Editorial: Lumen.
Fecha publicación: febrero, 2017
Precio: 21,90 €
Género: Narrativa.
Nª Páginas: 392
Edición: Tapa blando con solapas.
ISBN: 9788426404060
[Disponible en ePub;
puedes empezar a leer aquí]
Nª Páginas: 392
Edición: Tapa blando con solapas.
ISBN: 9788426404060
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Marian Izaguirre nació en Bilbao y reside en Madrid. En 1991 vio la luz La vida elíptica, obra con la que obtuvo el histórico Premio Sésamo. Desde entonces ha publicado un ensayo, Las damas de Shanghai. En busca de Doris Lessing (2013), y seis novelas más: Para toda la vida (1991), El ópalo y la serpiente (1996, Premio Andalucía de Novela), La Bolivia (2003, Premio Salvador García Aguilar), El león dormido (publicado inicialmente en 2005 y reeditado en 2015 por la editorial Lumen), La parte de los ángeles (2011, Premio Ateneo de Valladolid), La vida cuando era nuestra (2013) y Los pasos que nos separan (2014). Es también autora del libro de relatos La reina de Chipre, publicado originalmente bajo el título Nadie es la patria, ni siquiera el tiempo (1999, Premio Caja España). Cuando aparecen los hombres es su novela más reciente.
Sinopsis
Si veis a un hombre mayor haciendo preguntas indiscretas, que nadie se sorprenda. Su nombre es Philippe, y hace años era maestro de esgrima en Perpiñán. Ahora dedica su tiempo a una búsqueda que se ha vuelto obsesiva: quiere saber qué fue de Teresa Mendieta, una alumna muy hábil con el florete, pero torpe a la hora de gobernar sus sentimientos.
Philippe investiga, y poco a poco va entregando al lector un retrato de Teresa en que los datos reales y la imaginación van de la mano: esa mujer hermosa y distante vivía sola en un caserón cerca de la Costa Brava; por su mente desfilaban los días de infancia al lado de su madre Ángela, un ser hermoso y siempre dispuesto para el amor, y en un armario escondía una vieja caja de dulce de membrillo llena de cartas y recetas escritas a principios del siglo XX por una pariente lejana de nombre Elizabeth.
¿Dónde está ahora Teresa? Es fácil imaginarla cabizbaja, leyendo esas viejas cartas de Elizabeth, recordando a Ángela y sus locuras, pero hay un nudo oscuro que une a estas tres mujeres, y solo lo soltaremos cuando esta espléndida novela de Marian Izaguirre llegue a su punto final.
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Desde el mes de marzo tenía pendiente la reseña de la nueva novela de Marian Izaguirre, con quien estuvimos charlando hace unos meses cuando visitó Sevilla (puedes leer la entrevista aquí). La intención de publicar mis sensaciones tras la lectura lleva acompañándome todo este tiempo pero hasta este día no he encontrado el momento para ponerme a ello. De hecho, viendo cómo pasaban los días, he llegado a dudar si me saldría una reseña más o menos aceptable y que fuera fiel a mis impresiones pero ha bastado con leer los apuntes que tomé durante la lectura para volver a recrear la trama en mi mente y ahora me alegro de no haber abandonado mi idea pues sin duda, Cuando aparecen los hombres es una novela que ha gustado y por ende, tengo que recomendar.
Sinopsis
Si veis a un hombre mayor haciendo preguntas indiscretas, que nadie se sorprenda. Su nombre es Philippe, y hace años era maestro de esgrima en Perpiñán. Ahora dedica su tiempo a una búsqueda que se ha vuelto obsesiva: quiere saber qué fue de Teresa Mendieta, una alumna muy hábil con el florete, pero torpe a la hora de gobernar sus sentimientos.
Philippe investiga, y poco a poco va entregando al lector un retrato de Teresa en que los datos reales y la imaginación van de la mano: esa mujer hermosa y distante vivía sola en un caserón cerca de la Costa Brava; por su mente desfilaban los días de infancia al lado de su madre Ángela, un ser hermoso y siempre dispuesto para el amor, y en un armario escondía una vieja caja de dulce de membrillo llena de cartas y recetas escritas a principios del siglo XX por una pariente lejana de nombre Elizabeth.
