Miguel Ángel Muñoz nació en 1970 en Almería. Ha publicado en esta editorial los libros de relatos El síndrome Chéjov (2006) y Quédate donde estás (2009), así como La familia del aire
(Páginas de Espuma, 2011), en el que reunió una treintena de
entrevistas, que habían ido apareciendo en su blog, a los principales
escritores de relatos del panorama español. Sus dos novelas son La canción de Brenda Lee (2012), que recibió el Premio Sintagma y el Premio de los Libreros de Almería, y El corazón de los caballos (2009). Cuentos suyos han sido incluidos en las más notables antologías del género, entre las que destacan Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (2010) y Pequeñas resistencias 5. Antología del nuevo cuento español (Páginas de Espuma, 2010).
Sinopsis
Vivimos rodeados de maldad, acobardados por la violencia, temerosos de todo lo que pueda ocurrirnos a nosotros y a quienes queremos. Lo vemos en la televisión, en los periódicos: maltrato, asesinatos en serie, abusos, terrorismo. Miremos donde miremos habitamos con ello y, sin embargo, no sabemos en realidad dónde se esconde el verdadero horror o qué podemos esperar de los auténticos causantes del mal. ¿Y si siempre hubiesen estado aquí? ¿Y si hacemos la vista gorda al acoso escolar y este no es sino el mecanismo infalible para perpetuar la violencia? ¿Y si ponemos cara a un asesino célebre, como Manson, pero olvidamos que parte de nuestra educación la heredamos de alguien tan cruel como Rousseau? ¿Y si todos nuestros miedos no fueran sino terrores primigenios? ¿Y si los causantes del mal fuéramos nosotros mismos?
Con este tercer y valientísimo libro de cuentos, Miguel Ángel Muñoz nos pone cara a cara, hasta hacernos caer de bruces, con la maldad –desde el realismo más cruel de algunos relatos, con el yihadismo o el 11-M como protagonistas, hasta el terror fantástico y legendario que viene a explicarnos la realidad, en el último de ellos–, y lo hace con todo el riesgo posible: aunque no queramos verlo, tenemos derecho a vivir con miedo, a tener miedo. Porque vivimos entre hijos de puta. Entre malvados.
Con este tercer y valientísimo libro de cuentos, Miguel Ángel Muñoz nos pone cara a cara, hasta hacernos caer de bruces, con la maldad –desde el realismo más cruel de algunos relatos, con el yihadismo o el 11-M como protagonistas, hasta el terror fantástico y legendario que viene a explicarnos la realidad, en el último de ellos–, y lo hace con todo el riesgo posible: aunque no queramos verlo, tenemos derecho a vivir con miedo, a tener miedo. Porque vivimos entre hijos de puta. Entre malvados.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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«Hay gente mala en el mundo», que decía aquel. Por desgracia, así es. La maldad se puede practicar de muchas maneras y no necesariamente esgrimiendo un palo o lanzando una piedra. Por inconcebible que parezca existen personas que disfrutan ejerciendo la maldad entres sus iguales, atentando contra ellos, escudados en justificaciones inimaginables, poniendo zancadilla al que pasa por su lado. Sobre la maldad trata el nuevo volumen de cuentos de Miguel Ángel Muñoz, Entre malvados, un compendio de relatos en los que la maldad se ejerce de diversas formas y en distintos ámbitos, en sectores que no son comunes, en otros más alejados pero siempre hay un componente de violencia desmedida que no deja de sorprenderme.
Miguel Ángel Muñoz nos visitó la semana pasada y tuve la oportunidad de conocerlo y sentarme a hablar con él de una lacra que todavía no ha conseguido sacudirse de encima el ser humano porque el hombre, como toda moneda, tiene su cara y su cruz. Esto es lo que nos contó.
Marisa G.- Miguel Ángel, tan solo me queda por leer el último cuento de este Entre malvados. He estado leyendo tu biografía y hay un volumen que me llama especialmente la atención, me refiero a La familia del aire, esa recopilación de entrevistas a escritores de cuentos como Merino, Vila-Matas, Iwasaki, Rengel,... No sé si te mojarías y me dirías cuál de los ahí recogidos son tus predilectos.
