Autor
José Iglesias Blandón, estudioso de las formas breves en la narrativa norteamericana actual, ha pasado los últimos años entre circuitos académicos, desde talleres y cursos de escritura creativa hasta el máster en Creación Literaria de la Universidad de Sevilla. Es miembro fundador de la Asociación Literaria Américo Vespuccio, foro de actividad intelectual. Crítico cultural en prensa y radio, ha participado en las antologías de relatos El miedo tiene los ojos grandes (2009) y Mi afición desmedida por lo inútil (2010). Con «La memoria de los peces» quedó finalista del IV concurso periodístico intergeneracional TIENES UNA HISTORIA QUE CONTAR. Algunos de sus escritos poéticos pueden disfrutarse en la revista internacional Vespuccio 37º 24' y en la publicación artística de Palimpsesto 2.0 Cuaderno de creación.
Sinopsis
Uno de estos días no es un volumen de relatos cualquiera. Con una fuerza sinérgica, estos siete textos componen un fresco perfecto sobre la condición humana y su perversa belleza en territorios de relaciones interpersonales: palabras a destiempo, frustración, deterioradas apariencias, inventario de soledades, paciencia e ira.
Mujeres y hombres contemporáneos de clase media, antagonistas de sus propias historias, habitantes inhabitados en perpetuo desarraigo, náufragos urbanos que luchan por salvarse, cada cual a su manera.
José Iglesias Blandón rinde homenaje a la escuela del relato en la tradición norteamericana de la segunda mitad del siglo XX (Raymond Carver, Lorrie Moore, Charles Bukowski, A.M. Homes o Tobias Woff, entre otros). Haciendo uso de una excelente técnica, el escritor incita a rastrear el subtexto en estas íntimas siete piezas de literatura orgánica, donde tiempo y espacio son meras excusas para reconocer tras las imágenes, de un modo certero y crudo, todo aquello que nos cuesta admitir con palabras. Mundos privados de uso público.
En ocasiones, cuando nos encontramos con un libro cuya lectura no hemos disfrutado tendemos a ser diplomáticos y prudentes con frases como «No era el momento», «Este tipo de lecturas no es para mí» o incluso «No es el libro, soy yo», emulando esas cordiales rupturas en una pareja. Para mí toda lectura, por poco que me haya gustado, merecerá siempre un respeto, primero por la obra en sí, que aunque no haya existido feeling, a otros les podrá encandilar, y por encima de todo, por el autor, que se atreve a escribir una historia larga o corta, eso da igual. Yo no sería capaz de hacerlo.
Mi opinión, por supuesto, no es universal y en ningún caso pretendo sentar cátedra. Solo será mi opinión personal, una más entre cientos, o miles en algunos casos, más positiva o más negativa que la de otros lectores, y como tal hay que tomarla.
Bueno, esta introducción con tan mala pinta sirve para poneros sobre aviso. El libro que os traigo hoy, un antología de relatos (¡con lo que me a mí me gustan!) no me ha llenado o no me ha calado o, simplemente, no me ha gustado. No se trata de si es o no el momento idóneo, tampoco si el género es o no para mí. Simplemente no he comprendido qué es lo que el autor me quiere transmitir en la mayoría de sus relatos, si es que quiere transmitirme algo, y por más que le he dado vueltas a las historias, en la mayoría de los casos, no he conseguido extraerle el sentido.
Cuando tomé en préstamo este libro de la biblioteca me llegué una sorpresa enorme. Primeramente lo ojeé en sus páginas iniciales hasta que llegué a la solapa trasera y leo lo siguiente:
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
En ocasiones, cuando nos encontramos con un libro cuya lectura no hemos disfrutado tendemos a ser diplomáticos y prudentes con frases como «No era el momento», «Este tipo de lecturas no es para mí» o incluso «No es el libro, soy yo», emulando esas cordiales rupturas en una pareja. Para mí toda lectura, por poco que me haya gustado, merecerá siempre un respeto, primero por la obra en sí, que aunque no haya existido feeling, a otros les podrá encandilar, y por encima de todo, por el autor, que se atreve a escribir una historia larga o corta, eso da igual. Yo no sería capaz de hacerlo.
Mi opinión, por supuesto, no es universal y en ningún caso pretendo sentar cátedra. Solo será mi opinión personal, una más entre cientos, o miles en algunos casos, más positiva o más negativa que la de otros lectores, y como tal hay que tomarla.
