Editorial: Ediciones B.
Fecha publicación: 2014.
Nº Páginas: 720.
Precio: 21,00 €
Género: Novela landscape.
Género: Novela landscape.
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-666-5491-3
Sarah Lark, exitosa escritora alemana radicada en España, trabajó durante muchos años como guía turística. Con la Trilogía de la Nube Blanca (En el país de la nube blanca, La canción de los maoríes y El grito de la tierra) se encumbró a la categoría de best seller internacional con una espectacular acogida por parte de millones de lectores en un fenómeno de boca a boca sin precedentes. Sus dos novelas posteriores, La isla de las mil fuentes y Las olas del destino, ambientadas en Jamaica, conforman la llamada Saga del Caribe.
Con Hacia los mares de la libertad, el primer título de una nueva trilogía, Sarah Lark regresa a la tierra en la que todo comenzó. Una novela llena de giros, adictiva y emocionante.
Sinopsis
Sarah Lark regresa a Nueva Zelanda, un paisaje con el que irrumpió con fuerza en el panorama literario nacional gracias a su Trilogía de la Nube Blanca, y que se ha convertido en sello indiscutible de una autora que ha seducido con él a más de siete millones de lectores en todo el mundo.
Sin perder el marco de la cultura maorí durante el siglo XIX neozelandés, Hacia los mares de la libertad es una magistral novela que nos descubre la vida de aquellos irlandeses convictos que colonizaron Australia y la Tierra de Van Diemen.
Irlanda, 1846. Kathleen y Michael se aman y planean en secreto abandonar su tierra natal, la humilde y hambrienta Irlanda, en busca de una nueva vida mejor en el Nuevo Mundo. Pero todos sus sueños se ven truncados cuando Michael es condenado como rebelde y desterrado a Australia. Kathleen, embarazada, se verá obligada a casarse con un comerciante de ganado y emigrar con él a Nueva Zelanda. Entretanto, Michael, con la ayuda de la audaz Lizzie, intentará escapar de la colonia penal para reencontrarse con su primer amor.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
Nunca me había sentido muy atraída por la literatura de Sarah Lark. Esas largas historias enclavadas en el género de la novela landscape no eran lo mío. De hecho, cada vez que leía alguna reseña, mis comentarios giraban en torno al mismo sentido. Interesante pero no lo suficientemente atractivo para mí. Sin embargo, me dieron la oportunidad de estrenarme con la autora y con cierta reticencia, temiendo que la lectura se me hiciera eterna y pesada, me zambullí en Hacia los mares de la libertad. Para mi sorpresa, no puedo negar que el resultado ha sido más que satisfactorio.
Sarah Lark es famosa por sus sagas y trilogías. Llegó al panorama literario con En el país de la nube blanca, primera entrega de lo que sería la Trilogía de la Nube Blanca. Parece que tuvo aceptación y continuó escribiendo. Concluyó aquella trilogía y posteriormente publicó dos novelas más. Hacia los mares de la libertad forma parte de lo que es conocido como la Trilogía del Kauri, cuyo segunda entrega - A la sombra del árbol Kauri -, ya está en casa a la espera de ponerme con ella.
La novela de la que os hablo hoy consta de más de setecientas páginas y desarrolla una historia con dos hilos argumentales que convergerán en un punto concreto hacia el desenlace.
En 1846, año en el que se inicia la novela, Irlanda sufre la conocida hambruna de la patata. Prácticamente era el único alimento que los irlandeses podían llevarse a la boca, pero una plaga y las inclemencias del tiempo dieron lugar a una catástrofe de considerables dimensiones. Solo había dos salidas: morir de inanición o intentar huir de un país que se hundían hacia tierras con más posibilidades. Los más afortunados se convertían en arrendatarios de los señores, como los Wetherby de la novela, pero tenían que pagar un precio muy alto para el poco dinero que obtenían de sus cosechas.
