jueves, 26 de mayo de 2016

ENTREVISTA a FÉLIX J. PALMA y MARÍA FORTEA (El amor no es nada del otro mundo).

Autores

Félix J. Palma (Sanlúcar de Barrameda, 1968), pese a estar increíblemente dotado para el milenario arte de la papiroflexia, desde temprana edad prefirió encaminar sus pasos hacia la escritura. Hasta el día de hoy ha producido cinco libros de cuentos y cinco novelas. Las más conocidas son las que componen su aclamada Trilogía Victoriana. Publicada en más de 25 países, dicha trilogía lo consagró internacionalmente; está formada por El mapa del tiempo (2008), El mapa del cielo (2012) y El mapa del caos (2014), novelas con las que ha obtenido numerosos galardones y ha aparecido en la lista de best sellers de The New York Times.

María Fortea (Barcelona, 1971), pese a estar increíblemente dotada para el adiestramiento circense de pulgas, encaminó sus pasos hacia otros y muy diversos horizontes. Estudió Medicina, aunque no terminó dicha carrera, y se diplomó en Enfermería y Dirección Sanitaria, combinando estos estudios con disciplinas más artísticas como teatro o talleres de escritura. Ha trabajado como enfermera, directora de geriátrico, agente inmobiliaria... y ha colaborado en publicidad, cine y televisión. Lectora voraz, siempre soñó con escribir una novela. 

Desde el momento en que se conocieron, Félix y María, entusiasmados por la sorprendente afinidad de sus inquietudes artísticas, decidieron llevar a cabo un proyecto conjunto.

Tras descartar un circo de pulgas de papiroflexia por sus escasas expectativas de futuro, resolvieron escribir una novela juntos. El tiempo dirá si fue una buena decisión.

megustaleer - El amor no es nada del otro mundo - Félix J. Palma / María ForteaSinopsis


¿Crees que la felicidad se encuentra siempre en otro sitio? ¿Sientes que tu vida es una eterna búsqueda del amor perfecto? ¿Te enamoras a menudo de un ideal que no existe?


¿Piensas que todos tus amigos de las redes sociales tienen vidas más emocionantes que la tuya? ¿Inviertes un tiempo excesivo en demostrarles que no es así? ¿Usas más filtros en la foto de tu café que en la propia cafetera? 

Si este es tu caso, esta novela la hemos escrito expresamente para ti.

Ismael tiene treinta y ocho años y una vida gris y aburrida, por eso dedica la mayor parte de su tiempo libre a inventarse una existencia idílica en Facebook. Y, de paso, está intentando localizar a quien fue su mejor amiga, su amor secreto y su peor pesadilla, la maravillosa y desquiciante Amanda Saldana, de quien hace veinte años que no sabe nada.

Ismael jamás se atrevió a confesarle sus sentimientos, sin embargo, nunca ha perdido la esperanza de que una segunda oportunidad le permita enmendar su error. Lo que no se imagina es que, tal vez, esa oportunidad no le será concedida en este mundo.

El amor no es nada del otro mundo es una novela sobre universos paralelos en la que un peculiar triángulo amoroso y un excéntrico grupo de personajes secundarios nos harán reflexionar entre carcajadas sobre la idealización del amor, la persecución de los sueños y la felicidad en los tiempos de Facebook.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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Hace unas semanas Félix J. Palma y María Fortea pasearon por Sevilla un amor que no es nada del otro mundo. Con su nueva publicación bajo el brazo, la primera en el caso de María, esta historia llena de humor y situaciones cómicas pero que no deja de lado el elemento fantástico, tan característico en las novelas del autor gaditano, aborda a la vez cuestiones tan interesantes como ese afán del ser humano de proyectar una imagen endiosada a través de las redes sociales. Acostumbrados como estamos a ese universo victoriano con el que Félix ha llenado nuestra imaginación en los últimos años, nos asomamos ahora al mundo actual y lo analizamos con ojo crítico. Un cambio de registro  que sin duda no dejará indiferente a nadie.

