jueves, 30 de junio de 2016

ENTREVISTA a BRAULIO ORTIZ POOLE (La fórmula Miralbes).

Autor


Braulio Ortiz Poole (Sevilla, 1974). Su primera novela, Francis Bacon se hace un río salvaje, recibió el Premio Andalucía Joven de Narrativa. Posteriormente ha publicado el libro de relatos Biografías bastardas y los poemarios Defensa del pirómano, Hombre sin descendencia y Cuarentena. Fue incluido en las antologías de relatos Mutantes. Narrativa española de última generación y Pequeñas resistencias 5. Es periodista y trabaja en la sección cultural del Diario de Sevilla


megustaleer - La fórmula Miralbes (Caballo de Troya 2016, 4) - Braulio Ortiz PooleSinopsis


«Ella es España, corrupta y desmemoriada. Un símbolo. De todos los que han robado, de los que han mentido, de los que han conducido al país a la ruina.»

El crepúsculo de una estrella literaria, especie de Gloria Swanson de las letras españolas, sirve al propósito mayor de esta novela: radiografiar el entramado de intereses y vicios individuales que dan lugar a una sociedad moralmente averiada.

Silvia Miralbes tenía la fórmula del éxito, sus novelas generaban enormes beneficios, pero en su último título un «negro» tuvo que echarle una mano para cumplir con el plazo previsto por la editorial. Ahí se inició su derrumbe.

La fórmula Miralbes recurre al falso documental para tratar el caso -no tan improbable- de un plagio literario que un autor fracasado endosa a un escritor eminente.

Testimonios, fotografías y documentos de archivo hábilmente entremezclados por Braulio Ortiz Poole nos muestran las entrañas del mundo cultural español, donde ni editores ni autores ni periodistas pueden permitirse decir todo lo que saben.



[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Braulio Ortiz Poole es periodista de un medio muy conocido en Sevilla. Se encarga de la sección cultural del rotativo y a mí me arde la sangre cada vez que leo una crónica suya. La envidia es realmente mala. No lo conocía personalmente, así que quise aprovechar la oportunidad que me brindaba la publicación de su último trabajo, La fórmula Miralbes, para sentarme a charlar con él sobre su trabajo, la literatura y su última novela. 

En La fórmula Miralbes veremos a una escritora en sus horas bajas, un editor que vende su alma, un negro que no lo es por el color de su piel y a un becario que le llueve el maná del cielo. Personajes todos ellos con un lado del que no se sienten muy orgullosos y, que entre libros y artículos periodísticos, intentarán sobrevivir.

Teniendo como telón de fondo los gritos desaforados de un alemán, que hablaba por el móvil muy cerca de nosotros y que parecía no tener un buen día -para que luego digan que los españoles somos escandalosos-, lancé a Braulio Ortiz preguntas sinceras obteniendo respuestas sinceras. Esto es lo que nos contó.


Marisa G.- Braulio, te lo tengo que decir, te tengo mucha envidia.

Braulio O.- ¿Por qué?

M.G.- ¿Por qué va a ser? Por ese trabajo tan estupendo que tienes, en la sección cultural de un periódico y tan conocido aquí como es el Diario de Sevilla.

B.O.- Ah (risas). Sí, es un trabajo bonito. Es una suerte trabajar en lo que te gusta, tal y como está el patio. Además conoces a gente interesante, aprendes mucho y creces. Aunque el sector está bastante castigado pero ahí estamos.

M.G.- Imagino que todo lo que se haga en el ámbito cultural en Sevilla pasará por tus manos, ¿no?

B.O.- Bueno, y por la de mis compañeros. La verdad es que a lo largo de todos estos años he aprendido mucho de libros, de arte, de teatro, o de danza que era un mundo que no conocía mucho pero no te cuento más que no te quiero dar más envidia (risas).

M.G.- Me la das, sin duda (risas). 

Oye Braulio, antes de esta novela tú ya habías publicado otros libros, otra novela más, relatos, algunos poemarios. Llegas ahora con La fórmula Miralbes cuyo argumento está precisamente muy vinculado con tu trabajo, porque hablas de literatura y hablas de periodismo. ¿Por qué esta historia?

B.O.- Me llamaba muchísimo la atención el personaje sobre el que quería hablar, Silvia Miralbes. Ganó mucho peso en mi cabeza, en mi imaginación y la verdad es que tenía muchas ganas de abordarla porque me despertaba muchas preguntas, siendo una mujer tan contradictoria como es.

Tocar la literatura o el periodismo es una circunstancia colateral. Realmente, no quería hacer un libro sobre periodismo pero me parecía inevitable meter a un periodista porque, al fin y al cabo, muchas veces los periodistas damos voz a lo que pasa. Pero por otro lado, también se hacía necesario hablar de literatura porque quería hablar de ciertas corrupciones o deslealtades y la literatura es un mundo que conozco bien. La novela también podía tratarse de una atleta que se dopa o de cualquier persona que engaña a su público pero el sector que mejor conozco es el literario y de ahí la elección.

