Año:2015
Nacionalidad: Española.
Director: Lluis María Güell.
Reparto: Adriana Ugarte, Álex García, Laia Costa, Bea Segura, Ramón Madaula, Jan Cornet, Francesc Orella, Raúl Peña, Diana Gómez, Toni Sevilla, Marc Cartes, Rosa Boladeras, Miriam Iscla.
Género: Drama
Sinopsis: Miniserie de TV, 2 capítulos. Melodrama ambientado en dos épocas, la actualidad y las primeras décadas del siglo XX, centrado en la historia de una poderosa familia burguesa de Barcelona. Violeta Lax (Bea Segura), la nieta de Amadeo Lax (Álex García), un famoso pintor de principios del siglo XX, viaja a Barcelona para supervisar las obras de remodelación de una antigua mansión que se convertirá en un museo dedicado a su abuelo. Pero la aparición de un cuerpo momificado en una habitación secreta llevará a Violeta a descubrir el oscuro pasado de su familia. Enigmas ocultos que le servirán para conocer más de cerca a Teresa Brusés (Adriana Ugarte), su abuela y, sobre todo, para descifrar la cara más oculta y desconocida de su venerado abuelo. En casa de los Lax hace tiempo se impuso un pacto de silencio: Amadeo exigió que ningún miembro de su familia recordara jamás el nombre o el destino de su esposa que le abandonó justo en el momento en que estalló la Guerra Civil.
Tengo en casa un ejemplar de Habitaciones Cerradas de Care Santos desde hace bastante tiempo pero, como suele ocurrir, las lecturas se van amontonando y algunas quedan atrás momentáneamente. Mi intención siempre fue leerla pero cuando me enteré que Televisión Española preparaba una miniserie, género que no me disgusta, me frené en seco y esperé el resultado.
La miniserie dividida en dos capítulos de hora y media de duración aproximada cada uno de ellos, se estrenó en TVE1 en el mes de noviembre. Me resultó imposible sentarme frente a la tele en los días de emisión pero gracias a la Televisión a la carta, aquello que me resulta de interés, poco, muy poco, no se me escapa de las manos.
La miniserie Habitaciones cerradas, basada en la novela homónima de Care Santos, cuenta parte de la historia de la familia Lax, que se remonta a principios del siglo XX hasta el año 2004. Rodolfo y Rosa Lax conforman una familia de la burguesía catalana, emergente en aquellos momentos, cuyo patrimonio procede de las fábricas de telas que sustentan la industrialización catalana. En 1900 nace el primogénito, Amadeo, un niño tímido, retraído, taciturno, silencioso, celoso,... que no parece nunca encajar en su núcleo familiar. Gran aficionado a la pintura, se lleva a matar con su hermano pequeño Juan, mientras que adora a su hermana Violeta. En cuanto a sus padres, pasará de conflicto en conflicto, especialmente con su padre, quien no tolera la actitud de su hijo y tiene otros proyectos para él muy alejados de los pinceles y los lápices. Solo encontrará apoyo en Cocha, su ama de cría, la única que pude calmar sus accesos de melancolía y rebeldía.
El centro de atención de la familia Lax recaerá en Amadeo y la relación con su entorno, pero a su vez se desarrollarán otras subtramas. Por un lado, los negocios de Rodolfo Lax, un empresario que representa la burguesía catalana, en pleno auge pero que también tendrá que hacer frente a las revueltas laborales. La clase obrera no está dispuesta a seguir sufriendo el yugo del patrón, los sindicatos apoyan a los trabajadores en la exigencia de mejoras laborales, horarios y salarios razonables. Se producen revueltas, se paralizan las fábricas e incluso se llegará a la huelga con trágicas consecuencias. De este modo, se pone al espectador en antecedentes de la situación social y laboral de la ciudad.
Pero las grandes familias intentan vivir ajenas a lo que ocurre en barrios más desfavorecidos. Las fiestas se suceden y se convierte en un entretenimiento singular la celebración de sesiones de espiritismo, una corriente cada vez más en boga entre las familias pudientes.
Y por último, aunque solo sea de pasada, también se resalta los cambios en el papel de la mujer, que comienza a tener voz e ideas propias dejando de estar a la sombra del varón.
