Editorial: Carena.
Fecha publicación: 2014.
Nº Páginas: 309.
Precio: 18,00 €
Género: Narrativa.
Género: Narrativa.
Edición: Rústica con solapas.
ISBN: 978-84-160-5412-1
[Disponible en ebook]
[Disponible en ebook]
Autor
José Miguel Núñez (Mérida, 1963) es doctor en Teología Dogmática (Roma, 1995). Licenciado en Filosofía (Universidad de Granada, 1995) y doctor en Filosofía (Doctorado Europeo en la Universidad Hispalense, Sevilla, 2010). Educador y profesor universitario, es autor de numerosos ensayos en torno al mundo educativo y juvenil.
Ha publicado recientemente Cien palabras al oído (2012) y A vueltas con Dios en tiempos complejos. Diálogos con Gianni Vattimo (2013). Ha sido finalista del Premio Hispania de novela histórica 2013 y finalista del Premio Edebé de literatura juvenil 2013. Publica ahora su primera novela: Pasó la noche, amor, en Ediciones Carena.
Sinopsis
Ambientada en la preguerra civil española, la novela aborda el escenario y el universo cultural de una época a través de Bartolomé: un personaje de trazos poderosos, sindicalista y activista, comprometido en primera línea en la transformación social de su tiempo.
El amor apasionado, la reconciliación de un pueblo y la memoria olvidad entrelazan una historia actual que irá desentrañando detectivescamente Carmen, una mujer en plena crisis personal en la España de los ochenta. La protagonista se verá involucrada en un descubrimiento inesperado y revelador que le hará emprender un viaje interior y que cambiará su propia vida. Esta es la historia de un amor-mas-fuerte-que-la-muerte, de sueños y traiciones, de compromiso social y conquista de libertades.
En un mundo convulso y políticamente inestable, la pasión de una joven pareja se abre al alba de un nuevo día tras una noche que parecía sin final.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
Nunca digo no a una novela ambientada en la guerra civil o en la pre- o postguerra. De hecho, nunca digo no a ninguna novela cuya trama transcurra dentro o al hilo de alguno de los conflictos bélicos que han azotado esta parte del hemisferio y más allá. Así, cuando tuve noticias de la novela de la que os hablo hoy, Pasó la noche, amor, no me lo pensé.
Con una cubierta que muestra la figura de una señora ataviada a la antigua usanza y mirándonos fijamente desde el marco de una instantánea con aspecto de haber sido coloreada, el lector se va a encontrar con una historia que se desarrolla en dos tiempos. Por un lado, conoceremos a Bartolomé Blanco, un joven de apenas veinte años, miembro de Acción Católica que se crió a la sombra de la sotana de don Antonio do Muiño, el cura que lo acogió cuando quedó huérfano. Bartolomé es un buen cristiano, humilde y con gran espíritu de esfuerzo, que vive profundamente enamorado de su novia Maruja con la que esperaba casarse y formar una familia siguiendo los preceptos de Dios. Pero la vida es dura. Son tiempos difíciles y el odio anda suelto.
Este hilo temporal, que se inicia el 2 de octubre de 1936, sitúa al joven en la Prisión Provincial de Jaén a la espera de llegarle el momento de ser fusilado, hecho que ocurrirá esa misma madrugada. Bartolomé sabe que ha sido falsamente acusado por un conocido (también lo saben sus amigos) pero no guarda rencor. Estando preso, el lector podrá retrotraerse en el tiempo por medio de flashbacks que nos permiten saber cómo era su vida hasta ese duro momento. Capítulos dedicados al instante en que conoció a Maruja, a la situación política del país, su incorporación a Acción Católica, su formación en el Instituto Social Obrero (ISO), sus años de mili en Cádiz o el momento de la detención y posterior encarcelamiento.
Por otro lado el autor nos presenta a Carmen en la década de los 80, una mujer madura, enfermera y madre de Laura, una joven estudiante de veinte años. Carmen vive en Sevilla aunque es oriunda de Pozoblanco, un municipio de la provincia de Córdoba. Primero abandonó su pueblo cuando se casó con Juan para trasladarse a la capital y posteriormente lo abandonó a él cuando su matrimonio se rompió. Se mudó entonces a Sevilla con su madre que ahora está ingresada en un hospital debido al alzheimer que padece. La madre de Carmen se llama Maruja que enviudó de Manuel solo cuando Carmen tenía dos años y pasadas unas páginas de la novela, el lector intuirá que la Maruja de Bartolomé es la madre de Carmen.
En Pasó la noche, amor, y a raíz de un hallazgo en casa de su madre, Carmen tendrá que tirar del hilo para desmadejar la vida de Maruja. Su juventud con Bartolomé, el desgarro que sintió cuándo lo supo preso, el desenlace de su encarcelamiento y el tener que continuar toda una vida con el corazón roto.
Tendremos así dos hilos que inicialmente corren en paralelo para llegar a un final revelador y que cierra el círculo.
Son muchos los personajes inventados que la literatura ha fabricado para colocarlos en tiempos difíciles como lo fue la guerra civil, así como los momentos previos y posteriores. A través de esos personajes, que bien podrían haber tenido una existencia real, aprendemos sobre una época convulsa en nuestro país, unos años en los que muchas familias se dividieron, muchas parejas de enamorados tuvieron que renunciar al amor o muchas amistades se rompieron. No es el caso de Pasó la noche, amor. En la novela de José Miguel Núñez, habrá personajes ficticios pero otros son totalmente de carne y hueso como Bartolomé Blanco, el joven pozoalbense que fue declarado beato y mártir por la Iglesia católica. Supone la novela un homenaje a este hombre, cuyo carácter está perfectamente definido en el libro. Me ha gustado verlo en su faceta más personal e íntima, cuando recordaba a Maruja, cuando se mostraba agradecido por las oportunidades que le daba la vida y por su capacidad de perdón y olvido en el momento de la muerte.
Pero si me tengo que quedar con un personaje será con Carmen. No sé si será porque es un personaje que me queda más cercano en el tiempo o porque es mujer, o porque ha tenido una vida complicada y ahora le toca hacer frente a la enfermedad de su madre. La cuestión es que he empatizado mucho más con Carmen que con Bartolomé. Y para mí ha sido una pena que el hilo argumental que ella protagoniza quede un tanto eclipsado por la vida de Bartolomé y las extensas descripciones del momento político que le tocó vivir.
Pero si me tengo que quedar con un personaje será con Carmen. No sé si será porque es un personaje que me queda más cercano en el tiempo o porque es mujer, o porque ha tenido una vida complicada y ahora le toca hacer frente a la enfermedad de su madre. La cuestión es que he empatizado mucho más con Carmen que con Bartolomé. Y para mí ha sido una pena que el hilo argumental que ella protagoniza quede un tanto eclipsado por la vida de Bartolomé y las extensas descripciones del momento político que le tocó vivir.