Rafael Ábalos (Archidona, Málaga, 1956) es abogado de profesión. Durante su dilatada carrera como escritor de literatura juvenil ha publicado las siguientes novelas: Bufo soñador en la galaxia de la tristeza (Debate, 2000), El visitante del laberinto (Debate, 2001), Grimpow, el camino invisible (Montena, 2005), Kôt (Montena, 2007), Grimpow y la bruja de la estirpe (Montena, 2009), Poliedrum (Viceversa, 2009) y La canción del héroe (Viceversa, 2010).
Con Grimpow vendió más de 150.000 ejemplares y la obra fue traducida a veinticinco idiomas. Con ella, ganó en 2005 el premio de narrativa El Público, otorgado por la radiotelevisión de Andalucía, fue Libro Juvenil del Año 2007 en Holanda y recibió el premio Libro Notable del 2008, de la International Reading Association Children's Book Award de Estados Unidos. Con Poliedrum ganó la primera edición del premio de literatura juvenil As de Picas en 2009, convocado por PlayStation España. También en 2009, Grimpow fue incluido en la selección histórica de los 1001 libros infantiles que hay que leer para crecer. En noviembre de 2016, la editorial holandesa De Fontain reeditó Grimpow en su colección Golden Classic (Clásicos de Oro).
El péndulo (Plaza & Janés, 2011) fue su primera novela para adultos.
Todas guardamos un mismo secreto,
pero está prohibido hablar de él.
En Leipzig, Alemania, los cadáveres de cinco chicas desnudas han sido hallados en mitad de la noche a los pies del monumento a la Batalla de las Naciones, bajo las colosales estatuas de piedra conocidas como Totenwächter, los «Guardianes de la Muerte». Todo apunta a un asesinato ritual, el crimen más extraño al que Klaus Bauman, veterano inspector de la Policía Estatal, se ha enfrentado a lo largo de su carrera.
Mientra tanto, Susana Olmos, una estudiante española de Erasmus recién llegada a la ciudad, conoce a Bruno, un joven y fascinante profesor del Conservatorio de Música. De un modo inesperado, Susana se sumerge en los ambientes más desconocidos y misteriosos de Leipzig y Berlin relacionados con el arte erótico y el resurgir del nazismo en Europa.
La investigación del inspector Bauman y la entrada de Susana en un mundo de sexo, drogas, fanatismo y muerte confluirán de forna sorprendente en un desenlace del que ninguno de los protagonistas saldrá indemne.
Un escalofriante thriller policíaco con tintes históricos, repleto de intriga y acción, que refleja el macabro descenso a los rincones más oscuros del alma.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
************************************
La semana pasada nos visitó Rafael Ábalos. Venía con su nueva novela, Las brumas del miedo, casi sacada del horno. En mi caso, era la primera vez que leía algo de este autor malagueño, al que muchos ya conocen por sus novelas de corte juvenil. Confieso que Las brumas del miedo me pareció un título más que sugerente, bajo el cual su autor nos planteaba un argumento en el que se combinan diversos elementos muy atractivos. Extrañas muertes, un grupo de chicas que se hacen llamar Las damas de la Luna Negra, rituales ancestrales, un peculiar edificio, y una escena del crimen de lo más llamativo. Con estos mimbres me adentré en la lectura de esta novela que se ramifica en tres vertientes, con un elenco de personajes amplio y variado. De mis impresiones os daré debida cuenta más pronto que tarde pero, para que os hagáis una idea de lo que os vais a encontrar entre las páginas de este libro, aquí os dejo la entrevista que le realizamos al autor hace unos días, con un consejo, no dejéis de ver el vídeo que he dejado al final. Se trata de un fragmento de la presentación dramatizada que el autor realizó en Fuengirola, prácticamente toda una obra de teatro que podéis ver en su totalidad en el muro de Facebook del autor. Me pareció espectacular.
Esto es lo que Rafael Ábalos nos contó.
Marisa G.- Rafael, viendo su trayectoria he notado que sus inicios fueron con la literatura juvenil, un género en el que usted tiene muchos títulos. ¿Por qué decantarse por los más jóvenes en vez de por los adultos?