M.G.- Independientemente de que el argumento se pueda extrapolar a cualquier ámbito, literatura y periodismo son dos temas que encajan perfectamente en esta trama.

B.O.- Sí, el personaje es una escritora que me ha servido para abordar determinados vicios en la cultura en general y en la literatura en particular, como por ejemplo, esa frivolización o banalidad en los contenidos que también afecta al periodismo. Creo que maniobramos muy a la ligera sin conceder tiempo a la reflexión y eso nos conduce a cometer graves errores. 

M.G.- Te hago una pregunta que suelo hacer siempre. Me producen mucha curiosidad las citas que elegís los novelistas para vuestros libros. En tu caso, optas por una de Italo Svevo ¿por qué?

«La jovencita se encontró, pues, ante la ardua tarea de aceptar dos veces el dinero, y fingir dos veces que lo quería. Una vez es fácil y puede hacerlo todo el mundo. ¿Y la segunda?». (La historia del buen viejo y la bella muchacha).

B.O.- Porque trata sobre una chica a la que le ofrecen dinero y ella lo rechaza la primera vez pero, ¿y la segunda? En el fondo quería reflejar que muchos tenemos unos principios morales pero que muchas veces sucumbimos a la presión de los demás. En este caso, Silvia es una escritora que ha tenido el aprecio del público durante años y años y se ha habituado a él. Desde la editorial la van a presionar para que termine el libro, le van a sugerir que hago uso de un negro,... al final acaba cediendo. Y es que todos tenemos nuestras convicciones morales pero en el ambiente en el que vivimos a veces es muy difícil mantenerlas con firmeza. Con esta novela, quería hablar de ese clima de permisividad que hay ahora y de esas tensiones por las que a veces es difícil ser fiel a uno mismo.

M.G.- Silvia Miralbes es una afamada autora de larga trayectoria, tiene 72 años de edad y quiere cerrar su carrera con una buena novela, dejar un buen sabor de boca entre sus lectores pero no puede porque tiene ciertos problemas que no quiero desvelar. Al final sufre un tremendo contratiempo con los medios de comunicación, porque como dice la sinopsis, la acusan de plagio. El plagio es un asunto muy delicado que siempre me ha producido mucha curiosidad. En tu opinión, y por tu posición laboral, ¿crees que existe más plagio del que realmente se desvela?

B.O.- Por supuesto, en el mundo editorial se hacen muchas maniobras en la sombra. Creo que sí, que habrá más plagio del que pensamos. En cualquier caso, lo que sí está muy extendida es la figura del negro, al que también hago referencia en la novela. Es un mercado que tiene sus normas y eso es innegable. En relación con esto, en la novela hablo de la culpa y del miedo a ser descubierto. Mientras no seas descubierto pues no pasa nada pero hay actitudes que son bastante discutibles.

M.G.- El editor de Silvia es uno de los personajes que más me ha impactado y luego te diré por qué. Pero la protagonista, esta Silvia Miralbes, es una mujer muy arrogante, egoísta, por encima del bien y el mal, altiva, engreída. Digo yo, ¿tú has pensando en alguien cuando has construido el personaje?

B.O.- No, no,... No pensé en nadie en particular pero luego sí me di cuenta de que había muchas resonancias de un personaje de Woody Allen precisamente. No sé si has visto una película que se llama Otra mujer.

M.G.- La verdad es que no.

B.O.- Es una película protagonizada por Gena Rowlands, que hace un papel espléndido, el de una mujer ya mayor que alquila un estudio para escribir y por casualidad oye las conversaciones que una psicóloga tiene con sus pacientes en el piso de al lado. A raíz de esa circunstancia empieza a oír cosas de ella misma y descubre que los demás no la ven como ella pensaba.

Me interesaba mucho la transformación del personaje y lo frágil que es la identidad. Uno tiene una idea de sí mismo y puede descubrir que los demás tienen otra muy distinta. Yo no pensé en esta película hasta hace poco, una cinta que me influyó mucho cuando era adolescente, y me di cuenta de que había mucho de la protagonista de la peli en la construcción de Silvia, tan altivas las dos. Pero, en realidad no tuve referentes reales, tan solo pequeñas pinceladas o sutiles referencias literarias. No se puede decir que Silvia sea el reflejo de alguna escritora española. Me parece que es un personaje insólito dentro de nuestra literatura en la que existen buenísimas escritoras.

M.G.- Silvia tiene mala relación con la prensa. Por supuesto hace uso de ella porque le beneficia pero por otro lado, siempre la teme. Imagino que dependerá de cada situación pero, ¿para los autores la prensa es un aliado o un enemigo? ¿Ellos la consideran un peaje que tienen que pagar?