¿Qué pasaría si la teoría del multiverso, ya planteada en la novela de cierre de la Trilogía Victoriana, fuera real? ¿Qué ocurriría si existieran otros yo en realidades paralelas? ¿Y cómo sería poder conectar con esos mundos a través de Facebook? De todo ello pudimos hablar con Félix y María que nos explican las claves de El amor no es nada del otro mundo. Esto es lo que nos contaron.



Marisa G.- María no te conocía, a ti Félix sí, y la última vez que nos vimos me comentaste que habías acabado muy cansado de la época victoriana y que ibas a cambiar. Pues sí que has cambiado sí.

Félix P.- Bueno, pero siguen apareciendo los universos paralelos.

M.G.- Cierto  y ahí entraremos luego pero es verdad que incluso estéticamente el libro ha cambiado muchísimo respecto a la trilogía.

F.P.- Sí, han intentado ponerle una cubierta acorde con el espíritu del libro. Este es más actual, el lenguaje es distinto porque me he alejado de ese narrador tan particular de la trilogía que me encorsetaba muchísimo y hay muchas referencias a la cultura pop, está escrito con mucho humor,...

M.G.- Pero ¿cómo surge la historia?

María F.- Nos conocimos en un momento de inflexión en mi vida porque me había tomado un año sabático para escribir mi primera novela. Yo siempre había querido escribir, soy una lectora voraz, pero mi vida había ido por derroteros distintos. Por entonces, él ya era un escritor famoso e internacional y yo era lectora suya. Vivir con él fue como iniciar un taller de escritura en casa que me ha permitido aprender todo lo que se puede saber sobre el oficio. De nuestras conversaciones sobre diversos temas surgieron muchas ideas que parecían perfectas para escribir algo juntos. Nos apetecía mucho la experiencia, teníamos mucha afinidad lectora, en gustos culturales y sobre todo en el sentido del humor. Se nos apetecía escribir algo en tono de comedia y que el humor fuera el vehículo de unión de los dos estilos que pudiéramos tener. 

M.G.- En la novela hay mucho humor y Félix, yo que solo me he leído la trilogía, creo que el humor ya lo has tocado en otras ocasiones, ¿no?

F.P.- Siempre, si entendemos el humor como ironía a la hora de escribir. En mis cuentos e incluso en la trilogía se advierte una ironía latente. Cada vez tengo más claro que me cuesta mucho, como lector, leer novelas en las que no aparezca el humor. De igual modo, necesito que haya un condimento de humor en lo que escribo porque si no se me hace muy pesado todo, muy solemne. A la hora de escribir, casi que me sale de forma natural escribir de manera irónica. Me parece mucho más enriquecedor hacerlo así porque si, por ejemplo, reflexionas de algo serio con humor lo haces mucho más digerible para el lector. 

Queríamos que la novela fuera divertida. Íbamos a trabajar juntos y nos íbamos a pasar los capítulos que cada uno escribía. Imagínate si hubiera sido un drama, nos hubiéramos hecho llorar el uno al otro. De este modo nos hemos hecho reír.

M.F.- O por lo menos lo hemos intentado. Se trataba de una experiencia divertida porque escribíamos una escena, intentando que fuera graciosa, o a tu modo de ver lo era, pero estabas esperando que el otro la leyera y escucharas sus carcajadas. Si las escuchabas, es que lo habías conseguido.

M.G.- De todos modos Félix hablamos de un humor distinto al que figura en tus otros libros.

M.F.- Sí, este es más descacharrante. Nos hemos soltado la melena.

F.P.- Es verdad que esto es comedia puramente dicho.

M.G.- ¿Y cómo crees que los lectores van a enfocar este nuevo libro?

