Editorial: La Galera.
Colección: Bridge.
Fecha publicación: marzo, 2015.
Nº Páginas: 288.
Precio: 17,95 €
Género: Narrativa.
Género: Narrativa.
Edición: Tapa blanda con solapas
ISBN: 9788494185755
[Disponible en catalán;
puedes leer primer capitulo aquí]
ISBN: 9788494185755
[Disponible en catalán;
puedes leer primer capitulo aquí]
Autor
Alejandro Palomas (Barcelona, 1967) es licenciado en Filología Inglesa y Master in Poetics por el New College de San Francisco. Ha compaginado sus incursiones en el mundo del periodismo con la traducción de importantes autores. Entre otras, ha publicado las novelas El tiempo del corazón (publicada en Siruela y por la que fue nombrado Nuevo Talento Fnac), Tanta vida, El secreto de los Hoffman (finalista del Premio de Novela Ciudad de Torrevieja 2008 y adaptada al teatro en 2009), El alma del mundo (finalista del Premio Primavera 2011), El tiempo que nos une y Una madre. Su obra ha sido traducida a diez lenguas.
Sinopsis
Guille es un niño introvertido con una sonrisa permanente, y es un lector empedernido con mucha imaginación. Solo tiene una amiga. Hasta aquí, todo en orden. Pero tras esta máscara de tranquilidad se esconde un mundo fragilísimo, como un castillo de naipes, con un misterio por resolver. El rompecabezas lo configuran un padre en crisis, una madre ausente, una profesora intrigada y una psicóloga que intenta armar el puzle que está en el fondo. Una novela coral que respira sentimiento, ternura, vacíos, palabras no pronunciadas y un misterio sobrecogedor.
[Biografía y sinopsis facilitadas por la editorial]
Alejandro Palomas es un autor al que seguimos de cerca muchos lectores. Sus novelas nunca dejan indiferente y sacan de nosotros nuestro lado más emotivo. Yo descubrí al autor con El alma del mundo, una novela de la que guardo un grato recuerdo. Posteriormente cayó en mis manos Agua cerrada, reseñada en este blog. Y aprovechando la Feria del Libro y la visita de Palomas a Sevilla, me hice con un ejemplar de Una madre. Aquel día, hablando de sus libros, me recomendó la lectura de El tiempo que nos une, pues la considera su mejor novela. Tomo buena nota de su recomendación pero, de momento, hoy vengo con otro de sus libros que ha causado bastante revuelo entre nosotros. Un hijo.
Dado que Palomas lanzaba este nuevo libro, Marga de Libros, exposiciones y excursiones y yo decidimos organizar una lectura conjunta a la que muchos os habéis unido y por eso os damos las gracias. Creo que somos casi las únicas que aún no hemos reseñado el libro por aquello de «En casa de herrero, cuchillo de palo». Más abajo os dejo los enlaces a las reseñas de todos los blogs que han participado en la lectura.
Un hijo ha sido publicado con La Galera. Hipotéticamente es una editorial que se centra en literatura infantil y juvenil pero yo no me atrevería a calificar este libro como tal. Es cierto que el protagonista principal es un niño de nueve años pero eso no significa que vaya dirigido a un público de corta edad, especialmente porque los temas que se tratan son duros, tanto que hasta a los mismos adultos les cuesta trabajo digerirlos. Y es que la historia que recoge Un hijo tiene un poco de todo, de ilusión, de sueños, de risas,... pero también de tristezas. Que un libro me haga llorar es algo de lo más complicado. Y digo llorar, no emocionarte con una lagrima que asoma sutilmente a nuestros ojos. No recuerdo cuándo fue la última vez que un libro me hizo coger un pañuelo y disimular ante la gente que había a mi alrededor. Por suerte, cuando llegué al momento más dramático de Un hijo estaba sola y pude llorar a gusto.