Leyendo los capítulos iniciales de la novela en los que se narran cómo la mayor parte de los habitantes estaban sumidos en las más absoluta de las miserias, me vino a la mente una canción muy conocida y muy versionada titulada Kilkelly, Ireland que narra a través de unas cartas entre padre e hijo los sufrimientos de los irlandeses a consecuencia de la hambruna. Es una melodía tremendamente triste pero que refleja muy bien la época. Si te gusta el folk irlandés no dejes de oírla.
Retomando el argumento de la novela, conoceremos a Mary Kathleen O'Donnell es una joven de extrema belleza, dulce, virtuosa, romántica y muy religiosa que anda enamorada de Michael Drury, un truhán, pícaro y soñador, muy obstinado y tozudo. Para él, al igual que para el resto de los irlandeses, el sueño anhelado es abandonar el lugar que lo vio nacer con destino a América, una tierra llena de oportunidades donde dejarán el hambre atrás.
El amor entre Kathleen y Michael es un camino lleno de obstáculos. El padre de la joven no quiere que su hija tenga tratos con un joven cuya familia de dedica a destilar whisky de forma clandestina. En su lugar, James O'Donnell pretende casar a su hija con Ralph Trevallion, el administrador de los Wetherby, un negocio mucho más ventajoso para el bienestar familiar. Pero Kathleen no está dispuesta a acceder y menos aún cuando advierte que espera un hijo de Michael. Junto a su amado planean fugarse a América una vez que el joven padre consiga algo de dinero trapicheando pero todo se torcerá de manera estrepitosa. Michael es arrestado y enviado a Australia, una colonia británica pues Irlanda está bajo el yugo de la corona de la reina Victoria. Allí cumplirá condena y rehacerá su vida pasando por diferentes empleos: ballenero, pastor,... Sin embargo, jamás dejará de pensar en la dulce joven que dejó en Irlanda y en cuyo vientre crecía el fruto de su amor.
En cuanto a Kathleen, verá resignada cómo su amor es enviado a tierras lejanas. Sin saber muy bien qué hacer, volverá a casa de sus padres donde no le espera un caluroso recibimiento. Su padre sigue con la idea de casarla con Trevallion pero, no sabemos si por suerte o por desgracia, una nueva puerta se le abrirá para comenzar una nueva vida pero no será un vergel precisamente. Trabajará como una bestia, será maltratada, humillada y se sentirá terriblemente sola hasta que conoce a Claire Edmunds, otra soñadora que renuncia a todo por amor.
Por otro lado, conoceremos a Lizzie Owens es una joven prostituta de 17 años a la que encierran por robar en una panedería. Junto a otras presidiarias, será embarcada en el Asia rumbo a Australia. Una vez que lleva a la Tierra de Van Diemen, será conducida al penal de mujeres de donde saldrá por un golpe de suerte que le durará bien poco. Comenzará entonces a deambular de un punto a otro hasta que estrechar lazos con los maoríes. A través de este personaje el lector tendrá acceso a mucha información sobre esta cultura, cómo se relacionan entre ellos, los vínculos que se establecen, cuáles son sus dioses, qué opinan de los colonos,...
Así pues, tanto Michael Drury como Lizzie Owens son enviados a Australia a cumplir condena, pero ¿qué pasará con Kathleen O'Donnell? Si permanece en Irlanda pasando hambre, si parte a América tal y como planeó junto a su amado o si aparece en otro lugar del planeta son incógnitas que os dejo en el aire. Lo que sí os comento es que su vida no será nada fácil como tampoco lo será la de ninguno de los personajes. De cualquier manera, os adelanto que todos los personajes confluirán en un punto. No tendría sentido de otra manera pues se prevé que esta novela está articulada para que las vidas de los personajes transcurran por separados para volverse a encontrar en un futuro. Pero lo realmente interesante es analizar cómo se las compone la autora para hacerlo y en este sentido tengo que decir que Sarah Lark me ha parecido una narradora brillante y muy habilidosa, pues no debe resultar fácil manejar tantos hilos y con tantos lugares. Va trenzando los mimbres de una extensa trama con mimo y cuidado, sin ir directamente al grano pero sin marear al lector. Paso a paso, sin prisa pero sin pausa, nos va acercando al objetivo regalándonos algunos capítulos cargados de suspense que se incrementa mucho hacia en el desenlace. Al final todo cierre de manera acertada, dejándonos un buen sabor de boca.