B.O.- Yo como periodista cultural evidentemente defiendo el trabajo de la profesión. Si es un oficio que se hace con amor y con interés por los libros es tremendamente útil, estamos divulgando la literatura, pero entiendo que para un personaje como Silvia que es tan esquivo y tan huraño, una mujer a la que le cuesta expresar sus emociones y mantener el afecto, le suponga mucha tensión exponerse al público. Creo que ella sí ve la prensa como un peaje a pagar pero sabe que tiene que vender los libros para que lleguen al público, aunque, al mismo tiempo, es muy susceptible y vulnerable durante las promociones. Me interesaba mucho la paradoja de ese personaje tan frágil y al mismo tiempo tan expuesto.

M.G.- Porque quizá la actitud tan arrogante y soberbia que adopta Silvia se puede interpretar como un escudo que ella se coloca, ¿verdad?

B.O.- Eso es lo que he querido sugerir pero en el fondo se le coge cariño, al menos yo se lo he cogido, porque me parece una mujer muy limitada y muy humana por ello. Todavía mantengo cierta esperanza en el ser  humano y si escribo es para intentar comprender lo que nos ocurre.

M.G.- Además de Silvia hay otros personajes en tu novela. Está el becario que destapa todo el pastel del plagio, hay un profesor universitario que es el que le hace el trabajo a Silvia, el editor que antes hemos comentado,... Todos ellos se han traicionado a sí mismos. Todos ellos han hecho lo que no querían hacer.

B.O.- Sí, yo quería reflejar eso. Todos acusan a Silvia pero ninguno está legitimado para hacerlo, para señalarla porque todos tienen su bagaje de traiciones a sí mismos. Quería hablar de cómo la sociedad teje una red engaño y nos conduce al punto que no queríamos. Todos, quién más y quién menos, hemos dado un paso en falso alguna vez. Silvia es un símbolo de esta sociedad, en la que ha primado la ambición, los valores económicos antes que los  morales. Todos tenemos una parte de culpa.

M.G.- Los valores económicos por encima de los morales se refleja perfectamente en la figura del editor. Ese personaje me ha tocado mucho. Lógicamente una editorial no deja de ser un negocio pero maneja un producto que repercute muchísimo en la sociedad y por tanto debe tener un mínimo de calidad, algo que no suele ocurrir hoy en día. Todas las reflexiones de ese personaje te hacen pensar mucho en el mundillo editorial actual.

B.O.- Pero no es solo un problema del mundo editorial. Lo que le ocurre al editor también le ocurre a otros profesionales del mundo musical, por ejemplo. Hay muchos creadores que siguen haciendo un trabajo maravilloso en los márgenes de la industria. Yo defiendo el entretenimiento digno pero lo que pasa es que muchas veces en este engranaje en el que estamos metidos hemos olvidado la calidad y lo único que nos preocupa es sacar el producto lo antes posible. Se nota mucho en los discos que hacen estrellas adolescentes o esos libros que escriben presentadores de televisión. Todo se ha rebajado un poco, ha perdido calidad y quería hablar del tema a través del personaje del editor. Él, como Silvia, está muy preparado para hacer otras cosas pero al final han elegido el camino que les permitía mantenerse.

miércoles, 29 de junio de 2016

LOS IDUS DE MARZO (DRAMA - 2011).


Año: 2011

Nacionalidad: EE.UU.

Director: George Clooney.

Reparto: Ryan Gosling, George Clooney, Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Evan Rachel Wood, Jeffrey Wright, Max Minghella, Jennifer Ehle.

Género: Drama. Política.

Sinopsis: Un joven (Ryan Gosling) empieza a trabajar como jefe de prensa de un prometedor candidato (George Clooney) que se presenta a las elecciones primarias del Partido Demócrata. Durante la campaña tendrá la oportunidad de comprobar hasta qué extremos se puede llegar con tal de alcanzar el éxito político. Adaptación cinematográfica de la obra teatral "Farragut North" de Beau Willimon.


[Información facilitada por Filmaffinity]


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No acostumbro a hablar de política o, mejor dicho, no suelo embarcarme en conversaciones sobre este tema pues, según con quién converses, suelen terminar en discusiones la mayoría de las veces. La verdad es que sobre el asunto entiendo lo justo pero eso no impide que muchas veces observe con lástima actitudes entre los candidatos políticos más propias de patio de colegio que de personas adultas en cuyas manos ponemos el bienestar de este país. Las estrategias de hoy en día, basadas en señalar al otro con dedo acusatorio mientras clamamos "y tú más" en vez de defenderse y reconocer humildemente los errores, aprendiendo de ellos, no me convence en absoluto. Así que, me limito a escuchar y a preguntarme lo que la inmensa mayoría de los españoles, ¿Y ahora qué?

Y mi reticencia hacia la política me conduce tontamente a alejarme de películas que versen sobre el tema. Muy rara vez me decanto por un largometraje de corte político como Los idus de Marzo pero recuerdo que la primera vez que la vi, salí bastante satisfecha de la sala, y hoy, teniendo en cuenta que estamos nuevamente ante un callejón político sin salida, me he animado a visionarla de nuevo.

