Editorial: Tundra.
Colección: Cuadernos de la Naturaleza.
Colección: Cuadernos de la Naturaleza.
Fecha edición: Octubre, 2014.
Nº Páginas: 96.
Precio: 20,00 €
Género: Ilustrado.
Género: Ilustrado.
Edición: Tapa reforzada.
ISBN: 978-84-9431-122-2
Autores
Víctor J. Hernández. Naturalista, escritor y divulgador científico y ambiental. Autor de una treintena de libros y otras publicaciones, incluyendo la coautoría de tres enciclopedias, varias de las cuales se han convertido en best-sellers entre las publicaciones de Naturaleza. Técnico especialista en seguimiento y gestión de fauna salvaje y en paisajismo y restauración ambiental, consultor en biología de la conservación y editor.
Sus iniciativas de investigación y conservación de la Naturaleza, desarrolladas desde distintas asociaciones, han sido reconocidas con varios galardones: el Accésit del Premio Joven & Brillante de Ecología, el Premio Fundación Caja Segorbe, Mención Especial del Jurado del Premio Ones Mediterrània y finalista del Premio Europeo Ford de Conservación de la Naturaleza. Su labor de divulgación ha sido distinguida con el Premio Red-LIFE a las Mejores ideas para salvar la Naturaleza y el Reconocimiento a la Difusión y Sensibilización de la XIX Edición de los Premios Ones de Mediterrània.
www.victorjhernandez.com
Eduardo Rodríguez. Ilustrador y pintor todoterreno de formación autodidacta. Ha realizado numerosos trabajos para distintas entidades y editoriales. En su faceta de artista de la Naturaleza, además de trabajar con Tundra Ediciones desde el primer momento, siendo un pilar fundamental de este sello editorial, ha colaborado con el Centro de Recuperación de Rapaces Nocturnas Brinzal, el Grupo para la Recuperación de la Fauna Autóctona (GREFA) y el Grupo Naturalista Naumanni.
En cierto momento de su trayectoria profesional, se vio obligado a adaptar su manera clásica de trabajar por el trabajo en formato digital, sin renunciar al procedimiento tradicional. Habitualmente trabaja como ilustrador freelance, compaginándolo como profesor de dibujo, fotografía creativa, programas de pintura digital y guitarra.
www.eduardorodriguezmarin.com
Sinopsis
Un apasionante viaje de descubrimiento de la fauna salvaje ibérica, a través de la ciudada selección de las mejores pinturas e ilustraciones naturalistas de Eduardo Rodríguez Marín y los relatos de vivencias reales, extraídos directamente de los cuadernos de campo, de Víctor J. Hernández, en busca de las joyas de nuestra fauna por las indómitas soledades de los bosques, montañas, costas, desiertos y humedales ibéricos.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
Cuando llegó el momento de despedirnos del año 2014 y dar la bienvenida al 2015, yo me encontraba en pleno contacto con la naturaleza mediante la lectura de este curioso libro que os traigo hoy. Tras las huellas de la fauna ibérica ha conseguido transportarme a la infancia, cuando tenía ocho o nueve años y me plantaba delante del televisor para ver los capítulos de la serie El Hombre y la Tierra. ¿Quién no recuerda la sintonía de aquel programa? La muerte de Félix Rodríguez de la Fuente cogió a España por sorpresa y posteriormente, como suele ocurrir en este país, se oyeron todo tipo de rumores sobre la manera y la forma en la que el famoso naturalista grababa sus documentales, cuestiones en las que no pienso entrar al margen de la posible realidad que escondan tales rumores.