Quizás, si le tengo que poner una pega, esta recaería en algunos personajes - niños, que me han parecido excesivamente maduros para su edad. Entiendo que en circunstancias adversas el ser humano tiende a espabilar y a aprender rápido pero ciertos diálogos de estos personajes, su manera de razonar y de actuar no me han convencido del todo. Y por otro lado, considero que hay pasajes en los que introduce muchos términos maoríes que no sé si llegan a quedar debidamente claros por el contexto. En cualquier caso, y dado el gran volumen de aventuras y acontecimientos que se producen en esta novela, tales pegas se pierden entre la inmensidad de los hechos.
Bajo mi punto de vista, el papel de la mujer es el punto fuerte de esta novela. A lo largo de la misma veremos a mujeres que sueñan, que aman, que son maltratadas, que sufren pero que también son fuertes y valientes. Apreciaremos un cambio en cuanto a la mujer que vive en Inglaterra o en Irlanda y aquella que vive en Australia o Nueva Zelanda, y será justamente en estas tierras donde visualizaremos un potente choque cultural entre los maoríes y los pakeha (hombres blancos). Con el paso de las páginas apreciaremos que ellas son más cabales, más inteligentes, más lógicas que los hombres y por lo tanto sus negocios y vidas prosperarán más y mejor. Algo que solo sería posible en estas tierras y no en sus lugares de origen.
Pero no se queda atrás la magnífica ambientación. Parece que Lark tiene un especial interés en toda la cultura maorí pues vuelve a repetir con los exóticos paisajes de Nueva Zelanda. Tengo que reconocer que el conocimiento que tiene la autora de esta cultura, ya muy minada en el siglo XIX con la aparición del hombre blanco, es espectacular como también lo es . Como también lo es su conocimiento sobre los procesos judiciales británicos de la época. La deportación hacia tierras lejanas era entendida como un castigo infligido a a maleantes y criminales pero en el fondo se podría interpretar como una nueva oportunidad en la vida, una forma de rehabilitación social. En aquellas tierras, en las que todo estaba por hacer, cumplir condena implicaba saldar la deuda con la corona británica y a cambio Inglaterra se comprometía a emplear a esos hombres y a repartir sus tierras entre ellos para ser trabajadas. Las penurias por falta de alimento quedaban atrás.
Más allá de un argumento, tan elaborado en la que la vida de unos personajes bien definidos, se entrelazan y cruzan con los de otros, tengo que agradecer a Sarah Lark que imprima ritmo a la narración. Cuando dos de los personajes embarcaban rumbo a Australia, un viaje de tres meses de duración, me temí que la autora se demorara en la travesía en barco, narrando día tras día con el más mínimo detalle. Por suerte, no es así. Lark va alternando los dos hilos argumentales sin frenarse demasiado en cada capítulo, generalmente de media extensión, por lo que no da lugar a que el lector se aburra pues además, son tantas las cosas que ocurren que, a pesar de ser una novela de considerable volumen, no tenemos sensación de pesadez.
Hacia los mares de la libertad, está escrito con un estilo fluido y ameno. Narrado en tercera persona, se estructura en seis grandes bloques encabezados por un título al que acompaña referencia geográficas y temporales, pues la historia se prolonga en el tiempo desde 1846 a 1864:
Leyendo los capítulos iniciales de la novela en los que se narran cómo la mayor parte de los habitantes estaban sumidos en las más absoluta de las miserias, me vino a la mente una canción muy conocida y muy versionada titulada Kilkelly, Ireland que narra a través de unas cartas entre padre e hijo los sufrimientos de los irlandeses a consecuencia de la hambruna. Es una melodía tremendamente triste pero que refleja muy bien la época. Si te gusta el folk irlandés no dejes de oírla.