Rafael A.- Porque fui un gran lector juvenil y siempre me he sentido muy adolescente a pesar de la edad. Aquellos años me dejaron una huella imborrable. Cuando descubrí que podía imaginar historias empecé a pasármelo de maravilla porque los personajes adquirían vida y las historias afloraban solas. Así, volvió a resurgir ese niño, ese joven que le dijo al adulto que, si me iba a poner a contar historias, que por lo menos fueran aquellas en las que ese joven tuviera algo que ver. Me pareció muy interesante establecer un diálogo entre mi yo adulto y mi yo joven, de manera que, en mis historias juveniles, aunque no lo parezca, muchos lectores adultos se ven reflejados y las disfrutan.
Además, también hay una presencia disimulada de la madurez que ya tengo como persona en esas historias, donde el joven puede disfrutar de las aventuras y el adulto puede mostrar aspectos de la vida que le son interesantes.
M.G.- Pues ha tenido usted mucho reconocimiento dentro de la novela juvenil. Grimpow es una novela que le ha regalado muchas satisfacciones, ¿verdad?
R.A.- Sí. Grimpow fue una maravilla. Y Kôt también aunque fue más conocida en otros países que aquí. Grimpow era un personaje muy entrañable, con valores muy universales, que busca el conocimiento o la esencia del ser humano. Tenía muchos aspectos que eran conmovedores y estuvo en primera línea en muchos países durante bastante tiempo.
M.G.- Y el hecho de que usted haya pasado a la novela adulto, ¿implica que haya abandonado la juvenil?
R.A.- No, lo que pasa es que ahora he dejado bastante colgado al chaval, a mí yo joven. Hubo un momento, tras escribir siete novelas juveniles, que me apetecía cambiar de registro y le dije al niño que me dejara un poco tranquilo. Así surgió la idea de El péndulo, a partir de una visita a las Naciones Unidas en Nueva York y un encuentro con estudiantes de allí. Resulta curioso que todas mis novelas están vinculadas a un lugar que a mí me parece sugerente, del que puedo pensar que puede haber detrás una historia interesante y distinta a su historia real. Me planteé qué se esconde detrás del péndulo de Naciones Unidas y encontré una historia que tenía mucho que ver con el alcance que estaba adquiriendo los movimientos de supremacía blanca que por entonces estaban muy ocultos y ahora han aflorado con estas elecciones. Por eso se dice en la cubierta del libro lo que se dice.
M.G.- Sí, lo he leído. ¿Premonitoria, entonces?
R.A.- Sí, sí, porque en ella estaba presente la idea que al final Obama desaparecería y llegarían otros tiempos muy diferentes.
M.G.- Y llega usted ahora con Las brumas del miedo, un título que como poco, no deja de ser intrigante.
R.A.- No tenía claro desde el principio que ese fuera a ser el título, algo extraño porque, en todas mis novelas, siempre he tenido clarísimo el título desde el principio. Sin embargo, con esta novela, como tiene tantos elementos, tanta diversidad temática y con tramas tan diferentes que luego tenían que confluir, hasta el final y terminada la novela no encontré el título. No obstante, lo tenía delante de mí, escrito en una de las frases que dice uno de los personajes, Luna Negra. Las brumas del miedo son aquellas nos envuelven a nivel individual y a nivel colectivo.
Yo no soy catastrofista ni apocalíptico pero sí creo que estamos viviendo una época de involución en la que vislumbramos un futuro que puede ser inquietante. De todos modos esto es una obra de ficción que intenta entretener pero eso no quita que la novela no contenga serias e importantes reflexiones.
M.G.- Cuando uno coge este libro y lo abre, resulta muy llamativo encontrarse con un primer capítulo, tan breve, con tan solo un diálogo de unas cuantas líneas en el que no sabemos quiénes son los interlocutores ni en qué situación están. Un buen inicio sin duda.
R.A.- Qué bien que lo comentes porque esa fue una de las cosas que me dijo mi editora de juvenil cuando leyó la primera parte de la novela. Ella me comentó que le había parecido fantástico el inicio con esas únicas frases. A mí me sorprendió porque realmente no dicen nada...
M.G.- Pero lo dicen todo. O al menos, sí son una importante puerta hacia el misterio.