¿Dónde está ahora Teresa? Es fácil imaginarla cabizbaja, leyendo esas viejas cartas de Elizabeth, recordando a Ángela y sus locuras, pero hay un nudo oscuro que une a estas tres mujeres, y solo lo soltaremos cuando esta espléndida novela de Marian Izaguirre llegue a su punto final.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Cuando aparecen los hombres es de esas historias que se adentran en las familias y llega hasta el tuétano familiar, o hasta las cocinas, como se suele decir, y nunca mejor dicho en este caso. Luego os explicaré por qué. Construida en dos hilos temporales y argumentales, Izaguirre vertebra el eje de la trama alrededor de dos mujeres. Por un lado Teresa Mendienta y por otro Elizabeth Babel, dos mujeres que han vivido en dos épocas distintas, que proceden de dos culturas distintas y que aparentemente no tienen ningún tipo de vinculación salvo una vieja casa. No obstante, la vida despliega sus tentáculos hasta mucho más lejos de lo que imaginamos, enredando unas historias con otras y enlazando unos personajes con otros, de tal manera que todo irá encajando poco a poco, a modo de puzle, mientras avanzamos en la lectura.
En la actualidad Teresa Mendieta es una mujer de mediana edad que se ve obligada a cerrar temporalmente su negocio, un hotel en Port de l'Alba, situado en el noreste de España. La crisis no solo muerde a las personas de carne y hueso, sino que traspasa los límites de la ficción y por eso, sin un solo cliente, Teresa decide dar carpetazo al negocio por un tiempo. Después de despedir a sus empleados, opta por permanecer en el hotel una temporada, abandonarse al recuerdo, ordenar sus pensamientos e intentar dilucidar qué hacer con su vida. Serán días de pasear por la vieja y solitaria casa, visitar a algunos amigos de la zona, rememorar el pasado, pero también descubrirá una nueva vida y conocerá a nuevos personajes que darán a la novela su punto de suspense.
Por otro lado, Izaguirre hará viajar al lector a principios del siglo XX para conocer a Elizabeth Babel. Es una joven de origen inglés que, tras la muerte de su padre, ve cómo su madre vuelve a contraer matrimonio. Su padrastro tiene dos hijos -Pye y Gertrude-, y junto a ellos se trasladará al norte de España para instalarse en lo que ella llega a definir como la Casa de los Cuatro Relojes. La idea de empezar una nueva vida con una nueva familia no hace mucha gracia a Elizabeth inicialmente, especialmente porque ella se siente diferente a los demás. Sordomuda de nacimiento, Elizabeth se mueve en un mundo lleno de sonidos que ella no alcanza a oír. Sin embargo, con el paso del tiempo, se irá acostumbrando a su nueva vida ya su nueva familia.
En la manera en la que los hilos argumentales confluyen en un punto tendrá mucho que ver una vieja lata de membrillo La Tropical, una caja que encierra toda una vida narrada en las cartas que Elizabeth fue escribiendo año tras año. Desde diciembre de 1915 y que llegan hasta la II Guerra Mundial, las cartas que lee Teresa y que han permanecido guardadas en esta lata serán el vehículo a través del cual el lector conocerá la vida de Elizabeth, como la llegada a la Casa de los Cuatro Relojes, su relación con su madre, su padrastro o sus hermanastros,... Y por su parte, entre carta y carta, Teresa nos irá desvelando cómo transcurre su día a día, en qué emplea las horas de su tiempo o con quién se relaciona. Pero todo esto será en la primera parte de la novela puesto que, el segundo bloque constituye toda una explosión argumental, un apabullante giro provocado por la desaparición de un personaje que hará virar en otra dirección la trama de la novela.