F.P.- Umm..., una pregunta peliaguda. A ver, era un riesgo por mi parte como autor un cambio de registro tan radical. Primero por escribirlo con otra persona, segundo porque, desde que se nos ocurrió la idea, queríamos que el libro tuviera una estética mucho más ligera e informal. Cuando lo hablamos no sabíamos cómo se lo iban a tomar los lectores y le dimos muchas vueltas al título y a la sinopsis porque no queríamos hacer spoilers y por otro lado no sabíamos si vender el libro como una simple comedia romántica y no hablar del elemento fantástico o bien hablar del elemento fantástico con los riesgos que eso supone en España porque eso echa para atrás, como tú sabes, a mucha gente.

M.F.- Pero estamos contentos porque finalmente los lectores suyos que, en un principio, por esta apariencia más ligera se sentían un poco rechazados, al final han acabado llevándose una sorpresa grata porque es una novela que tiene planos de lectura. Es verdad que en un principio se aleja visualmente mucho de lo que él siempre ha hecho, porque es puro entretenimiento o diversión para hacer reír, pero hay otros planos de lectura donde sí se puede encontrar a Félix J. Palma y cualquiera que conozca su obra va a reconocer los elementos de unos personajes superados por las circunstancias, las reflexiones vitales, ese amor imposible e inalcanzable, el multiverso, la ciencia ficción, todas las referencias cinéfilas que aparecen. Así que el que sienta un poco de rechazo ante este giro de timón que no se asuste porque, al poco que escarbe un poco, Félix está ahí.

F.P.- Por favor que mis lectores no se asusten por la pinta que tiene el libro porque sigo estando ahí.

M.G.- (Risas)

M.F.- Es verdad y la gente que es lectora suya y lo ha leído lo confirma. 

F.P.- Por otro lado, la gente que ha oído hablar de mí y no me ha leído porque los mapas lo echaban para atrás, pueden leer este libro y conocerme.

M.G.- Claro, yo creo que has ampliado público.

F.P.- Un poco es eso lo que pretendíamos, ampliar el público lector y no quedarnos solo en el que le gusta lo fantástico sino aspirar a otro público que le gusten otras cosas.





M.G.- Bueno, hemos comentado el tema de los multiversos que aparecen en la trilogía y también aquí. Se puede decir que esta novela bebe de El mapa del caos, ¿verdad?

F.P.- De hecho, cuando estaba trabajando en El mapa del caos, María me ayudó muchísimo con la documentación. Estábamos documentándonos tanto sobre universos paralelos que un día, yendo por la calle, me dijo ella: ¿Oye te imaginas que realmente existieran los universos paralelos y se pudiera contactar con ellos a través de Facebook? Me pareció una idea muy buena y como estábamos buscando un proyecto en común y a mí me apetecía escribir algo más liviano después de la trilogía y con un narrador menos encorsetado, pues nos lanzamos.

M.F.- Era una manera de recuperar los universos paralelos, que antes se habían tratado de una forma más mítica y grandilocuente en El mapa del caos. Queríamos traer el tema a la cotidianidad. ¿Qué pasaría si de repente se demuestra que existen los multiversos y la gente en su día a día tiene la posibilidad de contactar con ellos? ¿Cómo afectaría eso a un grupo de personajes variopintos? Era una propuesta más divertida y cercana, que los personajes pudieran conectar con su otros yo en otros universos a través de Facebook e incluso pedirte amistad a ti mismo.

F.P.- La idea era que los personajes no tuvieran que salvar el mundo sino salvarse a sí mismos.

M.F.- Nos parecía muy interesante explorar esa situación y hacerlo de forma divertida.

F.P.- Sí, y lo queríamos explorar desde el punto de vista amoroso a través de una pareja pero luego hemos creado toda una troupe de personajes secundarios para ver los efectos que el multiverso había tenido en sus vidas y que no solo fuera en el plano sentimental.

M.G.- ¿Y cómo os habéis organizado para escribir? ¿Ha sido un reparto equitativo?