Este es el entorno en el que vive la familia Lax, una línea argumental que se alternará con otras dos. Por un lado, la acción se traslada a un tiempo presente, al año 2004. Violeta Lax es la nieta de Amadeo, una experta en arte, afincada con su familia en Chicago y que tendrá que viajar a Barcelona para revisar las obras de remodelación del palacete familiar de los Lax. Los trabajos realizados en el inmueble para convertirlo en biblioteca sacan a la luz estancias que hasta la fecha permanecían en completo secreto y dentro de ellas se hallará un cadáver momificado de una mujer. ¿Quién es ella? ¿Tiene relación con la familia y es totalmente ajena a ella?
Por otro, existirá una tercera línea temporal intermedia que tan solo narrará fragmentos de una escena ocurrida sobre el año 1936, un momento lleno de nerviosismo y confusión como consecuencia del alzamiento.
Con estos tres pilares, el argumento de la miniserie transita entre el descubrimiento de la verdadera personalidad de Amadeo Lax, un gran pintor de reconocido prestigio pero que con moral dudosa y la investigación policial que se desarrollará a raíz del hallazgo del cadáver. Todo ello unido a una carta procedente de Italia que arrojará más misterio al caso.
Amor, rabia, odio, venganza, tristeza,... todo un rosario de emociones y sentimientos que visten a los personajes de la serie, de los que os paso a hablar.
Centrándonos en la línea del pasado, me gustaría destacar en primer lugar el papel de Roger Príncep que interpreta al Amadeo niño. A mí me sorprendido la capacidad de este chico a la hora de transmitir la rabia contenida que sufre el personaje. Me suena muchísimo su cara, pero no recuerdo haberlo visto en otros trabajos. Creo que tiene una mirada desafiante, feroz, fría y oscura que encaja perfectamente con el carácter del personaje. No me ocurre igual con Álex García que interpreta al Amadeo adulto.
A Diana Gómez, Concha en la ficción, la hemos visto en otras series televisivas. La dulzura que imprime al personaje hace que el espectador se encariñe con ella, siempre al lado de Amadeo, como una madre atenta y cómplice.
Por supuesto, también hay que destacar el papel de Adriana Ugarte que encarna a Teresa Brusés, la esposa de Amadeo Lax. Me parece una actriz que otorga naturalidad al personaje.
Sobre la línea del presente, no hay ningún miembro del reparto que me haya impresionado, más bien lo contrario. Bea Segura interpreta a Violeta Lax casi sin fuerza ni coraje. Es una mujer que ha venerado a su abuelo toda la vida, sobre el que ahora se pretende echar una oscura sombra, y aunque se indigna, hay poca pasión en sus emociones.
Igual de insulsos me han parecido Ernesto Collado (Daniel Clelland) y Ramón Madaula (Modesto Lax), esposo y padre de Violeta respectivamente. Son dos interpretaciones que no me han dicho nada en absoluto, lo cual es muy sorprendente puesto que Modesto Lax tiene un papel importante en la trama.
Con respecto a los secundarios, Ricardo Selvas, el encargado de las obras en el palacete Lax e interpretado por Marc Cartes, es el personaje que otorga la chispa cómica a todo el melodrama aunque tiene poca presencia.
Y luego hay otros tantos, cada uno con una identidad muy definida. Eutimia, es una doncella interpretada por Áurea Márquez que representa a esa mujer cotilla y metomentodo, que de todo opina y de todo sabe. Es un personaje que, más allá de su afán por meterse donde no llaman, no resulta impertinente.
Al contrario que ocurre con Antonia, la dama de compañía de Teresa Brusés, encarnada por Míriam Iscla, que ejerce sobre la joven Teresa una influencia muy negativa, maneja los hilos y mete cizaña provocando un maremoto de terribles consecuencias.
Tanto en cine como en literatura suele ser frecuente la alternancia de líneas argumentales y los saltos en el tiempo. No obstante, en esta miniserie me ha parecido que las elipsis temporales son demasiado frecuentes y en algunos casos para simplemente destapar una escena de apenas unos segundos.
La transición de una línea a otra es muy abrupta. Por regla general, el paso del presente al pasado se realiza aprovechando los recuerdos de los personajes o bien cuando una pista de una investigación induce a la narración de un hecho del pasado. Pero en la serie, se hace de manera directa, sin preparar al espectador para viajar en el tiempo. A mí me ha pillado de sorpresa los cambios de escena tan bruscos.
