena gente que mala gente pero también hay muy pocas personas valientes y a las personas que son valientes hay que premiarlas y hay que honrarlas, a ser posible en vida. Ángel Sanz Briz ya no vive pero sí sus hijos y ellos me han agradecido mucho esta novela.
M.G.- Creo que has podido contar con la colaboración de la familia, ¿verdad?
I.S.S.- Sí, efectivamente, a la hora de consultar archivos y documentación. Viven sus hijos, viven sus nietos y me lo han agradecido mucho. Ellos están muy orgullosos de su padre y de su abuelo, como es lógico y natural. Pero vamos que a los héroes habría que honrarles en vida. Sería mucho más justo.
M.G.- No es una biografía, es un thriller histórico en el que surgen muchos otros elementos, como un cuadro ficticio de El Greco que fue robado durante el expolio nazi y luego subastado en nuestros tiempos. Me llama mucho la atención que el personaje que reclama la titularidad del cuadro sea un taxista de Brooklyn y luego la relación que mantiene con la marchante de arte, con Carolina. Son muy dispares estos personajes.
I.S.S.- Es un tándem muy curioso, sí. Me lo he pasado muy bien relatando las aventuras y desventuras de esta pareja porque son como la noche y el día. Él es un taxista de Brooklyn, un tipo muy rudo, muy hosco, muy mal educado, muy mujeriego e inestable, con muy mal genio pero muy atractivo y muy guapo. Y ella es una marchante de arte con un título nobiliario, con mucho dinero, con un piso en la mejor zona de Madrid, muy culta y muy refinada que está acostumbrada a tratar con la élite cultural y social y se encuentra con este personaje con el que comparte mucha química y algunos valores esenciales, por ejemplo, el sentido de la justicia o de la lealtad y la necesidad de ayudar a los más débiles. A partir de ahí se teje esa relación tormentosa y complicada entre ellos. La pregunta es: Al final, ¿qué puede más, la química y los valores o los prejuicios y las circunstancias sociales?
M.G.- Bueno a esa pregunta encontraremos la respuesta al leer la novela, una novela que comienza con un preludio que nos lleva hacia atrás en el tiempo, hasta el momento en que se roba el cuadro, con ese personaje de la SS que se llama Kaltmann de apellido. Si se ha estudiado alemán, ese apellido no pasa desapercibido.
I.S.S.- Kaltmann significa hombre frío, sí. Pero luego cambiará de nombre y se pondrá malvado, böse en alemán. Quería jugar un poco con los apellidos pero es que este oficial alemán es precisamente eso, un hombre frío. Muchas veces pensamos que el mal es manifiesto, es violento, sanguinario, iracundo, pero el mal auténticamente perverso es el frío. Las personas malvadas no gritan, no se recrean apuñalando a nadie, las personas verdaderamente malvadas suelen ser gente metódicas, organizadas,frías e implacables. De ahí el retrato que hago de este personaje y también el nombre. El mal es frío.
No sé si habéis tenido la ocasión de ver el retrato del asesino de Gregorio Ordoñez y de tantas otras personas. La mirada de Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, es justamente la mirada de Kaltmann. Es un tipo serio, frío, con una mirada gélida absolutamente impenetrable.
M.G.- Ese oficial es tremendamente escalofriante.
Pero Isabel, además de contar con la colaboración de la familia de Sanz Briz para esta novela, creo que también has tenido la oportunidad hablar con algún superviviente, ¿no es así?
I.S.S.- Así es. Hay un personaje que aparece en la novela, Simon Berent, que en realidad es un superviviente con el que tuve la oportunidad de entrevistarme en Budapest. De niño sobrevivió en uno de los pisos protegidos por Briz, por la Legación española. En este caso, sí era el prestigio de España y la bandera de España la que servía de escudo a esas personas en la Budapest ocupada por los nazis.
M.G.- ¿Y cómo recuerda este superviviente esos años?