Un hijo ha sido publicado con La Galera. Hipotéticamente es una editorial que se centra en literatura infantil y juvenil pero yo no me atrevería a calificar este libro como tal. Es cierto que el protagonista principal es un niño de nueve años pero eso no significa que vaya dirigido a un público de corta edad, especialmente porque los temas que se tratan son duros, tanto que hasta a los mismos adultos les cuesta trabajo digerirlos. Y es que la historia que recoge Un hijo tiene un poco de todo, de ilusión, de sueños, de risas,... pero también de tristezas. Que un libro me haga llorar es algo de lo más complicado. Y digo llorar, no emocionarte con una lagrima que asoma sutilmente a nuestros ojos. No recuerdo cuándo fue la última vez que un libro me hizo coger un pañuelo y disimular ante la gente que había a mi alrededor. Por suerte, cuando llegué al momento más dramático de Un hijo estaba sola y pude llorar a gusto.
Guille es un niño de nueve años. Su padre, Manuel Antúnez, se ha quedado en paro por lo que su mujer, Amanda, tendrá que aceptar un trabajo como azafata en Dubai. Así los papeles se invierten (algo que, dicho sea de paso, encaja con nuestra realidad actual) y es el padre quién se encarga del hijo y de la casa mientras que la madre es la que mantiene a la familia a flote con su trabajo. Ni a Guille ni a Manuel le gusta la nueva situación familiar que les toca vivir pero no hay más remedio.
¿Qué quieres ser de mayor?, le pregunta la profesora a Guille un día. La respuesta que el niño dará a Sonia es la que desencadena esta historia pues Guille responde que quiere ser Mary Poppins. Inmediatamente la profesora advierte que en la respuesta del pequeño hay algo extraño, algo que no encaja y no solamente porque su alumno no haya respondido que quiere ser policía, bombero, futbolista,... como vendría siendo lo habitual, sino porque existe un gran matiz entre querer ser como Mary Poppins y querer ser Mary Poppins. Sonia piensa que Guille es un niño feliz pero ¿será que lo es solo en apariencia? Intranquila decide tener una reunión con el padre del pequeño y además comentará el asunto con María, la orientadora del centro con el objeto de averiguar si a Guille le pasa algo, cómo es su relación con el padre y la madre, en qué ambiente vive en el hogar,... etc. Y así se teje esta historia compuesta por cuatro personajes (Guille, Manuel, Sonia y María) que nos hablarán en primera persona tanto del pequeño, de sí mismos y de los demás. Y tendremos una caja, un cajón de los tesoros al que Guille tiene prohibido acercarse pero que él husmea cuando está solo. Y habrá unas normas que cumplir para que la convivencia sea estable:
- No acercarse a papá cuando esté delante del ordenador
- Acostarse especialmente temprano los jueves.
En paralelo a la historia de Guille, el lector también descubrirá otra no menos inquietante. Nazia es una niña paquistaní que asiste al mismo centro escolar que Guille. Ambos son muy amigos y siempre están juntos. Nazia es un amor de niña que acepta las costumbras ancestrales de su etnia y que se tapa la boca para reír. Su historia asoma casi en un segundo plano pero tendrá su punto de crítica social.
Un hijo es mucho más de lo que en principio podríamos pensar. Para no ser un thriller hay muchísimo suspense y es frecuente que los capítulos terminen en un punto álgido de la narración, obligando al lector a voltear la página para seguir leyendo. «Una página más, solo una». He de reconocer que este libro me ha ido produciendo una angustia creciente a medida que avanzaba en la lectura, algo que no te lleva más de un par de tardes, pero es una argumento que atrapa y envuelve a la vez. Yo creí que la historia entre el padre y el hijo iba por otros derroteros y comencé a asustarme. Palomas va dosificando la información y mientras leía se me pasaron por la cabeza más de una hipótesis. Es cierto que se intuía cuál iba a ser el final pero eso no ha restado ni un ápice de interés a la lectura.