Algo que también me ha incomodado muchísimo ha sido las partes en las que Violeta Lax interactúa con su marido Daniel. Ambos viven en Chicago. Ella es una mujer activa que está cansada de cuidar únicamente a los hijos de la pareja mientras que Daniel está preparando su primera novela. Realmente esas escenas no me han gustado en absoluto porque la relación entre ellos no me ha resultado creíble, a lo que hay que sumar que los diálogos entre ambos se desarrollan entre inglés y español. Es decir, el mismo personaje va mezclando frases en inglés y español y eso me ha chocado bastante.
En cuanto a las localizaciones todas se ubican en Barcelona. Me han gustado muchísimo esas casas señoriales de los barrios más adinerados de la ciudad condal, enormes inmuebles con balaustradas de mármol, grandes ventanales, portones de madera, salones espaciosos y arcadas.
El vestuario es espectacular. Muy cuidado incluso en los pequeños detalles, un reloj de pulsera, unos pendientes, y esos hermosos sombreros. Maravilloso también me ha parecido el trabajo de peluquería, recalcando los estilos y las modas de la época. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. Alejarse del foco principal y fijarse en los pequeños para atender a lo secundario nos desvela un trabajo lleno de mimo. Y la caracterización también está muy bien conseguida, el paso del tiempo en los actores que no solo se aprecia en las arrugas de su rostro o en el blanqueamiento de sus cabellos, sino también en la curvatura de su espalda.
Habitaciones cerradas es una miniserie que me ha gustado. Salvando las objeciones mencionadas, me ha entretenido bastante ver estos dos capítulos y ha conseguido que me anime a leer la novela de manera más inmediata. No me importa conocer el argumento. Me gustará ver las diferencias que puedan existir entre la novela y la adaptación a la pequeña pantalla.
Si todavía no la has visto, te invito a hacerlo. Basta con que te pases por los dos enlaces que dejo más abajo. Ya me contarás qué te ha parecido.
[Información facilitada por Filmaffinity]
Tengo en casa un ejemplar de Habitaciones Cerradas de Care Santos desde hace bastante tiempo pero, como suele ocurrir, las lecturas se van amontonando y algunas quedan atrás momentáneamente. Mi intención siempre fue leerla pero cuando me enteré que Televisión Española preparaba una miniserie, género que no me disgusta, me frené en seco y esperé el resultado.
La miniserie dividida en dos capítulos de hora y media de duración aproximada cada uno de ellos, se estrenó en TVE1 en el mes de noviembre. Me resultó imposible sentarme frente a la tele en los días de emisión pero gracias a la Televisión a la carta, aquello que me resulta de interés, poco, muy poco, no se me escapa de las manos.
La miniserie Habitaciones cerradas, basada en la novela homónima de Care Santos, cuenta parte de la historia de la familia Lax, que se remonta a principios del siglo XX hasta el año 2004. Rodolfo y Rosa Lax conforman una familia de la burguesía catalana, emergente en aquellos momentos, cuyo patrimonio procede de las fábricas de telas que sustentan la industrialización catalana. En 1900 nace el primogénito, Amadeo, un niño tímido, retraído, taciturno, silencioso, celoso,... que no parece nunca encajar en su núcleo familiar. Gran aficionado a la pintura, se lleva a matar con su hermano pequeño Juan, mientras que adora a su hermana Violeta. En cuanto a sus padres, pasará de conflicto en conflicto, especialmente con su padre, quien no tolera la actitud de su hijo y tiene otros proyectos para él muy alejados de los pinceles y los lápices. Solo encontrará apoyo en Cocha, su ama de cría, la única que pude calmar sus accesos de melancolía y rebeldía.
El centro de atención de la familia Lax recaerá en Amadeo y la relación con su entorno, pero a su vez se desarrollarán otras subtramas. Por un lado, los negocios de Rodolfo Lax, un empresario que representa la burguesía catalana, en pleno auge pero que también tendrá que hacer frente a las revueltas laborales. La clase obrera no está dispuesta a seguir sufriendo el yugo del patrón, los sindicatos apoyan a los trabajadores en la exigencia de mejoras laborales, horarios y salarios razonables. Se producen revueltas, se paralizan las fábricas e incluso se llegará a la huelga con trágicas consecuencias. De este modo, se pone al espectador en antecedentes de la situación social y laboral de la ciudad.
Pero las grandes familias intentan vivir ajenas a lo que ocurre en barrios más desfavorecidos. Las fiestas se suceden y se convierte en un entretenimiento singular la celebración de sesiones de espiritismo, una corriente cada vez más en boga entre las familias pudientes.