Miguel A.M.- Bueno ese libro es consecuencia de un trabajo que comencé hace muchos años en un blog, cuando publiqué mi primer libro, El síndrome Chéjov. Empecé a escribir sobre libros de cuentos por pura pasión. Al poco, pensé que sería interesante adentrarme en el género de la entrevista. Fue una cosa bastante inconsciente porque en aquel momento yo no conocía a ningún autor, pero me las ingenié y parece que el ciclo gustó, tuvo éxito y fue ampliando hasta llegar a treinta y seis entrevistas si no recuerdo mal. Tras eso le di un paréntesis que dura hasta hoy porque me resultaba muy laborioso. Eran entrevistas en las que intentaba profundizar en los textos y eso requería bastante lectura. Luego, en el año 2011 Páginas de Espuma recopiló todas esas entrevistas en un libro al que le tengo mucho cariño porque, además, cualquier persona que lo lea puede hacerse una idea bastante clara de lo que ha sido la evolución del cuento en los últimos años.
En cuanto a tu pregunta, evidentemente tengo mis gustos como lector pero por ejemplo, recuerdo que en su momento Merino me impactó mucho más como novelista. Por ejemplo La orilla oscura fue un libro que me influyó mucho porque me pareció que el autor traía a España los temas cortazarianos de manera muy atractiva. En cualquier caso, Merino es un cuentista maravilloso que ha introducido el fantástico con mucha cotidianidad aunque parezca algo paradójico. A mí lo fantástico es algo que me interesa cultivar y es lo que hago en el último cuento que te falta por leer. Y sobre Vila-Matas, pienso que sus cuentos demuestran que no es un género que esté tan alejado de la novela porque incluso sus novelas están hechas de pequeñas historias.
M.G.- Entre malvados, es un título que lo dice todo, que viene potenciado por esta cubierta tan singular y que produce cierta desazón. No sé si me quedo muy corta si digo que tus cuentos tienen como hilo conductor la violencia.
M.A.M.- Sí. En principio, no me interesaba tanto hablar sobre la maldad sino más bien sobre la encarnación de la maldad, la forma en la que la maldad aparece ante nosotros y evidentemente la violencia es una de las formas más obvias aunque no la única.
La violencia acaba siendo la consecuencia de la maldad, ya sea física o psicológica. No deja de ser un forzamiento de la voluntad. Me parecía fundamental tratar este tema y tratarlo desde diferentes puntos de vista o desde diferentes planteamientos y por eso lo abordo desde el acoso escolar, los asesinos en serie, el yihadismo,...
M.G.- Efectivamente el acoso escolar figura como el primer cuento y asomará nuevamente en un par de microrrelatos. Es un tema de total actualidad y tanto es así que en Sevilla llevamos unos días consternados por una noticia tremenda, la paliza a un niño de 7 años perpetrada por otros compañeros de clase. ¿De dónde procede la maldad en unos niños que no tienen una mentalidad desarrollada, que supuestamente son inocentes?
M.A.M.- En el momento en el que este libro se publica, el acoso escolar es un tema del que se está hablando mucho y diría que casi afortunadamente. Para mí es uno de los temas fundamentales de la sociedad actual en la que vivimos. Si queremos hacer una sociedad más civilizada tenemos que ser conscientes de que la violencia escolar y el acoso son dos grandes temas que hay que abordar como sociedad.
Debería tener la misma trayectoria que la violencia de género empezó a tener en su día. La violencia escolar está al mismo nivel y también debería estar legislada.
Por otra parte, hay una reacción muy clásica, muy parecida a la que ocurría con la violencia de género, y es negar la evidencia, intentar justificar esta violencia como juegos de niños, peleillas,... pero no es así. Hablar de la violencia desde un plano literario es algo importante porque si no rompemos el esquema de la violencia escolar no vamos a romper nunca el círculo infernal de cualquier otro tipo de violencia. El adulto que ha sido maltratador infantil es un adulto que se puede reintegrar en la sociedad y ser una persona adulta muy cumplidora con sus deberes sociales pero siempre que se ejercido la violencia suele reproducirse de nuevo.