"Mi única religión es la Constitución de los Estados Unidos de América", viene a decir el gobernador Mike Morris (George Clooney) ante los ciudadanos de Ohio. Morris es el candidato del Partido Democrático que lucha contra Pullman del Partido Republicano. Son las elecciones primarias de Ohio y el ganador se convertirá en postulante a la presidencia del país. 

Mike Morrison tiene carisma, personalidad y buena presencia. Además sus ideas sobre educación, familia y economía parecen gustar a la población, mostrando una integridad que es difícil encontrar en política. Sin embargo, la película quiere centrarse en los equipos de campaña, esos hombres y mujeres que rodean al candidato y sin cuyo trabajo, los políticos se desinflarían. Entre los miembros del equipo de Morris conoceremos a Paul Zara (Philip Seymour Hoffman), jefe de campaña, y a Stephen Meyers (Ryan Gosling), secretario de prensa. La labor de estos dos asesores es fundamental para posicionar a la población a favor o en contra, son dos titiriteros que manejan los hilos para influir en la opinión pública, unos jugadores de ajedrez experimentados que conocen perfectamente qué pieza mover en cada momento.

Steve es el auténtico protagonista de la película, un joven de unos treinta años que se jacta de llevar en política más tiempo que ningún otro asesor. Él cree con fe ciega en su candidato y eso es lo que verdaderamente lo motiva. Piensa que será el cambio que todo el país está esperando y se dejará la piel por conseguir que Morris alcance la gloria, pues ese camino hacia el éxito será también el suyo propio. Para ello hay que cuidar la imagen del candidato, hay que suprimir los obstáculos, aquello que pueda influir negativamente, eliminar declaraciones pasadas comprometedoras, actitudes poco éticas, analizar los gestos, los movimientos a la hora de hablar, las pausas en sus discursos. Todo es observado con ojo clínico.


Pero Los idus de Marzo no solo nos va a mostrar esa labor de limpieza, pulido y esplendor que los asesores llevan a cabo, sino que, mientras por un lado limpian, por el otro ensucian. En el amor y en la guerra todo vale, incluso rebuscar en la basura del contrario para sacar los trapos sucios, filtrarlos e intentar que la información más devastadora llegue a los oídos de los electores. De todo ello también se encargará Steve, seguro y confiado, asegurando una victoria que no sabremos si se producirá o no. No es lo importante, lo esencial es mostrar los tejemanejes de la campaña electoral. Sin embargo, una reunión clandestina hará tambalear el palacio de cristal del asesor hasta acabar en una situación comprometida. Pero en política siempre es recomendable tener un as en la manga para usarlo en momentos de verdadero apuro. 

martes, 28 de junio de 2016

ENTREVISTA a FERNANDO GARCÍA CALDERÓN (Nadie muere en Zanzíbar).

Autor


Fernando García Calderón nació en Sevilla, aunque reside en Madrid desde los diez años, donde estudió Ingeniería de Caminos. Es autor de ocho novelas y tres volúmenes de relatos. Tras ser galardonado en prestigiosos certámenes de cuentos de nuestra Península, en 1977 obtuvo el premio Félix Urabayen por la novela El vuelo de los halcones en la noche y, dos años después, el Ateneo de Valladolid por El hombre más perseguido.

Desde entonces ha publicado las novelas Lo que sé de ti (2002), La noticia (2006), La judía más hermosa (2006), La resonancia de un disparo (2008) y Yo también fui Jack el Destripador (2015). Durante todo ese tiempo también ha intercalado volúmenes de relatos como El mal de tu ausencia (2000), Sedimentos en un pantano (2004) y Diario de ausencias y acomodos (2016).


Sinopsis

Cuando Fernando García Calderón se tropezó con los diarios africanos de Juan Ángel Santacruz de Colle, ocultos durante años en un arca de filigrana, no sólo halló la autobiografía de un hombre increíble a fuer de excepcional, sino también una prodigiosa aventura para todos sus lectores.

Nacido en Sevilla en 1900, experto en libros antiguos y fundador de la logia de los Calígrafos, Santacruz llegó hasta el sultanato de Zanzíbar perseguido por espías nazis, tras participar en innumerables estafas y encontrarse fugazmente con Walter Benjamin. Allí aprendió un nuevo concepto de civilización, adoptó dos personalidades opuestas - el gibraltareño John Cross y el árabe Jamshid A. bin Said- y se convirtió en un altruista de ideas estrafalarias que causaba admiración por donde pasaba. Su vida se debatió entre dos territorios y dos mujeres; la intrépida Anna Wyatt y la abnegada Aisha. Colaborador en la sombra de Julius Nyerere, fue apreciado tanto por los brujos isleños como por los intelectuales de la nueva Tanganica. Suyo fue el plan que revolucionó la historia de Zanzíbar.

Nadie muere en Zanzíbar es una novela de aventuras personales y colectivas, un relato sobre la epifanía salvadora de un europeo descorazonado y las ansias de libertad de los pueblos de África. Una historia de segundas oportunidades, donde la pasión, la dignidad y la justicia cobran toda la ambigüedad de la que es capaz el ser humano.