En cuanto a los personajes, resulta del todo inevitable adorar a Guille. A los ojos de Sonia, él es un niño estupendo, nada problemático, activo, participativo, optimista y muy entusiasta pero poco popular pues solo se relaciona con Nazia, y los dos asoman un poco apartados del resto de los pequeños. Influenciado por su madre, Guille lee muchísimo y por regla general lecturas más avanzadas para su edad. Tiene absoluta devoción por Mary Poppins, esa mujer que todo lo arregla con canciones y magia. Si los problemas fueran tan fáciles de resolver, yo también querría ser Mary Poppins. A mí Guille me ha parecido un personaje entrañable, un niño dulce e inocente, mucho más inteligente de lo que pensamos porque tendemos a creer que los niños no se enteran de nada y resulta que generalmente no pieden detalle de todo lo que ocurre a su alrededor y son capaces de atar cabos rápidamente. No obstante, tengo que decir que, a veces Guille me ha parecido que se comporta o piensa como si tuviera menos edad, como si en vez de nueve años tuviera seis o siete. Pero esto es una simple apreciación personal que no influye para nada en el disfrute de la lectura.
La relación padre e hijo no parece tan cálida como cabría esperar. A Manuel, la forma de ser de su hijo, tan sensible, es algo que lo exaspera mucho y por eso a veces se muestra arisco y rudo con el niño. Inicialmente el lector podrá sentir algo de rechazo por ese padre que pone límites a la expresividad de su hijo pero habrá que seguir leyendo para entender lo que le ocurre, para comprender que tras su reacción se esconde una situación complicada que él no es capaz de canalizar. Tan solo al final se dará rienda suelta a todas las emociones contenidas. Y llorarán. Y lloraremos juntos. A mí el padre me ha dejado muy tocada. Los adultos tienen sus carencias, sus debilidades y tener un buen número de años no siempre implica poseer fuerza suficiente como para poder soportarlo todo.
Escrito en primera persona en distintas voces y estructurado en siete partes tituladas, cada sección se compone de una serie de capitulos que corresponden alternativamente a los cuatro personajes que componen esta historia. Se podría considerar una novela coral aunque el eje principal de la historia es el pequeño Guille cuyos dibujos adornan el libro y permitirán a Sonia y a María indagar en la mente del pequeño.
Un hijo se lee de manera ágil y rápida tanto por su argumento como por los abundantes diálogos y la maquetación del libro, con amplios márgenes y distintas grafías. Además, como cuenta con dosis de intriga, el lector siente la necesidad de seguir avanzando para averiguar qué le ocurre a Guille. Todo ello unido a un estilo elegante y tremendamente emotivo consiguen que la lectura de Un hijo sea una delicia que se escurre entre nuestros dedos.
No hace mucho comentaba en facebook que no siempre son los adultos los que dan lecciones. A veces los niños poseen tal nitidez de pensamiento, una lógica tan aplastante y son tan consecuentes que dejan nuestra madurez a la altura del betún. En cierto sentido, eso es lo que ocurre en este libro, donde Guille será más adulto que su propio padre. Un hijo es emotividad y ternura en estado puro. Un libro que bucea en cuestiones tan importantes como la aceptación de la realidad, el dolor, el ser diferente, y la barbaridad que supone mantener ciertas costumbres por muy arraigadas que estén en una cultura.
Me ha gustado muchísimo leer este libro. Creí que resultaría una lectura más liviana pero no. Ha dejado un surco profundo en mi alma, en el que Guille ha ido sembrando las semillas de la ternura.
Y aquí las reseñas de los participanes en la lectura conjunta:
Libros que hay que leer.
Mi corazón y yo.
Ellas también viven.
En el rincón de una cantina.
Pedacitos de mi mundo.
Polvo de libros.
Libros en el petate.
Las páginas de mis libros.
Libros, exposiciones y excursiones.
Si me dejé alguien atrás que hable ahora o calle para siempre. Y al margen de las reseñas encuadradas dentro de la lectura conjunta, hay muchísimas más.
