Autora
Marian Izaguirre nació en Bilbao y reside en Madrid. En 1991 vio la luz La vida elíptica, obra con la que obtuvo el histórico Premio Sésamo. Desde entonces ha publicado un ensayo, Las damas de Shanghai. En busca de Doris Lessing (2013), y seis novelas más: Para toda la vida (1991), El ópalo y la serpiente (1996, Premio Andalucía de Novela), La Bolivia (2003, Premio Salvador García Aguilar), El león dormido (publicado inicialmente en 2005 y reeditado en 2015 por la editorial Lumen), La parte de los ángeles (2011, Premio Ateneo de Valladolid), La vida cuando era nuestra (2013) y Los pasos que nos separan (2014). Es también autora del libro de relatos La reina de Chipre, publicado originalmente bajo el título Nadie es la patria, ni siquiera el tiempo (1999, Premio Caja España). Cuando aparecen los hombres es su novela más reciente.
Sinopsis
Si veis a un hombre mayor haciendo preguntas indiscretas, que nadie se sorprenda. Su nombre es Philippe, y hace años era maestro de esgrima en Perpiñán. Ahora dedica su tiempo a una búsqueda que se ha vuelto obsesiva: quiere saber qué fue de Teresa Mendieta, una alumna muy hábil con el florete, pero torpe a la hora de gobernar sus sentimientos.
Si veis a un hombre mayor haciendo preguntas indiscretas, que nadie se sorprenda. Su nombre es Philippe, y hace años era maestro de esgrima en Perpiñán. Ahora dedica su tiempo a una búsqueda que se ha vuelto obsesiva: quiere saber qué fue de Teresa Mendieta, una alumna muy hábil con el florete, pero torpe a la hora de gobernar sus sentimientos.
Philippe investiga, y poco a poco va entregando al lector un retrato de Teresa en que los datos reales y la imaginación van de la mano: esa mujer hermosa y distante vivía sola en un caserón cerca de la Costa Brava; por su mente desfilaban los días de infancia al lado de su madre Ángela, un ser hermoso y siempre dispuesto para el amor, y en un armario escondía una vieja caja de dulce de membrillo llena de cartas y recetas escritas a principios del siglo XX por una pariente lejana de nombre Elizabeth.
¿Dónde está ahora Teresa? Es fácil imaginarla cabizbaja, leyendo esas viejas cartas de Elizabeth, recordando a Ángela y sus locuras, pero hay un nudo oscuro que une a estas tres mujeres, y solo lo soltaremos cuando esta espléndida novela de Marian Izaguirre llegue a su punto final.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Marian Izaguirre es una autora a la que todos conocemos. No en vano ya lleva publicadas unas cuantas novelas, de las que yo solo he leído dos, y las dos las he disfrutado. La autora, nos visitó la semana pasada porque venía a presentar Cuando aparecen los hombres en la librería Yerma pero, un ratito antes, tuvimos la oportunidad de sentarnos a charlar para comentar algunos detalles de esta saga familiar que estoy segura que os va a gustar a todos. Esto es lo que Marian nos contó.
Marisa G.- Marian en su día me leí La vida cuando era nuestra, una novela que me gustó mucho, tanto como esta última. Hablando con otros lectores que han leído novelas tuyas, prácticamente todos coinciden en que tus novelas enganchan. ¿Qué tienen tus novelas para gustar tanto?
Marian I.- No lo sé. Es una pregunta muy difícil para empezar, ¿eh? (risas). Intento combinar un pensamiento profundo con una manera fácil de hacérselo llegar a los demás. Procuro que ese mensaje que quiero transmitir sea lo menos engolado posible, lo más transparente, que la forma no me distraiga del contenido. Creo que son novelas para leerlas, cerrarlas y pensar un rato en ellas.
M.G.- Solo he leído estas dos novelas tuyas que menciono. En La vida cuando era nuestra narrabas la vida de varias personas y en esta también. No sé si ese es tu sello personal, quiero decir, contar historias corales.
M.I.- Sí, por regla general sí, pero no sabría decirte si es sello personal o preocupación principal. Lo que pretendo es borrar los límites del tiempo y borrar también las distancias espaciales. Quiero dejar claro que las personas no estamos solas, no tenemos límites precisos y que lo que ocurrió antes, o mientras tanto, forma parte también de nuestro presente, de nosotros mismos.