M.G.- Abarcas la maldad desde distintos ángulos y por ejemplo en Intenta decir Rosebud narras la violencia a la que se ven sometidos unos periodistas que han sido secuestrados en Siria. La percepción como lector o como ciudadano que ve terribles noticias es diferente si la violencia se ejerce cerca o lejos. Es decir, es curioso que los atentados en nuestro país o lo que ocurrió en Bataclán, ahora que se está conmemorando el aniversario, nos afecte más que una matanza en la otra punta del mundo.
M.A.M.- Eso forma parte de nuestro concepto social y cultural. Tenemos una forma de estar integrados socialmente, venimos de una cultura concreta y por eso siempre nos conmueve la tragedia más cercana, la que reconocemos en nuestro entorno. También es verdad que muchas veces se debe a que hay tal saturación de información que, cuando se dan determinadas noticias de diversas partes del mundo, se prioriza el dar una simple información sin ahondar en los datos. Sin embargo, cuando ocurre algo grave en un ámbito más cercano se dan todo tipo de detalles.
M.G.- Sí, lo más lejano se reduce a un titular.
M.A.M.- Sí, eso es. Creo que también ha llegado un momento que incluso para nosotros es muy difícil asimilar tantas noticias violentas, por eso lo veo incluso lógico. No lo justifico pero no me sorprende.
El cuento que mencionas habla de la experiencia bastante terrorífica del secuestro. El cuento estaba ideado antes pero está inspirado en el secuestro que Javier Espinosa, corresponsal de El Mundo y otros periodistas, sufrieron en Siria cuando empezaba el auge del yihadismo. Lo que más me interesaba contar en ese cuento era cómo ese tipo de violencia reproduce el mecanismo de la misma culpabilidad, cómo en un momento determinado hay supervivientes de actos de este tipo que pueden llegar a sentirse culpables por ser ellos los que se han salvado. He querido bucear en esas contradicciones.
M.G.- Y hablando de violencia y de maldad, no puedes obviar uno de los atentados más tremendos que hemos sufrido en España, aquel del 11 de marzo de 2004, una fecha que se intercala de vez en cuando en tus cuentos.
M.A.M.- El libro como proyecto comenzó sin pretenderlo unos días después del atentado del 11-M. Yo quería hablar del papel de las víctimas. Este libro habla desde el punto de vista de las víctimas, de aquellos que están al otro lado y no es un libro que se regodea en el mal sino al contrario. El caso del 11-M me impactó mucho pensar en esas personas que viajaban en esos vagones de tren y que de pronto su vida se acabó, y de cómo la onda expansiva del atentado también cambia la vida a los familiares, a los amigos de esas víctimas. En definitiva, cambia a un país entero.
M.G.- Me llama la atención uno de los cuentos por el narrador. No sé si podrás hablarme de ello sin desvelar gran cosa. Me refiero a Modos de pasar la tarde.
M.A.M.- (Risas). Claro pero a ver qué te cuento sin desvelar mucho porque es un microrrelato y no quiero que se pierda el efecto sorpresa aunque yo no soy muy amante de eso.
En ese cuento me interesaba mucho tocar el tema de la violencia en los medios de comunicación y que consumimos a lo largo de los años. La violencia no tiene por qué ser noticia puede ser el hecho de estar entregado a los aspectos más negativos y sucios del ser humano, cuando nos regodeamos en ver las miserias ajenas, y disfrutar con ellas. La saturación nos insensibiliza y desvirtúa nuestro sentido de la realidad.