Retomando el argumento de la novela, conoceremos a Mary Kathleen O'Donnell es una joven de extrema belleza, dulce, virtuosa, romántica y muy religiosa que anda enamorada de Michael Drury, un truhán, pícaro y soñador, muy obstinado y tozudo. Para él, al igual que para el resto de los irlandeses, el sueño anhelado es abandonar el lugar que lo vio nacer con destino a América, una tierra llena de oportunidades donde dejarán el hambre atrás.
El amor entre Kathleen y Michael es un camino lleno de obstáculos. El padre de la joven no quiere que su hija tenga tratos con un joven cuya familia de dedica a destilar whisky de forma clandestina. En su lugar, James O'Donnell pretende casar a su hija con Ralph Trevallion, el administrador de los Wetherby, un negocio mucho más ventajoso para el bienestar familiar. Pero Kathleen no está dispuesta a acceder y menos aún cuando advierte que espera un hijo de Michael. Junto a su amado planean fugarse a América una vez que el joven padre consiga algo de dinero trapicheando pero todo se torcerá de manera estrepitosa. Michael es arrestado y enviado a Australia, una colonia británica pues Irlanda está bajo el yugo de la corona de la reina Victoria. Allí cumplirá condena y rehacerá su vida pasando por diferentes empleos: ballenero, pastor,... Sin embargo, jamás dejará de pensar en la dulce joven que dejó en Irlanda y en cuyo vientre crecía el fruto de su amor.
En cuanto a Kathleen, verá resignada cómo su amor es enviado a tierras lejanas. Sin saber muy bien qué hacer, volverá a casa de sus padres donde no le espera un caluroso recibimiento. Su padre sigue con la idea de casarla con Trevallion pero, no sabemos si por suerte o por desgracia, una nueva puerta se le abrirá para comenzar una nueva vida pero no será un vergel precisamente. Trabajará como una bestia, será maltratada, humillada y se sentirá terriblemente sola hasta que conoce a Claire Edmunds, otra soñadora que renuncia a todo por amor.
Por otro lado, conoceremos a Lizzie Owens es una joven prostituta de 17 años a la que encierran por robar en una panedería. Junto a otras presidiarias, será embarcada en el Asia rumbo a Australia. Una vez que lleva a la Tierra de Van Diemen, será conducida al penal de mujeres de donde saldrá por un golpe de suerte que le durará bien poco. Comenzará entonces a deambular de un punto a otro hasta que estrechar lazos con los maoríes. A través de este personaje el lector tendrá acceso a mucha información sobre esta cultura, cómo se relacionan entre ellos, los vínculos que se establecen, cuáles son sus dioses, qué opinan de los colonos,...
Así pues, tanto Michael Drury como Lizzie Owens son enviados a Australia a cumplir condena, pero ¿qué pasará con Kathleen O'Donnell? Si permanece en Irlanda pasando hambre, si parte a América tal y como planeó junto a su amado o si aparece en otro lugar del planeta son incógnitas que os dejo en el aire. Lo que sí os comento es que su vida no será nada fácil como tampoco lo será la de ninguno de los personajes. De cualquier manera, os adelanto que todos los personajes confluirán en un punto. No tendría sentido de otra manera pues se prevé que esta novela está articulada para que las vidas de los personajes transcurran por separados para volverse a encontrar en un futuro. Pero lo realmente interesante es analizar cómo se las compone la autora para hacerlo y en este sentido tengo que decir que Sarah Lark me ha parecido una narradora brillante y muy habilidosa, pues no debe resultar fácil manejar tantos hilos y con tantos lugares. Va trenzando los mimbres de una extensa trama con mimo y cuidado, sin ir directamente al grano pero sin marear al lector. Paso a paso, sin prisa pero sin pausa, nos va acercando al objetivo regalándonos algunos capítulos cargados de suspense que se incrementa mucho hacia en el desenlace. Al final todo cierre de manera acertada, dejándonos un buen sabor de boca.