R.A.- En realidad yo no valoro mucho lo que hago aunque sí hablo de ello con un entusiasmo enorme porque lo que hago lo vivo como un lector más, que va descubriendo todo lo que va pasando igual que lo estás descubriendo tú. Yo no lo vivo como alguien que lo tiene todo pensado, que tiene todo el puzle compuesto y se pone escribir. En mi caso no es así, además resulta que yo no tengo sentimiento de escritor. Sin embargo sí me apasiono. Creo que si yo me voy sorprendiendo al escribir, puedo transmitir ese sentimiento al lector a través de la lectura.
M.G.- También hay que saber hacerlo.
R.A.- Sí, es verdad. Admito que puede ser muy complicado hacerlo pero no te puedo decir por qué sale así. Si me atasco, me salgo a fumar un cigarro y le doy vueltas y vueltas,... hasta que la solución llega y el primer sorprendido soy yo.
M.G.- Pues Rafael, estamos ante una novela policíaca. El protagonista principal, Klaus Bauman, investiga la muerte de cinco chicas aparecidas delante de un impresionante edificio en Leipzig, Alemania, con una escenografía muy peculiar. Las chicas han sido colocadas dentro de unos sarcófagos pintados en tres dimensiones y visten lencería erótica pero que también está pintada en sus cuerpos. ¿Cómo se le ocurre esta escena?
R.A.- Después de escribir El péndulo no se me ocurría ninguna idea que a mí me atrajera, a pesar de poner en marcha mi mente. Pero un día salí a fumarme un cigarro a una terraza y de repente, vi en la calle los cinco cadáveres.
M.G.- Se los imaginó usted, claro está.
R.A.- Sí, sí (risas). En ese momento pensé que estamos hartos de ver escenas de crímenes mutilados, quemados, violados, rodeados de símbolos diabólicos pero, ¿y si hay una escena de creación artística, bella y erótica pero donde figure también la muerte Esa fusión entre arte, erotismo y muerte, ese triángulo, esas tres dimensiones, todo eso supone el origen de esa escena. Y una vez que tenía la escena empecé a pensar, vale pero, ¿dónde coloco los cadáveres? Entonces, y como las casualidades existen, llamé a mi hermana y le pregunté por una sobrina mía, una estudiante de Erasmus. Yo quería incorporar un personaje joven, una estudiante como mi sobrina. Mi hermana me habló de Leipzig y busqué la ciudad en Google. Entonces, apareció una imagen mostrando los Guardianes de la Muerte, unas figuras que decoran el monumento a la Batalla de las Naciones, y así encontré el lugar donde colocar los cadáveres. Son casualidades mágicas que a mí me han pasado con todas mis novelas. Para mí la literatura tiene una relación directa con lo inexplicable.
M.G.- Parece más bien que no es usted quien va a buscar las historias sino que son las historias las que van a buscarlo a usted.
R.A.- Sí, y por eso han pasado tanto tiempo entre la novela anterior y esta, aunque también es verdad que hemos pasado unos años en los que mi mujer Loli ha estado enferma, tenía leucemia, y fue un momento en el que yo pensé que no volvería a escribir porque una enfermedad de este tipo te destruye prácticamente. Sin embargo, la idea de esta novela me salvó. Fue una novela que escribí en un plazo de seis meses. Me pasaba el día sentado en una butaca orejera con un soporte de Ikea para poner el ordenador, con Loli sentada a mi lado, cuidando de ella, metido en el mundo de esta historia...
M.G.- Me alegro que la literatura le ayudara. Bueno, la investigación policial para descubrir cómo han muertos esas cinco chicas es una de las líneas argumentales pero hay dos más, que corren en paralelo, por lo que en realidad la estructura de la novela tiene su complejidad.
R.A.- Fue algo que ya hice en Kôt, escribir tres tramas trenzadas. Supone un mayor desafío pero en esta novela me pareció muy interesante que por un lado las chicas contaran su propia historia, a través de un chat, con sus propias voces y no hacerlo yo como narrador. De este modo ellas podían transmitir directamente sus vivencias y emociones con lo que el lector podría llegar a simpatizar con ellas o no.Y además me resultó aún más interesante que esos diálogos se desarrollarán no en la Internet que todos conocimos sino en la Deep Web, algo que yo no sabía que existía y que descubrí para esta novela.