[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Sentarse con Fernando García Calderón es un placer al que difícilmente me resisto. Hay algo en su discurso, en la conexión que establece entre las palabras, aparentemente mundanas, que confiere a la conversación un toque mágico. Tras un hombre de aspecto bondadoso, comedido, humilde y respetuoso se oculta una gran balsa de conocimiento y experiencias que él suele transmitir con una oralidad esponjosa y exquisita, consiguiendo que el oyente se traslade a la tierra de los sueños y los cuentos.

En apenas un par de meses he tenido la oportunidad de sentarme a hablar con él en dos ocasiones distintas y sobre dos libros diferentes, sendos de su autoría, bajo un formato y editorial diferente, pero con un nexo en común, la figura del lingüista sevillano Juan Ángel Santacruz de Colle. Si en la primera ocasión, hablamos de relatos, en esta lo vamos a hacer de novela, una novela llena de aventuras y exotismo que a mí me ha encantado. 

Para que entendáis los términos de la entrevista, quiero dejaros una breve sinopsis adicional a la que aporta la editorial, de ese modo, no os perderéis entre las preguntas y las respuestas.

Juan Ángel Santacruz de Colle fue un hombre con una vida de película. Antes de estallar la Guerra Civil se ennovió con Ana, una tía abuela del autor pero diversas vicisitudes lo apartaron de ella, viajó fuera de España y la familia lo dio por muerto. No fue así, tuvo una vida relativamente larga y fructífera en Zanzíbar, llena de episodios singulares. 

En vida escribió unos diarios de cuya custodia se encargó Mei, un africano que se convirtió casi en su ahijado. Tras su muerte, Mei viaja a Sevilla a hacer entrega de tal legado a Ana pero se encontró que esta había muerto siendo muy joven por lo que la entrega quedó hecha a manos de la hermana, Luisa, la tía abuela del autor. En su lecho de muerte, la tía Luisa encarga a su nieto Fernando García Calderón escribir la historia de Juan Ángel Santacruz y para eso le hace entrega de un arca que contenía diversos cuadernos todos escritos de la mano del lingüista. 

Nadie muere en Zanzíbar es la historia de Juan Ángel Santacruz de Colle, pero también la de Fernando García Calderón y la de su familia, en cuyo seno tiene cabida este episodio y la figura de este lingüista cuya vida no se puede catalogar más que de apasionante. 

Sé que mis entrevistas son muy largas y no os puedo pedir que las leáis de cabo a rabo. Todo se debe a que no me considero quién para acortar o interpretar palabras que no son mías. No obstante, en esta ocasión sí os voy a solicitar que, en la medida de lo posible, leáis este encuentro en profundidad. La historia que esconde Nadie muere en Zanzíbar es espectacular, en el antes y en el durante, y merece ser oída. Palabra de lectora. Esto es lo que nos contó.  


Marisa G.- Fernando, volvemos a vernos para hablar de Juan Ángel Santacruz de Colle. Este hombre ya me pareció enigmático cuando hablamos de él en la entrevista anterior y me lo sigue resultando. Tanto él, allá donde esté, como algún pariente por lejano que sea, debe de estarte muy agradecido por sacar a la luz la figura de este hombre. 

Fernando G.- Bueno, de momento no hemos recibido ningún mensaje en ese sentido. De hecho tuve una entrevista con el Diario León, porque el apellido Colle proviene de allí, y estuvimos hablando sobre sus raíces y orígenes pero la verdad es que he manejado muy poca documentación en ese sentido y desconozco donde pueden andar su familia. Sería interesante, qué duda cabe.

M.G.- Con el libro anterior, usaste la figura de este lingüista para ir hilvanando una serie de relatos, sin embargo, en Nadie muere en Zanzíbar te centras exclusivamente en su vida, en formato de novela, pero Fernando, ¿este libro cómo lo podríamos definir? ¿Estaríamos hablando de una novela de aventuras, una biografía novelada, incluso un ensayo sobre Zanzíbar? ¿Cómo lo ves?

F.G.- Yo lo veo como novela. Se concibió como tal porque tuve que decidir qué instrumento era más idóneo para cumplir la voluntad de mi tía y realmente, si queríamos dar a conocer a este hombre, trabajar en el terreno intelectual no tenía mucho sentido, cuando su vida, además, es casi una novela en sí misma. No, yo lo concebí desde el principio como un proyecto novelístico y así he querido desarrollarlo.

M.G.- En el primer capítulo vemos cómo surge esta historia. En esas líneas, tú mencionas que tu tía abuela Luisa te reclama cuando está a punto de fallecer porque tiene un legado que dejarte, una caja que contiene una serie de documentos que un africano de nombre Mei le entregó tiempo atrás. Unos documentos de Juan Ángel Santacruz de Colle que fue novio de otra tía tuya, de Ana. Hablas de esta mujer con mucho misterio. Dices que incluso murió de pena por amor.

