Editorial: Suma de Letras.
Fecha publicación: Enero, 2016.
Nº Páginas: 552
Precio: 18,90 €
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Género: Narrativa.
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 9788483658864
[Disponible en eBook;
puedes leer las primeras páginas aquí]
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Autora
Anna Romer creció en el seno de una familia de amantes de los libros y de contar historias, lo cual le sirvió de inspiración para su eterna historia de amor con los relatos. Diseñadora gráfica de profesión, también ha pasado muchos años viajando por el mundo y acumulando vivencias para sus historias en el interior de Australia y posteriormente en Asia, Nueva Zelanda, Europa y Estados Unidos. Sus novelas reflejan su fascinación por los diarios y las cartas del pasado, las intrigas familiares, las mansiones de época y el amor en sus múltiples facetas, así como su pasión por la belleza incomparable del paisaje australiano. Una casa en Thornwood, su primera novela, se publicó en Suma en 2014.
Sinopsis
Cuando todo lo que crees saber se desmorona ¿saldrías huyendo? ¿O afrontarías la verdad?
Cuando Ruby decide volver a Lyrebird Hill, la propiedad en el campo donde creció junto a su madre y su hermana, comienza a recordar ese año que ha estado bloqueado en su memoria. Allí encuentra escondidas unas cartas antiguas de una pariente perdida hace mucho tiempo, Brenna Magavin, escritas desde su celda en la prisión de Tasmania donde cumplía condena por asesinato.
Al leerlas Ruby comprende que la historia de su familia está marcada por la tragedia y la violencia. Y mientras poco a poco va juntando los fragmentos de la verdad, lo que finalmente descubra sacudirá toda su vida..., y revelará lo que le pasó a Jamie el fatídico día de su muerte.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Este reseña no podría empezar de otro modo más que pidiendo disculpas pues forma parte de una lectura conjunta organizada por Laky de Libros que hay que leer, Albanta de Adivina quién lee y Lunilla de El templo de la lectura, en la que no he aportado ni un solo comentario, pues justo en el momento en el que se iniciaba la actividad, a mí me sobrevino una serie de compromisos que tuve que atender. Sabía que la reseña saldría en plazo pero me hubiera gustado participar más. Así que mis disculpas para ellas y por supuesto también para la editorial.
A Anna Romer ya la conocía por Una casa en Thornwood. Había leído algunas opiniones que me gustaban por lo que no me hubiera importado leerla, así que, cuando supe que había ganado un ejemplar de la nueva novela de esta autora, me alegré mucho. La lectura de Cartas desde Tasmania ha sido muy grata, una lectura cálida y acogedora, con la que he disfrutado unos días.
Cartas desde Tasmania comienza con un prólogo que se sitúa en agosto del año 1898. La voz de una mujer nos sitúa en el escenario de un crimen. Atormentada y expectante, por sus palabras sabremos que existen dos hombres fallecidos a su alrededor. «El amor me convirtió en una asesina», dice la narradora en estas primeras páginas y con este arranque tan prometedor, Romer construye una trama a dos aguas en la que los acontecimientos se distribuyen entre marzo y agosto de 1898 y abril y septiembre de 2013. Veis que hay dos hilos temporales que, como suele ser habitual en este tipo de estructura, terminan por converger en un punto o a tener un nexo común. Es enlace será Lyrebird Hill, una granja australiana en la que las dos protagonistas principales de la novela crecieron y pasaron su infancia.