M.F.- Sí, va más por ahí...

F.P.- Uno dicta y el otro copia (risas).

M.G.- (Risas)

M.F.- (Risas). No, mira. A partir de la idea, lo primero fue estructurar una trama exhaustiva porque queríamos repartir los capítulos y por eso no podíamos dejar flecos sueltos. Cada uno tenía que tener muy claro qué era lo que tenía que escribir el otro para que luego, a la hora de unirlos, no hubiera discordancias. Cada vez que escribíamos un capitulo, lo que hicimos fue intercambiarlos y ver si funcionaba, si era gracioso. El otro podía modificar lo que creyera oportuno. Ahí ya surgían las discusiones creativas pero las solventamos bastante bien.

F.P.- Intentamos que no trascendieran a lo personal.

M.F.- Exacto. Que nadie tuviera que dormir en el sofá (Risas). Pero claro, cuando escribías un capítulo, como tenía que pasar por el tamiz del otro y luego lo volvías a revisar, el resultado  ha sido una mezcla muy soluble, no se ve qué ha escrito uno y qué otro.

F.P.- Esto nos ha sorprendido mucho porque, en muchas de las reseñas, por no decir todas, dicen que lo más sorprendente es que no se sabe qué parte ha escrito cada cual. A mí me parece lógico que cuando se escribe un libro a cuatro manos tenga un estilo unificado porque que se vea lo que ha escrito cada uno queda horrible.

M.F.- También es verdad que, con otros escritores en los que no hay una relación tan íntima, sí puede suceder que se note. Pero claro, seis años con él, aprendiendo a escribir con él, escribiendo para él, bebiendo de él, y luego el método que hemos empleado, en el que se mezclaban tanto las aportaciones de cada uno, es normal que no se diferencie qué capítulo ha escrito cada uno. Es más, es que a veces ni nosotros mismos nos acordamos de lo que ha escrito el otro (risas).

F.P.- Claro, es que lo mismo yo escribía una frase, luego ella me la cortaba, le añadía otra cosa,... Al final no sabíamos si la frase era mía o suya.

M.G.- Un trabajo en común totalmente.

M.F.- Exacto.

M.G.- Yo, cuando estaba leyéndola llegué a pensar que los personajes femeninos los podías haber escrito tú, María, y los masculinos Félix.

M.F.- No, el reparto no ha sido por personajes.

F.P.- Habría sido muy complicado así. Cada uno se ha metido en la piel de los masculinos o femeninos cuando le ha tocado

M.G.- La novela también supone una crítica a las redes sociales, ¿verdad? A esa tendencia de exhibirse y recrear una vida de cara a los demás que luego no calza con la realidad.

M.F.- Sí y conste que le tenemos cariño a Facebook porque nos conocimos a través de esta red social y tiene su parte buena pero es innegable que se ha convertido en un escaparate donde todo el mundo intenta sublimar sus vidas y la línea entre usar la red para ponerte en contacto con los demás o vivir una vida paralela es muy arriesgada. Muchas veces no acabamos de discernir si estamos cruzando esa línea o no y ese peligro está ahí y no sabemos gestionarlo.

F.P.- Facebook nos permite narrar nuestra propia vida, algo que no hemos hecho antes.

M.G.- Somos los novelistas de nuestras propias vidas.

F.P.- Claro o mejor, somos los directores de nuestras propias vidas. Es como la sala de montaje de una película, donde tú puedes eliminar las escenas aburridas, vulgares y quedarte con las buenas y potenciarlas. Entonces tu vida de Facebook es una vida en la que siempre estás viajando, con amigos, que son maravillosos,...

M.F.- Siempre estás de risas,... La vida que a todos nos gustaría tener, diseñada desde la comodidad de tu hogar pero no es real.

M.G.- De todas maneras, sí que es una herramienta muy útil. Para los escritores, por ejemplo, es un recurso fantástico porque eso os permite estar en contacto con los lectores al minuto y recibir información a tiempo real.

