Año: 1941.
Nacionalidad: EE.UU.
Director: William Wyler.
Reparto: Bette Davis, Teresa Wright, Herbert Marshall, Patricia Collinge, Carl Benton Reid, Dan Duryea, Charles Dingle.
Sinopsis: A finales del siglo XIX, en una población sureña, la calculadora y despiadada Regina Giddens entabla una lucha sin cuartel contra sus hermanos para quedarse con la herencia familiar. En sus planes no tienen cabida los sentimientos, ni siquiera hacia su marido, un hombre honrado que regresa a casa después de sufrir una grave enfermedad. En medio de la asfixiante atmósfera creada por la desmedida ambición de su esposa, sólo encontrará calor humano en el amor de su hija.
[Información facilitada por Filmaffinity]
Tercera película de William Wyler que pasa por el blog pero es que sus trabajos merecen mucho la pena y es un gustazo sentarse a ver un largometraje dirigido por él.
Mala, perversa, canalla, infame, dañina, cruel, diabólica,... pero siempre maravillosa Bette Davis. ¡Qué frialdad en su mirada! ¡Qué porte! Adoro a esta mujer con esa actitud altiva, arrogante, despiadada, capaz de helar la sangre al más pintado. Su belleza radica en otro lugar muy diferente al plano físico.
Regina (Bette Davis), Ben (Charles Dingle) y Oscar (Carl Benton Reid) son tres hermanos pertenecientes a la familia Hubbard. Oscar está casado con Birdie (Patricia Collinge), padres de Leo (Dan Duryea). Por su parte, Regina está casada con Horace Giddens (Herbert Marshall), padres de Alexandra (Teresa Wright), a quien por intereses familiares quieren casar con su primo Leo aunque sus ojos se han posado en otro joven, David Hewitt. Dos familias bien acomodadas, que viven en el sur con plantaciones de algodón y esclavos que trabajan la tierra.
Mientras Horace se encuentra fuera de la ciudad, hospitalizado por una dolencia cardíaca, Regina, Ben y Oscar estudian la manera de asociarse con un acaudalado empresario para construir una fábrica de algodón pero para eso les hace falta una importante cantidad de dinero. Ben y Oscar tienen su parte pero Regina necesita que su marido vuelva y aporte el capital necesario para la inversión. Los tres hermanos, que aparentemente mantienen una relación sana, entablan una lucha encarnizada por el poder. Lo que en un principio puede resultar un negocio que beneficiará a todas las partes se convierte en una batalla en la que los hermanos se colocan la zancadilla una y otra vez. Regina es una mujer pero, a diferencia de su cuñada Birdie, sabe defender sus intereses con uñas y dientes. Su ambición no conoce límite, ni siquiera el consanguíneo, y así, como una loba, o más bien, como una zorra, si nos atenemos al título original de la obra, no dejará títere sin cabeza. Regina quiere más, más que sus hermanos, más que nadie en el mundo, anhela convertirse en una persona rica y poderosa, y si para ello tiene que humillar y pisotear lo hará. Nada la detendrá, ni siquiera la muerte.
En este singular elenco de personajes se percibe dos grupos claramente diferenciados que encarnan el mal y el bien. Por un lado los que operan en el lado oscuro -Leo, Regina, Oscar y Ben- que con tal de obtener sus objetivos no sentirán remilgos ante comportamientos poco éticos. Por otro, aquellos a los que les mueve la compasión y la bondad - Birdie, David, Alexandra y Horace-. ¿Quién ganará? ¿El mal frente al bien?
Basada en la obra de Lillian Helman «The little foxes», llevada al teatro en 1939, Wyler apuesta por la genial Bette Davis, con quien mantuvo una relación, y que en esta película siempre irá de frente, sin tapujos y diciendo las cosas a la cara. A Davis no le hace falta actuar a tus espaldas. Ella te escupirá a la cara sus intenciones y lo que piensa de ti. Sin duda, es ella la que soporta el mayor peso de la película. Hablar de su nivel interpretativo es reiterar lo dicho hasta el hartazgo en reseñas anteriores. Verla interpretar un papel tan lleno de matices es un lujo que no debemos dejar pasar de largo y, en esta ocasión, cuenta con el apoyo y el respaldo de otros actores y actrices que consiguen redondear la película.