A la edad a la que se emitían aquellos programas, mis veranos transcurrían en mitad del campo. Nada más coger las vacaciones en el colegio me desplazaba a la casa que unos tíos míos, guardeses de una finca, tenían en un pueblo cerca de Sevilla. Fueron años en plena comunión con la naturaleza. Sin ninguna otra casa en varios kilómetros, rodeada de olivos, campos de siembra, arroyuelos y una amplia variedad de fauna y flora, mi única preocupación era levantarme por las mañanas, desayunar rápido y salir a investigar. Visitar nidos, pasear entre los olivos, cazar todo tipo de insectos y pájaros (reconozco que aquí éramos un poco salvajes) y diversas actividades al aire libre conformaban mis jornadas. Tan solo volvía a encerrarme entre las paredes de la casa a la hora de comer, cenar y dormir. Recuerdo esos años con muchísimo cariño y me siento orgullosa de haber pasado muchos veranos lejos de las playas y las grandes ciudades, como hacían mis compañeros de clase.
Volviendo al libro, Víctor J. Hernández, autor de los textos de Tras las huellas de la fauna ibérica, se puso en contacto conmigo para ofrecerme su última publicación. Creo que hemos sido unos cuantos los que hemos recibido tal ofrecimiento. Si bien al principio no me sentí muy tentada, pues se trataba de un libro muy diferente a lo que suelo leer, he de reconocer que me ha fascinado.
Tras un prólogo entusiasta que invita a coger la mochila y salir de la ciudad a toda prisa, nos topamos con breves fragmentos de texto que describen con gran lujo de detalles algunas de las vivencias que el autor ha experimentado en los casi cuarenta años que lleva ejerciendo como naturalista de campo. Son algunas de las anotaciones que él ha extraído de su propio cuaderno de campo, donde refleja y anota todo tipo de detalles fruto de una observación esmerada y de una intensa curiosidad por conocer todo el entorno que nos rodea.
Los textos son sumamente descriptivos. Cuentan con un título que nos avanza la experiencia que vamos a vivir. Nos hablará del lince, de la vida en las charcas, de delfines y orcas, de los búhos, de los osos,... ¡y cómo no!, de los lobos y las águilas. Pasajes llenos de referencias de mil colores, de cuestiones meteorológicas que nos permiten ver las dificultades a las que a veces tienen que hacer frente por las inclemencias del tiempo. Y entre estas páginas descubriremos por primera vez animales y aves de las que jamás habíamos oído hablar: fochas morunas, limícolas, paíños,... Todo ello narrado con un lenguaje y un estilo que roza la poesía en más de una ocasión.
La pasión es otro punto a destacar en este libro. El lector nota con absoluta claridad el amor que el autor siente por una Naturaleza (con mayúscula) que tantas horas de satisfacción le ha proporcionado. Hay textos que nos trasladan a la más tierna infancia de Víctor cuando cazaba insectos en verano o cuando rememora alguna que otra trastada, como aquella vez en la que decidió que los renacuajos que cogía en el río podrían vivir perfectamente en el depósito de agua de su casa. Imaginad lo que ocurriría.
¿Dónde dejamos a aquel niñ@ que disfrutaba investigando los insectos, las aves, los peces? El hombre ha perdido el norte. Las ciudades nos han engullido y hemos descuidado un entorno bello y majestuoso en el que también impera la ley del más fuerte y donde existe un arraigado sentido de supervivencia. Por eso, Tras las huellas de la fauna ibérica nos permite volver a aquellos años, recordar y aprender, viviendo las experiencias de Víctor en diversos puntos de la geografía española, aunque, por regla general, no sabremos en que lugar ocurren pues tan solo en tres o cuatro ocasiones se hace referencia a puntos geográficos concretos. Sin embargo, esto no será ningún obstáculo para ser un testigo más y conocer a las criaturas que pueblan la tierra, el mar y el aire.