Y la tercera trama, la de Susana, una estudiante Erasmus, esa parte la escribí con la intención de que ella conociera a alguien vinculado con las chicas y que fuera descubriendo una verdad distinta a la que descubre la policía.
M.G.- Cuando un autor enfoca una trama con varios hilos argumentales siempre me gusta preguntar si el proceso de escritura de estos hilos ha sido independiente o, al contrario, los ha ido usted llevando a la vez.
R.A.- Yo fui alternando. La coherencia en esta novela surge por la sucesión de los hilos. Si lo llevo a la par, sé lo que tiene que pasar en una parte para que sea coherente con la otra. Para mí es más divertido y nunca sé qué va a ocurrir en el capítulo siguiente. La mayoría de los autores no creen en la espontaneidad y no sé por qué.
M.G.- Eso tiene que ver con ser un autor de brújula o mapa, ¿no?
R.A.- Eso es. Muchos autores necesitan investigar durante tres años, tenerlo todo muy atado antes de ponerse a escribir. En mi caso no porque, además, como hoy tenemos la mejor herramienta, Internet,... Yo voy resolviendo mis dudas sobre la marcha según las necesidades.
M.G.- Y en cuanto al tiempo, también contamos con dos hilos. El chat de las chicas que aparecerán muertas, obviamente se desarrolla antes del momento del hallazgo de los cadáveres pero en ningún momento usted introduce ningún elemento que acote temporalmente la trama.
R.A.- Hay algún dato que refiere la proximidad del tiempo. Se menciona el momento en el que una de las chicas llega a Leipzig, creo que es verano, y luego se hace referencia al otoño. Y efectivamente es el lector el que tiene que ubicar lo que ocurre en cada momento. He pretendido que el lector viviera mi propia experiencia como detective final de la historia, que fuera el investigador real.
Y en cuanto al desenlace te podrá sorprender más o menos pero creo que es una novela que no defrauda al final y no porque sea de artificio sino...
M.G.- ... porque todas las dudas que le han ido surgiendo a lo largo de la lectura quedan resueltas debidamente.
R.A.- Claro. Se trata de sorprender al lector pero a la vez que el lector participe de su propia capacidad. Tú tienes que darle al lector la oportunidad de que comparta contigo la búsqueda de esa verdad.
M.G.- Rafael, la trama gira alrededor de rituales ocultistas que realizaban supuestamente oficiales de la SS, rituales que aparentemente se siguen practicando de la mano de los actuales neonazis. ¿Qué hay de verdad en todo esto?
R.A.- Bueno, en origen esos rituales no eran exactamente los que yo cuento pero sí es verdad que había sociedades ocultistas que celebraban rituales de nombramiento como nuevos caballeros de la SS y en los que se practicaban ritos diabólicos, convocatorias del diablo para obtener poder,... Todo eso está ahí y lo que hago es dar una vuelta de tuerca para incorporar todos esos elementos a una historia que tiene conexión con la escena inicial.
La tesis doctoral que se menciona en la novela, explica la barbarie que podían cometerse por ese tipo de sociedades. Lo curioso es que aparece una mujer, muy brutal. Esto es algo que no se conoce mucho a pesar de que existe documentación, pero hubo mujeres que fueron verdaderas bestias, monstruas, y eso que se les supone una mayor capacidad de compasión.
M.G.- Y de las que se piensa que estuvieron más en segundo plano.
R.A.- Claro, pero hubo algunas mujeres con una capacidad de destrucción tremenda.
M.G.- Y hablando de los personajes, no sé si destacaría usted alguno de todos ellos, ya sea por su personalidad, por la complejidad,...
R.A.- Mi personaje preferido en esta novela es Gustav Lastoon, ese guía de turismo fúnebre que es el que descubre los cadáveres de las chicas. De él no me esperaba nada y me ha sorprendido mucho.
M.G.- Es un personaje muy interesante y con una profesión muy curiosa pero yo tengo otro.
R.A.- ¿Cuál?
M.G.- Pues mire a mí Úrsula Klein me ha parecido un personaje siniestro y precisamente por todo eso que usted comenta de las mujeres. Aparece muy al final pero es un personaje que me ha impresionado, casi me ha dado miedo.