Quizás, si le tengo que poner una pega, esta recaería en algunos personajes - niños, que me han parecido excesivamente maduros para su edad. Entiendo que en circunstancias adversas el ser humano tiende a espabilar y a aprender rápido pero ciertos diálogos de estos personajes, su manera de razonar y de actuar no me han convencido del todo. Y por otro lado, considero que hay pasajes en los que introduce muchos términos maoríes que no sé si llegan a quedar debidamente claros por el contexto. En cualquier caso, y dado el gran volumen de aventuras y acontecimientos que se producen en esta novela, tales pegas se pierden entre la inmensidad de los hechos.
Bajo mi punto de vista, el papel de la mujer es el punto fuerte de esta novela. A lo largo de la misma veremos a mujeres que sueñan, que aman, que son maltratadas, que sufren pero que también son fuertes y valientes. Apreciaremos un cambio en cuanto a la mujer que vive en Inglaterra o en Irlanda y aquella que vive en Australia o Nueva Zelanda, y será justamente en estas tierras donde visualizaremos un potente choque cultural entre los maoríes y los pakeha (hombres blancos). Con el paso de las páginas apreciaremos que ellas son más cabales, más inteligentes, más lógicas que los hombres y por lo tanto sus negocios y vidas prosperarán más y mejor. Algo que solo sería posible en estas tierras y no en sus lugares de origen.
Pero no se queda atrás la magnífica ambientación. Parece que Lark tiene un especial interés en toda la cultura maorí pues vuelve a repetir con los exóticos paisajes de Nueva Zelanda. Tengo que reconocer que el conocimiento que tiene la autora de esta cultura, ya muy minada en el siglo XIX con la aparición del hombre blanco, es espectacular como también lo es . Como también lo es su conocimiento sobre los procesos judiciales británicos de la época. La deportación hacia tierras lejanas era entendida como un castigo infligido a a maleantes y criminales pero en el fondo se podría interpretar como una nueva oportunidad en la vida, una forma de rehabilitación social. En aquellas tierras, en las que todo estaba por hacer, cumplir condena implicaba saldar la deuda con la corona británica y a cambio Inglaterra se comprometía a emplear a esos hombres y a repartir sus tierras entre ellos para ser trabajadas. Las penurias por falta de alimento quedaban atrás.
Más allá de un argumento, tan elaborado en la que la vida de unos personajes bien definidos, se entrelazan y cruzan con los de otros, tengo que agradecer a Sarah Lark que imprima ritmo a la narración. Cuando dos de los personajes embarcaban rumbo a Australia, un viaje de tres meses de duración, me temí que la autora se demorara en la travesía en barco, narrando día tras día con el más mínimo detalle. Por suerte, no es así. Lark va alternando los dos hilos argumentales sin frenarse demasiado en cada capítulo, generalmente de media extensión, por lo que no da lugar a que el lector se aburra pues además, son tantas las cosas que ocurren que, a pesar de ser una novela de considerable volumen, no tenemos sensación de pesadez.
