Este año he cambiado de Club de Lectura. Tengo coordinadora nueva y compañeros nuevos con un nivel y una capacidad crítica que me abruma. Y como me he incorporado tarde, no pude leer la primera propuesta que nos plantearon, Los elementos del mundo de José María Beneyto, cuya sinopsis podéis leer aquí, una novela que versa sobre el final de la Segunda Guerra Mundial y ya sabéis lo que me gusta la época. Seguro que en el futuro me pondré con ella.
Para esta segunda reunión, hemos leído Como el aire de Abril de Arturo Echavarría. El propio autor se ha encargado de enviarnos las copias por mail en pdf, así que no puedo mostraros ni la cubierta, ni la biografía ni la sinopsis. Se me ocurrió buscarlas por la red, pero no es nada fácil encontrar información sobre el libro entre otras cosas porque se editó en Puerto Rico por la universidad en los años 90 y a España no ha llegado, de ahí que esta reseña tenga una estructura diferente a lo habitual.
Por suerte, esta tarde hemos contado con la presencia del autor en la reunión del club y allí se han aclarado muchos detalles de la obra. Para empezar os comento unas breves pinceladas sobre la vida del autor.
Arturo Echavarría es nacido en Puerto Rico. Catedrático de Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico, tuvo una educación norteamericana, donde su familia lo envió a estudiar, cursando estudios en Harvard y viajando posteriormente por todo el mundo. Se ha especializado en la literatura de Borges a quien lleva estudiando hace más de 35 años.
En cuanto a la trama os puedo decir que la historia se mueve en dos líneas argumentales o eso es lo que parece a priori. Por un lado el profesor Juan González es requerido por Nora, la esposa de Gerónimo Miguel Chaves, maestro y mentor de Juan y profesor de literatura en la universidad. Miguel ha desaparecido hace tres días y su mujer acaba de recibir un anónimo informándole que su marido está bien pero que no debe contactar con la policía. Todo parece indicar que estamos ante un secuestro aunque desconocemos los motivos que lo han producido. No sabemos si será por causas económicas aunque a mí me dio por pensar que detrás de aquel rapto se escondían motivos políticos. Elucubraciones de una por aquello de que los profesores universitarios, gracias a Dios, tienden a significarse y a dejar clara su posición en los distintas áreas vitales. No obstante, se hace necesario avanzar en la lectura para descubrir la verdad.
Por suerte, esta tarde hemos contado con la presencia del autor en la reunión del club y allí se han aclarado muchos detalles de la obra. Para empezar os comento unas breves pinceladas sobre la vida del autor.
Arturo Echavarría es nacido en Puerto Rico. Catedrático de Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico, tuvo una educación norteamericana, donde su familia lo envió a estudiar, cursando estudios en Harvard y viajando posteriormente por todo el mundo. Se ha especializado en la literatura de Borges a quien lleva estudiando hace más de 35 años.
En cuanto a la trama os puedo decir que la historia se mueve en dos líneas argumentales o eso es lo que parece a priori. Por un lado el profesor Juan González es requerido por Nora, la esposa de Gerónimo Miguel Chaves, maestro y mentor de Juan y profesor de literatura en la universidad. Miguel ha desaparecido hace tres días y su mujer acaba de recibir un anónimo informándole que su marido está bien pero que no debe contactar con la policía. Todo parece indicar que estamos ante un secuestro aunque desconocemos los motivos que lo han producido. No sabemos si será por causas económicas aunque a mí me dio por pensar que detrás de aquel rapto se escondían motivos políticos. Elucubraciones de una por aquello de que los profesores universitarios, gracias a Dios, tienden a significarse y a dejar clara su posición en los distintas áreas vitales. No obstante, se hace necesario avanzar en la lectura para descubrir la verdad.
Juan González adopta el papel de investigador y recorrerá diferentes caminos - hipótesis. Son diversas las teorías que manejará, entre ellas una posible fuga amorosa. Pero Miguel y Nora también tienen un hijo problemático, de los que se meten en un lío tras otro y podría ser que fueran por ahí los tiros. Seguirán llegando anónimos, se producirá un allanamiento de morada y el profesor seguirá sin aparecer.
La cuestión es que Juan, en su búsqueda, irá contactando con viejos amigos o colegas que alguna vez tuvieron relación con Miguel. Aporta este hilo un toque de novela policíaca pero sin policía que conducirá a nuestro peculiar detective a un episodio del pasado del profesor, quizá clave en la resolución del caso. Esto es algo que el lector tendrá que averiguar.
Por otro lado, conoceremos a Pablo y Frances. Él está recién divorciado y en casa de unos amigos la conoce a ella, una mujer deslumbrante, de la que se siente totalmente atraído pero que, lamentablemente está casada con Jeff. La pareja, a pesar de los inconvenientes, comienza a intimar y terminan envueltos en una relación amorosa apasionada.
A lo largo de los diecisiete capítulos, ambos hilos se irán alternando y será fácil que nos preguntemos qué relación tienen ambas historias y cuándo va a aparecer el nexo de unión entre ambas. Aquí, he de decir que no estuve muy fina. Realmente terminé de leer la novela, de corta extensión, y no supe vislumbrar con claridad el por qué de la historia amorosa de Pablo y Frances. Intrigada, curiosa y bastante mosqueada con mis entendederas, recurrí a Internet para esclarecer mis dudas y voilá!, fue leer un artículo y hacerse la luz. Realmente, cuando descubrí qué era lo que tenía delante, me reí y me maravillé con la habilidad del autor, que había camuflado una historia de esta índole.