M.G.- Sin abordar el tema de la violencia en el deporte, hay dos cuentos, si no me equivoco, en los que la palabra violencia y agresividad conectan directamente con el deporte estrella de este país, el fútbol. Yo siempre he pensado que, de todos los deportes, el fútbol es que muchas personas eligen como vía de escape para descargar la rabia que han ido acumulando a lo largo de la semana. Es que es muy curioso que lo que ocurre en el fútbol no ocurre en el baloncesto o el tenis. No sé lo que piensas.
M.A.M.- En ese cuento que mencionas el fútbol es un marco de desarrollo de la historia. Creo que lo que está ocurriendo con el fútbol en España está llegando a extremos bastante delirantes. Por un lado, el fútbol, como los grandes deportes de masas, no deja de ser una forma clara de liberar tensiones sociales. Esto puede ser muy positivo si se entiende como comunidad, como una forma de establecer vínculos pero cuando es al revés...
Yo no soy nada futbolero pero no hago más que escuchar a padres decir que no pueden llevar a sus hijos al fútbol como ellos iban con los suyos, porque el fútbol se ha convertido en otra cosa, ya no se ve como un deporte sino como una lucha de gladiadores en la época romana.
Yo no soy nada futbolero pero no hago más que escuchar a padres decir que no pueden llevar a sus hijos al fútbol como ellos iban con los suyos, porque el fútbol se ha convertido en otra cosa, ya no se ve como un deporte sino como una lucha de gladiadores en la época romana.
M.G.- Que sale incluso de las fronteras del propio estadio.
M.A.M.- Sí, sí... Es que, lamentablemente, hay que hablar también de lo que ocurre fuera del estadio.
M.G.- Un pena. Bueno, Miguel Ángel, hace relativamente poco he asistido a varias presentaciones de cuentos, he hablado con novelistas que se han estrenado con los cuentos o que han regresado a ellos. ¿Crees que hay un resurgimiento del género hasta ahora muy arrinconado por los lectores?
M.A.M.- En mi caso, es lo que he intentado hacer con todo el trabajo que he realizado desde que empecé a publicar cuentos y luego con todas esas entradas que publiqué en el blog. Siempre he dicho que el cuento es un género que a la gente le gusta más de lo que la gente cree. Lo que pasa es que lamentablemente hay mucho desconocimiento y me sorprende que todavía a día de hoy, cuando publico un libro de cuentos, me pregunten ¿pero es infantil? De todos modos y por suerte, hay un público que se acerca al género con mucho interés y sí creo que está creciendo. Ahora somos nosotros, los que escribimos cuentos, los que tenemos que estar a la altura y ofrecer cuentos que consigan que el género se siga leyendo cada vez con más intensidad.
M.G.- Y por lo que veo en tu libro creo que no eres uno de esos puristas del cuento que consideran que se tiene que seguir unas pautas concretas, que debe tener un número preciso de páginas porque si no se convierte en nouvelle, que no debe tener capítulos,...
M.A.M.- No, no, al contrario. A mí me gustan los cuentos en los que te sumerges y no sabes qué te vas a encontrar. La sorpresa es importante y por eso es mucho mejor mezclar un cuento de cuarenta páginas con un microrrelato, ¿por qué no? El cuento precisamente es un género que da una libertad enorme y hay que aprovecharla. Sin embargo, también te digo que todo esto puede perjudicar la recepción de libros de cuentos. Siempre he defendido que la gente que se acerca a los libros de cuentos, pretenden que tengan la misma extensión, el mismo estilo porque en el fondo echan de menos esa cultura literaria que hemos mamado de pequeños.
M.G.- Y hablando de mezclas, en Los hijos de Manson, hay una especialmente explosiva porque lo mismo nos hablas del asesino en serie Charles Manson, que de Rousseau o Arthur Miller. ¿Y esto? Son como crónicas, ¿no?