F.G.- Sí, las circunstancias de la Guerra Civil fueron evidentemente duras y en muchas familias ocurrieron acontecimientos que luego fueron más o menos silenciados a lo largo del tiempo. La historia de la tía Ana y mi familia es una historia que no se refleja en imágenes. Prácticamente no hay fotos de la tía Ana pero, sin embargo, tanto mi abuela como la tía Luisa hablaban de ella con un cariño muy especial. Puede afirmarse que es una especie de muerte de pena por amor en un momento muy gris de la historia de nuestro país, donde la alternativa que se le presenta es partir de Sevilla hacia La Roda de Andalucía, quitarse de en medio porque la situación en Sevilla es muy complicada. Y cuando le llega la noticia de que Juan Ángel ha muerto, para ella realmente acaba todo. En realidad no muere de pena sino de unas fiebres pero...

M.G.- Murió muy joven, ¿no?

F.G.- Sí, siendo muy jovencita.

M.G.- Bueno la tía Luisa vivía en Triana. Te lo tengo que preguntar Fernando porque tengo mucha curiosidad. ¿Dónde vivía exactamente la tía Luisa?




F.G.- (Risas) La tía Luisa vivía en el barrio de El Tardón. Allí viví yo también mis primeros años. Hago referencia a Triana porque para mí toda esa extensión es lo mismo. 

M.G.- Y hasta ese barrio de El Tardón llega Mei, el africano, como un ahijado de Juan Ángel Santacruz de Colle, le entrega a la tía Luisa una caja de madera con motivos hindúes y dentro hay un montón de legajos que recogen la vida del lingüista. ¿Conservas esa caja todavía?

F.G.- Yo no la tengo. La caja se guarda en la familia pero no está en mi poder, solo la he consultado. De hecho ni siquiera dejaron que me la llevara. Como es una novela, yo cuento que se me entrega la caja y he dispuesto de ella todo el tiempo pero solo he podido consultar la documentación que había en su interior. 

La historia de la caja y como llega a nuestra familia es como una leyenda, al menos, así lo entendíamos los más jóvenes pero claro, cuando mi tía me cuenta esta historia con pelos y señales, ya empiezo a tener dudas. Al final de toda la historia se reconoce como veraz una historia que parecía ficción.

M.G.- Y esta caja contenía unos cincuenta cuadernos, algunos recogían información sobre la flora y la fauna de Zanzíbar, otros sobre los idiomas de la zona..., pero veintiséis cuadernos que son sus diarios propiamente. Tú al principio, como dices, no te creías nada de esta historia. Pensabas que todo aquello que estabas leyendo era pura ficción.

F.G.- Sí. Lo primero que hice fue leer a saltos y no de corrido y me topé con varios acontecimientos que a mí no me parecían que fueran reales. Pensé que era una ficción de este señor, pero claro, después vas comprobando datos y van cuadrando las cosas. A partir de ahí, llego a reconocer que todo aquello es verdad. Hasta que no reconocí aquellos documentos como ciertos no tuve la misma percepción de la historia, no me sentí tan dentro. Digamos que si él tuvo una epifanía en la montaña sagrada de los masáis, yo la tuve mucho después y en otras circunstancias que no son tan románticas.

M.G.- Fernando tú cuentas en el libro que tu tía te hace el encargo de sacar a la luz esta figura y tú piensas que aquello supondría meses y meses de investigación sin lucro alguno. La propuesta no te parece muy atractiva inicialmente.

F.G.- Claro. Mira, yo me he tirado años con una novela, pero una novela propia con la que, desde el principio conozco la estructura de lo que quiero hacer. En este caso no era así. Además faltaba una parte en esos diarios, el final de la vida de Juan Ángel. Tampoco sabía si iba a poder conseguirlo. Tuve mis reticencias de inicio pero me considero una persona de compromiso y el compromiso familiar puede con todo. No tuve más remedio que ponerme a ello.

M.G.- A mí esta novela me resulta muy interesante por dos vías diferentes. Por un lado, por toda la vida de Juan Ángel, que me parece alucinante todo lo que hizo. Por otro lado, porque tú, una vez que te embarcas en esta aventura, visitas los lugares y hablas con las personas que tuvieron trato con el lingüista. De hecho viajas a Londres a buscar a Mei. ¿Cómo fue aquel encuentro?

F.G.- Fue muy especial. Mi tía abuela lo describió como un caballero casi con armadura. Un señor con una presencia enorme, con una dicción muy tranquila, muy singular, que habla en español, a pesar de que viene de donde viene,... Todo eso a mí me llega a impresionar cuando lo visito porque además este hombre vive muy bien, tiene una gran casa, con mucho reflejo hindú y africano en su interior, pero lo que más llama la atención de él es el aplomo. Luego cuando rascas no es tan así pero la primera percepción es la de un señor con un enorme aplomo que, de repente, se pone a contar una historia que bien podría ser un cuento de hadas. Cuando habla de Juan Ángel es como si hablara de su maestro, de alguien muy muy especial.