Bajo mi punto de vista Cuando aparecen los hombres es una novela que a su vez contiene dos, o una dentro de otra. Cuando el lector anda transitando por unas aguas más o menos tranquilas, con dominio de la situación en la primera parte, de repente, algo lo atrapa y lo hunde en las profundidades del océano en la segunda. Los acontecimientos se precipitan hasta tal punto que suponen un auténtico gancho de derecha para el lector. Y lo más brillante no es solo los giros que se producen sino la aparición de un narrador del que prácticamente nos habíamos olvidado y cuya identidad no pienso desvelar. Esta nueva voz será la encargada de colocarnos ante el personaje de Teresa para que la veamos desde fuera, desde otro ángulo, y sepamos mucho más de ella que lo que ella nos ha contado de sí misma.
Y así, poco a poco, lo que parecía una saga familiar se va tornando prácticamente en una novela de misterio - de ahí que antes mencionara que parece dos novelas en una- hasta llegar a un desenlace que a mí me ha resultado esperanzador, que deja una puerta abierta por la que el tormento pueda salir huyendo.
Y así, poco a poco, lo que parecía una saga familiar se va tornando prácticamente en una novela de misterio - de ahí que antes mencionara que parece dos novelas en una- hasta llegar a un desenlace que a mí me ha resultado esperanzador, que deja una puerta abierta por la que el tormento pueda salir huyendo.
Sobre los personajes.
Teresa es una mujer con un corazón poco asentado. Sabremos que ha mantenido relaciones con hombres casados, quizá los menos problemáticos porque nunca le van a exigir mucho más que algún encuentro esporádico. Dada a amantes ocasionales, parece una joven a la que le cuesta relacionarse con el sexo contrario sin que sepamos muy bien por qué. No obstante, en un momento álgido de la novela, se nos desvelará un episodio dramático de su vida que bien podría ser el motivo de su reticencia.
Por su parte, Elizabeth es ese personaje con el que más he llegado a empatizar. Para empezar su discapacidad la hace especialmente vulnerable y a mí la vulnerabilidad me gana siempre. Izaguirre aprovecha la incapacidad del personaje para darnos a conocer los avances médicos de la época en materia de disfuncionalidad auditiva, acercándonos a instituciones reales que empezaban a trabajar con sordomudos y a investigar en esta área médica. Así se dan nombres de clínicas y doctores que existieron realmente y se consigue dar ese toque de verosimilitud a la historia.
La vida de Elizabeth es más bien solitaria, da la sensación de que vive en su propio mundo, sin apenas tener una relación estable y firme con ningún personaje salvo con un par de ellos aunque de esta cuestión mejor no comento nada. En cualquier caso, será un personaje más bien desatendido por casi todos, lo que me ha producido un sentimiento de tristeza y ternura, al verla cómo encaja los golpes con resignación.
Teresa es una mujer con un corazón poco asentado. Sabremos que ha mantenido relaciones con hombres casados, quizá los menos problemáticos porque nunca le van a exigir mucho más que algún encuentro esporádico. Dada a amantes ocasionales, parece una joven a la que le cuesta relacionarse con el sexo contrario sin que sepamos muy bien por qué. No obstante, en un momento álgido de la novela, se nos desvelará un episodio dramático de su vida que bien podría ser el motivo de su reticencia.
Por su parte, Elizabeth es ese personaje con el que más he llegado a empatizar. Para empezar su discapacidad la hace especialmente vulnerable y a mí la vulnerabilidad me gana siempre. Izaguirre aprovecha la incapacidad del personaje para darnos a conocer los avances médicos de la época en materia de disfuncionalidad auditiva, acercándonos a instituciones reales que empezaban a trabajar con sordomudos y a investigar en esta área médica. Así se dan nombres de clínicas y doctores que existieron realmente y se consigue dar ese toque de verosimilitud a la historia.
La vida de Elizabeth es más bien solitaria, da la sensación de que vive en su propio mundo, sin apenas tener una relación estable y firme con ningún personaje salvo con un par de ellos aunque de esta cuestión mejor no comento nada. En cualquier caso, será un personaje más bien desatendido por casi todos, lo que me ha producido un sentimiento de tristeza y ternura, al verla cómo encaja los golpes con resignación.