De la trama más antigua, sabremos que Brenna Magavin es una joven huérfana de madre, que vive junto a su padre Michael, su tía Ida y su hermano Owen en Lyrebird Hill, en cuyas tierras existen un campamento aborigen. Brenna tiene una estrechísima relación con los aborígenes, especialmente con Jindera y Mi Mi, aunque no es algo que su tía vea con buen ojo. Para su tía, Brenna debería ir pensando en el matrimonio pues tiene la edad apropiada para desposarse. Por eso, cuando aparece en escena Carsten Whitby, amigo de su padre y un hombre que le dobla la edad, el engranaje se pondrá a funcionar. Whitby parece sumamente interesado en casarse con Brenna, una oportunidad que casi supondrá una imposición pues el desposorio viene ligado a la liberación de una deuda que Michael Magavin mantiene con el banco y que podría hacerle perder sus propiedades. Brenna será una moneda de cambio, una situación a la que no podrá resistirse pues es una joven obediente y no permitiría que la familia perdiera Lyrebird Hill. No obstante, justo antes de la boda, Brenna conocerá un secreto familiar que la marcará por completo. Aún así, contrae matrimonio y pone rumbo a Brayer House, la finca de su marido en Melbourne donde conocerá a otros pesonajes. El grueso de este hilo narrativo ocurrirá a partir de este momento, una trama llena de sinsabores, aderezada con algunas pinceladas más dulces pero con un desenlace cargado de emoción.
En cuanto al hilo temporal más actual, vamos a conocer a Ruby Cardel, una treinteañera, huérfana de padre y propietaria de una librería en la que vuelca toda su ilusión. Ruby mantiene una relación con el apuesto y atractivo Rob, un psicólogo y terapeuta, autor de varios libros. Pronto intuiremos que se trata de una relación con cierta dependencia ya que él es lo más parecido a una familia que la joven tiene, dado que la relación con su madre Margaret es casi nula. No obstante, su vida no es nada idílica. Por un lado,su relación sentimental comienza a tener baches. A eso hay que unirle que arrastra una experiencia trágica vivida cuando, siendo niña, su hermana mayor Jaime falleció debido a un accidente, lo que le causó tal trauma que su cerebro ha decido borrar de un plumazo el día de autos y zambullirla en una nebulosa de amnesia. Pero la aparición de una antigua vecina abrirá las puertas del pasado y sembrará de dudas sobre la versión que Ruby tenía sobre la muerte de su hermana.
La rebelación conducirá a la joven a su antigua residencia, Lyrebird Hill, donde todo ocurrió. Dejar atrás la ciudad y rodearse de naturaleza consiguen que ella se reconcilie con su pasado. En aquel emplazamiento se desencaderá una serie de acontecimientos, los recuerdos se irán sucediendo, cada vez con más intensidad, sueños, pesadillas y el descubrimiento de unas cartas que nos hablan de sufrimiento, dolor y angustia. Todo ello para llegar a un desenlace cargado de venganza.
Cartas desde Tasmania es una saga familiar que cuenta con los suficientes elementos de intriga y suspense para mantener al lector bien enganchado. La autora juega con el suspense y en algunos capítulos nos hace sufrir cortando la narración en su punto álgido por lo que la lectura tiende a volverse adictiva en algunos pasajes. Las cartas que encuentra Ruby son fundamentales en el desarrollo de los acontecimientos pero habrá otros tantos elementos recurrentes que sin duda tendrán un papel importante, si bien a algunos se les presupone su importancia con antelación. La manera en la que la autora conjuga todos esos elementos hacen de Cartas desde Tasmania una novela apetecible y sabrosa.
En cuanto al hilo temporal más actual, vamos a conocer a Ruby Cardel, una treinteañera, huérfana de padre y propietaria de una librería en la que vuelca toda su ilusión. Ruby mantiene una relación con el apuesto y atractivo Rob, un psicólogo y terapeuta, autor de varios libros. Pronto intuiremos que se trata de una relación con cierta dependencia ya que él es lo más parecido a una familia que la joven tiene, dado que la relación con su madre Margaret es casi nula. No obstante, su vida no es nada idílica. Por un lado,su relación sentimental comienza a tener baches. A eso hay que unirle que arrastra una experiencia trágica vivida cuando, siendo niña, su hermana mayor Jaime falleció debido a un accidente, lo que le causó tal trauma que su cerebro ha decido borrar de un plumazo el día de autos y zambullirla en una nebulosa de amnesia. Pero la aparición de una antigua vecina abrirá las puertas del pasado y sembrará de dudas sobre la versión que Ruby tenía sobre la muerte de su hermana.