Hacia los mares de la libertad, está escrito con un estilo fluido y ameno. Narrado en tercera persona, se estructura en seis grandes bloques encabezados por un título al que acompaña referencia geográficas y temporales, pues la historia se prolonga en el tiempo desde 1846 a 1864:
* Dignidad [8 capítulos]: Irlanda, Condado de Wicklow (1846 - 1847)
* Bondad [12 capítulos]: Irlanda, Londres, Tierra de Van Diemen, Nueva Zelanda, Port Cooper y Llanuras de Canterbruy (1847 - 1850)
* Fortaleza [9 capítulos]: Nelson, Kaikoura, Llanuras de Canterbury (1850 - 1858)
* La fiebre del oro [10 capítulos]: Dunedin, Kaikoura, Tuapeka, Otago (1859 - 1862)
* La voluntad de los dioses [8 capítulos]: Tuapeka, Dunedin (1862 - 1863)
* Mana [8 capítulos]: Dunedin, Queenstown, Otago (1863 - 1864)
Un total de más setecientas páginas que a muchos asustará (yo misma no soy ni de trilogías ni de grandes volúmenes por temor a aburrirme de la historia) pero que se leen de manera muy grata. Además, para no perdernos mucho por los distintos lugares por los que transita la trama, la edición cuenta con dos mapas que nos son de gran ayuda pues, gracias a su incorporación, podemos ir siguiendo los caminos y rutas que emprenden los personajes.
En definitiva, mi debut con Sarah Lark no ha podido ser más gratificante. He disfrutado mucho de una novela coral, llena de detalles interesantes sobre la cultura maorí, plagada de aventuras, con bonitas historias en las que el amor es el epicentro pero también con otras que narran la superación y el esfuerzo de unos personajes muy luchadores. Me espera la segunda parte, A la sombra del arbol Kauri, a la que tengo intención de hacer hueco dentro de unos días para ir leyéndola con tranquilidad.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.
* Bondad [12 capítulos]: Irlanda, Londres, Tierra de Van Diemen, Nueva Zelanda, Port Cooper y Llanuras de Canterbruy (1847 - 1850)
* Fortaleza [9 capítulos]: Nelson, Kaikoura, Llanuras de Canterbury (1850 - 1858)
* La fiebre del oro [10 capítulos]: Dunedin, Kaikoura, Tuapeka, Otago (1859 - 1862)
* La voluntad de los dioses [8 capítulos]: Tuapeka, Dunedin (1862 - 1863)
* Mana [8 capítulos]: Dunedin, Queenstown, Otago (1863 - 1864)
Un total de más setecientas páginas que a muchos asustará (yo misma no soy ni de trilogías ni de grandes volúmenes por temor a aburrirme de la historia) pero que se leen de manera muy grata. Además, para no perdernos mucho por los distintos lugares por los que transita la trama, la edición cuenta con dos mapas que nos son de gran ayuda pues, gracias a su incorporación, podemos ir siguiendo los caminos y rutas que emprenden los personajes.
En definitiva, mi debut con Sarah Lark no ha podido ser más gratificante. He disfrutado mucho de una novela coral, llena de detalles interesantes sobre la cultura maorí, plagada de aventuras, con bonitas historias en las que el amor es el epicentro pero también con otras que narran la superación y el esfuerzo de unos personajes muy luchadores. Me espera la segunda parte, A la sombra del arbol Kauri, a la que tengo intención de hacer hueco dentro de unos días para ir leyéndola con tranquilidad.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]
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Lo he intentado con Sara Lark,Christine Kabus,Luz Gabás,pero definitivamente el landscape no es lo mío.
ResponderEliminarDe todas formas,tu reseña es magnífica y estpy segura que animará a muchos lectores a adentrarse en este género.
Un beso.
A mí me gusta mucho esta autora y este libro, así como su continuación, me gustaron mucho. Estoy deseando leer la tercera parte
ResponderEliminarBesos
Tengo pendiente leer a Sara... no sé por cual me decantaré, pero parece que esta novela está gustando mucho.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado, por cierto a mi si me gusta el Landscape xD
Besos
Yo también empecé muy bien con La nube blanca y me perdí en el segundo libro que me aburrió porque no era más que un culebrón, ya no había aventuras ni descubrimientos. Me da la sensación de que me pasaría lo mismo porque lo que cuentas es muy entretenido y pasan muchas cosas además muy bien ambientado pero no sé por qué esa necesidad de hacer sagas. A ver qué tal te va con el siguiente y me lo pienso.
ResponderEliminarBesos
No he leído nada de esta temática pero cuando me ponga a ello la tengo ya elegida... Sin duda empezaré con Sarah pero no tengo muy claro si me gustará.