No quiero desvelaros más por si tenéis interés en leer a este autor y concretamente esta obra de cuyo argumento me inquietó todo lo que gira alrededor del secuestro para posteriormente fijarme en la relación que Juan González mantiene con su esposa Isabel, un matrimonio atípico en el sentido de que ha perdido toda la calidez propia de la unión conyugal. Isabel se ha alejado total y absolutamente de Juan, mantienen una relación fría y en su lugar, ella ha sustituido el dulce hogar por un retiro espiritual que parece tenerla cada vez más absorbida. No es excesivamente transcendental esta relación para el devenir de los hechos importantes pero sí es cierto que tales circunstancias definen poderosamente a Juan.
Bien, en la reunión mantenida hoy, he comprobado con alivio que no he sido la única en leer esta novela medio desorientada. Y es, como comentó la coordinadora, Como el aire de abril no es una novela para un lector de a pie pues posee varios niveles de lectura, con una trama que parece simple pero que guarda muchas claves y connotaciones simbólicas en su interior.
Por una parte, los diarios de viaje de Colón son los que dan título a la novela, como reza en la cita inicial que abre la novela.
Esos viajes de descubrimiento estarán muy presentes en la trama, tal es que así que hasta el nombre de los protagonistas están muy vinculados al descubrimiento de América. Juan González era el traductor que viajó con Colón para poder entenderse con los la expedición pensaba que se iban a encontrar. Y Miguel Chaves era un cartógrafo que se dedicaba a hacer mapas de América en la Casa de Indias en Sevilla.
Y Sevilla también tendrá su parte de protagonismo pues son diversas las alusiones a la ciudad, como al referirse al aire de primavera, o a la casa del médico Monardes en la calle Sierpes, que cultivó en sus jardines buena parte de la flora americana teniendo muchas de ellas facultades curativas. Mucho simbolismo para captarlo todo en una primera lectura.
En Como el aire de abril todo está hecho ex profeso porque incluso en el hilo argumental que nos acerca a Pablo y Frances hay todo un abanico de referencias a novelas policíacas y sus protagonistas no son otros que aquellos Paolo y Francesca de El infierno de Dante.
Se le preguntó si, siendo Juan González y Gerónimo Miguel Chaves profesores universitarios, se podría pensar que hay algo de autobiografía en el texto. Echavarría respondió que el arte de escribir no implica necesariamente que el autor tenga que volcar sus vivencias. Se trata más bien de transformarlas hasta el punto de hacerlas irreconocibles.
La novela posee un estilo sumamente descriptivo especialmente porque nos permite viajar por la isla de Puerto Rico. Gracias a las investigaciones de Juan González, que se mueve por diversas localizaciones de la isla en busca de unos posibles testigos que aclaren los hechos, podremos conocer el ambiente local. Visitaremos también varias zonas de clase alta con políticos que aspiran llegar a Washington, otras más humildes y pobres, donde matrimonios que viven en pequeños cubículos tienen que soportar a los vecinos de al lado y nos adentraremos en antros de mala muerte en los que se mueve Miguel Ángel.
Dado que el argumento transcurre en Puerto Rico no es extraño que encontremos vocablos latinoamericanos que en ningún momento suponen una traba en el camino.
En conclusión, me ha gustado leer Como el aire de abril pero creo que es una de esas lecturas que se disfrutan más en las segundas oportunidades, una vez que, no solo has leído el libro, sino que has leído sobre el libro. Ya sabéis que no siempre es posible extraer la totalidad del sentido a una novela y yo, en este caso, no he podido. Pero una vez que he podido oír al autor hablar de su obra y conozco más sobre ella, no descarto darle una segunda oportunidad en el futuro. Seguro que entonces, estaré mucho más atenta a todas las alarmas.
Yo siempre voy a recomendar la lectura de cualquier libro, ya sea en mayor o menor medida, a pesar de la dificultad que conlleva esta novela. Resulta además que es difícil de encontrar, quizá en alguna web de libros de segunda mano lo he visto pero por suerte, su autor nos ha informado que es posible que se reedite en Barcelona en tiempos venideros y que para tal ocasión está trabajando en un manuscrito que incluya leves variaciones, con objeto de hacer más accesible la lectura.
Yo creo que me esperaré hasta entonces.
Uy no, ai tengo que estudiar para enterarme paso. Vamos que siempre he pensado que si el autor tiene que explicarlo es que no lo ha contado bien. También puede ser mi torpeza, claro, pero entonces no hay nada que hacer.
ResponderEliminarLo que sí mola es que contéis con autores en el club.
Besos
No sé... Esta vez me dejas con la duda, así que por ahora voy a dejarlo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
No se. Me haces dudar. Me encantaría tener un club de lectura.
ResponderEliminarNo tiene mala pinta pero no me atrae tanto como para animarme con ella
ResponderEliminarBesos
Me gusta la trama y todos los elementos que cuentas pero de momento me sigo considerando lector de a pie y mira que me atrae mucho.
ResponderEliminarPor lo que nos cuentas de la novela en tu reseña, tiene toda la pinta de ser una lectura atractiva. Besos.
ResponderEliminarMe da un poco de pereza por lo que cuentas. Pero creo que si también tuviera un club de lectura sería distinto ¿no? Probablemente me animaría con otro tipo de novelas y saldría de mi zona de confort.
ResponderEliminarBesos.
No termina de convencerme en esta ocasión. Un beso ;)
ResponderEliminarEstas vez no me la llevo, no me convence
ResponderEliminarBesos