F.P.- A mí me encanta el contacto con los lectores a través de Facebook o Twitter. Antes yo no sabía qué le parecían los libros a los lectores, salvo en alguna feria del libro,... pero ahora el contacto es directo. Sabes lo que opinan de ti. O cuando estás escribiendo una novela, que es un trabajo arduo y fatigoso, recibes mensajes preguntándote cuándo la vas a publicar, de qué va... Eso te anima mucho.

M.F.- Es que lo ha cambiado todo y ya no tenemos esa idea del escritor que trabaja aislado y que no sabemos nada de él hasta que publica.

F.P.- Y desde el punto de vista de los lectores, es maravilloso que puedan hablar con sus escritores favoritos, seguirlos y que te conteste directamente. A mí todavía me extraña que un lector se sorprenda porque le respondes a algún mensaje. Es más, había algún lector que me preguntaba si realmente era yo quien le contestaba o no.

M.G.- Bueno, es que muchos tienen un Community Manager. 

M.F.- Sí, porque a ciertos niveles se te va de las manos y es complicado contestarle a todos tus seguidores.

M.G.- Y Félix tú que vienes de escribir de un Londres victoriano a escribir sobre la época actual, imagino que, aunque es verdad que tratas los universos paralelos y eso implica hilar fino porque todo tiene que cuadrar, te habrá resultado mucho más llevadero, ¿verdad?

F.P.- Mucha menos documentación. Para la trilogía yo tenía que manejar libros y libros. Tengo toda una estantería con los libros que me sirvieron para documentarme porque no es solo la época sino también los escritores, sus biografías, para saber dónde estaban cada uno en cada momento, sus novelas para hablar de ellas... Fue un manejo de documentación brutal. Claro, para esta nos hemos documentado sobre Facebook.

M.F.- Sí, hemos investigado para qué sirve tal o cual botoncito al que nunca le habíamos dado pero todo ha sido muy liviano.

M.G.- Y otro tema que tratáis en la novela es la idealización de la otra persona. Es algo muy común ensalzar al contrario cuando empezamos una relación pero también lo es ofrecer nuestra mejor cara.

F.P.- La primera impresión que tienes de una persona es falsa porque uno enseña lo mejor de sí mismo y no porque quieras esconder lo malo sino porque, a veces, lo malo solo se ve en la convivencia. 

M.F.- Nosotros manejábamos en la novela la teoría de un triángulo amoroso que en la vida real se produce siempre pero se trata de un triángulo amoroso metafórico entre nosotros, el ideal que tenemos y la persona amada tal y como terminamos conociéndola. En ese instante tienes que tomar una decisión. ¿Sigo con la persona con sus virtudes y defectos que no sospechaba o por el contrario, lo que quiero es el ideal del que me enamoré? Lo que nos permitía el Facebook multiverso era traer esa cuestión al plano real de tal modo que Ismael llega un momento en que está entre dos Amandas, que aunque es la misma, una es la real, la que ama desde siempre y lo trae por la calle de la amargura o lo desquicia y luego está la otra Amada pero la ideal, la Amanda de la que a él le hubiera gustado enamorarse, muy dulce, cariñosa, perfecta. Y  la pregunta es: ¿Es perfecta porque está al otro lado de la pantalla y todavía no le ha dado tiempo a demostrarme que en realidad es igual que la otra? Con esos personajes reales queríamos hablar sobre la idealización del amor.





M.G.- Es que siempre pensamos que lo mejor es lo otro y eso nos impide muchas veces ver lo bueno que hay en lo que tenemos. 

M.F.- Esa es la desgracia de la existencia. Pensamos que la felicidad está siempre en el lugar en el que no estás. Pensar así te imposibilita ser feliz. Hay que aprender a encontrar la felicidad en el lugar en el que te encuentras y si no has encontrado tus sueños pues lo mismo has encontrado otros y tienes que aceptarlos. 