En esta novela la identidad de Teresa Mendieta que es la protagonista principal, depende también de un tiempo pasado, de una persona que vivió mucho tiempo atrás, de Elizabeth Babel, que vivió cien años antes que Teresa. Teresa también es todo lo que los demás saben de ella u opinan de ella, o los trozos con los que los demás recomponen su identidad.
M.G.- ¿Marian cuál es el germen de esta novela?
M.I.- Nace de varios sitios a la vez. Es mucho más agradable para una entrevista o para una presentación decir que esta es la historia de mi familia... No, no es el caso. Yo quería hablar del tema de la identidad fundamentalmente, de cómo se construye, y también quería saber qué pasa con nuestra identidad cuando no estamos, cuando dejamos un hueco, bien porque nos hayamos ido o porque nos hayamos muerto... ¿Qué pasa con esa identidad que vas construyendo a lo largo de toda la vida? Eso es lo que quiero abordar en la novela.
M.G.- ¿Pero tú cómo definirías la trama? ¿Qué le contarías a un lector que desea leerla?
M.I.- Le diría que es una novela que discurre a lo largo de cien años y que trata sobre la vida de tres mujeres. Dos son protagonistas y otra es un personaje secundario pero totalmente presente, de la que todos hablan aunque ella no pronuncie palabra en la novela. Esas tres épocas en las que discurre esta novela sería el principio del siglo XX, los años 60 y luego la primera parte del siglo XXI.
M.I.- Le diría que es una novela que discurre a lo largo de cien años y que trata sobre la vida de tres mujeres. Dos son protagonistas y otra es un personaje secundario pero totalmente presente, de la que todos hablan aunque ella no pronuncie palabra en la novela. Esas tres épocas en las que discurre esta novela sería el principio del siglo XX, los años 60 y luego la primera parte del siglo XXI.
M.G.- Tres mujeres efectivamente como bien mencionas. Elizabeth que vive en ese principio del siglo XX, luego estaría Ángela en los años 60 y la hija de esta, Teresa. Pero, los personajes más poderosos son Elizabeth y Teresa. ¿En qué se diferencian o en qué se parecen estas dos mujeres?
M.I.- Se parecen demasiado para ser dos personas que no se han conocido y que han vivido con cien años de distancia. Son lo que se suele llamar almas gemelas de forma incomprensible. Son niñas despiertas, niñas solitarias, niñas valientes, singulares, con una extraña manera de afrontar la vida y las dos tienen un gran descalabro emocional justo al final de la adolescencia y en la primera juventud. Y se diferencian en la voz. Elizabeth es sorda de nacimiento y por lo tanto muda, no puede hablar pero es el personaje que mejor se comunica con el lector a lo largo de toda la novela porque se escribe cartas así misma y en esas cartas no solo cuenta lo que le pasa sino cómo se siente. Para el lector y para mí como autora, Elizabeth tiene una voz super potente.
Teresa tiene su voz en perfecto estado y sin embargo es muda emocional porque no consigue contar ni transmitir lo que le pasa ni por qué le pasa, ni lo que malogró su camino, de ahí que guarde secretos.
M.G.- Elizabeth como bien dices es sorda y esa peculiaridad te permite contarnos cómo se trataba a estas personas en aquella época. Nos hablas de las técnicas empleadas y de un instituto catalán que ayudaba a estas personas a empezar a hablar.
M.I.- Bueno, esto realmente es anecdótico pero contribuye a crear al personaje. No se puede hablar de una época y de una problemática sin situarla históricamente. Esto es algo que a mí me divierte mucho, todo lo que es la documentación de una novela.
M.G.- Y para ubicar al lector también mencionas algunos acontecimientos como el fallecimiento del compositor Enrique Granados o bien nos hablas de un atentado ocurrido durante unos Juegos Olímpicos.
M.I.- Sí, así es, pero intento que no sean pistas gratuitas de ambientación. El tema de la muerte de Enrique Granados es prácticamente un leit motiv que va recorriendo la novela. El hecho de ser un hombre que muere porque se tira al agua en un naufragio para salvar a su mujer condiciona mucho a las dos protagonistas que se preguntan constantemente quién se tiraría al agua por ellas.
M.G.- Ángela es ese personaje del que todo el mundo habla pero a la que jamás oiremos, como has mencionado. Quizá es el elemento discordante entre Elisabeth y Teresa. Ángela es una mujer muy casquivana, muy liberal,... ¿Es el personaje más frívolo de la novela?
