lunes, 26 de octubre de 2015

NIEVE EN OTOÑO de Irène Némirovsky.


Editorial: Salamandra.
Fecha publicación: noviembre, 2010.
Nº Páginas: 96
Precio:  10,50 €
Género: Narrativa.
Edición: Rústica con solapas.
ISBN: 978-84-9838-310-2


Autora

Irène Némirovsky (Kiev, 1903 - Auschwitz, 1942) recibió una educación exquisita, aunque tuvo una infancia infeliz y solitaria. Tras huir de la revolución bolchevique, su familia se estableció en París en 1919, donde Irène obtuvo la licenciatura de Letras en la Sorbona. En 1929 envió su primera novela, David Golder, a la editorial Grasset, dando comienzo a una brillante carrera literaria que la consagraría como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia. Pero la Segunda Guerra Mundial marcaría trágicamente su destino. Deportada a Auschwitz, donde sería asesinada igual que su marido, Michel Epstein, dejó a su dos hijas una maleta que éstas conservaron durante decenios. En ella se encontraba el manuscrito de Suite francesa, cuya publicación en 2004 desencadenó un fenómeno editorial y cultural sin precedentes: la novela se tradujo a treinta y nueve idiomas, obtuvo numerosos premios- entre ellos el Premio Renaudot, otorgado por primera vez a un autor fallecido- y fue uno de los libros más leídos en casi todos los países donde se publicó, con más de un millón de ejemplares vendidos en todo el mundo. En España fue galardonada con el Premio del Gremio de Libreros de Madrid y también cosechó un sorprendente éxito comercial.

Sinopsis

Cuando publicó Nieve en otoño, su tercera novela después de David Golder y El baile, con apenas veintiocho años, el prestigio de Irène Némirovsky era ya notable, y no sólo en Francia. El New York Times la había bautizado como «la sucesora de Dostoievsky» por su capacidad para reflejar las contradicciones de la vida y sus complejidades morales. En este breve relato sobre el exilio y la nostalgia, Némirovsky exhibe una vez más el don de aproximar sus personajes a los lectores y de evocar situaciones como si la frontera entre lo real y lo imaginario no existiese.

La anciana Tatiana Ivanovna ha dedicado toda su vida a servir a sus señores, los Karin, a quienes ha visto nacer y crecer en la mansión de Sujarevo, en las inmediaciones de Moscú. Cuando la familia se ve obligada a huir por la Revolución de Octubre, la fiel criada termina por reunirse con ellos en París, donde, a pesar de que los Karin han perdido su posición social y su fortuna, continúa a su servicio en el modesto apartamento en que residen. Supervivientes de un mundo perdido, los Karin y su sirvienta necesitarán olvidar para salir adelante, pero la vieja Tatiana nunca deja de soñar con su tierra natal, ni de sufrir para adaptarse a la vida en un lugar donde las primeras nieves no llegan hasta pasado el otoño.

Al igual que su admirado Chéjov, Irène Némirovsky tiene un talento especial para observar y captar los detalles más reveladores de la intimidad de sus personajes. El lector encontrará aquí el germen de la imponente Suite francesa, y llegará al final de esta breve novela con la sensación de haber realizado un intenso viaje emocional.



[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]


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Por fin vuelve Irène Némirovsky al blog, después de que, a finales del 2013, reseñara su segunda novela breve El baile (puedes leerla aquí). No me olvido de que, por entonces, alguien me recomendó leer la biografía de la autora escrita por su hija Elisabeth Gille y publicada por Circe en 1995 bajo el título Irène Némirovsky, tarea que aún tengo pendiente de acatar. No es la única biografía que existe sobre la autora. Otro libro -La vie d Irène Némirovsky: 1903 - 1942-, publicado por Olivier Philipponant y Patrick Lienhardt, ha sido traducido a varios idiomas menos al castellano, que yo sepa. 

