viernes, 11 de noviembre de 2016

HOTEL TRANSICIÓN de Jesús Ruiz Mantilla.

Resultado de imagen de hotel transición

Editorial: Alianza.
XVII Premio de Novela
Fernando Quiñones.
Fecha publicación:  marzo, 2016
Precio: 18,00 €
Género: Narrativa.
Nª Páginas: 272
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-9104-292-1
[Disponible en ePub]

Autor

Jesús Ruiz Mantilla, periodista y escritor, ha cultivado a lo largo de su obra la narrativa y el ensayo. Es autor de las novelas Los ojos no ven; Preludio; Yo, Farinelli, el capón; Gordo -con la que ganó el premio Sent Soví 2005-; Ahogada en llamas; y La cáscara amarga

Dentro de otros géneros, ha escrito Placer contra placer y la obra Contar la música, que refleja su trayectoria como cronista musical a lo largo de dos décadas en el diario El País. En este periódico es donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera dentro de las secciones de Cultura así como en los suplementos Babelia y El País Semanal. También ha colaborado con el programa La ventana de la Cadena Ser, cuando lo dirigía Gemma Nierga. Con Hotel Transición, ha ganado el XVII Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones.

Sinopsis

Chucho, un niño locuaz, inquieto y curioso, vive en el hotel que dirige Rocío, su madre. Allí se alojan personajes estrambóticos, solitarios y misteriosos que hacen un alto en mitad de la convulsión de un país que despide la dictadura franquista para despertar a la democracia y las libertades entre nubes en el horizonte y una esperanza cautelosa. Recién muerta su abuela Carmen, el ser que más quería, Chucho queda a expensas de las tensiones y conflictos paternos y familiares. En medio también de un hábitat con personajes que se resisten a entregar sus privilegios de vencedores franquistas, mientras otros luchan, desde la tristeza de derrotas muy presentes, por la reconciliación. 

Al tiempo que Chucho va dejando la infancia para pasar a la adolescencia y a la vida adulta, el país también va madurando a su alrededor en medio de una fascinante transición íntima y colectiva que cambiará la faz de casi todas las cosas. Sus vivencias y recuerdos personales, sus ilusiones y decepciones, se van cruzando con los acontecimientos que marcaron aquellos años y los actuales, desde el atentado a Carrero Blanco, la muerte de Franco y el golpe del 23-F a la catarsis actual en su transformación de ciclo, pasando por el Watergate, la legalización del PCE y otras desapariciones como la de Mao, John Lennon o Adolfo Suárez; unido a la fascinación que le producían series de televisión como Bonanza u Hombre rico, hombre pobre y las más recientes como Los Soprano, True detective o Mad Men, imbricadas en un diálogo a modo de espejo, tan crudo como satírico y esperanzador, entre aquellos años y los actuales.

Hotel Transición es una novela con tintes autobiográficos, que combina la inocencia con la mordacidad y la nostalgia con la crítica social. Un cruce de caminos entre el presente y el pasado tejido con lucidez narrativa y la perspectiva de una pluma experta e inteligente. 

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Hace unos días publicaba la entrevista que le realizamos a Jesús Ruiz Mantilla, así como la presentación que tuvo lugar a posteriori sobre su última novela, Hotel Transición, ganadora del XVII Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones (puedes leer sobre el acto aquí). Pues bien, hoy vengo a contaros mis impresiones.

Hotel Transición es una novela que se construye en dos tiempos. Pasado y presente se dan la mano en una narración que viaja desde la actualidad hasta finales de los años 60 y los años 70, teniendo como único protagonista a Jesús pero también la historia de este país en ese recorrido que supuso el paso de la dictadura a la democracia.


Desde la perspectiva que dan los años, Jesús, guionista de profesión al que le intuyo una vida muy solitaria, hará un repaso de su etapa de infancia y adolescencia, de ahí que la novela tenga esos dos hilos temporales claramente diferenciados. Arrancando el texto en tiempo pretérito, el lector conocerá a Jesús, o Chus como se le conoce familiarmente, cuando tan solo tiene ocho años y vive junto a sus padres en un hotel, establecimiento que regenta su madre Rocío. Es hijo único y por lo tanto el rey de la casa. Su vida transcurre entre el colegio, los juegos con Kiko Miranda, su mejor amigo, las tardes viendo Bonanza junto a su abuela y los momentos que comparte con su padre Eugenio, a quién le une importantes lazos y con quien comparte aficiones como el cine, la música, los libros y el fútbol.

Estamos a finales de los años 60 y nos iremos adentrando en los 70 progresivamente para cruzar por la transición. Al transcurrir de los días de Chus hay que unirle una serie de acontecimientos político-sociales que lo marcarán y que muchos de mi generación, y por supuesto de las anteriores, recordarán perfectamente: el asesinato de Carrero Blanco, la muerte y el entierro de Franco que tuvo a todo el país sentado frente a la tele, el golpe de Estado o la muerte de Mao Tse Tung. Resulta muy interesante ver la mirada del niño posarse sobre ciertos hechos que convulsionaron un país, acontecimientos que cuya importancia calibraba según dejaran o no de emitir Bonanza en la tele.