M.G.- ¿En qué año le entregó la caja a tu tía abuela?

F.G.- Sobre el año 1981. Bueno, en la novela se habla del año 81 aunque en realidad ocurre antes, lo que pasa es que yo hago una transposición a momentos que me interesan más desde el punto de vista novelístico. 

M.G.- Pero imagino que Mei te recibió con alegría al comprobar que había alguien interesado en la vida de Juan Ángel.

F.G.- Sí. Él también tenía una deuda pendiente y al ver que yo aparezco allí es como si él se hubiera quitado un peso de encima. 

M.G.- Fernando tú eres el narrador de la novela y no solamente te limitas a transmitir lo que encuentras en esos diarios sino que también vas intercalando el resultado de tus pesquisas, algo que está muy bien porque parece que el lector hace el viaje contigo.

F.G.- Eso es lo que yo pretendía desde el principio. A medida que se avanza en la novela, esa sensación se difumina a ratos porque yo tampoco pretendo cansar con el tiempo presente. El proyecto original eran dos novelas en una, una en tiempo presente y otra en pasado, con la vida de Juan Ángel pero resultaba un texto muy voluminoso. Mi idea de partida respecto al tiempo presente no era solo que el lector me acompañara en esas pesquisas sino que viera también cómo se viaja hasta Zanzíbar, casi como una guía turística, salvando las distancias.

M.G.- Juan Ángel tuvo como dos vidas, no solo ya por los lugares en los que residió, Europa y África, sino también por su personalidad. Durante su etapa europea digamos que era un poco díscolo o tarambana, con negocios muy oscuros, falsificando obras de importantes escritores al fundar la logia de los Calígrafos. Luego se marcha a Zanzíbar y allí parece que se redime, cambia su moral y comienza a hacer un montón de obras sociales con la gente de allí.

F.G.- Eso es lo más meritorio en este señor. Su primer periplo es conseguir dinero y fama en Europa, además con un sentido el riesgo muy singular porque se mete en embrollos deliberadamente. Creo que el afán de aventuras lo tenía más desarrollado en Europa que cuando llega a África, donde cambia su forma de pensar. ¿Por qué ocurre eso? Bueno, en la novela se describe. La visita a la montaña sagrada de los masáis es como un momento crucial en su vida, allí siente un momento de inspiración, quiere hacer algo por la gente que lo rodea. Pero, ciertamente, una vez que se produce ese fenómeno, prácticamente olvida su pasado. En sus cuadernos solo refleja pequeñísimas notas de su cultura y las referencias a su novia. No vuelve a hablar ni de su familia, ni siquiera. Creo que deliberadamente él trata de establecer un antes y un después. Al final de su vida es cuando verdaderamente vuelve a hacer recuento, pero mientras tanto se olvida de lo anterior.


lunes, 27 de junio de 2016

LA MANIOBRA DE LA TORTUGA de Benito Olmo.

megustaleer - La maniobra de la tortuga - Benito Olmo

Editorial: Suma de Letras.
Fecha publicación: mayo, 2016.
Precio: 16,90 €
Género: Novela negra. 
Nª Páginas: 360
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 9788483658659
[Disponible en eBook;
Puedes leer el primer capítulo aquí]

Autor


Benito Olmo (Cádiz, 1980) ha trabajado como corrector, editor, columnista y colaborador de varios medios como la revista Fiat Lux y el portal literario !A los libros! Es autor de las novelas Caraballo (2007) y Mil cosas que no te dije antes de perderte (2011), y con ellas bajo el brazo ha recorrido España a través de las diferentes ferias del libro, lo que le ha permitido llegar a un gran número de lectores.

Sinopsis


Empujado por el infortunio, el irreverente inspector Manuel Bianquetti se ve obligado a aceptar un traslado forzoso a la comisaría de Cádiz, un destino previsiblemente tranquilo que se verá alterado con el hallazgo del cadáver de una joven de dieciséis años. Una muerte violenta que le traerá reminiscencias de un pasado del que no logra desprenderse.

A pesar de la oposición de sus superiores, el inspector Bianquetti emprenderá una cruzada solitaria para atrapar al culpable siguiendo el rastro de unas evidencias que podrían no existir más allá de su imaginación. La realidad se va oscureciendo a medida que el lector va devorando páginas al tiempo que participa junto al protagonista en la investigación de un caso cada vez más turbio y escabroso.

Benito Olmo compone una novela policial en la que los distintos hilos narrativos tejen una red de la que le resultará imposible escapar. Conozca al nuevo talento del género negro y criminal.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Hay autores cuyo nombre sale repentinamente a la palestra y comienza a sonar con fuerza. En ese caso, muchos suelen echar mano del factor suerte que también habrá tenido su parte de protagonismo pero nada llega por sí solo si no existe un duro trabajo detrás como el emprendido por Benito Olmo, un gaditano en cuya mente germinó la idea de escribir novelas y sin padrino ni mecenas, se dedicó a recorrer España con su Ibiza cargado de libros hasta los topes, intentando hacer llegar a los lectores sus dos novelas previas - Caraballo y Mil cosas que no te dije antes de perderte- , presentándolas de feria en feria (del libro), cual titiritero.