Bueno, esta introducción con tan mala pinta sirve para poneros sobre aviso. El libro que os traigo hoy, un antología de relatos (¡con lo que me a mí me gustan!) no me ha llenado o no me ha calado o, simplemente, no me ha gustado. No se trata de si es o no el momento idóneo, tampoco si el género es o no para mí. Simplemente no he comprendido qué es lo que el autor me quiere transmitir en la mayoría de sus relatos, si es que quiere transmitirme algo, y por más que le he dado vueltas a las historias, en la mayoría de los casos, no he conseguido extraerle el sentido.
Cuando tomé en préstamo este libro de la biblioteca me llegué una sorpresa enorme. Primeramente lo ojeé en sus páginas iniciales hasta que llegué a la solapa trasera y leo lo siguiente:
«Rescata una realidad vital y efímera que, de otra forma, podría desvanecerse en la vorágine del día a día. Sus relatos nos asoman al espejo del alma; ése que guardamos en la trastienda de lo inconfesable. ¡Genial!». Nerea Riesco.
«El pulso del mejor John Cheever. Aparentemente no pasa nada y está ocurriendo de todo. Una inteligente reflexión sobre el amor y la costumbre». Francisco Gallardo.
«José Iglesias tiene el don de convertir en arte lo cotidiano. Dispone de ese filtro interno que a otros les falta para llevar lo rutinario a un nuevo nivel». Teo Palacios.
Con referencias como estas, es inevitable pensar que ese libro y tú vais a conectar a la primera pero la conexión ha sido muy endeble, apenas un hilo frágil y quebradizo que, si bien se ha engrosado en algún momento, volvió a debilitarse páginas después.
Uno de estos días posee una enigmática cubierta. Confieso que me sentí atraída por esa especie de foto-radiografía que dejaba al descubierto tanto la desnudez externa como interna de una mujer. Me hacía pensar que este libro de ciento treinta páginas iba a tener mucho de introspección, de reflexiones sobrias que nos hacen pensar, plantearnos unas cuantas preguntas. Y sí que es verdad que hay mucho de puro intimismo pero las historias que se narran me han conducido a un punto muerto y sin retorno, como si le faltara chicha.
Compuesto por siete relatos en total, se nos hablará de rupturas, de abusos, de soledades, de muertes, de amores, de rencores, de relaciones difíciles,... Componentes de la condición humana que se despliegan minuciosamente en cada relato.
Creo que Francisco Gallardo tiene gran puntería cuando dice «Aparentemente no pasa nada y está ocurriendo de todo», porque es cierto. Empiezas a leer estas historias en las que apenas se narra explícitamente y avanzas en la lectura esperando que esas pinceladas al aire se reafirmen y se conviertan en trazos fuertes y poderosos. Pero de repente te das cuenta que has llegado al final de la historia, ¿y qué ha ocurrido? Te paras a pensar y deduces que lo que ha ocurrido es lo que crees o imaginas, solo que el autor no te lo cuenta. No hay más camino. No obstante, aun sabiendo que lo que hay es lo que imaginas, me he sentido hueca y con ganas de más, de más implicación por parte del autor, de más materia.
No quisiera que esta reseña os dejara mal sabor de boca por lo que os voy a dar detalles de uno de los relatos que más me ha gustado. Se titula Te esperaré. Con un título tan bonito como este, vamos a conocer a James Hershelman, un hombre que recibe la llamada de su hija Alice con la que no habla hace unos dos años. Esta, en una conversación fría y tensa, le comunica a su padre que tiene intención de casarse. Después de tanto tiempo sin contacto, y aunque flota en el aire un asunto quizás no resuelto, Alice espera verlo en la boda. SI el padre asiste o no, lo dejo en el aire pero os contaré que este relato está lleno de soledad, recuerdos y ensoñaciones, en el que sopla la palabra perdón quizás dicha o aceptada demasiado tarde.
Los escenarios se ubican en Estados Unidos, algo que me ha resultado curioso pero también me ha agradado, las voces narrativas variarán, haciéndose uso incluso de la segunda persona, algo no muy habitual, que abrirá el volumen con el relato Qué hacer. Será una voz imperativa, que te ordena lo que debes hacer, como si se dirigiera a nosotros, los lectores, como si fuéramos uno más de los protagonistas.