R.A.- Es un personaje con mucha fuerza.
M.G.- Total.
R.A.- Sí, sí,... y en ese sentido estoy muy contento. Es un personaje que está más a la sombra que el personaje mismo porque no tiene una implicación muy directa en la historia.
M.G.- Lo sé pero aún así me inquietó mucho.
R.A.- No te quito la razón. Es que esta novela casi se puede considerar una novela coral, por lo que tú mencionas, porque son muchos los personajes que intervienen. No hay unos protagonistas absolutos aunque Susana es la que tiene una presencia más continua en la novela pero esos otros personajes que van apareciendo después complementan mucho la novela. Por ejemplo, Helga tiene mucha fuerza para mí también, un personaje tan manipulador pero que a la vez es devorada por Úrsula.
M.G.- Es que Úrsula no deja indiferente.
R.A.- Es un personaje muy visual, sí.
M.G.- Y Rafael mencionaba usted antes la Deep Web, ese rincón oscuro que usted ha descubierto a raíz de esta novela. ¿Cómo ha abordado usted esta cuestión?
R.A.- Mira, ahí llegué de casualidad. Me preguntaba dónde estaría la parte oscura de Internet sin saber que existía la Deep Web. En Google hice una búsqueda y empecé a investigar. Con la información que encontré tuve suficiente sin necesidad de entrar ahí, entre otras cosas porque no es nada recomendable, y menos para los que no tenemos ni idea de ese mundo. Los ingenuos podemos salir muy mal parados de ese mundillo.
M.G.- De todos modos se ha tenido usted que documentar bastante porque habla de la encriptación, del programa TOR.
R.A.- Sí pero ahí me quito mérito porque toda esa información está en Internet sin meterte en la Deep Web directamente.
M.G.- Y antes también mencionó usted que Gustav Lastoon es un guía de turismo fúnebre o lo que se viene llamando necroturismo.
R.A.- Para mí esto es algo novedoso también, que no aparecen en las novelas.
M.G.- Bueno, en alguna que he leído ya se menciona el tema pero no es algo que esté a la orden del día. En cualquier caso, existir, existe.
R.A.- Claro que sí, pero me refiero como elemento integrador de una novela. El turismo fúnebre es una forma de ocio. De hecho en Málaga hay unas visitas guiadas que se hacen en el cementerio de los ingleses para apreciar las esculturas maravillosas.
M.G.- Sí, es que en los cementerios hay auténticas obras de arte.
R.A.- Exacto. La muerte está presente en muchos tipos de manifestaciones. En este punto yo quería hacer un crescendo y que el lector no se encontrara abruptamente con el tema, o que recibiera un impacto. Creo que todo está tratado de una forma que lo hace muy asequible para cualquier tipo de lector, salvo alguien muy sensible.
M.G.- No, pero no hay nada escabroso.
R.A.- O por ejemplo, el tema del sexo, esa escena que describo en el Berghain PanoramaBar en Berlin, es que ese lugar existe realmente. Son lugares que son tal que así, como los describo en la novela.
M.G.- Y hablando de lugares, y esto es algo que usted ha comentado antes, en todas sus novelas hay algún lugar emblemático, como una seña de identidad. En este caso, como ya se ha dicho, el monumento a la Batalla de las Naciones. Siempre busca usted relacionar sus historias con algún edificio.
R.A.- Sí, en Grimpow aparecía la catedral de Chartres, como eje esencial. En Poliedrum, el castillo de Edimburgo por el carácter mágico que se le atribuye. El péndulo en Nueva York. Aquí necesitaba un espacio también porque si no tengo espacio no sé qué hacer con la historia.
No he escrito anda que transcurra en España todavía porque no he tenido la idea ni el lugar en donde situar la historia. No soy yo quien elige los lugares, los elige la idea inicial. A mí escribir me produce mucho respeto y por lo tanto hay cosas que no hago, de momento.
No he escrito anda que transcurra en España todavía porque no he tenido la idea ni el lugar en donde situar la historia. No soy yo quien elige los lugares, los elige la idea inicial. A mí escribir me produce mucho respeto y por lo tanto hay cosas que no hago, de momento.