Y por último, aunque solo sea de pasada, también se resalta los cambios en el papel de la mujer, que comienza a tener voz e ideas propias dejando de estar a la sombra del varón.
Este es el entorno en el que vive la familia Lax, una línea argumental que se alternará con otras dos. Por un lado, la acción se traslada a un tiempo presente, al año 2004. Violeta Lax es la nieta de Amadeo, una experta en arte, afincada con su familia en Chicago y que tendrá que viajar a Barcelona para revisar las obras de remodelación del palacete familiar de los Lax. Los trabajos realizados en el inmueble para convertirlo en biblioteca sacan a la luz estancias que hasta la fecha permanecían en completo secreto y dentro de ellas se hallará un cadáver momificado de una mujer. ¿Quién es ella? ¿Tiene relación con la familia y es totalmente ajena a ella?
Por otro, existirá una tercera línea temporal intermedia que tan solo narrará fragmentos de una escena ocurrida sobre el año 1936, un momento lleno de nerviosismo y confusión como consecuencia del alzamiento.
Con estos tres pilares, el argumento de la miniserie transita entre el descubrimiento de la verdadera personalidad de Amadeo Lax, un gran pintor de reconocido prestigio pero que con moral dudosa y la investigación policial que se desarrollará a raíz del hallazgo del cadáver. Todo ello unido a una carta procedente de Italia que arrojará más misterio al caso.
Amor, rabia, odio, venganza, tristeza,... todo un rosario de emociones y sentimientos que visten a los personajes de la serie, de los que os paso a hablar.
Centrándonos en la línea del pasado, me gustaría destacar en primer lugar el papel de Roger Príncep que interpreta al Amadeo niño. A mí me sorprendido la capacidad de este chico a la hora de transmitir la rabia contenida que sufre el personaje. Me suena muchísimo su cara, pero no recuerdo haberlo visto en otros trabajos. Creo que tiene una mirada desafiante, feroz, fría y oscura que encaja perfectamente con el carácter del personaje. No me ocurre igual con Álex García que interpreta al Amadeo adulto.
A Diana Gómez, Concha en la ficción, la hemos visto en otras series televisivas. La dulzura que imprime al personaje hace que el espectador se encariñe con ella, siempre al lado de Amadeo, como una madre atenta y cómplice.
Por supuesto, también hay que destacar el papel de Adriana Ugarte que encarna a Teresa Brusés, la esposa de Amadeo Lax. Me parece una actriz que otorga naturalidad al personaje.
Sobre la línea del presente, no hay ningún miembro del reparto que me haya impresionado, más bien lo contrario. Bea Segura interpreta a Violeta Lax casi sin fuerza ni coraje. Es una mujer que ha venerado a su abuelo toda la vida, sobre el que ahora se pretende echar una oscura sombra, y aunque se indigna, hay poca pasión en sus emociones.
Igual de insulsos me han parecido Ernesto Collado (Daniel Clelland) y Ramón Madaula (Modesto Lax), esposo y padre de Violeta respectivamente. Son dos interpretaciones que no me han dicho nada en absoluto, lo cual es muy sorprendente puesto que Modesto Lax tiene un papel importante en la trama.
Con respecto a los secundarios, Ricardo Selvas, el encargado de las obras en el palacete Lax e interpretado por Marc Cartes, es el personaje que otorga la chispa cómica a todo el melodrama aunque tiene poca presencia.
Y luego hay otros tantos, cada uno con una identidad muy definida. Eutimia, es una doncella interpretada por Áurea Márquez que representa a esa mujer cotilla y metomentodo, que de todo opina y de todo sabe. Es un personaje que, más allá de su afán por meterse donde no llaman, no resulta impertinente.
Al contrario que ocurre con Antonia, la dama de compañía de Teresa Brusés, encarnada por Míriam Iscla, que ejerce sobre la joven Teresa una influencia muy negativa, maneja los hilos y mete cizaña provocando un maremoto de terribles consecuencias.
Tanto en cine como en literatura suele ser frecuente la alternancia de líneas argumentales y los saltos en el tiempo. No obstante, en esta miniserie me ha parecido que las elipsis temporales son demasiado frecuentes y en algunos casos para simplemente destapar una escena de apenas unos segundos.
La transición de una línea a otra es muy abrupta. Por regla general, el paso del presente al pasado se realiza aprovechando los recuerdos de los personajes o bien cuando una pista de una investigación induce a la narración de un hecho del pasado. Pero en la serie, se hace de manera directa, sin preparar al espectador para viajar en el tiempo. A mí me ha pillado de sorpresa los cambios de escena tan bruscos.
