LA CASA DE LAS MUÑECAS de María José Ruiz González.

Editorial: Círculo Rojo.
Fecha publicación: mayo, 2015.

Nº Páginas:92
Precio: 10,50 €

Género: Novela.

Edición: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-9115-748-9

Autora

María José Ruiz natural de Granada, licenciada en Bellas Artes siempre se ha sentido cómoda en el mundo artístico, ilustradora, pintora, guía cultural del Museo de la Memoria de Andalucía y la Alhambra han sido sus últimos escenarios.

María José Ruiz se sumerge en el mundo literario con esta novela de género negro, un thriller donde la acción y la trama tienen un fin: la justicia.

Sinopsis

Violeta conoce de forma dramática un asesino en serie, descubrimiento que le cambiará la vida por completo. Valor, miedo y angustia, llevará a Violeta a experimentar los límites del ser humano y el suyo propio. Una historia encarnizada de valentía y supervivencia.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Nada más ver esta cubierta me sentí atraída, pero a la vez me dio algo de repelús porque las muñecas de porcelana nunca me han dado buena espina y menos esta, a la que le falta un ojo. En cualquier caso, pudo más la curiosidad. El título también me resultaba sugerente y la sinopsis hacía sospechar un thriller de lo más inquietante. 

Mi sorpresa fue en aumento cuando, una vez con el libro en las manos, leo la siguiente advertencia en la solapa interior:

NO APTO PARA MENORES DE 18 AÑOS.

Por muchos libros que hayan pasado por mis manos, jamás me había encontrado con un aviso así y para colmo en las primeras páginas, que sirven de agradecimiento al lector, se nos informa de que la casa objeto del argumento es real. ¿Como que real? ¿Qué es lo que va a suceder en esa casa para que haya tantos avisos? No pude contener mi curiosidad por más tiempo. Me dispuse a leerlo inmediatamente.

Violeta es una joven que posee una capacidad sensitiva extraordinaria. Tiene el don de intuir las cosas que ocurren a su alrededor o lo que está a punto de suceder, sin que el resto de las personas se percaten de nada extraño. De ahí que, cuando casualmente pasa junto a una casa concreta de un barrio residencial, le llega una oleada de dolor que la invade. Aquel inmueble desprende un sufrimiento atroz. Alguien lo está pasando realmente mal entre aquellas paredes. Movida por la curiosidad, Violeta decide vigilar los alrededores de la casa con el objeto de conseguir averiguar algo. Observará entonces cómo del interior salen tres personas: un hombre, una mujer y un joven. Creyendo que la casa se ha quedado vacía, Violeta se cuela en su interior y descubrirá que el horror habita en aquella casa. Su curiosidad le saldrá cara y se verá envuelta en una situación espeluznante, rodeada por individuos con instintos sanguinarios. 

Los acontecimientos terminarán por precipitarse hacia un desenlace bien urdido y con un giro final que, sinceramente, no me esperaba y me ha sorprendido para bien. Y es que, hacia el ecuador de la historia comienzan a suceder hechos inquietantes que, más allá de otras cuestiones que os explico más abajo, elevan mucho la tensión argumental. 

Lamentablemente la intriga y el suspense no se mantienen por igual a lo largo de toda la narración. He tenido la sensación de estar montada en un noria. Inicialmente, mi curiosidad incrementaba a la par que la de Violeta, inquieta por saber qué estaba ocurriendo en aquella casa. Se desató lo peor pero llegué a un capítulo en el que pensé que la cosa se iba a estancar para desviarse por senderos carentes de interés. Pero por suerte, fue algo momentáneo. El capítulo siguiente me cogió otra vez por sorpresa y desde ese punto hasta el final mejora muchísimo. La situación que a Violeta le ha tocado vivir la transforman hasta tal punto que tira del pasado para vengar las ofensas sufridas.



La casa de las muñecas cuenta con un argumento con toques macabros, incluso con tintes surrealistas, que en ocasiones me han recordardo a escenas de películas snuff. Si alguna vez habéis oído hablar de ellas, sabreis a lo que me refieron. 