M.I.- Sí, pero algo he debido de hacer con ese personaje que los lectores al final sienten mucho enganche personal con ella. Ángela está revestida de todo lo que podría ser inconsistencia pero luego, sin embargo, hay un momento en el que hace muchas cosas por su hija. Creo que Ángela pretende que su hija no tenga que tomar la decisión que tomó ella y quiere que viva en un clima de libertad. Eso para un ser humano me parece un regalo.
M.G.- Marian, la novela transcurre con un ritmo tranquilo, es una saga familiar que nos va contando la vida de varios miembros, sin embargo, llega un momento en el que se cuela el suspense y la tensión con la desaparición de uno de los personajes. Esto es algo que otorga mucha vida a la novela, ¿no te parece?
M.I.- Totalmente. Hacia la mitad de la novela se produce un giro muy radical y efectivamente me han dicho muchos lectores que la tensión que se genera en la segunda mitad de la novela es impresionante. Pero fíjate, yo suelo escribir con sosiego primero como novelista, y luego porque pretendo que el lector disfrute de la historia con tranquilidad. Yo no escribo novela de género.
M.G.- La novela cuenta con varios narradores, varios hilos narrativos, entre ellos incluso una investigación.
M.I.- Realmente toda la novela la va narrando una personaje, un hombre...
M.G.- Un personaje que al principio parece que no va a tener mucha transcendencia porque no lo identificamos.
M.I.- Claro, tú lees la primera página de la novela y te olvidas. Luego te metes en la dinámica de la historia, ese personaje vuelve a aparecer y nos llevamos una sorpresa. Será también el narrador que pondrá el broche final.
M.G.- Ese capítulo final es fantástico.
M.I.- ¿Te gustó?
M.G.- Sí porque además vives la escena. Me hubiera gustado que avanzaras más pero lo finalizas en un punto tremendo, dejando al lector pensando en lo que ocurrirá a continuación.
M.I.- Para mí es un final cerrado pero reconozco que también es un final abierto para quién quiera continuar con la historia. Puedes cerrar el libro e imaginar lo que viene a continuación.
M.G.- Para mí es un final feliz y esperanzador.
M.I.- Eso es lo que pretendía pero también podría interpretarse como que no.
M.G.- Y otra cuestión que no quiero dejar atrás. Has comentado que querías hablar de la identidad de las personas pero el amor tiene mucho peso.
M.I.- El amor tiene mucho peso, efectivamente. El tema central es ese primer amor que te marca el resto de la vida pero luego claro, hay diferentes formas de amar. Incluso hay formas de no amar como la de Teresa, que no se entrega nunca. Y también hay formas de amar, continuas y discontinuas como la de Ángela... En fin, hay muchas versiones de amor.
M.G.- Hay una fecha en la novela, el 4 de octubre, que tiene mucho significado. ¿También lo tiene para Marian Izaguirre?
M.I.- No, la elegí porque es la festividad de San Francisco de Asís. Andaba manejando refranes y uno de ellos es el que dice "El cordonazo de San Francisco se hace notar tanto en la tierra como en el mar". En esa fecha ocurre el gran drama de la novela, en esa fecha cierra Teresa el hotel, en esa fecha van pasando muchas cosas como si fueran coincidencias extrañas e incluso también la poetisa Anne Sexton, la que abre la novela con una cita suya, se suicidó el 4 de octubre. Hay muchas duplicidades en este libro... La vida está llena de coincidencias lo que pasa es que a veces no nos damos cuenta.
M.G.- Hablemos de los escenarios. La trama se mueve entre el País Vasco y Cataluña. Hay un pueblecito Port de L'Alba que creo que es ficticio, ¿no?
M.I.- Sí, es ficción. Lo que pasa que en mi cabeza hay una localidad real a la hora de articular ese espacio. Pero por otra parte, todo los lugares del País Vasco son reales, milímetro a milímetro...
M.G.- Port de L'Alba es un escenario que me ha transmitido mucha tranquilidad y mucha calma. Es como si los personajes se refugiaran allí para curar sus heridas.
M.I.- Sí, es un lugar en el que ocurren diversas cosas, incluso algunas muy permisivas, muy alegres, como que Ángela lleve un bañador de lunares y se lo quite. Algo que a Teresa le ponía de los nervios.
M.G.- Marian, tú eres del País Vasco y hay rincones de tu tierra que podemos ver en la novela. Me ha encantado asomarme a San Juan de Gaztelugatxe que he tenido la oportunidad de conocer este verano.
M.I.- ¿Y lo has reconocido en la novela?