Algo que también me ha incomodado muchísimo ha sido las partes en las que Violeta Lax interactúa con su marido Daniel. Ambos viven en Chicago. Ella es una mujer activa que está cansada de cuidar únicamente a los hijos de la pareja mientras que Daniel está preparando su primera novela. Realmente esas escenas no me han gustado en absoluto porque la relación entre ellos no me ha resultado creíble, a lo que hay que sumar que los diálogos entre ambos se desarrollan entre inglés y español. Es decir, el mismo personaje va mezclando frases en inglés y español y eso me ha chocado bastante.
En cuanto a las localizaciones todas se ubican en Barcelona. Me han gustado muchísimo esas casas señoriales de los barrios más adinerados de la ciudad condal, enormes inmuebles con balaustradas de mármol, grandes ventanales, portones de madera, salones espaciosos y arcadas.
El vestuario es espectacular. Muy cuidado incluso en los pequeños detalles, un reloj de pulsera, unos pendientes, y esos hermosos sombreros. Maravilloso también me ha parecido el trabajo de peluquería, recalcando los estilos y las modas de la época. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. Alejarse del foco principal y fijarse en los pequeños para atender a lo secundario nos desvela un trabajo lleno de mimo. Y la caracterización también está muy bien conseguida, el paso del tiempo en los actores que no solo se aprecia en las arrugas de su rostro o en el blanqueamiento de sus cabellos, sino también en la curvatura de su espalda.
Habitaciones cerradas es una miniserie que me ha gustado. Salvando las objeciones mencionadas, me ha entretenido bastante ver estos dos capítulos y ha conseguido que me anime a leer la novela de manera más inmediata. No me importa conocer el argumento. Me gustará ver las diferencias que puedan existir entre la novela y la adaptación a la pequeña pantalla.
Si todavía no la has visto, te invito a hacerlo. Basta con que te pases por los dos enlaces que dejo más abajo. Ya me contarás qué te ha parecido.
No la he visto aún pero estoy deseando. Ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos
No la he visto todavía, pero tengo intención de hacerlo. El libro me encantó. Y parece por lo que cuentas, que han hecho una buena adaptación.
ResponderEliminarBesotes!!!
Con la de pegas que le has puesto me ha sorprendido que al final te haya gustado. Esas transiciones así sin ton ni son y de repente, los actores que ni frío ni calor y la relación que no convence...vamos que la iba a tachar pero como nos dejas enlace voy a darle una oportunidad.
ResponderEliminarLa novela intenté leerla pero me aburrió mucho.
Besos
¿No tenemos otra actriz que no sea Adriana Ugarte? Me da una cascancia...
La vi y me gustó mucho. Me sirvió para recordar la trama del libro que la tenía un poco olvidada, pero según la iba viendo iba recordando los hechos. MUy recomendables ambas cosas, el libro y la miniserie. Besos
ResponderEliminarMe ha gustado y creo que es bastante fiel a la novela, que me encantó. Y tienes toda la razón en los diálogos de Violeta con u marido, yo los habría matado a los dos de verdad...
ResponderEliminarBesos.
No he leído el libro pero creo que voy a ver la miniserie. Me ha gustado :) Besos.
ResponderEliminarUy, Marisa. Esta la tengo pendiente de ver. Menos mal que con esta reseña tuya me he acordado de ella. Para algo sirve A la carta, como bien dices, sobre todo en las cadenas privadas, que así evitamos la publicidad. Besos.
ResponderEliminarA mí el libro me gustó mucho pero con la serie no sé si me animaré
ResponderEliminarBesos
hola yo no suele ver mucho la tele bueno de hecho ni siquiera tengo una, con lo que queda totalmente descartada ver esta mini serie pero tal vez me anime con el libro chao
ResponderEliminarNo la he visto pero tengo en casa el libro sin leer y lo haré primero.
ResponderEliminarNO he leído aún el libro y prefiero leerlo antes. A ver cuando me pongo...
ResponderEliminarBs.
A mí me gustó mucho el libro, y creo que la serie es una muy buena adaptación. Algunos actores no están tan bien, pero en general el resultado es muy aceptable.
ResponderEliminar¡Besos!
Anda, no sabía que Care Santos hacía un cameo en la serie. No sé si me animaré a verla, el libro no me convenció del todo...
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