M.G.- Indagando por Internet he visto la presentación que usted preparó en Fuengirola. Absolutamente espectacular. Es que es una obra de teatro.
R.A.- ¿Lo has visto entero?
M.G.- Sí, el vídeo de los 46 minutos (risas).
R.A.- Eso sí que tiene mérito. Esa presentación es una noticia en sí misma porque un tipo de presentación como esa no se hace ni Hollywood. A mí me gusta hacerlas. Fue algo que comencé cuando publiqué Grimpow. Tenía un grupo de amigos y montamos algo en el Palacio de la Paz de Fuengirola. Con esta novela estuve dándole vueltas y al final salió algo que creo que quedó muy bien.
M.G.- Sí, el vídeo de los 46 minutos (risas).
R.A.- Eso sí que tiene mérito. Esa presentación es una noticia en sí misma porque un tipo de presentación como esa no se hace ni Hollywood. A mí me gusta hacerlas. Fue algo que comencé cuando publiqué Grimpow. Tenía un grupo de amigos y montamos algo en el Palacio de la Paz de Fuengirola. Con esta novela estuve dándole vueltas y al final salió algo que creo que quedó muy bien.
M.G.- Es espectacular. Cuando publique la entrevista, con su permiso, colgaré el vídeo porque los lectores tienen que ver esa presentación. Es una forma muy visual de entender lo que vamos a encontrarnos en la novela.
R.A.- Sí, sí, claro, sin problemas. Me parece bien.
M.G.- Me pareció fantástico. Yo jamás he ido a una presentación así y me hubiera gustado asistir, la verdad.
R.A.- Te lo agradezco.
M.G.- Bueno viene usted a la Feria del Libro de Sevilla. ¿No nos va a hacer una presentación así?
R.A.- No, no,... pero sí tengo intención de poner un vídeo-resumen de esa presentación.
M.G.- Estupendo, pues Rafael, no le quiero robar más tiempo. Lo dejamos aquí. Espero que tenga mucha suerte y nos vemos pronto.
R.A.- Muchas gracias a ti, muchas gracias por todo lo que me has transmitido. Ahora pienso que no me equivoqué con esta novela.
Y hasta aquí la entrevista con Rafael Ábalos. Como dije al principio, en cuanto pueda os daré a conocer mis impresiones sobre la novela pero de momento, os dejo con el vídeo de la presentación. No tiene desperdicio.
Y hasta aquí la entrevista con Rafael Ábalos. Como dije al principio, en cuanto pueda os daré a conocer mis impresiones sobre la novela pero de momento, os dejo con el vídeo de la presentación. No tiene desperdicio.
Gracias por esta pedazo de entrevista! Me ha gustado mucho conocer a este autor. Y desde luego tengo que colocarlo en mi lista de autores pendientes y por la parte de arribita.
ResponderEliminarBesotes!!!
Muy interesante la entrevista. ¡Gracias!
ResponderEliminarDe primeras no me llama mucho el libro, pero gracias por traerlo. Un beso.
ResponderEliminarGracias por la entrevista, como siempre estupenda
ResponderEliminarBesos
No conocía al autor. Gracias por la entrevista. Ahora me apetece leer el libro.
ResponderEliminarBesos
Pues tiene muy buena pinta, la verdad. No conocía al autor. Estaré atenta a tus impresiones.
ResponderEliminarGracias por la entrevista.
Besos
Ay gracias por la entrevista porque tengo fichado su libro que me atrae un montón
ResponderEliminarUn beso!
Fantástica entrevista como siempre ;) Un beso
ResponderEliminarhola! que trabajo perfecto, cuantas preguntas inteligentes y decididas, te compartimos y esperamos la reseña del libro, saludosbuhos.
ResponderEliminarMe ha encantado la entrevista, yo me quedé sin hacerla en última por culpa de un virus ¡Apuf!
ResponderEliminarMuy completa la entrevista, como siempre. No veas la que se formó en su presentación en Fuengirola, ya se o comenté a Fer. No he visto nunca tanta publicidad para un acto así. Un besote!
ResponderEliminarGanas de leerlo tremendas! Me han hablado muy bien de él. Gracias
ResponderEliminarUn libro genial pero el autor no se queda atrás. Por cierto le has sacado más punta al libro que yo.
ResponderEliminar