La rebelación conducirá a la joven a su antigua residencia, Lyrebird Hill, donde todo ocurrió. Dejar atrás la ciudad y rodearse de naturaleza consiguen que ella se reconcilie con su pasado. En aquel emplazamiento se desencaderá una serie de acontecimientos, los recuerdos se irán sucediendo, cada vez con más intensidad, sueños, pesadillas y el descubrimiento de unas cartas que nos hablan de sufrimiento, dolor y angustia. Todo ello para llegar a un desenlace cargado de venganza.
Cartas desde Tasmania es una saga familiar que cuenta con los suficientes elementos de intriga y suspense para mantener al lector bien enganchado. La autora juega con el suspense y en algunos capítulos nos hace sufrir cortando la narración en su punto álgido por lo que la lectura tiende a volverse adictiva en algunos pasajes. Las cartas que encuentra Ruby son fundamentales en el desarrollo de los acontecimientos pero habrá otros tantos elementos recurrentes que sin duda tendrán un papel importante, si bien a algunos se les presupone su importancia con antelación. La manera en la que la autora conjuga todos esos elementos hacen de Cartas desde Tasmania una novela apetecible y sabrosa.
En Cartas desde Tasmania no importan tanto el qué. Lo realmente importante es el cómo y el por qué, de ahí que no importe que el prólogo nos desvele una parte fundamental de la trama. Más bien todo lo contrario. Con un inicio tan prometedor, el lector querrá saber por qué se ha llegado a esa situación y esto más que un obstáculo será un aliciente a la lectura.
No obstante, también hay otros pasajes que no me han gustado mucho pues llevan un ligero tinte de novela romántica de mala calidad en los que un personaje, uno de los hombres al servicio de Whitby, que representaría el bien frente al mal, se comporta de forma temeraria cuando debería hacerlo, a mi juicio y por su situación, de forma temerosa. Esta actitud lo coloca en la posición del héroe, necesario para el desarrollo de argumentos más cercanos a las novelas rosas.
Y por otro lado, el lector podrá encontrar ciertas casualidades que le podrían chirriar un poco, aunque, sin ellas, la novela no tendría el mismo sustento.
En cuanto a los personajes, son varios los que transitan por la novela y en ambos hilos encontraremos perfiles similares. En el hilo más lejano, Brenna y Whitby están muy bien perfilados a la vez que otros personajes que contarán con un papel importante en la trama. Brenna es una joven llena de anhelo que, incluso en los momentos más adversos, tiende a mantener la calma, a mantenerse esperanzada, con ilusión, siempre dispuesta a ayudar. Pero toda persona tiene un límite y llega un momento en el que la furia se desata. El lector conecta inmediatamente con este personaje que pasará por diversas penalidades que, más que debilitarla, la fortalecerán.
Al contrario, Whitby será el antagonista, el ser pérfido y malvado, lleno de rencor y odio que aportará la parte más oscura y siniestra del argumento.
En cuanto a la trama más reciente, Ruby será la principal protagonista a la que veremos interacturar con otros personajes como su madre Margaret. Madre e hija son muy distintas. La primera es fantástica, sociable, bella, esbelta, querida y aceptada por todos, lo que coloca a Ruby en el lado contrario, como si fuera un patito feo. Y no se siente así solo en el plano físico también en el moral, especialmente si se para a pensar en su hermana Jaime, en la predilección que su madre tenía por ella o en lo mucho que cambiaron las cosas pues, cuando eran niñas, las hermanas eran uña y carne, sin embargo, con la adolescencia se alejaron la una de la otra. Por entonces Jaime era hermosa y bella, más parecida a su madre, mientras que Ruby era la gordita, la tímida, la solitaria, siempre la culpable de todo. ¿Incluso por la muerte de su hermana?
Al contrario, Whitby será el antagonista, el ser pérfido y malvado, lleno de rencor y odio que aportará la parte más oscura y siniestra del argumento.