Y además encontraremos múltiples referencias musicales, cinéfilas o literarias. Incluso se echa mano de la metaliteratura.
No sé exactamente qué deciros más. Como yo solo soy una lectora y no quiero que os quedéis con mi impresión, os voy a dejar unos cuantos enlaces en los que podréis oír al propio autor hablando de su libro. Os recuerdo algo que se menciona en la sinopsis, que José Iglesias Blandón bebe mucho de la literatura norteamericana, de autores como Raymond Carver, Lorrie Moore, Charles Bukowski. Así que si os sentís atraídos por el estilo de estos autores, quizás os interese echar un vistazo a los relatos de este autor.
Entrevistas:
* Canal Sur - La calle de enmedio con Pepe da Rosa:
https://vimeo.com/81391028
* El limón revoltoso - Radiopolis
https://vimeo.com/97776693 [a partir del minuto 06.35]
* Encuentro con los lectores - Libreria Especies de Espacios
https://vimeo.com/84576461
Hola!!!
ResponderEliminarGracias por la reseña ^^ no me llama mucho la sinopsis, y no es lo que suelo leer. No creo que me gustara :(
Besicos :D
No suelo leer libros de relatos porque siempre me dejan con ganas de mas.
ResponderEliminarBesos
Los relatos no son lo mío, con este no me animo
ResponderEliminarBesos
A mí los relatos no me van nada. Sigo arrastrando a Quiroga, no te digo más...
ResponderEliminarBesos.
Este no me llama Marisa. Respecto a tu comentario del otro día de Charis Cross no he visto la peli, pero puede ser que me gustase más que el libro. Intentaré verla. Besos.
ResponderEliminarMe gusta este género, pero viendo que no has logrado conectar con las historias... Creo que voy a dejarlo pesar y así respira mi lista de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!
Suele pasar, hay libros que no están para ti pero que a otros aportan grandes reflexiones.
ResponderEliminarEste no me llama mucho...
ResponderEliminarBesotes
Me cuesta horrores leer relatos, estoy con los del Pulitzer y voy fatal, es que solo puedo con uno al día pero la verdad, aparte de que pueda sonar discordante, los veo muy para mí estos que nos traes. Besos )
ResponderEliminarNo tiene mala pinta
ResponderEliminarMe encantan estas reseñas tan honestas. No te ha gustado, no sabes qué te quiere decir. Punto. Claro que eso no tiene que ver con el género.
ResponderEliminarNunca descarto una lectura porque alguien no haya disfrutado con un libro, aunque ese alguien fuera la persona en la que más puedo encontrar un alma gemela lectora. Al contrario, a veces me provoca curiosidad saber qué me dira a mi esa lectura...
Un abrazo
Estimada Marisa:
ResponderEliminarTe trasmito mi más sincero agradecimiento por dedicar tu tiempo a mis historias y mi escritura. Mil gracias. La Literatura (el Arte, en general) debe ser algo subversivo, que, para bien o mal, en mayor o menor medida, nos "agite", tanto interna como externamente, sobre formas y contenidos, sobre emociones e intenciones. De eso se trata. Yo por mi parte, como autor, reflexionaré y aprehenderé bastantes cosas de tu crítica.
Te mando un abrazo GRANDE.
José Iglesias Blandón.
José, gracias por pasarte por aquí. Gracias y lo siento, de verdad. Me hubiera gustado que tus relatos me calaran más hondo pero cada lector es un mundo y yo me he quedado un poco al margen. En cualquier caso, y tal y como digo en la reseña, no es más que una opinión. Otros tantos, mucho más entendidos y con conocimientos más profundos, han alabado tu trabajo y sus opiniones son más valiosas que la mía.
EliminarComo anécdota te diré que al día siguiente de publicar esta reseña te vi y no supe dónde meterme. En aquel momento no sabías que la que estaba casi a tu lado, había leído tu libro y había escrito esta reseña. Yo sí te reconocí y me avergoncé. De verdad. Pero en este espacio que llevo adelante no hay lugar para el engaño ni para la trampa o el cartón. Si mi opinión te ha servido para algo (aunque no sé muy bien de qué manera) me alegro mucho. Espero poder reencontrarme con algún texto tuyo en el futuro. Gracias. Un saludo.