La vida del pequeño Chus también se verá afectada por sucesos familiares. La relación de sus padres no pasa por buen momento pero él, como buen niño, sabe esquivar los pensamientos molestos. En su lugar examinará con ojo curioso el trasiego de los huéspedes del hotel, un auténtico campo de cultivo para poder realizar todo un estudio sociológico basándose en todos los hombres y mujeres que en algún momento se hospedaron en el hotel como aquella mujer medio loca, aquel misterioso hombre que parecía venir de un lugar lejano y que fue entrevistado por unos periodistas o incluso Menotti, el amigo de la madre. Pero en ese ir y venir Chus también se codeará con los empleados del hotel, con Pepe Forteza, ese recepcionista de mala uva y chivato, o Santos el botones, con aquellos bocadillos de tortilla que le preparaba su mujer. 

Esta será la vida del pequeño Chus, una vida que se despliega ante nuestros ojos y que será analizada por el niño hecho hombre, muchos años después. Y el presente de la novela, con ese Chus adulto, vendrá cargado de profundas reflexiones sobre cuestiones actuales, un presente sobre el que planea la sombra de una mujer, Katia Bataglia, con la que el lector entenderá que el protagonista tuvo una relación que a día de hoy quedó en borrajas. 

De ese modo se estructura Hotel Transición. Sin duda, descubrir la vida del pequeño Chus ha sido verdaderamente entretenido y placentero. Para los que entonces teníamos más o menos su edad será un ejercicio nostálgico que nos llevará a otro mundo, no tan lejano en el tiempo pero sí en la memoria. En esa narración del pasado hay tiempo para el humor con anécdotas simpáticas que conseguirán enternecer al lector. A su vez resulta muy fácil vernos reflejados en el pequeño, no ya por la época en la que vive, sino por la transformación que sufre su personalidad al abandonar la infancia en favor de una adolescencia rebelde que implica un enfrentamiento con los padres y un encerrarse en sí mismo. Por otra parte, todo el análisis del Chus adulto, con un toque de ironía que derrocha en su madurez, supone un abordaje crítico a unos acontecimientos que han quedado grabados para la posteridad, al mismo tiempo que divaga sobre los hechos más actuales y que llenan sus días presentes.

Pero, al margen de sus padres y el transitar de los huéspedes del hotel, Chus se relacionará con otros personajes. Antes hablaba de Kiko Miranda, su mejor amigo, que pasará de ser un niño despreocupado y feliz a otro meditabundo y callado. Algo que no quiero desvelar le ocurrirá para hacerlo cambiar de esa manera. Ya en el seno familiar, otros parientes como alguna tía empeñada en perder la virginidad cuando lo que ya ha perdido es otra cosa,  un tío militante del Partido Comunista u otro pariente cuya identidad sexual puede chocar en una época de represión.


Es oportuno mencionar ahora que esta novela cuenta con una importante carga autobiográfica pues realmente el autor, también de nombre Jesús, pasó su infancia y su adolescencia en el hotel que regentaba su madre. Como mencionó en la presentación de la novela, también tienen una base real algunos de los personajes que veremos asomar por estas páginas, como la propia tía Cuca que protagoniza uno de los momentos más divertidos de la novela.

Resultado de imagen de bonanzaHotel Transición no es solo una novela de corte nostálgico o que retrata una época. Es también un vademecum de series de televisión y música. Es frecuente que el autor recurra a una serie o a una canción para retratar un momento, así por estas páginas aparecerá Bonanza, Ironside, Heidi, Starky y Hutch, True Detective, El ala oeste de la Casa Blanca, o Breaking Bad. Y lo mismo ocurrirá en el plano musical, donde aparecerán melodías del hoy y del ayer. 


Con dos voces narrativas - primera y tercera- en función de la época de la narración, y apreciándose una mezcla del estilo directo e indirecto, Hotel Transición cuenta con diez capítulos, una introducción más las nueve plantas que tiene el hotel, siendo la última la morada de Chus y su familia. Como dije antes el pasado y el presente se va alternando sin que para ello el autor recurra a la típica estructura de capítulos pares o impares. Es decir, en el mismo capítulo, el lector se asomará a la vida del niño y a las reflexiones del adulto, separados mediante una línea fronteriza en forma de interlineado doble. La parte del pasado será más liviana, abundando el diálogo, pero, poco a poco, se advierte una intensificación cuando, con el transcurrir de los años cobra más protagonismo las reflexiones del adulto.

En definitiva, os puedo decir que Hotel Transición ha sido una lectura muy agradable con la que se puede volver a los tiempos de nuestra infancia y vernos reflejados en las pupilas del pequeño Chus. Esta lectura ha supuesto un paseo ameno y entretenido que os recomiendo sin duda.




[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]


Retos:

- 100 libros




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9 comentarios:

  1. Pues esta vez no te hago caso. Me ha parecido una historia más y creo que se podía había haber sacado más chicha al tema hotel.
    Besos

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  2. También me gusto léerla. Y la recomiendo.

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  3. Es de esos libros que no me importaría leer pero tampoco voy a lanzarme a por él. Si se cruza...
    Besotes!!!

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  4. Me estoy volviendo un nostálgico y se nota en que me ha gustado.

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  5. Ya me imaginaba que me ibas a convencer ;)
    Besos.

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  6. Pues no sé qué decirte. Por un lado me parece interesante pero igual no tanto como para apuntarla con todo lo que tengo pendiente

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  7. Coincido con Margari no me importaria leerlo pero no voy a salir corriendo a la libreria. Un beso

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  8. Este creo que no es para mí. Esta vez no tomo nota. Un beso!

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  9. En esta ocasión no creo que me anime con ella. Gracias por tu reseña.
    Besos

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