Si a todo esto le sumamos unas ilustraciones realmente bellas realizadas por la mano de Eduardo Rodríguez Marín, entonces el resultado final es un libro espectacular que puede ser un estupendo regalo para todas aquellas personas que aún no han perdido la curiosidad por aprender de la naturaleza. Cada texto viene acompañado por una ilustración, ya sea en blanco y negro o en color. Con estas últimas he tenido serias dudas porque no os miento si os digo que parecen auténticas fotografías y tuve que mirarlas casi con lupa a la luz del día para descubrir el trazo de un lápiz. En la foto que os muestro es muy difícil apreciar lo que os comento pero si pudierais verlas directamente estaríais de acuerdo conmigo.
Por cierto, todas las pinturas e ilustraciones que figuran en este libro están disponibles como reproducciones en papel de alta calidad y a la venta, firmadas por el autor. Para adquirir una, solo tienes que escribir a eduardo_rodriguez_marin@yahoo.es
En definitiva, me ha encantado acercarme a la naturaleza a través de este libro, recordar mi infancia, conocer la del autor, vivir incluso con algo de intriga los momentos de observación y reconciliarme con el entorno natural que me rodea. Así que yo recomiendo la lectura de este original libro y, al igual que ocurre con los libros de relatos, aconsejo hacer una lectura pausada pues son historias independientes con las que llenar pequeños momentos de una belleza extraordinaria.
Agradezco al autor y a la editorial el envío del ejemplar.
A la edad a la que se emitían aquellos programas, mis veranos transcurrían en mitad del campo. Nada más coger las vacaciones en el colegio me desplazaba a la casa que unos tíos míos, guardeses de una finca, tenían en un pueblo cerca de Sevilla. Fueron años en plena comunión con la naturaleza. Sin ninguna otra casa en varios kilómetros, rodeada de olivos, campos de siembra, arroyuelos y una amplia variedad de fauna y flora, mi única preocupación era levantarme por las mañanas, desayunar rápido y salir a investigar. Visitar nidos, pasear entre los olivos, cazar todo tipo de insectos y pájaros (reconozco que aquí éramos un poco salvajes) y diversas actividades al aire libre conformaban mis jornadas. Tan solo volvía a encerrarme entre las paredes de la casa a la hora de comer, cenar y dormir. Recuerdo esos años con muchísimo cariño y me siento orgullosa de haber pasado muchos veranos lejos de las playas y las grandes ciudades, como hacían mis compañeros de clase.
Volviendo al libro, Víctor J. Hernández, autor de los textos de Tras las huellas de la fauna ibérica, se puso en contacto conmigo para ofrecerme su última publicación. Creo que hemos sido unos cuantos los que hemos recibido tal ofrecimiento. Si bien al principio no me sentí muy tentada, pues se trataba de un libro muy diferente a lo que suelo leer, he de reconocer que me ha fascinado.
Tras un prólogo entusiasta que invita a coger la mochila y salir de la ciudad a toda prisa, nos topamos con breves fragmentos de texto que describen con gran lujo de detalles algunas de las vivencias que el autor ha experimentado en los casi cuarenta años que lleva ejerciendo como naturalista de campo. Son algunas de las anotaciones que él ha extraído de su propio cuaderno de campo, donde refleja y anota todo tipo de detalles fruto de una observación esmerada y de una intensa curiosidad por conocer todo el entorno que nos rodea.
[Focha moruna - Imagen tomada de Google] |
La pasión es otro punto a destacar en este libro. El lector nota con absoluta claridad el amor que el autor siente por una Naturaleza (con mayúscula) que tantas horas de satisfacción le ha proporcionado. Hay textos que nos trasladan a la más tierna infancia de Víctor cuando cazaba insectos en verano o cuando rememora alguna que otra trastada, como aquella vez en la que decidió que los renacuajos que cogía en el río podrían vivir perfectamente en el depósito de agua de su casa. Imaginad lo que ocurriría.