¿Qué quieres ser de mayor?, le pregunta la profesora a Guille un día. La respuesta que el niño dará a Sonia es la que desencadena esta historia pues Guille responde que quiere ser Mary Poppins. Inmediatamente la profesora advierte que en la respuesta del pequeño hay algo extraño, algo que no encaja y no solamente porque su alumno no haya respondido que quiere ser policía, bombero, futbolista,... como vendría siendo lo habitual, sino porque existe un gran matiz entre querer ser como Mary Poppins y querer ser Mary Poppins. Sonia piensa que Guille es un niño feliz pero ¿será que lo es solo en apariencia? Intranquila decide tener una reunión con el padre del pequeño y además comentará el asunto con María, la orientadora del centro con el objeto de averiguar si a Guille le pasa algo, cómo es su relación con el padre y la madre, en qué ambiente vive en el hogar,... etc. Y así se teje esta historia compuesta por cuatro personajes (Guille, Manuel, Sonia y María) que nos hablarán en primera persona tanto del pequeño, de sí mismos y de los demás. Y tendremos una caja, un cajón de los tesoros al que Guille tiene prohibido acercarse pero que él husmea cuando está solo. Y habrá unas normas que cumplir para que la convivencia sea estable:
- No acercarse a papá cuando esté delante del ordenador
- Acostarse especialmente temprano los jueves.
En paralelo a la historia de Guille, el lector también descubrirá otra no menos inquietante. Nazia es una niña paquistaní que asiste al mismo centro escolar que Guille. Ambos son muy amigos y siempre están juntos. Nazia es un amor de niña que acepta las costumbras ancestrales de su etnia y que se tapa la boca para reír. Su historia asoma casi en un segundo plano pero tendrá su punto de crítica social.
Un hijo es mucho más de lo que en principio podríamos pensar. Para no ser un thriller hay muchísimo suspense y es frecuente que los capítulos terminen en un punto álgido de la narración, obligando al lector a voltear la página para seguir leyendo. «Una página más, solo una». He de reconocer que este libro me ha ido produciendo una angustia creciente a medida que avanzaba en la lectura, algo que no te lleva más de un par de tardes, pero es una argumento que atrapa y envuelve a la vez. Yo creí que la historia entre el padre y el hijo iba por otros derroteros y comencé a asustarme. Palomas va dosificando la información y mientras leía se me pasaron por la cabeza más de una hipótesis. Es cierto que se intuía cuál iba a ser el final pero eso no ha restado ni un ápice de interés a la lectura.
En cuanto a los personajes, resulta del todo inevitable adorar a Guille. A los ojos de Sonia, él es un niño estupendo, nada problemático, activo, participativo, optimista y muy entusiasta pero poco popular pues solo se relaciona con Nazia, y los dos asoman un poco apartados del resto de los pequeños. Influenciado por su madre, Guille lee muchísimo y por regla general lecturas más avanzadas para su edad. Tiene absoluta devoción por Mary Poppins, esa mujer que todo lo arregla con canciones y magia. Si los problemas fueran tan fáciles de resolver, yo también querría ser Mary Poppins. A mí Guille me ha parecido un personaje entrañable, un niño dulce e inocente, mucho más inteligente de lo que pensamos porque tendemos a creer que los niños no se enteran de nada y resulta que generalmente no pieden detalle de todo lo que ocurre a su alrededor y son capaces de atar cabos rápidamente. No obstante, tengo que decir que, a veces Guille me ha parecido que se comporta o piensa como si tuviera menos edad, como si en vez de nueve años tuviera seis o siete. Pero esto es una simple apreciación personal que no influye para nada en el disfrute de la lectura.
La relación padre e hijo no parece tan cálida como cabría esperar. A Manuel, la forma de ser de su hijo, tan sensible, es algo que lo exaspera mucho y por eso a veces se muestra arisco y rudo con el niño. Inicialmente el lector podrá sentir algo de rechazo por ese padre que pone límites a la expresividad de su hijo pero habrá que seguir leyendo para entender lo que le ocurre, para comprender que tras su reacción se esconde una situación complicada que él no es capaz de canalizar. Tan solo al final se dará rienda suelta a todas las emociones contenidas. Y llorarán. Y lloraremos juntos. A mí el padre me ha dejado muy tocada. Los adultos tienen sus carencias, sus debilidades y tener un buen número de años no siempre implica poseer fuerza suficiente como para poder soportarlo todo.