Quiso la suerte y el trabajo que en su camino se cruzara César Pérez Gellida y no en calidad de valedor, sino como mero intermediario entre el autor cadicense y la editorial Suma de Letras. Los editores tenían la última palabra. Y la tuvieron. Sale a la luz La maniobra de la tortuga y se monta el guirigay. Los lectores encandilados por las aventuras del neonato Manuel Bianquetti, un tipo peculiar incluso en el apellido que, según palabras del autor, sirve de homenaje a esos italianos que han terminado recalando en La Habana española. Vayamos al grano.

Como maestro de ceremonias, César Pérez Gellida prologa la tercera novela de Benito Olmo, en el que con un gusto por lo metafórico nos desvela cómo conoció a este autor y qué impresión le causa su novela.

La maniobra de la tortuga se sustenta sobre dos pilares. Manuel Bianquetti es un inspector de policía en horas bajas. Llega a Cádiz, procedente de Madrid donde sufrió un episodio complicado que lo afectó tanto en lo personal como en lo laboral. Su nuevo destino le resulta tedioso donde además se siente más un estorbo que un agente del orden, encargado de la custodia del archivo, una tarea casi deshonrosa para el que fue un importante inspector de homicidios en Madrid. Bianquetti saca a relucir su indiferencia ante todo y ante todos y recibe la misma moneda como pago. Ajeno al ajetreo de la comisaría, se mueve a su aire sin dar muchas explicaciones y sin que  tampoco se le exijan pero todo eso cambiará cuando el cadáver de la joven colombiana Clara Vidal, aparece en el interior de un contenedor de basura. Parecerá entonces despertar de su letargo y aunque el caso está asignado a su compañero, Roberto Silva, no podrá evitar meter sus narices ganándose reiteradas reprimendas por parte del comisario Tejada. Lo que descubra será el cuerpo de la novela.

Pero en paralelo a esta trama policiaca, encontraremos otra de índole social. En Puerto Real reside Cristina, una mujer víctima de violencia de género que intenta rehacer su vida alejada de su exmarido y ayudada en todo momento por el personal del Servicio de Atención Integral y Acogida a las Víctimas de Violencia de Género. Cristina lleva una vida relativamente tranquila. Cuenta con un nuevo hogar y un trabajo que le gusta pero no puede evitar mantenerse alerta en todo momento. Cada poco tiempo recibe la llamada de Pilar, su terapeuta, que se encarga de comprobar que todo marcha correctamente. Lamentablemente, Pilar le dará una mala noticia y eso pone en jaque a Cristina de nuevo.

Como suele ser habitual, llegará un momento en que ambas tramas se unan. Benito se vale de la profesión de ambos personajes para hacer confluir las dos líneas en el último tercio de la novela. Pero lo agradecido del argumento es comprobar que, aunque parece que en un momento dado todo fluye con demasiada facilidad -algo que los lectores tememos porque en ese caso tendemos a pensar que el autor se ha complicado poco la existencia,- en La maniobra de la tortuga el discurrir de los acontecimientos se tuerce, enredando un argumento que cuenta con diversas hipótesis.

Es cierto que no hay giros argumentales vertiginosos, de esos que cortan el aliento y te dejan en estado de shock. De hecho los que se producen, hacia el final de la novela, tienen un carácter suave y ligero pero no por ello deja de ser menos meritorio. A su vez, todo transcurre a un ritmo sosegado. No hay frenesí ni carreras que nos dejen como caballo desbocado pero aún así la lectura fluye a una velocidad constante, sin que el interés decaiga en ningún momento. 

Las tramas que desarrolla el autor en La maniobra... permite a Benito Olmo trazar algunas pinceladas de crítica social que deambulan entre el racismo o el desprecio a otras razas y culturas o la corrupción en esferas que deberían ser impolutas. Así mismo, y de la mano de Cristina, nos adentramos en el mundo de la violencia de género, una lacra social contra la que no hay que dejar de luchar.

domingo, 26 de junio de 2016

GANADORES SORTEO 4º ANIVERSARIO.



¡¡Buenos días!! Pues aquí os traigo los ganadores del sorteo. No lo demoro más...


¡¡Marina Córdoba!!
(Los ángeles de hielo)

¡¡Lunilla¡¡
(Nadie muere en Zanzíbar)

¡¡Ángela León!!
(Un secuestro raro)

¡¡Felicidades a las tres!! Enviadme vuestros datos  a booksandcompanies@gmail.com antes del martes a las 23.59 para haceros llegar vuestro premio. Pasado ese tiempo, volveré a realizar el sorteo.

A los demás, gracias por participar.