I.S.S.- Lo recordaba con mucha lucidez y claridad. Me dijo muchas cosas que me dejaron muy marcada y que recojo en la novela. Por ejemplo, cuando le pregunté por qué la mayor parte de la sociedad húngara o europea no reaccionaron, me respondió que porque las personas siguen lo que dicen las instituciones. Si el Parlamento aprobó esas leyes y el gobierno las acató, al final era lógico que las masas siguieran el camino marcado. Son las instituciones la que tienen que impedir que pasen ciertas cosas.
También me marcó mucho cuando le pregunté cómo se sobrevive al odio y no voy a decirte lo que me contestó porque está en la novela.
Era un hombre enormemente lúcido, muy mayor pero con una cabeza perfectamente amueblada y muy iluminada y que tenía una experiencia verdaderamente apasionante. Él sobrevivió junto con sus abuelos y sus hermanas en ese piso gracias a una bolsa de alubias que consiguieron salvar cuando los sacaron de su casa.
M.G.- La novela nos permite hacer un viaje por diferentes ciudades. Vamos a pasear por Nueva York, Madrid, Budapest, Toledo,... ¿Qué protagonismo tienen cada una de ellas?
I.S.S.- Tienen mucho protagonismo porque a mí me parece que una novela es una máquina del tiempo en la que yo me embarco antes de escribirla. Para mí es fundamental que los espacios en los que transcurre la acción sean reales, que el lector pueda sentir el frío o la penumbra de las calles de Budapest, o el calor de Toledo. El lector debe transitar por esos escenarios para creerse la historia.
M.G.- Y hablando de otra cosa, la dedicatoria es muy potente. No es tan fácil encontrar una persona que cumpla todos estos requisitos.
I.S.S.- No pero es muy necesario. Era muy necesario en el año 44 y sigue siendo muy necesario hoy en día porque, como digo, hay muchas buenas personas pero hay muy pocas personas valientes. Ante determinadas situaciones de abuso, ya sean pequeños o grandes, hacen falta personas que no se callen, que no se dejen intimidar, que no se vendan, que no se dejen comprar, que no cedan a lo más cómodo, que denuncien, que levanten la voz... Estoy pensando en muchos periodistas.
M.G.- Vuestra profesión sabe mucho de eso. Y ya pare terminar, sé que no se debe preguntar a un autor por su próximo trabajo cuando está de promoción pero, es que he leído que ya estás trabajando en la próxima novela y esta vez nos vuelves a llevar a las tierras del norte de España.
I.S.S.- Sí, sí, a las tierras del norte y a mis orígenes, a la Edad Media. Me vuelvo a mis brumas medievales.
M.G.- Es una época que te apasiona.
I.S.S.- Así es. Es mi época refugio que conozco muy bien, donde me muevo como pez en el agua. Me parece una época muy evocadora, llena de mucho simbolismo que me da mucho juego literario. Y creo que a mis lectores les gustan también estos libros. Estoy segura de que el próximo les va a sorprender.
M.G.- Pues lo esperaremos y te esperaremos también a ti, pero bien prontito, en cuanto publiques (risas).
I.S.S.- (Risas) Eso está hecho. Ya les diré a los de Random que la próxima promoción tengo que venir cuanto antes por aquí.
M.G.- Pues aquí estaremos Isabel. Muchas gracias por todo.
I.S.S.- Gracias a vosotros.
Y así transcurrió la entrevista con la periodista y escritora Isabel San Sebastián. Y ya mismo os cuento qué me pareció a mí su novela. Os adelanto que son muchos los lectores que han disfrutado mucho de Lo último que verán tus ojos.
Y así transcurrió la entrevista con la periodista y escritora Isabel San Sebastián. Y ya mismo os cuento qué me pareció a mí su novela. Os adelanto que son muchos los lectores que han disfrutado mucho de Lo último que verán tus ojos.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Una entrevista fantástica, como siempre. Si me vas a picar con esta novela...
ResponderEliminarBesotes!!!
Me ha encantado la entrevista. Aunque con el libro no me veo ahora mismo.
ResponderEliminarEstupenda y completa entrevista. Tengo pendiente este libro en la estantería. A ver cuando gano algo de tiempo, jajaja
ResponderEliminarBs.
Gracias por la entrevista. La novela la tengo pendiente, a ver si la leo.
ResponderEliminarBesos