¿Dónde dejamos a aquel niñ@ que disfrutaba investigando los insectos, las aves, los peces? El hombre ha perdido el norte. Las ciudades nos han engullido y hemos descuidado un entorno bello y majestuoso en el que también impera la ley del más fuerte y donde existe un arraigado sentido de supervivencia. Por eso, Tras las huellas de la fauna ibérica nos permite volver a aquellos años, recordar y aprender, viviendo las experiencias de Víctor en diversos puntos de la geografía española, aunque, por regla general, no sabremos en que lugar ocurren pues tan solo en tres o cuatro ocasiones se hace referencia a puntos geográficos concretos. Sin embargo, esto no será ningún obstáculo para ser un testigo más y conocer a las criaturas que pueblan la tierra, el mar y el aire.
Si a todo esto le sumamos unas ilustraciones realmente bellas realizadas por la mano de Eduardo Rodríguez Marín, entonces el resultado final es un libro espectacular que puede ser un estupendo regalo para todas aquellas personas que aún no han perdido la curiosidad por aprender de la naturaleza. Cada texto viene acompañado por una ilustración, ya sea en blanco y negro o en color. Con estas últimas he tenido serias dudas porque no os miento si os digo que parecen auténticas fotografías y tuve que mirarlas casi con lupa a la luz del día para descubrir el trazo de un lápiz. En la foto que os muestro es muy difícil apreciar lo que os comento pero si pudierais verlas directamente estaríais de acuerdo conmigo.
[Ilustración parcial tomada del propio libro] |
Por cierto, todas las pinturas e ilustraciones que figuran en este libro están disponibles como reproducciones en papel de alta calidad y a la venta, firmadas por el autor. Para adquirir una, solo tienes que escribir a eduardo_rodriguez_marin@yahoo.es
En definitiva, me ha encantado acercarme a la naturaleza a través de este libro, recordar mi infancia, conocer la del autor, vivir incluso con algo de intriga los momentos de observación y reconciliarme con el entorno natural que me rodea. Así que yo recomiendo la lectura de este original libro y, al igual que ocurre con los libros de relatos, aconsejo hacer una lectura pausada pues son historias independientes con las que llenar pequeños momentos de una belleza extraordinaria.
Agradezco al autor y a la editorial el envío del ejemplar.
Retos:
- Autores de la A a la Z.
- 25 españoles.
- Sumando 2015.
- 100 libros.
- Libros ilustrados.
- Autores de la A a la Z.
- 25 españoles.
- Sumando 2015.
- 100 libros.
- Libros ilustrados.
Puedes adquirirlo en:
Se ve un libro precioso, y además un regalo ideal para estos Reyes :)
ResponderEliminarBesos!
A mi también me lo ofreció el autor y me gustó tanto como a mi marido que trabaja en temas de medio ambiente. Un libro precioso que como dices recuerda a Felix Rodriguez de la Fuente
ResponderEliminarbesos
En casa de mis padres está aún la colección de libros y vídeos de Félix Rodríguez de la Fuente. Yo no sé si disfrutaría de este libro tanto
ResponderEliminarBesos
No me suelen atraer estos libros. Bueno, a veces vienen bien para desconectar. Gracias por la info. Besos.
ResponderEliminarLo tengo pendiente y por lo que he podido ver las ilustraciones son una maravillaa.
ResponderEliminarTenía curiosidad por ver como iba la lectura de este libro. Me ha encantado la introducción y sí, habría cogido la mochila, ahora bien, no se puede ser más urbanita en mi caso, que no es que no me guste, es que soy una analfabeta en estas lides, solo por eso me gusta, para rellenar lagunas.
ResponderEliminarBesos
Madrina al campo te llevaba yo, a comer vinagretas y buscar bichos jeejeje. Besos.
EliminarLa verdad es que solo la portada ya es preciosa.
ResponderEliminarMe alegro de que lo hayas disfrutado. Yo tambien pasaba mis veranos lejos de la ciudad y las playas, en el pueblo de mi padre, y aunque no vivia tan apartada como tu, los recuerdo como una época muy "salvaje" en la que podíamos ir donde quisieramos porque estabamos seguros de que nada nos podía pasar.
Besotes