Por otra parte, cuenta con alguna escena erótica que, cuando el grueso de la trama aún no se ha disparado, no viene a cuento. El erotismo y las escenas subidas de tono están genial, a todos nos gusta una pizca de picante de vez en cuando pero siempre y cuando tengan un sentido. No hay que meterlas con calzador. Eso es lo que ocurre con La casa de las muñecas, cuya primera escena de esta índole no tiene lógica, pero, eso sí, vendrán otras más y esas sí estarán justificadas por el contexto de la historia que perfectamente da pie a ellas. 

Pero, bajo mi punto de vista, esta breve novela o relato largo, de tan solo noventa y dos páginas de extensión, es una historia que comienza demasiado a saco. Las premoniciones de Violeta bien hubieran merecido algo más de explicación, información sobre desde cuándo las sufre, cuál puede ser su origen y hasta qué punto le ha afectado.

Violeta es un personaje solitario. Su capacidad, o don, parece que la han aislado de un entorno que no llega a comprenderla. No sabremos mucho sobre su vida, si estudia o trabaja, no la veremos interactuar con amigos o familiares. Da la sensación de estar demasiado encerrada e en sí misma pero es una joven inteligente que sabrá manejar los hilos de la situación por la que pasa y sufrirá una impresionante transformación.

Y de hablar del argumento y el personaje paso a contaros el tremendo obstáculo con el que me he encontrado y que ha impedido que disfrutara algo más de la novela. A ver, yo puedo llegar a comprender que un autor novel, con pocas tablas, me presente una trama simple, carente de giros, poco trabajada,... Me pongo en el papel del contador de historias y entiendo que no es tarea fácil escribir un argumento coherente o adictivo. Ahora bien, lo mínimo que ese autor debe hacer, si tiene pensado publicar y dedicarse a la literatura, es presentar un texto bien redactado. Ni siquiera me afecta encontrarme con alguna falta de ortografía, algo sutil y esporádico, porque a todos se nos escapan pero lo que no puedes hacer es publicar una obra en la que te encuentras párrafos como estos:

«El interior de ese espacio no se veía estaba demasiado oscuro,...». [pág. 14]


«Sentía un gran peso en la boca del estómago, tanta ansiedad le estaba afectando hasta a su moreno pelo, iba dejando aquí y allá algún pelo rendido al estrés, no quería darle importancia pero era bastante evidente el pelo que habiendo tirado la toalla, caía sobre los papeles blancos del escritorio de su oficina». [pág. 23]

De verdad, revisad una y mil veces vuestras obras antes de publicar que fastidiais una historia que podría ser fantástica por cosas como estas. Antes de sacarla a la luz, aunque sea con esta editorial, dadle a leer el manuscrito a vuestra hermana, a vuestro novio, a la vecina del quinto, al compañero de trabajo, al cura de la parroquia de vuestro barrio, al panadero,... a quien sea, pero no publiquéis sin revisión porque deslucen una barbaridad y de convertirse en una novela más o menos salvable pude terminar acabando en la hoguera por cuestiones como esta.   

Cuando me topo con una narración así, tengo la sensación de que el autor ha escrito a la misma velocidad que sus ideas salen de su cabeza. La velocidad de pensamiento incita a una escritura veloz, sin medir los tiempos para que no se escape nada y eso está muy bien pero claro, todo eso requiere de una revisión ardua y pausada después, colocando los signos de puntuación en su debido lugar, estructurando la historia en párrafos y evitando la reiteración de palabras que me he encontrado en esta novela. Los sinónimos aligeran la lectura y evitan la redundancia. 

Y escrita en tercera persona por un narrador omnisciente, La casa de las muñecas se estructura en diecinueve capítulos con título que nos adelantan por donde van a ir los tiros. Al ser un relato tan corto y con grandes dosis de intriga, la lectura nos llevará tan solo un par de horas. 

Determinar si esta breve novela me ha gustado o no, no es fácil de decir. Por un lado el argumento, a pesar de faltarme cierta información sobre la protagonista, me ha gustado, especialmente por la manera en la que se desarrollan los hechos hacia el final. Ahora bien, me ha perjudicado bastante la falta de pureza en el texto. Insisto mucho en este tema porque es fundamental a la hora de disfrutar de la lectura, ¿no os parece?

Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.

[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

Retos:


- Autores de la A a la Z.
- 25 españoles.
- 100 libros

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