Y más allá de esta historia familiar, Cuando aparecen los hombres es una novela en la que se combinan diversas disciplinas que la hacen aún más atractiva. En primer lugar, cuenta con múltiples referencias culinarias, menciones a platos, recetas y guisos, de ahí que antes dijera que esta novela se adentra en las cocinas, que pertenecen a la propia tradición familiar de la autora. No ocurre como en otras novelas que podamos encontrar en las que las recetas se detallan minuciosamente pero aún así, las indicaciones que se dan son suficientes como para podamos lanzarnos a elaborar los platos.
Además, sorprende muchísimo los conocimientos que Izaguirre demuestra tener sobre la esgrima, actividad que practican las protagonistas, cada una en su tiempo, y sobre el funcionamiento de los relojes antiguos, todo ello, según nos comentó la autora, fruto de una labor de investigación exhaustiva. Estos son aspectos que favorecen positivamente la ambientación de la novela y la caracterización de los personajes a los que llegamos a conocer de manera más profunda gracias a la descripción de sus aficiones.
Añado además la descripción de los diversos escenarios en los que transcurre la novela, llenos de matices, que ayudan muchísimo a ubicar los hechos. Destacaría, por mencionar algo, los pasajes que transcurren en algunos puntos del País Vasco, con los que seguramente los lectores del lugar disfrutarán mucho más. Y en cuanto a acontecimientos históricos, los diversos conflictos bélicos que ocurrieron en los años en los que se desarrolla la novela son meros telones de fondo.
Con una voz narradora que variará a lo largo de la lectura, algo sumamente interesante, y con capítulos sin numerar ni titular que se distribuyen a lo largo de tres secciones, Cuando aparecen los hombres es una novela que me ha trasladado a otros tiempos y a otros lugares. De lectura amena, el estilo de Izaguirre supone un refugio cálido y confortable en el que el lector verá transitar las horas casi sin darse cuenta. Si tuviera que definir las sensaciones que me ha producido la lectura de esta novela bien podría hacer uso de esa placentera sensación que sentimos cuando regresamos a casa después de un largo viaje, cuando una respira con tranquilidad, se siente apaciguada y nota que queda a buen recaudo entre las paredes de su hogar. Sinceramente confieso que es una novela que me ha cautivado. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto, que no me importaba que el reloj fuera marcando horas, solo me apetecía leer y conocer cómo se iba desarrollando la historia.
En conclusión y dicho lo dicho, creo que ha quedado patente que me ha gustado esta novela y no solo por su trama que desgrana la historia de una familia con ovejas blancas y negras, sino también por su estructura con un giro sorprendente, por las diversas voces narrativas y por el estilo de la autora tan cautivador.
Retos:
- Autores de la A a la Z
- 25 Españoles
- 100 libros
Además, sorprende muchísimo los conocimientos que Izaguirre demuestra tener sobre la esgrima, actividad que practican las protagonistas, cada una en su tiempo, y sobre el funcionamiento de los relojes antiguos, todo ello, según nos comentó la autora, fruto de una labor de investigación exhaustiva. Estos son aspectos que favorecen positivamente la ambientación de la novela y la caracterización de los personajes a los que llegamos a conocer de manera más profunda gracias a la descripción de sus aficiones.
Añado además la descripción de los diversos escenarios en los que transcurre la novela, llenos de matices, que ayudan muchísimo a ubicar los hechos. Destacaría, por mencionar algo, los pasajes que transcurren en algunos puntos del País Vasco, con los que seguramente los lectores del lugar disfrutarán mucho más. Y en cuanto a acontecimientos históricos, los diversos conflictos bélicos que ocurrieron en los años en los que se desarrolla la novela son meros telones de fondo.