M.A.M.- Sí exacto. Son pequeñas crónicas que están escritas al contrario que el resto del libro, con un estilo periodístico. Esto es intencionado. Uno de los temas del libro es la relación padre-hijo y la herencia que les dejamos. Me pareció interesante ver cómo la idea de cierta maldad también se puede ver entre padres e hijos. He cogido la crónica de un criminal famosísimo que venía a decir que todo aquel que lo siguiera era su hijo. O la historia de Rousseau, que no tuvo pudor entregar a sus cinco hijos al orfanato, uno detrás de otro. Leyendo estas cosas te das cuenta que hay una relación muy extraña entre la cultura y la maldad. ¿Hasta qué punto la cultura nos hace inmune a la maldad? Y luego la historia de Arthur Miller, que también es muy atractiva, ese escritor que tuvo un hijo con Síndrome de Down y lo entregó al orfanato a pesar de los deseos de su mujer. Sin embargo, luego fue capaz de escribir su obra más famosa, Todos eran mis hijos. O sea, un hombre que reflexiona sobre el hecho de la paternidad y que sin embargo, por sus actos hizo algo totalmente distinto.
M.G.- Tremendo. Pues no nos queda mucho más tiempo pero quisiera formularte una última pregunta. Esta tarde vas a participar en un ciclo de encuentros en la librería Casa Tomada. ¿Qué va a pasar allí?
M.A.M.- Me han invitado a participar en este ciclo en el que prácticamente cada autor va a hablar de su poesía, o de su forma de entender el género. A mí me han pedido que además haga una especie de recorrido por los cuentistas que, a mi modo de ver, más influyentes han sido en las corrientes de cuento que ahora mismo se están practicando. Básicamente hablaré de lo cuentistas que a mí más me han influido o que pienso que vertebran la forma que tenemos ahora de entender el cuento. Espero que salga bien.
M.G.- Seguro que sí. Miguel Ángel, lo dejamos aquí. Ha sido un placer conocerte y espero que el libro funcione muy bien.
M.A.M.- Gracias a ti.
Y así finaliza la entrevista con Miguel Ángel Muñoz sobre su libro, este volumen de cuentos que abarca un tema complejo, difícil de erradicar en tantos y tantos entornos y en los que habría que tomar medidas extremas. Lo digo porque anoche mismo, con motivo del encuentro que se disputará hoy, vivimos en Sevilla una auténtica batalla campal cuando aficionados del Juventus y el Sevilla F.C. se embarcaron en una pelea, destrozando un establecimiento y dejando atrás un herido de gravedad y múltiples contusionados. Yo seguiré sin entender esta violencia que solo nace entre malvados.
M.A.M.- Gracias a ti.
Y así finaliza la entrevista con Miguel Ángel Muñoz sobre su libro, este volumen de cuentos que abarca un tema complejo, difícil de erradicar en tantos y tantos entornos y en los que habría que tomar medidas extremas. Lo digo porque anoche mismo, con motivo del encuentro que se disputará hoy, vivimos en Sevilla una auténtica batalla campal cuando aficionados del Juventus y el Sevilla F.C. se embarcaron en una pelea, destrozando un establecimiento y dejando atrás un herido de gravedad y múltiples contusionados. Yo seguiré sin entender esta violencia que solo nace entre malvados.
gracias por la recomendacion y la entrevista adjunta, no conociamos al autor y ahora quedas compartida. eso nos gusta dar a conocer otros autores. saludosbuhos!
ResponderEliminarComo te he comentado en otras ocasiones,escuchar(leer) al autor hace que me fije más en un libro que seguramente me hubiera pasado desapercibido y este libro de relatos,aunque no es lo que suelo leer,me ha parecido a tener muy en cuenta.
ResponderEliminarUn beso
No conocía ninguno de sus títulos ni a él.
ResponderEliminarEstoy conforme, casi sería mejor plantear dónde no hay violencia.. Es increíble.
Muchas gracias por dármelo a conocer.
Besos.
Gracias por la entrevista. Muy interesnte
ResponderEliminarNo conocía al autor ni su obra. Me lo apunto para seguirlo. Y sobre la reflexión final...hay cosas que no tienen explicación.
ResponderEliminarBesos
Gracias por la entrevista. En estos momentos no me apetece algo así.
ResponderEliminarBesos