La sinopsis que aporta la editorial es tan sumamente extensa que no voy a entrar en muchos más detalles. En resumidas cuentas, Nieve en otoño narra la vida de una nodriza, Tatiana Ivanovna, que lleva cincuenta y un año al servicio de una familia rusa, los Karin (Nikolái Alexándrovich, su esposa Yelena Vasilievna y los cuatro hijos de matrimonio: Kiril, Yuri, Lulú y Andréi). Por sus manos han pasado varias generaciones y siente a los miembros de la familia como si fueran de la suya propia. De ahí que las alegrías en el seno familiar, las celebre con júbilo y con un profundo pesar y dolor, las desgracias acaecidas. 

La historia se inicia una noche de Navidad cuando los dos hijos mayores, Kiril y Yuri, se están preparando para marchar al frente y luchar contra Alemania. Es la Primera Guerra Mundial y Rusia pasará de un conflicto a otro pues posteriormente vendrá la Revolución de Octubre de 1917, desencadenando una guerra civil. Todo esto hace que la familia se vea obligada a huir por temor a los rojos. Primero marchará a Odesa y más tarde a París. Nieve en otoño retrata las consecuencias de un momento turbio social y políticamente en el país de las nieves y el exilio al que se verá abocada una familia pudiente, algo que la autora conoció de primera mano. 

El foco de atención se centrará en Tatiana, la anciana que al inicio de la novela ya cuenta con setenta años de edad. Es hora de que la vida le pese pero aún la veremos pasar por situaciones complicadas que derribarían a cualquiera. A pesar de su aspecto frágil y del cansancio que arrastra, la vieja aya saca fuerzas de lo más profundo de su ser para aleccionar a los que aún tiene bajo su protección y para tomar decisiones y afrontar terribles desgracias. 

De su vida personal no vamos a saber mucho más, tan solo que lleva trabajando para la familia la mitad de su vida. Conoceremos que una vez tuvo marido e hijo pero, estando ya fallecidos, da la impresión de que aquello es agua pasada y que en su vida, lo realmente importante son los Karin. Ellos son su alegría y su tristeza.


Tatiana es profundamente religiosa, una característica que se remarca una y otra vez en la novela, algo que crispa especialmente a algunos miembros de la familia pues no entienden cómo Dios puede permitir ciertos hechos. Se plantea sutilmente ese eterno debate entre creer y no creer, una temática que subyace sin que sea tratada en profundidad.

Las sensaciones que el personaje despierta en el lector, al menos en mí, tienen mucho que ver con el hastío, el desgaste, el deterioro. Cuando la familia vive aún en Rusia, Tatiana pone mucho énfasis en la oscuridad,la frialdad y el silencio extraño de las noches. Es como si todo, de un modo u otro, conectara con esa vejez de la que ya adolece la protagonista, encaminada al final de sus días. Unas sensaciones que irán aumentando incluso cuando ya estén instalados en París, pues Tatiana parece vivir únicamente con Rusia en la mente, anhelando incluso los gélidos inviernos, la nieve y el hielo. «Qué largo es el otoño en este país» [pág. 75], dirá refiriéndose a París con un clima mucho más benigno y que a ella parece incomodarle más que proporcionar bienestar a sus viejos huesos. París la hace más y más vieja. Su pesadumbre nos agarra por el cuello y tira de nosotros mientras que la vieja aya se lamenta tristemente recordando un pasado mucho más feliz y se resigna  a una soledad perenne.

Del final, mejor no os cuento nada. A mí se me quedó atravesado en la garganta.

Nieve en otoño es una novela que ensalza la lealtad sin cortapisas, la que siente Tatiana por la familia Karin, que nos habla del exilio y de la transformación que un destierro obligado provoca en sus personajes. Atrás quedaron las alegres fiestas, los paseos por los bellos senderos, las reuniones pacíficas y cálidas, los hermosos paisajes rusos gélidos y nevados. No solo cambian los tiempos y los escenarios. Los personajes experimentan también una profunda transformación, un desgaste, un deterioro no solo físico sino también moral que apenas les permite levantar la cabeza, aunque ponen todo su empeño en encontrar la felicidad arrebatada. Resignación, nostalgias, recuerdos, sueños, abandono, inadaptación,...