ResponderEliminarYo de esta autora de momento solo he leído En el país de la nube blanca que me gustó mucho, quiero continuar ya que todos los que tiene me atraen mucho
ResponderEliminarBesos
Me apetece mucho pero tengo aún pendiente su primera trilogía así que ni me lo planteo por el momento.
ResponderEliminarUn beso!
El landscape es un género que me da mucha pereza y eso que Palmeras en la nieve me gustó, pero esta autora me da una pereza tremenda.
ResponderEliminarBesos
Uy, esta mujer y yo no nos llevamos bien, a mí eso del landscape me parece una etiqueta algo sacada de la manga y mira que vengo de las antípodas, que me he leído el tochazo de Catton, Las luminarias. Un beso :)
ResponderEliminarDe lanscape solo tengo la referencia de Christine Kabusy me gustó su primera novela En el corazón de los fiordos. Precisamente de Sarah Lark tengo esta novela que hoy reseñas y, por lo que veo, parece que es una novela ideal para comenzar con esta autora, de la que, por cierto, leí opiniones muy dispares en cuanto a sus novelas, aunque la mayoría más bien positivas. Espero congraciarme con ella este año, aprovechando que tengo esta novela para leerla. Besos.
ResponderEliminarQue buena reseña! Todavía no he leído nada de esta autora, y eso que tengo algún libro de ella en la estantería...
ResponderEliminarBesos =)
Ya sabes que a mí me gusta mucho esta autora y que me he tragado todas las largas novelas que ha publicado.
ResponderEliminarNo he leído nada de Sarah Lark y creo que me animaré pronto para saber que me estoy perdiendo!!! Besos!!
ResponderEliminarEsta novela la leí hace unos meses y creo que de momento he tenido suficiente de este tema de Nueva Zelanda. Cuando hice la reseña peso en la puntuación que me parece igual a los anteriores si le cambiamos nombres a los personajes y fechas.
ResponderEliminarUn beso.
A mi esta mujer y sus tochos me siguen imponiendo, pero bueno, no lo descarto. Me alegro de que la experiencia haya sido positiva.Un besote!
ResponderEliminarSe nota que lo has disfrutado mucho. Pero no creo que me anime, leí los dos primeros de su famosa trilogía y me gustaron, pero lo justito. No me dejó con ganas de repetir.
ResponderEliminarBesotes!!
No he leído nada de la autora y parece que está muy bien, pero hay algo que me retiene. Quizás debería probar a leer alguna de sus novelas para ver qué tal, porque el landscape no sé si me va.
ResponderEliminarUn besote.
Después de leerme la primera trilogía de la autora, decidí tomarme un descanso de mi prosa: los dos primeros no me disgustaron, pero el tercero me pareció bastante prescindible. Quizás en un futuro vuelva a elegir una lectura suya y por qué no a lo mejor elijo este libro. 1beso!
ResponderEliminarLeí la primera trilogía de Sarah así como La doctora de Maguncia. No he continuado pese a que reconozco que me resulta interesante la ambientación de sus historias.
ResponderEliminarRetomaré en algún momento, sin prisas
Besos
Tengo la trilogía de "la nube" el primero es mío, los otros dos eran de mi madre. Solo tengo leído el primero, me gustó mucho, pero de momento no me decido a seguir con los otros ya que he leído opiniones de todo tipo. Pero vamos, que teniéndolos los leeré tarde o temprano. Besos mil.
ResponderEliminarVeo que has tenido un buen inicio con Sarak Lark. Yo aún no he leído nada de esta escritora, pero tengo en casa su primera trilogía, ¡así que sólo es cuestión de tiempo! Un abrazo.
ResponderEliminarTengo todo pendiente de la autora, pero confieso que me empieza a dar pereza
ResponderEliminarBesos
Tengo que seguir con los libros de la autora, que la leí hace ya mucho.
ResponderEliminarBesotes