Escrito en primera persona en distintas voces y estructurado en siete partes tituladas, cada sección se compone de una serie de capitulos que corresponden alternativamente a los cuatro personajes que componen esta historia. Se podría considerar una novela coral aunque el eje principal de la historia es el pequeño Guille cuyos dibujos adornan el libro y permitirán a Sonia y a María indagar en la mente del pequeño.
Un hijo se lee de manera ágil y rápida tanto por su argumento como por los abundantes diálogos y la maquetación del libro, con amplios márgenes y distintas grafías. Además, como cuenta con dosis de intriga, el lector siente la necesidad de seguir avanzando para averiguar qué le ocurre a Guille. Todo ello unido a un estilo elegante y tremendamente emotivo consiguen que la lectura de Un hijo sea una delicia que se escurre entre nuestros dedos.
No hace mucho comentaba en facebook que no siempre son los adultos los que dan lecciones. A veces los niños poseen tal nitidez de pensamiento, una lógica tan aplastante y son tan consecuentes que dejan nuestra madurez a la altura del betún. En cierto sentido, eso es lo que ocurre en este libro, donde Guille será más adulto que su propio padre. Un hijo es emotividad y ternura en estado puro. Un libro que bucea en cuestiones tan importantes como la aceptación de la realidad, el dolor, el ser diferente, y la barbaridad que supone mantener ciertas costumbres por muy arraigadas que estén en una cultura.
Me ha gustado muchísimo leer este libro. Creí que resultaría una lectura más liviana pero no. Ha dejado un surco profundo en mi alma, en el que Guille ha ido sembrando las semillas de la ternura.
Y aquí las reseñas de los participanes en la lectura conjunta:
Libros que hay que leer.
Mi corazón y yo.
Ellas también viven.
En el rincón de una cantina.
Pedacitos de mi mundo.
Polvo de libros.
Libros en el petate.
Las páginas de mis libros.
Libros, exposiciones y excursiones.
Si me dejé alguien atrás que hable ahora o calle para siempre. Y al margen de las reseñas encuadradas dentro de la lectura conjunta, hay muchísimas más.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]
Retos:
- Sumando 2015.
- 100 libros.
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Una novela que me gustó y me emocionó muchísimo :)
ResponderEliminarBesos!
Yo también lo disfruté mucho, aunque no llegué a emocionarme tanto como os he leído en algunas reseñas. Quizá porque veo a niños como Guille cada día, y a padres como Manuel, y ése final me pareció muy emotivo pero también poco creíble. También es verdad que, como mencionas en tu reseña, Guille me pareció a veces más niño de lo que era realmente. Pero a pesar de todo ello, me pareció muy recomendable y de hecho, ya he regalado dos ejemplares desde que lo leí.
ResponderEliminarBesos.
Este libro me ha encantado y emocionado, hacía tiempo que una novela no me dejaba tan marcado. Era la primera vez que leí a Alejandro Palomas y ha sido un verdadero gusto, está claro que tengo que ponerme con todas sus obras. Un beso! :)
ResponderEliminarTengo muchísimas ganas de leer "Un hijo". Me gusta mucho cómo escribe Alejandro Palomas y los personajes con los que siempre logra emocionar al lector. Ya comentáis que esta novela es distinta a "Un madre", que también me encantó, así que tengo curiosidad. Bss
ResponderEliminarYa sabes que también me encantó. Como.tú, tampoco me atrevo a calificarlo de juvenil y menos aún de infantil.
ResponderEliminarEl tiempo que nos une fue el.primero que leí de Alejandro. Me.fascinó. Aunque no sé realmente si es el mejor. Para mi los tres que he leído son de diez.
Besos
Alejandro Palomas se ha convertido en uno de mis autores favoritos con Un hijo, tengo pendiente Una madre, es especial. Sabe llegar al corazón.
ResponderEliminarBesos.
Todas las opiniones que he leído hasta ahora de esta novela han sido muy positivas, yo lo tengo esperando en la estantería y estoy deseando ponerme con él
ResponderEliminarBesos
Es uno de mis libros preferidos en lo que llevo del año. Besos
ResponderEliminarNo me ha impactado tanto como a ti pero creo que es por tema personal. A mí sí me pareció más infantil salvo el final, bien pensé que iba a ocurrir lo otro y hubiera sido mágico pero Palomas ha querido plantar los pies en el suelo. El personaje del padre llega, se puede entender y da mucha pena, compasión más bien. Lo único que no me gustó fue lo del escenario, pobre niño, delante de todo el mundo...