En cuanto a la trama más reciente, Ruby será la principal protagonista a la que veremos interacturar con otros personajes como su madre Margaret. Madre e hija son muy distintas. La primera es fantástica, sociable, bella, esbelta, querida y aceptada por todos, lo que coloca a Ruby en el lado contrario, como si fuera un patito feo. Y no se siente así solo en el plano físico también en el moral, especialmente si se para a pensar en su hermana Jaime, en la predilección que su madre tenía por ella o en lo mucho que cambiaron las cosas pues, cuando eran niñas, las hermanas eran uña y carne, sin embargo, con la adolescencia se alejaron la una de la otra. Por entonces Jaime era hermosa y bella, más parecida a su madre, mientras que Ruby era la gordita, la tímida, la solitaria, siempre la culpable de todo. ¿Incluso por la muerte de su hermana?
La Ruby adulta es una mujer débil con baja autoestima que no cree merecer tener a su lado a un hombre como Rob. Se podría decir que, más allá del mundo de su librería, la joven se encuentra desubicada y perdida, de ahí que Rob parece que siempre la lleva cogida de la mano, la guía, le dice lo que tiene que hacer o pensar. El bueno de Rob que siempre vela por su amada aunque es un personaje al que, sin saber aún qué papel le tocaba jugar, le cogí un poco de manía con esa costumbre de estar constantemente llamando «nena» a Ruby. El uso reiterado de este término envuelve a la joven con una sensación de vulnerabilidad total.
Cartas desde Tasmania lanza muchos interrogantes cuyas respuestas el lector intenta adelantar. A lo largo de la lectura, fui haciendo cábalas, algunas de ellas bastante madrugadoras, pero no acerté ni una. La autora maneja muy bien el desarrollo de los hechos, así como la conexión que existen entre unos acontecimientos y otros, sin que queden flechos sueltos.
Y en cuanto a los escenarios, toda la novela transcurre en diversos puntos de Tasmania pero estos no nos permiten catalogarla como una lanscape, al menos yo no la veo así, pues de la isla no se desvela mucho sobre el estilo de vida o las costumbres de la época. Eso sí, hay muchísimas referencias a la flora y fauna del lugar.
Cartas desde Tasmania se compone de veintidós capítulos, algunos de ellos sumamente adictivos que nos permiten volar entre las páginas, precedidos por un prólogo, tal como dije antes y clausurados por el habitual anexo de Agradecimientos. Además, la novela culmina con una sección que me ha parecido sumamente interesante y novedosa titulada Mi proceso creativo, en la que la autora nos desvela las claves de sus novelas, los pasos a seguir para construir sus historias, información que nos ayuda a forjarnos una idea sobre cómo se organiza Romer a la hora de afrontar una nueva aventura literaria.
En cuanto al estilo, la autora despliega una prosa sencilla y cercana, en la que abunda el diálogo, prácticamente por encima de la narración. Y dado que nos explica mucho
En definitiva, Cartas desde Tasmania me ha parecido una novela interesante con su toque de suspense y misterio, con esos secretos que salen a la luz tras muchos años mantenidos en la oscuridad y que conectará pasado y presente en un intento de buscar justicia a través de la venganza. Sin duda, una lectura recomendable.
En cuanto al estilo, la autora despliega una prosa sencilla y cercana, en la que abunda el diálogo, prácticamente por encima de la narración. Y dado que nos explica mucho
En definitiva, Cartas desde Tasmania me ha parecido una novela interesante con su toque de suspense y misterio, con esos secretos que salen a la luz tras muchos años mantenidos en la oscuridad y que conectará pasado y presente en un intento de buscar justicia a través de la venganza. Sin duda, una lectura recomendable.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]
Retos:
- 100 libros
- Sagas familiares
Retos:
- 100 libros
- Sagas familiares
Su anterior novela me gustó mucho, pero con esta no me voy a animar de momento que la veo algo más floja.
ResponderEliminarUn beso!
Pedazo reseña, Marisa!! :)
ResponderEliminarA mí también me ha encantado y es una lectura que recomiendo a todos!!!