Herbert Marshall en el papel del marido moribundo no se queda atrás. Su gesto demuestra la desconfianza propia de un hombre que recela de las dulces atenciones de su esposa, sabiendo que ella, una auténtica arpía desde que se casaron, esconde motivos más interesados pues siempre estará movida por la codicia. Marshall es el alter ego de su pérfida esposa y entre los dos se construirán los momentos más álgidos de este melodrama fantástico.
Patricia Collinge representará a la mujer herida en lo más profundo de su alma que tiene que ampararse en el alcohol para soportar los desprecios y la indiferencia de su marido. Siempre recordando los años pasados, felices junto a su madre, ella se siente sola y desgraciada y por fin podrá decir lo que piensa en un monólogo que casi la liberará, recibiendo el consuelo de su sobrina, Teresa Wright, la joven que vive ajena a la maldad que se teje a su alrededor, deseando la pronta recuperación de un padre al que adora y que terminará por descubrir la auténtica naturaleza de su madre.
Si a todo esto se le une la mano de Wyler, la película es prácticamente redonda. A un argumento lleno de hienas se le une las melodías que emergen de las voces negras mientras los personajes se mueven en la quietud de la noche y un maquillaje que acrecienta la severidad del rostro de Davis. Y lo mejor de todo, un par de escenas espectaculares, en los que el segundo plano crece sobre el primero desviando la atención del espectador a lo que se sucede más allá de la primera línea de rodaje y una secuencia muy concreta en el clímax de la película, que nos dejará sin respiración y con Davis como protagonista.
Si le tengo que poner una pequeña pega será en su desenlace y no porque sea malo, que no lo es, sino porque, para mi gusto, requería algo más de tensión a juzgar por el desarrollo de los hechos. Pero bueno, es una apreciación muy personal que en nada debe influir. Por lo tanto, recomendar esta película es casi una obligación. De lo que llevo visto de Wyler, que aún es poco, me gusta absolutamente todo y qué decir de Bette Davis. Si se une un buen cineasta y una actriz de su categoría, el resultado es una obra maestra que no hay que dejar pasar.
Detengamos a la lobas, a todas las alimañas que estropean las vides, porque en nuestras vides han madurado las uvas.
Trailer (en inglés):
Hace tiempo la vi en TCM y me gustó mucho aunque menos que a ti por el mismo motivo, el final. Bette siempre hizo genial el papel de mala. Me gustan mucho estas películas tan diferentes a las de ahora, parece que estás viendo cosas nuevas aunque en realidad sean viejas. Cuando me la vuelvan a poner (lo malo de TCM es que repite muchísimo) haré un segundo visionado.
ResponderEliminarBesos
No puedo con las pelis en blanco y negro. Serán muy buenas, pero a mí me aburren soberanamente. Lo siento, pero no me la llevo. Un beso.
ResponderEliminarPeliculón y pedazo de actriz... no se me olvida la escena de la escalera ni niguna de sus interpretaciones. No sé si has visto Of Human Bondage, con Leslie Howard, su primera peli y ya con nominación al Oscar. ya no se hacen actrices así, haberlas las hay muy buenas pero con este poderío.... si no has visto Of Human Bondage te la recominedo jajaja a ver si así me recominedas tú a mí algo a final de mes. Besos :)
ResponderEliminarTengo que ponerme a ver más cine clásico. No conozco la película pero no pinta nada mal.
ResponderEliminarUn besote.
Me gustan mucho este tipo de películas, y Bette Davis es única haciéndo de mala, con esa mirada :)
ResponderEliminarBesos!
Maravillosa película y grandísima actriz! Coincido en lo del final, pero aún así, es una película buenísima. No me importaría verla de nuevo, que llevo años sin verla.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me encanta Bette Davis!!! Era genia! =)
ResponderEliminarBesotes
No la conocía y el cine de esta época me encanta.
ResponderEliminarNo se puede negar que el director es signo de garantía en esta peli.
ResponderEliminarTu mandas!! yo tomo la obligación!!!
ResponderEliminarMe ha gustado tu descripción de Bette Davis :)
Besos