ResponderEliminarBesos
Creo que Alejandro Palomas es uno de esos autores que una vez que lees un libro suyo, repites siempre. Yo le conocí por El tiempo que nos une por pura causalidad (no dejes de leerlo en cuanto lo reediten a final de año) y no me pierdo ni uno de los libros que va sacando. Un beso.
ResponderEliminarOigo maravillas de este libro. Tengo ganas de ponerme con él.
ResponderEliminarBesos
Yo no lo sigo, la verdad y el libro me ha parecido que tiene opiniones muy dispares, lo cual me gusta para saber qué pensaría yo, seguramente lo leeré por eso de no quedarme descolgado, tiene elementos que me llaman mucho. Besos :)
ResponderEliminarPor más que leo reseñas a mí es que no me llama
ResponderEliminarun besito
Los libros que tienen un niño como protagonista me enternecen mucho, así que espero darle una oportunidad próximamente.
ResponderEliminarSaludos!
Yo descubrí a Alejandro Palomas con El tiempo que nos une y me encantó. Una madre fue una de mis mejores lecturas del año pasado y Un hijo me ha emocionado profundamente. Sin duda una lectura muy recomendable, sólo Alejandro Palomas, con su sensibilidad, es capaz de poner voz a un niño como Guille.
ResponderEliminarBesos.
Lo tengo pendiente, aunque aves tiene turno cogido una madre
ResponderEliminarBesos
Si te digo la verdad, no tengo muy claro si este libro es para mí. No sé si me llegaría. Un beso.
ResponderEliminarEs un autor que descubrí gracias a "Una madre" y me encantó, por lo que esta novela me apetece un montón. Besos
ResponderEliminarCómo me gusta lo que dices. Menos mal que, aunque no tengo este todavía, me espera "El tiempo que nos une". Que fíjate, no sabía yo que él lo consideraba de sus mejores novelas, así que me ha hecho ilusión enterarme. Un beso!
ResponderEliminarCuando compré el libro me costó porque, claro, no se me ocurrió buscarlo en la sección juvenil... Como no lo he leído todavía no puedo opinar si es más para adultos o qué. Le tengo ganas pero esperaré a después del verano. Que emociona no lo dudo, Alejandro sabe qué teclas tocar. Y afina bien ;)
ResponderEliminarUn abrazo
Muy tierno. Me gustó aunque no puedo decir lo mismo de "Una madre".
ResponderEliminarbesos
Me gustó mucho leerla. Creo que es muy tierna.
ResponderEliminarMe atrae más Una madre, y de hecho ya me la compré en Amazon, aprovechando que estaba en el kindle flash. Besos.
ResponderEliminarNo lo he leído aún pero se ve que no defrauda. Yo leí Una madre y quedé encantada. Aunque dicen que no se debe comparar, al parecer este es mejor aún.
ResponderEliminarBesos.
Yo voy a ver si aprovecho esta semana que tengo dos noches sin dormir para leerlo que he estado bastante apurado
ResponderEliminarLo que más claro me queda de todas las reseñas es que tengo que estrenarme con este autor.
ResponderEliminarBesotes!!!
Creía que te había comentado esta entrada, pues nada, decirte que justo acabo de publicar yo también la reseña jejej. Me ha gustado mucho como a ti, aunque digo como Norah, lo del escenario no me gustoó. Besos.
ResponderEliminarLo tengo apuntadísimo, me encanta el autor =)
ResponderEliminarBesotes
Lo tengo pendiente, El alma del mundo me gustó mucho.
ResponderEliminarUn beso!
Me ha encantado esta novela también :)
ResponderEliminarBs.
Me parece que éste no es mi estilo de libro. Lo dejaré pasar por el momento.
ResponderEliminarMuy buena reseňa.
¡Nos leemos! :)