Mañana me toca a mí!! ;)
Yo no la he disfrutado tanto, aunque me ha gustado, le ha faltado mucho para llegar a estar a la altura de su primera novela. Creo que ese ha sido mi problema, la comparación.
ResponderEliminarBesos
Hoy no me lo llevo, Marisa. No me llama lo suficiente como para incrementar ese montón de lecturas pendientes que tengo. Besos.
ResponderEliminarMe gustó, aunque reconozco que su anterior novela me parece mucho mejor opor lo menos,a mí me gustó más.
ResponderEliminarBesos
La tengo apuntada; aunque casi todos coincidís en que es mejor la anterior, no la he leído así que voy un poco a ciegas
ResponderEliminarUn beso
Ha sido mi primera acercamiento a la autora y lo he terminado este fin de semana. A mi me ha gustado en general aunque coincido en que hay algunas casualidades que están un poco metidas a achuchones.
ResponderEliminarBesos
No descarto leerlo más adelante.
ResponderEliminarUn beso :)
Muchas gracias por participar, y no tienes que pedir disculpas.. ;)
ResponderEliminarMe alegra saber que te ha gustado, yo también disfruté con ella
Besos
Qué pereza me dan este tipo de argumentos, me suenan mucho a los psicodramas de antena 3 a las cuatro los finde. Muy de vez en cuando veo alguno pero no duran ni dos horas y ya es más que suficiente. Lo de nena sí que da por saco, pero mira, si por lo demás era buen paisano y la pobre no sabia andar sola.
ResponderEliminarNo estoy preparada para otra andanada de casualidades chirriantes, todavía me duele la cabeza de las últimas. Así que aunque me parece muy sugerente la mezcla de misterios familiares, no me la llevo.
Besos y muchas gracias por explicarlo así de bien.
Ésta ya la tengo en la lista. Seguro que es muy interesante. Un beso.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado y no te preocupes por no haber podido comentar; a veces pasan esas cosas
ResponderEliminarBesos
Tengo en la estantería su anterior novela aún sin leer pero esta también me apetece
ResponderEliminarBesos
Hola, gracias por la reseña, no descarto leerlo en un futuro.
ResponderEliminarBesos
He leído comentarios y reseñas muy dispares sobre esta novela. Veo que disfrutaste de su lectura pero creo que, en principio, la dejo aparcada. Besos.
ResponderEliminarYo lo leí hace una semana y no me disgustó, pero poco más
ResponderEliminarme faltaron cosas y sobre todo conexión entre ambas tramas, y había cosas demasiado predecibles
un beesito
Hola! Me lo leí hace poco y aunque me gustó, disfruté más la historia pasada que la actual, ya que no llegué a conectar con Ruby. Fue una pena porque el primer libro que leí de la autora me encantó.
ResponderEliminarBesos!
Esta me llama menos que la anterior de la autora asi que de momento la dejo pasar. Un beso
ResponderEliminarHola!!! este libro me esta esperando en la estanteria, asi que tengo muchas ganas, aunque no se si leerme el prologo ppor lo que dices
ResponderEliminarUn abrazo
Esto de las sagas familiares con misterios me llama demasiado¡¡ apuntado queda¡¡ genial reseña¡¡ un beso¡¡
ResponderEliminarEs de esos libros que leería si se cruza en mi camino. Veo que está gustando mucho pero no es de los que vaya a lanzarme a su búsqueda.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí me resultó una novela muy entretenida que me atrapó
ResponderEliminarA mí n ome gustó tanto, pero me alegro que le sacaras mucho más jugo que yo.
ResponderEliminarBesos!
Me pareció entretenida y poco más. Tengo pendiente la primera.
ResponderEliminarUn beso ;)
La tengo apuntada, aunque he leído opiniones de todo tipo =)
ResponderEliminarBesotes
Podría gustarme si es del estilo de Sarah Lark
ResponderEliminarMuy a lo Kate Morton, también, ¡no? Si es así, seguro que me gustaría.
ResponderEliminarUn besito.