M.G.- Claro que sí. Me veía allí de nuevo. Esas localizaciones, además de ser preciosas, son muy importantes porque uno de los grandes dramas de la novela transcurre en ese lugar.
M.I.- Es un lugar muy mágico. Es un islote con mucha tradición. De hecho la tradición popular dice que hay unas huellas en la subida a la ermita, que son las del propio San Juan. Es una zona que tiene también un antiguo puerto romano. Y luego está Urdaibai, que aparte de ser una reserva de la biosfera y ser un enclave natural privilegiado, tiene unas particularidades increíbles. Por ejemplo, las playas están dentro del cauce de la ría. Baja la marea, te metes en el agua y estás en medio de la ría.
M.G.- Así es. Me he bañado ahí este verano.
Marian tenemos que hablar de la cocina porque es un tema importante en la novela. Aparecen muchas recetas.
M.I.- Recetas viejunas.
M.G.- Eso te iba a decir. ¿De dónde salen?
M.I.- Pues de la tradición de toda la vida. Lo que guisaba mi abuela por ejemplo. Ahora resulta que los restaurantes buenos, después de experimentar con espumas y demás, están empezando a elaborar las recetas tradicionales con su parte de innovación claro, pero hoy en día no es raro encontrar en un buen restaurante una gallina en pepitoria.
M.G.- ¿Y tú crees que los lectores nos podríamos meter en faena con las indicaciones que vas dando sobre la elaboración?
M.I.- Perfectamente, sin problemas. Solo es cuestión de seguir el capítulo concreto.
M.G.- Y otros temas curiosos que asoman en la novela, son la esgrima y los relojes. Con toda la información que das, pareces una experta en ambas materias.
M.I.- Aprendido todo. Bueno tengo una cierta familiaridad con la esgrima porque mi hija la practicó pero no es lo mismo que haberlo practicado uno mismo. De todos modos, para una novela se exigen más conocimientos de los que tú podrías tener incluso si fueras un aficionado a la esgrima. Se necesitan las palabras y saber nombrar las cosas...
M.G.- Hay que estudiar.
M.I.- Claro. Y para la maquinaria de los relojes de la torre no te quiero ni contar. Es muy complicado. Porque además para que el lector lo visualice tienes que haber dado con las descripciones adecuadas.
M.G.- He visualizado esa habitación de la torre donde vive Teresa, con esos cuatro relojes. Me sentía allí dentro desde donde podía ver y contemplar el mar.
M.I.- Sí porque las esferas de los relojes son de cristal y a través de ellas puedes ver el paisaje, el mar, el bosque y sobre todo, es como si estuvieras dentro del tiempo.
M.G.- En cuanto al título «Cuando aparecen los hombres» es una frase que aparece en la novela un par de veces. Da la sensación que con él quieres decir que cuando aparecen los hombres en sus vidas, las mujeres de esta novela sufren muchísimo.
M.I.- Sí, no es tanto cuando aparecen los hombres como cuando aparece el amor. En esos casos traen la posibilidad de gozar, de divertirte, de sentir placer pero también la posibilidad de caer de bruces.
M.G.- Que es lo que les pasa.
M.I.- Sí, lamentablemente.
M.G.- Marian yo he disfrutado mucho esta novela. La he leído en tres tardes y siempre con la sensación de no querer que pase el tiempo para tener que abandonar el libro por las obligaciones.
M.I.- No sabes lo que me alegro. Es un lujo oír algo así.
M.G.- Bueno, pues no te robo más tiempo. Muchas gracias por este ratito que hemos echado y mucha suerte con esta novela.
M.I.- Muchas gracias a ti.
Y así transcurrió la charla con Marian Izaguirre. Sinceramente el libro, tanto en argumento, como en estructura o personajes me ha gustado mucho y os daré detalles muy pronto sobre mis impresiones.
Y así transcurrió la charla con Marian Izaguirre. Sinceramente el libro, tanto en argumento, como en estructura o personajes me ha gustado mucho y os daré detalles muy pronto sobre mis impresiones.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Muy interesante la entrevista. El libro lo tengo pendiente.
ResponderEliminarGracias por la entrevista, de esta autora solo he leído un libro y este me apetece
ResponderEliminarBesos
Gracias por la entrevista. Me gusta muchísimo cómo escribe Mrian Izaguirre y esta novela ya la tengo en casa esperando su turno que no tardará.
ResponderEliminarBesos.
¡Vaya entrevista tan exhaustiva! Me encanta esta autora y me ha gustado descubrir más cosas de ella
ResponderEliminarBesos