M.G.- María, Félix tiene muchas tablas en todo este mundo. ¿Cómo estás viviendo este momento tú?

M.F.- Gracias a la convivencia de seis años y que ha sido una relación en la que he estado colaborando con él a nivel de documentación, hemos estado muy unidos en este mundo literario y, aunque era él el que ha publicado, yo he podido vivir muy de cerca este mundo. No tengo sus tablas pero sí que tengo información suficiente para que no me haya descolocado del todo. Ir de promoción juntos y contestar a las entrevistas juntos es algo estupendo.

F.P.- Para mí es más ameno.

M.G.- Hombre lo entiendo porque eso de ir de ciudad en ciudad, sin tu pareja debe ser un poco triste.

F.P.- Pues sí, e incluso para las entrevistas es mucho mejor porque se vuelven más dinámicas y atractivas y más con nosotros que somos pareja y tenemos tanta complicidad.

M.G.- ¿Y pensáis repetir?

M.F.- La verdad es que nos gustaría porque ha sido muy divertido. Ha habido mucha comunicación entre nosotros, pero ahora estamos cada uno con un proyecto distinto. Él tenía una historia buenísima para una novela y está con ella y yo tengo ganas de probarme a mí misma y tener mi propia voz en un proyecto individual pero echamos de menos trabajar juntos. Pero más adelante podríamos retomar a Ismael y a Amanda.

M.G.- ¿Entonces puede haber una segunda parte?

M.F.- Puede ser, puede ser,...

F.P.- Incluso ya se le ha ocurrido un principio de una segunda parte.

M.F.- Es que es inevitable porque esta teoría de los multiversos da mucho juego.

M.G.- ¿Y tú Félix vas a seguir con la ciencia ficción?

F.P.- Con el elemento fantástico sí. Ahora estoy escribiendo una novela policíaca, por primera vez, un género al que nunca me he enfrentado y que también lo tenía muy descuidado como lector. Estoy probando y tendrá su elemento fantástico porque me resulta muy aburrido de otro modo. 

M.G.- He visto por Facebook que la trilogía te ha llevado incluso a Australia.

F.P.- Sí, para mí todo lo que ha ocurrido con la trilogía ha sido un sueño. Con El mapa del tiempo llevaba ocho o nueve años publicando pero siempre viviendo de los concursos y nunca de mis libros. Pensar por entonces en traducciones era una utopía. El mapa del tiempo la escribí para presentarla al Premio Ateneo de Sevilla y después de haber sido premiada, yo seguía pensando que tenía que escribir otra novela para presentarla a otro concurso. Aquel era mi modo de vida por entonces porque yo jamás creí que pudiera vivir de mis libros. Ahora sí que puedo, no ya tanto por las ventas en España como en otros países. 

M.G.- Y tú novela María, ¿de qué tratará?

M.F.- Yo estoy escribiendo una novela de fantasmas protagonizada por una adolescente.

M.G.- ¿En serio? Con lo que me gustan a mí los fantasmas.... Bueno, pues espero que ambas novelas las veamos muy pronto. Os doy las gracias a ambos por cederme un poquito de vuestro tiempo y confío en que la novel funcione muy bien. 

M.F.- Ha sido un placer.

F.P.- Gracias a ti. Hasta la próxima.  





Y hasta aquí la entrevista a Félix J. Palma y a María Fortea sobre esta nueva publicación tan distinta a las anteriores pero igualmente placentera. Para la semana próxima la reseña del libro.



[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]

4 comentarios:

  1. No conocía este libro, gracias por la entrevista
    Besos

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  2. Cómo siempre, una entrevista muy completa e interesante

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  3. Pues sinceramente, no me hubiera fijado en este libro. Pero tras esta estupenda entrevista, me ha picado la curiosidad.
    Besotes!!!

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  4. Tengo ganas de leer a este autor. Y la entrevista genial.

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