Con una voz narradora que variará a lo largo de la lectura, algo sumamente interesante, y con capítulos sin numerar ni titular que se distribuyen a lo largo de tres secciones, Cuando aparecen los hombres es una novela que me ha trasladado a otros tiempos y a otros lugares. De lectura amena, el estilo de Izaguirre supone un refugio cálido y confortable en el que el lector verá transitar las horas casi sin darse cuenta. Si tuviera que definir las sensaciones que me ha producido la lectura de esta novela bien podría hacer uso de esa placentera sensación que sentimos cuando regresamos a casa después de un largo viaje, cuando una respira con tranquilidad, se siente apaciguada y nota que queda a buen recaudo entre las paredes de su hogar. Sinceramente confieso que es una novela que me ha cautivado. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto, que no me importaba que el reloj fuera marcando horas, solo me apetecía leer y conocer cómo se iba desarrollando la historia.
En conclusión y dicho lo dicho, creo que ha quedado patente que me ha gustado esta novela y no solo por su trama que desgrana la historia de una familia con ovejas blancas y negras, sino también por su estructura con un giro sorprendente, por las diversas voces narrativas y por el estilo de la autora tan cautivador.
«Cuando aparecen los hombres en nuestras vidas, algo se erosiona, y lo que era liso y limpio se retuerce de pronto». [Pág. 339]
Retos:
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La verdad es que ni la portada ni el título me decían nada, pero esa historia, parece que esconde cosas interesantes. Un beso.
ResponderEliminarPues sinceramente, lo que más me gustó antes de leer el libro, fue precisamente el título y la portada, eso sí, una vez leído, te aseguro que es impresionante. Me ha encantado.
EliminarTengo el libro en la estantería, esperando desatascarme de otros lecturas que me urgían más, pero me apetecía mucho leer una reseña como esta, que me animase a desear leerlo y lo has conseguido y no sabes de qué manera.
ResponderEliminarUn beso.
No he leído nada de la autora, pero ganas no he faltan, a ver si le hago hueco
ResponderEliminarBesos
La tengo en casa esperando turno. Y la voy a cofre con muchas ganas.
ResponderEliminarhola marisa! una espectacular reseña que nos interesa de sobra manera, lo detallaste tanto que es imposible no buscarlo. te comentamos como referencia en nuestro blog, de una lectura de novela negra, esperamos te guste. saludosbuhos!
ResponderEliminarMadre mía, cualquiera se aguanta con esta reseña. Es que lo tiene todo y además espero que lo de llega hasta la segunda guerra no implica que la cubre sino que para ahí. Me cercioraré pero ya lo estoy reservando el la biblio.
ResponderEliminarBesos Y feliz cumpleblog
Sí que queda claro que has disfrutado con esta novela. Una novela que tenía ya bien apuntada y que no se me puede escapar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Se nota que la has disfrutado, y dan ganas de ponerse a leerla ya. Lo del esgrima me ha sorprendido. Muy buena reseña. Besos
ResponderEliminarAunque mis otros acercamientos a la autora no acabaron de convencerme esta novela me apetece muchísimo.
ResponderEliminarUn beso
A mi me encantó esta novela, la disfruté mucho.
ResponderEliminarUn beso ,)
Me acabas de convencer, tiene buena pinta.
ResponderEliminarBesos
Me ha encantado esta novela, sin duda estará entre mis mejores lecturas del año.
ResponderEliminarBesos.
Lo tengo y me apetece mucho :D
ResponderEliminarLa tengo esperando turno y me animas mucho a ponerla en cabecera. Menos mal que la leíste hace tiempo, jajaja. Vaya reseña, maja.
ResponderEliminarBesos
De Marian Izaguirre me encantó La vida cuando era nuestra. Como comentan algunos en esta entrada tuya, la portada no me decía mucho: esperé a que salieran las primeras opiniones sobre la novela, y la tuya me vuelve a confirmar que es una historia que merece la pena ser leída. Tomo buena nota de ella. Besos.
ResponderEliminarNo es la novela que más me llama la atención de la autora, la verdad, aunque tengo claro que más pronto que tarde debería darle una oportunidad por las buenas críticas que están recibiendo todos sus libros.
ResponderEliminarUn besito.