Y resulta muy llamativo también encontrar tanto contraste en la novela. Una fiesta con música, baile y bebidas para despedir a unos hijos que se marchan a la guerra, unas cucarachas que para Tatiana son signo de prosperidad y para el cabeza de familia unos bichos inmundos, una familia que llega a París a principio de los años 20, una época de esplendor cultural y social en la capital francesa pero en la que la familia tendrá que medir sus gastos. Las pocas joyas que consiguieron sacar de Rusia, las malvenden para ir subsistiendo y no tienen más remedio que instalarse en un piso pequeño, oscuro, de techos bajos, asfixiante, que huele a humedad y ropa vieja. No hay derroche ni oropeles en la existencia de los Karin que apenas se pueden permitir un capricho. Y aún así, seguirán manteniendo a la vieja Tatiana que ya poca ayuda les puede prestar pero que es como de la familia, mandarán a sus hijos a estudiar fuera y contarán con la ayuda de una criada normanda. Contraste no solo en el estilo de vida sino también en los colores. La oscuridad de las noches rusas frente a las coloridas y bulliciosas noches parisinas. La ciudad del hielo frente a la ciudad de la luz y aún así, Rusia es tan querida y añorada... 



Escrita en tercera persona y con algo menos de cien páginas, Nieve en otoño consta de nueve capítulos de muy corta extensión. Se lee con suma facilidad, entre otras cosas porque Némirovsky tiene ese estilo aterciopelado por el que da gusto transitar. En esta novela no hay grandes arrebatos, por no decir ninguno. La alegría y la pena discurren con suavidad y calma, como también lo hará la lectura. 

Quizás la única pega que le pueda poner es una dificultad inicial a la hora de identificar a los personajes, a los que, en ocasiones se le llama por su nombre de pila (Nikolái Alexandrovich) y en otras, por un diminutivo o un término cariñoso (Kolinka). Pero es una cuestión muy puntual y en apenas un par de páginas te ubicas perfectamente. 

Volver a reencontrarme con Irène Némirovky ha sido de nuevo un placer. Es increíble su capacidad de síntesis, su habilidad a la hora de contar toda una vida en apenas unas páginas. Sé que es una autora muy venerada por muchos de vosotros y aunque su Suite francesa es su obra más conocida, yo también os recomiendo acercaros a esta pequeña pieza de preciosa literatura. 

Mientras tanto yo sigo con la idea de leer su biografía aunque tenga que verla morir en Auschwitz




[Imágenes e ilustraciones tomadas de Google]

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8 comentarios:

  1. Tengo en mi estantería pendiente "Suite Francesa". A ver si consigo ponerme con ella (un poco más de tiempoooo es lo que necesito!!) y según las impresiones, valoraré el tuyo.
    Me lo llevo!
    BEsitos.

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  2. Quiero leer pronto esta historia. Cuando la reseño Manuela de Entre mis libros y yo ya me la llevé anotada y tiene una pinta maravillosa.

    Besos

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  3. Me gustó muchísimo este libro, como todo lo de esta autora. Tengo que volver a ella.
    Besos

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  4. Este no lo he leído, pero está en mi eterna lista de deseos. Y vaya si me has dejado intrigada con lo del final. Un beso!

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  5. Por lo que comentas, parece que es una autora a tener muy en cuenta. Esta que reseñas sería un buen comienzo para estrenarse con la narrativa de esta autora. ¡Qué coraje me dan estas sinopsis tan largas! Besos.

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  6. Siendo Némirovsky una autora que valoro mucho, que disfruto de cómo escribe, sin embargo siempre me cuesta sintonizar con ella, la aprecio como escritora, pero no hay forma de que me traspase, al menos hasta ahora. Seguiré probando.

    Un abrazo

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  7. Me da pena leer las novelas de Irène, porque ya no habrá más cuando las gaste. Seguro que algunas son mejores que otras pero todas deben tener su sensibilidad y su talento. Una más para la lista para las ocasiones especiales.
    Besos

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  8. Tengo muchas ganas de repetir con ella, sólo he leído uno de sus libros y me enamoró =)

    Besotes

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